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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaa

 

Oh sí, vuelvo luego de un timpo con este fic :P sorry jeje ahora creo que si voy a actualizar, estuve trabajando mucho en el fic para traerles algo bueno asi qeu espero les guste. Ya han esperado mucho asi que a leer.   

 

 

-Cariño ¿porque esa carita? – preguntó la señora kwon al ver a su hijo bocabajo en el sillón. Él no dijo nada, pero hizo un espacio donde ella se sentó. – cuéntale a  mamá que sucede.

 

-¿Omma porque la vida es tan complicada? Un momento todo es felicidad y al otro no.

 

-Eso es a lo que llamo crecer – sonrió, acariciando los mechones castaños – De niños nuestra mayor preocupación es jugar y comer, pero al pasar los años descubrimos nuevas cosas, sentimientos, personas. Conoces a tu primer amor.

 

-¿Papá fue tu primer amor? – preguntó curioso.

 

-No – negó recordando – no le digas nada a tu padre, Yongie.

 

-Prometo no decir nada, pero entonces ¿quién fue?

 

-Era un compañero del colegio, un príncipe rebelde. Aunque nunca me atreví a hablarle, en ese tiempo era muy tímida.  

 

-Pero de seguro suspirabas cada vez que lo veías pasar.

 

-Pequeño bribón como le dices eso a tu madre – sus manos pellizcaron la barriga de su hijo, quien se defendía entre risas.

 

-Omma no, soy cosquilloso.

 

-Por eso lo hago.

 

Madre e hijo continuaron jugando y riendo compartiendo un momento agradable y dejando las preocupaciones atrás.

 

Después de la plática Ji Yong subió a su habitación con mejor ánimo, tomó el teléfono y se envolvió en las sabanas de la cama.  Buscó en la lista de contactos aquel nombre que lo traía loco.

 

“Hola!” - pronunció mientras escribía. “¿Cómo estás?… lamento lo de la mañana  =( “

“Fui tonto… debí decir que estabas conmigo. No tengo excusa que darte, y no quiero mentirte”

“Prometo que seré sincero”

“Creo que aun sigues molesto TT-TT”

“¿No responderás? Ok, seré paciente”

“Voy a dormir, que tengas dulces sueños. Te mando millones de besos con sabor a Yongie ♥♥ Mianhe =’( “

 

 

 

 

 

-Eres un babo, enano – murmuró Seung al terminar de leer los mensajes enviados por el menor. Dejó que la pantalla se apagará y con una pequeña sonrisa  se dispuso a dormir – buenas noches, Yongie.

 

En la mañana despertó temprano y bajó a  la cocina, allí estaba su hermana preparando el desayuno.

 

-Buenos días noona – la saludó con un beso en la mejilla - ¿Qué hay para desayunar?

 

-Al parecer se te quitó el “hermoso” humor que cargabas ayer – comentó sarcástica.

 

-huele a huevo revuelto ¿me invitas? – extendió su plato ignorando el comentario. Hye Yoon bufó dándose por vencida y le sirvió. 

 

-Come bien, no quiero verte decaído, nos vemos luego.

 

-Lo que digas, adiós. 

 

Después de un nutritivo desayuno se marchó al paradero donde tomó el bus para la escuela. El profesor se encontraba en el salón cuando llegó, éste  lo miró con sorpresa mas no se pronunció. Uno a uno llegaron  los demás, entre ellos el delegado.  El aura y rostro serio eran impropios, pero casi nadie lo notó, excepto Seung.

 

Poco después Ji Yong apareció, lucía agitado por llegar tarde. Se disculpó y saludó a sus amigos. Al pasar por la carpeta del pelinegro sonrió ampliamente, sin embargo no recibió ni una mirada. Con el rostro triste fue a su lugar.

 

MinHo mantuvo la mirada sobre ellos, buscando aquella complicidad de la fue burla. Supuestamente.  Pero lo que observó fue la distancia de la pareja. Ahora que desconfiaba, no podía creerles por lo que decidió ignorarlos, por lo menos hasta restaurar su orgullo ofendido.

