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Lover's Spit (EXO: TaoRis) por Monnyca16

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Notas del capitulo:

Hola, hoy actualizo temprano porque más tarde subiré otro cap. Subiré dos hoy xJHHDHAMSD. Una lectora cumple años, así que a felicitarla "Irasema Alcocer Villegas

Más noche, como a las 11 subo el otro. Este cap es largo y tiene asuntos importantes. Por fin vamos a conocer los pensamientos de Kris n____________________n

Gracias por todo.

Capítulo 45

“Sentimientos”

 

A la mañana siguiente Kai se despertó y logró sentarse en el sillón que Soo le había prestado para dormir. Ayer todo fue muy angustiante porque por más que pedía disculpas, Kyungsoo lo ignoraba. Le había preguntado sobre sus pretendientes, sobre la separación que tenían y nada resultó bien. Las consecuencias fueron que Kai durmiera en el sillón y Soo en su cama como un osito. Lo bueno era que ambos estaban en la  misma habitación, y lo mejor fue que Soo estaba dormido y no se daría cuenta que Kai se acostó junto a él mientras lo abrazaba. Si se despertaba lo mataba, pero le gustaba arriesgarse, y además lo extrañaba.  Habían pasado varios días en los cuales ni siquiera se rosaban los brazos.

Fuera de todo eso, Kai estaba contento porque por fin estaba tocándolo, castamente, pero lo hacía y eso era excelente para su salud física y emocional. Últimamente estar alejado de Kyungsoo lo hacía sentirse solitario y aburrido. 

—¿Qué estás haciendo? —Sin abrir los ojos, Soo preguntó, tensándose bajo las caricias del moreno.

Kai sonrió.

—¿No me vas a perdonar?

—¿Qué haces en mi cama? —Entornó los ojos, tratando de que la luz no lo encandilara.

—Te amo.

—Kai. —La boca dolió cuando bostezó.

—Te amo —insistió, hundiéndose en su cuello.

—¿Entonces por qué desconfías de mí cada vez? ¿Por qué te pones celoso y me dices cosas feas? A mí no me gusta — asumió, mirándolo a la cara, quedando perfectamente frente a él pero acostado. Kai cerró los ojos. No sabía qué contestar. No tenía ni puta idea de por qué lo trataba mal cada vez que estaba celoso, quizá eran los nervios o el mismo enojo.

—Ya no lo haré —se animó a prometer con bastante seriedad.

—Si lo vuelves a hacer, nunca te lo perdonaré  —articuló calmadamente, sentándose sobre la cama y tallándose los ojos.

—¿Entonces estoy perdonado?

Soo lo miró de re ojo, luego rodó los ojos, pensativo.

—Supongo que sí —fue cuidadoso de no sonreír demasiado.

Terminando apenas con la conclusión, Kai lo abrazó con mucha fuerza, casi sacándole el aire. Soo tosió, luego se negó repetitivamente con la cabeza. Su novio estaba loco, ¿cuánta azúcar le había puesto al postre que le dio anoche para que se callara la boca?

—Te extrañé tanto, pensé que jamás me perdonarías, sexy —soltó emocionado, olfateando la mejilla del enano.

Soo le acarició el cabello y le dio un casto beso en los labios, demostrándole que también lo había extrañado y mucho.

Kai sonrió, aferrándose al pequeño cuerpo del pelinegro hasta dormir otro rato más.

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La cama de Sehun olía riquísimo. Luhan abrió un ojo y al ver la espalda de su Papishingo se acurrucó en ella, terminando por darle un beso en el hombro. Ayer terminaron de ver Bob esponja en casa de Kyungsoo y regresaron a dormir a la casa de Sehun. Les hacía falta estar a solas, no tuvieron sexo, pero durmieron bien, o eso creía Luhan cuando Sehun se sentó en la cama y se apartó las lagañas. Al verle el rostro, Luhan se asustó. Sehun parecía un monstruo, ya se estaba pareciendo a Tao con las bolsas oscuras debajo de los ojos.

—¡¿Qué te ha pasado?! —Gritó exageradamente, quitándose las gotas de sudor invisible que creía, estaban escurriéndole en la frente.

—No me has dejado dormir

—Pero si yo duermo como un angelito —Sonrió orgulloso. Nunca se levantaba despeinado y eso significaba que ni siquiera se movía al dormir.

—Sí claro, es lo que crees. —Ironizó, levantándose de la cama y señalando el piso —.Me tiraste ahí como cuatro veces —comentó—. Luego cuando pensé que habías dejado de moverte, volví a mi cama y  no dejabas de hablar dormido, diciendo cosas como “Las palomas están muy grandotas ahora” “Que bonitos pajaritos” —Sehun respiró profundo—. Creo que sólo dormí cinco minutos.

—¿Qué? ¿Yo hice eso? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¡No es cierto!

—Creo que te hizo daño ver Bob esponja, nunca te habías movido tanto al dormir.

—¡Bob esponja no tiene la culpa de nada! Quizá fue Patricio, no me gustó para nada que fuera a casa de la abuela de Bob y se comiera sus galletas, ¡Eran sus galletas, Sehun! Patricio no debía robarle  la abuela a su mejor amigo, fue tan triste…

—Ya no quiero saber, no me lo cuentes…

—Pero, ¿Sabrán ricas las galletas? Aunque yo siempre he querido probar las cangreburguers de colores ¿Sabrán buenas? Aunque para nada me gustaría encontrarme con Calamardo si voy al Crustáceo Cascarudo. Uhg, esto es tan conflictivo. —Razonó, poniendo los ojos en blanco y mordiéndose el labio inferior  —. O puede ser que…

—Ya, Luhan. Aquí no hay de esas cosas. Bob esponja y sus amiguitos son caricaturas. Son tan ficticias como Santa Claus.

