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Dulce olvido (Taoris) por KaisooShipperXo

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Tao..

 

 

Me iban a crecer colmillos y bebería la sangre de Kris. Estaba perdiendo la cabeza o acababa de entrar en un mundo que estaba más allá de lo que hubiera imaginado, no es que siquiera hubiera imaginado que me crecieran los colmillos.

 

Sí, me estaba volviendo loco.

 

Honestamente, no podría decir que me sentía muy mal porque no era así. Kris era muy atento, tal vez demasiado. Él se aseguraba de que comiera varias veces al día, a menudo me traía bocadillos entre comidas. Si seguía así iba a estar tan grande como un jugador de futbol americano para el final del mes.

 

Sin embargo todo lo del baño era cool. Era agradable tener a alguien que me cuidara, por una vez. Por supuesto, tardé un poco en acostumbrarse, pero me gustaba. Ahora, si tan sólo pudiera acostumbrarse al resto de esto, estaría bien.

No he visto que suceda.

 

Disfrutaba con los hermanos de Kris. Cada uno de ellos era tan diferente que me sorprendió que fueran hermanos. Chanyeol era particularmente mi favorito. El hombre no tenía absolutamente ningún filtro en la boca.

Gracias a Dios.

 

Escuchar a Chanyeol decir lo que le venía a la mente era refrescante, y la mayor parte del tiempo divertido como el infierno. Él hizo mis días más aventureros. Kris seguía dándole amenazantes miradas, pero Chanyeol no le hacía caso. Pensé que la situación era muy divertida.

 

Estaba descansando en la sala, viendo una película en la televisión con los hermanos de Kris, cuando de repente sonó una alarma. No estaba seguro de lo que ese sonido significaba, pero maldición si no me dolieron los oídos.

Los hermanos saltaron, saliendo de la sala y dejándome detrás. Tenía un infierno de curiosidad, así que también me levanté y corrí detrás de ellos. Era una alarma de algún tipo. Eso sí lo había descubierto. Pero ¿una alarma para qué?

 

Me aventuré por el pasillo, viendo a Chanyeol correr a una habitación a la izquierda de la parte inferior de las escaleras. Caminé detrás de él, pensando solo en lo gruesa que era la puerta. Los hermanos, incluyendo a Kris, veían un montón de pequeños monitores colgados en la pared.

 

-¿Qué estamos viendo?- pregunté mientras me inclinaba sobre la silla de Kyungsoo, amontonándome en su espacio personal para poder ver mejor.

 

-Esas son las cámaras perimetrales- Kyungsoo respondió a mi pregunta tocando una de las pantallas. -Y esos son Vadoks.

 

-¿Los chicos con los dientes amarillos?- pregunté cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo. Recordaba muy bien lo que esas malas cosas parecían de cerca y, personalmente, no quería ver a los dientes amarillos de nuevo por el tiempo que viviera.

 

-¿Cuántos?- Kris preguntó.

 

-Sus números se ha duplicado desde la última vez que rompieron el perímetro. No entiendo cómo nos están encontrando- respondió Kyungsoo.  -Necesitamos investigar para ver si podemos encontrar la causa.

 

-Pero ¿podemos encargarnos de ellos?- pregunté, ansioso de al fin poder usar mis habilidades después de días de inactividad. Fue un gran descanso estar alrededor de la mansión y ser atendido, pero estaba desarrollando la fiebre de la cabaña. Una buena pelea la debería de curar.

 

-No, elska, no puedes unirte a la lucha- dijo Kris detrás de mí. -Debes quedarte en el interior y permanecer a salvo.

 

-Y mientras esté en eso te tejeré un suéter y haré galletitas- le gruñí a Kris. Infiernos si me iba a quedar afuera de toda la diversión.

 

-Me gustan las galletas- dijo Kyungsoo, poniéndose de pie.

 

-Luego, iré a comprar un montón- le contesté desafiante, cruzando los brazos sobre mi pecho -, porque no me quedaré fuera de esto.

 

-Sí- dijo Kris, entrecerrando los ojos y sus lujuriosos labios en una línea. -Lo harás.

 

Dejé de discutir. Sabía cuándo una batalla estaba perdida, cuando veía una. Sólo tendría que esperar hasta que Kris estuviera ocupado en otra cosa, y entonces me uniría a la diversión. Él estaría enojado, pero lo superaría.

