Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

To end a war (the last command) por Lazzefire

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas, aquí estoy de nuevo. Trataré de actualizar diariamente también…aunque éstos capítulos con mucho más largos, pero haré lo que esté a mi alcance ^^ Gracias por leer…

¡Besitos Virtuales!

"Te está empezando a salir un poco de músculo." Dijo Yixing, observando solemnemente el pecho desnudo de Luhan. "O tal vez es sólo mi imaginación."

"No, de verdad parece que tiene más carne ahora." Confirmó Jongin.

"Sigue pareciendo un esqueleto con ojos para mí." Discrepó el Oficial Minseok.

Luhan rápidamente se puso su camiseta. "Todos ustedes jódanse y consérvense sus comentarios."

"¡Es un cumplido!" Dijo Yixing. "Has mejorado mucho." Habían tenido una pequeña batalla de espadas por la tarde, y aunque Yixing había sido el vencedor, Luhan se las arregló para darle una pelea justa, algo que los sorprendió y complació a los dos. "Parece que las lecciones del teniente están dando frutos."

"Él ha estado aprendiendo del Teniente Oh por casi tres semanas, por supuesto que ha mejorado," Dijo el oficial Minseok. Continuó, hablando con reverencia evidente,  "La esgrima del teniente Oh supera cualquier otra por mucho."

"Lástima que siga siendo un gran imbécil," Dijo Jongin.

Y llegó el teniente Oh, haciendo que los tres comentaristas saltaran del susto. Luhan, por otro lado, lo saludó con calma.

"Ven, Luhan," Dijo el Teniente Oh. Le lanzó una mirada siniestra a los otros tres, y al Oficial Minseok le dijo, "¿No deberías estar patrullando?"

"¡Señor, sí, señor!" Gritó el oficial Minseok, saltando y huyendo de la tienda.

Yixing y Jongin tosieron y fingieron estar ocupados con lo que sea que sus manos pudieran encontrar, y Luhan se fue con el teniente.

Las tareas nocturnas se habían convertido en una rutina ahora, y Luhan siempre cantaba mientras trabajaba. Sus conversaciones con el teniente eran tan escasas como antes, pero ahora la música llenaba el silencio, y Luhan se consolaba con ella.

Se preguntó si el teniente Oh estaba amontonando deliberadamente tareas innecesarias—definitivamente los pisos no necesitaban ser barridos o lavados a fondo todas las noches; tenía más sentido que el teniente hiciera su propia cama por la mañana en vez de esperar a que Luhan lo hiciera por la noche; sus botas rara vez estaban sucias, fregarlas cada noche parecía hacerles más daño que bien. La única tarea que parecía estar justificada era la de ordenar la montaña de cartas sobre el escritorio.

Pero él hizo sus tareas con tanta diligencia como siempre, cantando en voz alta y llenando la casa con la alegría que profesaba. El teniente nunca interrumpía su canto, y Luhan terminó su repertorio sólo cuando él terminó su trabajo.

Esa noche, mientras Luhan estaba barajando una pila de papeles en la mano, se escuchó el sonido de los cascos de un caballo aproximándose desde afuera. La puerta de la casa se abrió, interrumpiendo la canción de Luhan, y se acercó a un oficial.

"Teniente Oh, señor, acabamos de interceptar un mensaje del enemigo. Centinelas cerca del río capturaron a un enviado del enemigo," Dijo el oficial, mostrando un pergamino sellado. "Esto es lo único que cargaba."

El teniente lo recibió y le quitó la banda de refuerzo, desenrollando y examinando el mensaje con rapidez. Bajó el pergamino y suspiró. "Parece que sólo hemos conseguido una victoria a medias, Oficial Kyungsoo. Esto está escrito en su idioma. No tenemos esperanza de descifrar su lengua o este pergamino." Dijo, y poco después el oficial se retiró.