—¿Qué? —Inquirió el chiquillo, abriendo mucho los ojos. Oh no, Sehun se había olvidado que Luhan todavía creía en Santa Claus—. ¿Entonces qué sucedía con la leche tibia que le dejaba? ¿Y las galletas? ¿Fue un ladrón? Pero Santa sí existe, Sehun. Hace diez años me trajo un gato al que le aplanabas la panza y maullaba, yo se lo pedí y me lo trajo.

—Bueno, entonces sí existe —espetó el más alto, acariciándole la cabeza. Odiaba hacer que Luhan tuviera confictos emocionales por sus creencias, lo mejor era terminar con el tema y entrar a otro, pero cuando apenas quiso hacerlo, Luhan volvió a abrir la boca:

—Pero tú me acabas de decir que es falso, que no existe. ¿A quién debo creerle? ¿A mi mamá  o a ti? Todo es tan confuso, aunque tengo pruebas de que Santa me trajo el gato, de verdad ¿quieres que te lo enseñe más al rato?

—¿Todavía lo tienes? —Interrogó impactadísimo. Luhan asintió Entonces me lo enseñas y ya, pero dejemos de hablar de Santa y de Bob esponja, ¿no tuviste alguna pesadilla o algo? ¿Dormiste bien a pesar de hablar o tirarme? ¿No te pasó nada?

Luhan pensó un poco, luego habló:

 

—Dormí bien, sólo que…

—¿Sólo que, qué?

—No, nada. —Luhan miró su brazo estirado y se levantó de la cama, yendo directamente al baño. Sehun lo siguió con la mirada. Quería preguntarle qué le pasaba, pero Luhan era tan raro que quizá volvería a argumentar cosas sobre Santa Claus y cuando tenían ese tipo de debates, Sehun siempre tenía que seguirle la corriente porque Luhan se enojaba rápido y no le gustaba que le llevaran la contraria.

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Al despertar, Lay quiso sentarse en la cama, pero no pudo si quiera moverse. Le dolía todo el maldito cuerpo y según él no sufriría de eso por el Yoga y todo lo demás, pero nada era cierto. Ahora se sentía indefenso y sin poder mover la espalda ni mucho menos las piernas. Suspiró profundo y cerró los ojos. Además le dolía horrores la cabeza. Estaba completamente muerto en vida. Era como si Suho le hubiese castigado con un látigo doble, o peor aún, con un palo de escoba. Pero sólo habían sido algunas nalgaditas y muchas embestidas profundas.

Sin querer lamentarse, Lay vio que Suho se dirigía hacia él, extendiéndole un vaso de agua y una aspirina.

—Estabas gimiendo de dolor desde las cuatro de la mañana ¿estás bien? —Le tocó la frente, inspeccionándolo.

Lay puso los ojos en blanco. Suho le había mentido, prometió ser sutil en su primera vez, pero no fue así, bueno sí, a medio acto, pero al principio fue muy brusco. Aunque Lay entendía un poco, estaba tan asustado que incluso pensaba dormir sin hacer nada con Suho, pero una promesa era una promesa y ya habían quedado. El caso fue que si Suho no lo hubiera tratado brusco al principio, entonces no hubieran hecho nada. Lay tenía todas las intensiones de huir y al menos Suho lo retuvo, pero ahora estaba adolorido y ni siquiera podía pararse de la cama.

Levantó lentamente la mano y tomó la aspirina, seguido el agua hasta pasársela. Cerró nuevamente los ojos y cuando estuvo listo para reclamarle a Suho, lo hizo:

—Esa fue la primera y última vez que lo hacemos —dijo, abriendo los ojos lentamente y mirando a Suho con mucha irritación —. Me dijiste que serías cuidadoso y cariñoso, pero incluso ahora no me puedo ni mover. Me duele todo el cuerpo y la cabeza ¿Qué me hiciste, Suho? Yo confié en ti y… y…

—Pero te gustó, no parabas de gemir. —Lay achinó los ojos, reconociendo eso. Sí, le había encantado, pero igual al principio fue brusco—. Lo disfrutaste igual que yo, pero si te duele tanto… —Quiso divagar, pero fue tanta su sorpresa que prosiguió: — ¿Fui muy brusco? —Preguntó como si Lay estuviera mintiéndole. ¿Qué acaso no recordaba cuando Lay quería quitárselo de encima? ¿Qué no lo veía todo estático por culpa del dolor? Le dolía todo y lo bueno que era fin de semana porque si no sería un problema para ir a la escuela.

—Me nalgueaste —protestó el menor

—Esas fueron caricias, pero eres tan frágil que…

—Me pegaste.

—¡No! Yo nunca sería capaz de golpearte.

—Lo hiciste. —Finalizó, cerrando los ojos de nuevo y ladeando la cabeza al lugar contrario para que Suho no lo viera.

—Exageras, yo no me atrevería a lastimarte. Eres muy frágil y fue por eso que…—Anhelaba seguir, pero se quedó callado. La prueba estaba en que Lay no se podía parar de la cama. ¿Tan brusco había sido? Suho todas las noches tramaba esa primera vez, incluso fue muy cariñoso, lo sabía porque con nadie había sido tan apegado a la hora del sexo, pero Lay era inexperto y no sabía que Suho había hecho su mayor esfuerzo, porque lo que había pasado la noche de ayer había sido lo más románico de Suho a la hora de follar.

