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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Aquí les traigo el cap, me salió mas largo de lo q esperaba, pero en fin… lean

 

Nota: el titulo del cap, es algo referencial, no sabia que ponerle. :(

 

-¡TÚ!-Gritó JiYong al ponerse de pie, apuntando con su mano a Choo Hee.

 

-¿yo qué? – preguntó avergonzada al sentir las miradas de  los clientes.

 

-JiYong no empieces.- Seung habló en voz baja pero seria, mirándolo amenazante.

 

-¿pensaste que no me daría cuenta, no? Pero yo soy muy inteligente – sonreía de lado con suficiencia. – sabia, sabía desde un inicio  que solo querías jugar con Seung hyun.

 

-¿Qué? – preguntó el pelinegro parándose, sorprendido por tal afirmación.

 

-no sé de que hablas – ella también se levantó de su sitio.

 

-¿Ah no sabes?… pues hace unos minutos tu novio me comenzó a hablar por tu facebook diciendo que te extraña mucho, que quiere abrazarte, que te manda besitos… - con sus manos simulaba sus  palabras.

 

-¡yo no tengo novio! – expresó molesta. – y tú no tienes porque estar  revisando mi cuenta personal.

 

-¿Cómo puedes negarlo?… o será que tampoco es tu novio y estás jugando con el también.

 

-¡Ya basta! – el mayor elevó la voz, callándolos.  Los menores lo miraron con sus frentes arrugadas. – Choo Hee, sé sincero conmigo – su mirada suplicaba por que fuera sincera con él. – si estás con alguien lo entenderé ¿sí?… no tienes que mentirme.

 

Ella tragó. – Yo no estoy con nadie Seung… no sé de dónde sacó eso – decía afligida.

 

-pero que mentirosa. – comentó el menor, negando con la cabeza. – aquí hay pruebas de que estás mintiendo. Seung, ¿Por qué no miras esta conversación te dejas de cegar por ella? – JiYong hablaba con más seguridad.

 

 

El  mayor se acercó para mirar la pantalla, igual Choo Hee. Con detenimiento leyeron lo que decía cada mensaje hasta la despedida.

 

 

-¿Y ahora que harás? – Ji preguntó victorioso a la joven.

 

-en ninguna parte dice que sea su novio – dijo Seung.

 

-no lo dice, pero es más que obvio. – defendió su verdad. - ¿Acaso no leíste lo de los abrazos y besos?… ¿no lo ves?… ella es una arpía. – la volvió a apuntar.

 

-¡no me insultes más! … si tanto quieres saber. Ese chico con quien hablaste es… ¡mi hermano mayor! – sus ojos se cristalizaron. – él ha estado viviendo en Estados Unidos por muchos años, hace tanto que no nos vemos. Yo lo extraño muchísimo. Él expresa sus sentimientos libremente por que sus costumbres son las allá… ¡tú no tienes ningún derecho de inmiscuirte en nada! – gimoteó.

 

 

Sus mejillas estaban bañadas en llanto. Seung se sintió culpable por haber dudado, las personas que ocupaban las cabinas también se entristecieron al conocer su historia y escucharla sollozar, menos JiYong. Él continuaba firme en su posición, no creía ni media palabra de lo que decía.

 

 

-¡ZORRA!- le gritó sin pelos en la lengua. – eso es lo que eres una… ¡Zor…! – enmudeció  por el repentino y fortísimo golpe en su rostro que lo tumbó en el piso. Desconcertado observó al pelinegro parado delante de ella, cubriéndola. Las venas de éste resaltaban por su cuello y sienes. El sabor de un líquido metalizado en su boca le advirtió que su labio sangraba. Con su mano se tocó la herida abierta.

 

-en tu vida vuelvas a llamarla así… ¡¿comprendes pedazo de imbécil?!… ¡ENTU VIDA! –Su ronca voz resonó por todo el ambiente, estremeciendo a todos los presente sin excepción alguna.  – lo que mostraste no es una prueba, sino tienes pruebas de algo, mejor cierra el pico. Solo sirves para cotorrear y fastidiar al resto. Eres una molestia… la más grande que he podido conocer…  ni siquiera deberían dejarte salir de tu casa para que no jodas a nadie como lo haces conmigo. El mundo sería mejor sin tu existencia… ¡TE DETESTO JIYONG! – sentenció.

