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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Hola….

Sí, sé que sorprendo al aparecer por aquí tan pronto jeje, pero quería actualizar por ustedes. Por lo menos ya hay dos caps actualizados(contando este obvio). En este cap se verá lo que pasa en casa de Ji, sé que les va a agradar bueno, a leer…

Voy a descansar un poco y continuaré pensando en cómo seguirá el fic.

-¡hogar, dulce hogar!

 

Ji Yong exclamó con alegría al  ingresar a su casa, detrás venía el pelinegro. Ambos dejaron las mochilas en la sala y fueron a la cocina. Seung no dudó en dirigirse a la refrigeradora y comenzar a buscar ese dulce manjar que le congelaba la boca.   Al buscar en la nevera encontró el paraíso frente a sus ojos. Había helados de distintos sabores. Una delicia. Tomó un envase y se fue a la sala.

 

Desde la cocina, Ji Yong escuchó como el televisor era encendido y la tapa de plástico, arranchada sin compasión. Se asomó por la entrada que compartían la cocina y la sala; y observó al pelinegro, sentado en el sillón, con las piernas estiradas sobre la mesa de cristal viendo dibujos animados. Empalagándose con helado de chocolate.

 

Él también cargó un pote de helado y fue a la sala. Dejando poco espacio entre sus cuerpos, se sentó al costado. Finalmente, podían estar en  su casa sin nadie que los interrumpiese. Sin padres, sin compañeros de los que avergonzarse.   

 

Las pequeñas risas que soltaba el mayor le daban a entender que estaba metido en la serie animada, pero no por mucho. Era hora de mostrar su lado encubierto, el Seductor Ji Yong. Con la mayor delicadeza tomó el cubierto para enterrarlo en el helado de fresa con chispas de chocolate. Deslizó la cuchara en su boca, y ronroneó al sentir como la masa comenzaba a derretirse en su interior.  Cerró los ojos para añadir más pasión a su  actuación.

 

-Qué delicia – dijo tras el primer bocado.  Volvió a meter la cuchara en el helado, y siguió así durante varios minutos en los cuales realizó ruiditos de goce- uhm… excepcional -Su lengua estaba casi adormecida por todo lo que había comido hasta el momento, pero no se dejaba vencer.- no  hay nada igual, ¿cierto hyung? –  preguntó llamándolo respetuosamente.

 

Esperó unos minutos para que le respondiera, pero no hubo ni un sonido,  nada.  Viró su rostro y encontró  al mayor comiendo con los audífonos puestos. Agitaba la cabeza al ritmo de alguna canción desconocida.  Obviamente su remedo de actor seductor había fallado.  Su frente se arrugó por la cólera, pero se tranquilizó. Ese era solo el primer intento, aún faltaba más.

 

-¿Qué escuchas? – con su voz chillona logró que Seung lo mirase, pero no duró ni 2 segundos.  Al parecer, no iba a ser fácil aparecer en el campo de visión ajeno. -Yo también quiero oír – arrebató uno de los audífonos y se lo colocó en su oreja. Los hombros de ambos quedaron pegados, y la cabeza de Ji Yong casi recostada sobre el contrario.

 

-no te apegues tanto, hace calor – se quejó. Movió su cuerpo alejándose unos centímetros, que fueron eliminados cuando Ji volvió a  juntarse.

 

-pero yo también quiero escuchar lo mismo que tú.  – puso su mayor expresión de ruego para convencerlo.   Cuando el otro rodó los ojos supo que había triunfado.

 

-está bien – de mala gana se quitó los audífonos ante la mirada atenta del castaño y de forma inesperada, los colocó en sus orejas. – ahora déjame comer tranquilo y no hagas  bulla, es fastidioso.