Luhan vio cómo el teniente levantaba la misiva incautada, caminando lentamente hacia su escritorio. Impulsado por la curiosidad, Luhan se inclinó ligeramente para robar un vistazo al pergamino.

Vio las palabras escritas y se congeló. Unos segundos después, el teniente suspiró una vez más y se rindió, soltando el papel y dejando que se enroscara de nuevo.

"¡Señor!" Gritó Luhan. "¿Puedo echarle un vistazo a eso?"

Con una ceja levantada, el Teniente Oh se lo pasó, y Luhan tomó un segundo vistazo. "¿Puedes entenderlo?"

"Creo que sí," Respondió Luhan, confundido. "Pero no entiendo por qué. Parece estar escrito en mi lengua materna."

Y el teniente Oh habló al darse cuenta, "No es de extrañar entonces. La gente del noroeste habla una variante dialectal de lo que hablan nuestros enemigos, y su escritura es casi idéntica. Luhan," Dijo con urgencia, “Traduce lo que puedas.”

"Lo intentaré, señor, pero…" Respondió Luhan nerviosamente, "No estoy totalmente alfabetizado. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que leí algo.” Él miró a la primera línea, y luchó para formar una traducción en la lengua común, "Quinientos tres—"

"Espera un momento," Dijo el teniente, acercando una hoja de papel y una pluma y comenzando a escribir. "Continúa."

"Quinientos tres hombres de pie junto, la puerta fortificada del este-este-este, preparativos en curso," Tartamudeó Luhan, entrecerrando los ojos.

"La Puerta del Este debe significar el camino duodécimo," El teniente Oh murmuró para sí mientras transcribía las palabras de Luhan.

Línea por línea, Luhan avanzó, a veces volviendo a revisar la línea anterior para traducirla de nuevo. Se alegró de que el teniente fuera paciente, esperando mientras él volvía a redactar frases y se corregía a sí mismo en innumerables ocasiones. Pero en los dos últimos párrafos, Luhan fue derrotado, encontrando imposible leer el pergamino de allí en adelante.

"Lo siento," Le dijo a su superior.

"¿Estás seguro de que no puedes leer una sola palabra aquí?" Presionó el teniente. "Esta misiva estaba empezando a dar indicaciones de cuáles son sus próximos planes."

"Entiendo algunas palabras, pero no lo suficiente para unir las piezas coherentemente." Y con una repentina idea, Luhan dijo, "Si es posible, ¿puedo llevar esto a mi tienda y pedirle ayuda a mi amigo?"

"¿Zhang Yixing?" Preguntó el teniente Oh.

Luhan asintió, aunque interiormente se sorprendió de que supiera el nombre de Yixing. Luhan nunca se lo había mencionado.

"Muy bien." El teniente se levantó de su escritorio. "Vamos a tu tienda ahora."

 

"Mierda, mierda, mierda," Le masculló Yixing a Luhan en su lengua materna. "¿Por qué tenías que traer al teniente?"

"¡Traduce rápido!" Ladró Luhan. "Por supuesto que tiene que estar aquí. Él tiene que escribir lo que decimos. A menos que sepas escribir en la lengua común—"

"Soy un puto campesino, ¿Cómo voy a saber escribir? Pero no puedo soportar la presión. ¿Por qué sus ojos son tan pequeños? ¿Por qué está tan callado? ¿Por qué es tan espeluznante?” Balbuceó Yixing mientras sus ojos revoloteaban sobre el pergamino, tratando de entender la escritura. "¿Por qué me está mirando? No, en realidad, te está mirando a ti, ¿Por qué te está mirando?"

"¡Traduce los dos últimos párrafos!" Gritó Luhan, irritado más allá de las palabras.

"Es difícil," Se quejó Yixing. "Solo estuve cinco años en la escuela—"

"Y yo sólo tres años y medio," Replicó Luhan.

El teniente los observaba con una imperturbable expresión. Jongin fingía estar dormido, no queriendo involucrarse en ningún asunto que necesitara comunicación directa con el teniente.

