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I miss you. por G-tzii

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Notas del fanfic:

Bien, ustedes saben. Ji publicó en Twitter que se siente solo y muchas se preocuparon. Yo sólo puedo decir, él ahora que no tiene su agenda taaan ocupada como antes tiene más tiempo libre, y se está dedicando al álbum de Big Bang mientras sus compañeros se dedican a los solos, por eso debe sentir un poco solo, además, sabemos que el novio está grabando Tazza 2 en Busan, ya saben, debe extrañarlo

Bueno, no las interrumpo más, disfruten!

I miss you.

 

 

 

Me di otro golpe contra la mesa. No, no, no y no. No estaba quedando bien, no tenía la onda que yo quería. Miré de nuevo la hoja. No. La arrugué y la lancé al tarro de basura pequeño que estaba al lado de la puerta. Tomé el lápiz. Vamos, a mí nunca me había faltado inspiración para escribir una canción. Me despeiné el cabello y solté un gruñido mientras me estiraba en la silla. Escribir el nuevo álbum estaba siendo más difícil de lo común. Tomé mi celular que estaba al lado de los papeles y revisé un poco, nada que me entretuviera o me diera una idea. Solté un suspiro, la casa se sentía tan silenciosa. Había sido terco, los chicos me había dicho que me quedara en el departamento de Big Bang y aun así, me vine a casa. Lo único que lograba era estar solo y encima sin inspiración. ¡Maldita sea!

 

Me puse en pie, quizás debía relajarme un rato y pensar en cualquier otra cosa. Salí del pequeño estudio y me dirigí al salón. Todo en silencio y a oscuras, esto de verdad era deprimente. Ya estaba acostumbrado a que por las noches cuando yo saliera del estudio, estuviera Seung afuera con cara de Babo haciéndome reír para liberar estrés. Pero ahora me sentía tan triste, y encima no había podido escribir nada. Si Seung estuviera seguro habría dicho: “Ya, está bien, amor. Mañana tendrás más inspiración que hoy.” Todo era su culpa. Caminé por el pasillo a oscuras y entonces entré a la habitación, solitaria. Ah, odiaba que Seung grabara películas y me dejara solo, lo odiaba de verdad. Me sentía tan jodidamente solo que eso me producía incluso falta de inspiración. Me senté en el pequeño sillón al frente de la cama, debí haber ido al departamento con los chicos. Saqué mi celular una vez más. Abrí twitter, y casi sin pensarlo mucho escribí cómo me sentía. Solo. Lo dejé a un lado y solté un suspiro.

 

Cuando me sentía así lo mejor era tener a Seung al lado, pero Dios que ese hombre ahora sí que pasaba ocupado, todos querían tenerlo en entrevistas, revistas, películas… Ni idea tienen que él también debe tener tiempo para mí. Bostecé, frustrado.

 

-¿Por qué esa carita? –Di un saltó y miré hacia la puerta de la habitación. ¿Estaría alucinando? Seung estaba parado ahí, con un abrigo, mirándome preocupado. –Ji… amor, ¿pasa algo? –Yo Salí de mi trance y lo vi sentarse sobre la cama, al frente mío mientras hacía su mano hacia arriba y abajo para que yo reaccionara con una sonrisa en la cara.

 

-¿Qué haces aquí? ¿No estabas en Busan? –Mis ojos lucían realmente asombrados por su aparición.

 

-¿Esa es la forma de recibirme? –Se rió un poco y me sonrió. –La grabación ha terminado antes de lo que pensaba y pues, volví aquí esperando encontrarte escribiendo o durmiendo, pero te veo algo triste, ¿ha pasado algo?

 

-Ah… -miré hacia abajo y sonreí un poco. Tenerlo cerca me hacía feliz, no iba a mentir. –Me sentía algo solo… yo… ah… te extrañaba… -Mi mirada se desvió al suelo.

