Cuando Jonghyun entra a su habitación ocultando la mano izquierda tras su espalda, Jinki sabe que algo anda mal. Jonghyun sonríe como siempre claro, pero con su mano visible rasca su nuca inquieto, como hace cada vez que está nervioso o intenta ocultar algo de él, además aún está con su uniforme. Y por si eso no fuera suficiente, son aproximadamente las tres de la mañana y Jonghyun debe haberse saltado un montón de seguridad y reglas para llegar hasta allí. Sin embargo, Jinki no dice nada, simplemente lo mira fijamente hasta que Jonghyun se sienta junto a él en la cama, y espera.
Espera que Jonghyun le diga qué demonios es tan importante para despertarlo en medio de la noche. Debe ser algo realmente importante porque de otro modo, Jinki podría ser el perpetuador de un crimen esta noche.
Jonghyun evita mirarlo y sigue ocultando su mano, no dice nada y Jinki tampoco, y está comenzando a ser desesperante. Porque por muy molesto que esté no puede evitar preocuparse por Jonghyun. Debe haber pasado algo y Jinki sabe qué es ese algo. Jonghyun debe haber sido castigado otra vez.
– ¿Qué hiciste esta vez, Jonghyun? – Su tono es abatido, como si ya supera lo que se viene. Y es que han pasado por esto un centenar de veces y Jonghyun sigue sin aprender la lección.
– Hyung, ¿por qué siempre que vengo a tu habitación crees que he hecho algo malo? – Jonghyun hace un puchero, intentando parecer ofendido, pero Jinki lo mira con los ojos entrecerrados, acusadoramente. Y Jonghyun se rinde, quitando su mano de la espalda y dejando que Jinki la viera.
Jinki toma su mano con delicadeza como si pudiera hacerle daño con solo el roce de sus dedos. Le provoca una sensación incómoda el ver la piel magullada de Jonghyun. Las palabras estaban escritas en el dorso de su mano como si alguien las hubiera trazado con un bisturí, sin embargo la superficie seguía perfectamente liza. Los castigos físicos no solían ser aplicados en la escuela, pero desde que los adolescentes se habían vuelto cada vez más rebeldes y difíciles de controlar, ahora eran una medida común de corrección.
Haciendo una mueca, examina el grabado en el dorso de la mano de Jonghyun. “No debo registrar habitaciones ajenas sin autorización.” Jinki da un largo suspiro, y vuelve a mirar a Jonghyun con desaprobación. Jonghyun aprovecha de rascar su mano, la herida picaba mucho luego de secarse.
–Tienes que dejar de causar problemas, Jonghyun. ¿Sabes que eres al único a quien han aplicado este castigo durante el año?
–¿Eso es un halago? – Bromea Jonghyun, rascándose la mano con más fervor.
–No – Corrige Jinki de inmediato. Con brusquedad toma la mano con la que Jonghyun se rasca la herida y la aleja para posar sus dedos sobre ella – También necesitas dejar de venir aquí cada vez que esto sucede. Sabes que si se enteran de que puedo curar esta clase de heridas estaré en problemas.
Jinki hablaba en serio. No se suponía que conociera ese hechizo. Era un antiguo hechizo de curación que dejaron de enseñar en la escuela porque resultó ser fallido, la primera vez que lo usó hizo que a Jonghyun le crecieran un par de orejas y una cola. Se veía muy adorable según él, pero Jonghyun estuvo enfadado con él por una semana después de eso, aunque de todas maneras había conseguido curarlo. Jinki se había encargado de mejorar aquel hechizo evitando los efectos secundarios y hasta ahora siempre había funcionado. Aun así, si los profesores se enteraban de seguro estaría en problemas, porque además de ser fallido, era magia blanca de alto nivel, ni siquiera necesitaba usar su barita para ejecutarlo. No tenía la edad suficiente para usarla y era prácticamente ilegal. Lo peor era que la última vez que alguien había usado magia de alto nivel siendo menor, había nacido la leyenda del que no debe ser nombrado.
