Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce olvido (Taoris) por KaisooShipperXo

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aww! Sufrí un montón con éste capítulo. Kris~~ TT.TT

 

Kris…

 

 

Mi pareja era una mula testaruda.

 

-Tao, ¿cómo puedo hacerte entender?- Tao no podía salir a luchar. Era vital para mi existencia. Si algo le sucedía a él, me perdería. El vínculo entre nosotros era más que la telepatía mental.

Sentía su dolor.

Sentía su pena.

Incluso sentía su placer.

 

Si lo lastimaran, lo sentiría, y mi cólera aumentaría y sería imparable hasta que mi Sjol Kypher estuviera a salvo sin lesiones. Nadie estaría a salvo, ni siquiera mis hermanos. Sólo Tao estaría a salvo.

Era lo único que importaba.

Y él no parecía entender eso.

 

Suspiré profundamente, preguntándome si alguna vez Tao entendería. Él era un humano, no un Drakon. Él no comprendía qué tan fuerte era el vínculo entre nosotros, por no hablar de la necesidad que tenía de mantenerlo a salvo. Eso fue grabado en mí, justo en mi ADN.

 

Ni siquiera podía comprender el perder a Tao. Ese pensamiento era demasiado horrible. Prefería enfrentar a una horda de Vadok que incluso contemplar esa idea.

 

-¿Por qué no puedes...?- Mis palabras se apagaron cuando vi oscurecerse su rostro alejándose de mí.

 

-¿Por qué no puedo hacer qué?- Tao preguntó mientras sus ojos se estrecharon en pequeñas hendiduras de ira. Y, oh, él estaba enojado. Sus ojos casi quemaban mi piel en el momento en que me miró. -¿Por qué no puedo quedarme en casa como una buena esposa?- Tao ladró. -¿Es eso lo que ibas a decir?

 

«Esposa». Fruncí el ceño llenó de confusión. ¿De qué infiernos estaba hablando? No lo considero una mujer. Uno, él no tenía el equipo adecuado. Dos, había intentado con mujeres una o dos veces durante mis siglos en la Tierra, y prefería más a los hombres. ¿Cuándo le había dado alguna indicación de que eso había cambiado?

 

-Tao, qu…

 

Me quedé con la boca abierta cuando vi a Tao ponerse de pie y retroceder algunos pasos, su rostro una máscara de furia roja. Nunca lo había visto de esa manera, y no era sexy en lo más mínimo.

No sabía qué hacer para cambiarlo.

 

Aun estaba tratando de averiguar qué exactamente era lo que había hecho que fuera tan malo.

 

-No voy a ser tu mujercita- bufó Tao moviendo la mano hacia la casa -, quedándome en casa esperando saber si regresas a mi vida cada vez que salgas a combatir.

 

-Tao- le dije con cautela sentándome y luego poniéndome de pie. No quería tener esta conversación acostado boca arriba en el suelo. -Nunca te he pedido eso.

 

-¿En serio?- Sus cejas se elevaron. -Sólo me gritabas porque no regresaba a la casa en donde estaría a salvo. ¿Cómo eso no es decirme que me quede en casa mientras que vas a combatir a los monstruos de este mundo?

 

-Porque eso no es seguro- Me sentía como si estuviera con un niño enojado de dos años «¿Qué parte de malvadas criaturas que vivían para mutilar y matar Tao no entendía?»

 

-¡Puedo cuidar de mí mismo!- Tao me gritó.

 

Apreté la mandíbula y me levanté tan derecho como pude, teniendo en cuenta que sentía como si él rasgara mi corazón nada más sacándolo de mi pecho. El dolor era profundo en mi interior a causa de sus palabras, que casi me doblaba.

 

Era obvio para mí que Tao no quería ser parte de mi vida, no con todo lo que implicaba. Estaba disgustado por la idea de que tendría que tomar mi sangre, se resistía a asumir el papel de mi Sjol Kypher.

 

Demonios, ni siquiera quería despertar a mi lado.

 

Él podría haber tratado de ocultar su reacción instintiva cada mañana cuando nos despertábamos, pero la vi. Lo había escondido considerando que él necesitaba acostumbrarse a dormir junto con alguien. Había estado casi feliz de que Tao no tuviera a alguna persona calentando su cama, y su reacción era prueba de eso.

Ahora, sabía que era otra cosa.

 

Tao no quería beber mi sangre.

 

No quería dormir a mi lado.

 

Y no quería ser parte de mi vida.