 

Seung Hyun se levantó con el helado y rodeó el sillón para sentarse al otro extremo, dejando nuevamente apartado al menor.  Éste volvió a sentir el fracaso merodeándolo. Lleno de frustración arrojó el helado al piso causando que en segundos la alfombra se tiñera de una tonalidad rosada.  Cuando su madre viera aquello, pobrecita, seguro se desmaya, y después lo cuelga.

 

-¿Qué haces? – gritó el pelinegro con el corazón compungido al ver tal acto de maldad. El exquisito postre podría estar viajando por sus intestinos, teniendo una agradable digestión ¡pero no!

 

-¡No lo recojas! – le advirtió cuando vio las claras intenciones de inclinarse. Pateó el envase lejos de su alcance y se interpuso para que no diera ni un paso más. Como todo niño mimado y consentido, tenía las mejillas infladas; el entrecejo, fruncido y una mirada asesina. – no lo quiero y tampoco quiero que lo comas.

 

-si no lo quieres, ¿no puedes guardarlo en vez de botarlo? ¿Eres descerebrado o qué? – tiró del brazo más delgado y lo empujó al sillón. Con pena, recogió el pote y se encaminó a la cocina.

 

-¡déjalo ahí! Es mío – lo siguió hasta la cocina donde logró alcanzarlo. –Dámelo –exigió cogiendo parte del envase atrayéndolo a su lado.

 

-Lo guardaré –tiró  del otro lado.

 

Ambos estaban luchando por quedarse con el helado, pero ninguno daba su brazo a torcer. Entre idas y venidas, miradas tenebrosas  y gruñidos, Seung decidió sacar sus manos. Claro que esto conllevó grandes consecuencias.

 

-¡ah! –gritó Ji Yong al sentir el golpe en su cara.

 

El pote cayó al piso con un sonido sordo para continuar derramándose.   Mientras tanto el dueño de casa tenía la cara embarrada de helado derretido. La graciosa escena desató la carcajada del mayor, quien no dudó en señalarlo y cogerse el estómago de risa.

 

-¡mira lo que hiciste! –se quejó  el menor, limpiándose parte del rostro con la mano.

 

-esto es  producto de tu berrinche, no te quejes. Además –dio unos pasos hasta quedar a centímetros  de distancia – ya me harté de tus burdos intentos por atraer mi atención. Date cuenta que estás poniéndote en ridículo – el rostro del más bajo lució desconcertado por sus palabras.-  Solo  un tonto no lo notaría.

 

-tú eres más tonto por notarlo y no hacer nada – respondió con enojo. Nuevamente había sido tomado en burla, se sentía tan  estúpido.

 

-¿Qué querías que hiciera? – preguntó  cruzando los brazos a espera de una respuesta.

 

Obvio, Ji Yong no dijo ni pío solo agachó la mirada. Aunque su mente sí que trabajaba rápido. “Dime que amas y que mueres por estar conmigo”, pensó de manera instantánea.  Sus mejillas se colorearon levemente aunque el helado ayudaba a cubrirlas.  Ese no era el  final que pensó que tendría su plan, era mil veces peor. Lo mejor sería sacar al pelinegro y quedarse con su vergüenza hasta que se le pasara y pudiera enfrentarlo nuevamente.

 

Seung continuaba esperando que le respondiera, pero al ver los pequeños gestos que realizaba el menor concluyó que andaba  perdido en sus pensamientos. Sonrió un poco al recordar los actos que había protagonizado Ji, a pesar de tener una gran personalidad y un carisma único prefirió actuar de manera completamente distinta.  Estaba claro que no funcionó, todo  era demasiado sobreactuado. Aun así, debía admitir que fue entretenido.

Como una estrella  fugaz, una idea  apareció en su mente. ¿Por qué no seguirle el juego? Echó un vistazo desde las alturas, él continuaba distraído. Una media sonrisa  apareció en su faz. Observó la mesa, limpia de objetos que había a un costado.  Le daría un poco de su propia medicina. De un ágil movimiento rodeó con un brazo aquella cintura y  recostó a su compañero sobre la mesa.

