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Lover's Spit (EXO: TaoRis) por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Aquí un capítulo más

Espero les guste mucho

Capítulo 7

“Las Ideas no están  bien estructuradas: SuLay, HunHan, TaoRis”

 

Una peculiar risilla se escuchó notablemente cuando Suho trató de tirar la puerta de una patada. Baek seguía riendo olímpicamente mientras el gran Suho trataba de derribar mágicamente el seguro de la puerta de la bodega. Poco después, KyungSoo fue arrastrado por BaekHyun para dejar solos a los otros dos.

 

Los nervios de Suho se desbordaron, haciendo que las cajas de la bodega también tuvieran miedo. No se manchaba tanto las manos, tampoco gritaba para ser salvado, no se trataba de aquello. Lay lo sabía, sentía que la tosca mirada de Suho lo arañaba lenta y dolorosamente. El pequeño niño inteligente quiso hablar y decir que él no tenía nada que ver con la idea de su amigo, pero Suho tomó la palabra antes de que pudiera abrir los labios para hablar, espetando:

—¿Tienes algo más que darme? —Con el cuello lo suficientemente alzado para imponer autoridad, Suho le preguntó.  

 

Lay caminó en círculos, idiotizado. Tenía demasiado miedo, ni siquiera tenía otro regalo para darle, además de que Chen y Sehun le habían prohibido que hablara y siguiera enamorado de Suho. ¡Diablos! ¿Qué debía hacer en esos momentos tan feos?

—Me han prohibido hablar contigo —articuló el pequeño.

Se ocultó los labios con la mano derecha y se encogió de hombros, tratando de que su acompañante no viera las chapitas que le adornaban las mejillas. Lay estaba rojo como un tomate y eso se miraba muy idiota para Suho, quien alzó una ceja al verlo tan exaltado por su infinita presencia.

Pero bueno, era obvio. Nadie podía resistirse al hermoso rostro de Suho, nadie… nadie.

—¿Ah sí? ¿Por qué? —Mordiéndose el labio inferior y acariciándoselo con la lengua, Suho decidió molestarlo un poco más.

El otro se dio la media vuelta para no verlo. Recordaba que también tenía prohibido verlo, así que prometió hacerle caso a  sus compañeros. Se cruzó de brazos y con las piernas tiritando de vergüenza, comenzó a llorar en silencio.

Lay se encontraba tan tensionado que no podía dejar de llorar. Por una parte tenía a sus amigos, y por la otra al gran amor de su vida. ¿Qué debía hacer? Además tampoco podía olvidar que horas antes el canalla de Suho lo había traumatizado frente a medio instituto. Eso no tenía perdón de Chen, y tampoco de Sehun.

—Chen…Chen…—con una torpe voz pudo nombrar a uno de sus amigos.

Necesitaba a Chen, a la vez que también a Sehun. Necesitaba que le salvaran el trasero esta vez.

—¿Chen? —Suho se dispuso a sentarse en una de las cajas, irritado.

Tenía hambre y lo peor de todo era que los otros integrantes del cuarteto lo habían dejado dormido en el salón. Cuando saliera de esta se lo reclamaría a Kris, de eso estaba seguro.

—Tengo hambre, abre tu mochila y busca si tienes algún aperitivo —le ordenó con esa chulería muy suya. Lay se quedó congelado, ¿de verdad Suho le había pedido comida? ¿Era un sueño?

Lay tenía comida, claro que sí; su madre le envolvió unos sándwiches de jamón para el almuerzo.  Tenía tres en la mochila, pero antes de sacarlos se puso a pensar ¿Suho comía sándwiches de jamón? Lo más seguro era que él comiera caviar todas las mañanas… pero, pero Lay no tenía caviar en ese momento.

—Lo que tengo no es suficiente para ti —le dijo sin mirarlo a la cara.

No debía olvidarlo, nadie podía olvidar que el Cuarteto era un grupo de personas millonarias. Lo que tampoco podía olvidar Lay era que él estaba estudiando ahí por una beca de excelencia, más no porque tuviera el dinero para pagar el uso de las instalaciones y el profesionalismo de los maestros. Joder. Lay era igual que Tao y los demás. Ellos sólo estudiaban ahí por sus altas calificaciones, sólo por eso, incluso al mirar su mochila podía seguir recordándoselo. Sus pantalones no estaban rotos porque su madre sabía arreglarlos, los zapatos estaban casi nuevos porque se los sacaba cada vez que llegaba a casa, y su mochila apenas era de marca porque su tío logró juntar dinero para regalársela.  

No pudo evitar llorar de nuevo, porque aunque se propusiera ser arrogante con Suho, sabía que no tenía ni el adiestramiento para serlo.

—Y nunca lo será —el millonario se lo recordó sin saber que el pequeño estudiante que estaba dándole la espalda era un becado y nada más —. Nunca nada es suficiente para mí.

