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Tú y yo nada más. por NEY OTAKU

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Notas del fanfic:

Hola yo de neuvo ._. y les traje más drama, perdón (?) XD 

Este mini fic, lo hago porque hay una autora que me inpiro a escribirla ;; y claro por unas hermosas canciones que me enamoraron en la primera estrofa :))

Notas del capitulo:

Hey, yo espero que sea un three shot 2min!!! XD jajaja esperemos que lo sea.

Le agradezco a Mirnest2  (Caarito Labra) porque realmente me ha atrapado con sus letras, me encanta :)) eres lo máximo y aun si no lo lees esto va para ti.

Y para una persona más, de nuevo, a  ti Jess19 eres lo mejor, te amo XD

y todos los lectores :))) de antemano gracias por leer!

Tú y Yo nada más.

“Corre”

Me miras diferente 
Me abrazas y no siento tu calor 
Te digo lo que siento 
Me interrumpes y terminas la oración 
Siempre tienes la razón 


Jesse & Joy

-¿Me recodarás?

Es lo primero que piensa en cuanto entran a su departamento y cierran la puerta.

Tal vez todo hubiera sido más simple si no se hubiera dejado llevar por sus instintos, si su corazón loco de amor no hubiese querido desbordar sus sentimientos como el agua de una presa a punto de reventar, en un momento que sabía, no era el conveniente.

Si  él no hubiese  reprimido e ignorado el dolor y el llanto, todo lo que le provocaba insomnio, euforia, furia y consuelo… si tan solo, si tan solo hubiera dicho dos simples palabras en el momento correcto…

Si tan solo este chico, al que no puede parar de amar y entregarle todo lo que tiene, le hubiera puesto más atención, no estarían envueltos en semejante situación.

 

Pasamos de ser compañeros a ser amigos y de ahí a algo más profundo…

 

Para Minho depender de una persona era significado de debilidad. Alguien que no podría defenderse del mundo y  su crueldad, que siempre iría en busca de quien le tire las migajas de su compasión, a quien le entregue, aunque sea poco, un lugar en su corazón, sin importar que sea buena o mala persona.

“Patético”

Se repite en cuanto tienen el primer contacto, cuando sus grandes manos se posan sobre esos hombros frágiles y lo acorralan entre la puerta y su cuerpo, en cuanto su boca se posa sobre las de su debilidad y lo hace sentirse tan patético y dependiente como siempre.

Tan como siempre, odio y es ahora.

No había que esperar, no había que  pensar, Minho no soportaba más el calor que lo envolvía, además del amor que sentía por él, era el deseo de que por fin lo tuviera entre sus brazos después de un largo día de angustia, porque tenía miedo que de un momento a otro sea olvidado como un viejo recuerdo, miedo de perderlo, miedo de que desaparezca. Así que  lo besa, acariciando su piel y devorando cada pedazo de su cuerpo.

Poseer, si lo quiere poseer ahora.

Porque apenas cerró la puerta de su departamento sus deseos carnales se hicieron presente, lo mira solo unos segundos, dándose cuenta de su excitación, sus ojos dilatados  lo miraban ansiosos de lo tomara, además de ese incontenible jadeo que dejaba su aliento chocando contra la piel en el cuello,  le decían que no tuviera piedad, que lo haga ya.

¿Qué tan difícil era para los dos recordar la gravedad de lo que estaban a punto de hacer?

En verdad nada, ambos se tocaban y besaban como los amantes que eran, porque sí, al menos uno de ellos si era un total y absoluto amante que sin importar que aquel chico de ojos cafés claros tuviera novio –o al menos eso creían ambos –porque solo era una fachada para cubrir sus citas clandestinas, estaba ahí degustando de sus cuerpos como siempre, sin temor, sin vergüenza.

Con demasiada obsesión uno con el otro.

 

Con Taemin descubrí hasta donde puedo llegar y hasta donde me puedo rebajar.

