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A 100 metros de alcanzarte por Kalooz Doriianz

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Notas del capitulo:

 

Aquí la parte 2~

 

Ojalá les agrade :'3

 

 

 

Bang YongGuk

                Posó una mano sobre su cabello y miró las finas fibras moradas que se combinaban con su color de pelo natural. No era más que una tontería… menos mal que se quita con el tiempo. Bang giró una vez más en su cama. El domingo era su día libre y quería aprovecharlo del todo haciendo cualquier otra actividad, pero el invierno estaba que congelaba ventanas y al final no le apetecía ni si quiera asomar un brazo fuera de las cobijas. El colmo es que no consigo idear una solución… Por que sí, ese era su colmo; no poder dejar de pensar en ese pequeño mocoso.

              Casi siendo medio día se levantó enredado en una cobija. Bajó lentamente las escaleras y luego rodó por ellas al pisar mal la esquina de un escalón. Su abuelo, que se encontraba en la cocina, sólo le hizo saber que le había alegrado el día con su caída. Puesto de pie de nuevo, se acercó al octogenario y le deseó los buenos días.

“A ver, mocoso –sí, de ahí había aprendido a decir esa palabra- ¿Cómo es que has estado atendiendo mal al joven JunHong?”

“¿Mande?” Bang apenas y podía razonar, la leche y el cereal lo tenían hipnotizado y el olor a ramen cociéndose lo bloqueaba aún más.

“A JunHong, a Choi JunHong”

“No sé de quién me estás hablando”

“El chico de un mundo sin fin”

Entonces Bang logró prestar más atención “¿Qué pasa con él?”

“Mucho. A mi parecer, debió de terminar en 3 días máximo ese libro y siendo sábado aún no ha logrado deshacerse de él”

“Ajám… ¿Y?”

“Ese chico se parece a ti –dijo convencido, a lo que el menor de los Bang se sorprendió en demasía- devora tantos libros como le es posible y por eso se me hace raro que no haya terminado este libro”

“Abuelo –pronunció el menor en un tono más serio- Ese chico es tan extraño… Por más que he tratado de platicar con él nunca lo hace”

“¿Estás hablando en serio?”

“Si… -alzó una ceja- ¿Tú sabes por qué es así? O sea, Le hablas ¿No? Por eso tiene una tarjeta como la mía”

“Realmente eres un mocoso –bebió de su taza de café- A puesto a que si supieras te reirías de ti mismo”

“¿A qué viene eso?”

“Piénsalo”

                ¿Pensar en qué? ¿Es acaso que ese chico es especial? Toda una lista de grandes preguntas iba a desdoblarse para hacer una investigación minuciosa de aquel Choi JunHong, pero la madre de YongGuk ya había colocado la comida en la mesa y no cualquier comida, sino el ramen favorito de Guk.

               

                Para las casi 5pm el timbre de su puerta fue accionado. A Bang no le importaba ese hecho, pero después tuvo que darle importancia debido a que su amigo HimChan era quien visitaba su casa y, no venía solo. El dientes de conejo había tenido el des fortunio de encontrarse con Bang YongNam en el camino y ese par hacía ruido como los gritos del mismísimo infierno.

“Te lo advierto, te patearé si me sigues provocando, imbécil”

“Si me sigues provocando, imbécil” arremedó el mayor de los 3 mientras se acercaban a la habitación de Bang. Una vez ahí, el chico de cabello morado les arrojó a ambos dos almohadas a cada quien.

“¿Así me recibes?” Bien, el ‘in alterable’ Nam Volvía a las andadas y con ello, los gritos del infierno también.

 

                 Media hora, treinta míseros minutos fueron suficientes para que el abuelo Bang viniera a regañar a esos jovencitos del demonio y les ordenara guardar absoluto silencio. Estando los 3 sin nada qué decir, opinaron que debían jugar a algo que no ocupara sonidos fuertes. Sacaron el Scrabble y pasaron la tarde tratando de controlar las cientos de palabras guarras que YongNam utilizaba en su vocabulario diario.

