Juraba desde sus adentros que había soñado con la hija de ambos, maldecía ese sueño, por poco y entraba en shock, para ser sincero, eso fue una hermosa pesadilla; al abrir su ojo se topo con dos enormes y bellos ojos color cielo
-¿Estás bien Papá Zoro?-
Dio un grito espantado que casi lo hizo caer del sillon, hubiera jurado que se habría tratado de un maldito sueño -¡Es imposible!- las manos de la chica taparon su enorme boca -¡Mmnmnn!-
-¡No grites Papá Zoro! ¡Guarda silencio!- era necesario que no gritara, era de madrugada y el resto de sus Nakamas se despertarían -¡Si guardas silencio te contare todo! ¡¿Entendido?!-
Asintió varias veces con tal de que la rubia lo soltara, aun estaba sorprendido, esa muchachita era la viva imagen de su rubio, pero las expresiones eran suyas, incluso la forma de mirar, era amenazante e intimidante –no puedo creerlo- se incorporo y la miro detenidamente -eres idéntico a él- a excepción que no tenia esas cejas que tanto lo caracterizaban al cocinero -¿Cuántos años tienes?-
-Quince años- dijo victoriosa levantando sus manos con orgullo –y medio, cumpliré los 16 en muy poco tiempo-
-15 años, eres una mocosa ¿En verdad eres nuestra hija?- sin darse cuenta se había parado de nuevo y tocaba sus cabellos tratando de creer la situación, aun dudaba, su hijo o hija aun no había nacido en estos tiempo -¿Lo eres?-
Inflo sus mejillas y frunció sus cejas -¿Dudas de mí? Que grosero- corrió y salto sobre su espalda, comenzó a despeinarlo -¡Papá Zoro idiota, idiota! ¡Te gusta el Sake! ¡Papá Sanji está en cama por que lo maltrataste! ¡El Tío Luffy por la mañana te golpeara en el estomago! ¡Creo que te lo merecerás!- se deslizo bajo de él con rapidez y volvió hacia el frente, uno de sus brazos sostenía el peso de su cuerpo –Eres algo idiota- noto que se tapaba su ojo -¿Qué pasa Papá Zoro?- le pareció extraño que el peli verde actuara así
-¡Tu vestido, tu vestido!- la señalaba sin verla -¡Ponte de pie, tu ropa interior, tu vestido!- al estar en aquella posición, su vestido no se sostuvo arriba, dejando a la vista su bella ropa interior de ositos
-Mi vestido- susurro, volvió a ponerse de pie y listo –ya puedes mirarme, eres vergonzoso- el espadachín la miro lentamente, seguía sonrojado -tal y como te describió Papá Sanji- sus ojos mostraron opacos, tristes, la luz que lo iluminaba no estaba –Me preguntaba qué clase de persona eras, sabes, según Papá Sanji yo tenía mucho de ti en mi interior, habían fotografías, te conocía físicamente, pero quería saber tu carácter, siempre quise hablar contigo-
-Pues…- no era rudo con mujeres, primero oiría la historia que tenia -aquí estoy- tomo asiento en el sillón
-¡Sí!- se sentó a su lado –sabes Papá Sanji siempre hablaba de ti, decía que eras un salvaje y un Marimo- apretó sus dientes, como odiaba ese apodo –también decía que eras un salvaje en la almohada ¿rompías las almohadas cuando dormías?- se toco su mentón con la duda plantada en su rostro
Era un chica inocente, no lo podía creer, dijo algunas verdades -¿Qué diablos te dijo ese Cejas de sushi? Es un desvergonzado- a Sanji en verdad que se le fue la boca al decirle eso a su pequeña hija… -espera ¿has dicho que siempre has querido saber mi carácter? ¿Ah pasado algo conmigo? Quiero decir…¿me entiendes?-
Asintió, apretó los labios, era difícil hablar, pero heredo la sinceridad de sus dos padres, cerro sus ojos y suspiro -Hace casi 15 años atrás, cuando yo tenía 3 meses, aun vivíamos en el Sunny Go, no recuerdo nada,pero por lo que me dijo Papá Sanji, un día atacaron el barco buques de la marina con sus almirantes y tu nos protegiste, a pesar de ser el mejor, no pudiste con tu familia como peso, terminaste siendo un sacrificio en vano, lo siento Papá Zoro- lloraba por su padre que falleció cuando ella aun no lo podría recordar –si hubiera sido más grande, hubiera podido pelear junto a ti, perdóname-