 

 

Sacó todo lo que guardaba. Un peso menos para el alivio de él mismo. El menor no apartaba sus ojos de los del pelinegro, estupefacto por todas esas palabras.  Antes también había escuchado cosas parecidas pero no le sonaban reales, sin embargo, es esta ocasión si lo parecían. Una punzada en su adolescente corazón le confirmó que había sido lastimado.  Le dolió que pensara de esa manera sobre su persona. La picazón empezó a hacerse presente en sus ojos, pero tragó duro par que no suceda. Se paró.

 

 

-¿prefieres creerle a ella que a mí? – preguntó  manteniendo la mirada. Seung no respondió. – si es así, entonces no me meteré más.   Hagan lo que quieran.  – volvió a sentarse dándoles la espalda, mirando la pared.

 

-Seung… - ella lo llamó en un susurro. Él exhaló y volteó a verla.  -  gracias. – lo abrazó.

 

-yo… lamento esto. – murmuró sobre su cabello.  Permanecieron varios minutos así y recibieron un caluroso aplauso de los “espectadores”.  Ambos se separaron al oír las palmas. Se sonrojaron.  – ahm… creo que mejor ya me voy.

 

-está bien… - le sonrió. – pero sigue en pie la salida del sábado, ¿cierto?

 

-sí. – asintió. – nos vemos Choo Hee.

 

-adiós. – se inclinó un poco.

 

-vámonos JiYong. -  lo llamó con seriedad. El menor salió vapuleado por los clientes, pero simplemente los ignoró.

 

 

 

 

 

 

-¿Qué sucede chicos? No ha hablado en todo el camino a casa. – preguntó la señora Su a aparcar su carro frente a su casa.

 

-no es nada señora Su, todo está bien. – aseguró el mayor.

 

-uhm… bueno supongo que es porque deben estar un poco cansados, así que entremos para almorzar.  - Ellos asintieron y entraron a la propiedad de la mujer. – tienen que reponer sus energías para continuar construyendo en el centro.  Mi rica comida los llenará de ella. – se fue a la cocina mientras ambos iban al comedor.  – cociné en la mañana para que puedan enviar los videos. Espero les guste. –dijo al volver con los platos calientes.  

 

-gracias. –pronunciaron los dos.

 

-JiYong ten cuidado con tu herida al comer.- le aconsejó. – no entiendo cómo es que te caíste y te golpeaste el labio… debes ser más cuidadoso. 

 

-tendré cuidado, omma – habló  desanimado.

 

-bueno… ¡a comer!

 

 

 

 

 

 

Cuando se hizo la noche, ellos llegaron agotados por la labor que tuvieron con los demás vecinos.  La obra empezaba a avanzar cada día más. Se ducharon expulsando todo el sudor y suciedad de sus cuerpos.  Agotados se metieron a la cama y descansaron.   A la mañana siguiente la rutina fue la misma. Pero algo había cambiado y JiYong fue el primero en notarlo. Seung hyun no le contestaba cuando le realizaba alguna pregunta, no lo molestaba, no le hablaba. En conclusión, lo estaba ignorando.  Supuso que estaba molesto por la actitud que tuvo con la facilona de Choo Hee, porque aun la consideraba así. Tan orgulloso como es, él también se molestó y  lo ignoró. Estaban a la par.

 

Ya era viernes y el menor se cansó. No le gustaba el silencio que había entre ambos cuando estaban solos. Quería hablar con él, pelearse, golpearse, burlarse, etc.… tantas cosas. Frunció los labios  al recordar  que mañana sería la cita de Seung con Choo Hee. Esa chica le estaba quitando la atención que Seung le prestaba.  Eso le fastidiaba, pero era la verdad. Así que como dicen, si no puedes con el enemigo… únetele.  Carraspeó para llamar la atención del mayor que estaba escuchando música a través  de su pequeño reproductor, pero como era obvio no le movió ni medio pelo. Volvió a carraspear, pero antes de ver alguna reacción tocaron la puerta de la casa.

 

 

-oh… ¿Quién será? – se preguntó. Junto a Seung se levantaron del sofá de la sala y fueron a abrir la puerta. – omma… - llamó a la mujer  parada frente a ellos.

 

-chicos les tengo una noticia que los alegrará. – decía campante.

 

-pase. – dijo Seung.

 

-¿Cuál es esa noticia? – cuestionó JiYong.

 

-pues como habrán visto el centro ya está  bastante avanzado, seguro que en unos días más lo acabamos. Y pues como en todas partes, queremos  inaugurar el nuevo local.

 

-eso sería magnífico – comentó el menor.