 

-Taemin por Dios~ -gruñe cuando sus refinados labios le besan debajo de su oreja y dejan un camino de saliva  hasta llegar a su manzana de Adán.

-Me encanta que seas así Minho…

-¿Así como? –apenas consigue preguntar, acercando su cintura hasta su pelvis para hacer que sus entrepiernas chocaran y consigan un espasmo de placer.

-Así de sumiso y sensible.

Le dolía admitirlo pero así era, siempre que estaba con Taemin se volvía alguien diferente, un títere que estaba bajo las órdenes de su dueño, quien le decía cómo, cuándo y dónde verse, quien arreglaba las citas, quien lo hacía mentir para escaparse de clases o de sus amigos, quien lo manejaba a su antojo y disposición.

Y él como siempre, diciendo “si Taemin.”

Sabía en lo se  metía, se había atrevido a seducirlo y convencerlo de que tomaran un “café” después de un largo día de preparativos por ayudarlo a celebrar el primer aniversario del menor con su novio, un chico alto del club de atletismo de la Universidad, un tal Choi  Siwon, era una mala idea, pero no le importo.

No tenía nada en contra del chico, se habían conocido gracias a Taemin, se estrecharon las manos con amabilidad y disposición, hasta ahí, pudo soportar verlos juntos, pero cuando se enteró un mes después, que ya eran oficialmente novios, todo se tornó a un color diferente, sintió como una sensación extraña empezaba a invadir su cuerpo, cada vez que los veía juntos era una tortura, sus instintos animales salían a flote queriendo a todo momento separarlos, evitar besos, caricias, sonrisas…

Todo lo que implicara una conexión entre ellos.

Pero fue precisamente eso, lo que lo hizo caer en la realidad, cuando un día Taemin llegó a él llorando porque había peleado con Siwon, como siempre, solo por una tontería. Recuerda haberlo abrazado con fuerza, diciendo que su novio era el más maldito por hacerlo sentir mal, que en cuanto lo viera jura que le molería el cuerpo a golpes como para no volver a caminar.

Para el castaño fue divertido esa forma de consuelo, pero lo que no sabía es que lo decía de verdad, que no habría clemencia para quien se atreviera a lastimar a su chico, incluso si se trataba de él mismo.

Cambien por ti.

Le hacía gracia verse a todo momento de tras de Taemin para cumplirle sus caprichos, atento a sus necesidades y deseos.

Y fue lo suficientemente ingenuo para esperar que sea correspondido, porque en ese año de soportar verlo con otra persona, había descubierto que la dependencia sería parte de su vida, por un largo tiempo. Iniciando en el momento en que por un descuido de Taemin, por dejar la puerta del baño entre abierta  mientras se duchaba y dejar que Minho se acercará y no detenerlo cuando sin importar nada se metió bajo la regadera con él, lo besa y se disculpa retrocediendo con miedo a su rechazo

Pero no hubo rechazo y a raíz de eso fue lo suficientemente débil para tener una noche de sexo, y ahí en la cama con la culpa carcomiendo su mente escucho la voz de su verdugo seduciéndolo, incitando a comenzar un juego. Taemin dijo:

“No pasa nada, solo seguiremos siendo amigos.”

Obviamente no fue así, esa noche le prepuso uno idea loca, a la que pudo decir que NO. Desde ese día no pudo volver a negarle nada.

Minho lo culpa por no dejar que se vaya y corriera como el cobarde que era, porque Taemin lo tomo de la mano y lo halo hacia su cuerpo desnudo, provocándolo, excitándolo como ahora, seduciéndolo con palabras dulces y promesas que no sabía si se cumplirían algún día.

Soy tan ingenuo y es tu culpa.

Me desconozco y es tu culpa.

Te amo y es tu culpa.

 

No espera más y lo vuelve a  arrinconar a la puerta, le besa primero suave, mete su lengua dominando completamente la suya, sus manos toman sus piernas las acarician de ida y de vuelta, poco a poco sus dedos juguetones  se meten bajo la tela de su camiseta.