Bien, la primera vez de Lay y Suho había fracasado. ¿No podía ser peor? Muy avergonzado por tener enfermo a Lay, salió de la habitación.

A las dos siguientes horas Suho no regresó al cuarto y fue entonces cuando Lay se preocupó. ¿Había herido los sentimientos de su novio? Bueno, fue un POQUITO exagerado con su reclamo, y la verdad sí le había gustado mucho la manera en que Suho abordó la situación anoche, pero necesitaba reclamarle porque no se podía mover de la cama. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Pedirle disculpas? No. Lay nunca le pediría disculpas a Suho, el que las tenía que pedir era él, pero… ¿Para qué pedir disculpas si a ambos les agradó? Lay era inexperto y era obvio que se quedara inmóvil en su primera vez y más con un hombre tan viril como Suho, esas eran sólo las desastrosas consecuencias, eso era normal, según.

A los dos les gustó y no debían discutir porque al final Lay se sintió  muy bien viendo la polla de Suho y la suya. A pesar de todo le había gustado mucho su primera vez.

Luego de tres horas a solas en la habitación, Lay escuchó que la puerta se abría. Abrió mucho los ojos, pero después los cerró, haciéndose el dormido. Lay parecía acercarse a él, sentarse en la cama y verlo dormir. Sentía su mirada y quería reírse mucho, pero se aguantó la risa. No le salían las bromas y además se sentía avergonzado por todo lo anterior. 

Cuando estuvo por soltar una carcajada, mentalmente se tranquilizó. Era tan difícil no echarse a reír. Odiaba aguantarse la risa. No obstante, después de respirar tranquilamente, se relajó y las ganas de reírse se fueron. Ahora lo que le intrigaba era si Suho le diría algo en su estado ‘dormido’ o si lo besaría como a la Bella durmiente. Quizá si Suho lo besaba como la Bella durmiente Lay se animaría a abrir los ojos y luego abrazarlo, pero su loca imaginación cambió al sentir que su novio en vez de besarlo o hablarle, le acariciaba el rostro tranquilamente, como si temiera lastimarlo. Los dedos de Suho tocaban apenas su piel, de arriba abajo, sintiendo la suavidad e impregnando su calor con los delicados toques, hasta depositar un beso en su frente como si fuese un niño pequeño.

El corazón de Lay comenzó a palpitar más aceleradamente, sacando la fuerza que no tenía para levantar los brazos y enredarse en el cuello de Suho cuando éste despegó los labios de su frente. Lo abrazó sin nada de fuerza, pero Suho lo sostuvo con la suya, hundiéndose entre su hombro y cuello, aspirando su olor y terminando por dirigir su boca hasta su oído.

—Te amo —susurró, hundiéndose después en el delicioso aroma de Lay.

—También te amo —el pequeño de igual modo confesó, sonriendo como loco.

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Eran las siete de la mañana y Kris no salía de la regadera. Tao ya estaba preocupándose; ¿Le había pasado algo? ¿Se había resbalado? ¿Estaba llorando? La cabeza de ZiTao comenzó a dar vueltas, mareándolo. Se sentó en la cama y respiró hondo. Debía tranquilizarse, necesitaba hacerlo porque no quería verse débil ante Kris. Era verdad que le había mentido, pero era una broma. Una simple broma que a todos divirtió, y aunque Tao sabía que había hecho mal en decirle mentiras, al fin y al cabo no era nada grave. Malo fuera que lo hubiese engañado con alguien más, o que le hubiese mentido con un asunto poderoso como su salud o sus sentimientos, pero era todo lo contrario.

Kris estaba molesto con él por haberle echado mentiras y jugar con sus sentimientos hablando siempre del primo de Chen, logrando que se pusiera celoso de una persona que ciertamente no existía. Chen se había pasado de lanza con inventar algo así y en el WhatsApp, pero su amigo lo había salvado al decirlo porque Tao se sentía demasiado nervioso cuando en el chat salió un tema que el Panda no sabía cómo abordar. Tao recordaba que no sabía qué decir cuando Kris defendió a Soo y lo cuidaba abiertamente y frente a todos, no estaba celoso, estaba muy pensativo y avergonzado porque Kris algunas veces cuidaba más de su amigo Kyungsoo que de él.

Tao entendía, era porque Soo hacía pasteles y en ese tema había conquistado al líder, y por supuesto que Tao quería ponerse al corriente para poder ganarse totalmente a Kris. Pero Tao no podía aprender de la noche a la mañana y Kris debía comprenderlo.

Tao se reía de los celos de Kris pues lo divertían mucho, pero esta vez poner celoso a su novio no había sido lo mejor. Todo estaría bien si Tao le hubiera seguido la corriente a Chen en el WhatsApp y luego al día siguiente le hubiera contado a su novio sobre lo que había pasado, sin embargo Tao no aclaró ese punto y lo sostuvo incluso en el juego de preguntas y respuestas.

En ese juego Kris había sido sincero con él, había aprovechado todas sus oportunidades ganadas para preguntarle directamente a Tao sobre su nerviosismo, sobre todo lo que le incomodaba y eso era lindo porque al final de cuentas Tao se sintió con más confianza y lograron hacer el amor después. Lo que nunca pensó fue que Kris mencionara al ‘primo de Chen’ nuevamente esa mañana. El primo de Chen no cabía en esa conversación mañanera, pero lo que Tao no sabía era que Kris se sentía inferior por no poderlo satisfacer en todos los sentidos.

