Desperté temprano, miré a mi lado y apenas eran las 7:35am, cuando estaba planeado que me tendría que despertar a las 9:00am. Me levanté y me recosté en la cabecera de mi cama, repasando una vez más lo que tendría que hacer el día de hoy. De pronto, alguien tocó mi puerta, dejando ver a mi hermana, pidiendo pasar.
- Pasa –dije –
- Hoy saldrá Baek… ¿verdad?
- Sí.
- ¿Y qué planeas hacer?
- Seguir mi plan, eso es todo.
- ¿Necesitas ayuda?
- Aunque suene egoísta, esto sólo nos incumbe a Baek y a mí.
- Lo sé… Bueno, me tengo que ir. Nos vemos –me abrazó y susurró un “suerte” –
Después de que se fue mi hermana ya no hallaba qué hacer. Giré muchas veces en mi cama, dándome cuenta que apenas habían pasado 15 miserables minutos. Resignado, bajé a desayunar, encontrándome con la casa vacía.
- Genial –dije fastidiado –
Milagrosamente, las horas sobrantes pasaron rápido, así que cuando llegó el momento de prepararme, lo hice en tiempo y forma. Ya así, bajé y escribí una nota para pegarla en el refrigerador:
“Mamá, fui al hospital. Voy a tardar en llegar. Chanyeol.”
Me dirigí al hospital, no sin antes pasar a comprar algunos chocolates de leche; los preferidos de Baek. Llegué y el doctor me recibió con una total sonrisa, así que me llevó a la habitación de Baek. Se estaba terminando de vestir con la ropa que traía puesta el día del accidente.
- Oh, Chanyeol –se acercó sonriendo –
- Hola. ¿Estás listo?
- ¡Sí! –estaba entusiasmado – Doctor, muchísimas gracias por todo.
- En verdad espero que te vaya bien muchacho, no olvides venir seguido.
- Lo haré. Vámonos Chanyeol.
Mientras nos dirigíamos a la salida, Baek se agarró de mi brazo, abrazándolo como si fuera un peluche, dejándome con un poco de nostalgia.
- Channie… ¿puedo pedirte algo?
- Claro que sí.
- Ya que somos novios… ¿puedo agarrarte así? –entrelazó su brazo con el mío y me miró – ¿Puedo?
- Ven acá –lo abracé y le di un beso – Puedes tomarme como sea jeje.
- Gracias, Channie.
- ¿Chanyeol?
- ¿Eh?
- ¿Estás bien? –ya estábamos afuera del hospital –
- Ah, nada. Ah… ¿vamos primero a tu casa?
- Mmm… ¿podemos posponerlo? Quiero ir de una vez al parque.
- Oh… ya veo. Vamos.
Fuimos caminando hacia el parque y Baek miraba a todos lados. Supongo que fue porque él no recuerda nada, así que no sabría si estuvo en estos lugares o no.
- Ah Baek, te traje algo –saqué la caja de chocolates –
- ¡Waa! ¿Son de leche?
- Sí. Son tus preferidos… ¿recuerdas?
- Lamentablemente no… al menos no del todo. Sólo lo que apareció en mí fue un recuerdo de su sabor, más no.
- Ah… ya veo…
Nos sentamos en una de las bancas del parque, a presenciar los árboles, las personas que iban a correr junto a sus perros, en general, todo nuestro entorno. Justo como había dicho en su diario, Baek se quedó mirando todo, llevando sus ojos directos a todo lo demás, y de pronto, sus ojos se cruzaron con los míos. Sencillamente no lo podía creer, porque él había escrito que se sonrojó cuando pasó y en este momento se repitió lo mismo.
- Ah, eh… mejor comamos –se llevó un chocolate a la boca –
- Nosotros estuvimos aquí. De hecho, estuvimos muchas veces, pero creo que una sola fue la más importante.
- ¿Ah sí? ¿Por qué?
- Exactamente no sé por qué, pero para ti lo fue –mentira, lo leí en su diario –
- Oh… lástima que no lo recuerde.
