Capítulo 9
“Mentiras: ChenMin, TaoRis, KaiSoo”
«Se me lengua la traba» pensó KyungSoo cuando Kai frunció el entrecejo. Era lógico, estaba muy molesto por la intromisión del ojón. Nadie, nadie interrumpía los ligues de Kai y mucho menos chicos apestosos y patéticos como Do KyungSoo.
Ante la mirada cabizbaja de aquel pequeño, Kai le dio una notita a la bella adolescente. A Kai le gustaba mucho Xiumin, pero no podía evitar coquetear con otras personas con aspecto lindo, era por eso que mucha gente lo veía en citas con mujeres diferentes. Se podía decir también, que el único hombre que le gustaba a Kai, era Xiumin, así que tenía que ser diferente con él. Cuando hubo de estar solamente con Do, comenzó a reclamarle.
—Es de muy mala educación interrumpir una pre-cita.
El enano se encogió. Había escuchado la voz sensual de Kai antes, pero en esos momentos nadie más estaba y eso significaba que ellos también podrían estar en la fase de una pre-cita. KyungSoo levantó la vista, luego sonrió con malicia.
—Salgamos en una cita —le propuso.
Kai sonrió de lado, ¿ese enano estaba hablando en serio?
—¿Por qué debería ir a una cita contigo?
—Porque puedo darte el placer que nunca nadie te ha dado jamás
—¿Podrás?
—Por supuesto que sí —dudando de sus pocas maniobras homosexuales, musitó. KyungSoo no sabía nada sobre sexo, pero estaba dispuesto a complacer a Kai, luego quizá se vengaría de él por haberlo rechazado de esa manera tan bestial.
—No puedo confiar en las palabras de un perdedor, sin embargo dices que puedes mover el culo como debe hacerse, ¿cómo puedo creer que serás realmente satisfactorio? ¿Acaso me darás una probada para decidirme?
—Esto es como en las fruterías: si no compras no mallugues…
—Pero no eres una fruta
—No en extensión, pero así es el mercado sexual —añadió con un toque lascivo. Pocas veces coqueteaba con la gente y era ahora o nunca. Kai tenía que saber de qué estaba hecho ese chaparrito.
—Hablas como si quisiera comprar tu culo. ¿Acaso no me lo estabas ofreciendo? Tengo entendido que lo que se ofrece es gratis
—Eso es el gancho —dijo, enfocándose en sonreír con chulería.
Kai se cruzó de brazos, pensativo. KyungSoo estaba sacándole canas y no le agradaba del todo porque nadie lo hacía. Nadie se atrevía a decir “No” a Kai.
—Bien, el viernes a las seis de la tarde —espetó, llevándose las manos al cuello. Tramaba descifrar los pensamientos morbosos de ese muchacho, pero no lo logró.
—A las cuatro. —Modificó la hora—. En el mall, la entrada principal del cine. No faltes, Kai —sin presentarse como debía hacer, KyungSoo se largó.
Ahora tocaba esperar a que fuera viernes y que el reloj marcara las 4pm.
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En esa mañana todo estaba dando un vuelco impresionante. Cuando Tao quiso contestar a la pregunta de Luhan, éste lo interrumpió, diciendo:
—Me enteré que te llevó a casa después de follarte —comentó.
Tao se encogió de hombros. ¿Cómo coño esa zorra sabía esa información? ¿Quién le había contado?
—¿De qué hablas? —Tratando de ocultar la verdad, Tao por fin le preguntó. No estaba seguro, pero si Luhan sabía, lo más probable era que todos se enteraran después. Los chismes corrían rápido, así que… O quizá Kris le comentó con el afán de burlarse de él todo el semestre.
—Escuché a tus amiguitos hablar sobre eso —atacó, dejando a Tao completamente derrotado.
Estúpidos de sus amigos, estúpidos y jodidos…
Desde el incidente de la cafetería, Luhan se encargó de investigar a Tao, incluso descubrió que ese Panda se encontraba en el primer lugar. Su foto estaba enmarcada en el muro principal, dos trofeos de artes marciales se situaban en las vitrinas y más de nueve diplomas de primer lugar se encontraban en la descripción de sus logros. Huang Zi Tao era un genio y todos lo conocían a excepción de Luhan, Xiumin y tres de los integrantes del cuarteto, pero era fácil digerir el por qué no sabían de su existencia; desconocían por falta de interés académico y también de liderazgo intelectual. En la descripción del chiquillo venía una pequeña biografía, su fecha de nacimiento y su lugar de origen, incluso ahí también venía el nombre de sus progenitores y una pequeña entrevista acerca de sus gustos. En su caja de descripción decía que era becado por excelencia al igual que los otros lugares, también se añadía que era escritor de poemas y que el año entrante se haría muestra de sus creaciones poéticas. Lo que también se remarcaba era su preparación en el diseño de modas, y el nuevo artículo que había hecho para la preparatoria con el tema central de “La Tabula rasa” ese artículo podía encontrarse en los libros de Psicología de primer semestre de preparatoria.
Luhan recordaba que bajo el listado de diplomados en la descripción de Tao, se situaba otra foto y no podía creerlo, pero ese retrato que ocupaba el segundo lugar era de Sehun, de Oh Sehun, su Papishingo. Nunca imaginó que su hermoso Papishingo fuera un chico inteligente, sin embargo se sintió orgulloso de él. En la corta biografía y descripción de los logros de Oh Sehun, Luhan pudo darse cuenta que su Papishingo tenía reconocimientos de primer lugar en “Danza” y otros tantos diplomas de primer lugar en concursos de matemáticas y lógica.