                 No obstante, no paró de gritar de emoción cuando BunHong se había formado entre sus palabras, siendo inevitablemente regañado esa tarde.

 

 

Choi JunHong

                Un día más.

                Todo se resumía a eso, a que era un día más. El día anterior había sido un total caos cuando se encontró inmerso en un silencio extremo rodeado de gente mayor. El colmo es que su mente no dejaba de divagar entre la continuación del libro, el chico de la librería y la salud del abuelo Bang. Zelo se volvía un poco loco entre tanto caos en silencio, pero, siendo un día más entonces podía intentar saber aquello que tanto quiere. De preferencia, esas dos personas y el libro.

                El clima era bueno hoy, tanto así que pudo utilizar su skate para viajar de su casa hasta la librería. Durante el trayecto se había decidido a hablar con ese personaje y preguntar por el mayor. Cuando una cuadra lo separaba se sintió inevitablemente nervioso. Tomó su skate en sus manos y se adentró a tomar el calor que ese local le ofrecía. Esta vez ignoró todo a su paso y caminó firmemente hasta donde se encontraba YongGuk, sin embargo, éste seguía sin mirarle.

                Carraspeó una vez su voz, pero en vez de encontrarse con la mirada almendrada de ese chico, solo obtuvo como respuesta el libro que había estado leyendo toda la semana pasada. Zelo inflo un poco sus mejillas, no estaban saliendo las cosas como él las había imaginado. Total, tomó el libro y abrió la página donde se había quedado y sus ojos se abrieron un poco más ante la sorpresa que le esperaba entre ese papel entintado.

‘Lamento si te molesto mucho, pero llevo intentando decirte toda una semana, que tengas una hermosa lectura’

                 JunHong elevó sus orbes color café hacía el chico tras el escritorio, el cual, sonreía como si hubiera ganado el premio al mejor puesto. Luego de ver que el pelirosa le prestaba su total atención, le mando un pequeño saludo con su mano.

Molesta tanto que incluso me agrada…

 

 

Bang YongGuk

                  Esta vez paseaba sus ojos alrededor del pelirosa cada 5 o 10 segundos. Se sentía lo mejor del mundo por haber encontrado una forma de comunicarse con él aunque pareciera que él no quisiera eso. Por lo menos esta vez obtendría algún insulto ¿No? Y eso sería algo bueno; bueno porque la paciencia no es eterna y el interés tampoco.

                  Esta vez JunHong se levantó 15 minutos antes de lo normal, YongGuk notó eso inmediatamente y supuso que habría visto la nota del final, la cual decía algo así: ‘Al fin terminaste el libro… ¿Qué te pareció?’. Miró cómo el pequeño se colocaba su ropa invernal sobre las sudaderas ya puestas y luego tomaba el libro con el nuevo separador en donde le había escrito la primer nota. Se aproximó directamente a él y por primera vez tenía la dicha de observar el rostro de ese chico desde una distancia no mayor a 3 metros.

“Ya, Bien. ¿Cómo te llamas hyung? Escríbelo en una tarjeta si puedes, por favor.” El mayor iba a quedarse inmóvil por encontrarse tan sorprendido. La voz de ese niño era totalmente acorde con su imagen: Una linda y fiera voz.

‘Bang YongGuk’ Escribió en una tarjetita color azul celeste y se le extendió al pequeño. Su sonrisa no se podía borrar, en verdad se encontraba feliz y realmente no sabía bien el por qué.

“Mucho gusto Bang YongGuk –dijo en un tono un poco alto- Mi nombre es JunHong… y desde hace algunos años que no puedo escuchar…”

La sonrisa imborrable de YongGuk, terminó esfumándose tan pronto escuchó aquello.

