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Lover's Spit (EXO: TaoRis) por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Ayer no lo pude subir, pero ahora sí. 

 

Capítulo 17

 

“Mi habitación”

 

La cabeza le dolía. Su almohada de plumas de ganso le acobijaba los pensamientos. La tasa que hace una hora poseía café ya estaba vacía. Luhan y su celular estaban hablando. El teclado se le congeló, haciéndolo enojar. Su celular había costado una fortuna, pero ahora ya estaba comportándose como un marica. No era posible. Luhan no quería enfadarse, pero no lo pudo evitar. ¡Su puto celular de mierda no funcionaba y eso era inaceptable! Más cruel todavía cuando justo horas antes había conseguido el número telefónico de SeHun.

 

Podía recordar que el tontuelo de Lay le había proporcionado el número de móvil de su Papishingo y también recordaba la forma que utilizó para conseguirlo.

 

Poco después de la escuela, Luhan se encontró con Lay, éste último le dio de inmediato el número de SeHun después de que el rubio le dijera que urgentemente necesitaba a SeHun para entregarle unas tareas que según había olvidado en las banquitas. Inclusive le pidió que por favor cooperara para ayudar a esa buena causa y así poder entregarle los apuntes al Papishingo. Como cosa automática, Lay le agradeció y le dejó lo que Luhan tanto necesitaba.

 

Ahora Luhan portaba ese número, sin embargo su estúpido móvil no jalaba. Enojadísimo le apartó la batería, apagándolo sin chistar. Volvió a incluirle la pila y lo prendió. Por suerte todo estaba perfectamente bien; el celular ya funcionaba, inclusive ya estaba tomando fotografías, lo comprobó al tomarse una muy mona y que, por supuesto, deseaba mandarle a SeHun.

 

Repasó su lista de contactos, yéndose hacia abajo y situándose en el lugar que decía “Papishingo ♥” Pensó bastante para comenzar a escribirle un mensaje, justo antes deseó llamarle, pero luego se dio cuenta que eso sería muy acosador. Así que por eso prefirió mandarle mensajes para poder hablar sobre la cita que tenían prevista. 
Luhan no podía olvidarla. ¡Claro que no lo haría! ¡Antes muerto que olvidar algo tan importante! Pese a todo lo malo que pudieran decir sobre él, Luhan no era como lo describían. Sí, era gay y le gustaba la polla, pero había una gran diferencia en gustarle cualquier polla. Nunca antes le había gustado algo más que una polla, hasta ahora que SeHun lo encantó y no por su polla, puesto que ni siquiera había tenido la oportunidad de vérsela.

 

Por primera vez Luhan no buscaba sólo sexo. SeHun era algo más para él y lo sentía, su corazón lo delataba cada vez que su Papishingo se encontraba cerca. Era inevitable no estar sofocado y le agradaba.

 

Ahora ya no había marcha atrás. Escribió como un loco todo lo que se le vino a la cabeza en esos momentos, enviando tal cual el contenido, sin olvidarse de la buena ortografía; no podía hacer el ridículo escribiéndole porquerías.

 

“Buena noche, SeHun. Estoy bastante seguro que no deseas recibir mensajes míos, pero no pude evitar conseguir tu número. Por si todavía no te lo contaba, soy Luhan. Perdón por no ir al grano, pero ahora sí seré directo. ¡Te mando este mensaje para poder ponernos de acuerdo para nuestra cita! Espero tu respuesta, realmente la espero de verdad. Es muy posible que muera si no me contestas y si no tienes saldo ve al Oxxo y ponle”

7: 23P.m. Enviado.

 

 

“¿Quién te ha dado mi número? No deberías tenerlo. Por cierto, no me das órdenes. Si tengo o no tengo crédito, yo sabré si contestarte o no”

7:36P.m Enviado

 

 

“Quiero que el domingo sea nuestra cita ('.')o”

7:36P.m. Enviado

 

 

“¿Quién te ha dado mi número?”