 

Ni siquiera quería considerar cuál sería su reacción si le preguntara si podía alimentarme de él. Había estado evitándolo a excepción de cuando teníamos sexo, y Tao estaba demasiado lejos de saber realmente lo que sucedía. Él pensaba que era sólo una parte del sexo entre nosotros.

 

Tragué saliva, me era difícil pronunciar las palabras que sabía que tenía que decir. -Muy bien, Tao. Si sientes que estás mejor equipado para cuidarte tú mismo, entonces que así sea. Obviamente, crees que estoy tratando de forzar algo en ti, aunque todavía no estoy muy seguro de lo que es. No puedo obligarte a que aceptes mi manera de vivir, y te pido disculpas si parece que lo he hecho. No volverá a suceder.

 

Di media vuelta y me alejé en dirección al bosque para escapar. Me negué a dar marcha atrás cuando Tao se dirigía a mí, incluso cuando su voz se tornó en chillidos desesperados. Yo sabía que él odiaba cuando me alejaba de una discusión, pero esta no era una discusión.

 

Esto era mi corazón y todo en lo que he soñado durante siglos, volviéndose humo.

 

Me encontré deteniéndome cuando salí del espesor del bosque a una sección de campo abierto. La luna aun flotaba en el cielo, y la oscuridad se dejaba caer sobre la tierra. Ser atrapado desprevenido no era seguro.

Especialmente en el caso de Tao.

 

¡Mierda!

 

Me di la vuelta y eché a correr por el bosque tan rápido como mis piernas me llevaban. Tenía que llegar a Tao antes de que uno de los Vadok lo hiciera. Sería un blanco fácil si el Vadok lo agarraba sin protección en el medio del bosque.

 

No sé en lo que había estado pensando al alejarme de él. Ni siquiera mi dolor valía la pena el lastimar a mi pequeño. ¿Sería la sorpresa que no quisiera ser parte de mi vida? Estaba probando con cada acción que hacía que no podía cuidar correctamente de él.

 

No es de extrañar que Tao quisiera cuidar de sí mismo.

 

Yo apestaba para eso.

 

Regresé a donde había lo dejado, pero no había rastro de él. Mi corazón se oprimió en mi pecho mientras aumentaba la velocidad hacia la casa, con la esperanza de que Tao se hubiera ido en esa dirección.

 

Llegué al borde del claro alrededor de la casa justo a tiempo para ver a Kyungsoo escoltar a Tao a la mansión. Junmyeon y Jongin iban detrás de él. Mis otros hermanos estaban revisando los cadáveres de los Vadok. A veces, llevaban armas o información de cuántos y dónde estaba su grupo.

 

Solté la respiración que no sabía que había estado aguantando y me desplomé contra el árbol más cercano. No importa lo mucho que me doliera en ese momento, sabía que no podía dejar a Tao a su suerte. Él iba a terminar muerto siendo un sabroso aperitivo para algún Vadok.

 

Tenía que planear mi estrategia cuidadosamente, pero tenía que estar aquí para protegerlo. No importa qué tan capacitado él creyera estar, no estaba lo suficientemente capacitado, no para luchar contra los Vadok. Y si estaba en lo cierto, y los Vadok se sentían atraídos hacia él, su vida estaba aun más en peligro.

 

Había oído a Tao cuando él me estaba hablando. Y sólo empujé esas palabras a la parte trasera de mi mente mientras trataba de que él entendiera cuánto peligro corría. Ahora que Tao estaba sano y salvo dentro de la casa, sus palabras volvieron a atormentarme.

 

Necesitaba hablar con mis hermanos acerca de las salvajes conclusiones de Tao, porque estaba empezando a pensar que podría estar en lo cierto, y eso significa que necesitaría más ayuda para proteger mejor a mi Sjol Kypher.

 

Y por la forma en que había estado manejando la seguridad de Tao últimamente, necesitaba toda la ayuda que pudiera conseguir inclusive si la idea de necesitar ayuda para cuidar de mi pareja formara un hueco en mi interior. Caminé de regreso hacia la casa, no estaba listo para enfrentar a Tao, pero tenía que consultar con mis hermanos acerca de los Vadok que venían tras mi pareja. Tenía que haber una razón por la que se sintieran atraídos hacia él. Yo aún no había pensado en eso.

 

Mientras caminaba de regreso a la cocina, vi a mi pequeño justo antes de subir las escaleras que conducían al segundo piso. Me sentí como un tonto por evitar a mi pareja, pero una discusión no era algo en lo que tuviera algún interés en participar en este momento.

