Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Alter Ego. por Agatha Shadiness

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Segunda parte: Seto.

Hoy.

¿Cuántos días habrán pasado desde que estás aquí encerrado mi amigo?, ¿Cuántos?
Podrían ser milenios desde el último instante en que estuviste consciente, sabes bien que esos médicos están conspirando contra ti. Seguramente alguno de los enemigos de tu empresa encontró la manera de meterte en este lugar y pagarles lo suficiente para tenerte encerrado.

¿Pero, exactamente en dónde estamos? Bien sabemos tú y yo que es un psiquiátrico, las paredes blancas y acolchonadas así lo delatan, pero lo siento Kaiba, ni siquiera yo puedo saber con exactitud cuál de todos es.

Y estoy casi al borde de la desesperanza mi amigo. Dejaste morir a Joey. Le fallaste.

Mírate Kaiba. Tiritando de lágrimas, con los ojos hinchados, con la piel amoratada de golpearte contra las paredes. Aún no entiendo cómo llegaste a este punto. Según tenía entendido tú eres el más fuerte de los empresarios en esta ciudad, el más inteligente de los estudiantes, el más apuesto de los jóvenes.

Con tus ojazos azules, con tu cabello castaño, pero encerrado en un manicomio por loco, por creer que eres tú, siento otro.

¿Qué? No me mires así. Tú mismo los has escuchado, “trastorno de identidad disociativo”, pero entonces, si tú no eres tú, si tu vida no es tu vida, si tu nombre no es tu nombre, ¿Quién soy yo?

— ¡Cállate, yo soy Kaiba! ¡Yo soy Seto Kaiba!

No me grites que estamos en la misma situación.

— ¡Cállate! ¡Cállate!

Si sigues gritándome vendrán a dormirte, como lo han hecho los últimos días, óyeme, yo no tengo la culpa de tus descabelladas ideas. ¿Cómo para que jodidos dejaste que te atraparan?

Pero para que veas, yo no soy como ellos y ahora que me lo confirmas y viéndote bien, te creo. Deberías escapar amigo, así les muestras que tú eres tú.

— ¿Cómo?

Llévalos a KC. Ni modo que se hagan idiotas y como que no ven la empresa, por dios, si es un edificio de veinte pisos.

—KC.

Si. KC.

 

 

 

 

 

 

Hoy. Pórtate bien Kaiba, si no esos no se creerán tu cuento de: Ya estoy mejor, si señores, tomaré lo que me digan, diré lo que me digan, ya estoy bien. Ya.

¿Vez?

Si te portas bien, pronto te quitaran la camisa de fuerza y luego te dejaran salir al patio, junto con los locos esos que hablan con el cielo y las plantas. Oye, hace un día vi un tipo extraño, le gritaba a una pared.

Dios. Este lugar es de locos, me da miedo.

Hay alguien tocando tu puerta Kaiba. Bueno ni modo que vayas a abrir, seguramente los guardias lo dejaran pasar.

—Hola. – Pero mira nada más, la providencia ha traído a Yugi Mutho. Excelente.
— ¿Excelente?— Idiota Kaiba. Úsalo para que convenza a los doctorcitos de tu mejoría, hazle creer que te tragaste su cuento de: Tú eres Joey Wheeler.
— ¿Dijiste algo?
—Hola Yugi.
—Oh, hola ¿Joey?
—Sí. Debe darte algo de miedo venir aquí, pero ya estoy mejor amigo.
— ¡Oh Joey! Gracias al cielo, llegue a pensar que nunca entrarías en razón.
—No amigo, los doctores me han ayudado mucho, me dieron medicamentos y ahora estoy más lucido.
—Eso noto claramente, ¿ya no crees que eres ese tal Seto Kaiba?
—No Yugi, ya no.
—Que bueno Joey, la verdad yo si estaba muy asustado, ese tal Kaiba no existe amigo, no me pongas esa cara, yo investigué Joey, tú lo inventaste todo, no sé como hicieron los doctores, en la preparatoria no querías entender lo que yo te decía.
—Todo ha sido gracias a los medicamentos amigo.

Mentiroso Kaiba, yo te vi y no tomaste los medicamentos, los sabes esconder bien bajo tu lengua. Anda, convence al enano para que te ayude a salir.

—Yugi, amigo tienes que ayudarme, no me dejan salir de este cuarto y la camisa me entume los brazos.
—Pero Joey, es por tu bien.

Estúpido enano. ¡Anda Kaiba invéntate algo, no que muy genio!

Oye Kaiba… ¿ya notaste como te ve el enano? Creo que le gustas. Ja. Está loco, pero tal vez puedas aprovecharte amigo, un poco, sólo para variar.

—Yugi, yo sé que es por mi bien, pero en verdad esta camisa es un castigo, lo siento, lamento haber causado problemas, pero por favor Yugi, tú siempre has sido muy especial para mí, ayúdame.

