Él sabía cómo se veía para los demás. Alto. Delgado. Musculoso y… Fuerte. Pero él no se sentía así. Podía sentir las miradas en su cuerpo, atravesando su alma, descifrándolo. Bueno, tal vez se lo estaba tomando muy personal, después de todo, era el chico nuevo, la gente no podía evitar mirarlo.
–Huang Zitao ¿Estoy en lo correcto? – Un hombre mayor lo miraba cálidamente.
Tao instantáneamente se sintió mejor. Si, esta era la primera vez que estaba en su nueva escuela, en un nuevo país, con un idioma que si acaso podía hablar, pero de alguna forma se sentía en casa. El hombre aún esperaba por una respuesta, entonces Tao asintió rápido. Una gran sonrisa apareció en el rostro del hombre.
–Soy el Sr. Kim, Director de esta escuela. Supongo que con quien he hablado es con su madre.
Asiente de nuevo. Probablemente podría intentar usar su coreano. Después de todo, lo había estudiado por años en la escuela. No podía estar tan mal.
–Si– dijo lentamente, tratando de hacer llegar el mensaje correctamente–. Ella me dijo que viniera a buscarlo tan pronto entrara, pero me perdí.
No era perfecto, pero era un buen intento. La sonrisa del Sr. Kim se agrandó, si eso era posible.
–Muy bien, por favor entremos a mi oficina. Tenemos cosas que discutir.
Diez minutos más tarde Tao estaba de vuelta en el pasillo, mucho más confundido que antes. Dios, esa había sido una extraña conversación. Le habían dado un mapa y su horario de clases. Ya estaba bastante tarde para su próxima clase, entonces comenzó a moverse.
Había esperado algún comentario respecto a su talento para el wushu, sabía que era bien conocido y que esa escuela era una de las muy pocas en el país que tenían club oficial, pero… acababa de llegar. ¿Cómo era posible que le ofrecieran la posición de capitán del equipo sin siquiera haberlo visto en práctica? Oh Dios, sus compañeros de equipo iban a odiarlo. Eso no era justo.
Estaba tan inmenso es sus pensamientos que no se dio cuenta que estaba parado en frente de su nuevo salón de clases. Inspiró profundamente y tocó la puerta.
Los siguientes minutos pasaron en un parpadeo. Tao terminó sentado en el fondo del salón lleno de gente que obviamente lo estaba mirando. Sabía que se había presentado, pero casi no podía recordarlo, esperaba que al menos no hubiera hecho el ridículo.
Afortunadamente había llegado a la clase más tarde de lo que había pensado, entonces, después de un par de minutos, sonó la campana liberándolos.
–Emm. Hola– le dijo el chico sentado a su lado. Era pequeño y tenía cara de muñeco–. Mi nombre es Do Kyungsoo, un gusto.
Le tomo unos segundos darse cuenta de que le hablaban a él. El chico se veía calmado e inseguro de hablarle o no. A Tao le agradó instantáneamente.
–Hola, un gusto– dijo sonriendo por primera vez ese día.
Kyungsoo parecía haberlo notado y le sonrió de vuelta. Cuando estaban a punto de salir del lugar, dos chicos se aproximaron. Uno de ellos llamó a Kyungsoo tocando su hombro, y con una blanca sonrisa extendió su mano a Tao.
–Hola. Soy Kai, y este de aquí es Sehun.
Tao estrecho su mano, mientras Sehun asintió secamente. Kai comenzó hablar entusiasmado sobre el día, la vida, sus amigos, lo genial que era que hubiera un chico nuevo en la clase y mucho más, sobre lo que Tao no pudo entender ni la mitad, hasta que Kyungsoo le recordó que ya iban tarde al almuerzo y no serían capaces de encontrar ningún asiento si no se apuraban. Al parecer eso término por callar a Kai cuando repentinamente se dio cuenta que estaba muriendo de hambre.
Caminaron hasta el lugar, y Tao no pudo ignorar las miradas que le estaban brindando.
Aparentemente no eran solo para él, porque apenas se sentaron en el único lugar libre que quedaba en la cafetería, Sehun comentó, hablando por primera vez en un extraño y divertido tono:
–Wow. Sabía que éramos atractivos, pero hace años que no recibíamos tantas miradas.
Kai rompió en carcajadas, mientras Kyungsoo sonreía.
–No te preocupes por eso. La gente solo piensa que es extraño que alguien ingrese a clases después de un mes de haber comenzado.
Continuaron comiendo en un cómodo silencio, interrumpido ocasionalmente por algún comentario de Kai, que estaba muy hambriento para hablar, pero eso no parecía detenerlo por mucho tiempo. Cuando terminaron, Tao saco su horario y su mapa. Esa había sido su última clase del día. Había llegado más tarde de lo que había pensado. Tan pronto Kai vio el mapa, salto de su silla.
