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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

New cap....

-Primer día,  como ve señor Yang  estamos en un lugar… - rodó los ojos – bastante “sencillo”.  Nos dirigimos a  casa de la señora Hyun Su para que nos prepare algo de almuerzo.

 

-¡mira, allá está la señora! – exclamó JiYong que caminaba a su lado.

 

-¡no hables! No ves que estoy haciendo la introducción en la grabación. – expresó molesto. – debo empezar otra vez, gracias – pronunció con ironía y eliminó el video.

 

-tú no eres nadie para callarme

 

-soy mayor que tú

 

-¿y eso qué?

 

-por educación deberías guardar algo de respeto

 

-miren quien habla de educación

 

-enano – murmuró

 

-¡no me digas enano! – lo empujó

 

-¡no me toques! Te recomiendo que no me hagas enojar porque te voy a dar una paliza que no podrás caminar en días.

 

-no te tengo miedo. Ya te he ganado antes por si no lo recuerda tu cabeza de pollo.

 

-ja… - bufó – ¿A eso llamas pelear? Tú… no tienes ni idea de lo que es un verdadero enfrentamiento entre hombres.

 

-pues pelea como “hombre” – se colocó en guardia  con los puños a la altura del rostro.

 

-no voy a perder mi tiempo contigo. Sólo quiero que estas semanas acaben lo más pronto posible y deshacerme de ti.

 

-lamento tanto que mi presencia te incomode, no sabes cuánto lo siento – dijo con burla

 

-aish contigo no se puede hablar – continuó caminando hasta llegar a la casa de mujer. – buenas tardes señora

 

 

-chicos ¿está todo bien? Me pareció que discutían mientras venían. – preguntó preocupada.

 

-para nada “omma” – respondió el menor con una encantadora sonrisa.

 

-oww… ¡eres tan lindo! - La mujer al escuchar como la llamó se emocionó y enterneció. – pasen ya preparé sus comidas.

 

Los chicos se adentraron a la casa y fueron a la sala. Se sentaron en las sillas esperando que la mujer les trajera sus platos. En el tiempo que estuvieron solos no se dijeron nada, se ignoraron.

 

-aquí les traigo sus platos. – decía con una fuente  en las manos. Había dos platos con sopa y dos vasos con refrescos. – cuando acaben les traeré el segundo. –Ellos asintieron y empezaron a comer. Luego de unos minutos les fue servido el segundo  que consistía de arroz cocido sin sal, kimchi y ensalada de verduras. –espero les guste.

 

-gracias por atendernos. – comentó Seung

 

-me comprometí a hacerlo, no te preocupes.

 

-“omma” – su carita se veía triste – no me gustan las verduras – miró  decepcionado el plato frente a él.

 

-pero las verduras son buenas para tu salud

 

-en mi casa no las como

 

-aquí tienes que hacerlo ¿sí? – Dijo con mucha dulzura – saldré un rato voy a la casa de la vecina, ya vuelvo. –salió de la casa.

 

-tu “encanto” no hizo efecto en ella – se rió

 

-idiota – susurró. Con mucho desgano comió toda su comida, para cuando volvió la señora Su el plato de ambos estaba limpio.  

 

-¡Que alegría me da ver que hayan comido todo! – exclamó contenta

 

-cocina muy bien – la alagó el mayor

 

-gracias. – miró al menor. - ¿JiYong qué ocurre?

 

-nadie me había obligado a comer verduras antes – dijo con un tono lastimero. Seung  le dedicó una mirada de fastidio. Esa sabandija era un mentiroso en su máxima expresión. Si hasta recordaba todas las escenas que hacía la señora kwon cuando su hijo no comía lo que le enviaba.

 

-no lo veas como una obligación – habló acercándose –es por tu bien – él levantó la mirada y sus ojos estaban vidriosos – dulzura no te pongas así

 

-déjelo señora Su. Él debe aprender a comer todas las comidas sin excepción, a las buenas… o a las malas. -  estaba cansado de ver como engañaba a esa bonachona mujer.

 

-hyung siempre me trata mal…if…. Yo solo intento ser un buen dongsaeng… if – sollozó

 

-¿buen dongsaeng? – preguntó incrédulo

 

-Seung no te comportes así con él – ella lo riñó – entiendo que no te gusten, pero cuando te acostumbres me lo agradecerás.  Pero ahora… te tengo algo que te podría alegrar. – dijo animosa

 

-¿Qué cosa? – preguntó mas “calmado”

 

-ya lo verás – caminó a la cocina y volvió con algo en sus manos. – Creo que te gustará – lo extendió al menor y éste al verlo sonrió complacido.

 

-¡muchas gracias omma! – Recibió el vaso y con la cucharita  lo probó -¡amo la gelatina!

 

-supuse que te gustaría. Qué bueno que acerté.

 

-¿para mí no hay? – preguntó Seung con celos

 

- oh… disculpa que no te haya traído, pero mi vecina solo trajo dos de la ciudad y yo le compré uno, el otro era para ella. –explicó. Ji sonrió victorioso, como decía su dicho preferido “Quien no llora, no mama” y él sabía cuando llorar.