 

Llegada la hora de receso, Seung Hyun salió con los audífonos puestos  mientras masticaba una barra de cereal. Dio unos pasos más y se detuvo frente a la persona que obstruía su camino.  Dio un paso al costado, pero nuevamente fue impedido de caminar. Rodó los ojos y  bajó los audífonos al cuello.

 

-¿Qué necesitas? – preguntó desinteresado.

 

-ayer te envié mensajes, ¿los leíste?- interrogó Ji Yong.

 

-no y tampoco me interesa su contenido.

 

-Seung hablemos.  Te diré la verdad.

 

-no quiero escucharte, no insistas. – retomó su andar.

 

-¿aún seguimos juntos? – la pregunta quedó sin respuesta y Ji sintió temor. – Sólo es una pelea, todas las parejas pelean. – intentó animarse. Exhaló y tomó la dirección contraria.

 

 

 

 

 

Durante el entrenamiento en las instalaciones de YG, Ji Yong  fue ignorado de manera olímpica por el mayor.    Seung hasta intercambiaba unas palabras con los demás chicos, a quienes llamó traidores, pero a él ni lo miraba, como si fuera invisible. Aquello causó emociones encontradas. Se sentía exasperado  y triste a la vez.

 

Como tenían un pequeño descanso, para distraerse tomó su cuaderno de composiciones. Lo había tenido abandonado. Abrió la última hoja en blanco, en la cual plasmó un pequeño rap que salió de manera imprevista.

 

“A-Yo “Turn It Up” odio esta atmósfera incómoda
¿Siempre ha sonado tan fuerte la aguja del reloj?
Sólo oigo el sonido de la saliva por mi garganta. ¿Qué debo decir?
Mira baby, sólo quiero despertar en la mañana contigo
Antes de que esta noche pase, nuestra propia fiesta secreta
Pero como la Cenicienta quieres irte a casa cuando el reloj marca las 12
Las noches solitarias son tan largas, llamando a tus padres
Actúo fuerte, pero me molesta, S.O.S no hay progreso
Oh, espera un segundo ¿por qué estoy así? ¿Estoy borracho?, me estoy mareando, me estoy quedando dormido”

 

-Buena letra

 

Ji Yong cerró su cuaderno rápidamente. Levantó la mirada y observó a un compañero que estaba sentado frente a él. Joon Gook sonrió a modo de disculpa por el pequeño susto.  

 

-por un momento creí que me desmayaría – rio de sus propias palabras.

 

-No fue mi intención, solo que te vi tan concentrado que me causó curiosidad. Últimamente andas algo distraído, creí que la inspiración también  se alejaría.

 

-por suerte creo que aún tengo algo de ella. – dijo guardando el cuaderno dentro de su mochila. – supe que también estabas componiendo, oí al profesor  decirlo.   

 

-sí, pero no es la gran cosa. Apenas y tengo un par de canciones escritas en borrador. No creo llegar a tu nivel.

 

-no pienses de esa manera. Si te han mandado a componer es porque saben que tienes talento para ello. A mí también me costó al inicio, pero luego los versos te salen de manera natural, es cuestión de práctica.

 

-gracias por el consejo, lo tendré en cuenta. Ahora te daré uno yo. Pasa  los escritos que tengas  a tu computadora porque  nunca sabes lo que puede pasar. Recuerdo que mi perro mordió  unas hojas de mi cuaderno y casi me sentí morir. No tenía ningún respaldo, pero de las cosas malas se aprende.

 

-tienes razón, no me imagino que pasaría si se perdiera el mío. – se aferró a su mochila, ahí se hallaba su más preciado bien.

 

-mejor ni lo digas, podrías causar lo contrario.

 

-jajaja espero que no. Es hora de volver a clase, sino el profesor nos va a gritar.  

 

-Claro, vamos.

 

Se dirigieron al salón de canto, donde los demás ya los esperaban. El profesor  dio inicio a la clase, practicaron los tonos en cada uno. Luego cantaron a dúo y después practicaron los raps.   

 

-muy bien chicos, ahora sí que veo mejoras en todos. Quiero que sigan de esa manera, no retrocedan. Ya se acerca el final de mes y los evaluaré. Sigan ensayando y mejoren. Nos vemos la próxima semana.

 

-Adiós, profesor – dijo el alumnado.