–Oye, no creerás en serio que te dejaremos ir sin antes mostrarte la escuela ¿Verdad?
–Sí, Tao, si quieres podemos darte un pequeño tur. Ya no tenemos nada más por hacer – añadió Kyungsoo.
Sehun asintió.
Finalmente Tao decido aceptar la invitación. Después de todo necesitaba todo la ayuda que pudiera conseguir y disfrutaba la compañía de ese pequeño grupo. Recién era la 1:30pm, tenía aún mucho tiempo antes de su primera práctica de wushu a las 3:30pm.
Salieron de la cafetería liderados por un entusiasmado Kai que parecía no poder callarse. Entonces Tao pudo fijarse bien en ellos. Kai caminaba como un bailarín. Eso fue lo primero que pudo notar. Tenía la confianza, la postura y el ritmo. Todos sus movimientos tenían gracia. Su cabello oscuro le cubría casi por completo los ojos, haciendo notar su obvio reflejo por arreglarlo con sus manos. También tenía una hermosa sonrisa que hacia resaltar su rostro. Sus ojos llenos de entusiasmo y tranquilidad.
Sehun por otro lado, tenía una intensa e inteligente mirada. Rara vez sonreía, pero Tao se dio cuenta que a medida que pasaba el tiempo, el chico se relajaba estando cerca de él y sonreía más. Su cabello marrón chocolate, perfectamente arreglado, contrastaba con su blanca piel. A pesar de ser el menor del grupo era casi tan alto como Tao y se podía ver que continuaría creciendo.
El cabello de Kyungsoo era una especie de rojo oscuro, corto de los lados y más largo arriba. Tenía cierto estilo que lo hacía ver más suave. Tenía una tímida y pequeña sonrisa, una genuina, y una cara redonda. Sus ojos marrones, penetrantes, interrogantes. Era más bajo que sus amigos, aunque eso no era mucho, ya que ellos eran inusualmente altos para su edad.
La escuela era inmensa, el recuerdo de su antigua escuela llego a los pensamientos de Tao, era casi tan grande como está pero se veía más poblada y sofocante. Se podría acostumbrar a tener tanto espacio para él solo. Kai continuaba mostrándole salones e instalaciones especiales. Ya habían visto la cafetería, la librería, los laboratorios y la piscina, y ya estaban llegando al lugar que más le interesaba a Tao: El gimnasio. Estaba casi seguro que al terminar el recorrido solo podría recordar la ubicación de este.
–Entonces ¿Planeas entrara a algún equipo? – Pregunto Kai interrumpiendo sus pensamientos– Esta escuela es bien conocida por tener excelentes equipos y buenos jugadores.
Tao recordó su charla con el Director esa mañana. Sintió dolor en el estómago por la angustia de tener que liderar a un equipo que lo iba a odiar.
–Si – respondió suavemente –. En realidad me ofrecieron el lugar de capitán en el club de wushu.
–¿¡Eres tú!? –gritó Kyungsoo asustando a Kai y a Sehun.
Tao asintió tímidamente.
–Soy parte del equipo ¡Te hemos estado esperando por semanas! El Director nos dijo que finalmente tendríamos un líder bien preparado, pero no dijo cuándo ni quién.
Tao se sintió confundido repentinamente ¿Qué estaba diciendo?
–Entonces ¿No me odian? – Preguntó sin pensar.
Ahora era Kyungsoo el confundido.
– ¿Odiarte? ¿Por qué deberíamos?
Tao se sintió aliviado. Los nervios que lo habían perseguido durante todo el día desaparecieron por completo remplazados por un profundo alivio.
– ¿Ustedes también están en el equipo? – Preguntó repentinamente recordando a los otros dos chicos que escuchaban la conversación divertidos.
–No – respondió Kai moviendo sus manos en negación –. Nosotros estamos en el equipo de basquetbol.
Sonaba orgulloso y presumido. Tao pudo sentir que había algo detrás de la inocencia del anuncio y no pudo dejar de pensarlo. Entonces, viéndolo de reojo, pudo notar como Kyungsoo rodaba los ojos. Tendría que preguntarle acerca de eso después. Finalmente había llegado al gimnasio. Era gigante, al menos el doble de grande que el de su anterior escuela.
–Ya me voy yendo a los vestidores para prepararme ¿Vienes? – Preguntó Kyungsoo.
Tao asintió entusiasmado mientras se despedía de Sehun y Kai que le habían informado a medias que era su única tarde libre y planeaban dormir el resto del día.
Como era su primer día Tao aún no tenía su uniforme, obviamente tampoco el de wushu. Se sentó pacientemente entre algunas filas de casilleros. Le habían dado su llave antes, así que dejo sus cosas en su casillero y comenzó a explorar un poco el lugar.
