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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

HOLAAAAAAAAAA

Lamento haber tardado dije que el lunes pero no pude usar la compu para acabar el cap, pero aquí está jaja espero les guste gracias por comentar.

 

Seung hyun llegó al parque más próximo que encontró y se detuvo. Las venas de sus sienes estaban sumamente marcadas y la expresión de su rostro ni que decir, lucía como un perro rabioso y lo estaba. La ira, la rabia, la impotencia no cabía en él, y lo peor de todo es que no sabía porque era que tenía esos sentimientos juntos.  Lo único de lo que era consiente era del enojo luego de ver a JiYong besando al idiota del delegado. Y no un beso pasional y desenfrenado como el primero que vio, sino que era uno muy lento, suave, paciente y eso lo amargaba más.  Porque si se besaban de esa manera significaba que había mucho más que simple deseo entre ellos, algo más profundo.

 

-así dice amarme. Es un tonto iluso, Lee sólo lo usará hasta divertirse y luego lo desechará.  Pero que ni crea que lo recogeré después de haber sido tirado. Choi Seung hyun nunca es plato de segunda mesa, – en sus manos tenía una caja de chocolates, la marca favorita del menor. Lo cogió de las extremidades y con todas sus fuerzas lo estrujó hasta volver  el cartón en una bola  con los chocolates aplastados.- ¡NUNCA!- lo arrojó al primer basurero que encontró.- y ya verá cuando lo vea, más le vale alistarse. Se acabaron las complacencias. – sonrió macabramente.

 

 

 

 

 

 

Eran pasadas las cuatro de la madrugada y JiYong seguía sin poder dormir.  No es que fuera un flojo y estuviese viendo televisión hasta esas horas, más bien él sí quería descansar pero su mente no lo permitía. Ésta le traía las palabras que su madre había dicho hace algunas horas y  por más que intentara olvidarlas o no darles importancia no podía.  Ansiaba  llamarlo y pedirle disculpas por lo que hizo, pero luego recordaba que ellos no tenían nada y entonces se preguntaba, ¿Por qué diablos es que Seung hyun se fue molesto? , según la descripción que dio su madre.  No quería hacerse ilusiones en vano.

 

Ya estaba consciente de la realidad de sus sentimientos, y no podía seguir dudándolo, estaba perdidamente enamorado de Choi Seung hyun. Ahí radicaba el problema, ¿Qué sentía Seung hyun por él? quizá nada. Sonaba pesimista pero Seung era un chico que no se tomaba las cosas en serio, y en la última conversación que tuvieron le  había mentido. Había jugado con sus sentimientos y aun estaba resentido por eso.  No obstante, eso no significaba que dejara de pensar en él.  

 

-¿Por qué tuvo que llegar cuando lo besé? – se recriminó en voz baja.

 

Todo lo que ansiaba era besar los delgados labios del mayor y abrazarlo y no soltarlo más. Su corazón únicamente latía por el  pelinegro,  lo había comprobado ya.  

Guió una de sus manos a su cabeza, masajeándose. Le estaba dando jaqueca de tanto pensar y repensar.  Estiró su mano a la almohada que no estaba usando y la cogió.  Tiempo después se podía vislumbrar en la oscuridad a un joven con una almohada  tapando su cabeza intentando dormirse de una buena vez.

 

 

 

 

 

 

En una habitación de paredes rosadas un muchacho se alistaba para ir al colegio.  Anudó  la corbata   y se colocó el saco con la insignia del colegio.  Colocó un poco de gel en su cabello y se dio un último vistazo en el espejo.  Debajo de sus ojos había pequeñas ojeras, casi imperceptibles si estabas lejos. Pero eso no era lo que resaltaba más, sino aquella mirada fría y oscura acompañada de una sonrisa de lado. Colgó su mochila en un hombro y salió de su habitación.

 

-hola Seung  - lo saludó su madre desde la cocina. – el desayuno está servido.

 

-no tengo hambre, nos vemos en la tarde. – dijo saliendo de su casa.

 

El aire primaveral sopló su rostro y llenó de aire sus pulmones.  Era temprano, así que le alcanzaba el tiempo para llegar caminando hasta el centro de estudios.  Levantó la cabeza  pudiendo ver el cielo despejado, el sol alumbraba la ciudad pero no en demasía.  Cuando menos lo pensó ya estaba en el portón del colegio. El portero elevó las cejas sorprendido  de verlo tan temprano, aun así le sonrió y lo saludó cortésmente.

 

-buenos días.