- Puedes hacer un esfuerzo.
- El doctor me dijo que no debo presionarme.
- Ah, lo siento.
- No digas lo siento. Mejor comamos, a ver di ah~
Recibí varios chocolates a mi boca, y en muchas de las ocasiones, las yemas de los dedos de Baek alcanzaban a rozar mis labios y él se sonrojaba. No podía creerlo, era imposible. Prácticamente todo lo que había escrito Baek estaba pasando ¡realmente estaba pasando! Por lo que me alegré un poco, ya que eso significaba que mi plan estaba surgiendo.
- ¿Quieres ir a otro lugar antes de tu casa?
- Mmm… la heladería jeje –otro punto igual –
- Seguro, vamos.
Caminamos hasta llegar a la heladería. Le pregunté a Baek sobre qué helado quería, y deseaba que dijera la respuesta que sabía.
- Mmm… vainilla –correcto –
- Uno de vainilla y otro de chocolate por favor.
- En seguida.
Nos dieron nuestros helados y fuimos una vez más al lugar anterior. Ahora ninguno de los dos hablaba, menos que hace rato, por tener nuestras bocas ocupadas. Miré a mi derecha y me encontré con una imagen un tanto divertida y tierna a la vez. Baek luchaba por que no se le regara el helado de un lado mientras que del otro lo estaba haciendo. Terminó todo embarrado de helado hasta que pudo dejar el helado dentro del cono.
- Jajajaja.
- No te rías… -estaba apenado-
- No es mi culpa que no sepas comer un helado.
- ¡Sí lo sé comer! Pero el calor está muy alto…
- ¿Y cómo no se me ha caído el mío?
- Porque tú eres profesional en comer helados.
- Jajaja ¿cómo lo supiste?
- Tengo instintos jajaja.
- Jajaja ven acá –agarré mi servilleta y limpié su boca –
A decir verdad, todo lo que había pasado estaba escrito en el diario de Baek, todo tal cual. Llegó una parte en la que dijo que se manchó de helado, y que yo se lo limpié, así que decidí hacerlo, pero también fue un martirio para mí. Ambos estábamos a escasos centímetros del otro, ya que con un leve acercamiento bien podríamos juntar nuestros labios, pero no sucedió.
Baek se separó rápido con la cara sonrojada mientras que yo me limité a reír bajito. Eso también estaba en el diario, con una gran nota al lado “MI CORAZÓN PALPITABA A MIL POR HORA”, así decía, así que he de suponer que también ha de estar pasando.
- Eh… ¿nos vamos?
- S-sí, déjame ir a lavarme la cara.
Baek fue a agarrar un poco de agua de la fuente cerca de nosotros y se lavó la boca, justo como decía el diario. Vaya, honestamente, jamás creí que de verdad funcionara este plan, pero me alegro que esté dando buenos frutos. Baek regresó al poco rato, evitándome mi mirada. Eso también estaba escrito.
Llegamos a su casa y me fijé en el reloj, eran las 4:56pm. ¿Tan rápido se había pasado el tiempo? No me di cuenta. Permanecimos un rato afuera para acabarnos los chocolates que sobraban y así poder llegar intactos. Cuando terminamos, volteé a verlo y estaba un poco nervioso, supongo que por lo de hace rato.
- Bueno Baek, debes entrar. Lo más seguro es que tu mamá está preocupada.
- ¿Eh? Ah… sí. Entonces… nos vemos…
- Nos vemos Baek –le di un abrazo –
- Nos vemos… -se separó un poco y me dio un beso en la mejilla-
Baek se fue corriendo y entró, pero más tardó en hacerlo en que se empezaran a escuchar risas y llanto de emoción, por lo que me fui alejando poco a poco de su casa, para que sólo quedara la familia en su reencuentro. Todo el camino estuve pensando en que es maravilloso que esto esté pasando, pero no sólo a Baek, a mí también me hace revivir las emociones de aquél entonces, incluso, reaccioné de la misma forma en esa ocasión y ahora…