 

-Chanyeol, permanece en el interior y cuida a mi Sjol Kypher- instruyó Kris a su hermano. -Y no dejes que salga de tu vista.

 

-Será un honor.- Chanyeol inclinó la cabeza, pero me di cuenta de que se estaba haciendo el tonto. No sobre la parte de la protección, sólo de la reverencia. El hombre no parecía que se inclinara ante nadie.

 

Los hombres saldrían del cuarto y yo me quedaría jugando a Susi el ama de casa. No era muy probable. Sólo tenía que aguardar mi tiempo. Kris realmente necesitaba entender que no era un cobarde que se quedaba en casa, mientras mi gran pareja salvaba el día.

Tenía que estar a su lado.

 

No sabía por qué. Sólo sabía que tenía que hacerlo. Era una necesidad tan grande que apenas podía esperar a que Kris y sus hermanos desaparecieron por la puerta antes de ver a Chanyeol. El hombre arqueó una ceja, dándome una sonrisa de complicidad.

 

-Me tengo que preparar.- Por suerte, Kris me había dejado mantener mis armas.

Si solo él supiera...

 

-Tienes cinco minutos antes de que salga de aquí.

 

Asentí hacia Chanyeol y salí corriendo del cuarto y subí las escaleras. Podía sentir mis nervios empezar a zumbar con la anticipación de la próxima batalla. No era estúpido. Sabía que las criaturas con las que pronto lucharía fácilmente podrían matarme.

Y no quería morir.

 

Pero era en gran parte un luchador como Kris o cualquier otro de los Drakon. Ya era hora de que se enteraran de eso. Combatir en una sala de entrenamiento realmente no mostró mis habilidades de lucha, incluso si hubiera conseguido poner a todos los hermanos sobre su espalda, entre ellos a Kris. No creo que me tomaran en serio. Ellos pensaban que lo que podía hacer era ser lindo, no letal.

Eso era ofensivo como el infierno.

 

Corrí a la habitación y me dirigí directamente hacia el armario, saqué la bolsa de color negro que contenía mis armas y otros artículos que utilizaba como guardaespaldas.

 

Lo primero que saqué fue mi ropa oscura. Fueron hechas a medida con un material metálico especial que ayudaba a evitar que los cuchillos atravesaran mi cuerpo. Un amigo lo había hecho para mí después de un trabajo particularmente peligroso.

No había sido apuñalado desde entonces.

Bueno, me habían apuñalado, pero ninguna de las hojas había logrado llegar a mi piel.

 

Como mencioné antes, no tengo muchos amigos, pero los que tengo son muy útiles. No creo en la cantidad, sino en la calidad cuando se trata de elegir a mis amigos. Llámenme exigente, pero a mí me funciona.

 

Después de vestirme, me puse mis botas ligeras como una pluma. Fueron hechas con el mismo material que mi equipo. Las botas eran gruesas y también tenían la ventaja añadida de contar con afiladas cuchillas incrustadas en el área de los dedos.

 

Una de las cosas que me gustaba de mi traje eran todos los lugares ocultos construidos en el interior. Até un cuchillo en cada muñeca. Otro dentro de la bota. Más en los lugares secretos en las piernas, la cintura, y el centro de mi espalda.

Los cuchillos y espadas eran mis armas personalmente favoritas para utilizar, ya que eran silenciosas. Sin embargo, eso no significaba que no tuviera armas de fuego. Tenía varias, y lugares en mi cuerpo para ocultarlas al igual que los cuchillos.

 

Lo último que hice fue jalar mi cabello hacia atrás. No tenía el cabello muy largo, pero tenía lugar suficiente para ocultar una peineta pequeña con bordes afilados.

 

Una vez que ya estaba vestido para la batalla, salí corriendo de la habitación y bajé las escaleras. Chanyeol me estaba esperando en la parte inferior de la escalera, apoyado contra la pared. Silbó cuando me vio.

 

-Amigo, tienes que presentarme a tu diseñadora de moda.

 

Me reí haciendo una pirueta perfecta. -¿Te gusta?

 

-Me gusta, me gusta.