-Minho –gime entre sus labios, sintiendo como es tocado con delicadeza y rudeza a la vez, sus pezones duelen, y su vientre hormiguea, suelta un nuevo gemido al sentir las manos del moreno apretando su sexo- ah~

-Me encantas Taemin -le dice mordiendo sus labios- déjame hacértelo…

Taemin…mi Universo entero.

Aquella persona que lo hace sufrir altibajos en un abrir cerrar de ojos. Aquella persona que con tan solo chasquear los dedos, el corre en su ayuda, para protegerlo, para mimarlo, para limpiarle las lágrimas, para decirle todas esas palabras de amor y de consuelo que sabe que necesita.

Mientras trata de no caer, cuando van casi a rastras hasta su habitación, se dice así mismo que una vez teniéndolo ahí, a su merced, no habría marcha atrás, y el arrepentimiento no era opción, y aunque estuviera mal, aunque al despertar a la mañana siguiente, sus demonios y su consciencia le digan que lo que hizo lo pagará con sangre…

Sigue a delante.

Minho sabe, y quiere creer que por más que Taemin se vaya con otra persona, dentro de su corazón habría un lugar para su amor prohibido. Que por más que pasen loa años ellos seguirían compartiendo sus sentimientos. Que ese hilo rojo que los ha unido años a tras no sería capaz de romperse por más de mil personas interponiéndose entre ellos.

¿Cuántas esperanzas tenía un amante de convertirse en la persona especial para quien le sirve?

Hace ya dos años que juegan a ir al departamento del moreno y divertirse con sus sentimientos, específicamente los sentimientos de Minho, porque por fuera, ahí estando frente a sus amigos y familia, eran un par de chicos que se volvieron mejores amigos inseparables.

Confidentes.

Que iban y venían por las narices de todos fingiendo ser casi “hermanos” cuando en realidad les gustaba irse bajo las sombras y la oscuridad de la noche para destaparse y hacer todo lo que no pueden estando cerca de la luz de del día.

Pero, ¿Sí es el mismo Taemin quien rompe el lazo, entonces todo rastro de que existió amor alguna vez, se borraría?

¿Amor? Es verdad el amor no puede existir entre ellos.

Taemin lo trata como acordaron esa noche de pasión, de día eran amigos de noche y en cada escapada es su amante preferido. Muchas veces le pregunto porque lo hacía, porque engañar a su novio que parecía tener pinta de ser una buena persona. El por qué irse con él para hacer realidad una traición.

Esperaba que sea la misma razón por la que acepto rebajar su dignidad y ser la mascota preferida del amo. Al menos para  Minho era  estar más cerca de Taemin, pero no fue así, y por más que estuviera muriendo por dentro, esa es la crueldad de su realidad.

Cuando vio esa sonrisa afligida en el rostro del castaño a su pregunta, este simplemente respondió…

“Debo estar con él, porque así lo dicta mi familia.”

Claro, la familia que no lo conocía y por conveniencia le habían buscado el novio perfecto para que en un futuro no muy lejano pudieran casarse y formar una alianza de poder entre ambas castas. Tae siempre le contaba el infierno que era para él vivir con personas que siempre dependían de su imagen para vivir. Y porque estaba harto de todo y todos decidió pensar en sí mismo y hacer lo que se le plazca sin importar nada.

Ni nadie, ni siquiera él.

Lo que lo hacía pensar en que el solo es un pañuelo que su amigo usará para limpiar sus lágrimas y sus dolencias sin importar que en su intento de ser feliz, lo arrastre hasta el fondo del abismo.

 

¿Te acordarás de mí si algún día ya no me tienes a tu lado?

 

-Déjame estar contigo –le suplica aun con sus sentimiento atorados, exigiendo salir y ser libres.

