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Lover's Spit (EXO: TaoRis) por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Hola. Es tarde, lo sé, pero he contestado a sus reviews del capítulo anterior. 

DEJARÉ ÉSTE AQUÍ:

 

Nombre: OhBany (Logado) · Fecha: 05/06/14 04:30 · Para: Capítulo 37

Hola, sólo quería ser el comentario 1000, y es especial porque nunca había comentado, (?) amo éste Taoris y estaba esperando el día es que Kris por fin tuviera estos sintomas, te hiciste de rogar, me gusta, saludos, Felicidades por los 1000rvs :D

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Y SÍI, FIESTAAAAA

Capítulo 38

“Presión social”

 

 

Todos los alrededores chismeaban que Tao había llegado y que su situación con Kris parecía ser lamentable. ZiTao se miraba totalmente diferente: tanto física como emocionalmente. Su atuendo y su sonrisa se anexaban, concordando a la perfección. Estaba feliz o eso era lo que podía notarse en su rostro. Inclusive los amigos de Tao lo notaron; éste venía cambiado, como si nada pasara y al parecer, venía para quedarse.

Durante el almuerzo, el pelirrojo se sentó en la misma mesa de siempre, junto a sus amigos. Luhan no paraba de brincar de gusto, dándole  todavía  la bienvenida. Xiumin se quedó quieto, pues Chen parecía enojado con él. Kris se sentó también en aquella mesa, pero había dos nuevos integrantes y no sabía cómo la mesa se había convertido en un albergue para 14 personas. Key estaba ahí, y también un desconocido.

—¿Entonces eres Minho? —Baek se alucinó, recordando que ese nombre pertenecía al capitán de fútbol.  

—De hecho es Minho —KyungSoo añadió, dándole unas palmaditas al alto moreno. Kai frunció el entrecejo, separando a Soo del “nuevo”

Minho era capitán de fútbol y en esos momentos estaba interesado en el recién llegado. Minho conocía a Tao desde mucho tiempo atrás debido a su primer puesto académico, pero antes no era nada interesante,  a diferencia de ahora, que estaba realmente sexy y parecía más seguro de sí mismo.

Bien. Kris tenía a la competencia sentada casi al frente y mirando a Tao como si fuera un postre.  Y lo más desesperante era ver que Tao aceptaba la presencia de Minho.

—¿No lo conocías, Kai? —Lay y Soo preguntaron al mismo tiempo, recordando que el moreno también era deportista. Kai se negó. Él no se juntaba con la chusma y menos si era Minho, ya que ese niño alto tiempo atrás deseaba pertenecer al Cuarteto. Obviamente no fue aceptado. Kai recordaba aquella vez que se presentó frente a Kris, pidiéndoselo de la mejor manera. Aquella vez, Kris sonrió de lado y se negó, dejándolo con la palabra en la boca.

Minho no estaba preparado para pertenecer al Cuarteto y no solamente por eso fue ignorado, sino también porque a Kris le había caído muy mal a simple vista. En todo caso, ahora le caía peor y más si andaba tras lo que le seguía perteneciendo. El desvergonzado de Kris aún se daba cuenta que Tao era suyo; todavía olía a él y aunque no se miraran a los ojos, sentía que Tao seguía enamorado de él, incluso más que al principio.

Su ego y su orgullo se notaron demasiado en esos momentos, en los cuales Minho hablaba con Tao. El ahora pelirrojo no le prestaba demasiada atención, pero estaba suficientemente cerca de aquel jugador de fútbol. Pero no era momento de decir o hacer nada, eso lo haría cuando estuviera a solas con Tao.

—¿Para qué lo invitabas, Key? —Kai arrugó la frente, preguntando lo más importante. Key ya formaba parte de ellos, bueno, no a ese grado, pero si se juntaba con Tao, entonces era aceptado. Además, Key era demasiado noble y mientras que Tao estaba en China, él les había hecho compañía, invitándolos a comer y sacándoles una sonrisa. No era para nada un roba amigos, pero podía ser útil en momentos de complot. Podían confiar abiertamente en él.

—Yo ni lo conocía —respondió, alzándose de hombros. Y era verdad. No lo conocía y aunque fuera condenadamente sexy, no pondría los ojos en él aunque fuera para ser amigos. Key tenía mejores gustos y Minho caía súper mal en la primera impresión. De hecho, todos se sentían incómodos con su presencia.