 

-buenos días. – correspondió sin expresión.  

 

Ingresó al plantel y buscó su salón. Era el primero en llegar, o eso pensó antes de ver una mochila sobre uno de los pupitres.  Conocía aquella  maleta, sabía a quién le pertenecía a pesar que el dueño de ésta no estaba ahí. Tuvo que contenerse para no ir y despellejar aquel objeto, a paso ligero llegó a su lugar  y se sentó.   De a poco los alumnos fueron llegando  y el salón se llenó. El dueño de la mochila apareció al lado del profesor  de la primera hora, ambos entraron. El delegado fue hasta su pupitre y el profesor al escritorio.  El otro ni siquiera le había dado una sola mirada, es más hasta cargaba una sonrisa amplia, y no parecía falsa.

 

-vamos a empezar con la clase. – anunció el maestro.

 

Dejó atrás a su compañero y puso atención a la clase o es lo que aparentaba, porque en mitad de la explicación  de la clase de física soltó una pequeña risa silenciosa.  Que no fue percibida por nadie excepto él mismo. Sus ojos se tornaron oscuros, había algo oculto en ellos y no era nada bueno, nada.

 

El horario de clases terminó más rápido que de costumbre o así lo sintió. Todo parecía salir bien ese día, y para su gozo escuchó una pequeña conversación telefónica del delegado.

 

-estaré temprano en casa. Sí, no te preocupes. Hoy no iré donde mi compañero.  Lo llamaré para avisarle. Adiós.

 

Volvió a sonreír de lado. Su plan iba a salir mejor de lo planeado.  Se marchó del colegio y caminó por una ruta distinta a la de su casa, está lo llevaba una en especial. Al estar frente a la puerta, tocó el timbre.

 

-Seung hyun – lo nombró  con un tono  de sorpresa, la señora  de la casa.  – entra, ¿estás bien? – preguntó mientras  observaba al joven pelinegro asentir en silencio. - ¿Qué ocurrió ayer para que salieras de esa forma? Parecías molesto.

 

-me disculpo por haber actuado de esa manera, no fue mi intención. Me llegó un mensaje que me molestó y por eso me puse así, pero ya está todo bien.- sonrió.

 

-ay qué bueno, yo pensé que mi Ji te había hecho algo, estaba a nada de resondrarlo.

 

-¿JiYong sabe que vine ayer?-preguntó descolocado.

 

-sí, cuando te marchaste fui a preguntarle pero él no sabía que estabas aquí.

 

-oh… - asintió y volvió a sonreír. –ya no importa, estoy aquí y me preguntaba si podía verlo.

 

-desde luego que sí. Es más, te lo encargo – dijo tomando su cartera- necesito ir a la oficina unas horas y su padre no está. Hay comida si tienes hambre, hay refrescos así que no falta nada. ¿Puedes quedarte con él?

 

-claro. – aceptó sin siquiera pensarlo. –cuidaré bien de él.

 

-eres un chico grandioso, muchas gracias. Nos vemos.

 

La madre del castaño salió de la casa  y lo dejó solo en la sala. Seung se tomó su tiempo para  observar el lugar donde estaba. No había nadie en la casa excepto  él y JiYong. Cerró los ojos unos instantes y rió, rió externa e internamente.

 

-esto va a ser divertido. – dijo viendo las escaleras, a las cuales se dirigió sin perder tiempo.

 

La habitación  con paredes cubiertas de posters  estaba en completo silencio, únicamente el sonido del exterior se escuchaba y era tenue. En mitad de ella, el adolescente castaño dormía plácidamente. Estaba boca arriba, con una ligera sabana cubriendo  desde sus caderas hasta los pies.  Seung sabía que era un dormilón por naturaleza, así que no se sorprendía de encontrarlo dormido tantas veces.    El mayor rodeó  el lecho  con pisadas sigilosas, simulaba un tigre asechando a su presa.  Dejó su mochila en el suelo antes de acercarse al menor y observar su  imperturbable rostro. Se inclinó un poco e inhaló el aire que expulsaban sus fosas.  Cerró los ojos y acortó la distancia entre ellos, pero no se movió sólo se quedó ahí sin hacer nada, segundos después se alejó.

 

-es hora que despiertes JiYong. – murmuró mientras volvía y se paraba frente al colchón.

 

Abrió el saco del colegio y lo lanzó a la silla que estaba  a su costado, con una mano desanudó la corbata y después desabotonó su camisa, ambas teniendo el mismo fin que el saco.  Sus  brillantes zapatos quedaron en el piso una vez que se subió en el colchón. El cuerpo del menor se hundió ligeramente por el peso del otro causando que suspirara en su sueño. Procurando ser lo menos notable retiró la sabana hasta botarla fuera de la cama.   

