Luhan bajo del avión con una sonrisa imborrable. Detrás de él, Kris bostezaba con cansancio. Dado que no trajeron maletas, solo el equipaje de mano, se dirigieron directamente a la salida.
Kris diviso a su madre. Una mujer alta y esbelta, de largo cabello castaño, vestida con un elegante vestido azul y unos costosos zapatos. Luhan también la vio.
-¡MinDae-omma!
El rubio corrió hasta la mujer, que abrió los brazos para recibirlo.
-¡Honey!- exclama la mujer apretando a Luhan contra ella. Ambos sueltan gimoteos y pequeñas lágrimas sin soltarse.
-¡Hey!- exclama Kris con un puchero- ¿No hay saludo para mí?
MinDae lo jala y le da un abrazo triturador. Kris chilla por el dolor. Su madre era delgada, pero tenía una fuerza impresionante.
-¡Los he extrañado muchísimo, mis bebes!- dijo MinDae besándolos en la mejilla.
-¿Dónde está YiHeng-bà?- cuestiona Luhan al no ver al alto hombre rubio por ninguna parte.
-Tuvo que atender una junta, pero los vera pronto en casa.
Los rubios asienten y la siguen fuera de aeropuerto. En la salida los espera una lujosa camioneta negra de lunas polarizada.
-¡Hola Jun!- saluda Luhan al hombre que les abre la puerta. El hombre le sonríe.
-Es un gusto verlo de nuevo joven Luhan. Igual a usted, señor Yifan.
-Igual a ti, Jun- agrego Kris subiéndose a auto.
Luhan se sienta junto a la venta y observa fascinado el hermoso paisaje que Vancouver le ofrece. El había nacido en Haidian, pero Vancouver siempre seria su hogar. Ahí, con Kris y los Wu, había experimentado la felicidad. Sonrió cuando pudo vislumbrar las hermosas aguas azules de Kitsilano Beach. Su alegría se hizo más grande cuando el auto se detuvo frente a las rejas de una enorme mansión blanca de tejados rojos.
Bajo del auto con un salto y se detuvo frente a las rejas a respirar el aire puro y darle a su corazón esa hermosa sensación de estar en casa. Desde atrás unos brazos largos y fuertes se cruzaron en su pecho y los labios suaves de Kris se posaron en su mejilla.
Esa era una extraña costumbre que Kris había adquirido cuando dejo de crecer y Kris se hizo mucho más alto que él.
-Bienvenido a casa- le susurro Kris apoyando su mentón en el hombro de Luhan.
Este sonrió, se dio la vuelta y abrazo a Kris enterrando su rostro en el pecho de este.
-Bienvenido a casa- repitió, a gusto y feliz.
-¡Chicos paren, por favor, ya podrán darse sus arrumacos adentro!-dijo la señora Wu bromeando, pues en su mano sostenía su teléfono y había captado el bonito momento.
Luhan se ruborizo y Kris le envió a su madre una mirada de muerte. Como siempre.
MinDae tuvo que aguantarse la risa. Ella tenía la ilusión de que algún día Luhan y Kris fueran una pareja real, se casaran y le dieran hermosos nietos. Era una madre celosa y sobreprotectora. La vida le había enseñado que muchas veces la gente no tenía buenas intenciones, especialmente cuando hay dinero en tu bolsillo. Debido a ello, consideraba a Luhan la pareja perfecta. Él era amable, con un gran corazón, adorable y lindo. Pero más que nada y más importante, desinteresado.
Su esposo, estaba en total acuerdo con ella. Y es por eso que ella aprovecharía el cambio de look a su favor. Su objetivo era lograr que Kris mirase a Luhan con algo más que ojos de hermano. Esta era su gran oportunidad.
-Dejen sus cosa arriba, no tenemos tiempo que perder. Luhannie, tu cita con el cirujano está programada en una hora.
-¿Ci..cirujano?- Luhan abrió los ojos al máximo. ¿Iba a operarse? ¿Tan feo era?
-Madre, no creo que eso sea necesario- dijo Kris preocupado.
-¡Tonterías! Necesitamos esa operación para el cambio de imagen, las gafas no te favorecen, Honey- comento MinDae sin ninguna preocupación.
-¿Vas a hacerle un lasik?- pregunto Kris como un bobo.