—Eres de gimnasia, exageración de pómulos  —contestó el invitado no invitado. Tao sonrió. Key tenía muchos pómulos, pero eso se había escuchado demasiado gracioso. Key infló los cachetes y se encogió en su asiento. ¿Qué tenían de malo sus pómulos? ¿Por qué le molestaban tanto a Minho? No podía entenderlo.

Kris alzó una ceja, pendiente del dato, pero más de la expresión dramática que Tao sacó al instante, cuando Key y Minho comenzaron a pelear en la mesa. Todos los presentes, observaron a Key y a Minho. Éstos parecían odiarse y eso era divertido. Demasiado divertido, más aún cuando Key lo golpeó en la cabeza, jalándole los cabellos poco después.

—Es mejor que se larguen. Simplemente están jugueteando en una mesa que no les pertenece —sentenció Kris, rodando los ojos y viendo específicamente a Tao. No era dirigido para él, pero era inevitable no verlo cuando se encontraba presente y más con ese cabello jodidamente ardiente. Lo había disfrutado rubio, pero pelirrojo nunca, y era una delicia verlo lucir limpio y con estilo. Era como su tipo ideal.

Sehun necesitaba decir que esa mesa tampoco le pertenecía a Kris, pero ya era suficiente verlo celoso por la presencia de Minho, así que lo dejó pasar. Key entendió el regaño y se sentó, volviendo a comerse algunas de las galletas de Soo. Al fin de cuentas, lo único que quería Key ahí era avisarle a Tao que estaba mejorando en sus calificaciones.  Le había llevado un pequeño regalo y una gorra nueva para celebrar su bienvenida.  

—Entonces, yo ya me iba. —Reflexionó key, tomando su bolso y brincando para alejarse de esa mesa. Key no era para nada popular, pero tampoco anhelaba serlo. Key era Key, la diva… y se conformaba con eso y con sus extraños pómulos grandes. En cuestión de segundos, se fue, brincando como loco.

Kris sonrió, ‹‹uno menos››,  pensó.

Durante el almuerzo, Minho no se fue, instalándose ahí para sacarle plática al pelirrojo. Kris lo vigilaba, tratando de verle los defectos, sin embargo, Minho no parecía tener muchos. Ese cabrón era alto, no más que él, pero era alto como para competir contra su persona. Sus ojos eran más despiertos que los suyos y aunque su piel era morena, se miraba varonil. Su peinado no era tan teto y su estilo de ropa era demasiado normal, acercándose a lo deportivo. Kris era mucho mejor que él en todos los aspectos, pero no podía evitar compararse mentalmente con aquel tipo.

Minho tenía otras intenciones y Tao no lo alejaba. Al parecer, las cosas eran más difíciles ahora y cuando algo se ponía dramático y difícil, Kris lo evitaba por completo. Su instinto era demasiado sabio y sabía que era estúpido competir contra alguien por atención y cariño. Era demasiado obvio que no competiría con nadie, y menos con ese ojón y larguirucho alien.

Kris ya se las vería para apartarlo de su camino.

 

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Poco después de las clases, Lay fue a donde siempre. El pent-house de Suho lo esperaba. Todos los días se veían ahí, otros salían a pasear, pero lo más importante era que durante su estancia juntos, hacían cosas demasiado divertidas. No veían películas. No solamente comían juntos. Ellos se besaban hasta cansarse y se frotaban lo suficiente para eyacular.

Pero ahora estaban listos para pasar al segundo paso. Llevaban friccionando sus pollas muchos días y lo hacían diariamente, sin descanso.

—Estoy muy cansado, me duele mucho el cuerpo —Lay habló primero, dejándose caer en el sillón. Suho alzó una ceja y se negó. Lay no podía echar a perder el momento y menos cuando había cooperado tanto en las últimas semanas. Además Lay siempre estuvo hostigándolo con lo mismo, lo considerado sería seguir manteniendo los momentos cachondos.

Suho desde un principio le había dicho que no, pero tras la insistencia de Lay, ahora era más pervertido que antes y ya sabía que cada vez que terminaran las clases, iban al pent-house a tocarse y a tener orgasmos. 