 

Sus manos estaban apoyadas a cada lado de la cabeza de JiYong y  sus piernas cubrían el resto del cuerpo. Sé quedó pensando por escasos segundos si lo que iba  hacer era demasiado, pero luego desechó ese pensamiento.   Lentamente bajó su rostro  y observó las facciones poco masculinas de su compañero, algo extraño se movió en su interior al tenerlo así de cerca. Eran como… ¿nervios?

 

-bah – bufó y sonrió con diversión.

 

Se aproximó al delgado cuello y depositó un sutil y pequeño beso.   JiYong soltó otro suspiró inconscientemente. Seung continuó repitiendo la misma acción por toda la piel del cuello expuesta. Hizo un camino de besos  hasta que  encontró la boca de Ji. Inició con lentitud, acariciando los labios rosados a la vez que descendía su mano  al dobladillo del polo y  tocaba el cuerpo ajeno. El contacto de su mano con la piel del castaño causó que éste se estremeciera por completo e inhalara con dificultad, con su mano rodeó la cintura  y lo apegó a su cuerpo.  Su lengua se deslizó entre el par de labios  y profanó  la cavidad. Olvidando  su idea de ser sutil permitió que la placentera sensación de  besar al menor se apoderara de su mente y de su ser. Automáticamente sus ojos se cerraron y  sus manos cobraron vida propia. Estas comenzaron a acariciar al castaño; el rostro, el cuello, los brazos, la cintura, las caderas, la espalda, el abdomen.  Sin percatarse de lo que estaba causando, prosiguió.

 

-uhm… - jadeó el más joven, en la boca del otro.

 

JiYong  al tener sensaciones tan extrañas  las cuales de cierto modo le provocaban un calorcito agradable, comenzó a despertar de su letargo.  Por ende, cuanto más dejaba de estar dormido y asumía que debía despertar, las caricias aumentaban o mejor dicho las sentía más reales. Eso lo puso en alerta. Colocó todo de su parte para lograr que sus ojos se abrieran, y cuando estos se dignaron a escucharlo empezaron a parpadear.  Lo único que logró ver en primera instancia  fue una maraña de cabellos negros,  pero después, cuando el sueño se había ido y estaba completamente despierto entendió lo que estaba sucediendo, o sucedería.

 

-ngh… - se quejó, pero el mayor ni pareció notar que había despertado.    Con la respiración acelerada por el interminable beso se le ocurrió la genial idea de morderle la lengua al otro.

 

-¡Ahhh! – chilló  el pelinegro al sentir su lengua atrapada entre los dientes  impropios.    Abrió los ojos y se encontró con la furibunda mirada de JiYong, pero además estaban esos labios rosados que ahora estaban rojos y  levemente hinchados por la pasión que había puesto en el ósculo.   

 

-¡¿Qué se supone que haces?!- gritó con enojo y la frente fruncida. Esa pregunta cogió desprevenido a Seung, pero dejó actuar a Ji, quien levantó sus manos dispuesto a alejar a su compañero mas no lo logró porque  antes de tocarlo el pelinegro atrapó sus muñecas en el aire y las aplastó  contra las sabanas.

 

-vine a  jugar contigo.- respondió. Nuevamente  en su faz estaba aquella sonrisa traviesa.

 

-¿Me has visto cara de juguete o qué?

 

-cara de juguete quizás no, pero de muñeco definitivamente  que sí.

 

-¡Idiota! – movió sus manos con ganas de golpearlo por haberle dicho “muñeco”, pero no podía soltarse. -¡suéltame y lucha como hombre! ¡Cobarde!

 

-te dije que no he venido a pelear – comentó tranquilamente. Intentó volver  a besarlo, pero  el menor le mostró su perfecta dentadura así que redirigió su boca a otro lugar.

 

-¿Qu…ué hac…es? – tartamudeó con nerviosismo al sentir el aliento de Seung  pasar por su  oreja.

 

-quiero divertirme… divertirme… de verdad. – sus dientes atraparon el lóbulo de la oreja del menor.  Él  reparó como el cuerpo entero de JiYong sufrió un estremeciendo generalizado.  “Punto débil”, pensó. Liberó el pequeño bulto  para volverlo a atrapar  esta vez con sus labios. 