-Claro, ¿Qué esperabas? ¿Un trasplante de rostro? Nuestro Lulu no lo necesita, él es hermoso, solo necesita unos ajustes de moda.
Kris gimió. Wu MinDae, o más conocida como Mindy Wu, era probablemente la mujer más fashonista del planeta. Diseñadora, así como dueña de una revista de moda y una marca internacional, se había ganado la admiración de todos por su indiscutible buen gusto.
Pero eso no era lo preocupante. Cuando su madre se obsesionaba con algo, especialmente con algo referente a la moda, se volvía un dolor de cabeza.
Luhan lo miro pidiendo auxilio, pero todo lo que recibió fue una muda disculpa.
MinDae no los dejo ni respirar, y los arrastro a la clínica donde Luhan seria atendido. El amable doctor hizo los chequeos respectivos y programo la operación ese mismo día.
Luhan estuvo nervioso, y cuando lo llamaron dio un bote del susto. Kris lo tomo de las manos y le dio un pequeño beso en la frente, haciéndole saber que él estaría ahí y que todo saldría bien. Con un suspiro Luhan se tranquiliza y asiente, ingresando a la sala con la enfermera.
El gran cambio se avecinaba.
Kris se mantuvo sentado junto a su madre. La intervención era rápida por pero debido a los posibles riesgos, la recuperación seria cuidadosa.
La señora Wu sonrió al hallar ese momento preciso para exponerle algunos de sus pensamientos.
-YiFan…
Kris inmediatamente volteo a verla. Su madre rara vez lo llamaba de esa forma, pues siempre tenía algún apodo cariñoso y hasta cursi para llamarlo, a él y a Luhan.
-¿Madre?
MinDae se enderezo y lo miro a los ojos.
-Hay algo que creo que siempre hemos comentado, pero jamás nos hemos sentado como ahora, para conversarlo profundamente. Es un tema que me interesa y que espero, me comprendas.
Kris asintió, algo asustado.
-Yo se… que tú y Luhan tienen una relación ficticia, y que se quieren como hermanos, lo que me parece muy bien, pero... a mí me gustaría, que intentaran llevarlo mucho más enserio…
-Madre…- MinDae lo interrumpió alzando una mano.
-Déjame hablar primero. Luhan es un chico maravilloso, creo que lo sabes muy bien. Su vida no ha sido fácil, pero aun así él ha salido adelante. Fuera de ello, es lindo, de un corazón muy puro, es honesto, y te quiere, tanto como tú lo quieres a él. Lo que trato de decirte, es que no vas a encontrar a un chico como Luhan. Alguien que te quiere y admira por lo que eres, y no por lo que tienes. Me parece que entiendes lo que quiero decirte ¿no?
-Ehh.. yo… sí- tartamudea Kris algo perdido por la reciente información.
-No te estoy obligando. Quiero que te lo pienses con seriedad y analices lo que te digo. La decisión que tomes estará bien para mí y para tu padre. Solo te pido que le des una oportunidad.
Kris se mantuvo en silencio. Él siempre se había imaginado que tendría esa charla alguna vez, pero nunca imagino que su madre tuviera unos argumentos tan buenos. Pensaba que ella lo decía solo porque Luhan y él se veían lindos juntos. Por lo recién escuchado, no era así.
El doctor los saco de sus cavilaciones.
-Todo esta bien- comunico el hombre con un sonrisa tranquilizadora- ahora está descansando, se repondrá pronto. Le he vendado los ojos, y tendrá que llevar la venda alrededor de una semana. Luego no tendrá que preocuparse más que por echarse unas gotas.
-Entiendo, muchas gracias- dijo MinDae- ¿Podemos pasar a verlo?
-Claro, la enfermera los guiara.
Recostado en su habitación, Sehun miraba el techo de la habitación, sumido en lo más hondo de sus pensamientos.
El timbre de su teléfono lo saco de sus cavilaciones. Aburrido y desinteresado miro la pantalla. Tao.
-¿Qué pasa, Taozi?- pregunto una vez hubo descolgado.
-Hmm… creo que sería bueno que vinieras, Sehun. Y mientras más rápido, mejor.
El mencionado se puso alerta. Tao sonaba muy serio.
-¿Dónde estás?
-En el vestíbulo del edificio de los varones.
-Voy para allá.
