Estaba durmiendo de lo más plácidamente cuando mi celular comenzó a sonar. Me aproximé a él y vi en la pantalla que era una llamada, pero mis ojos estaban lo bastante somnolientos como para ver quién era así que me limité a contestar y ya.
- ¿Bueno?
- Chanyeol, despierta ya.
- Kris… ¿por qué rayos me despiertas a estas horas sólo para llamarme?
- ¿Estas horas? ¡Ya son las 11:30am! Además, recuerda que mañana vamos a ir a la playa.
- ¿Ya es mañana? Qué rápido pasaron los días…
- Sí. ¿En dónde has estado que estás desorientado?
- Estuve en el hospital…
- ¿EN SERIO?
- Sí, Kris. Apenas ayer salí de él –sentí que Baek se volteaba y me agarró de la cintura.
- Oh… yo no lo sabía. Con razón no me contestabas el celular… ¿Ya estás mejor?
- Sí, gracias por preguntar.
- Bueno, sólo llamaba para recordarte lo de mañana. Nos vemos Chanyeol, descansa.
- Sí, gracias –colgué y dejé mi celular en el buró.
- Mmm… –emitió Baek – ¿quién es Kris? –preguntó sin abrir los ojos.
- Uno de nuestros amigos, pero más mío que tuyo. Su novio es más amigo tuyo.
- ¿Tiene novio?
- Sí, se llama Lay, ¿te suena? –volteé para ver su cara.
- … no… –abrió los ojos con leve tristeza.
- No te preocupes. A lo mejor mañana lo conocerás.
- ¿Mañana?
- ¿Recuerdas la sorpresa que te preparé?
- Sí.
- Bueno, mi sorpresa consiste en llevarte de viaje.
- ¿En serio? ¿A dónde? –se veía emocionado.
- Jaja es secreto. ¿Quieres ir?
- ¡Sí!
- De acuerdo. Le pedí a Kris y a Lay que vinieran con nosotros, ¿está bien?
- Está bien –sonrió – Ah, Chanyeol.
- ¿Mm?
- ¿No podría quedarme a dormir aquí para siempre?
Eso hizo que mi corazón retumbara demasiado y que me sonrojara un poco. Di gracias de que los latidos no tuvieran un sonido.
- Ah… no lo sé…
- Mi cama es muy fría…
No digas esas palabras… Se… se pueden malinterpretar…
- ¿P-por qué lo dices? –me sonrojé.
- Nadie duerme conmigo y todas las noches me da mucho frío. Las cobijas no son suficientes.
- ¿Pasaste frío aquí?
- No… no lo hice –sonrió –. Todo fue porque dormí contigo –alzó su mirada y me sonrió aún más pero sin mostrar sus dientes, apretando su abrazo a mi cintura –. Gracias Channie.
- ¿Channie?
- Se me ocurrió el otro día. Me pareció un apodo bonito. ¿Te gusta?
Me encanta…
- Sí, me gusta.
- Jeje. Será mejor que nos levantemos. Creo que es tarde.
- ¿Te quieres bañar?
- ¿Eh? Pero no tengo ropa…
- Yo te presto. Vamos, arriba.
Baek se dirigió al baño mientras yo buscaba ropa que le quedara. Cuando terminé, le dejé la ropa en la cama y bajé a la cocina para hacer el desayuno. Necesitaba liberar mi nerviosismo de hace rato. Yo estaría encantado en tenerlo conmigo todos los días, pero sería un poco injusto para su mamá.
- Buenos días hijo.
- Buenos días, mamá. ¿Hay pan?
- Sí, está en la alacena. Hijo, necesito hablar contigo.
- ¿Qué sucede?
- Es sobre tu departamento. Lo has dejado abandonado y el dueño del edificio quiere hablar contigo para que lleguen a un acuerdo de si lo vende o si lo alquilas.
- Yo lo llamo. Es más, pásame el teléfono –marqué el número y alguien contestó.
- ¿Bueno?
- Soy Park Chanyeol.
- Ah, joven Park, necesito hablar con usted.
- Yo también. ¿Quiere el departamento? Bien, quédeselo.
- ¿Qué? No, joven Park yo quería saber hasta cuándo tenía que guardarlo.
- Ya no más. Quédeselo, se lo regalo.
- ¿Me está insultando, joven Park?
- No. Simplemente no necesito ese departamento y usted no hace más que alquilar los departamentos. Ya no lo necesito.
- Si usted lo dice…
- Bien, que tenga un buen día –colgué.
- ¿Acabas de regalar tu departamento? –preguntó mamá.
- Sí. ¿Para qué lo quiero si no lo utilizo?
- Ese departamento le gustaba a Baek…
- Pero no lo recuerda… –mi voz se cerró – Pretendo comprar una casa, pero todo depende si Baek recupera la memoria…
- Chanyeol, hijo, no te desanimes. Lo hará, y así podrán irse a vivir a una casa.
- Eso espero…
Cerramos la conversación y yo me limité a hacer el desayuno en lo que mi mamá terminaba de beber su café para ir a trabajar. Minutos después, Baek apareció por las escaleras en lo que yo ponía la mesa.
- Ah, ya terminaste.
- Sí. Gracias por la ropa, no creí que me quedaría bien.
- En realidad ese short es más corto jajaja.
- Se ve como un pescador.
- Pero en sí es un short arriba de la rodilla.
- Sólo querías reírte de mí, ¿verdad?
- ¡No! Por supuesto que no. Anda, ven a desayunar.
- ¿Qué hiciste?
- Pan con mantequilla, cajeta y mermelada. Escoge el que quieras.
- ¿Puedo agarrar uno de cada uno?
- Claro, por eso hice muchos.
Mientras desayunábamos estuvimos hablando de diversos temas que nos hacían reír a ambos y hasta terminar llorando por ello. Me alegra mucho que mi deseo se esté cumpliendo.
- Cuéntame más sobre chicos con los que vamos a ir mañana.
- Mmm… Kris… Kris es…
- ¿Guapo? Jajaja.
- No sé si lo sea para ti, pero muchas chicas caen rendidas ante él –dije un “poco” celoso.
- Mmm… tengo que verlo jajaja. ¿Y el otro?
- Se llama Lay. Aún sigo sin saber cómo es que esos dos terminaron juntos. Lay es todo lo contrario a Kris. Principalmente, es muy sencillo, y Kris desborda preocupación de verse bien todo el tiempo.
- No juzgues un libro por su portada.
- Bien… Creo que aquí sí intervino la Física con su “polos opuestos se atraen”.
- Jajaja hablaste muy profesional jajaja.
- Debo de hacerlo jaja.
- ¿Debes?
- Sí. Mi trabajo lo requiere.
- ¿En qué trabajas?
- Me encargo de la publicidad de una empresa. Pero la publicidad por internet.
- Oh… ¿Yo trabajaba?
- Sí. En la misma empresa que yo, pero tú te encargabas de hacer los diseños de los productos.
- ¿De qué es la empresa?
- Celulares.
- Oh…
- Bueno, creo que te dejaré ir. Debes preparar tu maleta para mañana.
- ¿Y qué debo llevar?
- Ropa cómoda y ligera. Todo lo demás lo compraremos allá.
- Está bien. Nos vemos mañana Chanyeol.
Baek se fue y yo rápidamente saqué mi celular para enviarle un mensaje a Kris:
“Espero que ya hayas comprado los boletos. Esta vez, haré las cosas bien”