—Me has acostumbrado a tener orgasmos diariamente —lo acusó, levantando el dedo  y moviéndolo de atrás hacia adelante, pidiéndole que se acercara.

—Pero estoy cansado —se justificó, negándose a ir hasta  Suho.

El mayor se negó, chasqueando la lengua.

—No dijiste eso cuando comenzamos a progresar con nuestra sexualidad ¿cierto?

Los ojos de Lay se abrieron en grande y se negó. Por primera vez se sentía poco entendido por Suho. Se suponía que no harían nada si no estaban de acuerdo, pero por lo visto Suho era adicto a eyacular diariamente. Y pese a todo, Lay sabía que iban a ritmo lento. Joder, apenas se frotaban y ni siquiera conocían sus cuerpos… Suho era adicto, y Lay ya se estaba arrepintiendo de haberle rogado tanto por comenzar a activar sus vidas sexuales.

—Lo lamento, y tienes razón. Yo no dije eso y sé que estuve insistiendo demasiado para progresar sexualmente contigo, pero no me siento bien. ¿No puedes entenderlo? ¡Se suponía que me entenderías!

—¿Quieres que te entienda después de haberme acostumbrado todo este tiempo? Te lo dije, Lay. Te dije que esperaras hasta que estuviera listo y por cumplir con tus deseos ahora me toca irme al baño, masturbarme y correrme.

—Lo siento, pero cuando no puedo, entonces no puedo. ¿Por qué no puedes entenderlo? ¿Tan difícil es? ¡Si tantas ganas, puedes ir con otro e incluso hacerle el amor! —gritó bastante molesto. Suho abrió la boca, pero antes de que pudiera decir alguna palabra, Lay salió del pent-house, dejándolo muy confundido.

Los dos estaban muy molestos y esperarían a que el contrario diera el primer paso para pedir disculpas. Sin embargo, ninguno pensaba llamar al otro ni pedir disculpas primero. Los dos estaban empecinados y sabían que tenían culpa. Suho por insistir de acuerdo al sexo, y Lay por haber comenzado a gritar.

 

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Inesperadamente, Luhan dio un alto brinco. Lo que había dicho Yeol era súper genial. Pero tenían pocos días para prepararlo y lo peor de todo era que querían que mañana mismo se ejecutara el plan para el primer intento de la llamada presión social.

—¡¿Una fiesta?! —Xiumin gritó demasiado alto, logrando que todos se taparan los oídos con ambas manos. Chen lo agarró de los hombros  y lo tranquilizó un poco.

Yeol de pronto recordó que su idea podía ser fatal, pues Luhan y Xiumin amaban las fiestas. Ellos simplemente eran el alma de las fiestas, a diferencia de Sehun y Chen.   

—Absolutamente no —Sehun se negó, haciendo un ademán con las manos, diciendo que no de todas las maneras posibles.

—Vamos, mi amor… Es sólo una fiesta —Luhan le rogó, colgándose de su brazo y brincando como loco. Sehun se arrepentía en esos precisos momentos de haberle dado leche con chocolate.

—Y amas las fiestas, eso significa peligro —añadió, negándose con la cabeza.

Kai agitó la mano, entusiasmando el ambiente. Luego abrió la bocota:

—Por supuesto que una fiesta sería genial. Además no sería demasiado obvio nuestro complot, ya saben… acaba de llegar Tao y esa fiesta podría significar la bienvenida o algo así —los animó un poco, quedándose en silencio para escuchar la opinión de los demás.

En esos momentos, ocho personas tramaban y aunque Suho y Lay no estuvieran, pretendían avisarles después.

Baek se rascó la barbilla, apoyándose en Yeol. Soo levantó la mano y la sostuvo ahí hasta que le dieran la palabra.

—Sí, y yo puedo poner el postre —ofreció, recordando que tenía una nueva receta para estrenar.

Kai estuvo de acuerdo, pero Chen y Sehun no del todo.

—¡Sí, que la fiesta comience! —Luhan volvió a brincar, llevando consigo a Sehun. Su Papishingo lo miraba con confusión, pero en el fondo estaba feliz por la infinidad de sonrisas que su bebé sacaba a cada instante —. Pero… ¿Creen que Tao inicie una relación con Minho?

