-si no te hubieras detenido nada habría pasado- habló JiYong
-y si tú no me hubieras pateado, tampoco. – Contestó Seung – además fuiste tú quien empezó al querer quitarme mi comida, y sabes qué… lo que ocurrió en la tarde me tiene sin cuidado, lo olvidaré, es más nunca sucedió.
-¿Así? Pues para mí tampoco sucedió nada – cruzó los brazos.
-ya está resuelto, entre tú y no pasó nada ¿Ok?
-ok – estrecharon las manos.
En la mañana la señora Su los fue a buscar y los llevó al establo entre las montañas. Ahí vieron a muchas vacas paseando, comiendo, ella les dijo que ordeñarían.
-¡¿Qué?! – exclamaron al oír su tarea del día.
-pero nosotros no sabemos hacer eso – dijo Seung con un rostro preocupado.
-y para eso están aquí, para aprender. – le contestó con una sonrisa.- primero pónganse los overoles para que no ensucien su ropa. – Les entregó la ropa y ellos se la pusieron encima de su vestimenta – lávense las manos y yo iré por una vaca.
-no nos queda de otra – dijo el menor mientras se lavaban las manos.
-¡wao! – exclamó el pelinegro al ver la vaca que traía la mujer.
-ésta es la que ordeñarán, yo les indicaré. Síganme. – los tres caminaron hasta llegar a un árbol y en él ataron al animal. – primero se debe de lavar las ubres, que son los pechos – les mostró como se hacía. Con agua tibia y jabón empezó la limpieza. – es un lavado superficial, no deben ser toscos, luego los secan con estas toallitas de papel. Uno va a ordeñar y el otro vigilará que no le falte comida. Para que no se cansen se turnarán. ¿Quién quiere empezar? - volteó y vio a JiYong adelante. – muy bien JiYong, veo que quieres enmendarte por tu comportamiento de ayer
El castaño pestañeó confundido por lo que ella decía, él no quería empezar; entonces miró a su costado pero no vio a Seung, miró más atrás y allí estaba, sonriendo y grabándolo. El muy vivo había retrocedido dejándolo solo.
-vamos, acércate. – lo animó. De mala gana se aproximó, aunque lo ocultó.
-¿Qué debo hacer? – preguntó al sentarse en la pequeña banca.
-primero coge un poco de vaselina y frótalo en tus manos para que sea más fácil. Ahora, debes tomar un pezón con el dedo gordo y el índice, con los demás dedos rodéalo, luego lo oprimes.
-ok – se untó la crema, colocó sus dedos como le fue indicado y con temor ejerció un poco de fuerza. Un delgado chorrito de leche salía de la vaca. -¿así?
-está bien la técnica pero no tengas miedo, debes presionar más. – él obedeció y ahora sí salió un chorro. - ¡excelente!
-no es tan difícil – comentó jactancioso por su rápida comprensión.
-bien, continúa. Seung vigila que la comida no se acabe, las vacas lecheras se alimentan con una mezcla de grano y heno de alfalfa, o, una ración TMR que consiste en maíz, heno, soja y cebada. – explicó. – así la mantendrán tranquila.
-está bien – asintió.
-yo estaré acomodando algunos productos nuevos en la bodega de comida. Cualquier cosa que necesiten llámenme. – les dijo para después irse.
JiYong estaba cumpliendo con su tarea perfectamente. Cogía una ubre y la exprimía, luego lo alternaba con la otra, en voz baja se decía derecha, izquierda, derecha, izquierda. Lo veía como un juego entretenido hasta tenía una sonrisa en la cara de conformidad. Disparaba una y luego la otra viendo como la cantidad de líquido blanco aumentaba en el balde entre sus rodillas. Ya era su tercer balde. Había descubierto una nueva pasión. Ordeñar vacas.
Seung hyun. En su caso, él estaba bastante aburrido. El animal comía con mucha paciencia, desesperándolo. Cuando estaba por acabarse su comida le suministraba más y luego volvía a mirarla. En su aburrimiento miró en otras direcciones, hallándose con la de su compañero sonriendo, haciendo lo que la mujer le había encargado. Dirigió la cámara en su dirección y lo enfocó. Se suponía que según su plan el menor debía estar renegando por haber sido el primero en ordeñar, pero por lo que sus ojos veían no parecía molesto, es más, lucía feliz. Observó con detalle como los labios del castaño se movían, murmuraban algo que no llegaba a escuchar, sus ojos estaban concentrados en el líquido del balde, y sus manos no dejaban de moverse coordinadamente. Agudizó su mirada e intercaló su atención entre las manos y rostro. Sonrió de lado con maldad. Algo había llegado a su mente. Estaba seguro que eso lo fastidiaría.