 

-Ji Yong el sábado iremos  a la playa, ¿vienes? – preguntó Joon Gook.

 

-¡sí!, hace tiempo que no voy. 

 

-¿Seung Hyun te apuntas?

 

-No, gracias.  – dijo, terminando de alistarse.

 

-entonces todos a las 7 de la mañana en la estación del tren para ir a la playa Daecheon. No se olviden su bloqueador. Hasta mañana.

 

 

 

 

 

Ji Yong despertó a las seis de la mañana del sábado, tomó un desayuno ligero y empaquetó algunas frutas para el camino.  Se aplicó  bloqueador en todo el cuerpo. Se vistió con unos bermudas beige, un bividi negro, lentes de sol y un sombrero de ala ancha.  Con una mochila pequeña salió de su casa camino a la estación de tren.  A la distancia vio a los chicos que irían. Corrió un poco  hasta alcanzarlos.

 

-buenos días – saludó animado.

 

-buenos días, ahora si no falta nadie – comentó Joon – vamos subiendo para tener buenos lugares. ¡Choi ya nos vamos! – avisó alzando la mano como si hiciera una señal de humo.

 

Ji miró en dirección del grito y observó a un ser extraño, cubierto de una chompa, jeans, zapatillas y un gorro. Obviamente ese era su novio. Se sorprendió de verlo ahí, ya que dijo que no asistiría, pero a la vez se sentía contento de que haya cambiado de decisión.  Lo esperó en la puerta del tren, pero Seung se pasó de largo y ni lo saludó.

 

-dame paciencia, Señor – murmuró entrando.

 

Tras media hora de viaje se bajaron del tren y tomaron un bus que los dejaba cerca a su destino. La brisa del mar ingresaba por sus fosas nasales, dándoles ese ambiente de frescura. Cuando sus pies tocaron la arena corrieron  frente a la orilla y dejaron sus pertenencias juntas para después lanzarse al mar con solo sus bermudas.  

 

Solo Seung se quedó en la arena. De su mochila sacó una toalla y la tendió. Hacía calor, pero no por ello iba a desvestirse. Solo se retiró la chompa para quedarse con un polo. Él no quería estar ahí, no le agradaba la playa. Había demasiada gente exhibicionista, sin embargo tenía la responsabilidad de cuidar de Ji Yong, por más molesto que estuviera con él.

 

-¿Ji Yong estás peleado con Seung? – preguntó Joon cuando se detuvieron en una roca. Ji miró a lo lejos la silueta del pelinegro, echado bocabajo en la arena.

 

-¿Por qué lo dices?

 

-Pues no se hablan, no se miran, ni siquiera se saludan. Para mí eso  es estar peleado.  – dijo con obviedad.

 

-tuvimos una discusión en la escuela, pero ya nos vamos a arreglar. 

 

-Creí que no eran muy unidos.

 

-Bueno… nos  estamos llevando bien – comentó con un poco de nervios. No quería hablar de la relación que tenían. No es que se avergonzara, pero era su vida y quería tenerla en privado.

 

-Seguro. – sonrió comprendiendo. – te parece una carrera de aquí hasta la orilla.

 

-Te ganaré.

 

-Eso lo veremos. A la cuenta de tres, dos, uno ¡ya!

 

Haciendo uso de todas sus fuerzas, nadaron el largo de 50 metros. Ambos muy parejos, pero Joon Gook logró ganar  por escasos segundos. En la orilla todos se reunieron para jugar un partido. Ji fue donde Seung  para avisarle que participara, pero solo recibió un manotazo cuando tocó su espalda. Aquello fue un golpe emocional más que físico. Estaba siendo castigado por su comportamiento, pero no merecía tanto maltrato. Soltó un suspiró resignado y se marchó con sus compañeros.

 

Se agruparon con otros jóvenes y comenzó el juego.  Hicieron dos tiempos de 30 minutos, quedando 3 a 2, dando por perdedor al grupo de Ji Yong. Él sabía que merecía la derrota, no pudo entregar todo de si por andar pensando en el pelinegro. Su día no estaba siendo divertido, mejor se hubiese quedado en casa.