 

-¿Qué ha…aces? –preguntó casi susurrando.  Sus grandes ojos estaban más abiertos de lo normal. Ni que decir de su corazón, parecía una locomotora a todo vapor.

 

-¿Esto… es lo que querías? – mirando fijamente los temblorosos ojos ajenos, se acercó para hablar casi sobre los labios rosados.  Sus manos sintieron el estremecimiento que recorrió el cuerpo bajo el suyo. No obstante, el rostro de Ji Yong dejó de mostrarse intimidado, ahora lo miraba con determinación.

 

-no finjas que juegas conmigo. Puedo ver la forma en que tú me ves, y aun cuando ves hacia otro lado sé que piensas en mí. Te gusto y sabes que tengo razón. Porque simplemente no nos ahorras el tiempo y me dices lo que quiero escuchar.

 

-¿Qu…ué dices? – contestó  tartamudeando. –Parece que  se te congeló el cerebro – soltó una pequeña risa, aunque en realidad ni ganas de reírse tenía.

 

-Quiero que seas mi novio –al decirlo, sus brazos encerraron el cuello del pelinegro; acercándolos aún más. Éste en cambio, apoyó sus manos sobre la mesa para alejarse. Era turno de sonreír de Ji Yong. La faceta tímida del mayor era exótica  y tierna. Posó su mirada en los labios ajenos, había pasado bastante tiempo desde que los probó y estando tan cerca no podía pensar en no besarlos. – No pienses, haz lo que tu corazón dicte.

 

Las palabras dichas hechizaron a Seung  y poco a poco  acercó su rostro hasta que sus labios tocaron los de Ji. Ambos cerraron los ojos, dejándose llevar por sus sentimientos. La mano de Ji Yong se enredó en el cabello oscuro, acercándolo. Estaba tan emocionado de ser correspondido, si pudiera saltaría de felicidad pero no quería terminar con aquella caricia; ya después volaría su casa con cohetes navideños.  Sus labios sonrieron inevitablemente,  y se aferró más a su compañero.

 

-Ji… - dijo Seung  tras separarse un poco. - ¿Qué hay de MinHo?

 

-A mí solo me gustas tú – aseguró encandilado, y volvió a besarlo.   

 

Seung Hyun afirmó sus manos en la cintura de Ji Yong y lo cargó, dejándolo sentado sobre la mesa. Esa respuesta era la que deseaba oír desde hace mucho, y por fin había salido de la boca del menor. Se coló entre sus piernas y mordió ligeramente los labios del otro, sacándole risas.

 

-¿Acaso me quieres comer? –preguntó  el castaño coquetamente, apoyando sus manos en los hombros de Seung.

 

-eres el  helado más delicioso que he probado – comentó; dando  una lamida en  la mejilla sonrosada.

 

-no hagas eso – movió su cabeza  por las cosquillas que provocó esa caricia en su cuerpo. Pero las manos de Seung en su rostro, detuvieron sus movimientos. Lo miró a los ojos con un ligero puchero debido a la vergüenza.

 

-Sin duda, eres mi dulce favorito – le sonrió ampliamente.  Depositó un ligero beso sobre aquel puchero, sonrió y volvió a besarlo.  

 

Definitivamente, ese día sería solo para ellos dos. No había  padres, ni YG, ni tareas que importase más que lo que sentían el uno por el otro y ese sentimiento merecía su respectivo lugar.

 

CONTINÚA… 

Notas finales:

Muchas gracias por sus reviews, pensé que ya no los vería pero me equivoqué graciaaaaaaaassssss.

Cuídense, besitos y más besitos GTOP por toda la tarde en casa de Ji. Además, hay que celebrar que GD&TOP volverán  sacar un single, eso sí que no me lo esperaba, pero YG sí que nos ha dado nuestro regalo de navidad por adelantado jaja.

 

Fecha de actualización: 26/07/15 


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