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Dulce olvido (Taoris) por KaisooShipperXo

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Tao...

 

—En la bañera, elska.

 

Dios, Kris era tan jodidamente educado. Rodé los ojos mientras me deslizaba a través de la plataforma de mármol hasta el borde de la bañera y lentamente me dejé caer en el agua caliente. Un profundo suspiro salió de mis labios mientras me acomodaba en la bañera y me recostaba en el agua.

Eso se sentía tan jodidamente bueno.

 

-¿Te gusta esto, mi mascota?

 

Tenía que abrir mi boca para argumentar acerca de ser llamado mascota, pero estaba demasiado ocupado disfrutando. El agua se sentía fantástica y relajante. Cuando Kris empezó a pasar una toalla sobre mi piel, casi ronroneo mientras me movía hacia su tacto suave.

 

Sí, está bien, me hizo ronronear. Y no, no era un gato. Solo disfrutaba el ser mimado.

 

Demándenme.

 

-Moja tu cabello, mi mascota, y te lo lavaré.

 

Mis ojos se abrieron. ¿Era este hombre de verdad? Cuando Kris me vio, pensé que tal vez lo era. Cerré los ojos otra vez y bajé la cabeza hacia atrás al agua hasta que mi cabello se empapó por completo.

 

Una vez que me enderecé, sentí un movimiento sobre mis ojos, la toalla retiraba el agua en ellos. Parpadeé varias veces hasta que pude abrirlos completamente y luego vi a Kris verter el champú en la palma de su mano.

 

No había manera de que pudiera haber evitado el gemido que salió de mis labios cuando él comenzó a lavar mi cabello, masajeando suavemente el cuero cabelludo al mismo tiempo. No había manera de que pudiera evitar gemir.

 

Estaba bastante seguro de que el lavado del cabello continuó mucho después de que mi cabello estaba limpio. O bien, Kris quería asegurarse de que mi cabello estuviera muy, muy limpio, o se complacía de mis gemidos de placer. En cualquier caso, yo estaba en el cielo. Nadie jamás me había lavado el cabello antes y lavarlo con una taza con agua sobre el fregadero de la cocina simplemente no tenía el mismo impacto.

 

-Es hora de enjuagarlo, mi mascota.

 

Me sentí casi tan líquido como el agua, Kris pasó un brazo bajo mi espalda para que me apoyara y luego suavemente bajé la cabeza en el agua, usó una jarra para enjuagar el champú del cabello. De la misma manera que enjabonó mi cabello le aplicó acondicionador y lo enjuagó. Me sentí casi brillante.

 

-Apoya la cabeza- dijo Kris mientras bajaba la cabeza a una suave almohada de plástico pegada al borde de la bañera. Me acomodé en la almohada y cerré los ojos. Me sentía muy feliz de estar ahí y dejar que Kris hiciera lo que quería hacer para mí.

 

No quería moverme.

 

Ronroneé de nuevo cuando sentí la toalla moverse lentamente sobre mi piel. En cuanto la siguiera moviendo estaba más que dispuesto a inclinar la cabeza hacia atrás para que Kris pudiera lavarme el cuello y pecho. Infiernos, incluso moví mis brazos al borde de la bañera para que pudiera alcanzar mis costados.

 

Hey, podría ser útil.

 

Pero captó mi atención cuando sentí la toalla comenzar a moverse hacia abajo, hacia la ingle. No estaba en absoluto sorprendido cuando mi pene empezó a endurecerse entre más se acercaba Kris a la meta. En el momento en que movió la toalla sobre mi pene y hacia abajo alrededor de mis bolas, ya estaba duro como una roca.

 

Oí la profunda risa de Kris cuando abrí las piernas en invitación. Incluso si no pudiera leer mi mente, que yo sabía que podía, aún podía leer los signos. El hombre de ninguna manera parecía ser tonto.

 

Mi pene estaba duro, y mis piernas estaban abiertas. La invitación era evidente hasta para un hombre ciego. Quería que Kris me tocara, me acariciara. Infiernos, quería que el hombre me tomara.

