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¿Brazaletes imantados? por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

:) :) :) :)

 

Adiviene quien se acordó de actualizar :D jeje lamentó haber tardado, pero aqui estoy aprovechando el feriado, espero que aun recuerden un poco de la historia,  sino leanlo de nuevo XD jaja es broma lo siento, pero aqui esta. 

 

Tratare de actualizar mis demas historias entre estos dias, lo intentare enserio. Sin más que decir, a leer... 

En la sala de los Choi se vivía un momento de  suspenso, los corazones de los muchachos iba al ritmo de la tétrica  música de aquella película. Había sido a exigencia del menor que ofendido por lo que dijo el mayor decidió darle la contra y puso una película que no le gustaba. Y ahí estaban sin siquiera despegar la vista de la pantalla. Ji Yong pasó saliva al ver como el protagonista no tenía salida, al parecer no seguiría mucho más con vida. Cuando menos lo esperó una sombra negra atrapó al hombre y pegó un grito lleno de susto.

 

-¡Qué miedo! ¡Qué miedo! ¡Apágalo!  - gritó, cubriéndose los ojos con sus brazos.

 

-Te dije que no la viéramos – Seung rodó los ojos y cambió de canal. Encendió las luces que apagó el menor y se sentó a su lado. Sonrió de ternura al verlo acurrucado en sí mismo. Pasó un brazo por sus hombros, abrazándolo,  y con la mano libre acarició sus cabellos. – deberías  dejar de ser tan necio y escucharme, ahora tendrás pesadillas cuando duermas.

 

Ji se abrazó al mayor y reposó su cabeza en su hombro dejándose mimar.  Sintió que él sonreía por su comportamiento infantil, pero no podía batallar, necesitaba de sus cuidados hasta recuperar la valentía.  Seung le dio un beso corto y lo llevó a su  habitación.

 

-puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en el de Hye Yoon.

 

-¿no dormirás conmigo? – hizo un puchero sin soltar el agarre de sus manos.

 

-pensé que aun estarías resentido – el menor negó resignado – bueno, dormiremos los dos entonces.

 

El primero en acomodarse en la cama fue Ji Yong, Seung se echó luego de ponerse su pijama. Ni bien lo sintió cerca se aferró con brazos y piernas.

 

-Ji no tienes que abrazarme así hace calor– dijo incomodo  por la cercanía.

 

-lo siento – dijo retirándose, su voz se oía arrepentida. El pelinegro lo miró de reojo y lucía apenado, iba a decirle que no era para tanto pero el menor prosiguió. –las mentiras que dije, sé que te lastimé y estoy muy arrepentido. En serio me gustas y no quiero perderte de nuevo. ¿Me perdonas?  - los ojos  marrones se fijaron en los ajenos a espera de una respuesta.

 

Seung se giró de lado para mirarlo de frente, acarició su mejilla y sonrió.

 

-ya te perdoné, no tienes que disculparte de nuevo, no has hecho nada malo.

 

Ji Yong le sonrió y acortó la distancia para besarlo, fue correspondido rápidamente. Las manos de Seung acariciaron su cintura sobre la prenda dando suaves toques que le causaban cosquillas. Tampoco se quedó atrás, con sus manos acarició el pecho del mayor y descendió  hasta que se escabullaron bajo la prenda. Sin embargo, él tomó sus manos y terminó el beso. La simple mirada que le dedicó exigía explicaciones a lo que hacía. Se mordió el labio avergonzado, pero tomó valentía  y rodó sobre él.

 

-¿Qué haces? –preguntó asombrado.

 

El corazón le palpitaba muy rápido, en su distracción Ji se aprovechó para liberar sus manos  y besarlo con pasión. Al principio estuvo confundido pero fue correspondiendo aquel beso. Cuando el aire escaseó se separaron.  Acomodó unos mechones que caían sobre el rostro del menor, los hermosos ojos cafés lo miraban con amor. Sonrió con ternura y levantó un poco su rostro para besar su mejilla.

