Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sombras tras el fin por YamiYo

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Yu gi Oh! ni sus personajes me pertenecen, sino a Kazuki Takahashi c:

 

No te gusta la angustia, no lo leas.

Notas del capitulo:

Hola *revivi (?*

Aqui dejando un oneshot, el cual esta ubicado despues de la partida de Atem.

No quiero decir mucho...

Disfruten c:

 

Era una mañana calurosa, era el terrible lunes. El día no tenía la culpa, pero las personas presentes tenían una gran repercusión. Había pasado ya cuatro meses desde la batalla final, la partida del faraón y todo lo que se llevó junto a él, se supone que traería paz. Al menos eso solían decir Yugi, Joey, Tea y Tristan. Recordando con admiración al aclamado Atem.

 

Pero nadie lo volvió a nombrar a él… no les gustaba ese nombre.

 

-“El rey de los ladrones, mi otro yo, la persona que dijo que ignorara el pasado, que no va a volver. Aceptar la muerte de mi querida madre y hermana, nada iba a lograr pensando una y otra vez que haría si estuvieran aquí. Le gustaba que le dijera Akefia” –pensaba Ryou, con un lápiz entre los dedos.

 

El tedioso horario escolar daba inicio. Después de ese hecho, no tuvo mucha relación con las amistades conseguidas en el colegio. Se encontraba solo otra vez. Por la mente del albino siempre recorría la idea de ir a conversar con Yugi, seguro él lo comprendería… solo tal vez. El también debió sufrir después de la partida de su otro yo.

El ambiente le fue tentador. Era el receso, no había nadie en el salón, y Yugi estaba solo. Al observar que este no realizaba nada importante, se le acerco.

 

-Hola Yugi ¿Qué tal estas? –saludaba amistosamente el albino. Estaba más delgado y pálido de lo normal. Debajo de sus desanimados ojos, se abrían paso unas amplias ojeras que delataban su mal sueño.

-Gracias por preguntar, yo estoy bien.- respondió el tricolor observando a su compañero. Dándose cuenta, rápidamente, de que no le iba igual-.Disculpa ¿Estas enfermo? –se atrevió a preguntar dejando sorprendido a Ryou.

 

Dejando de lado su impresión, se sobo los ojos, se sentía cansado. –No, no realmente-.no tenía intención de sonar bien ni nada convincente.- Necesito hablar contigo.

 

-Está bien.-contesto, con un rostro que inundaba preocupación.

 

-¿Extrañas a Atem? –dijo, claro y directo.

 

-Pues claro, he convivido con él por casi un año conscientemente. Ha sido un gran amigo, no me juzgaba, siempre me apoyaba, no tienes idea de cómo lo extraño. Pero sé que por el bien del resto ya no está.  Era tan noble.. –dijo suspirando, con una mirada perdida, llena de nostalgia.

 

-¿Qué opinarías si a mí me pasara lo mismo? Si yo… -intentaba articular las palabras, pero tenía miedo, un miedo irracional-. Si yo extrañara a Akefia…

 

Yugi quedo atónito. Lo que había escuchado no le parecía coherente, no era posible.  Parpadeo un par de veces, pero la voz no le salía. Ryou solo vio el miedo impregnado en los ojos del amatista, era tan cortante como si fueran dagas.

 

-Pero…- decía emanando el miedo-. No entiendo ¿Extrañas a la persona que casi te mata tres veces? ¡Tres veces! Ryou explícame. –decía alterado.

-No entiendes. –musito suavemente-. Pensé que ¡tú! Podrías ayudarme, porque ¡tú! También has vivido con un espíritu. –termino gritando, mientras las lágrimas salían sin aviso. La rabia consumida el frágil cuerpo. Sintió como si Akefia estuviera ahí, que le daba las fuerzas para gritar y desahogarse. Pero la ilusión se fue tan rápido como llego.

 

-No es lo mismo. –decía Yugi sin comprender. Viendo a su amigo sufrir.