 

Y dioses, si Kris no aceptó la invitación. No tenía idea de lo que sucedió con la toalla, y, francamente, si malditamente me importaba. La mano de él envolvía mi pene, y eso es todo lo que me importaba.

 

Mi mundo entero se redujo a ese suave toque. Podía sentir cada dedo que rodeaba mi dolorida carne. Kris parecía saber justo cuán duro tenía que apretar para darme más placer y un poco de dolor. El placer era excepcional.

El dolor sólo lo hacía más intenso, más urgente.

 

-Más rápido- gruñí.

 

Los fuertes apretones en mi pene aumentaron. Si tuviera los ojos abiertos, rodarían dentro de mi cabeza. La mano de Kris era enorme. Envolvía mi pene completo de arriba abajo, excepto la cabeza del pene. Pero Kris la frotaba con su pulgar cada vez que movía su mano.

 

-Necesito...- Sabía que necesitaba algo. Mi pene se sentía como si estuviera en llamas, a punto de explotar. La presión que se acumulaba dentro de mí se instaló en mis bolas, que subían contra mi cuerpo. Estaba tan jodidamente cerca. Simplemente no tenía bastante...

 

-¡Kris!- grité cuando dos dedos muy grandes de repente entraron en mi culo. Era sólo el estímulo que necesitaba para lanzarme al borde y de cabeza a un orgasmo que me sacudió hasta los dedos del pie. Infiernos, los dedos del pie se curvaron con la intensidad. No recuerdo haber tenido un orgasmo tan intenso desde... bueno, desde esta misma mañana.

 

Maldición.

 

Apenas podía respirar, jadeaba mientras seguía ahí acostado en el éxtasis orgásmico. No podía ni siquiera reunir fuerzas para levantar los párpados cuando sentí a Kris limpiarme suavemente. Mi flácido pene dio una pequeña sacudida, pensé que se llenaría de nuevo, pero estaba demasiado malditamente cansado. Ese orgasmo me había agotado.

 

Mi pene estaba limpio, mis bolas lavadas. E incluso sentí mi tierno agujero ser lavado, aunque ahí, Kris no usó una toalla sino los dedos. Y por increíble que parezca también se sentía bien, aunque yo estaba tan dolorido que hice una mueca de dolor. Tomar el pene de Kris no una vez sino dos me había estirado un poco más allá de lo normal.

 

Sonreí conmigo mismo. ¿A quién estaba intentando engañar? Nunca había estado con nadie tan grande como Kris. Ni siquiera nadie me había follado como este hombre, y él realmente colgaba como un caballo. Tendría que invertir en un tapón más grande si iba a dejar que Kris siguiera follándome, y lo estaba considerando seriamente.

 

-Ya me encargué de eso, elska.

 

Bueno, esa fue una declaración lo suficientemente interesante como para llamar mi atención. Abrí los ojos y vi a Kris cuestionándolo.

 

-Vamos a conseguir secarte.

 

Teniendo en cuenta que estaba siendo mimado, abrí los brazos hacia Kris. Tenía la esperanza de obtener el tratamiento completo aquí. Yo sabía que tenía razón con mi suposición cuando él sonrió y me levantó en sus brazos.

 

Estaba envuelto en una gran e inmaculada toalla blanca y me acomodó en el borde de la repisa del baño. Kris secó mi cabello con otra toalla y luego lo cepilló hasta que brilló. Para el momento en el que Kris terminó con mi cabello, mi cuerpo estaba seco.

 

Kris me levantó en sus brazos y luego lanzó las toallas usadas en el cesto de ropa sucia. Cuando me empezó a llevar fuera del cuarto de baño, gemí y mi mirada fue hacia la pequeña caja de color marrón en el mostrador. él se echó a reír y alcanzó y tomó mi caja de trufas y me la entregó.

 

Buen hombre.

 

Lo agradecí con una de mis sonrisas ganadoras. Ya saben, con la que los hombres detienen su camino y se derriten en un charco a mis pies. Funcionó de igual manera con Kris. Bueno, él no se derritió en un charco, pero tropezó, apenas se equilibró antes de que se estrellara contra la pared.