Desde aquella noche que fue mencionado por medio del WhatsApp que ‘supuestamente’ cuidaba más de KyungSoo, Kris tuvo un mal momento. Él no cuidaba más de KyungSoo que de ZiTao y confiaba en que Tao comentara positivamente, diciendo que Kris lo cuidaba mucho. Sin embargo toda la conversación había empeorado y Tao en ese entonces logró contestar que todavía no tenían ‘ese tipo de relación’.  Aquella ocasión Kris se confundió con el escrito de Tao porque Kris sentía que sí tenía ‘ese tipo de relación’ con él. Kris sentía que con Tao estaba yendo en serio y aunque le costara trabajo dar un paso hacia adelante, lo hacía, evitando dar uno para atrás. Kris se esforzaba por mantener a Tao a su lado, quizá no con las mejores técnicas, pero lo intentaba aunque todo parecía dar a entender que no era suficiente.

Desde la primera cita que tuvieron inmediatamente después de aclarar sus puntos, Kris estuvo nervioso. Sus nervios no se veían en su rostro ni tampoco en sus palabras, quizá ni siquiera en sus acciones, pero lo estaba y Tao no lo sabía. Aunque a decir verdad no quería decírselo porque no lo creía conveniente. Kris prefería callar e ir directo a lo más importante, que para él era estar estable con Tao.

Kris jamás había tenido una pareja y podía decirse que Tao era el primero en su vida en ese aspecto. Kris tampoco había querido estar con alguien de la manera que estaba ahora con Huang Zi Tao, así como también era la primera vez que se preocupaba extremosamente de alguien. No era fácil para él acostumbrarse a eso, pero creyó que lo estaba logrando hasta que sintió todas las inseguridades del pelirrojo. 

Tao diariamente era un nervioso total, absolutamente ridículo, pero desde que había comenzado a salir con Kris sus nervios habían empeorado y no sólo eso, sino que también su confianza y seguridad. Kris lo entendía porque era el sueño de Tao, además era muy difícil tratar con un hombre como Kris, era por eso que no le decía nada ni tampoco lo presionaba, era por eso que utilizaba los momentos adecuados para preguntarle directamente las cosas y solucionarlas no de una manera directa, más bien le iban las cosas indirectas en las cuales se tenía que hacer recordatorio para hacer una retroalimentación de todo lo que hacía Kris para que ZiTao se sintiera bien consigo mismo y con la relación.

Quizá a Kris le faltaba ser directo con sus sentimientos, tal vez le daba muchas vueltas al asunto, o a lo mejor simplemente no sabía cómo decir que por primera vez estaba sintiendo algo por alguien. Y evidentemente era lo último, Tao lo sentía, lo sabía porque a pesar de todo Kris se lo demostraba estando molesto y pensativo. Si Kris no tuviera líos con decir por primera vez sus sentimientos entonces se hubiese tomado a la ligera el hecho de que había sido engañado por una incrédula broma por parte de Chen y del grupo inteligente. Si Kris en verdad no sintiera algo fuerte por Tao entonces no se hubiese creído esa tontería del supuesto ‘primo de Chen’ porque sonaba bastante falso. Si Kris no estuviera preocupado por cómo llevar la situación, entonces no se hubiera encerrado en el baño para tomar una ducha larga.

El pequeño Tao se daba cuenta de muchas cosas en esos momentos porque para entender a Kris debía pensar a fondo e inteligentemente. Aunque confiaba en su último pensamiento, el cual era: Si Kris no lo perdonaba por una simple broma, entonces jamás podría entenderlo y volver a confiar en él, lo que significaba en pocas palabras que Kris rápidamente se daría por vencido y cerraría la ya poca ventilación que abundaba en su corazón.

Si Kris no lo perdonaba esta vez entonces quería decir que no estaban listos para seguir juntos. Porque cuando se quiere a una persona se hace un esfuerzo para perdonar y comprender, y si Kris carecía de esa habilidad, nada funcionaría.

Por lo pronto Tao tenía pensado no dejar solo a Kris, insistirle aunque se viera un rogón y hablar como loco para al menos cumplir con su promesa de contarle todo lo que pasaba por su cabeza. Si Kris deseaba que Tao le contara cualquier cosa, sin importar que fuera tonta, lo haría y con eso le demostraría que estaba haciendo un esfuerzo para cumplir con su promesa.

Ya con dos horas en la regadera, Tao escuchó que el agua no corría y eso quería decir que Kris estaba a punto de salir del cuarto de servicio, así que se puso ansiosamente unos shorts y una playera de tirantes. Le dolía la capa interna de los muslos y un poco más piernas, pero logró ponerse de pie, caminando en círculos para esperar a Kris.

Luego de varios segundos el rubio salió con una toalla puesta en los hombros y vestido con un bóxer solamente. Se dirigió al closet para sacar algo de ropa, pasando efectivamente a un lado de Tao y sin verlo a la cara. El rostro del Panda quedó estático. Kris comenzaba a ignorarlo y eso dolía mucho porque lo hacía perfectamente bien.