 

-Un amigo mío lo hizo por mí.- Metí la mano en uno de mis bolsillos secretos y saqué un cuchillo afilado. Le di la vuelta en mi mano y luego se lo ofrecí a Chanyeol. -Trata de apuñalarme.

 

Las cejas de Chanyeol se elevaron. -¿Estás jodidamente loco? Kris me matará si algo te sucede.

 

Bufé y giré el cuchillo. -Te juro que todos deben pensar que soy un idiota. ¿De verdad crees que te diría que me apuñalaras con mi propio cuchillo si no estuviera preparado para ello?

 

La mirada en el rostro del más alto decía duh.

 

Rodé los ojos y apuñalé mi abdomen. Chanyeol gritó y saltó hacia adelante, quitándome el cuchillo de la mano. Comenzó a pasar la otra mano hacia arriba y abajo de mi abdomen, buscando la herida del cuchillo que creía que iba a encontrar. Después de revisar el tiempo suficiente para no ser realmente acogedor, él me miró confundido.

 

-No hay ninguna marca, ni sangre, nada de nada- murmuró. -Ni siquiera atravesó tu camisa.

 

-Duh.- Sonreí mientras tomaba el cuchillo y lo ponía de nuevo en su bolsillo secreto.- Eso es lo que estaba tratando de decirte, idiota. Mis ropas están hechas de un material especial que desvía las hojas.

 

-¿Todo el equipo?

 

Asentí. Aunque no le dije que donde quiera que fuera apuñalado dolería como una perra, pero no habría herida. Chanyeol no tenía por qué saber esa información. Quizás no me dejaría salir de la mansión.

 

Chanyeol parpadeó varias veces, y luego, lentamente, comenzó a sonreír. -¿Puedo conseguir uno?

 

Me encogí de hombros. -Podríamos arreglarlo.

 

Se echó a reír sacudiendo la cabeza. -Te subestimé, Tao.

 

-La mayoría lo hace. Es por eso que soy tan bueno en mi trabajo- le dije mientras corríamos a la parte de atrás de la casa. Disfruté hablando con Chanyeol, pero ya era hora de ponerse a trabajar. Kris estaba ahí, y no me gustaba que luchara sin mí. Iba a molestarse, pero como he dicho, lo superaría.

 

-Por aquí.- Chanyeol me condujo a través de una puerta que nunca había visto antes a la salida de la cocina. Pensé que conocía todas las malditas salidas. Kris y yo íbamos a tener una pequeña charla acerca de eso.

 

-Si te matan, voy a patear tu culo, Tao- dijo Chanyeol mientras nos dirigíamos al patio trasero.

 

-Trato- dije, frunciendo el ceño cuando vi algunas de esas criaturas de dientes amarillos repentinamente girar la cabeza hacia mi camino. Sus ojos brillaban como si hubiera visto justo el premio. Yo no era el premio. Al menos no pensaba que lo fuera. Las miradas ardientes en los ojos de los Vadoks decían otra cosa.

 

-Quédate cerca- dijo Chanyeol por encima del hombro cuando cuatro de las criaturas venían hacia nosotros.

 

-Sí, porque vas a necesitar mi protección- le contesté mientras sacaba dos cuchillos, para cada una de mis palmas. El primer Vadok saltó hacia mí, y me hizo girar un círculo completo, cortando la garganta de la cosa en el momento en que terminé la vuelta en donde empecé. A pesar de que el Vadok encontró la casa, no me parecía demasiado brillante en mi opinión.

 

-¡Tao!

 

Levanté la cabeza para ver a Kris dirigirse hacia mí y al mismo tiempo, sentí al otro Vadok que me rodeaba saltar sobre mi espalda.

 

-Mierda, ¡no me distraigas!- le grité a Kris sacudiéndome al Vadok de mi espalda. -¿Estás tratando de que me maten?- Caí de espaldas, giré las piernas en alto y volví a estar de pie. Bajé la cabeza y apuñalé a la cosa en su corazón.

Punto para mí.

 

-¡No deberías de estar aquí!- Kris gritó mientras se acercaba. -Voy a matar a Chanyeol.

 

-Detrás de ti- grité y mi brazo se arqueó hacia atrás y luego rápidamente hacia adelante, dejando que saliera el cuchillo de mi mano. El cuchillo voló por el aire y se clavó en la garganta del Vadok. La cosa se me quedó viendo con curiosidad antes de caer de rodillas y luego caer.