-pareces divertirte – dijo con fingido interés.
-mmh… - asintió el menor sin darle mucha importancia.
-este… ¿Ya lo habías hecho antes?
-no. Es la primera vez. – contestó despreocupado. Esa respuesta dio pie al plan de Seung.
-oh… ¿Entonces nunca te has tocado? – realizó su pregunta mirándolo.
-¿Eh? – ji frunció el ceño y detuvo sus manos para mirar al pelinegro. - ¿A qué te refieres? – cuestionó al no entender.
-te estoy preguntado si te has masturbado, ya sabes… chk, chk, chk, chk… - con sus manos imitó los movimientos del menor mientras sonreía ladinamente y hacía ruidos dentro de su boca. Poco a poco notó como el rostro ajeno se tornaba rojo y rápidamente volteaba a ver sus manos, en segundos soltó las ubres del animal. – jajajajajaja… jajajajaja – se cogió la panza, muerto de risa.
-¡ERES UN SUCIO! – gritó JiYong al ver como se burlaba. Ya no tenía ánimos de seguir haciendo lo que hacía. Las palabras del tonto pelinegro afectaron sus pensamientos. – ya no haré nada. Hazlo tú. - se levantó de la banca con los brazos cruzados, muy molesto.
-ay que recatadito te volviste - habló aún sonriente. Su plan de molestar al menor había funcionado y además ya no estaba aburrido. – no tengo problemas con hacer esto, total… tengo mucha práctica. – rió al ver como aumentaba la ira del más bajo. Dejó la videocámara en el pasto. Se acomodó en el asiento y comenzó. – ¡wao!… es igual - estrujaba el largo de las ubres con rapidez.
-ish… quien diría que eres un pervertido por completo. – murmuró con asco al ver la cara de satisfacción del otro y tomó el aparato de grabación.
-te estoy escuchando~ – canturreó y le dedicó una mirada de superioridad que solo causó que Ji le diera la espalda.
-“idiota” – pensó JiYong. Se fijó si la vaca tenía comida y aun le quedaba, pero echó unos granos más en su recipiente. Era un animal muy tranquilo al parecer. Con su mano comenzó a acariciarlo con suavidad no quería asustarlo. Continuó, hasta que percibió un poco de tensión en el animal. Frunció los labios y lo miró preocupado. - ¿Qué tienes? –preguntó al animal. Claro que no hubo respuesta, pero quería saber que lo estaba incomodando. De nueva cuenta vio el recipiente de comida, no era eso, detalladamente lo examinó hasta llegar al mayor. Quedó un momento observando lo que hacía y cada vez que oprimía las ubres sentía como se tensaba el animal. Concluyó que estaba haciéndolo con exceso de fuerza. – no lo hagas tan brusco, le está doliendo –se dirigió al pelinegro.
-¿Qué? – alzó una ceja al oírlo
-le duele – repitió
-ja… de seguro – se burló y prosiguió con lo que hacía, pero con más rapidez y por ende con mayor fuerza.
-¡No seas malo! ¡Está sufriendo! – le reclamó
-es un animal
-¡MUUUHH! – mugió alto la vaca alarmando a los jóvenes quienes detuvieron cualquier movimiento. -¡MUUUHH!
-ya la molestaste – lo riñó el menor
-¡vaca corriente! – le propinó un palmazo en la pierna. Aquella acción desató la cólera del animal.
-¡NOOO! – gritó JiYong al ver como el vacuno de una patada expulsó a su compañero unos metros. Soltó la videocámara. Corrió a él y lo notó inconsciente. – ¡Seung, Seung! – lo zarandeó asustado. Lo cogió de la cabeza para colocarla sobre sus piernas y vio como de su frente salía un poco de sangre.
-¡MUUUHH! – volvió a mugir, pero más alto. Se sacudía de un lado a otro tratando de soltarse.
-ay no… - susurró el castaño. - ¡Señora Su! ¡Señora Su! ¡Señora Su! – la llamó a los gritos.