Engreído Kaiba. Engreído y además coqueto, el enano está sonrojado, mira bien. Casi te salta encima. Se nota que le gustas como de aquí a Plutón.

—Joey…— Suspiró. Oh. Suspiró, pero no se compara con tu lindo Joey. — ¿Qué quieres decir?
—Que me gustas Yugi, pero estaba tan enfermo que no era capaz de decírtelo.
—Joey.
—Si pudiera te besaría Yugi.

Eha Kaiba, te estás pasando de listo.  Oye qué hace el enano, ¿por qué se acerca tanto?
 ¿Por qué te inclinas?
 ¿Por qué lo besas?

¡Perro traidor!

 

 

 

 

 

 

Hoy. Sigo con mi indignación mendigo traidor. Besaste al enano, yo sólo te dije que lo usaras, no que te lo tiraras. Eres un perro traidor Kaiba, Joey debe estarse revolcando en su tumba por tu culpa.

Pobre rubito, tan hermoso él, tan tierno, tan puro. ¡Él jamás te haría algo así!

— ¡Ya cállate! Sólo lo hice porque era la única forma de convencer a Yugi. Serás idiota. Por si no lo notaste cerebro de cacahuate, los doctores están considerando muy enserio dejarme pasear solo, ¿acaso no recuerdas que tu estúpida ayuda no me sirvió de nada?

Bueno, pero yo fui quien te dio la idea, no me digas que no.

—Da lo mismo. Ahora que Yugi intercede por mí ante los médicos tengo más libertades, aunque por la noche aún tengo que dormir atado a esta estúpida cama.

Sí, pero durante el día ya sales a caminar sin la camisa de fuerza, sólo un poco más y serás libre. Podrás mostrarles que no estás enfermo y que KC existe. Además, podrás encontrar a los malditos que asesinaron a tu Joey y vengarte. Vengarte por lo que te hicieron amigo.

—Joey…Joey.

Lo extrañas. Sé que si, lo amabas tanto amigo, vamos no llores, la justicia pronto vendrá compañero y yo voy a ayudarte.

—Sólo me quedas tú y mi pequeño Mokuba, no sé qué estarán haciendo con él esos malditos, ¿por qué no viene por mí?

Seguro está en la mansión, esa fortaleza que tú le creaste para que siempre estuviera a salvo amigo, recuerda que le dijiste que no saliera de ahí si había peligro y tu hermanito siempre te ha hecho caso. Entonces te estará esperando.

—Sí. Moki. Hermanito, espérame sólo un poco más, pronto estaré de nuevo contigo.

Así es Kaiba. Así es, duerme ahora mi hermoso Seto, descansa porque necesitarás toda tu fuerza para escapar de este encierro cruel al que no deberías estar sometido. Mi lindo Seto, mi hermoso Seto.

Ya te has dormido y no escucharás cuanto te amo mi pequeño.

 

 

 

 

 

 

Hoy corre amigo. ¡Corre con más fuerza! Los hombres de blanco casi te alcanzan. Anda más rápido, hecha a correr por entre los callejones.

Fue sorprendente como brincaste la barda del psiquiátrico, más sorprendente como corriste hasta la orilla de la ciudad, después de todo, ni estaba tan lejos. Pero ahora corre todo lo que puedas, porque ya te pisan los talones. Mira Kaiba, a unas cuantas cuadras la KC en todo su esplendor. ¡Corre ya casi llegas!

Ahí está tu territorio, ahí eres invencible. ¡Corre, por tu alma, corre!

Unos metros más y lo lograste, anda, escóndete entre las columnas de la empresa, que aún te están buscando. Aquí, desde atrás de las paredes que sólo tú conoces observa sus movimientos.

Mira, han entrado tres de los guardias, Yugi viene corriendo tras de ellos, seguramente lo mandaron llamar. Mira, también hay doctores y enfermeras, vienen con sus maletines de medicina, si te descuidas seguro te duermen.

Eso es, escóndete detrás de las columnas para que no te atrapen.

—No quiero que me sigan más. Voy a mostrarles que yo soy Seto Kaiba.
—Joey amigo, escúchanos por favor, estás enfermo necesitas atención.
—Por favor joven Wheeler, no haga esto más difícil. — Cómo se atreve ese maldito médico de quinta, ordenarte a ti, ¡Y en tu propia empresa!

Tienes que darles una lección. Eso es, corre a la parte posterior amigo. Ahí tienes armas, ¿qué usarás?

Ohh, la calibre.

Mira, ellos no conocen estos terrenos Seto, si te pones listo, pronto caerán bajo tu mano, pagaran su osadía. Muévete como un gato silencioso, eso es. Los tienes justo donde los quieres, apunta amigo, justo a la cabeza del doctor, por su espalda, la bala le atravesará el occipital.

Muerte segura.