7:38P.m Enviado

 

 

“El domingo a las 4 p.m, en mi casa”

7:39P.m Enviado

 

 

“¿Quién te ha dado mi número?”

7:42P.m Enviado

 

 

“¡¿Sabes que los mensajes cuestan 1 peso?! Si escribes lo mismo en varios mensajes es un desperdicio, mi vida” 

7:45P.m Enviado

 

 

“¿Quién te ha dado mi número?”

7:45P.m Enviado

 

 

“¡Súper rapidísimo! ¡Apuesto a que sólo reenvías el mensaje! Eso es genial, ¿sabías? Yo puedo enfermarme y lidiar con el túnel karpiano por escribirte...”

7:46P.m Enviado

 

 

“*Túnel carpiano”

7:46P.m Enviado 

 

 

 

7:46P.m Recibido.

 

 

El cuerpo de Luhan tembló después de que éste leyera ese último mensaje. Justo lo que no quería había pasado: SeHun lo había corregido y eso era vergonzoso. Se suponía que cuidaría su ortografía, pero no fue así. ¿Qué se suponía que debía responderle después de esa corrección? No sabía, así que dejó todo igual. No contestó ese último mensaje, tampoco se animó a escribirle uno nuevo; estaba perdido y no quería sentirse herido.

 

Quizá SeHun no tenía la intención de dañarlo, pero… pero joder ¿Por qué coño lo corrigió? Sólo había sido una K y eso  no significaba nada ¿o sí? Tampoco era que una K significara el fin del mundo, pero aun así Luhan se sentía mal. Inquieto, el rubio vio la hora en su celular y pudo darse cuenta que ya eran las 8:05. Por primera vez había dejado a SeHun hablando solo y aunque se sentía peligroso y malote, también llegó a sentirse triste.

 

Pero de nuevo el sol volvió a iluminar la noche, aunque la oscuridad estuviera presente. Luhan tenía un mensaje de su Papishingo y eso significaba mucho para él.

 

“¿Y bien?”

8:09P.m Enviado

 

 

“Y bien ¿qué?”

8:10P.m Enviado

 

“Apuesto a que  tienes el túnel Karpiano; dejaste de escribir”

8:11P.m Enviado

 

“¿Te estás burlando de mí?”

8:11P.m Enviado

 

“¿Tú qué crees?”

8:12P.m Enviado

 

“Que sí, pero ¿Sabes qué? Olvídalo y vete a la mierda”

8:16P.m Enviado

 

“¿Entonces también olvido lo de la cita?

8:18P.m Enviado

 

“Sí”

8:27P.m Enviado

 

“De acuerdo”

8:27P.m Enviado

 

 

8:27P.m Recibido

 

A los pocos segundos de leer el que parecía el final de todo, Luhan se echó a llorar. Se suponía que si se enojaba alguien siempre trataría de hacerlo sonreír, pero SeHun sólo lo hacía enojar más. ¿Era posible todo eso? Además su “De acuerdo” escrito en el último mensaje se miraba tan seco y sin sentimientos…

 

Sin poderse negar, Luhan se fue a dormir. Durmió un par de horas, hasta que su celular comenzó a sonar, marcando que le había llegado un mensaje en el WhatsApp. Para su sorpresa se encontró con una nueva conversación, era Sehun.

 

 

Última vez, hoy a las 11:01P.m

“Tienes razón, es malo gastar dinero en el mismo mensaje, al menos el WhatsApp es gratis. ¿Quién te ha dado mi número? Por cierto, ¿Cómo se supone que me vas a dejar de molestar, si dijiste que con la cita dejarías de hacerlo? ¿O es que dejarás de hacerlo sin una cita previa?”

 

¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.