Sehun guardo su teléfono en su bolsillo y salió disparado. Tomo el elevador y sus ojos se abrieron en demasía al mismo tiempo que las puertas de elevador.
Ahí estaban Jiyeon y Yoona chillando y jalándose de los pelos mientras gritaban un sinfín de cosas.
Alrededor, una multitud, no selo de hombres, si no de mujeres veían la escena, entre sorprendidos, asustados, y divertidos. Tao y Seunggi, el novio de Yoona, intentaban separarlas, pero ellas estaban prensadas la una a la otra.
-¡¿QUE DEMONIOS ESTA SUCEDIENDO?!- bramo Sehun captando la atención de todos.
Jiyeon dejó escapar un chillido y soltó los cabellos de Yoona. Esta aprovecho el momento para arrastrarla hasta que Jiyeon gimió de dolor.
-¡YA BASTA!-usando su fuerza milagrosa, Sehun separo a Yoona de Jiyeon. Esta se prenso del bazo de Sehun y se puso a llorar.
-¡Mira lo que me hizo, Huhunnie! ¡Ella me ha golpeado, me arrastro por el suelo, me jalo del cabello! ¡Tienes que hacer algo!- exclamo con la voz tan aguda como la de un ratón.
A Yoona le brillaron los ojos de ira. Seunggi la sostuvo para que no siguiera.
-¡Eres una maldita perra desgraciada! ¿Acaso crees que soy una estúpida? ¡Te encontré ofreciéndote a MI novio!
El agarre de Jiyeon se hizo más fuerte.
-¡Eso es mentira! ¡Fue Seunggi que me dijo cosas feas! ¡Yo no podría traicionarte!
Sehun inspiro calmándose. Fijo su vista en el resto y miro la mueca triste que Tao llevaba en el rostro. Vislumbro además las sonrisas burlonas y las miradas desaprobatorias. Su pecho se llenó de ira.
Miro a Jiyeon y estudio su rostro unos momentos. Sus labios abultados tratando de formar un puchero terrible. Sus ojos llenos de lágrimas con el abundante maquillaje corrido. Sus mejillas sonrosadas por el llanto de manera desigual y desagradable. Su cuerpo vestido por una falda diminuta y la blusa amarrada bajo el busto. Sus caderas sin gracia y sus piernas esqueléticas.
¿Qué es lo que te vi, Jiyeon? ¿Cómo pude enamorarme de alguien como tú?
-¿Me crees tan estúpido, Park Jiyeon?- gruño con voz baja, cargada de crueldad.
-¿Eh?- Jiyeon parpadeo confundida, olvidándose unos momentos de su teatro.
Sehun sonrió con maldad y cólera.
-¿Te gusta hacerme quedar como un idiota? ¿Es eso lo que buscas? ¿Crees que me tragare ese cuento una vez más?
Jiyeon abrió y cerró la boca. Sus ojos se llenaron de angustia y terror. Apenas logro balbucear unas palabras.
-Se…Sehun.. es… la verdad…
-¡Maldita sea!- grito Sehun separándola de su cuerpo con rudeza. Sentirse tocado por ella lo llenaba de asco- ¡Deja ya el numerito! ¡No me voy a tragar ningún cuento tuyo más! ¡Solo eres una puta cualquiera! ¡Una ramera interesada!
Jiyeon retrocedió asustada.
-¡No quiero saber más de ti! ¡Me repugnas! ¡Todo en ti me da asco!
-¡NO! ¡No Sehun, no! ¡Yo te amo, baby! ¡Tú eres el hombre de mi vida! ¡Prometimos estar juntos para siempre! ¡No me puedes hacer esto!
Sehun se rio a grandes carcajadas.
-¿Amor? ¿Sabes si quiera lo que es eso? ¡Si lo hubieras hecho… si me hubieras amado…no te buscarías a otros! Aunque creo que quizás si fue amor, pero no a mí, sino a mi billetera…
Jiyeon volvió a aferrarse a él pero de un movimiento grácil se zafo, acomodo su chaqueta, le hizo una seña a Tao para que lo siguiera. Se giró sin importarle los gritos y sollozos fingidos de Jiyeon. Tao rápidamente se subió al elevador junto a él.
El panda le paso un brazo por los hombros en señal de apoyo. Sehun le sonrió con tristeza. Aunque se había mostrado como un insensible, estaba lejos de ser verdad. Jiyeon había sido alguien importante, y darse cuenta de esa manera que todo era una farsa hizo trizas su corazón.