Así que esta era su futura hija, era bella, sensible, sincera y heredo algo de ambos, le creía, sin duda alguna era su pequeña -no llores- limpio con un dedo la lagrima de su orbe -una hija mía no debo llorar de algo tan absurdo-
-Pero…- sujeto su mano –yo ya no pude tenerte a mi lado, crecí sin ti-
-Lamento eso- la abrazo cariñosamente, su hija tenia la sensibilidad de Sanji y su rudeza –pero has crecido bien, mírate, eres mi hija-
Apretó las mejillas de su padre y las tironeo –es la primera vez que oigo de tus labios llamarme hija, soy feliz, siempre lo oí de Papá Sanji- lo soltó y comenzó a hurgar el bolsillo de su vestido –este vestido es único, Tía Nami lo confecciono para mi, tiene bolsillos- retiro un pequeño frasquito –este es un medicamento especial para Papá Sanji, ahora está sufriendo mucho, inyéctaselo- sonrió con pena –aliviara su dolor-
-Gracias, eso quiere decir que con esto se mejorara- dejo lo recibido en su haramaki y luego guardo silencio –lamento lo que les hice ayer, de seguro lo sabes-
-Te perdono y desde ahora cuídalo muy bien y no dejes que se enfade mucho, el paso a la felicidad siempre es difícil y duele-
Acaricio su cabellera en modo de agradecimiento –agradezco eso, por cierto ¿Cómo llegaste a estos tiempos?-
-Te lo dije, el paso a la felicidad siempre es difícil y duele- apretó sus manos –hice muchos sacrificios para llegar aquí, mis manos se han manchado de sangre por mi objetivo de verte-
Sonrió –eres como yo, somos iguales, realmente eres mi hija- sinceramente le hubiera gustado que su hija herede su color de cabello, aun que si heredo el de Sanji no tenía por qué quejarse
-¿No me preguntaras que hice?-
Alboroto sus cabellos en un brusco movimiento con sus dos manos –cada uno hace su vida como quiere, el paso a la felicidad siempre es difícil y duele- se dio cuenta que esa era la misma frase que le dijo su hija, no la recordaba por ella, salió del alma, sonrió divertido -supongo que esa frase se la dije a Sanji y el te la transmitió a ti-
-Sí, es verdad- se aferro a él –se agota mi tiempo Papá Zoro, recuerda, inyéctale la medicina y no lloren, sonrían como siempre lo han hecho-
-¿Rose?- comenzó a sentirla fría, parecía un bloque de hielo
Le era imposible seguir ocultando su dolor, sus lagrimas -hay muchas oportunidades en la vida- dijo temblorosamente, se aferraba con más fuerza al Marimo -adiós, te amo Papá Zoro-
Cerro su ojo con fuerza, suplicaba que su pequeña niña no se fuera -¡Espera!- fue tarde, ya no la sintió entre sus brazos –Rose…- se encontraba solo en la torre, miro de un lado a otro buscando a su pequeña, no estaba, retiro y apretó el frasquito en su mano, no permitiría que su bebé muriera -no te preocupes, te cuidare, tenlo por seguro mi pequeña Cejas de sushi- aun de madrugada se fue hasta la enfermería y comenzó con su cuidado al rubio, especialmente en la inyección. La tripulación se fue despertando por el escandaloso ruido que se oía en esa parte del barco
Luffy corrió hasta llegar donde se encontraban ambos rivales, apenas diviso al espadachín preparo su puño -¡Zoro! ¡Deja de hacer ruido!- un golpe directo en su estomago acallo el escándalo -¡¿Qué estabas haciendo?!- la premonición de su hija acertó dolorosamente, ya estaba el golpe de su Capitán
-¡No grites aquí que Sanji-kun está descansando!- el Capitán también recibió un golpe de parte de la navegante –Aun con este ruido no despertó- miro al cocinero que no movió un ápice –Zoro ¿Qué estabas haciendo?-
A duras penas se levanto -Se me cayeron algunas cacerolas y platos, la cubeta con agua y otras cosas, quería preparar algo aquí adentro- el desastre estaba en los pies de todos –lo limpiare luego-
El Cyborg se adelanto hasta estar cerca del espadachín –no te preocupes Zoro, yo lo hare enseguida- con su mano de una sola vez levanto lo que se cayó y con la otra limpio lo mojado -¡Súper listo!- Zoro extrañamente agradeció y Robin lo miraba, noto que se encontraba con humor, como si Sanji se mejoraría