 

 

La  noche refrescaba la sofocación de Tao. Éste se encogió de hombros en todo el camino que hizo Kris para llegar a su casa. Tao tuvo que pedirle permiso a su madre y por razones del infierno, ella lo dejó, pidiéndole que por favor se portara bien. Para los nervios de Tao eso era la muerte. ¿Su madre también estaba en complot? Al parecer no realmente, pero igualmente estaba comportándose como si en verdad fuera fácil que su hijo se declarara gay y que esa noche durmiera en la cama de Kris como lo más natural del mundo.

—¡Estás aquí! —Gritó la abuelita Mei segundos después de encontrarse con el rostro del Panda.

Tao levantó ambas manos, saludando.

—Sí, estamos aquí —Kris añadió, situándose a un lado de su novio. El ahora rubio se acurrucó en el hombro de Kris, olfateando despistadamente el delicioso aroma que manaba de ahí. 

—He preparado la cena yo misma, incluso la hermana de Kris está aquí. —Apuntó hasta la puerta del comedor, señalando a una diminuta rubia con ojos claros —Krystel ven a saludar. —La animó la abuelita Mei.

La pequeña rubia se acercó, tanteando el territorio. Observó de arriba abajo a Tao y torció una sonrisa macabra. Los ojos del Panda se nublaron; era tan potente el humor de la hermana de Kris que el antiguo pelinegro ya estaba comenzando a temer.

—Odio a los homosexuales —aseguró la cría, cruzándose de brazos.

El corazón de Tao se detuvo, ocasionándole un susto. No deseaba ese trato, pero era de esperarse; era enana era hermana de Kris y por tanto, los genes de mierda estaban por toda su sangre.

—Odiar desde muy pequeña es desagradable —murmuró Tao nanosegundos después de ponerse en cuclillas para estar a la misma altura de la mocosa.

Krystel dio un paso hacia atrás, mosqueada.

—¿Verdad que es muy hermoso, Krysti? —Sonrió la peli-plata.

—Supongo que si mi hermano lo acepta, entonces lo es —espetó.

Tao se levantó, luego caminó hasta la abuela para ayudarla a servir la cena.

Durante toda la cena, Tao y la abuela Mei se la pasaron hablando. Por su parte, los dos hermanos rubios se miraban entre sí y criticaban a Tao en silencio. Eran tal para cual, igual de mierdas… Ahora Tao no sólo cargaría con un Kris malvado, sino que también con su hermanita malévola. 

—¿Entonces sabes artes marciales? —Krystel alzó la voz después de escuchar a Tao explicarle a la abuela que no era peligroso practicar artes marciales —. ¡¡Mi hermano Kris no puede matar ni una sola mosca, pero tú sabes pelear!!

—Si quieres puedo enseñarte —ofreció el Panda.

La pequeña asintió gustosa. Fue inmediatamente hasta Tao y fue así como platicaron y fueron siendo más cercanos.

Todo parecía perfecto. Tao platicaba con la abuela y con Krystel al mismo tiempo, sin embargo, Kris no decía nada interesante. El prepotente hombre sólo se quedó viendo los tontos gestos de Tao, aborreciéndolo más en silencio. ¿Cómo era que su familia amaba a ZiTao? No lo sabía, pero tampoco quería descubrirlo.

Terminando de cenar, Kris se llevó  Tao a su habitación. Cerró con llave la puerta y comenzó a desvestirse para darse una ducha, importándole un comino que el ojeroso estuviera ahí.

—No robes nada —con sólo el bóxer y la playera puesta, musitó Kris antes de entrar al cuarto de baño.

Tao se sentó en la cama, viendo al mismo tiempo todo lo que había en la habitación de Kris. Ya conocía esa habitación; ahí fue el suceso que lo desvirgó. Las cosas que antes vio seguían en su lugar, excepto que ahora no estaba amarrado y siendo tocado. Tao se sintió enfermo al instante, no era amable de su parte pensar en volverlo a hacer con Kris, pero la habitación y sus recuerdos le llenaban la cabeza de perversiones.

—Báñate —ordenó el rubio poco después de salir de la regadera.