Kai y el gigante se miraron entre sí. No sabían. Xiumin por su parte asintió, dudando un poco.

—Él tiene derecho a salir con quien sea —comentó el cara de póquer, relamiéndose los labios —. Además si Minho sale con él, lo más probable es que haga las cosas más fáciles para lo que tramamos ¿no? Kris se pondrá muy celoso y hará todo lo posible por recuperarlo —complementó, a pesar de no esta tan de acuerdo con la presión social.

—Kris ha estado muy extraño en este día, ¿creen que se dio cuenta que Minho invitó a Tao a comer? —Yeol se golpeó la frente, escandalizado. Kris no podía saber que en su primer día de regreso, Tao estaba justo en esos momentos comiendo con el capitán de fútbol. 

—Sí, lo vio —dijo la madre del único hijo de Chen—. Yo lo vi con mis propios ojos.  

—¿Creen que quiera ir a la fiesta después de eso? —Luhan volvió a intervenir, sacudiendo a su Papishingo. Estaba tan mortificado que lloraría si los planes no salían bien.

—Irá, Kris querrá venganza —musitó el gigante, realmente serio y preocupado. Conocía al líder y si sabía que Tao ya estaba teniendo citas, tendría todavía más excusas para actuar como el dueño del recién llegado.

—No sé ustedes, pero… ¿Por qué no hacemos que ese capitancillo se interese en Key y así deje de joderle a Tao? —A Kai se le prendió el foco.

Luhan fue hasta Kai y lo abrazó con fuerzas, brincando como todo un niño. Claro que esa idea era la mejor de todo el mundo. Xiumin se añadió al abrazo, gritando como loco también.

Chen y Sehun fueron hasta sus correspondientes parejas y las apartaron de Kai. Soo se rió, dándose cuenta que sus amigos estaban celosos.

—Me parece genial, entonces ellos también estarán invitados en la fiesta. Mañana mismo celebraremos la bienvenida de Tao y veremos los resultados —Baek complementó, estremeciéndose ante la mordida que Chanyeol le había hecho en la oreja.

—¡Sí, fiesta! —Luhan y Xiumin gritaron al unísono, pensando inmediatamente  en las botanas, la casa que ocuparían, el alcohol y los invitados.

Durante esa tarde, las ocho personas hicieron la lista, escogieron la casa de Chanyeol como la perfecta para la fiesta, encargándose éste mismo de pagar por la comida, las botanas y el sonido. Kai se propuso invitar a Kris y a unos cuantos, mientras que Baek decidió ser él el elegido para decirle a Tao. A Suho y a Lay le tocaron repartir invitaciones rápidas por todo el plantel, y a los sobrantes les tocó ser animosos y esperar con anhelo la celebración, además de planear una forma para encerrar a los susodichos. Por una parte a Key y a Minho y por otra a Kris y a Tao.  

 

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Se trataba de un restaurant de comida para universitarios. A Tao le vino bien el lugar, pues parecía común y corriente. Durante la comida, ninguno dijo nada, hasta que uno de los dos se aclaró la garganta y decidió hablar primero.

—¿Vas a volver a irte a China? —Minho comenzó la plática, mirando a su acompañante con un toque coqueto.

Tao negó con la cabeza. Estaba ya cansadísimo de huir de Kris y pensaba enfrentarlo. No podía negar que seguía enamorado de él. Ciertamente era imposible que en nueve días dejara de amarlo. Pero en su lejanía, pensó demasiado en comportarse diferente para ya no ser el mismo tonto de antes.

—No, me pienso quedar aquí. Es mucho movimiento y no me gustaría ir de un lugar a otro en tan corto tiempo —respondió, bebiendo de su coca-cola.

—¿Piensas regresar con Kris?

Realmente, Tao no esperaba una pregunta así. Podía sentir que Minho quería coquetearle, pero no pensaba que Kris fuera nombrado. Odiaba cuando lo nombraban porque fácilmente lo recordaba y pensaba en la última vez que lo vio, y era muy triste volver el tiempo atrás y asimilar la despedida que tuvieron.

—¿Por qué? —Respondió con una pregunta, sacando una sonrisa divertida.

Era divertido estar en citas y más cuando era obvio que Tao seguía pensando en Kris. En China también tuvo dos citas y se sintió feliz, aprovechó mucho, pero al final de cuentas nada sucedía después.  

