Capítulo 12
“Imbécil”
Los alumnos comenzaron a alucinar. Sehun estuvo a punto de desmayarse y Chen estaba que se partía de risa. Era demasiado gracioso… demasiado chistoso como para dejar de reír. Luhan se había pasado de lanza al igual que Xiumin al llevar esos carteles confidenciales, y más que nada Luhan por haber gritado eso frente a todos. Ahora todo el plantel estaría enterado del nuevo apodo del señor cara de póquer y la relación de acoso que tenía con Luhan.
Después de esa confesión con porra incluida, nadie dijo nada. Los seis primeros lugares bajaron del estrado y cuando fueron a sus correspondientes salones para agarrar sus cosas e irse, Luhan fue tras Sehun. Le impidió el andar y dio un fuerte brinco para trepársele y abrazarlo, al mismo tiempo que le depositaba un dulce beso en la mejilla.
El hermoso rubio se sentía orgulloso de su Papishingo y no le importaban los comentarios de los demás, sólo deseaba felicitarlo muchas veces y abrazarlo para siempre.
—Felicidades —murmuró viéndolo a los ojos.
Sehun situó los ojos en él y lo alejó con lentitud de su cuerpo. Luhan estaba colgado de su cuello y no le parecía apropiado estar así. Su acosador parecía un Koala y eso no estaba nada bien.
—Gracias —Sehun por fin habló, tratando de quitarse las piernas que seguían enredadas en su cadera, pero Luhan las apretó más para no soltarse —. Te vas a caer —Le advirtió con un poco de sorna.
Luhan estaba haciendo mucho drama por el reconocimiento público que le hicieron y a él le parecía extraño recibir tantas felicitaciones…pero Luhan se aferraba cada vez más.
—Si me abrazas, entonces no me voy a caer. —Propuso el acosador. Sehun lo observó a los ojos y se negó rotundo, pero cuando sintió que se estaba comportando demasiado rudo con él, decidió darle unas palmaditas en la espalda.
Al toque, Luhan le plantó un beso en el cuello.
—Sólo deja de besarme. Ahora por favor, suéltame —se lo pidió de la manera más amable, pero Luhan movió la cabeza, diciendo que no—. No quiero ser desagradable, pero no me gusta que me…
Y cuando trató de pronunciar la palabra “molesten”, Luhan lo besó en los labios. Esa era la segunda vez que besaba a Sehun y se sentía realmente bien. Cuando los labios de Luhan se volvieron más juguetones, Sehun también lo besó. Se besaron como nunca antes imaginaron, haciendo chocar sus lenguas con una delicadeza especial, incluso Luhan le mordió el labio inferior para disfrutarlo un poco más. La caricia bucal se agrandó, logrando que Sehun agarrara las piernas de Luhan y lo hiciera pararse en el piso, cuando lo tuvo así, subió sus enormes manos y agarró los brazos pequeños y blancos que seguían abrazándolo por el cuello, los tomó y cuando únicamente los única un beso, se separó de él.
Lo observó con claridad y dio un paso hacia atrás.
—Si eso es lo que buscabas, entonces ya puedes marcharte. Lo diré de nuevo: no me gusta que me molesten. No quiero que vuelvas a molestarme, por favor. No me gustas y no quiero que vuelvas a seguirme —musitó con deseos de irse inmediatamente de ahí.
No aguantaba ese acosamiento, ya no aguantaba que Luhan lo besara cada vez que quería… No quería. No quería que una persona con fama sexual estuviera tras sus huesos y más importante, no deseaba que lo persiguiera alguien que no le atraía de ninguna manera.
—Bien, tengamos una cita. Te dejaré de molestar si tenemos una cita —le propuso.
Por un instante Sehun dudó en su palabra, pero después aceptó.
—Una cita y te marchas por donde llegaste —dijo que sí.
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Al otro lado del instituto se encontraba KyungSoo. Caminó hacia su salón para tomar sus cosas e irse, pero se detuvo cuando observó que Kai estaba platicando con la misma alumna de antes. Esos pijos de nuevo se encontraban hablando y eso no le gustaba para nada a KyungSoo. Lo peor de todo era que tenía que pasar junto a ellos para poder meterse al salón de clases, porque ciertamente aquellos dos se encontraban en la puerta…
De la nada, se hizo el descolocado y comenzó a caminar hacia esa puerta, espetó la palabra “compermiso” y se entrometió entre ellos dos. Cuando pasó al salón, fue hasta su banco y comenzó a meter sus cosas en la mochila. Rodó los ojos y pudo darse cuenta que aquellos dos todavía no se iban. Sus nervios aumentaron y respiró profundo. Lógicamente tenía que pasar de nuevo por ahí, pero le aterraba demasiado hacerlo, porque podía recordar que le pidió una cita a Kai y que éste había aceptado. Joder, faltaba poco para que fuera viernes…
Ya decidido, cargó su mochila y caminó a la puerta, se detuvo y levantó la vista para decir “compermiso, y gracias” pero la mujer que estaba con Kai lo detuvo.