 

-Quiero hacer el amor contigo – murmuró con las mejillas sonrojadas.

 

-¿Seguro?

 

-Te amo

 

La sincera declaración bastó para Seung  quien volvió a besarlo lentamente, rodeó la cintura del menor  cambiando las posiciones. Deslizó las manos por las ligeras curvas provocando suspiros que terminaban ahogados entres sus bocas.  En una maniobra rápida  le retiró la camiseta, su mirada se llenó de  amor y deseo. Estar tan cerca lo emocionaba, anhelaba reconocer cada parte de su piel.  Ji no discernía en su idea, también tocó el torso  oculto bajo el pijama del pelinegro. Este se tensó e iba a alejarse   pero lo besó logrando distraerlo y pudo desaparecer la prenda hasta dejarla tirada en el suelo. 

 

Cuando sus torsos descubiertos entraron en contacto sus corazones acelerados se conocieron. Sus piernas se enredaron causando fricciones entre sus miembros, el placer que los recorrió de pies a cabeza detuvo cualquier movimiento.  Al enfrentar sus miradas repitieron la acción volviendo a sentirlo. El rubor en sus rostros demostraba la vergüenza de tocarse, pero a la vez vislumbraba el deseo por el otro.   A  esta altura el cuerpo de Ji Yong expresaba lo excitado que estaba, con sus manos tomó la cinturilla de su bóxer y lo bajó hasta sus rodillas.

 

-tú también deberías… - habló dejando inconclusa su propuesta.

 

-s…sí – contestó nervioso.

 

Seung se incorporó sobre sus rodillas y tomó  la pretina de su pantalón, el menor lo miraba atento, aquello le causaba un poco de nervios pero contó mentalmente, cerró los ojos y se bajó los pantalones y la ropa interior.   Luego de una eternidad, así lo sintió, abrió los ojos y se halló con el rojo intenso en el rostro de su novio. Por  pudor cubrió sus miembros con ambas manos, pero fue peor ya que una descarga lo recorrió y gimió.

 

-no te cubras – las palabra del castaño sonaron como un suspiro, pero se aclaró la garganta. – si vamos a hacerlo debemos mostrarnos.  Con una determinación desconocida guio sus manos sobre las otras hasta apartarlas y posicionarlas en aquel miembro.

 

-Ji – Seung gimió quedamente al sentirlo.

 

-¿te gusta? – volvió a aprisionarlo.

 

-no pares – las sensaciones eran asombrosas. Volvió a recostarse sobre el menor queriendo otorgarle el mismo placer, escabulló una mano entre sus cuerpos y envolvió   el miembro ajeno.  Ambos continuaron tocándose hasta sentir la humedad del líquido pre-seminal, fue ahí cuando Ji Yong se detuvo, sentía que acabaría pronto y aún era muy pronto.

 

-para… ah… ¡Seung!  - gimió alto, realmente le faltaba poco  – p…para aún falta mmh…

 

De mala gana, el pelinegro lo escuchó y se detuvo, pero  sus manos no dejaron de moverse y fueron al bóxer  de Ji para retirarlo por completo e igual él mismo retiró sus últimas prendas quedando desnudo.  Recorrió las piernas de su chico y con la mirada centrada en su rostro  juntó sus labios disfrutando de cada sensación.

 

Seung aprovechó  lo concentrado que estaba Ji en dominarlo en el beso,  para desplazar sus manos entre los muslos lechosos separándolos para acomodarse en medio. No tenía lubricante ni condones en su cuarto, por lo que optó por lo más práctico.   Tocó el miembro de Ji que aún se encontraba húmedo y untó sus dedos con la sustancia, cuando creyó que era suficiente  los dirigió a la pequeña entrada, apenas la rozó se contrajo y Ji se detuvo.   

 

-¿Q…qué haces? –preguntó el menor con los ojos abiertos de par en par.

 

-pues ya sabes, ¿no era lo que querías? – cuestionó con obviedad.