 

-¡chicos vengan a refrescarse! – dijo uno de sus contrincantes.

 

El grupo se acercó, los otros tenían un cooler lleno de  latas de cervezas con hielo. Los chicos tomaron una cada uno, menos Ji Yong. Quien se quedó mirando al resto. Era cierto que ya había probado algo de cerveza, pero le había dicho a su madre que solo iría a la playa a divertirse no a tomar. Además era menor de edad, no debería hacerlo, sentía su conciencia trabajando arduamente.   

 

-¡hey! Ten – le lanzaron una lata helada, que recibió gracias a sus reflejos.

 

Miró dudoso el producto en sus manos, observó a su alrededor y no había nadie conocido tampoco estaba el mayor.  De solo recordarlo frunció el entrecejo, por su culpa, su hermoso fin de semana estaba arruinado. Con despecho, abrió la cerveza y de un solo sorbo bebió una gran cantidad.

 

-tranquilo hombre, aún quedan más – comentaron los chicos entre risas.

 

-eso espero – les sonrió y continuaron bebiendo.

 

 

 

 

 

Con un bostezo amplio se despertó del relajante descanso. Alzó la cabeza para ubicarse y recordó que estaba en la playa. Había despertado muy temprano en su casa para venir al horno público, y recién pudo recuperar el sueño. Observó a su alrededor, no reconocía a los visitantes, su grupo no se encontraba. Exhaló, realmente hacía calor. Su cuerpo estaba sudado. Dejando sus ideas atrás, se quitó el polo y el pantalón quedando en bermudas para luego lanzarse al mar. Nadó por varios minutos, refrescándose hasta que notó que un grupo bullicioso se acercaba a la orilla.

 

Entrecerró los ojos y endureció su expresión.  Con pasos rápidos salió del mar y se acercó al grupito. Pasó de algunos de sus compañeros hasta toparse con el castaño, quien prácticamente  venía cargado.

 

-oh… ¿Se…ung? Eres tú… hip… - se cubrió la boca ante el hipo y volvió a sonreír.

 

-Ji es un pollo, sólo tomó un poco de más y cayó rápidamente – comentó Joon entre risas con los demás.

 

-¿Por qué has tomado si no sabes? – lo encaró jalándolo del brazo.  Ji frunció el entrecejo  y se soltó.

 

-no te importa. ¿Por qué me hablas? ¡NO ME HABLES! – le gritó y avanzó hasta la orilla tambaleándose. Poco  a poco sus pies fueron mojándose por el agua salada.  El pelinegro vio  molesto la actitud despreocupada con la que hacía las cosas. No soportó seguir viéndolo, fue tras él y a rastras lo sacó del mar.

 

-nos vamos.

 

-aish suéltame ¡suéltame!- sacudía su cuerpo, pero Seung no se detuvo. Recogió las cosas  tiradas en la arena y se marcharon a la avenida, dejando  al resto en la playa. – no me quiero ir, aún es temprano.

 

Seung lo soltó y comenzó a ponerse la ropa rápidamente. Tomó el bividi negro para vestir  al menor, quien se quedó estático dejándose hacer. Con una toalla fregó el cabello castaño, su rostro y parte del cuello.

 

-¿te imaginas que dirá tu madre al verte? Lo decepcionada que estará de ti… eres un irresponsable.

 

-¿l-le vas a decir? – preguntó atemorizado. Sus ojos comenzaron a escocer ante  la sola idea del rostro triste de su madre.

 

-¿piensas que pasaré por alto esto? –miró fijamente al otro, pero el arrepentimiento que reflejaban los ojos cafés  hicieron trastabillar su determinación. Bufó. Ser  cruel con Ji era más difícil que con cualquier persona.  – escúchame bien, sólo por esta vez y será la última que te encubra.     

 

Al escucharlo, Ji Yong lo abrazó contento.  Seung exhaló   derrotado y le correspondió. Tomaron un taxi que los llevó a casa del mayor. Debido al alcohol Ji se quedó dormido, Seung tuvo que padecer para meterlo a su casa, pero no había nadie, las mujeres de la casa  habían salido.