 

-N…no hagas eso. – suplicó entrecerrando los ojos.  Obviamente el pelinegro no lo escuchó y usó  su lengua para acariciarlo. Estremeciendo tras estremecimiento su  cuerpo se debilitaba y eso no pasaba desapercibido por Seung, quien continuaba haciendo lo mismo. 

 

-¿te gusta? – preguntó dejando un momento la oreja para pasar al cuello.

 

-n…no- susurró, pero se escuchó como un jadeo.

 

-tu cuerpo dice lo contrario.

 

-no, no y… y ya… ya para. –su cerebro parecía estar tan adormecido como su cuerpo que no le permitía hablar correctamente, eso era odioso.

 

-¿Por qué? – Preguntó con un poco de enojo.- ¿Preferirías que fuera MinHo?- esa pregunta salió por si sola de su boca.

 

-¿Qué? – al escuchar el nombre del delegado todo el entumecimiento se le fue. -¿De qué hablas?

 

-habló de tu noviecito, de quien más. – respondió mirándolo a la cara. -¿otra vez piensas negar que están?  Ni siquiera trates de hacerlo porque  ya los he visto. 

 

-pues cree lo que quieras, a mí me da igual. – volteó su rostro para no verlo.

 

-fíjate que no es lo que yo crea.  Primero me escribes una carta diciendo que me amas y luego de dos  semanas ya estás con otro, ¿crees que puedes cambiarme así porque sí? – le reclamó.

 

-en primer lugar yo nunca te escribí una carta, eso fue un error que no debiste leer   y para que te quede claro yo puedo hacer con mi vida lo que quiera, no le pertenezco a nadie. Y no sé porque te molestas, si total  yo no te gusto… ¿o sí? – lo miró dubitativo.

 

-¡Claro que no me gustas! ¡Yo no soy gay!- exclamó.

 

-¡Entonces ya termina con esta estupidez!- gritó molesto y triste a la vez. Logró soltarse y empujó a  Seung. – no voy dejar que me sigas utilizando como un pasatiempo  para tu aburrimiento, consíguete a otro u otra, como más te guste. Y también deja en paz a MinHo, no tienes ningún derecho de chantajearlo de esa manera, ya estás  bastante grande como para que otros te hagan la tarea. Usa tu cerebro aunque sea una vez en tu vida y déjanos en paz.

 

Seung hyun quedó viendo como JiYong le dijo todas sus verdades de una sola. Su pecho quemó de rabia y se abalanzó contra el menor para besarlo y tocarlo bruscamente, restándole importancia a los quejidos y golpes que arrojaba.

 

-¡Aléjate! ¡Yo sólo amo a MinHo! –gritó y mintió desesperado, pero el  mayor seguía empedernido en no soltarle. Como último recurso llevó sus manos a la espalda desnuda y clavó sus uñas, las deslizó con fuerza, arañando toda la extensión de piel.

 

-¡AAAAHHH!-chilló adolorido, apartándose. Con sus manos se tocó su espalda sintiendo  las heridas arder. -¡¿Por qué me arañaste?!

 

-¿encima lo preguntas? Vienes a mi casa y prácticamente me quiere violar. Si piensas que por esa estúpida hoja que leíste voy a estar a tus pies estás muy equivocado. Lárgate de mi casa y no vuelvas.

 

-¡pues me largo! -  salió de la cama. -¡Quédate con tu estúpido delegado! ¡Veamos cuanto tiempo soporta a un engreído enano como tú!-levantó su ropa y se la puso.

 

-él no es como tú, él si me quiere de verdad, me dice cosas lindas y se preocupa por mí. No hay punto de comparación entre ustedes, él te supera a creces.-lo  defendió sin saber exactamente porque, pero ya estaba harto de que lo insultara.

 

-No necesito a ese inútil.

 

-tú eres el inútil.

 

-¡Eres un imbécil, JiYong!

 

-¡Púdrete, Choi!

 

-¡Te odio!

 

-¡Yo te odio más!

 

-¡Yo más!

 

-¡Yo más!

 

-¡¡¡TE ODIO!!!-gritaron los dos.

 

 

Seung salió de la casa azotando la puerta. Tenía la ropa toda desarreglada, algunas chicas que pasaban por ahí lo veían con un poco de miedo por el aspecto desaliñado que daba, pero con una sola mirada que les enviaba el pelinegro era suficiente para hacerlas correr de terror y desaparecer en el instante.  Su teléfono sonó mientras cruzaba  una calle. Aun estaba muy encolerizado por la discusión que tuvo con JiYong, así que al no hallar  el celular  en los bolsillos delanteros de su mochila, la volteó de cabeza y la sacudió con brutalidad. Todas sus pertenencias cayeron a la berma y entre ellas el móvil.