 

                Toda la noche son sólo 8 horas y realmente YongGuk había pasado más de 15 horas pensando en que había metido la pata. Sólo hasta ahora comprendía las palabras de su abuelo y hacía un gesto de indignación al no haberle dicho directamente que JunHong no puede escuchar. Quince horas son más que suficientes para pensar una y otra vez lo ridículo que ha de haber parecido ante una persona que no puede escuchar y que casi cataloga de arrogante y presumido porque no le contestaba un buenos días. Joder YongGuk, era sólo un buenos días, ¿Por qué te metiste tanto con ese chico?

                 Lamentablemente, ya era tarde para ir a trabajar y su abuelo no dudaría ni un momento en arrojarlo de la cama para que lo hiciera. El menor se levantó y sacó a su clon del baño para poder aprovechar que había agua caliente, cortesía de Nam.

Teniendo un semblante más relajado, caminó lentamente hasta la librería y abrió todo con normalidad. Se sentó en aquella silla nada reconfortante y leyó algunos cuentos para matar el tiempo que tomaría para que el pelirosa llegara.

No obstante, el pelirosa nunca llegó.

 

 

Choi JunHong

                Desde que amaneció no tuvo ni tiempo para pensar en que no había cenado la noche anterior, solo podía pensar en que había sido un error decirle aquello de esa manera, es decir, cuando alguien más que no soy yo se lo cuenta es todo más fácil, pero esta vez se lo dije yo… fue raro y su expresión me dio miedo… Como si hubiera sido un error conocerme.

                Quiso lamentarse un poco más, pero su madre entró al cuarto a decirle que por ningún motivo saliera de casa, que habría otro día familiar ‘divertidísimo’ del que no se debía perder por nada del mundo. Zelo rodó los ojos y no tuvo más remedio que aceptar.

               

                Estar lejos de ese lugar un día estaba bien, nadie iba morir, ni si quiera si ese día se convirtiera en un mes, o seis, o un año o dos… JunHong podía vivir sin ello, pero eso no quería decir que su inconsciente no estuviera recordándole el bonito gesto con el que Bang YongGuk siempre lo recibía cada vez que iba.

Al final, el pequeño pelirosa pasó todo el día pensando en YongGuk.

 

 

Bang YongGuk

                Y YongGuk tenía la dicha de sólo pensar en JunHong.

 

                La tarde de miércoles estaba más alborotada que de costumbre, había un montón de gente buscando algunos nuevos libros que habían salido al inicio de esa semana. YongGuk apenas y notó que el pelirosa había entrado al local y que se encontraba buscando en la sección de ficción. Se sintió increíblemente ansioso por querer ir y disculparse, pero el tumulto de gente no le permitía ni decir bien los precios de cada libro. Al fin de unos minutos, respiró hondo y trató de hacer lo mejor posible por atender a esa multitud.

                Tanta gente había entrado y salido por esa puerta de metal, que el pelinegro se sentía mareado y cansado. Tomó de la bebida que tenía entre sus cosas y logró tranquilizarse de nuevo; sintiéndose mejor consigo mismo lanzó una mirada rápida a donde se encontraba el menor y sólo pudo notar que éste lo estaba viendo, pero ahora ya no.

YongGuk sonrió.

 

                Sería el día más rápido de todo lo que llevaba trabajando ahí, las 7:00pm habían caído fácilmente y se sentía medianamente cansado.
Justo cuando creyó que podría hablar con el pequeño, se dio cuenta de que éste ya no estaba en su mesa. La idea de que había arruinado todo sólo se incrementó al notar aquello.

                Bajó las cortinas de acero y cerró los candados de las mismas, y para cuando dio media vuelta saltó de un susto. El pelirosa estaba ahí, justo frente a él abrigado de pies a cabeza.

“¿Me… acompañas a casa?” dijo tímidamente, a lo que YongGuk reaccionó de inmediato y sonrió aceptando.

                Su caminata fue algo extraña al inicio. La casa de Zelo estaba a unas pocas cuadras de la librería y por ello no tardaron tanto en llegar. El mayor esperaría a que Zelo entrara a casa, pero éste solo estaba parado frente a él con un gesto bastante tierno.