Taemin asiente sin pensarlo mucho, para el todo era un juego, porque no comprendió el doble sentido con el que se lo decía. Porque hasta ahora no ha logrado ver el trasfondo de las cosas, no se ha detenido a ver a través de Minho y que por las noches cuando tienen sexo, siempre lo hace suplicar porque le haga un espacio en su corazón.

Lo hace rogar y mendigar cariño.

Minho lo alza para que enrede sus piernas en su cadera, apenas tuvieron el primer contacto su erección se hizo bastante notoria, ese poderoso  musculo chocaba contra su entrepierna y ah de decir, que se sentía condenadamente delicioso.

-M~ -gimen ambos cuando el moreno hace chocar todo su miembro cubierto aun con la tela se su pantalón, contra sus débiles y húmedos muslos, porque él, ya resentía la fuerza de su miembro

-Tan húmedo –jadeo cuando mordió su cuello blanco –delicioso –repite mientras  desliza el cierre de su pantalón. Sus grandes manos pasean pos su espalda, ríe travieso mientras besa su clavícula, sus agiles dedos se escabullen entre el bóxer del pequeño en cuestión de segundos.

-Gng ~~ -chilla cuando su pecho es dejado al descubierto y ser masajeados con delicadeza, sus pezones erectos son el punto para atacar, la lengua de  Minho se apresura a envolver sus botones entre su lengua. Lo hace, tan bueno que tortura y lo deja con un choque eléctrico correr por todo su cuerpo.

Le quita la camiseta desesperado, deja su pecho para bajar más, besando con cuidado su ombligo. Taemin aprovecha y toma su camisa para arrancarla sin importar que los botones salgan volando por algún rincón, esta tan excitado que nada importa.

Él sonríe ante su valentía, le giña el ojo cuando se quita todo de la cintura para arriba, dejándolo contemplar su musculatura.

Taemin siente aguarse la boca, lo toca, no puede resistirse, sus delicados labios saborean esa piel tostada y cuerpo bien trabajado,  cada músculo que toca es duro, eso le encanta. Bajas sus manos hasta el pantalón de Minho y le desabotona para dejarlo solo con su  bóxer.

-Travieso –le dice.

Lo besa con mayor intensidad, con más desespero de tenerlo.

Había una increíble revolución en sus sentimientos, el moreno no era de los hombres que iban por ahí buscando sexo con cualquiera, no es de esos tipos que se interponen entre un pareja por capricho o por lo que algunos dicen que es amor.

Pero con Taemin todo cambio, todo lo que era gris se hizo de colores. Había encontrado a su pareja ideal, lo sabía, sabía que desde que poso los ojos en su sonrisa el pequeño castaño sería su perdición. Que se volvería adicto a todo lo que se refería a su cuerpo y corazón.

Y por ese enorme sentimiento es que está haciendo lo que hace.

¡Me estoy entregando a ti! ¿Qué no te das cuenta?

No sabe ni como, pero ya lo tenía sobre su cama, dónde cada noche se preguntaba hasta cuando terminaría su dolor, hasta cuando debía sonreír sin sentirlo de verdad solo para no levantar sospechas, ni preocupar a quien antes de meterse a su departamento, ahí afuera frente  a los ojos de los demás, era su mejor amigo.

Le quita su bóxer de un solo tirón, ahora sí está  a su merced, su miembro duele, necesita ser atendido, el menor sonríe al darse cuenta.

-Sabes que me encantas ¿cierto?…-Tae asiente

-Claro que lo sé -acaricia sus mejillas- hazlo…-le dice con vos sensual- hazme tuyo.

Palabras que no piensa rechazar.

Baja su bóxer dejando libre su miembro palpitante, se inclina para besar sus muslos, respira sintiendo el aroma de su sexo, el exquisito sabor que le hace sentirse en el paraíso y lo hace desearlo cada día más.

Coloca sus piernas a la altura de su cadera y simula pequeñas estocadas.