-¿Estará bien?… ¿no sería mejor llevarlo a un hospital?
-sólo tiene un moretón. La herida de la frente es por el raspado con el pasto. Cálmate y quédate a cuidarlo hasta que despierte.
-bueno… - dijo no muy convencido. La mujer salió de la habitación y él se quedó a un lado de la cama, sentado en el suelo. Del buró cogió el vaso con leche que la señora le había preparado como desayuno y le dio un sorbo. – eres un tonto. – murmuró mientras veía a Seung con los ojos cerrados.
La señora Su había acudido con prisa al oír los gritos del menor de los chicos. Cuando los encontró se asustó de ver al mayor desmayado en brazos del castaño y también al notar la alteración en el comportamiento de la vaca. Con ayuda de JiYong llevaron al pelinegro a la bodega. Ella le dijo que lo esperara mientras iba por ayuda, al volver había dos vecinos acompañándola. Entre un vecino y la mujer fueron por la vaca y el otro vecino junto al menor se llevaron a Seung.
Ji exhaló. Recostó su rostro en el edredón. Se había asustado mucho al ver desmayado a Seung hyun. Podían tener sus diferencias, y rivalidades, pero ellos estaban juntos en ese lugar y tenían que cuidarse mutuamente.
-uhm… - un quejido salió de los labios del mayor avisando al menor que estaba despertando. –aww
-Seung… - lo nombró despacio. – Seung despierta. – sus palabras fueron oídas y sonrió cuando los ojos del pelinegro se abrieron. – que susto que me diste – se llevó una mano al pecho al sentirse tranquilo.
-¿Qui…en… quien eres? – preguntó y lo miró confundido.
-¡oh! – el castaño se llevó las manos a la boca horrorizado con lo que había escuchado.
-¿Dónde estoy? – miró a los lados.
-¿no re…ecuer…das? – sintió sus ojos humedecerse por la angustia que crecía en su interior. El pánico lo paralizó al imaginarse lo peor.
-¿recordar? – levantó una ceja. - ¿A quién?
-a…a… mí – se señaló con la voz quebrada. El pelinegro lo miró con esos penetrantes ojos.
-ehm… - ladeó la cabeza. Sus ojos se abrieron ligeramente al ver una lágrima rodar por la mejilla del castaño. Acercó su mano y con el pulgar limpió aquella lágrima. – no llores.
-pe…if…if… pero – su respiración comenzó a agitarse.
-sólo recuerdo a un niño bobo que se cree mejor que yo, que siempre está merodeándome y que no para de pelear conmigo cada vez que me ve. – terminó de decir mientras una sonrisa se colaba en su rostro. – te recuerdo enano. – lo llamó por ese apodo que siempre usaba para fastidiarlo.
Ji lo miró con rabia y dolor. Seung había jugado con el de la peor forma. Lo había asustado y no pudo controlarse, sus ojos no dejaron de expulsar esa sustancia salada, sus labios temblaron y comenzó a jadear y llorar.
-aahh… - lloriqueó contra las sábanas, intentando ahogar su voz.
-¿Qué tienes? – le preguntó Seung moviéndolo del hombro.
-creí que… if… que…if… no me… recor…if… dabas aahhh… ¡aahh! – continuó llorando
-¿y por eso lloras? – se sentó en la cama.
-pensé que… if… me quedaría solo… if…if… aquí… if… sin nadi…ie… aahh – ya no pudo hablar por el llanto.
Escuchar esas palabras hizo sonreír a Seung. Adolorido por el golpe que había recibido en el abdomen de esa bestia lechera descendió de la cama y se sentó al lado del menor. Como pudo rodeó sus hombros, envolviéndolo en un abrazo reconfortante.
-aunque lo desees con todas tus fuerzas no te librarás de mí fácilmente, ¿escuchaste?
Ji cerró sus brazos alrededor del cuello del mayor y éste lo fue consolando, sobando su espalda con parsimonia. Seung sabía que JiYong de verdad estaba asustado y aunque su intención sólo era jugar, lo había espantado con su actuación. El cuerpo del menor estaba temblando. En el futuro no haría lo mismo. Quizá para verlo llorar otra vez, sí. No, en realidad no, porque lo apreciaba, a su forma, pero lo hacía.
CONTINÚA…