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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

 

Hola, muchas gracias por sus comentarios son muy bonitos jajaj, pero bien aquí está un nuevo cap. A leer…

 

-Seung… - susurró en silencio el castaño. Sus  ojos no podían apartarse de la ventana. Él los había visto en esa situación tan comprometedora, fue espectador de aquel encuentro.  Las preguntas empezaron a formularse en su cabeza una tras otra: ¿desde qué momento habrá estado presente? , ¿Por qué se fue cuando lo descubrió?, ¿Qué hacía a esa hora en su casa?,  ¿Por qué estaba arriba en el árbol? …  ¿Por qué sintió como si… lo hubiese engañado?

 

Parpadeó rápidamente y sacudió ligeramente su cabeza. “¿Cómo que engañado?”, se recriminó. Ellos no eran nada. No tenía porque sentirse culpable de nada. “¿Me siento culpable?”, se volvió a cuestionar. “NO”, se respondió.

 

-¡Ji! – la voz varonil cerca suyo lo despabiló.  Dejó a un lado sus pensamientos, volviendo su mente y cerebro al problema principal: la declaración de MinHo.  Según lo que recordaba haber oído, su delegado dijo que finalmente fue correspondido. Correspondido por él, eso en pocas palabras quería decir que a MinHo le gustaba él.  Con los ojos abiertos observó la sonrisa del mayor, que ahora estaba sentado.-  Yo sólo venia para verte, pero vaya regalo que me has dado. Sabía  que después de este mes, juntos, terminarías enamorándote de mí.

 

-¿Qué? –Las neuronas que aun estaban durmiendo en su cerebro despertaron alarmadas al escuchar aquello.- ¿Qué di…jis…? – su descargo se vio interrumpido por la mano del otro que cubrió su boca.

 

-no, no digas nada por favor, no son necesarias más palabras. – los ojos de éste brillaban. Ji se asustó. – me siento estallar de emoción, quisiera salir y gritar en la calle nuestro amor. Espera… - por su expresión parecía habérsele ocurrido algo magnifico. –puedo hacerlo. – sonrió.  El menor lo miró espantado y habló con rapidez.

 

-¡ni te atrevas a hacerlo! – Pronunció  tras quitar la mano que lo cubría  y se  sentó.-  no quiero que nadie sepa lo que ha ocurrido aquí.

 

-aahh… - lo miró con complicidad. – así que quieres que lo mantengamos en secreto. -  afirmó y llevó su mano al cuello de Ji. – Pillo. –volvió a dejar otro beso en los labios del menor. – me gusta tu idea.

 

-eso… eso no es… - intentó replicar luego de la muestra de afecto, pero nuevamente había quedado sorprendido.

 

-entonces me iré, y actuaré como si nada hubiese ocurrido. – dijo poniéndose de pie. – así nadie sospechará. Adiós – con sus dos manos tomó el rostro del menor, quien cerró los ojos con fuerza,  y lo besó como si quisiera comérselo. -… cariño. – expresó al alejarse.   Se recompuso y avanzó hasta la puerta. – Ah… -viró su rostro – no olvides cubrirte – hizo un ligero movimiento con su cabeza apuntando  a la “pequeña” marca que le dejó en la piel. – no creo que quieras que tu madre lo vea.    – sonrió de lado y salió.

 

El dueño de casa quedó mirando la puerta con palabras sin salir de su boca y un notable sonrojo en el rostro.  Cuando se percató de lo que le dijo el pelinegro, se movió con agilidad a su mesita de noche, de donde sacó un pequeño espejo con mango  y lo acercó a su cuello. Abrió la boca, ahogando un grito con su mano. Esa marca parecía haberla hecho algún vampiro o animal salvaje no su perfecto delegado.

 

-JiYong. – dos suaves golpes fueron realizados desde afuera. Con el corazón  saliendo de su  pecho se acostó y se cubrió hasta el tope del cuello. La puerta se abrió. Era su madre. - ¿hijo sucedió algo? – le preguntó con cierta preocupación.

 

-n…no – tartamudeó avergonzado. 

 

-¿seguro? – entrecerró los ojos. Él asintió incapaz de responder. –hmm… - no parecía convencida. - ¿entonces me puedes decir porque MinHo salió con una amplísima sonrisa en la cara?

 

“Actuaré como si nada hubiese ocurrido”, recordó lo que dijo el mayor antes de retirarse, vaya forma de actuar. Bufó sin poder disimular.

 

-JiYong. – volvió a llamarlo.

 

-este… no es nada…  sólo le dije que estaba agradecido por el tiempo que ha estado ayudándome. – dijo lo primero que se le ocurrió. – es el mejor delegado que he tenido en todos estos años, mamá.

 

-oh ya entiendo, por eso estaba emocionado. – ella sonrió, le había creído.

  

-sí. Bueno, ahora que ya lo sabes  volveré a dormir, tengo… ahh~ - bostezó. – tengo mucho sueño. -  se acurrucó en las sabanas.

 

-no duermas, la cena ya va a ser servida así que primero comes.

 

-está bien. - asintió. – mami puedes pasarme mi chalina, tengo un poco de frío. -  dijo con un mohín en sus labios.

 

-¿te sientes mal? – preguntó mientras buscaba la prenda en la cómoda.

 

-no. Sólo  que por la puerta entró un poco de aire. – explicó mientras recibía su chalina. – gracias.

 

-volveré trayendo la cena, no duermas. – le avisó saliendo de la  habitación.