-Oh Dios Mio~ -gruñe  al sentirlo así de cerca, así de caliente.

El gime su nombre, provocando que los dos se estremezcan hasta sentir que todo les da vuelta, todo marea y desaparece.

Sube sus piernas hasta sus hombros, le sorprende lo flexible que es, pero eso facilita su trabajo, aprovecha el espacio para chupar sus dedos y prepararlo para lo mejor, para meter su pene erecto y recuerda y está seguro que nunca olvidara esta noche, como cada noche de entrega.

Lo mete despacio para acostumbrarse a su estrechez.

-Delicioso…-gruñe el moreno totalmente extasiado.

-M… -le es respondido, con los labios apretados.

Las estocadas se incrementan su velocidad logrando llenar la habitación de sus sonoros gemidos y uno que otro grito.

Todo es placer, todo es amor, cada vez que Minho se adentra, se olvida de sus problemas, se aprovecha del dulce corazón de su amigo para compartir su egoísmo y soñar en esos momentos que no existía nada que los separara, solo ellos dos extasiados por un mundo alterno de caricias y placer.  

Cierra los ojos con fuerza para sentir todo, para escucharlo llenarse de su voz y gozar hasta el rincón menos explorado.

Las manos no se detienen, porque Taemin se aferra clavando las uñas en su espalda, reafirman el agarre para tenerse más cerca. El sonido de sus caderas chocar es música, nada más que ellos para disfrutarla.

-Ah~ -gimen  al unísono cuando llegan a su límite, cuando la mente se apaga y los deja indefensos, Minho se corre liberando a fin su semen, el menor solo desgarra su garganta cundo su vientre hormiguea llegando al orgasmo.

Cae sobre ese delgado cuerpo que tanto placer y amor le ha brindado, los dos agitados por su reciente “ejercicio”.

-Taemin yo –le dice al fin besando sus finos labios, enredando sus dedos en su cabellera larga, oliéndola, sintiendo la sal de su sudor.

-Gracias por esta noche Minho  -le responde aun sin escuchar la oración completa, con una agradable sonrisa que desaparece con un beso.

Esa noche, se sintió diferente, no era como las anteriores en dónde el menor se quedaba charlando de sus días aburridos con su novio y de las cosas que le gustaría hacer, cosas en las que coincidía con Minho, como si fueran una sola mente, sintiendo como una extraña conexión se hacía más grande de lo que habrían soñado.

Minho sabe que es amor.

Taemin solo no piensa en ello.

La fría noche no fue motivo para temblar, si no para buscar el refugio de sus cuerpos envolviéndose uno al otro. Pero es que Taemin se había dormido deseándole solo buenas noches y esperando poderse levantar temprano y llegar a clases. Porque además todo le era perdonado si dice que se le había hecho tarde estando con Minho.

Incluso me usas como excusa.

-Taemin te veo diferente, ¿paso ago…

-No nada Minho –su tierna sonrisa de nuevo y su corazón se emociona demasiado.

Pero si pasaba algo, algo que temía que pasara pero que era casi inevitable, a menos que el castaño abra sus ojos y se dé cuenta de que tiene el amor que necesita estando a su lado.

En los siguientes días, empezó a actuar extraño, estaba distante y sus reuniones después de la escuela y las noches en su departamento se hicieron menos con el pasar de los días. Era como si ya no necesitara para olvidarse del mundo, como si sus palaras de aliento y su apoyo incondicional ya no le valieran nada.

Él decía que todo estaba bien y que no se preocupara.

Pero no era verdad.

Había pasado a ser parte del rincón de los recuerdos, dónde se encierran las cosas inservibles que nos han traído buenos y malos recuerdos. Ahí en medio de la oscuridad, como un niño asustado, esperaba la última esperanza, en donde alucinaba que Taemin se acercaba y le decía lo importante que es en su vida, que dejaría a su novio para fugarse con él, que se irían lejos, dónde nadie pueda juzgarlos o maldecirlos, que solo les bastaba tenerse para vivir eternamente.