"¿Por qué somos tan ignorantes?" Gimió Yixing. "Está bien, dice algo acerca de una—una proposición?"

Luhan miró la línea que su amigo estaba señalando. "'Proposición' no se escribe así."

"Oh, a la mierda."

"Cálmate y lee correctamente. Si no puedes hacerlo, sólo dilo."

"Oh, espera, creo que puedo entender esta parte: los aliados llegaron al norte. ¿Está bien?"

Luhan escaneó la línea, tratando de reconstruir la traducción de Yixing con su propio entendimiento. "Eso me parece que está bien, en realidad."

"Tradúcelo para el teniente ahora. Parece que está a punto de matarme con sus pequeños y brillantes ojos.”

Luhan le transmitió la información al Teniente Oh.

"'Las conversaciones con el Rey del norte todavía están en curso," Continuó Yixing, descifrando lentamente el texto. "Supongo que eso significa que aun no son aliados, sólo lo están discutiendo. Ojalá me hubiera quedado en la escuela.”

 

“Buen trabajo, Luhan, Yixing,” Dijo el teniente Oh.

"Sentimos demorar tanto en terminar la traducción, señor," Dijo Luhan.

"Ya está hecho, y lo que tenemos aquí es lo suficientemente bueno para enviárselo al Rey. Ve a la cama, nos vemos mañana."

"Buenas noches, señor."

"Buenas noches, Luhan."

Yixing no se molestó en decir buenas noches, habiendo cubierto su cabeza con la manta, agotado.


 

"El rey estaba muy complacido con tu trabajo," Le informó el teniente Luhan, una semana después, una mañana mientras tomaban sus clases particulares. "Va a enviar emisarios al este y al sur para ganarles la alianza en respuesta."

"Me alegra haber sido útil, señor," Respondió Luhan. 

"Avisa de mi gratitud a Zhang Yixing también."

"Él estará encantado de escucharlo." A Yixing probablemente le daría igual, en realidad. 

"Ahora levanta los brazos y permanece estable," Dijo el teniente Oh. Luhan posicionó sus brazos, tirando de la cuerda. A partir de esta semana, todos los reclutas habían comenzado su entrenamiento de tiro con arco, y Luhan llevó esto con mayor gracia que con la espada. Parecía un largo tiempo desde que el teniente Oh había necesitado castigar a Luhan por un error.

"¿Echas de menos tu hogar?" Preguntó el teniente de repente, justo después de que Luhan disparara una flecha al objetivo, fallando el blanco por sólo un par de pulgadas. 

"Sí, señor. Mucho. Extraño mi compañía y mis amigos."

"¿Y tu familia?"

"No tengo. Mis padres murieron hace más de diez años, y no tengo hermanos."

El teniente no respondió.

"¿Qué hay de usted?" Preguntó Luhan, antes de darse cuenta de lo estúpido que era molestar al teniente con una pregunta personal. Como era de esperar, no hubo ninguna respuesta.

Y entonces, justo cuando Luhan preparaba otro intento con el arco, una respuesta lenta y pausada llegó, "Soy igual que tú, sin padres ni hermanos."

Luhan se sorprendió por obtener una respuesta. Su impacto creció a medida que el Teniente Oh ofrecía más información, sonando casi deseoso de compartirla, "Mis padres eran lacayos de un terrateniente. Murieron cuando yo era joven y me quedé al cuidado del señor. Era de buen corazón, y al no tener descendencia propia, me trataba como si fuera su hijo. Bajo su tutela, aprendí esgrima y equitación. Aún no tenía catorce años cuando me enfrenté a mi primera batalla, una escaramuza que fue el intento de algunos bárbaros de adueñarse del castillo de mi señor. Al parecer, maté a tres de los bárbaros líderes ese día. Supe de esto más tarde, cuando el rey me mandó llamar, después de enterarse de mis actos. Él quería que me uniera a su ejército, y lo hice."

"Y ahora aquí está," Dijo Luhan.