 

-van a ver actuaciones de los vecinos, todos participaremos  en distintos puestos. Yo me tomé el atrevimiento de comentarles que ustedes pertenecen a una empresa de canto – sonrió – y les pregunté si ustedes podían presentarse como un dúo.  Ya saben, como parte de las actuaciones. Ellos… aceptaron.

 

-¿Nos…nosotros?  - tartamudeó sin creerle. Ella asintió. – ¡¿nosotros haciendo una presentación para todos los vecinos?! – se puso de pie.

 

-así como tú mismo lo has dicho JiYong.  Será un día antes de que se vayan, como una despedida de ustedes.

 

-¡¡¡WAAOOO!!! – saltó muy, muy emocionado. – no lo puedo creer… ¡Al fin subiremos a un escenario! ¡Un escenario! – exclamó con el corazón apuntó de explotar de la emoción. – ¡Seung estaremos en un escenario! ¡¿No te parece increíble?! – le preguntó mordiéndose los labios para evitar gritar a todo pulmón.

 

-sí… gracias por conseguir esto por nosotros, señora Su. – dijo con una pequeña sonrisa y más calmado.

 

-¿Por qué lo dices con tanto aburrimiento?  ¿Acaso no es lo que quieres? – expresó molesto por su vaga expresión de alegría.

 

-déjalo JiYong. – respondió la señora sonriéndole. – debe estar agotado por el trabajo de hoy. Además, debe estar pensando en su salida de mañana, ¿no? – miró al mayor y éste se sonrojó ligeramente.

 

-no… no… ¡Me alegra poder presentarme ante los vecinos! – exclamó sonriente.

 

-jajaja… - la mujer rió por los nervios que logró en el pelinegro. – bueno, mañana me pides el auto, pero maneja con cuidado, no quiero accidentes. ¿Comprendido?

 

-seré cuidadoso, señora Su, gracias.

 

-bueno eso es todo lo que quería decirles. Descansen y que tengan bonitos sueños.

 

-¡no podré dormir con toda la emoción que siento! – dijo el castaño.

 

-yo estaría igual, descansen. Hasta mañana. – se despidió y se fue.

 

 

Ellos también fueron a dormir.  Seung fue el primero en dormirse, pero JiYong no podía. Su cabeza no dejaba de imaginarse a él sobre un escenario rapeando.  Con sus vecinos aclamando por lo bien que lo hacía, definitivamente ese día iba a ser magnifico.  Sacó su pequeño cuadernillo del colchón. Encendió la linterna y comenzó a escribir. Hojas después, dibujó. Tendría que pedir cartulina o mejor le pediría algo de dinero a la señora Su para poder comprarlas en la salida con la parejita, bueno sacaría su beneficio de estar  con la odiosa.   Realizó algunos diseños de cómo podrían ir el nombre de ambos, que colores usaría para pintar y que se vea llamativo. Tendría que escoger sus mejores ropas. Lo más importante, debía cuidar su voz. Esa presentación debía ser perfecta. Con el cansancio a cuestas cerró su diario y lo guardó debajo de la almohada, estaba cansado, aparte nadie lo iba a leer. Él paraba al lado de Seung en cada momento así que no corría riesgos.  El sueño lo atrapó ni bien cerró los ojos.

 

 

 

 

 

 

 

-buenos días chicos. – ella los saludó al abrirles la puerta de su hogar.

-buenos días. – contestaron. Ambos estaban bañados y cambiados. Seung tenía una camisa  y un pantalón de mezclilla con zapatos, mientras que JiYong vestía un polo de manga tres cuartos con un vaquero  de mezclilla que llegaban por debajo de las rodillas, y zapatillas.

-Seung te doy la llave de mi carro, pero tengan cuidado  por la carretera.  - Le entregó

-tendré cuidado señora Su, gracias por prestármelo. – recibió la llave.

-omma… ¿Podrías prestarme un poco de dinero? – le preguntó haciendo  un puchero que ante los ojos de la mujer fue los más tierno del mundo.

-¡ohhhh!… ¡claro que sí! ¿Cuánto necesitas? – sacó su billetera.

-solo 300 wons… son para comprar cartulina y colores. Quiero hacer  algunas cosas para la presentación que tendremos.

-en ese caso, toma 500, quizá no te alcance.

-¡muchas gracias! – la abrazó efusivamente.

-no es nada.  Seung, tú también vas a necesitar… - le extendió  dinero.

-no se preocupe señora Su, yo tengo un poco de lo que traje de mi casa. 

-no te niegues, cualquier cosa puedes pasar, además es como un agradecimiento por el tiempo que me han hecho compañía. Anda, acéptalo.