 

-Tao- gruñó Kris.

 

-Admítelo, Kris.- Sonreí con malicia. -Eso fue impresionante.

 

-No admito nada- bufó. Me di cuenta de que estaba casi haciendo pucheros. ¿Mi pareja estaba enojado de que pudiera defenderme? Seguro como el infierno que eso parecía. -Regresa a la casa, Tao.

 

Oh, él utilizó mi nombre real en lugar de esos títulos extraños con los que siempre me llamaba. Realmente debería de estar molesto. Bueno, tendría que lidiar con eso. Yo tenía cosas más grandes y más malas con las que tratar, incluyendo al Vadok que venía sobre mí en ese momento.

 

-Yo no…- Levanté el pie y pateé al Vadok en el pecho. Voló hacia atrás y cayó sobre su espalda, pero otro Vadok rápidamente lo remplazó. -…Tengo tiempo para discutir contigo, dulzura. Estoy un poco ocupado con los aguafiestas justo ahora.

 

-¡Tao!

 

¡Oh!, los gritos me estaban aburriendo un poco. Tenía cosas mejores que hacer que escuchar a Kris enloquecer. Sí, era un humano, para sus normas. Y sí, era mucho más pequeño que él. Pero también fui entrenado en defensa propia y lo había sido desde que era un niño pequeño.

Sabía lo que estaba haciendo.

 

Deseaba que Kris pudiera confía un poco en mí. No tenía ninguna intención de dejarme matar. Ahora tenía mucho por lo que vivir. No iba a dejar que un monstruoso chupa sangre de dientes amarillos me matara.

 

-¡Tao!- Kris volvió a gritar.

 

Por el rabillo de mi ojo, pude verlo luchar en su camino hacia mí. Infiernos, todos los hermanos estaban luchando en su camino hacia mí, y con buena razón. Cada Vadok venía tras de mí, ignorando totalmente a los hermanos.

Bueno, eso no estaba bien.

 

Grité cuando garras afiladas repentinamente me agarraron el brazo y me arrastraron hacia el Vadok. Sin parpadear, saqué mi cuchillo más largo de mi cinturón y empecé a blandirlo. Era tan largo como un machete, pero más corto que una espada.

Hizo el trabajo.

El brazo ensangrentado de Vadok cayó al suelo.

 

-Su cabeza, Tao- gritó Kris. -Hay que cortarle la cabeza.

 

«Bueno, mierda». Hubiera sido bueno si alguien me hubiera dicho eso en un principio. Empecé a apuntar hacia los cuellos de los Vadok que venían hacia mí, cortando la cabeza de uno después de otro de las rancias criaturas.

Y déjenme decir, eso no era tan fácil como parecía en el cine, cortar la cabeza de alguien era en realidad duro como el infierno. No era un corte rápido. Pero por suerte mis armas estaban en buen estado, cuidaba muy bien de ellas. Eran afiladas, eso era muy útil en este momento. Se necesitaba gran fuerza para cortar una cabeza, pero lo logré.

 

-Atrápalo.

 

Levanté la vista hacia el grito de Kris para ver una espada volando por el aire. Levanté la mano en el aire y sin esfuerzo atrapé la larga espada. Por mucho que amara mis cuchillos, amaba más los juguetes nuevos. Empecé a blandir la espada antes incluso de ajustarla en mi brazo. Atravesé al Vadok como un cuchillo la mantequilla. Era fabuloso. Quizás podría negociar con Chanyeol una de estas por uno de mis trajes especiales.

Yo quería una de estas.

 

Ahora era fácil cortar cabezas limpiamente. Hurra por la extraordinaria artesanía.

 

Blandía la espada alrededor y la dejé caer en el cuerpo frente y vi a otro Vadok caer. Parpadeé sorprendido y dejé la espalda recta cuando me di cuenta que todos estaban muertos y sin cabeza.

Pero eso era un lío.

 

-No voy a limpiar eso- dije mientras señalaba la carnicería que me rodeaba.

 

-No te preocupes, hermanito- dijo Chanyeol acercándose y dándome una palmada en la espalda. El hombre en realidad parecía orgulloso de mí, como si hubiera sido finalmente aceptado en su pequeño club de pelea. Solté un gruñido por la fuerza de su palmada en mi espalda y trastabillé hacia adelante. -El sol los convertirá en ceniza y el viento dispersará las cenizas. Por la mañana no habrá señal de que algo sucedió.