 

-¡no! Digo sí – el mayor lo miró sin comprender – si quiero hacerlo, pero… no quiero ser el de abajo.

 

-¿Qué? No pretendes que yo… - ni siquiera terminó lo que iba  decir porque descubrió que eso era lo que quería Ji Yong. Aquello parecía una broma de mal gusto, de ninguna manera aceptaría algo así. Aguantó las ganas de decírselo al menor porque con lo terco que era no dejaría de darle la contraria, así que pensó en la manera más inteligente de sobrellevarlo. – Ji, no creo que pueda hacer lo que me pides – dijo con falsa pena – deja que hoy lo intente primero, cuando esté listo te lo diré – puso su mejor cara de borrego para convencerlo.

 

-pero yo tampoco estoy preparado, no es como si antes lo hubiera hecho. Vamos Seung, prometo tener mucho cuidado- lo animó.

 

-uhm no sé – se mordió el labio para darle dramatismo a su actuación. Jamás dejaría que se lo hiciera. Al no notar ningún cambio, decidió arriesgarse por una estrategia letal. – Creo que lo mejor es dejarlo así – estaba levantándose cuando las manos del castaño sobre sus hombros lo detuvo.

 

-espera – murmuró, cerró los ojos con esfuerzo y exhaló – está bien, por esta vez seré yo.

 

El pelinegro sonrió victorioso, había ganado. Logró que Ji cediera. 

 

-también seré cuidadoso – murmuró sobre su boca.

 

-lo sé – sonrió con sinceridad.

 

Seung volvió a llevar su mano a la entrada de Ji Yong, quien suspiró cuando los dedos se pasearon humedeciendo la zona. Era una sensación totalmente extraña, nunca nadie lo había tocado ahí, de cierta manera se sentía profanado. Luego de algunos minutos uno de los dedos logró ingresar causándole incomodidad, más aun cuando ingresó más a fondo.  Por simple inercia sus piernas quisieron cerrarse, pero el cuerpo del pelinegro se lo impidió. Seung quiso distraerlo con sus besos para que olvidara el digito que se removía tratando de acoplarse al reducido espacio.  Cuando lo creyó necesario, retiró el dedo para que ahora ingresaran dos y en un solo despliegue logró ingresarlos, pero causó un grito de dolor en el más joven.

 

-¡eso dolió! – exclamó con el rostro compungido.

 

-lo siento, pero es lo mejor, así dolerá menos.

 

-está bien uff estoy bien – respiró haciéndose el fuerte y tratando de alejar el dolor de su ser.

 

Los dedos nuevamente empezaron a moverse muy despacio, para aminorar la dolencia.  Cuando logró acostumbrase, por iniciativa propia buscó los labios del mayor y se abrazó a su cuello. Comenzaba a disfrutar de los roces en su cuerpo,  de su garganta salían pequeños jadeos; señales que fueron captadas  con rapidez por el otro quien  avivó los movimientos logrando que estos llegasen con mayor profundidad. Ji Yong comenzaba a moverse inquieto, sus manos buscaban donde aferrarse hallando sostén en la espalda y cabellera negra. Pronto un arrebatadora conmoción enloqueció a Ji, el cuerpo enteró se le estremeció y arqueó la espalda en medio de un grito.

 

-¡Diablos! Hazlo de nuevo – rogó entrecerrando los ojos.

 

Seung sonrió complacido y volvió a hundir sus dedos con fuerza en el mismo lugar  ganando otro grito más de placer. El rostro erótico del castaño elevo su éxtasis, volvió a golpear repetidas veces aquel punto a la vez que se restregaba contra la entrepierna erecta.

 

-Se…ung  ah~ quiero sentir…te – dijo entre gemidos, necesitaba sentirse uno con el otro.