—Porque me gustas —confesó con simpleza.

Tao no apartó su sonrisa, pero en su interior brotó una extraña sensación. Tao no esperaba gustarle a tantos, y es que… joder. En su primer día le habían llegado veinte cartas de amor más cincuenta de bienvenida. Y por suerte, Minho había sido el primero en pedirle una cita, ya que en la salida muchos estudiantes masculinos esperaban por él. En todo caso, Minho lo había salvado de rechazar muchas invitaciones y se sentía agradecido.

—Pues nosotros estamos en una cita ¿no? —Sincerándose, buscó no mencionar a Kris.  Era algo imbécil mencionar la antigua relación cuando se estaba saliendo en una nueva ¿o no? De igual manera, Tao quería ser discreto con sus sentimientos y además, Minho no tenía que saber nada sobre sus emociones y sentimientos.

Minho era un desconocido que estaba trabajando para ligárselo. Sólo eso y nada más.  

—¿Qué es lo que piensas de todo esto?

—Que es muy rápido. Tan rápido que no creo que tengas algo que te guste de mí. Apenas te conozco y eso no me da confianza —articuló, cruzándose de brazos.

Minho sonrió de lado, relamiéndose el labio inferior.

—Me gustas de todas las formas, Tao. ¿No te has visto en un espejo? —Masculló, poniéndose serio y mirando de soslayo los rosados labios de su acompañante, quien no estaba para nada impresionado por los halagos previos.

—Ah, entonces ¿Sólo te gusta mi físico? —Sonrió, buscando no estallar en puros nervios. Pero era de esperarse. ¿Quién podía enamorarse de alguien cuando no lo conocía por completo? Incluso Tao pensó que era una obsesión la que sentía por Kris, pero cuando convivió con él su gusto creció. Al menos, Tao estaba enamorado de la personalidad de mierda de Kris y ante eso no cabían dudas.

—No lo digas de esa manera —murmuró, acunando su mejilla con una de sus largas manos.

Tao entornó los ojos y se rió, evitando profundizar el tema.  Por supuesto, Minho era un idiota que sólo quería su culo. Punto. Eso era lo único que buscaba.

Luego siguieron comiendo. Tao mirando su plato y Minho al susodicho. En esos instantes, Tao se puso a pensar en muchas cosas, una de ellas hacía referencia a Kris. Si Kris estuviera enamorado de él, ¿de qué se enamoraría? Pero era gratamente imposible. Kris nunca se enamoraría de él. 

Al concluir la comida, Tao decidió irse, sin antes agradecer.

—Mañana quiero salir de nuevo, ¿qué dices?

Y sí. Era de suponerse. Ese alto moreno querría otra cita. Tao se aclaró la garganta y respondió:

—De acuerdo, mientras pagues la comida —movió la mano para retirarse, pero antes de darse la media vuelta, Minho se abalanzó, queriéndole robar un beso.

Las manos de Tao reaccionaron, posándose en el pecho del futbolista, buscando alejarlo. Pero su ataque sumiso no funcionó lo suficiente. Desesperado, Tao ladeó la cara, alcanzando a detener el beso robado. Sus rostros quedaron tan cerca, que por un momento ZiTao pensó que no sería nada grave si se besaba con él. Al fin de cuentas ¿Había algún problema? Era obvio que Minho era un hijo de puta, pero incluso Tao se había besado con Kris sabiendo que  aquel era el tiple de hijo de puta de lo que Minho era. Así que ¿Por qué no? Estaba soltero y quería olvidarse de Kris lo antes posible. Tampoco se volvería amargado por un amor unilateral, y además a Kris no le importaría para nada que ahora estuviera saliendo con alguien más. ¿O sí? Lo más probable era que no.

Los segundos fueron decisivos, Tao situó las manos sobre las mejillas de su acompañante, miró sus labios y al percatarse de cómo Minho lo abrazaba totalmente, se decidió a besarlo. Pero cuando estuvo a punto de aceptar el beso, un extraño sentimiento de traición le recorrió la columna vertebral. ¿Qué era lo que hacía? ¿Dejando que un desconocido lo tocara y buscara besarlo? El pánico lo consumió, actuando rápido para apartarse a Minho.