"Después de muchas largas batallas, aquí estoy."

"El rey debe confiar mucho en usted."

"Más de lo que merezco." Con esa respuesta, Luhan alcanzó a ver un destello de emoción en el rostro del teniente Oh, uno que denotaba disgusto ante algún pensamiento. Sintió deseos de hacer algo, de ofrecer una mano consoladora, para borrar cuanta preocupación se hubiera abierto camino en las venas del hombre.

"Eso es bueno, creo," Comenzó, hablando gentilmente, "Tener un lugar al que pertenece y saber que confían en usted. Me sentía así en mi compañía. Usted debe sentirse de esa manera aquí, o en batalla."

Y luego Luhan lamentó sus palabras, porque el teniente Oh se quedó en silencio.

"Recoge una flecha y prepárate para disparar," Fue lo siguiente que dijo el teniente.

 

Esa noche, en vez de ir con el teniente a su casa, el teniente llevó un pequeño montón de papeles a la tienda de Luhan y habló con él y Yixing.

"He recibido noticias de un campo de entrenamiento vecino esta tarde," Dijo el teniente Oh. "Al parecer, interceptaron a otro enviado del enemigo, pero ninguno de los hombres de su campamento puede leer el mensaje, ni siquiera los que vienen del noroeste. Ellos nos lo enviaron a nosotros, habiendo oído de su trabajo. Tradúzcanlo lo más rápido posible."

"Oh mierda, mierda, mierda," Chilló Yixing, ocultándolo en su lengua materna, mientras Luhan asentía con la cabeza y decía, "Sí, señor".

El mensaje fue más corto que el anterior, y más fácil de entender, y para alivio de Yixing, lo terminaron en una hora.

"¡Somos unos putos genios! Sobre todo yo,” Gritó Yixing, riéndose, su acento marcándose mucho más por el gozo. En su alegría victoriosa, se estiró y sacudió el cuerpo de Jongin, queriendo despertarlo para que se uniera a la celebración, pero este seguía profundamente concentrado en fingir estar dormido y lo ignoró, su miedo del Teniente Oh siendo su principal preocupación.

"Luhan, acompáñame a entregarle esto a los mensajeros," Dijo el teniente, su voz ronca y ligera. "Gracias por tu trabajo, Yixing."

"De nada, Teniente Oh," Respondió Yixing respetuosamente. Pero luego cambió de nuevo a su lengua materna y comenzó a maldecir otra vez, declarando con sinceridad que se cortaría la garganta si tuviera que traducir una palabra más.

Luhan y el teniente salieron y se dirigieron a la puerta del sur, donde se encontraban la mayoría de los mensajeros. Fue un viaje largo, cabalgaron a toda prisa, pero una vez entregado el mensaje, el regreso se hizo a un ritmo pausado.

"A veces siento como si Zhang Yixing me estuviera insultando," Dijo el teniente, su tranquila voz agitando la oscuridad.

"No a usted, señor," Dijo Luhan. No sólo a usted, quería decir.

"¿Estás dispuesto a cantar para mí ahora?" Preguntó el teniente Oh.

"¿Qué le gustaría que cantara esta noche?"

"No lo sé," Respondió el teniente. "Me gusta todo lo que cantas."

La honesta respuesta hizo que Luhan se ruborizara inexplicablemente, y se alegró de que la oscuridad de la noche envolviera su rostro.

"O podríamos simplemente hablar si no quieres cantar," Sugirió el teniente.

Luhan se preguntó qué había penetrado en las paredes de acero del corazón del Teniente Oh, infectándolo y haciéndolo aflojar tanto la lengua ese día. Parecía más cálido y radiante, un paréntesis de la actitud fría e inflexiva que lo acompañaba normalmente. "Podemos hacer eso, señor," Respondió Luhan finalmente. Esperó a que su superior dijera algo, que sugiriera un tema. Hacía mucho que se había acostumbrado al silencio que a menudo reinaba entre ellos, la incomodidad habiéndose desvanecido por completo y siendo reemplazado por una extraña sensación de calma familiar.