–Bien, creo que Sanji quedara a tu cuidado- movió sus manos haciéndole seña a sus compañeros de que se retiraran, la arqueóloga tenía una buena intuición
-Creo que lo dejaremos cuidarlo por ahora ¿verdad Mugiwara-ya?- Luffy en el piso levanto su dedo, Usopp rápidamente lo tomo de las piernas y lo arrastro hacia afuera
-Zoro- Robin se le acerco desde atrás -¿ah que se debe este cambio?-
Solo le mostro una sonrisa sincera sorprendiendo a la mujer –me di cuenta…- cerro su ojo, pensaba en su pequeña Rose, iba a ser una preciosura al nacer y en cuando se convirtiera en una jovencita no permitiría que tuviera novio, eso muerto –que la familia es lo primero- ella comprendió lo que quería decir, aunque estaba algo enojada le causo felicidad, Zoro lo perdono y ahora quería más que nada disculparse y estar a su lado, apoyo su mano el hombro de su compañero y sin ninguna palabra que sería de sobra lo dejo junto al cocinero, necesitaban aclararse muchas cosas cuando despierte…
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Me siento extraño, pero no es cosa del golpe que me di, algo andaba mal, muy mal, me encuentro en un cuarto oscuro, no puedo oír nada, no puedo ver nada, solo mis manos ¿Qué es esta habitación? ¿Dónde estoy? Comienzo a tener miedo, jamás eh estado tan solo como ahora, cierto, no estoy solo, estoy con mi pequeño Marimo, el está conmigo, no tengo nada por qué temer, nos cuidaremos mutuamente…
¡¿Qué fue eso?! Escuche tres fuertes golpes y ahora…hay un charco de sangre bajo mis pies ¿de dónde salió? ¿Cómo llego sangre a mis manos? Estoy teniendo miedo, esto es una pesadilla horrible, sangre desconocida en mis manos y pies, todo oscuro, no veo a mis Nakamas, no veo a Zoro, me aferre a mi vientre, no quiero estar solo aquí con mi pequeño, veo que el charco color carmín crece más y más bajo mis pies, esta tiñendo la habitación de rojo, el techo también gotea sangre, no quiero, escucho el llanto de un bebé que se acerca más y más a mi ¿mi hijo? Algo le estaba pasando -¡Ayuda!-
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-¡Chopper! ¡Ven! ¡Chopper!- Zoro con desesperación llamo en reiteradas veces a su Nakama que tardaba, algo estaba muy mal, el cubrecama que reposaba el delgado cuerpo del rubio se comenzaba a teñir de un rojo intenso y las expresiones de su amado no eran buenas, parecía estar sufriendo de alguna manera, el reno apenas ingreso se altero de tal manera que no podía moverse ni decir nada; el espadachín comenzaba a impacientarse -¡No te quedes ahí! ¡Intenta algo Chopper!-
Law entro a pasos rápidos y fue directo al rubio, toco su frente y miro la cama -¡Esto es malo!- toco el vientre de Sanji, sintió una anomalía -¡El interior se está dañando!- Nami no podía decir nada, ni el resto, solo observaban aterrados lo que le sucedía al cocinero -¡…chame una mano doctor-ya!- el pequeño volvió en sí y con pequeñas lagrimas en sus ojos comenzó a desalojar la enfermería a duras cuestas, la angustia podía verse en el rostro de cada uno
Su hija…su amada hija estaba muriendo y no podía hacer nada, se sentía impotente, esa niña de bella sonrisa y gran corazón estaba desapareciendo de su mundo, de su vida, no quería, no quería perder a su tan bella rubia, a la rubia de ambos, su única hija, la preciosa Rose debería llegar dentro de unos meses, no era el momento de su muerte, aun no
Sintió las manos de Chopper en sus hombros -¡No quiero!- forcejeo con el reno, no quería abandonar a su familia en ese momento tan crítico, debía estar allí, apoyarlos, estar juntos -¡Esfuércense! ¡No te rindas, Rose!- de alguna manera intentaba acercarse a Sanji, a su vientre, tocarlo y mostrarle que estaba allí.
Rose seria la niña que lo volvería loco en todos los sentidos y él como una mala persona la regañaría y Sanji como la buena persona que era la abrazaría consolándola por los regaños -¡No nos dejes! ¡No dejes a Papá Zoro ni a Papá Sanji!- grito a lo ultimo con su ojo empañado de lagrimas
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