Capítulo 18
“Noble, pero no pendejo”
Era notablemente difícil par Tao sentir que nada malo pasaba. Inevitable era el hecho de ser sumiso sin desearlo, al igual que dar sin querer recibir nada a cambio. Ahora se sentía traicionado por él mismo; se suponía que sería una persona diferente, que no se dejaría pisotear por Kris y minutos atrás había permitido que el apestoso rubio lo dejara dormir en el suelo, sin importarle además que tuviera miedo a la oscuridad. ¿Qué estaba haciendo mal? Tao no lo sabía, si quiera se daba el tiempo de pensar ya que sentía que el malo del cuento ahora era Kris y cómo no si lo trataba como mierda, siendo que Tao lo único que estaba haciendo era ayudarle primeramente a subirle la salud emocional a la abuelita Mei.
Ciertamente, también la situación funcionaba un 50% a su beneficio. Matar dos pájaros de un tiro siempre era lo más recomendable para este tipo de cosas, en los cuales cabía la posibilidad de ser ZiTao el más dañado. Pese a cualquier obstáculo, Tao siempre estaría salvándose los huesos; pues ese era su defensa más específica. Sin embargo no siempre se los salvaría y eso pasaba ahora.
¿Qué demonios estaba haciendo acostado en la cama de Kris? Era verdad que tenían que protegerse de ser descubiertos, pero ahora Tao se sentía más mierda que antes. La abuela Mei ya no estaba presente y era momento de poner las cartas sobre la mesa.
Apartó las manos de Kris que por cierto se situaban en su cadera, se paró de la cama y prendió la luz.
—Cuando me quede a dormir en tu casa, la cama será para mí y las luces se quedarán encendidas, así que apártate —espetó, mirando obstinadamente al otro.
Kris abrió los ojos lentamente, situando su vista cansada hacia Tao.
—Es mi casa y son mis reglas —le contestó.
Tao sonrió de lado, aceptando las reglas de Kris.
—Bien —pronunció lentamente, cabreadísimo, yendo inmediatamente por sus cosas.
Ya no permitiría ser tratado de esa manera tan cruel, si antes lo hizo, ahora no lo haría. No se merecía ser tratado de semejante manera. Tao valía mucho como para soportarle las tonterías al otro y por esta noche pretendía limpiar sus mierdas recién hechas y mandar a Kris por un tubo.
Obviamente no era tan fácil, en el fondo algo lo hacía arrepentirse, pero su orgullo no podía ser pisoteado. Nadie podía pisotearlo, inclusive si llegaba a dejarse, después cobraría venganza, porque le daría una cucharada de su propia medicina a cualesquier persona que se atreviera a hartarlo.
Quizá Tao era demasiado pasalón, quizá era una criatura noble y era por eso que los demás lo trataban mal, sin embargo cuando estuviera hasta el tope, entonces el carácter se le saldría. No estaba acostumbrado a gritar ni ser peleonero, pero en estos últimos días se sentía demasiado frustrado como para soportar demasiadas porquerías juntas.
Kris se incorporó, observando la escena. Tao pensaba irse y se suponía que no debía hacerlo ¿Qué le diría a su abuelita? ¿Qué explicación le daría a Krystel?
—¿Qué se supone que estás haciendo? —Apretando los labios, lo enfrentó, preguntándole.
—Se supone que estoy cambiándome para ir a dormir a mi casa.
—Apaga las luces y duérmete —ordenó el rubio ya con los ojos notablemente irritados.
ZiTao no obedeció, provocando que Kris se enfiereciera más. Enojadísimo, se paró de la cama y se situó en la puerta, impidiendo así la salida del Panda.
—¿Qué es lo que buscas con todo esto? ¿Sexo? —Kris lo atacó, mirándolo con autoridad.
Una sonrisa de lado a lado se le dibujó al antiguo moreno, negándose con carisma.
—Al parecer el que lo busca eres tú —soltó, atacándolo también. Se cruzó de brazos y lo miró de arriba abajo, arrogante.
—¿Y qué si quiero? Eres mío y estás en mi habitación.
El cuerpo entero se le paralizó al ojeroso, dio un paso para atrás y se quedó quieto. Sorprendido, trató de hablar, pero no pudo pronunciar palabra; Kris fue hasta él para apartarle la camiseta, lo llevó hasta el gran espejo y lo obligó a verse reflejado en éste.
Al principio el pequeño Panda se cohibió, pero luego se quedó observando su reflejo y el de Kris. Éste se había posesionado de su cuello, besándolo con desesperación, al mismo tiempo que le frotaba ambos pezones con las yemas de los dedos.
Tao se negó a jadear, pero siguió mirando cómo Kris lo devoraba, hasta que sus miradas chocaron por el reflejo que el espejo daba a conocer. Los ojos de Tao brillaron, pero antes de caer desmayado, sonrió con malicia. Se dio la vuelta, teniendo frente a él al rubio y comenzó a besarle el cuello con lentitud.
Lamió la piel sensible, sin poderlo evitar siquiera, haciendo que el cuerpo de Kris se paralizara por completo. El rubio más alto observó el espejo y pudo darse cuenta que Tao se miraba realmente sexy, inclusive la polla comenzó a reaccionarle inmediatamente. Al sentir la erección, Tao le dio un último beso en el cuello, palmeándoselo al mismo tiempo.