 

-¿Era eso? –Seung se paró y se hincó en el suelo mirándome fijamente. –Lo siento, he tenido mucho trabajo, pero no te sientas mal cuando no esté, puedes llamarme.

 

-¡No es lo mismo! –Me quejé cruzándome de brazos con un puchero. Él se rió. –Además, no te tenido inspiración. ¡Es tu culpa!

 

-Está bien, amor. Quizás mañana tengas más inspiración. –A eso me refería, eso quería escuchar. Yo sonreí y le miré.

 

-Seungie… -Él me miró. –Te he echado de menos… últimamente trabajas mucho… -Yo jugaba con el cuello de su camisa mientras él soltaba una risita baja.

 

-¿Y eso significa…? –Seung no era tonto, estaba esperando que yo se lo pidiera.

 

-Quiero hacer el amor con el hombre al que amo y he extrañado todo este tiempo… -le solté sin más y entonces Seung se acercó a mí. Separó un poco mis piernas que poder hacer espacio y se puso entre ella para rodearme de la cintura y alzar su mirada a la mía. Yo tomé su cara entre mis manos y entonces sentí sus labios rápidamente sobre los míos. Seung saboreó mi labio inferior y entonces yo entreabrí mis labios para darle paso a su lengua húmeda en mi cavidad. Nuestras lenguas se juntaron y se enredaron a medida que nosotros seguíamos compartiendo saliva. Tener sus labios tibios junto con los míos hacía cambiar completamente mi estado de ánimo. Y es que lo extrañaba tanto, no podía dejar de verlo un par de días porque si no andaba de mal humor. Enredé mis piernas en su cintura y Seung afirmó mi espalda con sus manos mientras me levantaba del pequeño sofá dejando en el olvido mi celular y aquel tweet que a estas alturas había olvidado por completo. Al terminar nuestro beso por falta de aire comenzamos uno nuevo, y otro y otro. Seung se dirigió hasta la cama y me dejó sobre ella mientras él se quitaba el abrigo y volvía a besarme, acomodándose encima de mi cuerpo.

 

-Yo también te he extrañado, Yongie. Siento tener poco tiempo, pero sabes que si me lo pides, vendré aquí corriendo. –Yo sonreí, complacido y entonces abracé el cuerpo de Seung mientras él comenzaba a besar mi cuello.

 

Mis manos pasaron alrededor el cuerpo de Seung tocando su espalda y haciendo que nuestros cuerpos se pegaran más si podían. Podría tenerlo toda la noche así de cerca, sintiendo su aroma, sólo para luego tenerlo en la narices cuando no estuviera. Saqué botón por botón su camisa hasta quitársela completamente, tampoco quería arruinar su ropa, bueno, no ahora. Los labios cálidos de Seung recorrían mi cuello y luego pasaron a recorrer mi torso una vez que me quitó rápidamente la camiseta blanca que andaba trayendo puesta. Succionó mis pezones mientras yo masajeaba su torso con tranquilidad. Acerqué mis labios y besé su clavícula mientras mis manos bajaban ágilmente a su pantalón y lo desbrochaba para luego bajarlo completamente, dejándolo solo en bóxer. Seung quitó de una vez mis pantalones y yo tomé su cabello y atraje su cara hasta mí para besarlo, nuestras lenguas se fundieron y entonces sentí la mano de Seung pasar inadvertida debajo de la tela del bóxer directo a mi erección ya muy pronunciada. Yo mordí el labio inferior de Seung al sentir su mano con maestría tocar mi hombría. Succioné su labio contra mi boca y luego lo solté mientras cerraba los ojos. Seung mordió mi cuello de forma que al otro día quedara marcado, típico en él, marcando mi cuerpo donde se le diera la gana para que todos supieran que yo tenía novio. Yo moví mis manos con sigilo y al llegar a la superficie de su bóxer comencé a bajarlo con determinación y cuando ya no alcancé, fue Seung el que se acomodó terminando de quitárselo.

