Mi nombre es naruto namizake, tengo 16 años un hermano mayor que se llama deidara que siempre me ha querido y apoyado desde niño. Cuando éramos pequeños nuestros padres murieron en un accidente de auto y a partir de ahí nos quedamos a vivir con nuestros abuelos, recuerdo que en ese tiempo estaba muy triste, yo amaba a mis padres y que hubieran muerto repentinamente fue un gran golpe para mí, me alegro de que mi ni-chan y mis abuelos me hayan ayudado a superarlo. Mis padres, ya no recuerdo como eran sus voces y puedo recordar muy poco de sus rostros, realmente los extraño a pesar de que ha pasado mucho tiempo.
El sonido del despertador logra que me despierte completamente y voy a apagarlo molesto.
-ahh, que molestia-ttebayo- digo con pesadez mientras miro la hora, son las seis y media de la mañana. Por más que me cuesta me levanto y me estiro.
Nuestros abuelos hicieron su mayor esfuerzo y lograron que entráramos a una preparatoria muy buena y cara que nos ayudaría en nuestro futuro, ellos se esforzaron mucho y tengo que aprovechar esta oportunidad al máximo. Cuando termino de despertarme lo suficiente me meto en el baño para quitarme la ropa y bañarme. Cuando quedo en bóxers me detengo a mirarme en el espejo, realmente no he cambiado en nada, mi pelo, mi carácter, sigo igual en todo. Me quito la única prenda que tenia mientras me meto a la regadera y abro el grifo dejando caer el agua que al principio esta fría y luego se calienta lentamente, sumergiendo en mis pensamientos. Cuando termino de bañarme vuelvo a mirar la hora… ¡maldición! Son las 7:15 a.m. ¿tanto tiempo he tardado? Lo más rápido que puedo me pongo el uniforme que es una camisa blanca con una corbata roja, pantalones negros con zapatos del mismo color y un suéter negro, bajo las escaleras para encontrar a mi familia desayunando. Mi abuela tsunade está en la cocina sirviéndose un plato de huevos con pan tostado, no entiendo que siendo tan vieja se vea tan joven, estoy seguro de que si le digo a alguien que ella en realidad tiene 51 años me diría mentiroso. Mi abuelo jiraiya está comiendo muy tranquilo mirándonos con gracia a mí y a deidara. Mi ni-chan también está comiendo muy rápido, supongo que también se despertó tarde, solo espero que cuando lleguemos a la escuela no lo vayan a confundir con una chica, deidara tiene el pelo muy largo y se recoge un poco de pelo con una coleta y los dos tenemos la cara algo “fina”, no puedo negar que realmente parece chica pero el odia que piensen eso, la última vez que un tipo le dijo chica termino en el hospital, solo espero que deidara sepa que esta es una oportunidad única y que no vaya a querer matar a alguien que lo confundió o que le haya coqueteado.
-¡Naruto! ¡Apúrate que se nos va a hacer tarde!- me gritó, reaccione y me senté a comer rápido, cuando terminamos salimos corriendo a tomar el autobús, casi se iba pero por suerte nos vio y paro un rato, nos sentamos juntos y me puse a hablar con deidara.
(Pov´s normal)
-en serio ni-chan, me molesta tener que levantarme pero por tsunade oba-chan y ero-sennin ¡daré todo lo mejor de mi-ttebayo!
-shh, naruto baja más la voz- dijo deidara viendo que todos se los quedaban mirando.
Siguieron platicando mas hasta que el autobús paró, se asomaron y vieron que ya habían llegado. La escuela era enorme y increíble, estaban seguros de que estarían muy bien ahí. Un auto que se veía muy lujoso entro a la escuela y al instante fue rodeado por chicas, los murmullos eran de pura admiración y cosas buenas sobre las personas que habían adentro. Cuando las chicas se alejaron naruto y deidara pudieron ver el motivo del escándalo, eran dos chicos con un atractivo increíble, el más grande tenía el cabello largo azabache atado a una coleta baja, su piel era pálida y a simple vista se veía que era de carácter frio y unas pequeñas ojeras bajo sus ojos negros que le daban un toque sexy. El otro tenía el cabello negro con tonos azules y piel blanca como su hermano que le daba un contraste perfecto, su expresión era fría y seria y sus ojos eran negros como la noche; por el parecido y haber bajado del mismo coche se notaba que eran hermanos. Los azabaches se alejaron del montón de chicas y por un momento voltearon y vieron a naruto y deidara. Los pelirrubios se quedaron hipnotizados por los ojos de aquellos chicos, sentían que esos ojos podían desnudar por completo su alma y ver todo de ellos y además que se perdían en un abismo profundo, los de ojos negros también se quedaron impresionados por el hermoso azul cielo que adornaba en los ojos de los rubios pero no lo demostraron y siguieron su camino, el timbre sonó y los 2 oji-azules salieron de su trance y entraron a la escuela
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Naruto y deidara estaban rondando perdidos por los pasillos tratando de encontrar su salón, desde hacía unos minutos estaban perdidos y no habían progresado nada y entonces decidieron separarse.
(Con deidara)
-¡aghh! Porque no puedo encontrar mi salón- decía al aire mientras se sentaba una esquina de los baños. Había buscado por mucho tiempo y solo pudo encontrar los baños, resignado entro al baño, total ya había perdido las clases y sería inútil buscar más, pensaba que si intentaba encontrar el salón de la siguiente clase terminaría perdiéndose más de lo que ya estaba- demonios, necesito aprender rápido los salones, si no lo hago me volveré a perder y no podre aprovechar esta oportunidad- lentamente se fue quedando dormido hasta caer completamente.
Deidara lentamente se fue despertando por la voz de alguien que le hablaba.
-oye, ¿Qué haces aquí?- cuando pudo ver con claridad casi le da un infarto al ver que era el mismo chico por el cual se había quedado hipnotizado y lo que lo sorprendió mas fue lo cerca que estaba, deidara podría jurar que sentía su aliento chocar con el del chico, en un acto impulsivo el rubio lo empujo y trato de hacerse hacia atrás lo mayor posible, aunque eso era imposible porque estaba recargado en la pared.
El pelinegro iba a reclamarle pero presto más atención a que la cara de deidara estaba muy roja y su respiración estaba acelerada.
-¿qué haces aquí?- volvió a preguntar.
-pues...-.