—Felicidades, ¿eres el cuarto lugar académico, no? —La bella voz de esa mujer entró profundamente en sus oídos, haciendo que su corazón se acelerara y que sus mejillas se pintaran de un precioso color carmín.
—Sí, gracias. —Le agradeció.
Y cuando asintió con la cabeza para marcharse, Kai también habló.
—Felicitaciones, KyungSoo.
El pequeño fijó su vista en Kai y al verlo sonreír con morbo, él también hizo lo mismo. Curveó una sonrisa ladina y se acomodó el flequillo para salir, sintiendo al mismo tiempo que la caliente mano de Kai le acariciaba la cintura al pasar frente a él. KyungSoo se estremeció, pero logró marcharse a casa.
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Esa misma tarde, Chanyeol recordó que tenía una cita con el enano, así que fue a verse al lugar de antes, para su sorpresa, el chiquillo ahí estaba puntual y listo para la cita. Baek se encontraba nervioso, inclusive se mordió las uñas por el estrés y por la falta de aire, sus pulmones estaban desinflados y ya no podía más. En cualquier instante colapsaría…
—Eres puntual —dijo el más alto, cruzándose de brazos.
Baek se sonrojó y luego movió la cabeza de arriba abajo.
—Pensé que no vendrías —comentó con un poco de timidez. Yeol se cambió la posición de la gorra y se echó a reír.
—Tengo palabra, joder. —Se defendió al mismo tiempo que comenzaba a andar, Baek sólo lo siguió, situándose al mismo ras.
A decir verdad, Chanyeol no estaba tan asqueado con Baek, porque pese a que ese cabrón de puta era un integrante más del Cuarteto, no era como Kris. Quizá Chanyeol se catalogaba como el más tolerable de los otros tres. En ese caso, Baek tenía mucha suerte de haberse enamorado de él o quizá no… al fin y al cabo no lo conocía bien.
Caminaron sin decir palabra. Baek quería preguntarle sobre su cita, sobre el lugar que visitarían, pero no pudo hacerlo. Le costaba bastante trabajo empezar una conversación con ese grandote.
—¿A dónde quieres ir? —Sin mirarlo y caminando, el gigante le preguntó—. ¿Cine? ¿Comer?
—¿Podemos ir a donde yo quiera? —Cuestionó ingenuo.
Yeol asintió, diciendo:
—Claro, tú decides.
—¿Podemos ir al mall? quiero ver libros y pasear. —Le ofreció.
Yeol dijo que sí con la cabeza de nuevo, poco después llegó hasta su coche.
—Sube —ordenó y fue hasta su puerta para poder manejar.
«Joder, súper mega cool» pensó Baek cuando se subió y notó que los asientos eran de cuero y que ese auto era último modelo. Era un AudiR8 color negro con blanco.
Durante la mitad del camino no conversaron, pero cuando estuvieron a punto de llegar, Baek por fin habló.
—Y tus otros amigos ¿también tienen coches? —preguntó, agrandando su curiosidad para romper el hielo.
Con el volante en la mano y doblando a la derecha, Yeol dijo que sí, añadiendo:
—Cada uno tiene autos, bueno…hace unas semanas Kris compró una camioneta y por el momento es el único que maneja camioneta.
—¿Oh, sí?
—Sí, dice que porque es más espaciosa y que puede servir para cuando queramos ir los cuatro juntos a algún lado. Ya sabes —espetó parándose en un rojo—. Dos atrás y los otros dos adelante —compuso, buscando añadir las palabras adecuadas.
Chanyeol no hablaba específicamente del cupo de la camioneta, sino de las posiciones que lógicamente tendrían si fuesen de viaje junto a Kris.
—Veo que están jerarquizados —el chiquillo se atrevió a musitar.
Yeol lo miró de arriba abajo, después se echó a reír.