Después de verlo cambiarse, se le acercó, poniéndose delante de él. Kris  terminó de ponerse la camiseta y cuando Tao apenas tuvo la oportunidad para situar sus manos en la cabeza de Kris, éste fue del cuarto, cerrando la puerta tranquilamente y sin mirar atrás.

Debido al resultado de su primer intento, Tao se metió a bañar, llorando en el transcurso. Ahora Kris no lo quería ni ver a la cara y eso era terrible. Pero no se rendiría. No se iría lejos de Kris y lo abrazaría sin importar que Kris le apartara las manos; sabía que Kris era muy frío y que eso se necesitaba para avanzar en la relación.

Era por eso que las relaciones de las personas frías con las cariñosas iban bien. Una persona fría podía encajar bien con otra porque era lo opuesto a él y así complementaría lo que le faltaba, mientras que a la cariñosa complementaba el estado frío del otro. Era así que funcionaba una relación. Dar, recibir y complementarse. Tao daba mucho amor, Kris lo recibía. Kris actuaba con honestidad y espacio, y eso lograba que la relación fuera especial porque no era como todas las relaciones clichés.

Mientras que Kris hablaba literalmente, ayudaba a Tao decir lo que no podía. Mientras Tao daba besos, Kris los recibía y se sentía querido a la vez que correspondía para que Tao se sintiera querido al menos por los segundos que duraba el beso. Pero así lo hacían. Así vivían y les gustaba a ambos. Era por eso que Tao no se engolosinaba y no se cansaba de su comportamiento acaramelado. Tao necesitaba que Kris lo perdonara ahora y tramaba lograrlo, porque quería. Quería a Kris. Lo quería mucho y se lo demostraría hasta que Kris notara que la confianza estaba de vuelta y que ambos podían seguir adelante.

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Las relaciones eran complicadas a veces, Kris lo entendía. Era por eso que no podía dar equivalencia a su relación con Tao. Era por eso que jamás había salido con alguien, no por temor a que todo se complicara, sino porque nunca le había gustado alguien. Luhan le gustaba antes, le gustaba mucho, pero era como sus gustos pasados, aquellos dulces gustos que duraban dos días quizá.

Que alguien le gustara era normal, pero que alguien le gustara demasiado y que incluso quisieras ofrecerle absolutamente todo lo que estaba en sus manos, era diferente. Desde que conoció a Tao lo consideró como alguien más, como una persona común y corriente, porque lo era. Tao era  una persona así, sin embargo esa persona normal le había jodido demasiado. Diariamente se lo encontraba, y ocurrieron tantas cosas que lograron que Tao fingiera ser su pareja. Kris no estaba acostumbrado y se lo dijo al principio, se lo repetía a su manera y actuaba como era en realidad para que Tao se alejara o al menos no guardara sentimientos porque estaba seguro que jamás se los correspondería. Tao era alguien muy típico para él, una persona sin chiste y muy infantil, que ciertamente era todo lo opuesto a él, fue por eso que quizá cuando los días comenzaron a pasar y fingía ser su novio, se sentía estable. Tao tenía lo que a él le faltaba y Kris tenía lo que Tao carecía. Eso los mantenía balanceados.

Kris lo pensó un poco aquellas veces en las cuales Tao le sonreía como loco. No obstante, Tao lo quería y eso lo había arruinado todo porque diariamente se lo demostraba y repetía en momentos inoportunos como a la hora del sexo. Pero a pesar de todo, Kris simplemente evadía esos momentos y seguía adelante. En ese entonces no le convenía pelear con Tao por la situación que tenía con su abuela, y todavía lo sentía como una molestia. Tao siempre le molestó. Siempre fue una molestia para él y no le apenaba repetirlo. Tao no le gustaba. Tao no le atraía de otra manera que no fuera sexo. Tao era un idiota para él y no era su tipo.

Sin embargo cuando el tiempo pasó, su cercanía con el Panda fue más corta. Kris le comenzaba a dar confianzas y aunque luego aclaraba las cosas y lo hacía volver a la realidad, Tao no se rendía y seguía diciéndole que estaba enamorado de él. Kris en esos momentos no entendía por qué ese mocoso era tan terco; simplemente podía irse a buscar a algún otro y ser feliz, pero no lo hacía.

No lo hizo hasta ese día en el cual  decidió dejarlo.

Ese día Kris le había mandado un mensaje porque había sentido que estaban muy alejados y la abuela comenzaba a sospechar. Esa vez quiso decirle a Tao que era hora de ponerse al corriente y que debían estar juntos al menos sexualmente para no sentir la situación incómoda aunque a la vez dudaba que Tao aceptara ya que en ese entonces Kris se había acostado con muchas personas diferentes, y absolutamente no pensaba dejarlo sólo porque se acostaba con Tao. Tramaba llegar a un buen acuerdo con él, pero todo resultó ser diferente. Tao no llegó al citatorio. Tao lo había dejado esperando al principio diez minutos, luego veinte, hasta que varias horas pasaron después. Kris no se había movido de la cafetería aquella vez, de hecho lo esperó siendo la primera vez que lo hacía, porque era Tao. Era su pareja sexual ante todo y éste conocía su manera de dormir, conocía todo su cuerpo e incluso dormía con él diariamente. Tao en ese entonces se había convertido en algo íntimo y digno de confianza porque a pesar de todas las cosas que hacía Kris con él, éste mantenía su cuerpo limpio y no se dejaba tocar por alguien que no fuera el líder aunque éste lo engañara a cada rato.

