Apenas va a iniciar el concierto, tu mirada intensa sobre mí, no despegas la vista mientras me roció mi colonia favorita, sonríes de lado cuando nuestras miradas se conectan.
- Me gusta como hueles- insinúas sutil en mi oído antes de irte tras Georg para tomar tu guitarra.
Sonrió quedándome inmóvil hasta que nuestro rubio baterista palmea mi hombro haciéndome reaccionar, libero un gran suspiro y tomando mi micrófono salgo rápido también.
Más tarde, después del show, te vas con nuestros amigos y compañeros de banda dejándome solo, eh dicho que me siento cansado y quiero relajarme a mi manera para ver si te quedas conmigo, para mi mala fortuna Georg te tienta con una “velada inolvidable” en un club nocturno, no hay mucho que yo pueda hacer al respecto.
Frustrado me doy una ducha rápida y pongo cualquier cosa para dormir, me recuesto en mi cama, entrecierro los ojos y libero un sonoro suspiro, en eso tu entras a mi habitación con la idea de despedirte, puedo sentir tu mirada sobre mi aunque no te vea. Te acercas y te sientas a mi lado dejando un beso en mi frente, yo te susurro un “quédate” y tú no respondes.
Entonces recurro a mi última alternativa, te abrazo fuertemente y tú me correspondes, siento como aspiras hondo el aroma de mi cuello y sonrió pícaramente tomando entre mis manos una de las rastas rubias de tu cabello, lo eh logrado.
- Me gusta como hueles Bill- pronuncias separándote y me sonríes.
El silencio reina unos segundos mientras nos miramos, suspiras evadiendo mis ojos. Te despides y te vas prometiendo no regresar muy tarde.
Pasan un par de horas y aun no vuelves, pero me siento seguro, se que eh frustrado tu plan de engañarme, por más que quieras hacerlo, mi perfume te ah marcado. Ya me imagino la chica que tienes entre tus brazos, ella se acerca a ti pero sé que mi fragancia la alejara tarde o temprano, le hará saber que ya me perteneces.
En un instante no puedo evitarme sentir algo inseguro, que no te importara ni a ella mi aroma impregnado en tu piel, en tu ropa, en tu ser, que ustedes seguirán como sin nada. Al menos me consolara saber que ella sabrá que hubo alguien antes, que te quiso tanto para reclamarte como su propiedad.
El reloj sigue su curso y yo aun no puedo dormir, las dudas siguen inundando mi mente, ni siquiera eh recibido un mensaje o llamada de tu parte que me haga sentir tranquilo, quiero confiar en ti, pero por lo menos si estas con alguien a solas, yo también estaré ahí llenando la habitación con mi esencia. De verdad quisiera estar imaginándome cosas, aunque suene paranoico, pero no puedo siquiera pensar en perderte, esas ideas me hacen sentir tan loco y me odio a mi mismo por pensar en eso, aun cuando las posibilidades existan, pero yo insisto en creer en tu palabra.
Mis sospechas aumentan cuando Gustav y Georg llegan, lo sé porque escucho sus voces por más silenciosos que sean, mis nervios se crispan aun mas. Como quisiera no sentirme así. Te escucho llegar después de un rato, se que eres tu porque yo también eh memorizado tu aroma, puedo sentir tu presencia aun sin verte, creo que siempre ah sido así debido a nuestra fraternidad de nacimiento. Solo espero que sientas que te necesito para que vengas y me hagas desechar mis absurdas ideas desde que te fuiste.
Ahí estas, parado en el marco de la puerta de mi habitación, entras después de observarme unos segundos y entonces aspiro fuerte, solo me concentro en tu fragancia. Llegas a mi lado, te metes bajo las cobijas y me abrazas, sabes que estoy despierto así que no dudo en encararte.
- Tom- susurro sin abrir los ojos- ¿Cómo les fue?- te cuestiono curioso.
- Deberías sentirte orgulloso- respondes sin más abrazándome por la cintura y yo abro los ojos mirándote confundido- Lo lograste, pude sentirlo. Nadie se acerco a mí en toda la noche, y la única chica que lo hizo desistió después de algunos minutos hablando- indicas acercándote hasta casi rozar nuestros labios.
- Solo marco mi territorio, ya sabes- me excuso tímido.
- A veces me inquieta que seas tan inseguro Bill- me dices serio y yo agacho un poco la vista pero tú me tomas del mentón haciéndome contemplarte de nuevo- Gracias- finalizas sonriendo uniéndonos en un beso al fin.
Ninguno se atrevió a decir algo mas, mantuvimos el contacto hasta que el aire nos hizo falta, entonces me abrazaste aun mas fuerte aspirando de mi fragancia desde el pecho hasta el cuello hundiendo tu rostro ahí, suspiras en mi oído y yo siento erizarse todos los vellos de mi piel y mis mejillas se ruborizan rápidamente.
- No creo que pueda oler más a ti de lo que ya tu aroma está impregnado en mí. Me gusta como hueles, me gusta cómo me miras, me gusta todo de ti. Nunca podría dejarte, mi perfume también está en ti. Yo soy tuyo, tú eres mío - murmuras aun sin mover tu rostro de ese espacio y vuelves a suspirar.
- Y yo ahora no podría estar más seguro de esas palabras. Te amo Tom- te respondo desde el fondo de mi corazón.
- Te amo mi Billi- dices con un tono ladino dejando un beso en mi cuello mientras acaricias mi pelinegra cabellera.
Vuelvo a aspirar cerrando los ojos, y tu aroma solo me confirma la verdad que yo ya sabía desde antes de que hablaras, hueles a mí, y yo oleré a ti para siempre, me siento tan seguro de ello.
Soy tan patético para celarte tanto, pero ahora sé que estas consciente de mi perfume en ti, y de que tratas de que nunca se evapore de ti, así como yo, que estando a solas solo tengo que aspirar y sé que huelo a ti, y nunca nadie quitara esa fragancia de mí.