 

El mayor retiró los dedos y cogió las nalgas de Ji, separándolas, cuando su miembro tocó la rosada entrada ambos perdieron el control. Sin meditarlo Seung se hundió con toda su pasión en aquella estrechez arrancando un feroz gritó de dolor.  Ji Yong no pensó que después de los maravillosos dedos, aquel miembro se sentiría como un taladro partiendo su cuerpo  a la mitad. Sus escasas uñas se hundieron en la espalda del mayor  y sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas.

 

-aayyy iff duele – estaba llorando porque le dolía demasiado. Ahora se arrepentía por haberse insinuado.   

 

-uhm Ji – ronroneó Seung ignorando el sollozo ajeno.

 

A diferencia del menor, Seung  había descubierto un maravilloso paraíso, su lugar favorito en el mundo. La estrechez que abrigaba su miembro era tan caliente, cálida y acogedora. Podría permanecer ahí por siempre, no obstante, fue distraído por los pequeños sonidos que no dejaban que gozará su descubrimiento. Al notar desde donde provenían su expresión cambió.  Ver las lágrimas deslizándose de aquellos ojos cafés que amaba lo hicieron sentirse horrible. Quiso moverse para consolarlo, pero al contrario le causo más daño.

 

-Ji lo siento, lo siento –no tenía más que disculparse. Con sus manos secó las mejillas mojadas, dejó besos en su rostro esperando calmarlo. – no quise lastimarte, lo siento.

 

-du…ele mucho – sollozó sin lograr contenerse.

 

-perdón – murmuró. Con una mano comenzó a sobar su cadera que estaba muy tensa. Continuo mimándolo por varios minutos, parecía que no dejaría de llorar, pero después de un rato se calmó. -¿mejor? – preguntó besando su nariz roja.  Ji asintió sin hablar. -¿aun quieres seguir? Podemos para ahora.

 

-ya estoy bien – sorbió su nariz y secó lo que quedaba de lágrimas – acabemos con esto.

 

Para el mayor aquello sonó como una orden para no alargar más el tiempo que el deseo con el que lo iniciaron. Pero no iba a permitir que su primera experiencia con su novio fuera traumática, recompensaría el daño.   Buscó sus labios siendo apenas correspondido. Entrelazó sus manos y con la otra se dedicó a recorrerlo. Depositó besos por su cuello y hombros al tiempo que retomaba la atención en el miembro de Ji arrancándole pequeños suspiros que de apoco se convirtieron en tímidos gemidos.

 

La sensual voz  animó al pelinegro para empezar un suave movimiento pélvico. Ji aprisionó su mano al sentirlo, rápidamente volvió a ocupar su boca. Con el pasar de los minutos sus cuerpos se acostumbraron al otro dejando las preocupaciones y miedos atrás.  Los brazos del menor se envolvieron en su espalda aferrándose ante las pecaminosas sensaciones que le recorrían el cuerpo.  Seung también se esforzaba para ubicar la cordura y no arremeter como si fuera un animal, le estaba costando horrores pero su novio lo disfrutaba y eso bastaba para controlarse.

 

Ambos sabían que faltaba poco, sus cuerpos lo expresaban. Con el orgasmo cerca no quedaba ni un poco de espacio donde sus pieles no se tocaran. Con movimientos más rápidos Seung  enloqueció a Ji Yong haciendo que llegaran a su límite y acabaran envueltos en el éxtasis.  Agotados y sin siquiera abrir los ojos se dieron un casto beso. Seung salió del cuerpo ajeno y se recostó a un lado. Estaban más que agotados.  

 

-lo hicimos – murmuró Ji Yong. Abrió sus ojos  para mirar al agotado pelinegro a su costado y sonrió con amor.  Despacio se acercó a él y lo abrazó siendo correspondido en segundos. – te amo.

 

-yo también te amo, mucho – lo apegó a su cuerpo y le dio un beso de buenas noches, antes de dormirse.

 

CONTINÚA… 

Notas finales:

oh si lo hicieron, jeje finalmente les entrego lo que querian, el lemon no es mi fuerte, asi que no estoy segura de como quedó pero aqui esta, decidandolo ustedes. 


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