 

Mis cejas se elevaron con la sorpresa. -¿De verdad?

 

-Sí.- Chanyeol sonrió. -Sin alharacas y sin despeinarse.

 

-¿La luz del sol los mata?

 

Chanyeol asintió. -Por eso nunca atacan durante el día. Serían criaturas crujientes fritas.

 

-Huh.- Las cosas que he aprendido-

 

-Uh, oh.

 

-¿Qué?- Levanté la cabeza. Rápidamente me tensé dando un rápido vistazo a la zona que nos rodeaba, tratando de detectar la amenaza.

 

-Creo que estamos en problemas- dijo Chanyeol.

 

Miré en la dirección que Chanyeol estaba viendo, para ver a Kris dirigirse hacia nosotros como si se estuviera preparando para un maratón. Su rostro estaba llenó de ira. Mierda, estaba rojo de ira. También el pequeño tic en su mandíbula estaba de vuelta.

Oh sí, él estaba enojado.

 

Y no iba a quedarme para entregarle mi culo. Ya había estado en el extremo receptor de la ira de alguien demasiadas veces en mi pasado, y esa gente no era tan grande como Kris.

 

Lógicamente, yo sabía que Kris nunca me haría daño. Todo esto era acerca de mi ‘seguridad’. Prácticamente eso salía cada vez que abría la boca. Pero la ira es la ira, y realmente no sabía lo que él haría cuando estaba enojado.

Sí, yo saldría de ahí.

 

Le entregué la espada a Chanyeol, me giré y corrí por mi vida. Podía oír el estruendo de los pasos de Kris detrás de mí mientras me daba caza. Sabía que no tenía oportunidad en el infierno de dejar atrás a Kris, pero tenía que intentarlo. Mi instinto de lucha estaba pasando un gran momento.

 

Mi corazón latía a un ritmo de acelerado mientras corría. Y no tenía ni idea de a dónde iba, siempre y cuando me alejara del enojado detrás de mí. Kris era lo suficientemente grande como para causar serios daños a mi pequeño y delgado cuerpo en un buen día. Kris enojado me podía matar.

 

Lo oí acercarse y desesperadamente aumenté la velocidad. No me fue nada bien. Sentí su mano sobre mi espalda. Lo oí gruñir y entonces el peso de Kris como un tren de carga me golpeó la espalda. Grité cuando caí a la tierra seguro de que su enorme peso me aplastaría.

El miedo me recorrió.

Sabía que iba a morir.

 

En el último segundo, Kris curvó su cuerpo alrededor del mío y rodó para que pudiéramos caer en una pequeña pila. Quedé arriba de él jadeando. Podía sentir su pecho subir y bajar rápidamente debajo de mi espalda.

Los dos estábamos sin aliento.

 

Fue un poco satisfactorio saber que Kris también estaba sin aliento. La sensación de sus brazos  no fue tan satisfactoria cuando se tensaban a mi alrededor, el cuerpo del hombre se tensó debajo del mío. El gruñido gutural en mi oído no confortaría a nadie.

 

-¡Corrías de mí!

 

«Duh».

 

Me moví hasta poder ver la furiosa cara de Kris. -¡Me perseguías!- le grité.

 

Estrechó sus ojos hacia mí. -Deberías haberte quedado en el interior, donde estabas a salvo, como te dije.

 

-¿A salvo?- Elevé mis cejas. Me empujó en una posición sentada, estaba montando a horcajadas a Kris. -¿Recuerdas al Vadok que me atacó en el cuarto de baño, no es así?

 

-Ese fue un incidente aislado- argumentó el más alto .

Parecía serio.

 

-Kris- le dije, bajando la voz a un tono normal -, no creo que fuera un incidente aislado. ¿Has visto cómo los Vadok pululaban por todo mi cuerpo? Ni siquiera prestaron atención al resto de ustedes.

 

No me gustaba sentirme como si tuviera una diana en el culo.

 

-Y eso es exactamente por lo que deberías de haberte quedado en la casa.

 

Rodé los ojos.

 

Mi amante era un imbécil testarudo.


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