–Lo siento, Jinki hyung. No volverá a pasar – Jonghyun habla sacándolo de sus pensamientos y Jinki eleva su mirada para ver su rostro.
–Eso dijiste la última vez – No buscaba ser odioso, pero era cierto. Si le pagaran por cada vez que escucha esas palabras dichas por Jonghyun, tendría una pequeña fortuna.
–Esta vez es cierto, lo prometo – Jonghyun lo mira con sus grandes ojos brillantes, sabiendo que son su debilidad y Jinki da otro largo suspiro. Nunca puede decirle no a Jonghyun.
–Espero que sí.
Dicho eso, sostiene la mano de Jonghyun con ambas manos y fija su mirada en la herida para luego comenzar a recitar el hechizo de curación.
“El fuego quema y la magia enmienda. Herida, herida, vete ahora antes de que ambos se vuelvan en tu contra.”
Jinki ve como poco a poco la herida enrojecida desaparece de la piel de Jonghyun. Tiene que repetir el hechizo un par de veces más para que desapareciera por completo, pero lo consigue con facilidad.
–Listo – Dice Jinki, pero no suelta la mano de Jonghyun. En cambio acaricia el dorso de su mano con delicadeza.
–¿Dolió mucho? – Suena abatido. Su estómago se revuelve otra vez, al imaginar la mano sangrante de Jonghyun sosteniendo la pluma mientras escribía su castigo. Era consciente de que cada vez que el castigo era aplicado dolía un poco más y Jonghyun ya había pasado por el varias veces.
–Sólo un poco – Jinki no está mirando a Jonghyun, pero sabe que es mentira. Jonghyun siempre miente para evitar hacerlo sentir mal. Aprieta la mano de Jonghyun, la cual sigue mirando fijamente, con fuerza intentando darle fuerza. – No importa ahora que me curaste. Aunque ahora tienes que curar mi corazón.
Jinki eleva su mirada para encontrar los ojos de Jonghyun y el menor lo mira con esos ojos de cachorro con los que sabe que puede conseguir cualquier cosa que pida. A pesar de que lo dice en tono de broma, Jinki lo mira con el entrecejo fruncido por unos segundos, pero al momento siguiente está tirando del corbatín rojo de Jonghyun para atraerlo hacia él.
Alcanza a ver la sonrisa de suficiencia de Jonghyun antes de estampar sus labios contra los del menor. Sin embargo, mueve sus labios con calma, son suavidad como si de verdad intentara curar el corazón de Jonghyun. Y su beso es dulce y sabe a cielo, como cada beso que se han dado antes.
Naturalmente sus mano libre encuentra su camino hacia la cintura de Jonghyun, y siente la mano curada de Jonghyun deslizarse por su cuello para acercarlo más, si es que eso era posible. Su corazón late rápido, demasiado rápido y puede sentir el pulso latiendo en sus oídos. Sus sentidos se cierran y lo único que puede sentir es a Jonghyun. Cuando han terminado de saborear sus labios, Jonghyun muerde ligeramente su labio inferior pidiendo permiso para entrar en su boca. Jinki se lo concede fácilmente y sus lenguas se encuentran enseguida. Sin prisa, sin luchar por el control, simplemente explorando, disfrutando del sabor del otro.
Y cuando se separan por la falta de aire, Jinki siente un ligero calor en sus mejillas y puede ver el rubor de Jonghyun. A pesar de las muchas veces que se han besado, siguen sintiendo esas mariposas explosivas en su estómago y la timidez inicial se hace presente cada vez que se separan luego de un beso.
Jonghyun une sus frentes y Jinki siente su aliento golpear contra sus labios. Ese aliento embriagador que lo tienta a besarlo de nuevo. Sin embargo se contiene y busca la mano curada que Jonghyun mantiene en su nuca, para quitarla de allí y apoyarla sobre su muslo. Entrelaza sus dedos y le da un pequeño apretón antes de volver a hablar.