Había tenido un sueño, dónde compartían la más grande felicidad, tomados de la mano, caminando por un sendero hacia el atardecer, con sonrisas incapaces de desaparecer porque no podían.

La mañana le trajo la realidad, la desgraciada y maldita realidad que se encargó de abofetearlo tan fuerte y hacerlo caer al suelo como la basura que creyó que era. El castaño seguía mirándolo, pero ya no compartían el lazo que los unió.

Si todo estaba bien como Taemin decía…

¿Entonces, porque todo cambio?

¿Qué hizo que después de compartir tanto ahora ellos solo estén parados uno frente al otro tratando de descifrar el error cometido en el pasado?

Porque por más que  juraron que a pesar todo, después de 2 años,  su amistad perduraría, nada fue igual.

Taemin un día decidió que su relación no podía avanzar más de lo que lo había hecho. Dio por finiquitado la compañía y el cariño rompiendo el hilo rojo que unía sus almas. Entonces Minho entendió que lo que ellos construyeron solo fueron esperanzas vacías. No, él fue quien se creó esperanzas vacías.

Dos años de pensar: ¿Qué es  lo que hago mal?

¿Taemin en que te falle?

Dos años  en el que creyó que él fue quien cometió el error que los acabó, aunque no supiera con certeza que era eso en que fallo. Por eso, cuando esta mañana soleada, se ha levantado por el ruido en su puerta y ha bajado con pereza a abrirle a quien quiera que fuese, se ha sorprendido de lo que  se le es entregado en la mano.

-El Señor Lee espera que pueda asistir a la ceremonia.

-Gracias.

Un mensajero era lo menos esperado pero eso no fue lo que lo puso al borde del abismo, si no lo que fue a dejarle. Aun no puede creer lo que sus ojos ven, un sobre blanco con su apellido escrito en el anverso.

Una invitación para  la celebración de “la boda”

Ahí mismo se derrumba, muchas lágrimas se escapan sin poder impedirlo, sus manos temblorosas tratan de romper el papel, pero su corazón que se ha vuelto masoquista le ordena que se detenga y que abra el sobre para leer el contenido.

Poco a poco saca el borde hasta que con horror confirma lo que no debió. Estaba escrito en letras doradas con un par de arracadas dibujadas en la parte superior. La invitación era muy bonita, lo suficiente para devastarlo en cada palabra que pareciera fue escogido para matarlo cuando lo lea.

 

“Estimado Choi Minho.

Esperamos contar con su presencia el día de nuestra boda. Dios ha permitido que nuestras vidas se vuelvan una y queremos que todos nuestros seres queridos estén presentes.”

 

En ese momento sintió tanta rabia que se levanta y golpea la pared con fuerza, una y otra vez hasta que sus nudillos sangran y siente que la mano se le caerá.

Era una clara intensión de humillación, no quería aceptar que pasaría algún día, que por más que quisiera el siempre sería el amante de chico bonito  que lo había hechizado desde la primera mirada.

Porque sí, su maldito corazón se enamoró apenas lo vio y se hizo tan desgraciado como para olvidar que todo el tiempo que estuvieron juntos, solo fue un espejismo. Taemin tenía novio, eso es lo que siempre se negó a ver, conteniéndose ante la idea de que aunque lo hacía suyo por las noches, por las mañanas otra persona lo tocaba y lo trataba como él siempre quiso.

Odio el hecho que no pudiera salir y gritar el amor que le tenía.

Pero su cobardía a perder la relación que llevaban lo hizo callar.

Minho siempre creyó que el amor era verdadero, que existía un mundo color de rosa en dónde todos los días olía a caramelo y las flores adornaban los caminos y los senderos, que no había dolor, ni traición, ni amates que se escondían para no ser juzgados por el peso de la moral, pero ahora solo ha aprendido que era una de las mentiras más grandes del mundo.