Kris recordaba muy bien ese día porque fue épico; cuando llegó a casa Tao hablaba con la abuela como si nada pasara. Recapituló gritarle con todas sus fuerzas y discutir con él frente a la abuela, hasta que Tao dijo lo que por ninguna razón había imaginado. Tao lo dejaba. Tao lo abandonaba. Al principio lo sintió como un arranque de enojo, pero cuando lo llevó al cuarto para hablar, Kris vio su maleta. Aquello lo hizo saber que no estaba en un arranque de enojo, sino en un arranque de verdades y tolerancia.

Veía a Tao mientras hablaba, pero aunque éste le dijera que ya no lo quería, Kris sabía que seguía enamorado, y se lo dijo. Se lo dijo de la manera más amarga posible para conseguir retenerlo, pero al final de cuentas la situación había empeorado considerablemente y Kris se había quedado sin Tao. Se había quedado solo, sin su sumiso, sin su pasivo, sin su tonto, sin el fastidioso de Tao. Y le enojaba, le irritaba más que el estado egoísta de su abuela; sintió que en esos momentos Tao lo abandonaba.

En ese entonces Kris sabía muy bien que su relación era lamentable y que en cualquier momento Tao se iría y dejaría de quererlo, pero cuando sucedió tan de repente no quería perdonárselo. Tao lo había abandonado, había incumplido con su palabra y había hecho llorar a su abuela. Simplemente lo dejó a la buena y se sentía muy indignado por haberlo perdido porque nadie lo quería como Tao. Nadie metía las manos al fuego por él y nadie lo trataba tan bien después de haber sido humillado.

Por eso Huang Zi Tao se había convertido en alguien importante para él. Kris pensó demasiado y se dio cuenta que era lo que estaba esperando y que no sabía que lo hacía. Nadie estaba al nivel que Kris quería, sólo el pelirrojo. Sólo Tao porque lo cuidaba y quería sin importar los malos momentos. Nadie podía soportar a Kris, sólo Tao. Nadie más que él. Sólo era él la única persona que estaba a su lado sin importar lo que dijera o lo que hiciera.

Por eso a Kris le gustaba Tao.

Por eso lo quería recuperar cuando apenas llegara a la escuela. Pero no lo logró el primer día. Aquel lunes Tao había salido con el capitán de fútbol y se había colgado por todas las redes que el recién llegado se había besado con él. Al principio Kris no lo creyó, pero al ver las imágenes algo muy en el fondo le creció. Con el simple hecho de ver las fotos el estómago se le revolvía y le impedía tener apetito, eso fue la señal para darse cuenta que en verdad Tao le gustaba mucho, demasiado quizá, o lo suficiente como siempre le decía. Porque para él decir ‘lo suficiente’ significaba lo adecuado, simplemente eso, estabilidad y nada más. Y a Kris le gustaba lo suficiente. Tao le gustaba lo exacto, sin más y sin menos, sólo lo necesario para quererlo de vuelta a sus brazos y evitar que otros lo tocaran. Por eso se sintió muy afortunado cuando Baek los dejó encerrados en aquella recámara.

Esa vez fue su primera oportunidad para recuperarlo a su manera, sin embargo le fue muy difícil ya que Tao venía cambiado y actuaba de una forma muy despreocupada y segura, una faceta que Kris jamás vio en él. Y no era que le molestara, era que con esa faceta no podía llegar a Tao de la misma manera que antes. Ahora Tao mandaba y se lo hizo saber esa noche en la casa de Chanyeol.

Aunque Kris estuviera molesto por el supuesto beso que se dio con Minho, se olvidó de eso por un momento porque sabía que lo arruinaría si lo sacaba en el tema, pero no logró evitarlo cuando Tao le dio una cachetada en su primer intento de beso. Las palabras de Tao lo habían lastimado mucho porque en el fondo seguía creyendo que era suyo, pero aquel chico actuaba como si ya nada los uniera.

Sentir que Tao ya no le pertenecía, lo debilitó. Kris no estaba acostumbrado a perder. Kris nunca perdía  a nadie. Fue por eso que esa noche cooperó como nunca antes lo hizo, recordaba instalarse en medio de las piernas de Tao y situar  las manos de éste alrededor de su cuello, pidiéndole poco después regresar con él. Esa petición significaba mucho para él porque nunca se lo pidió a nadie, ni a sus amigos, era por eso que si Tao lo rechazaba no tenía idea de cómo lo tomaría porque no tenía un plan B. Pero para su sorpresa, Tao accedió, facilitándole la tarea.

Desde esa noche los planes que estaban en su cabeza y que muchos años habían quedado estancados ahí, desaparecieron para convertirse en nuevos. Ahora sus proyectos nuevos incluían a Tao y era un cambio muy increíble para él; debía cambiar sus actos y hábitos. Debía amoldarse a Tao y eso era difícil porque Tao no se conformaba con cualquier cosa. Tao era diferente a los demás y sabía que necesitaba darle lo mejor, todo lo que estuviera en sus manos para hacerlo feliz.

En la primera semana de su noviazgo Kris logró expresarse un poco más y logró que la relación no fuera muy aburrida, aunque con ayuda de Tao nada era aburrido y sin sentido. Los esfuerzos de Tao se notaban y cuando Kris lo veía, él también necesitaba estar al mismo nivel, era por eso que accedía a muchas cosas y hacía otras para que Tao no pensara en tonterías. De un día para otro Kris descubrió que su gusto excepcional por Tao había aumentado hasta convertirse en cariño. Ahora ya le importaban más cosas acerca del pequeño, ahora le daban ganas de hacerlo feliz sin importar lo que tuviera que hacer.