No quería besarlo. Minho no le gustaba y no era una puta para andarse besando con quien fuera en una primera cita. Le valía una mierda Kris, pero no mancharía su reputación por quererse tomárselo todo a la ligera. Con tranquilidad, inspiró una gran cantidad de oxígeno, yéndose rápidamente de ahí. Caminó lo más rápido que pudo, dejando anonadado a Minho, pero no le importó.

Durante su caminata, pudo notar que la abuela Mei le cerraba el paso. Sorprendido, Tao fue hasta ella, notando cómo ésta le abría los brazos para recibirlo. Tao fue hasta ella y la abrazó, diciéndole que la echaba de menos y que todas las noches pedía por su buena salud.

—Me alegra que estés bien, bebé. —Con lentitud le acarició el rosto, depositando un beso en su frente. Tao sonrió, acurrucándose en sus brazos y  en sus delicadas caricias que daban calor de hogar.

—A mí me alegra mucho que esté con buena salud, abuela Mei. Lamento lo que pasó el otro día, yo no quise hacerla llorar, es sólo que…

Trató de explicarse, no obstante, la abuela Mei lo entendió todo y lo hizo callar, poniéndole la cuenca de la mano en la boca

—No tienes que explicarme nada, bebito —susurró en su oído, abrazándolo de nuevo —. Sé el tipo de nieto que tengo. Yo sólo quiero que seas feliz.

Tao se inclinó para lograr sostenerla por completo entre sus brazos. Le palmeó la espalda y asintió. La abuela Mei amaba a Kris, pero si éste hacía sufrir a Tao, entonces era mejor darle de su propia medicina e ignorarlo. Sin dudas, la abuelita Mei estaba de parte de Tao, deseando en el fondo que su nieto y el precioso Panda se reconciliaran. Algo le decía que en un futuro lo harían, pero no quería dejar completamente solo a Tao. Así como había logrado traerlo desde China, lograría que jamás volviera a sufrir y menos por culpa de Kris.

 

Durante todo ese tiempo, la abuela Mei se sintió egoísta por pensar en sus deseos y no en los de Tao ni en los de Kris. Pero ahora aceptaría todo, incluso las obvias peleas que había actualmente.

Esa tarde, la abuela Mei lo acompañó a su casa, y se fue cuando dejó en claro que buscaba su felicidad y  que cualquier cosa que se le ofreciera, ella estaría ahí. Muchas horas después, se fue en compañía del chofer, dejando a un Tao muy contento.

 

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Al día siguiente, el Cuarteto repartió las invitaciones a toda la escuela. Querían una fiesta en grande y aunque Suho, Kai, y Yeol no invitaran a los desconocidos, lo asimilaron. Toda la mañana, Luhan se la pasó planeando e imaginándose situaciones en compañía de Xiumin. Los únicos que parecían enojados eran Lay y Suho, pero nadie quiso pregunta nada, pues sabían que las cosas se pondrían más feas de lo que ya estaban.

Sehun y Chen tuvieron que lidiar con las niñerías de sus novios  toda la mañana, mientras que Baek le avisaba a Tao que tenía que tener libre por la noche. Tao aceptó, todavía sin saber que la fiesta era para él y para los planes maléficos. Luego de avisarle, Baek y Yeol fueron a invitar a Key y a Minho.

Kai por su parte invitó a Kris, sin ocultarle nada, sólo que no faltara porque le tenía algo preparado. Aunque fue en un mal momento invitarlo, ya que todos hablaban del beso que Minho se había dado con Tao el día de ayer. Había fotos en internet y todo daba a indicar que se habían besado. Kris no quería creerlo, pero ante tanto chisme y la foto comprometedora, cayó en la mentira. No era un montaje, era Tao, agarrándole la cara al futbolista, mientras éste lo abrazaba. La posición era perfecta y sus rostros estaban ladeados, perfectos para un beso.  

Los planeadores de la fiesta se sintieron nerviosos por la noticia que estaba rondando, pero sabían que Tao no besaba en la primera cita y que eso podía ser sólo una mala pose que perjudicaba demasiado. No obstante, la fiesta estaba en pie y Kris no se negó a ir, pues ahora más que nunca deseaba reclamar lo que era suyo. 