Con dolor, con rabia, corre hacia su habitación, ignorando el olor de Taemin impregnado en sus sabanas, busca cualquier ropa que encuentra y se la coloca, toma las llaves de su auto y sale como rayo hasta la casa del menor.

 

Desesperado, cuando ya está en la puerta, golpea sim importar que sus padres fueran quien le abrieran la puerta. Golpea, golpea y nada, pero después de un rato, un Taemin todavía adormilado y en pijama es quien le abre. Se talla los ojos para acostumbrarse a la luz y no se da cuenta de cuándo es que el moreno lo ha tomado por los hombros, lo arrastra hacia dentro con fuerza.

-¡Me lastimas!

Le grita furioso.

Hipócrita.

-¿Taemin que significa esto? –le muestra la invitación frente a su cara, a lo que este solo desvía la mirada.

-Lo que tenía que pasar, no te sorprendas de ello.

Lo dice sin temor, sin entender que mientras más le muestra la verdad lo destroza hasta hacerlo polvo. Un miserable polvo que el viento arrastrará y lo dejara por algún lugar desconocido.

-¿Por qué?

Sus ojos se cristalizan, su respiración es lenta y su corazón llora al ver el desinterés con el que le dice todas esas cosas. Taemin le da la espalda caminando hacia las escaleras a su lado derecho.

-Vete Minho, no tengo ganas de hablar de lo obvio.

Pero no lo hace, por primera vez desobedece las órdenes de su amo, así que lo toma del brazo antes de que ponga un pie en el primer escalón. De nuevo le muestra el sobre y lo estruja con furia.

-¿Qué significa esto?

El castaño frunce el ceño y de un tirón se deshace de su agarre, una vez más desvía la mirada, se sentía acorralado y sorprendido de que su mejor amigo esté actuando de esta forma cuando siempre se ha mostrado dócil ante él.

-No te hagas el tonto, el trato era que mientras era el novio de Siwon estaríamos bien, pero cuando sea requerida la boda, debíamos parar.

Eso dolió tanto.

-¡Entonces porque corriste  lejos de mí! ¿Por qué me apartaste de esa forma? Al menos hubieras tenido el valor de decírmelo en la cara en vez de  mandarme una asquerosa invitación.

-¿Tener al valor? –Se ríe al escuchar sus palabras –no puedes reclamarme algo que estaba dado por hecho, mi boda es irrevocable, no está en mi poder declinarme. Está en mi destino esta boda, tengo que hacerlo. Y para que lo sepas, yo no te incluí en la lista de invitados, ese seguro fue mi madre.

-¿Qué estás diciendo?

-¡Qué no quiero que asistas! Finge estar enfermo o lo que quieras. Ese no es lugar para ti, no tendrías nada que hacer ahí.

-Se supone que soy tu mejor amigo.

No te engañes nunca fuiste eso.

-Lo eres…-le mira –y te agradezco lo que has hecho por mí, pero debemos detenernos.

Y ¡bang! Un disparo directo a su corazón.

-Taemin…-llora al fin, tomando su rostro entre sus manos, llorando sin importar que de nuevo se esté humillando ante él – no te cases.

Suplico y suplico, escúchame por favor.

-Minho no hagas esto.

-Por favor no te cases, no lo quieres, no lo quieres, él no te podrá amar jamás como…

Y se detiene, Taemin se congela, sus ojos están más que abiertos, espantado porque termine su frase, así que lo hace soltarlo y retrocede un paso.

El castaño ríe un poco anticipando sus palabras.

Minho estaba viendo a un Taemin diferente, el chico dulce que le decía cuanto lo necesitaba se fue y en su lugar dejo a una copia malvada que no se cansa de clavar cuchillos en su alma, porque no le basto rechazarlo, no le basto la humillación a la que es sometido.

No has terminado de sufrir.

-No lo quiero ahora, pero aprenderé a quererlo, Minho olvídame ya, gracias por ser mi amigo, gracias por todo.