 

-Que pesado estás – se quejó al dejarlo sobre su cama. Sobó su hombro derecho.  El menor no se despertaba por nada del mundo, solo balbuceaba una que otra palabra entre sueños.  Se sentó en una esquina de la cama y acarició los cabellos castaños. Aun se encontraban húmedos. Sonrió de lado, verlo durmiendo era una imagen muy dulce, lo prefería así antes que gritando y reclamándole cosas.

 

La música de su teléfono interrumpió aquel momento, rebuscó en su bolsillo y contestó.

 

-Hola omma – la saludó entrando al baño de su habitación para ducharse. -  ¿te  quedarás con  Hye Yoon en casa de mi tía?  Está bien, compraré comida en la noche. Sí mama, voy a cuidarme. Cuídense, adiós.

 

Ahora tenía la casa para él solo. Sonrió ampliamente. Estaba preocupado porque ellas llegaran y encontraran al menor ebrio, pero eso no ocurriría. Cerró la puerta del baño y se dio una ducha. Luego de cambiarse de ropa se acostó al lado de Ji Yong. Acarició su rostro, tenía las mejillas un tanto calientes.  Se acercó y presionó sus labios en un pequeño beso.

 

-Te extrañé – murmuró  sonriendo.

 

Envolvió un brazo en la cintura de Ji para estar abrazados, pero sintió la humedad en las prendas. Si seguía con ellas enfermaría. Volvió a sentarse en la cama y sacudió su cabello. Paseó su vista por el cuerpo del menor y tragó saliva. Tendría que desvestirlo. Con las manos un poco temblorosas cogió la basta del bividi y la sacó por la cabeza con un poco de dificultad. Ji no estaba colaborando en nada.  Bajó hasta  los pies para retirar  cada sandalia y dejarlas en el piso. Exhaló y fue por  los bermudas, desató el listón que aseguraba la prenda  y comenzó a bajarla dejando al descubierto las delgadas piernas.

 

-contrólate – se dijo a sí mismo. Evaluaba seriamente  darse otro duchazo. No era posible que su temperatura aumentara al ver el cuerpo del castaño.  Con premura lanzó una sábana sobre el semidesnudo y salió despavorido de su habitación. 

 

 

 

 

 

Horas más tarde, cuando el sol ya se había ocultado Ji Yong empezó a despertar de su profundo sueño. Lo primero que sintió al querer levantarse fue un terrible mareo. Recostó su cabeza en la almohada una vez más, para  tratar de relajarse. Ni cuando enfermaba le dolía la cabeza de esa manera. Aun con  los ojos cerrados, llevó una mano a su cabeza dándose      ligeros masajes.  Sintió un poco de frio por lo que se envolvió entre las sabanas para abrigarse. Su entrecejo se frunció y sus labios formaron un puchero. ¿En qué momento se había dormido?  Lo último que recordaba era estar en la playa divirtiéndose. Abrió los ojos desmesuradamente, se sentó con rapidez  y observó su entorno. Todo estaba oscuro, no era su  habitación, se abrazó a si mismo  antes de percatarse que no traía ropa. Aquello causó temblores en su ser  desencadenando  en un mar de alaridos.

 

-¡Aaaaahh! – gritó a todo pulmón.

 

Pronto se oyeron pasos apresurados que se acercaban a una velocidad sorprendente. Eso lo alarmó más, agarró lo primero que encontró y cuando la puerta se abrió, lo lanzó.

 

-¡Auch! – exclamó el herido.  -¿pero que tienes? – gruñó con una mano sobándose la  frente por el golpe  del control remoto.

 

-¿S-Seung? – preguntó dubitativo. Sus ojos aún se mantenían un poco nebulosos y no lograban enfocar bien.

 

-¿Quién más? – contestó al mismo tiempo que encendía las luces. Ji Yong cubrió sus ojos con su brazo por el repentino cambio. -¿Por qué gritaste? Me asusté.

 

-yo también – dijo apenado.

 

-¿Qué dice el experto bebedor? – con tono sarcástico se acercó hasta sentarse frente al otro. – supongo que debe tener una bellísima selva retumbando tu cerebro ahora, ¿o me equivoco?