 

Seung seguía con su masaje sobre mi ya, demasiado notoria, erección. Apreté los cabellos de Seung entre mis dedos sin dejar de jadear por el placer que me producía Seung Mi mano libre bajó para apretar la punta de su erección, ya demasiado hinchada y muy empinada.

 

-Seungie… ahm… amor… te quiero a ti –Seung bajó sus labios y me besó mientras quitaba su mano de mi entrepierna y con ambas manos libres ahora me bajaba de una vez el bóxer dejando en libertad mi dolorosa hombría. Seung bajó una vez más hasta mis labios haciendo que nuestros cuerpos y nuestras  entrepiernas se rozaran y causaran un grandioso placer en ambos. Nos separamos y entonces se acercó hasta mi oído.  

 

-Te amo, Ji… y te extraño a cada hora que pasa. Aunque pasen sólo un par de horas, no puedo dejar de pensar en ti, amor. –Me susurró al oído y yo me abracé a él, depositando un beso casto.

 

-Si cada vez que te vas a trabajar tendremos esto cuando volvamos a vernos, entonces extrañarte será un placer para mí, Seungie…

 

Seung se acomodó entre mis piernas y yo las abrí dándole permiso para la próxima penetración. Él sonrió con alago, y creo que estaba demás preguntar lo obvio. No necesitaba preparación alguna, ni dilatar nada y él lo sabía. Mi cuerpo ya estaba acostumbrado a recibirlo, a estas alturas ya ni siquiera me dolía. Seung tomó mis piernas con dulzura y se apoyó tranquilamente mientras acomodaba su hombría en mi entrada. Comenzó su penetración con tranquilidad, sin apuro. Una vez adentro, yo me quedé quieto y luego de unos segundos le asentí con la cabeza para que él comenzara con lo que se aproximaba. Sus manos se posaron en mis caderas y me impulsaron hacia abajo para que Seung terminara de meter por completo su erección en mi interior, hasta el fondo. Yo gemí cerrando mis ojos y haciendo una perfecta O con mi boca mientras mis manos se aferraban a las frazadas de la cama.

 

Seung bajó y besó la boca de mi estómago haciéndome temblar. No era de Dios subir y bajar por todas las sensaciones que me hacía sentir. Sólo él podía provocar eso en mí. Su lengua pasó por mi torso y yo pensé que podría morir ahí mismo, sentía el sudor comenzar a pasar por todo mi cuerpo, y como las mantas se comenzaban a pegar a mis brazos y piernas. Seung subió hasta mis labios y yo, desesperadamente, tomé su cara con mis manos y lo besé de manera pasional, sin dar tregua a que todavía no tomaba aire. Nuestras bocas se cerraron con nuestras lenguas adentro haciendo una guerra erótica y frenética entre un beso que me quitaba mucho más que el respirar. Cuando nos separamos por falta de aire, nuestras respiraciones eran agitadas y los ojos de Seung se empeñaban en observar toda mi cara, llena de sudor, ruborizada y algo agitada por toda la acción. Yo moví mis caderas, haciendo alago a que se moviera. Mi novio me regaló una sonrisa preciosa y entonces tomó con suma delicadeza –casi como si yo fuera una chica-, mi cintura para darse impulso y volver a entrar en mí, esta vez con mucha más fuerza, certeza y rapidez, dando de lleno contra mi próstata que todavía no estaba preparada para sentir su punta dándome placer.