— ¡Joey amigo!, escúchame un segundo, no vamos a hacerte daño. Escucha, Seto Kaiba no existe, mírate bien en uno de los espejos de este lugar, hay muchos ventanales, por favor Joey no quiero perderte. ¡Joey yo te amo!

Oye amigo, ¿Por qué no disparas? No estarás reconsiderando lo que te dice.

—Cállate.

¿Por qué buscas uno de los ventanales? No ves que sólo quiere confundirte. No lo hagas Seto, no te veas en el espejo. ¡No! Te lo ordeno, no lo hagas.

— ¿Pero, por qué? ¿Por qué tengo el cabello rubio y los ojos mieles? ¿Qué es esto? ¿QUÉ ES?, ¡exijo que me contestes!
—Joey— Oye tonto, con tus gritos de lunático ya nos encontraron. ¿Qué vas a hacer ahora?...¡Ja! Correr, al parecer es lo único que te sale bien.

Eso es, corre al piso inferior. A ver qué es lo que logras.

— ¿Qué es esto, qué es…qué es?

¡Oye! Deja de mecerte en esa esquina que ya casi se acercan. ¡Déjalo ya! ¡Corre idiota!

— ¿Yo soy Joey? Quién soy ¿¡Quién!?

Seto

— ¿Moki, qué haces aquí?

Hermano

— ¿Moki, por qué desapareces?, vuelve, ¡vuelve por favor!

Moki está aquí, eso significa que este lugar no es KC, sino la mansión, Kaiba estás loco, nos trajiste a la mansión a todos, qué querías ¿eh?

Matarnos y escondernos en tus calabozos. ¡Pensabas traicionarme!

— ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!

Hermano, escúchame

—Moki, ayuda, por favor.

Escúchame. Tú no eres Seto Kaiba

¿Qué? Mokuba está diciendo una barbaridad, cómo que no eres Kaiba. ¿Entonces quién eres tú? Embustero, farsante. Me has engañado todo este tiempo.

— ¡Cállate, tu cállate!

Hermano escucha, yo soy parte de ti, soy una invención de tu mente. Igual que la voz que escuchas

¡Cállate enano traidor! Mira Seto, tienes que correr, ahí vienen los médicos.

—Joey. —Es Yugi, convéncelo de ayudarte.

—Yugi…Yugi…— ¡Anda! Dile que te ayude, dile que Mokuba nos ha traicionado, dile que tú eres Kaiba, tú eres Kaiba, ¡Seto Kaiba! – ¡¡¡Noooo!!!
—Tranquilo Joey, todo es parte de tu imaginación amigo, tranquilo, los doctores van a ayudarte.
—Yugi, ayuda, por favor— No llores amigo, me das vergüenza, me das asco. ¿Cómo te rindes tan fácil? ¡Has aceptado lo que estos te dicen! Tan fácil.

— ¡Cállate! No soy Kaiba. Yo soy, soy… ¡Déjame! ¡Vete! ¡Largo!—  Como quieras amigo, si piensas que puedes hacerlo solo te diré que siempre has dependido de mí.

Bien, deja que ellos te lleven, ¿vez cómo Mokuba se disipa en el aire?, lo mataste. Como a todo lo bueno que hay a tu alrededor. Si, tú no eres el Seto Kaiba que yo cuido con tanto amor. Tú no eres. Tú eres un perdedor, lárgate, al psiquiátrico donde te encerraran de nuevo.

Llora, eso. Llora como el perro que lo pierde todo.

—Ahh—

¿Qué es eso? Ese sonido viene de la parte más oxidada de este lugar, ahora que lo veo bien, era cierto de tu amigo Yugi, estás loco, este lugar no es más que un olvidado y viejo edificio pudriéndose de mugre. Qué bueno que te han llevado lejos, donde no pueda ni olerte.

—Ahhh— Otra vez ese sonido; oh, el lindo Yugi ha escuchado y asiste al lugar. Mueve unas láminas, pero ¿qué es eso?, un chico de cabellos castaños, un lindo chico delgado.

Eres un maldito, lo tenías encerrado en ese lugar, atado con esas viejas amarras, está casi al borde de la muerte. Pobre, apenas es un niño, no cabe duda para la maldad no hay límites.

— ¡Ayuda! Médicos aquí por favor. — ¡Eha! De ahora en adelante le daré más crédito al pequeño Yugi. Ha logrado traer a los doctores para que revisen al joven.

Oye preciosidad, no te preocupes, yo te voy a cuidar de ahora en adelante. Eso es, aférrate al médico, dile qué te duele corazón.

— ¿Dónde estoy?— Uy, pobre de ti mi amor, estás tan lastimado que tu voz sale apenas en un hilo, no te preocupes yo te ayudo.
—Hola, estás a salvo ahora, ¿cómo te llamas?— Aléjate de él enano, es mío.
—Kaiba Seto.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).