Ante la declaración, Lay se limpió las lágrimas. Maldito Baek que ocasionó todo aquello, maldito amor, maldita sea…Aferrándose a sus pantalones, Lay por fin se dio la media vuelta. Pretendía darle la cara, verlo como si nada pasara; un plebeyo como él siempre se arriesgaba para hacerse el fuerte frente a personas de alto rango. De eso estaba seguro, de eso y de mucho más…

—Y tú tampoco serás suficiente para mí —sacó por fin.

Por un instante, Suho se burló, luego lo observó con recelo.

—¿Eso está escrito en tu carta de amor? —Recordándole que seguía enamorado de él, se atrevió a preguntarle.

Sus miradas chocaron, ocasionado un lío. El estómago de Lay comenzó a hormiguear, avisando que muy pronto los fuegos artificiales se le saldrían por la boca. Era la primera vez que tuvo la gran oportunidad de ver directamente a los ojos a su media naranja y lo traía loco.  

—Puedes leerla para comprobarlo —contraatacó, a sabiendas de que sus palabras podían ser pisoteadas de inmediato.

Suho sonrió de lado, mostrando los dientes.

—Puedo, pero no quiero —musitó dejándole en claro que no tenía intenciones de conocer sus sentimientos y que por cierto, le importaban un comino. Y claro, el interés tiene pies, siempre tiene pies… Suho lo sabía más que cualquier otra persona. Lay estuvo a punto de partirse la cabeza con la pared de la habitación, joder… ¿por qué tenía que sentirse cada vez más rebajado? No podía ser posible. Él era más inteligente que Suho y entonces ¿por qué no podía contra él? —. Lo que sí puedo hacer por ti es otra cosa. —Su mirada ladina se hospedó en la hebilla de sus pantalones, provocando que Lay mirara el cierre de sus vaqueros apretados—. Lo que puedo ofrecerte es verga. Puedes chupármela si tanto lo deseas…

 

 

 

¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.

 

 

El labio de Tao seguía sangrando. Luhan le metió una cachetada poco después de haberle golpeado con un puñetazo.  Nunca habían golpeado a Tao, jamás alguien se había atrevido a  hacerlo. La escuela entera sabía que Tao practicaba artes marciales y que era campeón cada vez que competía. Tenía docenas de medallas de oro, inclusive reconocimientos enmarcados y con su foto. Sin embargo, eso no aseguraba que Tao usara su fuerza para agredir a los demás. Tao nunca se atrevería a golpear a la gente.

Xiumin agarró el delicado puño de Luhan y trató de llevárselo, pero el rubio parecía estar poseído por el demonio de los celos. Todos encerraron en círculo a los dos estudiantes que se mantenían en combate, haciendo ver a Tao como el malo del cuento.

—¿Estás bien? —Kris preguntó nanosegundos después de ver en estado alterado a su Luhan. El rubio lo ignoró por completo.

«¿Dónde demonios está mi Papishingo?» Luhan se seguía preguntando. Deseaba verlo, deseaba verlo y besarlo frente a todos.

Por un instante, Tao deseó estar muerto. No podía ser peor de lo que imaginó. Por primera vez vio a Kris preocupado por alguien y precisamente no fue por él, sino por ese rubio… ese rubio que le decía Papishingo a Sehun. En esos momentos de tortura, Tao recordó las palabras de Kris, entonces supuso que la persona que Kris deseaba era ese tipo.

Descubrió que Kris deseaba a Luhan y no a él.

 

—¿Estás bien? —Esta vez fue Sehun el que preguntó. Acarició la mejilla de su gran amigo y su rostro palideció por culpa de la  indignación que le recorría las venas.

 

El cara de póquer rodó los ojos y pudo darse cuenta que el que había comenzado la pelea había sido Luhan. Cuando lo vio acercarse, Luhan sonrió en grande, pero después se intimidó al darse cuenta que la mirada de Sehun parecía amenazante —. No te le acerques nunca más —espetó, dejándolo con el sonrojo a medio cuerpo y el corazón al mil.

—¿Por qué? ¿Es tu novio?

Sehun se detuvo al escuchar las detonantes del día, después se dio la media vuelta para enfrentar al rubio.

—Y si así fuera ¿Hay algún problema?

Los ojos de Luhan se entornaron. Por primera vez deseaba llorar y por un hombre…Sehun lo estaba volviendo completamente loco. Por su parte, Sehun tomó a su amigo Tao de la mano y se fueron caminando juntos al baño para poder curarle la herida.

 

Lo que Luhan no sabía y lo que quizá nunca descubriría, era que Tao amaba a Kris y  que su Papishingo  no amaba a nadie. 

Notas finales:

Dejen sus comentarios para saber si está gustando o no, gracias por leer y gracias por todo lo demás.

Los amo


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