"Tengo veintitrés años," Fue lo que se le ocurrió al teniente a los pocos segundos. "Eres mayor que yo por cuatro años."

"¿Lo soy?" Dijo Luhan, sinceramente sorprendido. "Usted se ve mayor que yo, señor."

"Sólo porque tú te ves más joven que todos los demás. Imagina mi sorpresa cuando me dijiste que tenías veintisiete. La primera vez que te vi, pensé en lo desesperado que debía estar el rey por ganar la guerra si reclutaba incluso niños para luchar sus propias batallas.”

"Usted me dijo esto el primer día que llegué al campamento, señor."

"¿Lo hice?" Incluso con los ojos fijos en el camino, Luhan sabía que el teniente lo observaba fijamente. Yixing le había preguntado antes por qué los ojos del teniente siempre estaban sobre en él, fijos pero aún sombríos y vacíos. Luhan no supo cómo responder. En las semanas anteriores, el teniente nunca lo miraba, siempre veía hacia delante en la distancia o a un lado de la cara de Luhan, pero ahora únicamente lo miraba a él.

"Sí, señor."

"¿Te ofendí?"

Luhan dudó en responder.

"Habla francamente conmigo," Ordenó el teniente, sonando extrañamente alentador.

"Un poco," Respondió Luhan finalmente. "Tal vez sus palabras me tomaron con la guardia baja, pero lo que dijo me sacudió un poco en mi primer día en este campamento."

"Entonces me disculpo por lo que dije."

Luhan volvió la cabeza, y sus ojos se encontraron con los del teniente. "No  tiene importancia, señor,"             Dijo en voz baja. "No vale la pena pedir disculpas.”

El teniente Oh sonrió por segunda vez en semanas, y Luhan se deleitó de contemplarlo. Su sonrisa parecía más amplia que antes, más brillante y radiante, y Luhan se preguntó si la oscuridad le estaba jugando trucos a sus ojos.

"Luhan," Comenzó el teniente, la sonrisa permanecía aun cuando su voz era grave y seria "Al hablar conmigo, libera tu lengua y no te guardes tus pensamientos, aunque yo sea tu superior."

"¿Señor?"

"Es una orden. Cuando veo cómo se tratan tú y Yixing, la comodidad con la que hablan—aunque no entienda lo que están diciendo—me digo a mí mismo que me gustaría tener a alguien con quien estar así.”

"¿Y le gustaría que yo fuera esa persona, señor?"

"Sí," Respondió el teniente. "Sí, me gustaría."

Dicho con tal honestidad, combinado con una hermosa sonrisa, Luhan estaba aturdido. Pensó en algo que decir, pero nada parecía correcto—no había una palabra en el mundo, ni en su lengua materna ni la lengua común, que pudiera describir el rugiente remolino de sentimientos que pululaban desde su cabeza hasta su corazón, sentimientos que parecían imposibles de encapsular en palabras que su boca pudiera pronunciar.

En su silencio, el teniente continuó, "No sé por qué, pero me he sentido así desde hace un tiempo. Esta noche, por fin he podido decir estos pensamientos en voz alta.”

"Tal vez," Dijo Luhan, tratando de encontrar los medios para suprimir la corriente de confusión en él, "Por fin se haabierto lo suficiente como para querer conectarse con otros."

"Tal vez sí, o tal vez eres simplemente tú quien me hace sentir esto."

Calor subió al rostro de Luhan, y dijo, tratando de reírse del tema, "He escuchado esos cumplidos antes."

"No sé por qué hice esa oferta de tenerte como mi estudiante, esa noche hace varias semanas,” Dijo el teniente, cambiando de tema. Parecía tener mucho que decir esa noche, y estaba determinado a sacarlo todo a la superficie. "Después de que tú y Yixing se fueron, volví a mi casa y me pregunté por qué te había dicho esas palabras. Palabras que habían salido de mi boca como si no fueran mías."