-en ese caso, gracias. – recibió el dinero avergonzado.

-ya. Vayan, vayan o llegarán tarde. – los encamino al auto. – y no se olviden de enviar sus videos. Primero eso, y  después ya salen.

-sí  - contestaron  ambos y se marcharon.

 

 

 

 

 

-Seung, ¿No vas  a hablarme? – preguntó Ji.

 

 

Estaban ya en medio de la carretera, desde que se alejaron de la señora Su, Seung no había vuelto a abrir la boca.  Esa actitud exasperaba al menor. Estar  así era aburrido. Resopló al no obtener una respuesta. Relajó su postura en el asiento copiloto, quizá debía ceder un poco, pensaba.  Pero para hacerlo tendría que dejar su orgullo, lo iba a intentar.

 

 

-ahm… - se acomodó nuevamente en el asiento y disimuladamente dijo – ehm   hy…ung  - murmuró bajito, apenas y él se escuchó.  Ni que fuera tan difícil llamarlo de esa forma.  Aunque significaría que aceptaba  que debía respetarlo, pero… bah… sólo quería que le hablase.   Subió el tono de  su voz. – hyung… - esta vez sonó mejor, y como lo predijo  el mayor lo miró de reojo.  Sabía que se sorprendería si lo llamaba así. Nunca lo había hecho. Increíble, pero cierto.

 

-¿Qué? – respondió con otra pregunta.

 

Vaya que lo había logrado. Se felicitó mentalmente. – hyung, ¿Dejarás de estar molesto conmigo si… si…? – aish, ahora la palabra no quería salir.

 

-¿si qué? – lo “animó” a seguir.

 

-¿si… si me disculpo con ella? – mostró su carita más triste para que él se compadeciera.

 

-si lo haces o no, no me importa.

 

Seguía molesto. Ni lo miró para darle la respuesta. Sin embargo, JiYong sabía que quería decir que sí.

 

-lo haré. – aseguró con firmeza.

 

-como quieras. –giró el volante y se estacionó fuera del lugar de trabajo de la susodicha. El sol había asomado cuando salieron del carro.

 

 

Ambos entraron al internet  y la vieron acercándose.

 

 

-hola. – ella los saludó con una sonrisa. Llevaba puesto un vestido  de tono amarillo pastel con valerinas color piel y su cabello recogido con un carmín, además de maquillaje.

 

-hola Choo Hee, estás preciosa. – dijo Seung, embobado.

 

-hola. – murmuró JiYong.  Aunque le costara admitirlo y los celos  lo atacaran, sí celos de no tener la atención de Seung,  debía admitir que lucía muy bonita.

 

-ah… hola – no mostró muchos ánimos. Más bien lucía entristecida con saludarlo. – éste… van  a enviar su video ¿no es así? – miró a Seung hyun.

 

-sí, después podemos irnos. – él asintió.

 

-bueno allá hay una cabina libre.

 

Los tres fueron al compartimento, y como de costumbre JiYong mandó el video mientras los otros dos platicaban un poco.

 

-ya lo envié. -  comunicó el menor.

 

-entonces podemos irnos. – dijo Seung parándose.

 

-sí, acompáñenme a decirle a mi jefe que ya me voy. – ellos asintieron.

 

 

Los tres caminaron hasta la cabina principal donde estaba el dueño.

 

 

-Ahjussi ya me voy – habló ella.  El hombre se asomó a verla y sonrió.

 

-¿ellos son tus amiguitos? – preguntó  por los jóvenes de atrás.

 

-sí. Saldré con ellos, nos vemos el lunes. Cuídese.

 

-tú también. Cuídense también chicos. –les dijo sonriéndoles.

 

-gracias ahjussi – contestaron ambos.

 

 

 

Los tres salieron del establecimiento.

 

 

-¿A dónde iremos? – preguntó JiYong cubriéndose los ojos con una mano por el sol que empezaba a ponerse más fuerte.

 

-¿les gustaría conocer un poco el lugar?, podría ser su guía. – propuso ella.

 

-claro, eso estaría bien. – contestó Seung. – podemos ir en este auto. 

 

-mejor tomemos un bus, será más divertido.

 

-está bien.

 

 

Caminaron hasta el paradero de buses y tomaron una que llevaba a la carretera, pero para el lado contrario de donde quedaba el pueblo. Estaban en los asientos del fondo. JiYong, Seung hyun y Choo Hee, en ese orden. Los dos últimos conversaban amenamente, parecía que siempre tenían tema de conversación.  El menor estaba rezagado al lado del mayor, ni lo invitaban a participar de la conversación. Suspiró mirando  la ventana. 