Todo en esta escuela parecía innecesariamente grande. Los vestuarios no eran la excepción. Cientos y cientos de casilleros. Docenas de perfectas y limpias duchas. Kyungsoo riendo le dijo a Tao que, técnicamente, la escuela estaba especializada en los deportes, así que tenían muchos servicios para poder manejarse teniendo mucha gente en competencias nacionales y regionales.
Aprovechando la oportunidad Tao le preguntó qué era lo que había pasado antes. Kyungsoo explicó, sonando un poco herido pero sin perder su sonrisa, que así era como todos en el equipo de basquetbol se comportaban. Era muy complicado lograr entrara en el equipo, así que los miembros eran tratados como la nobleza por el resto de la escuela. Ellos creían ser mejores que nadie, especialmente mejores que el club de wushu. Pero Kai y Sehun, junto con otros pocos miembros más, eran realmente buenas personas, aunque, de todas formas, tenían la cubierta de “Miembro del equipo de basquetbol”. Tao jamás había escuchado tanta estupidez sin sentido en tan poco tiempo. O sea, actuaban como si estuvieran en un jodido drama ¿Qué mierda le pasaba a esta gente? ¿Por qué no podía solo hacer lo que le gustaba y continuar con sus vidas?
–Ya es hora ¿Listo para conocer a tus compañeros? – le dijo Kyungsoo tratando de hablar más fuerte para romper la tensión.
Tao asintió. Si, tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse.
La atmósfera dentro de gimnasio era divertida, lo suficiente para hacer sonreír a Tao por dentro. Dos chicos sentados contra la pared hablaban y reían. Uno de ellos continuaba golpeando al otro suavemente. Los otros dos estaban jugando a peleas, combinando pasos de baile con técnicas de wushu. Eran todo un espectáculo. El Director realmente los había subestimado, pensó Tao. Él había estado esperando un par de chicos flojos que si acaso podían moverse y ni siquiera sabían las reglas del deporte. De más está decir que estaba feliz de haberse equivocado.
Tan pronto como se acercaron, los chicos que estaban sentados se pararon, y los que estaban peleando dejaron de hacerlo, aunque continuaron riendo y dándose codazos divertidos.
–¡Chicos! – Grito Kyungsoo – Él es…
–Huang Zitao, nuestro nuevo capitán. Si, ya lo sabemos – interrumpió uno de los chicos que estaba peleando – ¡Hola! Soy Luhan. Este de aquí es Minseok – dijo sonriendo y señalando al otro chico con el que estaba peleando –. Qué bien que finalmente te tengamos aquí.
–¿Cómo diablos se enteraron? Yo recién me enteré hace diez minutos – pregunto Kyungsoo viéndose confundido.
–Tenemos nuestros contactos – le respondió el chico llamado Minseok con una sonrisa traviesa.
– O sea que el Director vino a decirnos hace unos minutos – Uno de los chicos que estaba sentado respondió con una cálida sonrisa –. Hola. Mi nombre es Joonmyeon. Un gusto.
– Y yo soy Baekhyun ¡Hola! – dijo el ultimo chico saludando con la mano. Se veía muy hiperactivo, sobre todo comparándolo con sus compañeros que eran bastante calmados.
Se veían muy unidos, a pesar de tener diferentes personalidades se notaba que se cuidaban el uno al otro. Emocionado y ansioso por la práctica, Tao se saltó algún otro tipo de presentación más extensa.
Una hora más tarde, su práctica había terminado. Habían pasado por lo básico, pero a pesar que su nivel era bastante bueno, Tao vio claramente que necesitarían mucha practica si planeaban ganar algo.
–Entonces mañana a esta hora ¿Verdad? – preguntó Tao.
Todos intercambiaron miradas de culpabilidad.
–En realidad – dijo Minseok finalmente –, nosotros sólo… practicamos una vez a la semana.
–No es como si no quisiéramos hacerlo con más frecuencia – añadió Baekhyun –, es que el gimnasio solo está disponible hoy.
Tao apretó sus dientes ¿Cómo esperaba el Director que ganara algo si solo podían practicar cuando los otros equipos no querían hacerlo?
–Estén aquí mañana. A las 3:30. Yo lidiaré con el Director. Desde ahora en adelante practicaremos todos los días.
Pequeñas sonrisas aparecieron en las caras de los miembros. Excepto la expresión de Kyungsoo, que hizo que Tao se diera cuenta que no iba a ser fácil.
La mañana siguiente fue relativamente calmada. Las clases fueron bien, aunque tenía mayores problemas con el coreano de lo que esperaba. El Director le había dicho que le asignaría un tutor, pero Tao no lo había conocido aún. Paso los pocos recreos con Kyungsoo, Kai y Sehun, que se veía cómodo con su presencia, aunque aún no hablaba mucho.