–¿Qué hiciste esta vez, Jonghyun? – Jinki repite la pregunta que quedó sin respuesta al principio, esperando que sea respondida esta vez. Tiene curiosidad por saber que había hecho Jonghyun para merecer ese castigo.
–Me metí a la habitación del director – Jonghyun habla como si no se tratara de nada importante. Pero lo es, por si no fuera poco violar las reglas metiéndose a habitaciones ajenas había escogido la habitación del director. Incluso podría haber sido expulsado.
–¿Por qué? – Jinki se separa de él y lo mira con reprobación. Sin soltar su mano, pero dándole a entender que no estaba de acuerdo con sus acciones y que había actuado mal.
–Quería encontrar la capa de invisibilidad de Harry Potter – Está vez Jonghyun parece un poco más culpable o en realidad, más avergonzado.
–¿¡Qué!? ¡Jonghyun! ¿Qué no sabes que probablemente esté en Hogwarts? ¿Qué te hizo pensar que estaría en la oficina de nuestro director? De hecho, ¿qué te hace pensar que todavía existe?
–No lo sé, pensé que podría existir otra. Tenía que asegurarme – Se encoje de hombros, y Jinki contiene las ganas de darle un golpe.
–Eres un idiota, ¿lo sabes? – No espera una respuesta y continua hablando – De cualquier manera, ¿para qué quieres una capa de invisibilidad? – Jinki lo mira extrañado, con la curiosidad repentinamente despierta.
–Bueno, mañana es nuestro primer aniversario. – Jonghyun luce un poco tímido ahora y juega con los suspensores de sus pantalones, nervioso. – Quería llevarte a Hogsmeade para tener una cita afuera como celebración. Sabes que no podemos salir sin permiso, así que planeaba que escapáramos. Aunque supongo que ya no podremos…
La voz de Jonghyun se apaga a medida que habla y Jinki se encuentra en una perdida momentánea delas palabras. ¿Jonghyun había estado pensando en él al hacer esa tontería? ¿Había recibido un castigo por intentar darle una sorpresa?
– De verdad tú… – Jinki muerde su labio inferior con fuerza, frustrado. Se sentía horriblemente culpable… aunque también horriblemente conmovido por la idiotez de su novio – No tenías que hacer eso. Es suficiente con que lo recordaras y estés conmigo…
–Quería hacerlo especial, Jinki hyung – Murmura Jonghyun con voz apagada y es suficiente para que el corazón de Jinki se encoja con la necesidad de hacerlo sentir mejor.
–Si de verdad quieres ir allí, puedo llevarnos. El otro día encontré un traslador que lleva a Hogsmeade, está en el gran comedor. Recuerdas ese candelabro inútil que nadie utiliza nunca, ya descubrí su utilidad – Jinki le da una sonrisa entusiasta, intentando animarlo y luego mece sus manos entrelazadas juguetonamente.
–¿Por qué no me lo habías dicho? – Jonghyun parece sorprendido, gratamente.
–Porque no quería que te escaparas allí cuando se te diera la gana. Lo usaremos sólo por esta ocasión especial ¿de acuerdo? – Jinki siente como si estuviera hablando con un niño de cinco años y es que Jonghyun lo parece mientras lo mira con esos ojos radiantes de emoción al escuchar su proposición.
–De acuerdo. Sólo por nuestro día especial – Dice Jonghyun en voz baja como si se tratara de un secreto o una travesura, pero el tono entusiasta de su voz es muy audible. Se acerca a Jinki con lentitud haciendo que el corazón del mayor se acelere por la cercanía.
–Por nuestro día – Repite Jinki en un susurro, terminando con la distancia entre ellos e iniciando un beso que seguramente no será el último de la noche.