—Miras muy bien. —Lo felicitó, luego miró el semáforo y pisó el acelerador cuando la luz verde se lo indicó.
—¿Eres el tercero o el cuarto?
—¿Importa?
—No lo sé, pero es para imaginarte cuando por alguna razón viajes en la camioneta de Kris. De los asientos traseros ¿Cuál escogerías? Porque supongo que Kris será el conductor, Kai el copiloto y los asientos traseros se dividirán entre Suho y tú.
—Supones bien. ¿En qué lugar debería sentarme, BaekHyun?
Baek se puso nervioso, ¿cómo diablos sabía su nombre? Joder… pero se escuchaba tan lindo cuando lo pronunciaba.
—Depende, si eres el tercero en la jerarquía, entonces te sentarías en el asiento que está detrás de Kris y si eres el cuarto, entonces te tocaría atrás de Kai —logrando hacer la más lógica división y añadiendo la jerarquía, le dijo—. ¿Cómo sabes mi nombre? —Añadió casi sin aire.
—Entonces creo que me tocaría detrás de Kai. —Se detuvo en el estacionamiento del mall y apagó el coche—. Leí tu carta —contestó por fin a la pregunta del perlado.
Baek se quedó congelado gracias a la declaración anterior. Diablos ¿Chanyeol había leído su carta? ¿En verdad se dio el tiempo para leerla? ¿Eso significaba algo? ¿Era una señal del mal? Inmediatamente cuando vio a Yeol salir del auto, bajó también él.
Entraron al mall y comenzaron a caminar. ¿Debían hablar más? ¿Baek debía decir que tenía hambre?
—¿De verdad no quieres comer? Muero de hambre. —Por segunda vez el gigante le leyó los pensamientos.
—Bueno, entonces vamos a comer, pero… pero…
Puta madre jodida, Baek no traía dinero… su pobreza se lo impedía.
—Yo pagaré —Yeol terció. ¿Qué diablos? ¿Acaso era adivino? De todos modos era genial y eso nadie podía negarlo… Pero la pregunta más importante era ¿Si Yeol ya había leído la carta eso quería decir que tenía una respuesta definitiva a los sentimientos del pequeño Baek?
—Si leíste mi carta, entonces ya sabrás lo que pienso de ti ¿no es así? —El de gorra asintió, pensante —. Entonces ¿Cuál es tu respuesta definitiva?
Sus ojos se conectaron. Yeol no se lo esperaba, no se esperaba esa pregunta, porque simplemente no tenía cabida, ya lo había rechazado antes y sólo había aceptado esa cita para premiarlo por no haberle rogado, pero eso no significaba algo más. Cuando Chanyeol quiso aclararle que no estaba interesado en él, no pudo. Una mujer muy hermosa interrumpió el acto. Era la mujer que se follaba casi a diario y de la que hablaba diariamente: esa mujer que chupaba la polla como una diosa y que era mayor que él.
Chanyeol la saludó y se quedó platicando con ella, ignorando por completo a Baek. Por un momento el pequeño pensó que pronto ella se iría, pero cuando pasaron diez minutos de espera, Baek se enojó. ¿Cómo demonios pudo confiar en él? Era su cita y a Chanyeol parecía no importarle demasiado, además, minutos antes hablaron sobre los sentimientos de Baek… ¿cómo el gigante pudo dejarlo ahí? ¿Cómo pudo quedarse coqueteando y platicando con aquella mujer en un momento como este?
Baek sonrió con amargura, Chen y Sehun tenían razón. Esos cuatro eran unos completos hijos de puta. Sintiéndose como un estúpido, Baek se marchó de ahí. Por supuesto que no soportaría más, no esperaría que Yeol terminara de hablar, tampoco le importa la “cita” ni cómo se iría a casa. No le importaba nada y no quería perdonarlo. Nunca le hablaría. Jamás se lo perdonaría, porque Yeol era malo, era igual de malo que los otros tres.
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A las cinco de la tarde, Tao recibió una llamada. No sabía quién era, pero contestó su celular.
—Soy Kris. No preguntes ni contestes nada, en menos de diez minutos voy a pasar por ti. Espero que estés en casa porque voy para allá y no voy a tocar tu puerta, así que tienes que salir antes de que toque el claxon. Adiós
Y colgó. Colgó como el maldito hijo de puta que era, pero… ¿cómo sabía su número de celular? ¿Recodaba la dirección de su casa? Y la pregunta más importante ¿Para qué lo pasaría a recoger?