“Disculpa por lo de a…” trató de completa la frase, pero YongGuk le indicaba que se callara a base de señas.

Pronto sacó un cuadro de pos-its y rayó sobre uno: ‘¿Te molestaría darme tu celular?’

JunHong dudó un momento, pero al final accedió.

                Después, YongGuk prefirió darle más importancia a escribir algunas cosas en su celular, luego enviarlas y finalmente mirar a JunHong aún con 10cm de diferencia de altura.

                El sonido del celular de Zelo timbró. Éste sacó el aparato y desbloqueó su pantalla, dándose cuenta de que tenía un mensaje de un núm. Desconocido. El pequeño abrió el mensaje y se sorprendió ante dichas palabras: ‘¿Te molestaría ser mi amigo ahora?’

                El menor alzó la mirada para encontrarse con la ajena, tragó en seco e instintivamente dijo que sí con muchos movimientos de cabeza. A YongGuk le encantó cómo esos rulos de su melena se movían a la par del menor.

Bang escribió algo más: ‘Y para festejar, ¿Por qué no vamos mañana tu y yo a tomar algo? Como… chocolate caliente o algo así’

“¿C-Conmigo?”

‘Si, ¿vamos?’

“S-Sí, me encantaría”

‘Entonces hasta mañana’ sonrió y acarició la melena rosada de ese pequeño, haciendo que éste no pudiera evitar sonrojarse…

 

 

Choi JunHong

                Cuando entró a la casa y se miró al espejo, se sintió realmente tonto. ¿Qué chico se sonroja porque otro chico le acaricie el cabello? A Zelo se le erizaba la piel de solo recordar ese tacto extraño que había tenido para con el mayor. Caminó hasta su habitación y se encerró en ella, observó su cama y se lanzó a las cobijas para arroparse por completo.

Por alguna extraña razón se sentía emocionado.

 

                Siendo las 12 del medio día, dio uso a la bañera, se vistió y se peinó los risos lo mejor que pudo. Se encontraba nervioso y no podía explicar un por qué. Alistó una buena chamarra y al ver que hacía de un buen clima, decidió usar de nueva cuenta su skate.

“Mamá… ¿Podría tener mi dinero de navidad antes?”

‘¿Por qué?’

“Nada, es sólo que… quiero gastar en algo antes”

‘¿Vas a ir a algún lugar?’

“Más o menos… ¿Puedo?”

                Su madre se levantó del sillón y fue directo a la recámara de su hermano mayor –tío de Zelo- y sacó una pequeña cajita envuelta en papel plateado con una tarjeta para JunHong. Tan pronto regresó se la dio a su propietario. El menor observó el obsequio y se preguntó que cosa se suponía venía dentro; re direccionó su vista para con su progenitora y sonrió en agradecimiento.

‘No regreses tan tarde, JunHong’

“Bien”

 

                Vagó entre las calles mientras patinaba libremente sobre su skate. Tardando unos 15 minutos, se dio cuenta de que no habían acordado el lugar donde se suponía se verían. Se detuvo en un parque bastante congelado y sacó el celular de su bolsillo. El mensaje de antes seguía en el registro y dedujo que sólo debía mandar un mensaje a ese mismo número. El problema de Zelo ahora era qué cosas debía escribir.

“¿Cómo se supone que le pregunte?” dijo en voz alta sin saberlo. A veces –por no escuchar- solía decir sus pensamientos en voz alta, inquietando a los de su alrededor justo como ahora. Una de las señoras que caminaban por ahí haciendo un mandado, le contestó. Pero lo obvio era que Zelo no la escuchara.