 

-JiYong – volteó al escuchar que fue llamado. Sorpresivamente era Choo Hee  quien lo hizo. En realidad si reconoció su voz, pero creyó que era un error.  Ella le estaba entregando una botella con agua. – Creo que tienes calor, traje bebidas para todos, ten.- sonrió.

 

-gracias… - dijo bajo, aceptando la bebida. Moría de sed.

 

-ten Seung – de su bolso sacó dos más. Él recibió la botella y la destapó, bebiéndola. – ya falta poco para llegar.  – ella también bebió su botella. - ¿les gusta?

 

-sabe muy bien – contestó Seung.

 

-sabe bien. – dijo JiYong. Sus mejillas se inflaron ligeramente, la conciencia empezó a atacarlo. Tal vez si cometió un error al acusarla sin argumentos.  Seung se merecía a una chica como ella.  – Choo Hee… - la llamó, ella lo miró.

 

-¿sí?

 

-ahm… yo… - agachó la cabeza. – yo quería disculparme por lo de ese día. Lo lamento. – mantenía su mirada oculta.  No merecía que lo perdonara.  Ella  sopló.

 

-no importa. – él la miró sin comprender. – ya lo olvidé, todo está bien. – le sonrió cálidamente y él la imitó. Seung al verlos también sonrió.

 

 

-Parada 38, ya pueden bajar. – anunció el conductor.

 

 

-llegamos. – dijo ella. La siguieron y bajaron del bus. 

 

 

-¿Qué es  este lugar?  - preguntó el castaño cuando pisaron la tierra.

 

-este lugar antes era una fábrica de  vagones, hace muchos años dejó de funcionar. – hablaba mientras ingresaban a  la planta.  – aunque sólo queden restos, a mi me trae recuerdos. Yo jugaba aquí con mis amigos a las escondidas. Algunas partes no tienen techo y la tierra a cobrado espacio en el piso.  Aun así, es un lugar muy agradable.

 

-deben haber pasado mucho años, casi no queda nada. – comentó Seung viendo sólo unas cuantas paredes de pie y fierros cruzándose de un lado a otro por debajo y sobre la tierra.

 

-sí. Muchos años – afirmó mientras continuaban caminado y se adentraban al lugar, alejándose de la carretera.

 

-Seung… - JiYong lo llamó  en voz baja. – hyung… - volvió a llamarlo y esta vez el mayor le hizo caso.

 

-¿Qué? – volteó a verlo.  - ¿Qué tienes? -  el castaño lucía pálido y sus ojos estaban decaídos.

 

-no me siento bien. -  se quejó deteniendo sus pasos.

 

-¿Qué sucede? – Choo Hee  regresó los pasos que había dado.  - ¿Te sientes mal, JiYong? – se aproximó a él.

 

-un poco. – pasó saliva sintiendo su boca un tanto seca.

 

-quizás sea por el sol, está muy fuerte. – dijo ella. – toma agua para que no te deshidrates. -JiYong obedeció y bebió lo poco que le restaba de su bebida.

 

-¿No estás mintiendo, no? – Seung frunció el ceño.  Le parecía sospechoso que justo cuando va a salir con ella, él se sienta mal. Muy sospechoso.

 

-no miento… mhh… - se sentó en la tierra al sentir el piso moverse bajo sus pies. –ahh… todo da vueltas. – tapó su rostro con las manos.

 

Seung caminó hasta él y se agachó.

 

-¿Qué comiste antes de venir? – preguntó  a la vez que le sobaba  la  espalda, sintiendo su respirar agitado.

 

-lo mismo que tú. – murmuró. Expulsó el aire de su boca y se desvaneció.

 

-¡hey! -  lo zarandeó, pero no hubo reacción. -¡JiYong, no juegues! – le tiró leves bofetadas en el rostro.

 

-no está jugando Seung. – habló Choo Hee, mirando al menor en brazos del pelinegro.

 

-No te dejes engañar. Es un mentiroso experimentado. – decía sin quitarle la vista a JiYong, esperando que moviese algún musculo y descubrir su mentira.

 

-está durmiendo. – afirmó. Él frunció el ceño, mirándola. – el diazepam ya hizo efecto. –sonrió ampliamente.

 

CONTINÚA…

 

Notas finales:

No sé si han leído, pero ya actualice EDNEE, si gustan pasen a leerlo, gracias. 


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