"Me he estado preguntando eso mismo, señor."

"Tal vez es porque te ves tan parecido a un niño que siento la necesidad de cuidar de ti de alguna manera." El teniente sonrió. Y mientras Luhan le devolvió la sonrisa, sorprendido por su intento de decir de una broma, pensó para sí que sentía que era más a menudo él quien cuidaba del teniente.

"Estás ocultándome algo." Los pensamientos de Luhan fueron interrumpidos por la voz ronca.

"No es nada importante."

"Te estoy ordenando que lo compartas conmigo, incluso si consideras que no es importante. ¿Hay alguna manera para convencerte de despojar tus labios de sus defensas?"

Luhan nunca pensó que llegaría el día en que el teniente Oh, de toda la gente, le pediría que hablase más, "Señor, si me permite la pregunta entonces, ¿Por qué me pone a limpiar su casa? Definitivamente eso no es parte de mi entrenamiento.”

El teniente desvió la mirada, y Luhan deseó que la luna brillara un poco más, ya que parecía que la oscuridad lo estaba engañando, ilusionándolo con la imagen del teniente bajando la cabeza tímidamente. "Tienes razón. No es el deber de un soldado limpiar mi piso o lustrar mis botas. Me ofrecieron un ayudante para hacer estas cosas, pero yo era más que capaz de mantener mi propia casa.”

"¿Entonces por qué me pide que realice estas tareas, señor?"

"Encontré cómoda tu presencia. Y cuando supe que sabías cantar, encontré que tus canciones eran aun más agradables. La forma en que siempre sonreías para ti mismo mientras cantabas se convirtió en algo que me hizo sentir comodidad. Quería que estuvieras a mi alrededor tanto como fuera posible.”

Luhan reflexionó sobre las palabras en silencio, preguntándose si estaba viendo en ellas un significado completamente diferente de lo que quería decir el teniente. Un recuerdo vino a él, y luego habló, "Señor, ¿Recuerda aquella primera noche, cuando limpié su piso? Cuando estaba limpiando debajo del escritorio, usted—usted descansó sus pies sobre mí."

"Lo hice," Confirmó el teniente, y ahora ni siquiera la oscuridad podía ocultarlo, la pena era evidente en su voz, "Lo siento por eso."

"Pero ¿por qué, señor?" Presionó Luhan.

"Tú—" El teniente empezó y se detuvo. "No lo sé. Te veías cálido y pequeño, y sentí que quería tocarte de alguna manera.”

Cabalgaron en silencio por un momento, y luego Luhan estalló, "Esa es la razón más estúpida para usarme como un reposapiés."

"No quise ofenderte,” Replicó el teniente.

"’Cálido y pequeño' ¿Qué tipo de animal crees que soy? Poniendo tus piernas sobre una persona de esa forma, ¿Qué idiota no lo tomaría como algo ofensivo?" Atacó Luhan. 

"S—supongo que sí parece bastante ofensivo,” El teniente se rindió con un murmullo, y Luhan rió en respuesta, sin poder creerse el absurdo momento en que el teniente le estaba hablando tímidamente a él. La actitud del Teniente Oh volvió rápidamente y lanzó una mirada a Luhan.

"¿Es así como tú y Yixing son el uno con el otro?"

"Con eso te refieres a decir groserías constantemente y gritarnos entre nosotros? Entonces sí, siempre.”

"Entonces me alegro de que estemos hablando de esta manera,” Dijo el teniente Oh, una pequeña sonrisa apareciendo de nuevo en su rostro. Luego advirtió, en un tono indescifrable, "Pero no te olvides de que soy tu superior."

Inmediatamente, los ánimos de Luhan fueron intimidados, y se preguntó qué locura se había apoderado de él hacía un momento, hablándole de semejante forma a su teniente.