                Continuó observando el aparato entre sus manos, tecleando cosas como ‘Hyung, ¿Dónde te veré?’ ‘¿Saldremos hoy?’ ‘Hyung, no sé a dónde ir, regresaré entonces’ ‘Es extraño salir contigo’… Todas siendo borradas una vez escritas o por lo menos eso pensó, pues justo cuando iba a presionar la tecla para borrar, la misma señora de antes le había dado un manotazo tan fuerte en el brazo que por accidente presionó enviar…

Zelo encontró en colapso cuando vio la hora de envío.

Pero ningún otro gesto se comparó cuando su celular recibió un mensaje de regreso.

‘Eso justo estaba pensando… ¿Estás nervioso? Yo también lo estaba anoche, por eso olvidé decirte el lugar… mmm… ¿Qué tal si nos vemos en la cafetería cercana a la librería?… Pasamos anoche por ahí’

Tardó alrededor de 5 minutos en razonar aquello, luego envió un simple ok para no parecer más tonto.

 

 

Bang YongGuk

                Justo antes de razonar que había metido la pata, a Bang le enterneció el mensaje con tantas oraciones juntas… Notaba que Zelo estaba nervioso y le entraba una curiosidad enorme por ver el gesto que pondría al enviar eso. Seguro se equivocó…

                Alrededor de las 2pm fue el momento en el que se encontraron congelados a las afueras de dicha cafetería. YongGuk sonrió como siempre mientras que Zelo sólo bajaba la mirada al suelo, aunque eso no fuera necesariamente ‘bueno’ para él, pues YongGuk al sentirse ignorado tomó la mano del menor para al fin poder entrar al calor del establecimiento.

                Lo llevó por ahí de la mano, sonriendo, mientras una camarera le decía que podían sentarse en una de las mesas cerca de las ventanas. El mayor aceptó y arrastró consigo al pelirosa hasta que le ofreció asiento en la silla contraria.

‘Es que no volteabas a verme, ¿Te sientes bien?’ le escribió una nota en su propio celular.

“Es que… Me gustan tus zapatos, hyung” mintió

‘Ahhh, que bien’ le dijo sin incluir la pequeña risita que se escapaba de su boca. Escribió otra nota además: ‘¿Chocolate o café?’

“Chocolate está bien… El café es bastante amargo”

                El pelinegro llamó a la camarera y encargó dos tazas de chocolate. Pensó en hacerse el maduro y pedir café, pero realmente le parecía una bebida amarga. No entiendo cómo es que HimChan se toma eso a diario…

“Hyung… ¿El abuelo Bang está bien?”

‘Si, está más que perfecto. De hecho, toda la semana pasada se estuvo divirtiendo en casinos y demás lugares’

“¿En serio? Wow, no sabía que él iba a esos sitios”

‘Si, es extraño pero así es él… ¿Por qué la pregunta?’

“Por que te veía a ti todos los días y no he visto al abuelo desde el verano pasado… Yo… Bueno, no suelo venir en invierno, pero esta vez lo hice y pensé en lo peor cuando él no estaba”

‘Parece que lo conoces desde hace tiempo’

“Desde hace mucho, mmmm, cada vez que vengo de vacaciones con mi familia me suelo esconder en la librería”

‘Es muy extraño, yo suelo estar ahí casi siempre y jamás te había visto’

“Quizás me notaste más ahora porque tengo el cabello rosa”

‘No, ¿Cómo crees?’ Se rio y esta vez Zelo lo miraba reír

“¿Por qué te quitaste el morado?”

‘Esas cosas de chicos ya no me van’ Sonrió al escribir aquello, realmente se sentía anciano

“¿Cuántos años tienes?”

‘Veintidós’

“Woo, realmente eres viejo –dijo sin moderar su voz, haciendo que unas cuantas chicas próximas a su mesa rieran por el comentario- Yo apenas y cumplí 17”

‘Tú eres el bebé aquí entonces’

“¿Bebé?” se sonrojó al leer la palabra

‘Exactamente’ le dijo sonriendo y jugando una vez más con esos rulos color rosa.