 

Funciona para mí.

 

Yo era básicamente feliz como una lombriz hasta que se acomodó en la cama y se llevó mi caja de chocolates. –Hey- protesté, tratando de alcanzar la caja.

 

-Los tendrás de regreso, mi pequeña y dulce mascota- dijo Kris dejándola en la mesita de noche -, pero primero tenemos que prepararte para bajar las escaleras.

 

-¿Voy a bajar las escaleras?- ¿Qué había bajando las escaleras? Yo estaba en la habitación y el baño sin bichos. No estaba seguro de querer ir a esa desconocida planta baja.

 

-Gírate sobre tu abdomen, elska.

 

Parpadeé sorprendido.

 

«¿Huh?»

 

Cuando no seguí las instrucciones de Kris inmediatamente, me agarró por los hombros y me empujó sobre la cama y luego me giró sobre mí abdomen. Antes de que pudiera protestar, girarme o discutir, mis piernas estaban abiertas y Kris se acomodó entre ellas.

 

El aire en mis pulmones salió por mi boca cuando Kris agarró mis caderas y me empujó hacia atrás hasta que mi cabeza bajó hacia el colchón y el culo sobre mis rodillas. Esa no era una posición digna para estar, pero cuando sentí los lubricados dedos de Kris penetrando mi apretada entrada, no me importó.

 

Dios, ¿cuánto sexo podría manejar mi cuerpo antes de que se agotara?

Estaba más que dispuesto a averiguarlo. Mi pene se endureció como si estuviera entrenado para responder al simple toque de Kris. Dios, me estaba convirtiendo en uno de los perros de Pavlov. Estaba sin esperanza, un esclavo de mi libido.

 

-Oh ... oh ... oh- tartamudeé cuando empezó a empujar un tapón lentamente dentro de mi culo. Era más grande que el mío, mucho más grande. Maldición. ¡Oh, maldición! Acababa de correrme hace unos minutos, y estaba listo para correrme de nuevo. Sabía que era joven y que tenía resistencia, pero esto era extremo, incluso para mí.

 

Infiernos, para cualquiera.

 

El tapón fue empujado todo el camino y, luego, Kris me movió hasta que estaba sentado totalmente sobre mi culo. Hice una mueca, no porque estuviera dolorido. El líquido azul del baño pareció haberme sanado en ese sentido. No, la mueca de dolor fue porque la mano de Kris se envolvió alrededor de mi hinchado pene y lo acarició varias veces antes de soltarlo.

 

-Te ves como un ángel libertino.

 

Maldición.

 

Gemí cuando las manos de Kris cayeron en mi trasero. ¿Realmente entendería lo grande que tenía las manos? No sólo cubrían mi trasero completo sino los lados también. Y con cada golpe el tapón era empujado malditamente más dentro de mi culo.

 

-Voy a correrme.

 

O no.

 

Las palabras apenas habían salido de mi boca antes de que me jalara de nuevo sobre mis rodillas, la espalda contra el pecho de Kris, y su mano alrededor de mi dolorido pene lo suficientemente apretado como para evitar que me corriera.

 

Doble maldición.

 

-No, elska, ahora no es el momento para que te corras de nuevo.

 

-¿Por favor?- Sí, yo estaba dispuesto a rogar en este momento. Infiernos, estaba dispuesto a pararme de cabeza si conseguía un orgasmo. Haría casi cualquier cosa. Necesitaba correrme.

 

Justo.

 

Ahora.

 

-Pronto, elska.- Kris comenzó a acariciar con su nariz el lado de mi cabeza, su lengua lamió un camino de mi hombro a mi cuello. -Tengo que alimentarme, y es mucho más satisfactorio cuando me alimento al mismo tiempo que te corres.

 

Yo no era un filete.