No sólo sus celos habían aumentado, sino que también se había enojado con él por haber sostenido una mentira que para todos fue broma y que para él fue aterrante. No era el hecho de haberle mentido con algo tan simple, era el hecho de sentirse poco cariñoso para Tao. Leer que el primo de Chen le había regalado flores y chocolates lo hizo sentir mal. Kris jamás pensaría en un regalo como ese, y estaba seguro que nunca le daría algo así a Tao porque no se le hacía un buen regalo y además porque Tao se merecía algo más significativo.

Pero la sociedad estaba enredada y si un hombre regalaba unas flores era muy romántico, era lo mejor de lo mejor y quizá era bonito recibir flores, fue por eso que Kris se molestó. Porque el supuesto primo de Chen le había regalado algo que se amoldaba bien con la personalidad de Tao. El primo de Chen había dado en el punto y había consentido a Tao de una manera que Kris nunca haría.

Eso fue el problema.

El primo de Chen era el problema. El primo de Chen era más pensante que el poderoso Kris y eso hizo sentir inseguro a Kris por primera vez en su vida. Y Kris quería consentir a Tao, quería ser como el primo de Chen porque sabía que las flores, los chocolates y todas esas cosas cursis eran lo que Tao esperaba de él. Y no sabía cómo hablar de ello, por eso todo se complicó y terminaba por hablar del ‘primo del Chen’ como si fuese su enemigo. Era por eso que lo sacó en la conversación de la mañana. Fue por eso que se enfadó con Tao por haberle mentido.

Porque a pesar de todo Kris se sentía avergonzado por no ser suficiente para Tao. Porque quizá muchas personas podían ser mejores que él en una relación. Por eso se enojó, por eso y nada más. La mentira valía mierda, pero lo que había detrás de la mentira era lo importante. El supuesto ‘primo de Chen’ lo había hecho sentir inseguro esas horas y Tao utilizaba eso para ponerlo celoso.

Kris quería ser mejor que el primo de Chen. Kris quería recuperar a Tao, pero su cuerpo no reaccionaba cuando el chiquillo se le acercaba. Era mediodía ya y Tao seguía insistiendo con estar a su lado, hablar tal vez, sin embargo aunque Kris quisiera dejar de portarse como una mierda, no podía. Se retiraba y lo dejaba hablando solo, humillándolo tal vez.

En varias ocasiones Kris quiso hablar con él, detenerlo, abrazarlo, pero su cuerpo no reaccionaba. Estaba bloqueado y aunque su cabeza le ordenara a su cuerpo acercarse a Tao, hacía lo contrario. Se alejaba muchos metros de él y lo alejaba cada vez que Tao le insinuaba besarlo. Y le dolía. A lo mejor no se estaba esforzando al máximo, quizá  y no estaba haciendo el mejor esfuerzo para continuar con la relación, pero no podía si quiera hablar. Era como si su boca estuviese cocida o como si Tao fuera peligroso para él. Simplemente se alejaba de él sin decir nada y sabía que necesitaba relajarse, cerrar los ojos y concentrarse.

Nunca le había pasado algo similar. Pero alejarse de Tao era como protegerse. Tao en esos momentos era peligroso para él, peligroso en el sentido de martirizarlo por hacerlo inseguro. El cuerpo de Kris reaccionaba ante eso y no podía hacer nada. En el fondo Tao lo había herido de la peor manera, inconscientemente quizá, pero lo había hecho y no pensaba culparlo, pero su cuerpo sí y era por eso que se alejaba de él, huyendo de lo que era peligroso para sus sentimientos.

Los sentimientos de Kris eran esos. Los sentimientos de Kris se sentían traicionados no por Tao, sino por él mismo. Pero Kris no quería huir, lucharía contra su cuerpo y mente para poder al menos soportar a Tao cerca.

Justo cuando el reloj marcó las dos de la tarde, respiró profundo. Dejó entrar a Tao a la habitación y cerró la puerta con llave para que por nada del mundo volviera a irse. Ya seguro que no podía evitar a Tao, se recargó en la puerta, viendo fijamente los ojos del pequeño.

Tao lo miraba como si el cielo se fuera a quebrar, queriendo llorar y temblando, temiendo de Kris, de la situación y de la mentira que le sostuvo. Más sin embargo también se sentía herido porque Kris parecía no querer perdonarlo y ya habían pasado muchas horas tratando de acercársele. Tao estaba enojado, estaba tramando cambiar de plan y gritarle con todo el pulmón, decirle que se estaba pasando de la raya y que si seguía así no se lo perdonaría nunca.

—No me gusta tu comportamiento, cámbialo —ordenó el pequeño, señalándolo con el dedo y picándole el pecho —. Es cierto que me pasé de la raya, pero fue una mentirita chiquita, no sé por qué te pones así. Te soportaría más si la mentira fuera mucho más grave, no sé, tal vez que yo te hubiera puesto el cuerno o algo, pero Chen sólo lo hizo de broma, y te he seguido toda la maldita mañana, te he hablado como estúpido, contándote cosas que a ti parecen no interesarte. Sé que no cumplí mi promesa de contarte todo lo que pasaba por mi cabeza, pero se me hizo fácil ¡No merezco estar todo preocupado y alterado por un hombre que ni siquiera me quiere hablar! —Gritó en alto.

—¿Ya terminaste de levantar la voz?