 

-A-uhm… -gemí apretando mis labios y apretando al mismo tiempo las mantas entre mis manos. Seung se dio cuenta y tomó mis manos con las suyas llevándolas hacia su torso, guiándome para que pudiera aferrarme a su cuerpo y no a las mantas. Yo rodeé su cuello jugando con su cabello y con mi otra mano masajeando su torso ya bañado en sudor. Las manos de Seung se posaron en mi cintura nuevamente y entonces sentí cómo comenzaba con sus embestidas duras y certeras, sin darme tiempo a estar preparado. Simplemente entraba y salía con total rapidez, sólo dándome fuerzas para gemir y para apretar su cuerpo contra el mío entre algunos movimientos de caderas que salían de mí tan solo por el placer. –Ahm… Seungie… a-amor…

 

-D-dime, Yongie… uhm… -Sus gemidos roncos me estimulaban de tal manera que me ponían mucho más cachondo todavía. Y es que hasta su voz era sexy, todo de él lo era. Comenzaba a embestirme con más fuerza todavía. Yo gemía cosas incoherentes, sin razón alguna.

 

-Te…ah… te amo… ahm… -Mordía mi labio inferior, me aferré tanto a sus hombros que debía estar dejando marcadas mis uñas en ellos.

 

-Yo… ah…yo también te amo….uhm…

 

Sus embestidas eran tan rápidas y yo estaba terriblemente envuelto en placer. Mi vista comenzaba a  nublarse y sentí el líquido pre seminal entre mis piernas y el mío propio comenzar a caer por mi erección hacia abajo. Una de las manos de Seung se alejó de cintura y tomó mi erección para comenzar a masturbarme en la misma velocidad con la que me penetraba. Yo no podía más, sólo gemía e intentaba aguantar un poco más, pero simplemente el placer era mayor a mí, y Seung cada vez cerraba más sus ojos, el final estaba cerca.

 

-A-AHHH…

 

Con un orgasmo al unísono terminamos al mismo tiempo. Como si nos hubiéramos puesto de acuerdo. Seung salió de mí y simplemente se estiró sobre mi cuerpo para descansar. Nuestras respiraciones eran agitadas e intentábamos calmarlas. Acaricié su cabello y su espalda, aguantando lo más que podía el tenerlo sobre mí. Quería sentir todo de él y no dejarle salir de casa nunca más. Él llenaba mis días, hacía de ellos más relajantes y más gratos. Seung me acompañarme, aun cuando yo estaba escribiendo canciones, él solo se sentaba a mi lado y jugaba con mi cabello mientras me miraba  escribir y trabajar, a mí no me molestaba. Me hacía sentirme bien, quitaba la soledad. Por eso, cuando él no estaba me sentía tan solo. En la casa no había ruido, al entrar a la habitación no había nadie leyendo un libro sobre la cama. Al ir a la cocina no lo encontraba comiendo helado a escondidas y al llegar al baño no tenía con quien darme una ducha. Me había acostumbrado a su presencia, a su compañía, a su amor. Por eso me era tan difícil cuando teníamos tanto trabajo, y debo admitirlo, me ponía de mal humor. Lo abracé con todas mis fueras un momento y luego dejé que se estirara a mi lado, me acurruqué en su pecho acariciando su torso perfecto. Seung se acercó y me besó la frente, yo sonreí.

 

-Seungie… no trabajes tanto –le hice un puchero, aunque sabía que hasta yo trabajaba demasiado, aun así, quería que me hiciera cariño un rato más.

 

-Prometo trabajar con más rapidez y volver pronto, amor. –Tocó mi mejilla y me besó tranquilamente en los labios. –No dejes de escribir por extrañarme, y tampoco preocupes a los fans cuando me extrañes. Siempre que me extrañes, volveré pronto… -¡Entonces recordé! Había twitteado, ahora seguramente había varios fans preocupados por si yo me encontraba bien. Miré a Seung y le sonreí.

 

-Lo haré. –Luego ya lo borraría, ahora estaba disfrutando de la presencia de mi novio con tranquilidad. –Te amo, Seung.

 

-Yo también te amo, Ji. Y también te extrañé.

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y pues, creo que mañana volveré a actualizar infieles, he aprovechado que estoy en cama para escribir rápidamente <3

Gracias por leer, los quiero! <3


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