 

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Desde aquel suceso extraño con Minho, Tao no le respondió las llamadas ni salió con él esa tarde, como habían quedado. Sólo se preparó para esa noche y tenía miedo. Los rumores estaban a todo lo que daban y algo le decía que Kris asistiría a esa fiesta. Joder, era en casa de Yeol, uno del Cuarteto, por supuesto que iría. Eso era demasiado patente. Por la noche, cuando apenas Tao entró a la casa de Yeol, se encontró con casi toda la escuela ahí metida. Joder, la casa del gigante era grande y cabían todos los de la preparatoria y muchos más. Apenas al llegar, se sorprendió con pancartas que anunciaban su bienvenida. La felicidad le recorrió los huesos, más sin embargo, los nervios le llegaron al detectar que Kris estaba al fondo, recargado en una amplia pared. Evitó su mirada, pero era demasiado tarde para no sentirse avergonzado y feliz por tenerlo cerca.

Su pecho comenzó a martillar fuerte, dejándolo sin aire y poniéndolo rojo. Nadie dijo nada al verlo tan agitado, pero suponían que era por todo el alboroto del beso y la presencia sombría de Kris.

Mientras todos murmuraban, Tao comía bocadillos, atragantándose.

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Afuera de la fiesta, Luhan discutía con Sehun y Xiumin acerca de sus fallos al intentar encerrar a aquellos dos. Era imposible cuando Kris no se movía de esa pared y mucho menos cuando Tao se situaba frente a la larga mesa, comiéndose todos los bocadillos.

—Sepáralo de la comida, el tragón sólo quiere estar ahí. —Luhan se enojó por sus planes no ejecutados. Todo estaba planeado y fríamente calculado, pero nada funcionaba y eso lo ponía de nervios.

Chen llegó al punto de reunión y carraspeó para ser valorado. Xiumin se colgó de su brazo y lo jaló para formar un círculo. A los pocos segundos, llegó Baek y Yeol, que se unieron en complicidad.

Ya en círculo y  susurrando, Baek habló primero. Por supuesto que él sabía sobre la presión social. Lay podía contarles que Baek lo había empujado y encerrado en la bodega de la escuela junto a Suho, ya que era la evidencia. Y qué decir de Soo cuando lo empujó directo a Kai. Sencillamente era el rey de la presión social.  Todos escucharon atentos al enano, viendo que tenía muy buenos planes maléficos.

Al terminar de planear su nuevo proyecto, entraron de nuevo a la fiesta. Yeol abrió la recámara para huésped y le mandó un mensaje a Kris, el cual decía:

Es urgente que vengas al cuarto de huésped que está en a lado de mi recámara. Se trata de la abuela Mei.

Yeol sabía que la abuela Mei era importante, así que la utilizó como carnada. Echó una última mirada  a la habitación y la dejó sin llave para que Kris entrara.  Bajó apresuradamente y cuando vio a Kris subir, se escondió. Llamó a Baek, avisando que el líder había entrado al cuarto. Baek llevó supuestamente a Tao al cuarto de Yeol para hablar sobre una situación meramente importante, y cuando estuvo a punto de hacerlo pasar a esa recámara, abrió la de alado y empujó a ZiTao, haciéndolo topar inmediatamente con Kris.  

Los rojos cabellos se agitaron con el ajetreo, despeinando a Tao y dejando una visión inmensamente adorable para Kris. Cerraron la puerta con llave desde afuera, y cuando apenas el sonido de las pisadas se esfumó, Tao se recargó en la puerta, maldiciendo a Baek en silencio y alcanzando a mantener el rostro firme, como si le importara una mierda estar encerrado con su ex novio falso al cual había dejado solo por nueve días.

 

Tao no sabía qué era peor, si el chisme el supuesto beso que se había dado con Minho, o si estar encerrado con Kris. Aunque en el fondo sabía que aquellas dos situaciones se fusionarían y le cambiarían la noche. 

Notas finales:

Mmm, advajhmbdah<djha

GRACIAS POR TODO Y ESPERO QUE LES GUSTE.

¿Saben? He notado  que este fic no es apoyado lo suficiente D: Eso me desanima un poco. Hay demasiadas lecturas y pocos comentan, pocos dicen si les gustó o no... 

De ahora en adelante contestaré a sus mensajes n_n. Saludos.

Los amo


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