 

-sí – susurró avergonzado. Jugueteó con las mantas hasta que recordó que solo traía su bóxer puesto.  Presuroso se cubrió hasta el cuello y miró amenazador al mayor.  -¿Qué me hiciste? ¡¿Acaso te aprovechaste de mí?!

 

-Deja de gritar, me  dejarás sordo – se cubrió los oídos y miró con desagrado al menor.  – Tendrás una apariencia inocente, pero tienes una mente muy sucia.

 

-¡Ya! ¿Qué quieres que piense si me despierto desnudo?

 

-Pues que un hombre  muy noble se hizo cargo de traerte a salvo a su casa y te quitó la ropa para que no enfermarás.

 

Ji frunció el ceño ante esas palabras. Había una pizca de razón  en el argumento, pero no lo admitirá, aún se sentía expuesto.  Volteó  su cara con indignación. Seung Hyun bufó por la  reacción tonta del menor y se levantó de la cama.

 

-ve a bañarte mientras te traigo una pastilla para que te recuperes.  – salió de la habitación dejándolo sólo.

 

Con pesar Ji Yong alejó la sabana y arrastró los pies hasta el cuarto de baño.  Se quitó el  bóxer y se metió a la ducha. Al sentir el agua fría mojándolo soltó un pequeño grito, pero se acostumbró al cambio de temperatura. En un estante vio el champú y jabón que usaba el mayor. Sonrió traviesamente y se duchó. Al terminar envolvió una toalla a su cadera y fue hacia el armario. Se sentía fresco y limpio otra vez.  Encontró un bóxer y una camiseta simple, de esas que usaba Seung para parecer  más “rapero”. Se miró en el espejo de cuerpo completo y sonrió de lado. Le daría una sorpresa al mayor.

 

 

 

 

 

Seung estaba en la cocina  con el teléfono en la oreja. Ordenaba una pizza familia, gaseosa, piezas de pollo y helados. Al finalizar la llamada, subió a su habitación con una pastilla y un vaso de agua. Lo primero que vio fue al menor tirado en su cama vistiendo  su ropa y con las piernas al descubierto.

 

-Hyunnie échate aquí conmigo  – lo llamó con voz infantil palmeando el colchón.

 

Seung tragó con dificultad, nuevamente comenzaba a  sentirse acalorado. Despejó sus pensamientos y extendió la medicina al menor. Este sonrió  con inocencia y cruzó las piernas. El pelinegro refunfuño en silencio al verlo provocarle.  Ji tomó la medicina y dejó el vaso sobre la mesa de noche. De reojo observó que el mayor ni se movía. Carraspeó para romper el silencio y habló.

 

-¿Por qué tan lejos? Acércate – al ver que no le hacía caso cambio de idea. – uhm… entonces me acercó yo.

 

-¡No! – negó alarmado.

 

-¿aún sigues molesto?  Ya me he disculpado varias veces, ¿no puedes perdonarme acaso? no soy perfecto por Dios. Mírame, Seung mírame – el nombrado giró su rostro expectante de lo que diría – Es cierto que mentí, pero lo hice para que sintiera celos y te dieras cuenta que me quieres como yo a ti. MinHo es un buen chico, pero te juro que no me gusta,  solo aproveché su gusto por mí. Suena horrible, lo sé, pero lo hice por ti – agachó la mirada apenado.

 

-no te justifiques en mi nombre. De igual forma no parecía disgustarte los besos que te daba o ¿me equivoco?

 

Los labios de Ji formaron un mohín por recibir un nuevo reclamo. Cada vez que se disculpaba el mayor tenía algo que sacarle en cara y no sabía que más hacer para que lo perdone. Se rendía.

 

-me voy a casa – murmuró poniéndose de pie. - Tomaré un pantalón, luego te lo devuelvo – mientras buscaba en el armario algo que le quedara, percibió la presencia de Seung detrás suyo.  Se mordió el labio y aferró a su pecho la prenda entre sus manos. Temía voltear y encontrarse con aquella mirada acusadora. Sin embargo recibió un reconfortante abrazo que alegró su corazón.

 

-no quiero que te vayas. En realidad… ya te he perdonado. Pero me gusta verte siguiéndome por todos lados – sonrió afianzando su abrazo – además, yo también tengo derecho de quejarme ya que fui engañado, pero trataré de no hacerlo más. ¿De acuerdo?