-Todo va a salir bien Hun, aquí vamos a estar tus amigos.
El menor asintió.
En la sala los esperaban sus compañeros.
-Oímos bastante ruido, ¿sucedió algo malo?- pregunto Chanyeol observando a Sehun fijamente. Este no dijo nada y sin mirar a alguien fue a encerrarse en su habitación.
Tao suspiro. Le tocaría a el contarlo todo.
Luhan despertó confundido y algo asustado por la venda en sus ojos. Pero Kris y la señora Wu estaban allí para explicarle que todo estaba bien. Gruño al saber que usaría la venda por varios días, pero MinDae dijo que debía verle el lado bueno
´´Eso aumentara la expectativa y los ánimos, cuando te quites la venda y te mires en el espejo no vas a poder reconocerte en lo más mínimo´´
Al llegar al salón de belleza, la señora Wu, despidió a Kris diciéndole que su padre lo quería en la oficina. Kris renegó sabiendo que eso solo era una excusa. Pero no se quejó y acato la orden.
-¡Bien!- exclamo MinDae, cuando Kris se hubo ido y dejo sentado a Luhan en una de las sillas frente al tocador del salón de belleza- Jina, quiero que dejes el a Lulu fantástico, moderno, sexy, chic y súper In ¿entiendes?- dijo la mujer mirando a la chica que asintió fervientemente.
La muchacha llamo a sus compañeras y entre todas se dedicaron a atender a un aterrorizado Luhan.
¿Moderno? ¿Chic? ¿SEXY? Él nunca lo había sido, y no estaba seguro de lograr serlo.
Sintió manos en su cabello y en su rostro. Al parecer el cambio si sería muy grande.
Dos horas después las estilistas liberaron a Luhan. Este no podía ver el resultado, pero según la señora Wu, era fabuloso.
-¡AHHH!! ¡Se ve increíble! ¡Ese cabello cae perfecto en ti! ¡Ahora, al centro comercial!
Luhan fue guiado por la señora Wu hasta el más costoso centro comercial de Vancouver.
Luhan decidió desconectarse de todo cuando revisaron la décima tienda.
¿Le gustaría a Sehun el cambio?
No Luhan, no hagas esto solo por Sehun, hazlo por ti. Ya es hora de hacerte cargo de ti mismo, no puedes seguir escondiéndote tras unas gafas y un montón de ropa.
Con esa mentalidad, puso muchas más ganas al cambio. La señora Wu se dio cuenta y sonrió.
A veces los cambios, son muy positivos.
Luego de haberle contado a todos lo sucedido, Tao se dejó caer en su cama. Olisqueo la almohada, que tenía el inconfundible aroma de Kris impregnada en ella. Con una sonrisa boba, se abrazó a la almohada y rio tiernamente.
La última noche, Kris había dormido acurrucado a él. Lo había abrazado y él se había sentido en exceso seguro. Se había sentido querido. Y se moría por sentir aquello de nuevo.
Todo se sentía tan correcto cuando Kris lo sostenía y le susurraba cosas lindas al oído.
Suspiro y sus pensamientos tomaron otra dirección. Kris, no le había dado nada por seguro, y eso estaba maltratando su corazón.
¿Qué se suponía que debía hacer? Le gustaba Kris, muchísimo. Incluso se atrevía a decir que estaba enamorado de él. Pero él no podía hacer nada. Kris lo quería, o al menos era lo que él decía, y lo que él quería creer.
Pero no se suponía que cuando quieres a alguien, ¿eres capaz de hacer cualquier cosa? Kris obviamente no estaba haciendo aquello.
¿Y si Kris no sabía si decidirse entre él y Luhan?
Tao enterró su rostro en la almohada y ahogo un grito. Luhan… todo se trataba de Luhan.
¿Qué había con el que Kris no lo dejaba ni a sol ni a sombra? Algo había, algo entre ellos sucedía. Y él quería saber. ¿Por qué simplemente no dejaba a Luhan y ya?
El necesita respuestas. Pero nadie se las podía dar. Preguntar, seria u tumba. Todos lo sabrían. Eso no podía pasar. No hasta que él y Kris hubieran tomado una decisión.
Y por lo que parecía, eso iba a tardar.Mucho.