 

Crucé la cocina y me dirigí a la sala, donde sabía que estaría alguno de mis hermanos. La única persona que no quería ver, aparte de Tao, era Chanyeol. Él había permitido que mi pareja abandonara la seguridad de nuestro hogar después de que le di instrucciones de no dejar salir a Tao.

 

-Kris…

 

Levanté la mano, evitando que Chanyeol me dijera lo que no quería oír. No había excusa para dejar que mi pareja luchara a nuestro lado. Sabía que Tao era de carácter fuerte, pero Chanyeol podía haberlo detenido si realmente lo hubiera intentado. -Ahora no.

 

Junmyeon también estaba en la habitación, junto con Yixing, Minseok, Luhan,  Sehun, Baekhyun y Jongdae. Junmyeon era el sensato. Sabía que podía plantearle la cuestión y mi hermano se tomaría un tiempo para pensar la respuesta.

 

-Los Vadok parecían estar concentrados en Tao, Junmyeon. ¿Tienes alguna idea de por qué puede ser? —pregunté mientras me apoyaba contra la pared, cruzando los brazos sobre el pecho. Como sabía que sucedería, Junmyeon tomó esa expresión pensativa que siempre tenía cuando se sumía en sus pensamientos. No apresuré a mi hermano, le permití trabajar el problema en su cabeza.

 

-Quizás sea porque es un luchador humano excelente- ofreció Chanyeol.

Lo vi a los ojos y le gruñí. Chanyeol me dio un signo de la paz con los dedos y guardó silencio. Por mucho que quería seguir enojado con él, el hombre lo hacía imposible. Pero eso no significaba que tuviera que perdonarlo ya.

 

-Me di cuenta de lo mismo- dijo Junmyeon mientras apoyaba un brazo sobre el respaldo del sofá. -Y creo que sé por qué es.

 

-¿Por qué?- le pregunté casi antes de que Junmyeon terminara de hablar.

Tenía que saber si los Vadok iban a venir en hordas a matar a mi pareja. Si así era, entonces tal vez mis hermanos y yo necesitábamos establecer defensas más avanzadas, aunque tenía la sensación de que Kyungsoo ya estaba en eso. Eso explicaría por qué no estaba en la habitación. Él estaba obsesionado con la seguridad.

 

-Hemos estado sin pareja durante tanto tiempo que nos hemos olvidado de nuestras lecciones- dijo Junmyeon. -¿No te acuerdas de lo que los creadores nos dijeron de cuando encontráramos a nuestras parejas?

 

Me golpeé la frente, cuando la respuesta de repente vino a mí. -Nuestras parejas serían adictivos para aquellos que se han convertido en salvajes. Beber de una de nuestras parejas les daría al Vadok la fuerza de diez hombres.- ¿Cómo podía haber olvidado esa lección? Hacía siglos que nuestro tutor nos dio esa lección que debí haber pegado en mi mente. -Dado que Tao es ahora mi pareja, van a seguir viniendo.

 

-Entonces, ¿ellos están calientes por mí, o algo así?

 

Me giré para ver a Tao de pie en la entrada de la sala, viendo con malestar y miedo. Me tragué todo el dolor en mi corazón que estalló al ver a mi pareja. El dolor de pensar que Tao no me quería era profundo, pero lo empujé a un lado. Tenía que proteger a mi pareja.

 

Las clases sobre las parejas regresaron a mí, de cómo los Drakon tenían que proteger a sus parejas a toda costa de los Vadok. Si una de esas viles criaturas tenía en sus manos a Tao, sería como luchar contra diez Vadok al mismo tiempo. La criatura sería más poderosa que cualquiera, algo que los Vadok querían. Sería más difícil proteger a Tao si bebían la sangre de mi pareja.

 

-Algo así- intervino Chanyeol.

 

-¿Quizás, dientes amarillos en el baño no estaba tratando de matarme? ¿Estaba tratando de follarme?- La voz de Tao adquirió un tono más alto, sus ojos más abiertos con cada palabra que decía. Me acerqué para jalarlo a mis brazos, pero mi pareja retrocedió unos pasos, viendo casi frenéticamente a la habitación. -No lo hagas.

 

-No- respondió Junmyeon en este momento. -Estaba tratando de beber tu sangre.

 

-¿Y cómo eso lo hace mucho mejor?- Gritó Tao.