 

Me gruñó y le di un codazo en el estómago a Kris, mi orgasmo desapareciendo tan rápidamente como había llegado. Estaba aún más indignado cuando Kris sólo se rio y me besó en el cuello, como si no me hubiera movido en absoluto. Me esforcé para alejarme de él, pero eso sólo parecía divertir a Kris.

 

Idiota.

 

-Tengo un regalo para ti, elska.

 

«¿Oh?»

 

«¿Un regalo?»

 

Me gustan los regalos.

 

Sí, era superficial. ¿Y qué? Si me señalas a una persona que no le guste recibir regalos, te mostraría a alguien que está mintiendo. Cuando Kris me soltó y cruzó la habitación hacia un alto armario de caoba, me giré y me senté en el borde de la cama, haciendo una mueca cuando se empujó el tapón en mi culo. En mi entusiasmo para conseguir la chuchería, me había olvidado del tapón.

 

Me incliné ligeramente de lado y esperé.

 

Kris pareció encontrar lo que buscaba, levantó una pequeña caja cuadrada negra del armario. La sostuvo con una mano y cerró las puertas con la otra antes de caminar hacia mí. Mis cejas se alzaron en shock cuando Kris se arrodilló en el suelo delante de mí y abrió la caja, girándola hacia mí.

 

Mi respiración se atoró en mi garganta cuando mis ojos se posaron en el collar de oro en la caja. Era el collar más inusual que jamás hubiera visto. Al menos, pensé que era un collar o tal vez una especie de gargantilla. Podría equivocarme.

 

Era de casi medio centímetro de ancho, que era bastante grueso para un collar, y todo era de oro. Incluso yo, con mi limitada exposición a las cosas buenas de la vida, podría decir que un collar era de oro, cuando veía uno. Este era real.

 

Una joya azul vibrante estaba justo en el centro del collar. Mi mirada fue hacia Kris por un momento y luego de nuevo hacia el collar. Extendí la mano para tocarlo, casi con miedo.

 

El oro estaba extrañamente caliente bajo mis dedos. Se trataba de un objeto inanimado. No debería haber estado tibio. Lancé una cuestionadora mirada al hombre arrodillado delante de mí. Kris tomó el collar con una mano y dejó la caja abajo con la otra.

 

Comenzó a colocar el collar alrededor de mi cuello, pero se detuvo antes incluso de que el oro tocara mi piel. -¿Puedo?

 

Asentí.

 

Los ojos de Kris se oscurecieron. Pensé que podrían estarse volviendo negros, y mi respiración se aceleró. Negro por lo general significaba que estaba a punto de follar. Sin embargo sólo se oscureció a un marrón más profundo, Kris colocó el collar alrededor de mi garganta y cerró el cierre atrás.

 

Ajustaba perfectamente, y rápidamente me di cuenta de que era una gargantilla y no un collar. Yo no estaba seguro de estar cómodo usando una gargantilla. Yo era un hombre. Las gargantillas no eran muy varoniles. Pero, vaya, realmente era una linda gargantilla toda de oro.

 

Quizás podría hacer una excepción sólo por esta vez.

 

Fruncí el ceño en confusión cuando Kris comenzó a murmurar palabras que nunca había oído antes y no podía entender. Desde luego, no se oía a Chino o Inglés. Cuando terminó todo, Kris se apartó y me agarró la mano, levantándola a los labios colocando un pequeño beso en la palma de mi mano.

 

Fue entonces cuando me di cuenta de la pequeña gota de sangre en su dedo.

Tragué saliva, y luego volví a tragar saliva cuando la humedad no llegó a mi seca garganta la primera vez. -¿Qu-qué haces?

 

Los dedos de Kris recorrieron mi piel hasta llegar a la gargantilla. Había tanta emoción en la voz de Kris cuando habló que estaba sorprendido de no ver lágrimas en sus ojos.

 

-Esta gargantilla es una prueba de mi compromiso contigo, elska. La conseguí cuando llegué a la edad de emparejarme para adornar el cuello de mi Kypher od mi Sjol, el guardián de mi alma. He esperado muchos años para que llegaras.