 

-Aló – respondió con voz de perro rapero.

 

-Seung hyun soy tu profesor de canto, ya son más de las cuatro y estamos esperándote, ¿Cuánto más vas a tardar en llegar para irnos?

 

-no voy a ir. – respondió mientras guardaba sus cosas devuelta en su maleta.

 

-¿Por qué?

 

-¡Porque no quiero! – gritó  colérico y colgó.

 

Su libro de historia no quería meterse en la mochila, cabe aclarar que estaba metiendo los cuadernos y libros juntos y como sea que estuviesen. Finalmente lo logró y se marchó a su hogar.  En lo que restó del día no salió más de su casa; pasó el fin de semana, la semana entera y no visitó, ni llamó, ni preguntó por JiYong durante ese tiempo.  Su orgullo herido no le permitía hacerlo.  Las palabras dichas por el castaño lo habían lastimado aunque no lo dio a demostrar delante de nadie, tan sólo en la soledad de su habitación donde se sentaba en su cama y miraba esa hoja de papel que lo empezó todo. En una de esas noches, al recordar que JiYong le dijo que amaba a MinHo no pudo controlarse e hizo añicos la simple  hoja. Pero hoy era un nuevo inicio de semana así que fue a estudiar, sus compañeros lo saludaron  y la clase inició.

 

-chicos  vamos a interrumpir la clase un momento. – anunció el profesor. –tengo el agrado de darles una buena noticia, hoy se reincorpora a nuestro salón su compañero y amigo kwon JiYong. – al decir esto las puertas del salón  se abrieron y dejaron ver al nombrado.

 

-buenos días, hola chicos – saludó JiYong educadamente y con mucha alegría. Sus amigos gritaron de emoción al verlo caminar y se pararon a saludarlo.  El profesor les dio el resto de clase para que conversaran con el menor recién llegado así que no tuvieron que preocuparse por las tareas.  Ji les contó que había acabado su rehabilitación, aunque aun debía tener cuidado y no hacer movimientos bruscos. Todavía no podía correr ni trotar pero si caminar.   

 

Cuando el receso llegó Seung fue el primero en  salir del salón, le había alegrado ver sano a su compañero, pero luego se molestó cuando el delegado se acercó y lo abrazó, cariñosamente, según él. JiYong ni siquiera lo había mirado desde que llegó, eso significaba que no le importaba y si no  le importaba pues a él tampoco le iba importar. Al no encontrar nada que hacer en el receso  prefirió regresar a su salón, fue una mala decisión. Cuando estaba caminando por el pasillo que conducía  a su aula vio como el castaño estaba colgado del cuello del delegado besándolo apasionadamente y el otro abrazaba su cintura y correspondía el beso.

 

Su cuerpo se paralizó al verlos, y sintió como su corazón se resquebrajaba. No entendía porque, se supone que él no sentía nada por JiYong, sólo jugaba con él.

 

-¿Por qué odio tanto  verte con otro que no sea yo? – preguntó para sí mismo. No esperó que terminaran su muestra de amor y se marchó antes que lo notaran.

 

CONTINÚA… 

Notas finales:

He  liberado un nuevo fic “La ‘dicha’ de un plebeyo”  , va por el segundo cap así que si aun no lo han leído los invito a hacerlo.

En los próximos días trataré de actualizar EDNEE, no me olvido, tengo los cap en la mente :P  . Quiero aprovechar que ya no estoy tan cargada de cosas para actualizar lo más pronto posible, así que solo ténganme un poquito más de paciencia, nos leemos, byebyeeeee

 

“LOS CLASIFICADOS DE YULJIYONGIE”

Aquí vengo con una recomendación, no sé si lo han leído pero  el fic se llama,

 

Roto por siempre (GTOP)” de Angelyaoi

 

 

JiYong es un vampiro sangre pura de la realeza que busaca por decir,  el verdadero amor por el lazo de sangre o algo así, y Seung es un sexy lobo cambia formas, ambos tendrán un encuentro donde sentirán esa conexión que los une, pero Seung no quiere aceptar que le gusta y la familia de Ji no quiere que esté con cualquiera, solo con los de su mismo nivel social.

Recién va dos caps así que no sería malo que se den un paso por ahí y lean, si les interesa dejen un review jaja es una adaptación de un libro así que espero no demore mucho en actualizar la autora.


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