Bajo la foto de Sehun, en tercer lugar se encontraba Chen. Eso significaba que Xiumin también era afortunado. En la descripción de Chen venía un listado de diplomados y varias audiciones aceptadas. Chen parecía ser un cantante novato, pero con mucho talento al fin de cuentas. Había una sección de viajes, y también descubrió que Chen había viajado cuatro veces a Japón para asistir a uno de los más famosos concursos de canto.
Un poco más debajo de Chen, se encontraba un tal KyungSoo. El chico ese se posicionaba en el cuarto lugar del instituto. Al igual que Chen, Do KyungSoo también cantaba y había ido sólo dos veces a Japón y al mismo concurso al que Chen asistió. En la caja de descripción de Do, Luhan notó que no sólo sabía cantar ese muchacho, sino que también había ayudado en la elaboración de los libros de texto de Literatura de la preparatoria, incluso KyungSoo escribió varios artículos de la revista “ACientific” de la Universidad “Oxford” de Inglaterra.
Esa ves, Luhan siguió mirando y terminó por ver hasta la sexta posición. En el quinto lugar se encontraba Lay. Ese chico tenía diez reconocimientos de primer lugar en tocar la guitarra, el violín, el piano y la batería. Además de su sabiduría por tocar instrumentos, Lay al igual que KyungSoo, también había escrito dos artículos para el Oxford y un pequeño libreto para una obra de teatro hace un año.
Más abajo y siendo el último de los primeros seis lugares del instituto, se encontraba BaekHyun. Ese pijo tenía demasiada experiencia escribiendo novelas, incluso publicó dos libros cortos de historias homosexuales y que aparte se donaron a la preparatoria, ya que el instituto le pagó el editor y por ende, la editorial. Su listado poseía una descripción detallada de sus logros como cantante novato, pues al parecer Baek también sabía cantar al igual que Chen y KyungSoo.
Sus promedios no estaban muy separados. Tao lideraba con un puntaje de 100. Sehun se situaba en su puesto con un promedio de 99.91. Chen con un puntaje de 99.90. KyungSoo se mantenía con un promedio de 99.88. Lay con 99.86 y por último estaba BaekHyun con un 99.84.
En conclusión, Luhan podía decir abiertamente que esos seis hijos de puta, incluyendo al Papishingo, eran unos genios.
Recordando que Tao se posicionaba en el tablero como el primer lugar, pensó mucho en cómo manipularlo, pero al ver el gesto indiferente del Panda, se puso nervioso y esperó a que Tao dijera algo.
—Yo no tengo nada interesante qué decir de ti, aunque sólo sé que hablas de Sehun como si fuera tuyo.
—Lo es, ese hombre es mío. Así que quiero que me hagas una cita con él
—No quiero. —Tao se negó rotundo, esperando una respuesta cortés por parte de Luhan.
—Bien, mañana verás las consecuencias de tu negación —dijo, después se fue con una gran sonrisa. Algo había planeado el rubio y Tao no podía saber qué era eso…
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Justamente a las 11:50 de la mañana, Chen se sentó en la última mesa de la cafetería. Recordaba que Xiumin lo había citado ahí, y como todo un hombre puntual, llegó ahí diez minutos antes. Por suerte cuando llegó no se encontró con rastros de esa zorra, así que permaneció sentado mientras pensaba en cómo mandar al coño a su pretendiente.
Al igual que Sehun, a Chen no le apetecía tener tras sus huesos a un bueno para nada como Xiumin. Ese cara de ardilla ni siquiera tenía una habilidad, bueno sí la tenía: follar duro. Al parecer Xiumin podía dar buenas mamadas y podía mover bien el culo ya que su maestro era Luhan.
—Eres puntual —musitó el niño bello.
Chen levantó la vista, inspeccionando al mocoso ese. Se miraba tan mono, pero a la vez tan simple…
—Lo soy —sin lugar a dudas se auto-alagó.
Xiumin sonrió con mucho morbo. Ese tal Chen lo ponía, deseaba probar el sabor de su semen en esos momentos, pero primero tenía que conquistarlo con el lenguaje hablado, ya que Luhan le platicó que ese chico se posicionaba en el tercer lugar de la preparatoria y con un puntaje de 99.90. Eso quería decir que Chen estaba a una línea de la perfección humana.
—Escuché que eres el tercer lugar —expuso el de cabellos castaños.
Chen deslizó su mano para situarla en la mesa.
—¿Ah sí? Nunca había tenido tanta popularidad hasta que me citaste aquí —con mofa, se lo soltó de golpe.
—Quiero salir contigo. —Sin rodeos el pequeño Xiumin se le confesó.
—He hecho esto —musitó el otro, sacando la nota que horas antes Xiumin le dejó en el casillero —. Puedes tirarla después de leer mi respuesta, o puedes conservarla.
Se puso de pie y le entregó la nota a Xiumin, éste la agarró con fuerza, casi arrugándola. Luego la abrió a sabiendas de que Chen seguía esperando ver su reacción.
No decía nada. Chen no había escrito nada como respuesta ¿qué se suponía que significaba eso?
—¡No dice nada! —Enrabietado por la acción de Chen, el integrante del dúo de zorras se quejó.
—Sí. No quiero nada contigo —articuló con una voz muy autoritaria. Xiumin se enfureció, quiso tirarle una cachetada, pero no pudo; Chen detuvo su pequeña mano y la dejó en el aire poco después de marcharse.
Chen se había ido y ahora Xiumin tenía que guardarse el orgullo y seguirlo acosando.