Una última risa de victoria aparece en esos labios sabor a cereza, cuando una lágrima, la más larga y limpia recorre su mejilla, entonces Taemin agacha su cabeza para evitar verlo llorar  y coloca sus manos entre ambos cuerpos para evitar cualquier tipo de contacto.

-Solo vete…

-Taemin no puedes.

-Si puedo, es mi casa y te ordeno que te vayas…

-Tae…

-Minho, esto se acabó, ya no podemos estar así, eres mi mejor amigo o creo que lo eras, si te pones en este plan es mejor ya no ser nada.  Te agradezco que te preocupes, además de eso, no podemos vernos más –retrocede un paso.

No te vayas.

-Tae.

-Lo que vivimos fue bueno, gracias por cuidar de mi –sube un escalón, escapando del mayor.

-Tae…

-Pero tú y yo no podemos ser más, no podemos ser nada –su mano aprieta el barandal de la escalera con fuerza –si quieres asistir a la boda no te lo impediré, pero créeme es mejor que no vayas. Solo te aburrirás –se da la vuelta y sube un peldaño más –cierra la puerta cuando sagas, y no me llames, necesito descansar.

 

Ese día, cuando lo ve correr escaleras arriba, literalmente escapando, no pudo hacer nada para detenerlo, cada palabra que le dijo fue un golpe mortal, le estampo en la cara que solo fue un objeto  de su entrenamiento, que ya lo había utilizado para lo que necesitaba bajo esa fachada de buenos amigos.

Había salido de esa casa sintiendo como su mundo se destruía.

Pero por más hirientes que fueran las palabras, no pudo obedecer lo que le pidió, porque necesito convencerse así mismo que lo que vivió no fue un espejismo, que cada noche que se encontraban, entre el placer y el gozo, había una esperanza de que Taemin lo mirara como amor.

Y nada lo detuvo de levantarse una mañana casi tres meses después, para vestirse de gala e ir hacia el salón en donde se celebraría la ceremonia matrimonial. Nada lo detuvo para pararse al fondo, escuchar juez declararlos una pareja feliz.

Pero no estaba preparado para ver como Taemin besaba a Siwon sellando al acto de unir sus vidas para siempre.

Nada lo preparo para tener que alzar una copa y brindar por ellos, nada lo preparó para soportar verlo feliz, nada lo preparo para acompañarlos hasta el final del día, verlos subir a su auto y despedirse de todos para dirigirse a su luna de miel.

Aunque juraría que Taemin lo vio antes de que al auto arrancara, sabe que no fue así.

Sus sueños e ilusiones se fueron con él.

Nada lo preparo, para decirle adiós a la persona que más amo.

Entonces se preguntó una vez más…

 

¿Te acordarás algún día de mí?

 

Cuando al final de la calle, el auto desapareció por completo, mientras los invitados regresaban al salón y él se quedó bajo la noche amarga, poso la mano a la altura de su corazón, derramo lo que esperara, fuera el último llanto por Taemin. Se dejó caer de rodillas en la acera, con todas las personas que pasaban mirándolo y riéndose de él.

No sabía si sería lo suficientemente fuerte para desecharlo de su vida, pero ahora, con un vació tragándoselo lento, cayó en cuenta de que al amor que sintió alguna vez lo martirizaría por el resto de su vida, que al menos debía intentar aceptar su realidad, que no puede extrañar y amar, lo que nunca fue suyo.

 

Así que corre corre corre corazón 
De los dos tu siempre fuiste el más veloz 
Toma todo lo que quieras pero vete ya 
que mis lágrimas jamás te voy a dar… 

Notas finales:

Gracias y acepto sugerencias :)))

Mi firma en face Carol-Taeminnie.

Un fic mío. Complejidad del Amor.      

Loa amo siempre *^* los saben gracias por seguirme en misideas locas y cursis OAO -huye-

 


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