—¿Quién es el que lo desea? —Lo arremetió con la pregunta, haciéndolo volver a la realidad —. Tú —dijo, concluyendo y dirigiéndose rápidamente a la cama para poder dormir, dejando completamente confundido al otro.
Kris lo siguió con la mirada, cabreado. No le estaba agradando nada que Tao se comportara de esa manera. No quería ser retado por él, ni mucho menos ser contradicho, pero tenía que aguantarlo, porque su abuela estaba de por medio. Ya después Kris encontraría una manera para deshacerse de él y cuando eso pasara, entonces tenía pensado festejarlo.
Con más calma, Kris se dirigió a la cama para acostarse porque ni muerto dormiría en el suelo. Se subió con la misma sabana con la que lo hacía Tao y trató de dormir con las luces encendidas. Esa noche Kris no durmió por culpa de la luz, pero pudo darse cuenta que Tao sí lo hacía y eso era para premiarse, porque eran pocas las personas que podían dormir con los focos prendidos.
***
A la mañana siguiente, estando ya en sábado, Tao se despertó primero. Todos los días se levantaba a las 6 am, ya que estaba programado para hacerlo. Por suerte, el Panda no necesitaba de alarmas para poder abrir los ojos y eso lo agradecía bastante, porque algunas ocasiones su móvil fallaba y la alarma no sonaba.
Se removió en la cama, notando que Kris lo abrazaba con fuerzas y respiraba cerca de su nuca. Cerró los ojos de nuevo y se quedó así, sintiendo el calor de las enormes manos de Kris puestas en su cuerpo y escuchando su respiración muy calmadamente. Pocas veces tendría la oportunidad de tener a Kris de ese modo y debía disfrutarlo, porque podía ser que por esas simples cosas éste podría caer enamorado de él, aunque a la vez se miraba muy difícil lograrlo.
Kris era un puto y tardaría mucho tiempo en hacerlo cambiar, aunque a decir verdad, a Tao le gustaba mucho la personalidad de Kris. Quizá podía sentirse masoquista, pero le encantaba el Kris malo, y estaba seguro que si éste se hacía bueno, entonces su gusto por él se acabaría, porque lo que más le atraía de él, era su manera de vivir la vida.
El pequeño Panda se sentía un total tonto, pero así era. Ahora más que nunca se daba cuenta que amaba al Kris malo y que eso podía verse extraño, sin embargo no podía hacer nada al respecto. De acuerdo a sus pláticas con amigas y amigos de la infancia, éstos preferían a las personas con rasgos o personalidad dura, puesto que eran más interesantes. Tao era así, igual que ellos. A él le gustaban mucho las personas cotizadas y arrogantes, porque eran mayormente más interesantes.
Después de cinco minutos de estar despierto, Tao fue apretado con más fuerzas, dándole cuenta que Kris ya estaba despertando y que podía ser malo no apartarse de ahí. El rubio pronto fue extinguiendo la fuerza que ejercía sobre Tao, moviendo a la vez la mano que seguía situada en la cadera del menor, palpando la piel desnuda con la mentalidad puesta en que Tao seguía dormido. Lo que Kris no sabía era que el chiquillo ya se había despertado y que justo estaba viviendo el acto con sus cinco sentidos.
Aunque Tao quisiera sentir más, prefirió removerse para avisarle así que ya estaba supuestamente despertando, logrando así que la mano de Kris cayera lentamente en la cama. Se puso de pie y fue directamente al baño, encerrándose ahí para poder calmar los latidos de su loco corazón, dejando a Kris en la cama y completamente solo.
Tao podía hacerse a la idea que el día sería muy largo… y tenía miedo de caer en la tentación.
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Luhan se despertó, inquieto. Algo lo mataba vivo y era el hecho de hacerse el deseable y no contestar inmediatamente el WhatsApp siendo que ya lo había visto. A la hora de dormir soñó con su Papishingo y eso lo hizo muy feliz. Aunque pareciera extraño, la relación de ambos parecía funcionar, sin embargo ahora Luhan tenía otras tácticas, unas que jamás había utilizado y eran muy diferentes a las anteriores, bueno, hasta cierto punto.
“¿Me creerías si te digo que adiviné tu número?”
Mandó Luhan justamente a las 6:07 de la mañana.
A los pocos minutos, SeHun le contestó el WhatsApp, respondiéndole:
Papishingo ♥
6:10 am
“No”
Igual que la vez anterior, Luhan no contestó a ese corto mensaje, así que decidió esperar a que SeHun mandara otro, lo cual sí pasó:
Papishingo ♥
6:13 am
“No tenía idea que la gente como tú despertara tan temprano”
SeHun esperó una respuesta, pero no tuvo que hacerlo por tanto tiempo; un mensaje nuevo le había llegado.
Acosador
6:14 am
“Yo tampoco tenía idea que la gente como tú me contactara por WhatsApp”
Las dos palomitas aparecieron con rapidez, avisándole a Luhan que su mensaje había sido recibido sin problemas.
Papishingo ♥
6:16 am
“Tal y como tú me contactaste por teléfono”
Luhan se puso a pensar para escribir otro mensaje, pero no se le ocurrió nada, así que esperó a que SeHun mandara otro, lo cual tardó varios minutos.
Papishingo ♥
6: 24 am
“¿Me creerías si te digo que soñé contigo?”
Al leer el mensaje, Luhan se sonrojó. No se esperaba algo como eso, pero ¿Debía decirle que también soñó con él? O ¿simplemente contestarle con un sí o un no?