 

Realmente no sabía qué decir a eso. Kris me veía como si yo fuera la respuesta a cada una de sus fantasías. No lo era. Yo era sólo yo. No quería que él tuviera algún ideal exagerado de mí, porque sabía que iba a quedarme corto.

 

Mi mano temblaba un poco cuando la coloqué contra su mejilla sin afeitar. -No me pongas en un pedestal, Kris. No pertenezco ahí. Sólo te defraudaría como lo he hecho con todos a los que he decepcionado en mi vida.

 

Kris sonrió mientras su mano cubría la mía. -Nunca podría decepcionarme de ti, elska.

 

-Solo espera.- Sonreí sabiéndolo. -Eso va a suceder.

 

-Eres un tesoro, y te trataré como tal.

 

El pobre hombre se engañaba.

 

Era obvio para mí que Kris vivía en un mundo de fantasía. Y había una pequeña parte de mí que esperaba que nunca descubriera la verdad, pero sabía que lo haría. Yo no me estaba engañado como él. Sabía perfectamente que iba a joderla en algún momento, y Kris se decepcionaría de mí.

 

Así es como era mi vida.

 

Podría decir que mi familia estaba decepcionada de mí, pero ni siquiera les importé lo suficiente como para decepcionarse. Yo era desperdicio de espacio en lo que a ellos concernía, y nunca dejaron de decírmelo. Eso explicaba mucho por qué no hacía relaciones.

¿Cuál era el punto?

 

-Ven, elska- dijo Kris poniéndose de pie repentinamente. Extendió la mano y agarró un montón de ropa que no había visto que estaba en el extremo de la cama, y luego me la entregó. -Vístete. Deseo mostrarte.

 

-¿A quién?- Había conocido a dos personas exactamente desde que llegué aquí con Kris, donde sea que fuera aquí. Una de ellas había sido buena y la otra no. No estaba seguro de estar listo para conocer a otra persona. Mi mañana, simplemente no había ido tan buena hasta ahora.

 

Está bien, el baño había sido bastante bueno, y los orgasmos habían sido espectaculares, ambos. Pero aparte de eso, las cosas apestaban. Estaba ansioso por ver qué sucedería mañana por la mañana, asumiendo que aun estuviera aquí mañana por la mañana.

 

Eso aun estaba en el aire.

 

Suspiré profundamente y me puse los pantalones holgados y la camisa que Kris me había dado. Cuando me puse de pie y miré hacia abajo, me di cuenta de que llevaba algún tipo de atuendo holgado color crema. Estos pantalones nunca lo harían.

 

Nunca mostrarían mi culo.

 

-Uh, ¿Kris?

 

-Hasta que te acostumbres a usar el nuevo tapón, los pantalones holgados son más cómodos para ti.

 

Rodé los ojos en un gesto de gran dramatismo. No es que importara. Kris no se había girado a ver mis ojos cuando hablaba, por lo que ciertamente no me había visto rodar los ojos. Eso era realmente muy malo. Había sido un rodar de ojos realmente bueno.

 

Solía practicar en el espejo del baño. Creo que había llegado a ser bastante bueno en eso. Nada en el mundo enojaba más a mis hermanos mayores que el que rodara bien los ojos. Al ser el bebé de la familia de cinco, entre hermanos y hermanas, estoy seguro de que nadie podía comprender por qué tenía que perfeccionar el arte del rodar los ojos.

 

En mi familia, era casi tan imprescindible como respirar o enseñarle el dedo a alguien.

 

-¿Puedo tomar mis chocolates?

-Por supuesto, elska.- Kris se dio la vuelta y se acercó a tomar mi caja de chocolate y me la entregó.

 

Antes de darme cuenta, ya estaba de nuevo en los brazos de Kris y salíamos de la habitación. Esto de llevarme en brazos a todas partes tenía que parar.

 

-No si puedo evitarlo.- Kris se rió. -Me gusta cargarte.

 

-No soy un inválido ni un bebé.

 

-Eres mi bebé.

 

No se podía discutir con el hombre.

Notas finales:

Me mata Kris :3 <3


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