 

-¿Cómo que no es lo mismo? –replico acercándose -. Acaso crees que me pegaba, insultaba todo el día, que nunca se preocupó por mí. Pues estas equivocado. Fue el único, te recalco, el único que me ayudo después de la tragedia que sufrió mi hermana y madre. No podía hacer nada, no salía, no hablaba, no comía; mi padre viajaba demasiado, estaba completamente solo, hundido en la depresión, pero  él llego. –Dio un gran respiro-. Si aún no lo entiendes, lo quise, quizá demasiado… quizá de manera romántica. Pero Atem me lo arrebato, de un tiro, mi mundo, lo mato frente a mí. –dijo recordando ver caer el cuerpo, sin vida, sin alma-. Yo también viaje al pasado, sin querer.

 

Yugi sintió como si le quitaran el aire. No podía moverse, estaba tan impactado de todo lo que acababa de escuchar que solo pudo soltar una lagrima. Volvió a sentir dolor, el dolor que sintió cuando derroto a Atem en la ceremonia. El dolor que le dio verlo irse en esa puerta.  Pero no estuvo solo, estuvo su abuelo, sus amigos… pero para Ryou no.

 

El tricolor abrazo a su compañero, sintiendo el hombro humedecerse entre lágrimas. No importaba, quería ayudarlo, se sentía tan culpable de todo. Cuando los ojos del albino no dieron más, lo miro.

 

-Gracias,  supongo. –sin más palabras, se dirigió al baño para lavarse la cara antes de volver a clases.

 

El resto del día pasó rápido, tal vez porque no presto atención a ninguna clase. Al volver a su casa, se dio una larga ducha con agua fría. Su cuarto estaba desordenado, los libros tirados, la ropa sucia, nada tenía orden, a excepción de la ventana. Esta estaba vacía, cada noche de desvelo, miraba el cielo, esperando una señal, algo que lo hiciera feliz.

 

Tirado, veía el cielo, como se despejaba, como las lunas abrían paso a la luna. Esta se hacía presente, la sentía más brillante que el sol, quizá sea porque se aprecia mejor, es la luz en plena noche. Solo reposo, vio el cielo, no tenía ganas de nada. Un par de veces pensó en lo que había sucedido esa mañana. Nunca dejaba de pensar en la muestra de afecto que le había otorgado. Ese beso que fue más que un beso, ese suspiro que quedo grabado en su mente. Se relamía sus labios agrietados, intentando revivir por enésima vez ese momento.

 

Ese día, después de entrar por razones desconocidas al pasado. Intento hacerlo cambiar de parecer. Pero fue inevitable, el no cambia de parecer, las cosas que dice “El rey de los ladrones”, siempre se cumple. Antes del anochecer lo dejo en una choza que estaba lejos de todo.

 

-…entiendes, él mato a mi familia, él mato a mis amigos, él me dejo sin nada. Si no lo venzo quien lo hara. Como puede el vivir con los lujos del mundo, y yo no tener propiedad, quiero justicia. –le había dicho ese día. Tomo el rostro de Ryou con las dos manos y lo beso con desenfreno-. No salgas de aquí.

 

Sin embargo, ignoro la advertencia, y lo vio todo.

 

Dejando derramar una lagrima, vio las estrellas brillar. Pensando en cómo siguen brillando, si muchas ya no existen.  Se sentía perdido, quería seguir sonriendo, aunque fuera tan difícil. Viendo el cielo intento pensar en que le hubiera dicho.

 

Aunque durmiera, el soñaba con el día en el cual murió.  Despertaba, aterrado y temblando, nuevamente solo. Todo lo hacía pensar en Akefia. Las pesadillas siempre eran las mismas, pero cada vez dolían más.

 

Suspiró, cansado de llorar, cansado de sufrir. Se hecho entre la ropa sucia que estaba en su cama. Cerrando los ojos fuertemente, pidió con todas la fuerzas que tenía: “Por favor, sea quien me pueda escuchar… déjame olvidar”

 

Después de ello. Ya no tuvo pesadillas, ya no tuvo recuerdos. 

Notas finales:

Oh gracias y gracias por leer... c:

Espero que les haya gustado ;u;

Cuidense

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).