-El dolor renuente-
El éxtasis invadía todo su cuerpo mientras unas manos ajenas recorrían sin descaro sus juveniles piernas, su respiración se ahoga en un apasionado y húmedo beso.
Todo su mundo era él
- Di…que me amas –la excitación le robaba el aliento, a pesar de eso aquella voz sonaba siempre con esa característica dominancia suya.
Cada placentera embestida era proporcionada con exactitud haciéndole gemir y apretujar con fuerza las blancas sabanas.
- Ah… te..ngh …te amo –El joven pelinegro dejo ver una leve sonrisa ante la respuesta y acelero su ritmo mientras mordisqueaba y lamía el cuello de Eren, su amante.
….
- ¿Prometes que siempre estarás a mi lado? –Levi volteó a ver al muchacho que tenía entre sus brazos y en el acto deposito un beso en su frente mientras cubría sus cuerpos desnudos.
- Lo prometo…
Mentiroso…
- Eren…Eren –El castaño despertó de sus ensueños -¿estás bien? –miró a la chica que estaba a lado suyo, su amiga de la infancia y compañera de clases universitarias , Mikasa Ackerman, quien lo veía ligeramente preocupada.
- S-si –contestó –solo recordaba algunas cosas
- Seguramente a él ¿No es así? Yo sé que lo extrañas, él era alguien que admirabas mucho lo sé –Eren aparto sutilmente las manos cuando Mikasa puso una de las suyas sobre ellas –Pero debes seguir adelante…
“Era algo mucho más que admiración, Mikasa ¿No puedes verlo o sentirlo?” –pensaba el muchacho algo irritado mientras veía a su amiga.
- Nos vemos mañana –contestó quedamente a la chica y se levantó dispuesto a irse.
- Eren…
- Necesito estar solo, por favor –Mikasa frenó su avance hacia él al sentir sus duras palabras, no era su intención que terminara regañándola y apartándola más de él después de todo.
“No lo olvida, aunque hayan pasado más de tres años” pensaba Mikasa al verlo alejarse. “difícil, pero no imposible competir con un recuerdo”
Eren caminaba a paso por lento por las calles, las memorias de nuevo lo invadían, todos igual de dolorosos, los felices porque creía que jamás volverían y los tristes por haber dejado que pasarán, pero sobre todo aquel día en que todo su mundo se vino abajo.
Flashback
- ¡Por favor déjenme ir a verlo! –Eren forcejeaba con los bomberos y policiales viales que estaban ahí tratando de que el joven no se matase por hacer algo imprudente.
- ¡Imposible muchacho! ¡Espera a que los rescatistas terminan de bajar por el acantilado para verificar el estado del conductor del automóvil! –Los rescatistas bajaban con suma dificultad aquel empinado trozo de tierra cuando de repente, una, dos explosiones seguidas por una tercera que prácticamente envolvió el auto entero en llamas sucedieron frente a los ojos de todos. Parecía una pesadilla, el muchacho de ojos azules quedo un momento estático perdiendo todas sus fuerzas casi desplomándose.
- ¡Nooooooo! –gritó de repente al reaccionar, mientras las lágrimas se derramaban a raudales por sus mejillas -¡Levi! ¡Levi! –Los hombres que lo sujetaban aplicaron un poco más de fuerza para evitar que el joven no se tirara literalmente del barranco ya que había corrido prácticamente hacia el borde.
- Muchacho –dijo compasivamente uno de los policías –no hay nada que puedas hacer, así que por favor, tranquilízate.
Eren cayo de rodillas sintiéndose impotente y derrotado, cerrando los puños e inclinándose – ¡Maldición! ¿Por qué? , dijiste que estarías por siempre a mi lado…
Fin del Flashback
- Aun así te diste el lujo de dejarme ¿no es así? –murmuró tristemente mientras estaba sentado en un columpio de un parque que cruzó en el camino.
Unas lágrimas traicioneras se deslizaron por sus mejillas, al secarlas con la manga de su antebrazo y abrir los parpados, en sus pupilas se reflejaron algo que pudo atisbar a lo lejos, algo que lo dejo helado…