La hora de almuerzo llegó pronto, se sentaron con el equipo de wushu que los recibió con entusiasmo. Todos reían y hacían bromas, se veían como la mesa más feliz de toda la cafetería. Eran un grupo realmente especial. Irónicamente, los que iban al último año, Luhan y Minseok, eran también los más inmaduros. Minseok era más calmado pero se dejaba llevar cuando estaba con su amigo. Tenía cabello castaño y cara rellenita, que lo hacía ver más joven, y una sincera y adorable sonrisa, generalmente tímida, que le daba un aire de tranquilidad.
Luhan, por otro lado, era el más ruidoso de toda la mesa. El día anterior había mostrado que era muy capaz de concentrarse cuando quería, pero justo ahora no era el caso. Sus ojos brillaban, especialmente cuando sonreía, cosa que hacía constantemente. Su risa, fuerte y vibrante, era la más contagiosa que Tao había escuchado en su vida, y pronto se encontró a si mismo riendo de las cosas más ridículas. Su cabello era entre dorado y marrón, haciéndolo brillar aún más.
La personalidad de Baekhyun contrastaba con su apariencia. Perfecto cabello de sombras oscuras con marrón casi chocolate, y una cara delicada. Su personalidad, por otro lado era un tanto extraña. Podía actuar como un tierno e inocente cachorro en un instante y como una mandona y presumida diva en el otro. Parecía que todos estaban acostumbrados a estos constantes cambios, pero Tao aún se extrañaba cuando esto pasaba.
Joonmyeon era la presencia maternal del grupo. Junto con Kyungsoo, estaban los dos siempre pendientes de que no hubiera peleas. Lucía joven, por su edad, pero tenía un aura de sabiduría. Desde la punta de su cabello oscuro hasta su sincera sonrisa, se sentía una persona de confianza.
Aparentemente Luhan y Minseok eran miembros de casi todos los equipos de la escuela, así que tuvieron que hacer algunos arreglos en sus agendas para poder tener las tardes libres a las 3, ya que dijeron que su principal equipo era el de wushu. Tao estaba realmente agradecido por eso.
Sehun y Kai terminaron de comer y se disculparon por retirarse antes de la mesa. Los demás, después de unos minutos, decidieron que a pesar de ser aún temprano podrían ir yendo a los vestuarios.
A Tao le gustaba su nueva escuela, pero ¿Para qué diablos era esto? Tenía que ponerse un uniforme, como esos que ves en mangas, que hacen ver lindas a las chicas y atractivos a los hombres. Pero no se podía mover con esto puesto. Todo le apretaba y sentía que casi no podía respirar. Nunca antes se había sentido tan aliviado de usar su uniforme de wushu. Con él se sentía libre, a salvo. En casa.
Esperó a que todos terminaran de alistarse. Mientras hablaban, Luhan le pregunto cómo se sentía con el cambio de colegio, país y lenguaje. Aparentemente él también era chino, aunque había estado tanto tiempo en Corea que dominaba el coreano perfectamente. Tao esperaba que él pudiera ser su tutor, pero Luhan inocentemente rompió sus esperanzas, diciendo que el Director no lo dejaba ser tutor, ya que temía que al estar en tantas actividades sus notas terminaran bajando.
A las 3:30 empezaron la práctica. Todo fue genial por un tiempo, hasta que escucharon voces por el pasillo. Kyungsoo suspiró, así como si lo hubiera estado esperando. Cerca de diez chicos casi tan altos como Tao se aproximaron a ellos. Tao vio a Kai y a Sehun en el fondo, escondidos por la multitud, pero estaban hablando y no los notaron.
–¿Qué tenemos aquí? Oh, es el club de ninjas ¿Verdad? – Uno de los chicos comenzó. Algunos de sus idiotas amigos comenzaron a reír.
El club de basquetbol. Debió haberlo esperado.
–Hola chicos ¿Qué es lo que hacen aquí? –intervino Kai mirando a Tao y a Kyungsoo, que solo se limitó a bajar la mirada resignado.
–Practicando – dijo Tao. Sabía que Kai no podía ser de mucha ayuda, así que le hablo directamente al primer chico – y nos gustaría continuar, así que si no les molesta, por favor, váyanse…
La diversión se fue de la cara del chico, siendo remplazada por arrogancia, indignación y rabia. Dio un paso adelante. En ese preciso instante la puerta del gimnasio se volvió a abrir. El chico miró a Tao de arriba abajo, sonrió y finalmente dio un paso atrás. Todo el mundo se calló mientras dos chicos entraban hablando discretamente. Se fijaron y finalmente notaron la conmoción. Escanearon el grupo intentando ver el problema.
– ¡Oye! ¡Capitán! ¡Mira lo que tenemos aquí! – este chico estaba poniendo los nervios de Tao de punta.
El más alto que actuaba como líder se aproximó. Miró directamente a los ojos de Tao.