                La camarera llegó después con su orden y les echó una rara miradita. Desde lejos se notaban que ellos dos no venían a coquetear con damas. De buenas sólo los molestó unos segundos, luego se retiró tan pronto vino.

‘Entonces… ¿Me dirás que te pareció el libro?’

                Ambos, siendo amantes de la lectura, les apasionaba mucho compartir puntos de vista de un mismo libro. YongGuk pudo comprobar que aquel niño no era una broma, sino que realmente se tomaba en serio el leer un libro. Se dio cuenta que de Zelo había notado los mismos detalles que él en su momento y eso le pareció maravilloso. Las horas pasaron y el hambre llegó; el mayor notó el crujir del estomago ajeno y sin chistar le pagó la comida que quisiera. Zelo quiso pagar su parte, pero YongGuk no lo dejó.

Si resumiéramos esa tarde, sería una total y provechosa conferencia de libros.

 

 

Choi JunHong

                El pelirosa se había sentido completamente nervioso horas antes, pero se sorprendió cuando notó lo fácil que era comunicarse con ese hyung. El chico era nieto del Sr. Bang y también compartía su gusto por la lectura, así que no se guardó ni una sola palabra en su boca para hablar de todos los detalles de ese extenso libro que recién había leído. Acercándose la manecilla del reloj a las 6:00pm, recibió un mensaje precisamente de su madre. Le pedía que regresara de una vez debido a que se avecinaba una llovizna más tarde.

Y aunque no quisiera irse, tuvo que decirle a YongGuk que debía hacerlo.

‘Te acompaño otra vez’ le sonrió totalmente feliz y no pudo negársele. Tal y como propuso el mayor, ambos se encaminaron en dirección a la casa de Zelo con total lentitud. JunHong había tomado tanta confianza de manera tan rápida que ahora no podía cerrar la boca y además, no parecía molestarle a YongGuk en absoluto. A él parecía agradar escucharle y por ello, nunca se calló.

‘Hey Bun…’

“¿Bun?”

‘BunHong… jaja… Hey Bun, ¿Siempre eres así?’

Las mejillas de Zelo se tornaron rojas: “¿Cómo así? ¿Te estoy molestando?”

‘No para nada, pero ayer cuando me pediste que te acompañara estabas muy distinto’

“Ahhh, es que anoche solo quería disculparme… Y ahora me agradas más”      Zelo pensó aquello, pero no se dio cuenta que lo dijo en voz alta

‘Menos mal porque a mi también me agradas más’ y en cuanto Zelo leyó eso se puso tan rojo como un tomate.

“A-Ahhh ¡Bien! mi casa ya es aquí… te veré mañana hyung” y dicho esto se alejó lo más pronto que pudo.

 

                JunHong comenzaba a odiar el extraño espejo que lo recibía en la entrada siempre; le daba la oportunidad de observar cuán rojo se encontraba tras decir aquel diálogo tan extraño. Se ha de imaginar cosas raras de mí, yo lo sé… Arrastró los pies hasta el cuarto y dejó por ahí su skate. En cuanto se sentó en la orilla de la cama, sintió su celular ‘sonando’. Era un mensaje nuevo.

‘Ya ni te dije, llegaron libros nuevos así que te espero mañana ;) Descansa Bun’

Zelo no conseguía entender, cómo es que una persona lo hacía sentirse tan extraño.

 

 

 

Notas finales:

 

 

Hasta ahorita solo tengo escritas 3 partes, casi terminando la 4ta y ojalá solo quede en 5 xD porqueeeeee me da algo en las manos de tanto escribir D:!!! además de que por no terminar esto no puedo continuar mis otros fics que, ojalá tmb pasen a leer ewe <3

 

Esto se suponía que era un one shot ¡¿Pueden creerlo?! pero como lo estuve planeando punto por punto se hizo reeaaaaaaaalmente extensoooooooooooooo

 

pero bueni, gracias por sus rw's <3 si termino la 4ta parte hoy, subiré mañana la tercera :D!!!!!

 

-escapa-

 


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