Aquel hermoso chico de cabellos y ojos rojizos, se encontraba vagando sin rumbo. Su rostro mostraba tristeza y unas pequeñas lágrimas, se asomaban en la orilla de aquellos opacos rubís. Estaba tan sumergido en su melancolía, que no se dio cuenta del chico que lo seguía en silencio.
La larga caminata terminó llevándolos a la playa. El pelirojo se sentó en la arena y abrazó sus piernas. Recargó la cabeza en sus rodillas mientras dejaba caer sus parpados. El sonido de las tranquilas olas golpeando las rocas y la orilla, llenaba su mente y lograba calmarlo.
Un poco alejado, el otro chico observaba la escena. Se debatía entre ir y no ir donde su amigo. Después de mucho deliberar, decidió acercarse –Rin-chan ¿Te sientes mal?-
El pelirojo abrió los ojos y dirigió su mirada al tierno rostro del chico de cabello rubio y ojos color rosa oscuro –Nagisa…- levantó la cabeza al mismo tiempo que soltaba sus piernas y las estiraba –No ¿Por qué preguntas?-
El rubio se sentó a su lado –Es que, te vez triste- el pelirojo se avergonzó al ser descubierto y desvió la mirada –Si tienes algún problema, puedes hablar conmigo y haré todo lo posible por ayudarte-
El pelirojo suspiró –Gracias, pero… nadie puede ayudarme- el rubio vio el perfil del bello rostro del pelirojo que miraba hacia el mar.
-Aunque no pueda ayudarte, por lo menos puedo escuchar tu problema- el rubio sonrió tiernamente aunque su amigo no volteó para verlo.
Después de un largo silencio, el pelirojo decidió hablar –Vi a Haru y Makoto besándose- el rubio se sorprendió –Hoy, fui a Iwatobi porque la práctica de mi equipo terminó temprano. Cuando llegue, Gou me dijo que ustedes estaban en los camerinos…- paró por un momento y se tiró hacia atrás, recostándose sobre la arena –Cuando entré, Haru estaba tirado en el piso y Makoto sobre él. Se estaban besando- cruzó los brazos por detrás de su cabeza para utilizarlos de almohada –Al verlos, cerré la puerta despacio y me fui de allí-
El rubio tragó saliva y, aunque no quería saber la respuesta, quiso preguntar -¿Te gusta Haru-chan?-
-Sí- aquella simple y corta respuesta, les apretó el pecho. Después de unos segundos donde solo se oía el mar y sus respiraciones, el pelirojo volvió hablar –Pero eso ya no importa. A Haru le gusta Makoto y obviamente es correspondido- suspiró resignado –Ahora, solo necesito olvidarlo. Porque ambos son mis amigos y los quiero, los apoyare en su relación-
El rubio apretó los puños –Oye, Rin-chan…- el aludido lo miró -… ¿Quieres salir conmigo?- el pelirojo se sentó sorprendido –Si tienes un novio, podrás olvidar más rápido a Haru-chan-
-Podrías tener razón, pero no quiero obligarte a estar con alguien que no te gusta-
-Tal vez si pasamos tiempo juntos, desarrollemos sentimientos de amor- sus miradas se encontraron –Mantengámoslo en secreto y si no resulta, podemos terminar cuando quieras-
El pelirojo lo meditó un largo tiempo -¿Estás de acuerdo con eso?- el rubio asintió –Bien. Desde hoy, somos novios- el pelirojo le regalo una tierna sonrisa que dejó maravillado al rubio –Y ¿Qué hacen los novios?-
El rubio se le acercó y lo besó suavemente en los labios. El pelirojo se ruborizó y cerró los ojos sintiendo el delicado roce. La unión duró un corto tiempo y cuando se separaron, se miraron fijamente –Te acompañare a tomar el autobús y te llamare en la noche-
El rubio le acarició la mejilla mientras contemplaba el brillo que irradiaban aquellas, anteriormente opacas Poinsetia –Esperare tu llamada- se levantaron y, después de sacudir la arena de sus ropas, se fueron tomados de la mano, a la parada de autobús.
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Continuara...