 

-No lo hace- le contesté mientras daba un paso más cerca de mi pareja, sin importarme que pareciera que no me quería. La necesidad de consolarlo era demasiado fuerte. Me quedé a un par de centímetros de distancia, con ganas de sostener a mi pequeño en mis brazos. -Por eso insisto en que permanezcas oculto. No se detendrán ante nada para beber tu dulce sangre.

 

-Entonces, ¿qué, se supone que debo hacer?, ¿permanecer encerrado en una jaula por el resto de mi vida?

 

-No, por supuesto- contesté -, pero…

 

Las manos de Tao se movían en el aire cuando comenzó a caminar salvajemente. -¿Por qué me hiciste esto?- Tao se rompió. No buscaba a nadie en concreto, pero yo sabía que él estaba hablando de mí, para mí. -Yo estaba buscando pasar un buen rato. No firmé para ser una monstruosa bolsa de sangre.

 

Sus palabras me hirieron.

 

Me hirieron mucho.

 

Y no había nada que pudiera hacer para evitar que salieran de los labios de Tao. Todo lo que podía hacer era estar ahí y ver a mi Sjol Kypher desgarrarme el corazón en el pecho.

 

-No quiero hacer esto más, Kris. Nada vale el ser cazado por el resto de mi vida y tener que vivir en una jaula.

 

Eché un vistazo a mis hermanos para ver lo que pensaban de las palabras de Tao, pero cada uno de ellos evitó mis ojos. Yo sabía que habrían visto el dolor que me recorría en mis ojos si me hubieran visto. No había manera de que pudiera esconderme de ellos. Eso llenaba cada célula de mi cuerpo.

 

Tao se detuvo de repente. Me estremecí ante la profunda mirada que me dio. -Retíralo.

 

-¿Retirarlo?

 

Ojalá hubiera mantenido la boca cerrada.

 

-No quiero seguir aquí. No quiero hacer esto. Quiero ir a casa, donde estoy seguro, donde los monstruos con podridos dientes amarillos no me atacarán en mi cuarto de baño ni tratarán de chuparme para dejarme seco.- Tao empezó a caminar de nuevo, pero cada pocos pasos se detenía para verme. -Hiciste esto. Arréglalo.

 

-Elska…

 

-No- Tao gritó. -Cada vez que me llamas así, algo malo me pasa. No quiero volver a oírlo. No soy tu elska ni tu Sjol Kypher o lo que sea la otra cosa con la que me nombras.

 

Dioses y diosas, ¿cómo podía aun seguir de pie cuando el dolor que me llenaba era tan grande? Cada palabra que Tao decía arrancaba otro pedazo de mi corazón. Pronto, yo sabía que no quedaría nada.

 

Entendí que Tao estaba asustado y tenía que ventilar su miedo, pero no sabía cómo calmarlo y decirle que no permitiría que le sucediera algo.

 

Él no escucharía mis palabras.

 

-Si los Vadok vienen tras de mí, por lo que me diste, entonces cancela la reclamación.

 

Oí a mis hermanos inhalar fuerte mientras yo me limité a ver a Tao, la agonía robaba de mi garganta, por las que fueran las palabras de protesta que podría haber presentado. Era inaudito que un enlace entre pareja se rompiera.

 

Y sólo había una manera de hacerlo.

 

-¿Nuestro acoplamiento significa tan poco para ti?

 

-¡Mierda!- Tao replicó mientras se pasaba las manos por la cara. Noté que sus manos temblaban. -¿No me has estado escuchando? Ya no quiero hacer esto. Tu mundo es demasiado loco.

 

Mis ojos se cerraron, cuando el último trozo de mi corazón roto cayó al suelo a los pies de Tao. Lentamente, un frío intenso se apoderó de mi pecho y luego se extendió por el resto de mi cuerpo hasta que estaba entumecido de pies a cabeza.

 

Abrí los ojos y vi a mi Sjol Kypher por última vez. A pesar de lo que él quería, Tao seguirá siendo el guardián de mi alma hasta mi último aliento. Nada volvería a cambiar eso.

 

-Si eso es lo que deseas, Tao.

 

-¡Kris, no!- oí gritar a Junmyeon cuando me di la vuelta y salí de la sala, pero no me detuve. No podía. Tenía que salir antes de que cayera de rodillas y le rogara al hombre que sostenía mi alma que la mantuviera.

 

Yo no ruego.

 

Si Tao no me quería, que así sea. Si quería romper el vínculo entre nosotros, entonces yo le daría lo que quería. Tenía que conseguir reunir algunas cosas para asegurarme de que Tao siempre estuviera cuidado, y entonces liberaría a mi Kypher od mi Sjol.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).