—No. Te quiero gritar mucho más porque me haces sentir triste —prosiguió, levantando de nuevo la voz y golpeando con mucha fuerza el pecho de Kris.

—Entonces hazlo —Kris se recargó más en la puerta y esperó escuchar algo más por parte de Tao, pero el chiquillo se encogió de hombros y comenzó a llorar, desparramando sus lágrimas sobre el pecho del más alto. Kris con mucha fuerza mental levantó los brazos, acarició la cabeza de Tao con mucho cuidado y cuando quiso abrazarlo, éste volvió a golpearle el pecho con fuerzas, alejándose muy lejos, más de un metro y dándole la espalda.

—Nunca me entiendes —murmuró entrecortado, sollozando e inclinándose un poco.

Kris lo miró de soslayo, pensando un poco, luego contestó:

—¿Qué es lo que no entiendo de ti?

—No entiendes nada.

—¿Qué es “nada”?

—No entiendes que me haces sentir mal cada vez que te comportas así conmigo. Ni siquiera  tomas la iniciativa para besarme, ni mucho menos para darme un simple abrazo. No te interesan mis sentimientos y ahora lo estoy viendo, sólo te importa que no te traicionen, pero tú ya me has traicionado demasiado. No me comprendes y sólo te quedas ahí, recargado en esa puta puerta y sin decir nada explicativo.

Kris ladeó la cabeza, evitando ver a Tao. Él tenía razón, Kris casi nunca tomaba la iniciativa y no lo tocaba de manera cariñosa casi nunca, pero Tao no sabía muchas cosas. Y Kris no sabía cómo explicárselo. Habló hasta que estuvo preparado:

—¿Te has preguntado cómo me siento cuando me besas? ¿Cuando me abrazas? —Tao se encogió de hombros. No sabía qué responder, prefirió quedarse callado —. ¿Sabes que cuando tomas la iniciativa y me besas o me abrazas, no quiero que termine nunca? —Tao entornó los ojos. No se esperaba una explicación así —. Eso me pasa. Cuando me abrazas no quiero que lo dejes de hacer y cuando me besas no deseo que termine. ¿Que no tome la iniciativa quiere decir que no te quiero? —Tao se quedó más callado que antes —. Eres lo que más cuido y lo que nunca quiero que se vaya.

—No, es que…

No supo qué decir. Tao se quedó mudo. Que Kris le dijera eso lo hacía  feliz. Nunca antes se lo había dicho y ahora sabía todo lo que había detrás de esos besos y abrazos que Tao le daba y que Kris  muchas veces no le respondía, pero que consideraba como algo muy especial. Kris tenía problemas para expresar sus sentimientos y Tao se prometió a ayudarle desde hace mucho tiempo, y ahora no se rendiría.

La sonrisa de Tao apareció.

—Lo siento. —Las palabras del Panda sonaban sinceras, Kris lo sabía, lo sentía. Pero no dijo nada ante eso, prefirió quedarse quieto y luchando contra su cuerpo y mente —. No pensé que todo fuera a terminar así, de verdad.

—Yo lo siento —espetó el más grande, separándose un poco de la puerta y respirando hondo. Se sentía más relajado y creía que era momento para exponerle sus verdaderos sentimientos. Su cuerpo y su boca eran pesadas y la evitaban proseguir, pero resistió a eso y lo logró: —No es el hecho que me hayas mentido y que le hayas seguido el juego a tus amigos. Lo que me molesta es que el supuesto primo de Chen me haga sentir un mal hombre. No te ha regalado nada, pero me molestó que incluso el primo ficticio de Chen te regalara algo que yo nunca te compraría. Creía que él era mejor que yo y me sentía molesto.

Los ojos de Kris se fijaron en el rostro paralizado del menor. Tao no podía responder a eso. No sabía que Kris se sentía de ese modo y nunca se lo imaginó.

—Tú… tú eres perfecto para mí —Tao se acercó un poco más, abrazando a Kris por completo —. Te amo tal y como eres, de verdad. No tienes que preocuparte por cosas como esas, unas flores y unos chocolates no son lo mejor. Sé que soy amante de las cosas cotidianas, pero prefiero a un hombre que me dé algo diferente y que sea honesto como tú. No importan los regalos, lo que importa es el significado que le des —complementó, separándose un poco para verlo a los ojos y darle varios besos en las mejillas hasta llegar a sus labios y colgarse de su cuello, tomando la iniciativa que Kris nunca cogía. Pero a pesar de todo se sentía bien después de lo que Kris le había confesado. Nunca hablaban mucho y menos de situaciones importantes, por eso se sintió agradecido por ello.

El olor de Kris era embriagador, así que Tao siguió pegado a él, besándolo. Kris logró corresponder rápidamente, llevando una mano a la nuca del pequeño y otra a su espalda, acariciándolo con mucho cuidado, hasta llevar ambas manos a su espalda baja y apretarlo fuerte, terminando el beso con un fuerte abrazo.

Algunas veces las personas eran más especiales de lo que se veían, Kris era una de esas personas. Kris era la única persona que Tao conocía y que tomaba en cuenta las cosas más pequeñas para convertirlas en gigantescas. 

Notas finales:

Esto realmente me ha gustado. Kris es un personaje que amo y ahora estamos viendo que él es muy sznbc asdvasmj, toma lo más pequeño y lo hace GRANDOTE. ¿Quién hace eso? e.e... jajajajaa Bueno nos leemos en el otro cap de más noche.


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