 

-bueno, no importa

 

-gracias por comprender.

 

-¡lo acabé! – muy contento mostró su vaso sin restos del dulce. Ella sonrió al verlo feliz – creo que ya debemos regresar a la casa, quiero dormir un… - ella lo interrumpió.

 

-ya no pueden dormir. Deben cumplir con las tareas que tienen.

 

-¿tareas? – preguntaron a la vez

 

-claro. Hoy deben acompañar al señor Kim a pacer sus  ovejas, es más ya debe estar esperándolos.

 

-¿vamos a trabajar?  - preguntó el menor

 

-para eso los envió el señor Yang. Los llevaré. Vamos.

 

Ninguno de ellos sabía cómo pastorear ovejas. En su vida habían visto una siquiera. Cuando llegaron a la casa del señor Kim, notaron que era un hombre de la tercera edad. La señora le explicó al hombre que ellos se encargarían de sus animales y aunque al inicio se negó terminó aceptando por el encanto de la mujer.

 

-¿Qué hacen ahí parados? ¡Caminen de una vez! – les gritó malhumorado. Ellos lo siguieron en silencio hasta que llegaron con el rebaño. – chicos de la ciudad ¿no? Quiero saber cómo pastearán mis animales. No quiero que pierdan ninguno, si lo hacen van a tener que pagármelo ¿entendieron?

 

-sí ajhusshi  - contestaron.

 

-bien, ahí están los animales. Sáquenlos y llévenlos por el campo y en dos hora los traen, cierren bien la puerta del corral sino los animales podrían escapar. Yo iré a mi casa a descansar un poco.

 

-nosotros nos encargamos – dijo Seung. El señor se marchó.

 

-¿Qué se supone que tenemos que hacer? – preguntó el menor

 

-¿y dices que tengo cabeza de pollo? – cuestionó con burla. Ji siseó. – bueno yo grabaré y tú pastearás.

 

-¿Por qué yo? Ambos debemos hacerlo

 

-que quejón eres, pareces niña. Te ayudaré y además grabaré. ¿Así está mejor?

 

-sí – respondió molesto por la manera como le hablaba.

 

Fueron al corral y observaron a las ovejas. Tenían distintos colores de lana. Contaron treinta  y tres animales en total. Con un palo en la mano cada uno, sacaron a todos. Desde atrás vigilaban que los animales no se escaparan y además  Seung mantenía la videocámara encendida monitoreando todo lo que hacían, dando algunos comentarios sobre su tarea.

 

-me duelen las piernas – dijo JiYong cuando  terminó de meter la ultima oveja en el corral y cerró la puerta.

 

-avisémosle al señor Kim. Ya cumplimos con la labor que nos impuso señor Yang, espero que valore mucho mi esfuerzo.

 

-el mío también – acotó el menor apareciendo en la grabación.

 

-sí, sí como sea. Eso es todo, corte. – terminó el video.

 

Al llegar con el  dueño de las ovejas le avisaron que los animales estaban completos. Regresaron a su casa para descansar aunque no tenían sueño, sin embargo ya había anochecido.

 

-quiero darme un baño. – Seung se sentía bastante sucio luego de haber caminado dos horas por el campo.

 

-¿Cuál será el baño? –Ji estaba en las mismas condiciones. Juntos inspeccionaron el lugar y  se asombraron al no encontrar una ducha en la casa, sólo  baldes con agua en el baño. – no puede ser que ni siquiera haya una ducha decente. Esto es el colmo.

 

-aséate con lo que hay – contestó el mayor comenzando a quitarse la ropa. - ¿Qué me ves? – preguntó áspero al quedar en bóxers.

 

-no pienso bañarme contigo

 

-¿Crees que yo sí?  Por favor… yo solo quiero terminar pronto y alejarme de ti. ¿Entendiste? – Lo miró despectivo – ahora voltéate para que tus “preciados” ojos no se ganen conmigo. – el menor chasqueó la lengua, pero igual obedeció.  Ingeniándoselas el mayor agarró un recipiente y con eso echó agua sobre su cuerpo, estaba fría, pero podía soportarlo.

 

-¡me estás salpicando!

 

-¡aléjate más!

 

-sabes que no puedo

 

-¡entonces báñate! – cargando un batea llena de agua la lanzó contra el menor. – ahora si no podrás quejarte por las gotitas que te caían ¿cierto? – dijo con una sonrisa al verlo pasmado.

 

-¡me lo vas a pagar! – se tiró sobre el mayor. Se agarraron a trompadas, ninguno cedía ante el otro, unos golpes por aquí otros por allá, un baldazo por allí y unos cuantos más acá. – ¡eres un insoportable te odio!

 

-¡yo te odio más!

 

Parados, agotados, en distintas esquinas se fulminaron con la mirada. Convivir sería su verdadero reto.

 

CONTINÚA… 

Notas finales:

mis chicos no se estan llevando bien, ¿no? que mal, pero mejorar lo se.. y disculpen por no haber respondido sus reviews, pero no tengo internet sorry


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