Fue hasta el espejo para secarse el cabello con la toalla y se quedó ahí, esperando a que Tao lo obedeciera, pero ¿Cómo podían obedecerlo si sólo traía puesto un bóxer de licra color negro?

Negándose con la cabeza, Tao se levantó de la cama.

—La ropa se quedó en la cajuela de la camioneta —articuló, mirándose las manos y tratando de no mirar el cuerpo del pecado.

Kris alzó la ceja, era verdad.  Fue hasta sus cajones y sacó un bóxer blanco. Lo sujetó por unos segundos, apretó la tela de algodón con fuerzas y se volvió hasta Tao.

—No suelo prestar mis pertenencias, así que te lo regalaré —le aventó la ropa interior, haciendo que los reflejos de Tao funcionaran de inmediato, cachando así el bóxer que ahora le pertenecía.

Kris observó de arriba abajo a Tao, haciendo que éste saliera casi corriendo hacia el baño. Bien, Kris se sintió orgulloso; amaba que la gente se pusiera nerviosa y temiera ante su presencia.

En la regadera, Tao le pensó demasiado para ponerse el bóxer. Esa ropa interior parecía nueva y aunque Kris se lo había regalado, no podía sacar de su cabeza que tiempo atrás ese bóxer estuvo cubriéndole la entre pierna al gran Kris. ¿Quién lo hubiera imaginado? Kris lo odiaba, pero ahora Tao estaba por usar su carísima ropa interior y eso era sorprendente.

Ya decidido se puso la única prenda limpia y se miró al espejo. ¿Saldría así? Estaba casi desnudo y eso sonaba y se miraba inapropiado. Buscó su camiseta sucia y se la puso. Ya más relajado salió del cuarto de baño, sorprendiéndose cuando ya estuvo fuera.

Kris estaba dejando dos almohadas en el piso.

—No, si quieres yo duermo en el suelo —propuso el Panda.

Kris se burló. Rodó los ojos y sonrió de lado, negándose.

—Por supuesto que sí, nadie duerme conmigo —aseguró.

Tao se cubrió la cara, horrorizado y avergonzado. ¿Por qué no lo supuso antes? Era obvio que Kris lo trataría como mierda ya cuando nadie los viera…

—Le tengo miedo a la oscuridad, así que…

—No puedo dormir con las luces encendidas —concluyó Kris, apagando el foco.

Fue hasta la cama y se acostó a dormir, dejando  a Tao parado y sin luz. Encogido de hombros, Tao fue hasta el suelo, agarró la sabana y se cubrió por completo, contando borregos al mismo tiempo. Deseaba dormirse antes de tener más miedo, pero no pudo hacerlo; se escuchaban sonidos extraños y ya estaba comenzando a aterrarse, más fue el susto cuando algo lo agarró y lo levantó del suelo. Tao tuvo oportunidad de gritar, pero la enorme mano de Kris se lo impidió, haciéndolo calmarse. Kris se lo llevó hasta la cama y se acostó seguido, abrazándolo rápidamente por la espalda y pidiéndole que se hiciera el dormido. 

Justo a tiempo la abuela Mei entró a la habitación y sonrió. Tao recordaba que Kris le había quitado el seguro a la puerta para no levantar sospechas, pero no se esperaba una visita nocturna por parte de la abuelita Mei y ¿qué tal si la abuela entraba en medio de un ataque sexual? Tao estaría muerto si eso llegara a pasarle, pero igual lo descartó; Kris no se animaba a tocarlo esa noche y tampoco se trataba de coquetearle para que lo hiciera, o quizá sí… 

 

El cuerpo entero se le paralizó al escuchar que la puerta se cerraba lentamente, dando por entendido que la abuela Mei ya había salido del cuarto, ahora lo que más le preocupaba era lo que pasaría después, porque ahora sí estaba totalmente pegado al cuerpo semi desnudo de Kris. 

Notas finales:

Dejen sus reviews :) Es bonito leer lo que me escriben


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