 

-¿lo dices en serio? – preguntó  desconfiado.

 

-muy enserio – giró al menor  para verlo directamente a los ojos, pero este aún se mantenía cabizbajo. Lo tomó de las mejillas y le dio un pico. – sonríe para mí, así me gustas más.  – volvió a besarlo.

 

Ji Yong sonrió entre el beso, soltó la prenda y abrazó su cuello. Lo había extrañado mucho, pero ahora haría las cosas bien para que no tuvieran que separarse.  Se elevó con las puntas de los pies  para aferrarse  a aquel beso mientras era abrazado por la cintura. Pronto sintió la falta de aire en sus pulmones, pero Seung no se detenía  y él tampoco quería parar. Pero el fuerte jadeo que soltó logró separarlos.

 

-¿Qué crees que tocas? – cuestionó ceñudo.

 

-¿a qué te refieres? – se hizo el desentendido.

 

-tu mano está en MI TRASERO – dijo claramente esperando que por pudor dejará de tocar esa parte. Pero no, el sin vergüenza le sonrió y dio un apretón que lo hizo brincar -¡Seung Hyun!

 

-está bien, ya lo solté – volvió a acomodar sus manos  en la cintura del más bajo – pero no te hagas el muy decente, solo mira lo que llevas puesto – con la mano izquierda levantó la camiseta mostrando la diminuta prenda que cubría la parte inferior.

 

Con rapidez Ji volvió a cubrirse hasta lo que daba la prenda. -¡No hagas eso! – se quejó abochornado.  – dame un pantalón o vendrá tu mama y se va a asustar.

 

-ella ni Dami vendrán hoy, se quedarán con mi tía – comentó yendo a su cama y echándose. Con el control cambio de canal de televisión.

 

-¿entonces estarás solo? – el pelinegro asintió sin dejar de ver la pantalla.  Ji sonrió ampliamente y se tiró a un costado abrazando a su novio.  – ¡entonces me quedo a dormir contigo!

 

-sí, claro – pronunció incrédulo.

 

-llamaré a mi mama para avisarle.  Vuelvo – corriendo salió de la habitación para irse a sala. Las pisadas que daba al bajar por las escaleras alertaron a Seung Hyun.

 

-este chiquito cuando no bromeando – suspiró y se levantó. Al estar cerca de las escaleras escuchó que Ji hablaba, frunció el entrecejo y bajó más rápido.

 

-tú también cuídate, hasta mañana omma.  – se despidió y colgó. Sonrió al ver a Seung esperándolo en la escalera. – mi mamá me dio permiso.

 

-¿Qué? – soltó sin creer que era en serio. Iba a seguir hablando pero el timbre sonó y el menor fue corriendo a la puerta.  – Ji Yong vuelve aquí – como no lo escuchó lo siguió. El repartidor había llegado y miraba a Ji Yong con vergüenza.

 

-Hyunnie paga – canturreó llevando  el pedido a la cocina.

 

Seung sacó el dinero y le pagó al hombre quien se fue velozmente. Nunca más volvería  pedir comida de ese lugar. Cerró la puerta y fue a la cocina. Ji  había abierto la caja de pizza y comía una tajada.

 

-está deliciosa, ya me moría de hambre. – se sobó la barriga. -¿sucede algo?

 

-no como crees, solamente que piensas quedarte en mi casa sin mi autorización, abres la puerta  sin usar pantalones y andas por mi  sala en bóxer. No nada, que podría ocurrir.

 

-uhm… ¿es sarcasmo?

 

-aish obvio que lo es y no te quedarás.

 

-¿Por qué? Tú dijiste que sí – dejó su pizza y se cruzó de brazos.

 

-no era cierto. – rodó los ojos.

 

-no me importa. Ahora me quedo. – en un plato colocó su pizza y agarró una de las latas de bebida. Miró con despreció al pelinegro y fue al sillón.

 

-Ji Yong

 

-me quedo y me quedo. – sentenció.  

 

CONTINÚA…

Notas finales:

que les parecio, les gusto??? espero que si nos vemos luego. 

 

Besoooosssssss


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