 

Ji esperó unos minutos y se relajó. Observó el techo de su habitación, sentía que estaba metido en un lío. Envolvió la chalina en su cuello y exhaló. Nuevamente su mente lo llevó  a recordar al personaje de sus sueños, ese mismo que inauditamente había estado en su ventana.  Cambió la dirección de sus ojos, posándola en aquel objeto transparente.

 

-¿Viniste a verme? – susurró. Una inexplicable tristeza llenó su pecho al rememorar  el momento exacto cuando sus ojos chocaron con los del pelinegro, le pareció haber notado algo de decepción  en ellos.

 

 

 

 

 

-¡estúpido JiYong! Eso es lo que eres. ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Mil veces estúpido! –  gruñó lleno de rabia. Llevaba diciendo lo mismo casi media hora. – Estúpido. – Tiró un nuevo golpe a una de sus almohadas y la botó a la esquina. Su cara estaba roja de la amargura.  Cruzó sus brazos y se sentó en su cama.  – No puedo creer lo que vi… ¡Pero los vi!- se paró exaltado.

 

En su mente aun estaba fresco ese momento cuando los vio besándose tan apasionadamente,  y lo peor no era eso, sino que el menor era el que parecía más interesado en continuar con ello. Y lo que si le sorprendió fue escuchar aquel… aquel sonido que salió de la boca del menor cuando el otro hizo algo en su cuello. Sintió que casi se caía del árbol al que se había subido.   

 

Todo, debido al inútil  plan que creó para conseguir el perdón del castaño. Ese plan que había estado craneando desde hace varios días, y que había decidido poner en marcha. Tan solo consistía en subir a una de las ramas del árbol frente a la ventana de JiYong, ya que este no quería recibirlo por su puerta, abrirla y entrar a platicar con el susodicho. Sin embargo, lo que vio… lo que sus ojos vieron… ¡tenía inmensas ganas de salir de su casa e ir a la casa del menor y exigir que le explicara porque se estaba besando con Lee MinHo!  

 

-maldito enano me tienes que… -  decía con sus manos echas puños, pero de pronto calló, dándose cuenta de un  insignificantísimo detalle.  -¿Y a mí que me tiene que importar con quien esté ese? – se cuestionó a sí mismo con molestia.  Se tiró en su cama aun con la frente bastante fruncida. – si le gusta él pues que esté con él, a mi me vale su vida. – situó sus brazos detrás de su cabeza y cerró los ojos.  No obstante, la ira que sintió desde que los vio no desapareció tras su lógico  razonamiento.- ¿si no me importa por qué me siento así? –pensó, pensó y siguió pensando hasta que lo dedujo. -¡ajá! – se volvió a parar. – se está vengando… ¡claro!…  ahora todo tiene sentido. Está con mi enemigo mortal  sólo para molestarme.  Cómo no me di cuenta antes, que inteligente soy.- celebró sonriendo.

 

“toc, toc”

 

-adelante. – dijo.

 

-Seung mamá dice que  pongas toda la ropa sucia que tengas en un cesta y la dejes en el baño. – dijo su hermana.

 

-pero ya no tengo ropa sucia.

 

-ella dijo que había visto una maleta con ropa sucia, pero dijo mejor tu revisarás tus cosas.

 

-¿una maleta? – la miró confundido.

 

-aish… solo busca quieres, tengo cosas que hacer.- se dio la vuelta y se fue.

 

-una maleta. – repitió.  Empezó a recorrer su cuarto en busca de “la maleta” que no recordaba, hasta que la halló. - ¡oh, la maleta! – la cargó y la transportó a su cama. Era la que había llevado al viaje  que tuvo con JiYong.   

 

Le quitó el seguro y se puso a revisar. Cogió una cesta y empezó a meter su ropa en ella, claro que revisando  cada una.  Detestaba cuando se olvidaba el papel higiénico en algún pantalón y después toda su ropa tenía pequeños pedazos de papel.

 

– esto no es mío. – declaró al ver un conjunto de pijama de color celeste  más pequeña de lo que él usaba. – Qué raro.-  acercó la prenda a su rostro y sintió un rastro del aroma, algo en su mente se conectó y lo reconoció. –es la pijama que usaba JiYong. Seguramente estaba en la cesta de ropa sucia que había allá. – Recordó que antes de irse encontró un poco de ropa y la metió a su maleta sin ver su contenido.- ahora resulta que también debo lavar la ropa de la pareja de mi enemigo.   –espetó. De mala gana les hizo una revisión a ambas prendas y en una de ellas halló algo. - ¿Qué es esto? – en el pantalón había un papel arrugado.  Con cuidado lo desenvolvió, era un papel arrancado con un escrito.  – así que escribió algo más que no leí, veamos que dice. – se sentó en su cama y leyó.  A la vez que iba avanzando en la lectura  su rostro no podía estar más feliz.  Extrañamente la rabia con la que había llegado a su casa se esfumó al terminar el pequeño texto.  – ¿Amor? – susurró la última palabra escrita. Se levantó y se aproximó a su ventana. –así que… tienes sentimientos por mí, enano. – sonrió con suficiencia. -  ya quiero ver tu cara cuando sepas lo que tengo en mi poder. – respiró con calma. – querías vengarte, te mostraré  como tu venganza se volverá en tu contra. – Miró el  papel que pertenecía al diario del menor y volvió a sonreír.

 

 

CONTINÚA…

Notas finales:

 

No sé si recuerden  la confesión que ji había hecho en su diario, es el capitulo 9, si no lo recuerdan lean ese fragmento, pero sí ahí estaba, en el pijama sucio de ji. Ya verán lo que hará Seung cuando enfrente a ji. byebyeeeee


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