Y entonces, para su sorpresa, una mano cálida se acercó y encontró la suya, y sus manos permanecieron conectadas mientras cabalgaban. "Mi nombre es Sehun,” Dijo el teniente, sonriendo. "Quiero que lo sepas."

"¿Por qué, señor?" Preguntó Luhan, encontrando imposible entender las palabras y las acciones del teniente, la forma en que entraban en conflicto, una pidiendo más intimidad, la otra exigiendo respeto entre sus rangos. Tal vez ni el propio teniente no sabía lo que quería, pensó Luhan.

"Porque—No tengo ninguna buena razón," Admitió el teniente. "Al igual que no tengo una buena razón para querer hablar contigo de esta forma, ni para quererte a mi lado todos los días, ni para querer contarte mi pasado. Me parece que no tengo buenas razones para nada cuando se trata de ti. Sólo quiero que sepas mi nombre. A diferencia de los otros oficiales de alto rango, he preferido utilizar solamente mi apellido como parte de mi título, en vez del que me fue dado. Decidí hacerlo en parte como muestra de respeto hacia mi señor. Oh es su apellido, y no el que tenía cuando nací, y cuando mis padres murieron, me convertí en su hijo y tomé su apellido. No muchos saben cuál es el nombre que me dio mi madre.”

"Sehun,” Dijo Luhan, probando el nombre con su lengua. La mano que encerraba la suya se apretó con sorpresa.

"Ha pasado mucho tiempo desde que alguien me ha llamado por ese nombre." Se escuchó una larga exhalación, y Luhan se preguntó exactamente qué mal recuerdo había sacado el teniente Oh de su corazón.

 

Cuando llegaron a la tienda de Luhan, la campana había sonado hacía mucho y todos los reclutas estaban profundamente dormidos.

"Buenas noches, Luhan," Dijo el teniente Oh.

"Buenas noches, señor," Respondió Luhan. Pero justo cuando se giró para retirarse a su tienda, el teniente tomó su mano y le hizo quedarse.

No se dijo nada por el momento, y Luhan miró con curiosidad a los ojos del teniente Oh, viéndolos moverse de lado a lado con desconcierto y confusión auto infligida.

"Que duermas bien," Dijo el teniente finalmente.  

"Usted también, señor." La mano de Luhan estaba floja alrededor de los largos y delgados dedos de su comandante en jefe. Sintió el impulso de cerrar sus propios dedos en torno a los de él, pero fue capaz de mantener ese deseo bajo control.

"Te veo mañana temprano," Dijo el teniente, y su agarre sobre Luhan seguía siendo inquebrantable. Sus ojos se movieron nerviosamente una vez más, de lado a lado y de arriba abajo, y Luhan sintió que estaba siendo examinado a fondo.

"Sí, señor, no llegaré tarde." Respondió. Se preguntó cuándo sería liberada su mano, sin embargo, deseaba que el momento nunca llegara.

"No quiero dejarte ir," Admitió finalmente el teniente, sus ojos conectándose con los de Luhan, dejando de moverse sin rumbo. "Me gusta hablar contigo. Me gusta estar cerca de ti. Me gusta cómo se siente tu mano en la mía en este momento."  La confesión fluyó de sus labios, como si una palabra facilitara el camino para la siguiente, cada una saliendo en cascada detrás de la otra.

Sintiendo un estremecimiento, como si su cabeza de pronto fuera demasiado ligera para su cuerpo, Luhan susurró, "¿Quieres que me quede afuera por un poco más, Sehun?"

Al oír su nombre, la mano del teniente se tensó y finalmente soltó la de Luhan, enderezando su espalda. "No." Dijo, su voz apretada cuando su solemnidad regresó. "No, Luhan. Todos los reclutas deben estar en cama a estas horas, incluyéndote. Te veré en la mañana."

Y con eso, el teniente Oh se desvaneció en la noche, en dirección a los establos para devolver el caballo de Luhan, y dejando a Luhan con una corriente de confusión y frustración creciendo dentro de él.

 

Continuará…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).