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Heart Over Mind, Mind Over Heart por DraculaN666

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Notas del capitulo:

Nombre: Heart Over Mind, Mind Over Heart


Autora: OliviaHills


Traducción: DraculaN666


Beta: No tengo para estos casos, damn...


Notas de la traductora: Bueno, aquí el primer capítulo. Yes sir, lo otro era el prologo. Y ajá, veamos cómo nos va de ahora en adelante con la historia. Espero todos estén rezándole a sus santos -o acosando a la autora- para que la continúe pronto. En fin.

—Courage…


Ahí estaba de nuevo, justo a fuera de la granja pequeñita que llamaba hogar, el calor seco hacía su respiración rápida y de cortas bocanadas, mientras las aves graznaban haciendo círculos en el cielo, esperando que algo callera muerto y poder almorzarlo.


Courage se levantó con las piernas temblorosas, tropezando cada vez que intentaba dar unos pasos, pero volviendo a enderezarse una vez más cuando una silueta de pelo rizado se vislumbraba por la ventana.


—¡Muriel! ¡Muriel! —Llamó con fuerza, la estridencia de su voz confundiéndose con el graznido de las aves.


Eso ya no importa, pensó Courage, formando una sonrisa torcida en su rostro, estoy en cada con Eustace y Muriel, y ahora todo va a estar bien, voy a estar...


Sin embargo, Courage tenía una sensación extraña mientras se acercaba a su casa, un presentimiento horrible que hizo que su estómago se encogiera y su corazón saltara hasta su garganta cuando el calor del sol se desvaneció y el cuelo se cubrió de nubes desagradables y oscuras. Hasta los pájaros se habían ido. Algo andaba mal.


La casa, su casa, estaba más lejos que antes y su sombra se reflejaba de una forma que Courage le recordaba algo siniestro. No, esa no podía ser su casa.


Esa casa, aunque se parecía demasiado a la granja era... muy extraña.


Aunque se había quedado en el mismo lugar donde se había despertado, la casa todavía...


Courage se detuvo en seco, con una mirada aturdida en el rostro.


No recordaba haber despertado.


Soltó un jadeo, sentándose con la espalda recta y los ojos tan abiertos que superaban el ancho de los mejores platos de porcelana de Muriel cuando la realidad lo golpeó de lleno. Restregó sus ojos hasta que volvieron a la normalidad, tragando duro, la realidad pegándole tan duro como una aplanadora.


Courage definitivamente ya no estaba en Kansas.


La cama en la que ahora descansaba no se parecía en nada a la suya. Era casi del doble del tamaño que su cama vieja y estaba bien decorada, con fundas y sábanas caras, comparadas con su cama en el ático, que sólo tenía unas mantas blancas y dos miserables almohadas. Incluso la habitación era asombrosamente enorme, de color caoba rojizo y un enorme escritorio en una esquina.


 


Aunque, claramente falta algo. Courage de mordió las uñas distraídamente, mientras le daba a la habitación un repaso, el silencio cerniéndose sobre el lugar como una nube oscura. Sin embargo, no mucho después el silencio fue roto por una inhalación brusca.


 


No había un solo teléfono, ordenador o televisión en la habitación.


—...pero tienes que venir a trabajar para mí. No tendrás interacción con ellos dos o con cualquier persona, sin paga, sin salida.


Courage comenzó a gritar, al borde de un ataque de nervios. La neblina que se había formado levemente en su mente se desvaneció, y cada recuerdo se vertió como si un dique se hubiera roto, dándole al pobre un terrible dolor de cabeza.


—No habrá interacción con ellos dos o con cualquier persona...


Todo el calvario en el sótano de Muriel envió una puñalada a través de Courage y la habitación que hace un momento era tan grande, empezó a encogerse, cerrándose de a poco. La temperatura de la habitación de disparó y Courage luchaba por respirar correctamente cuando todo a su alrededor comenzó a girar, los muebles, la decoración de la habitación se convirtieron en manchas de diferentes colores.


-...sin salida.


Solamente quería ocultarse. Ocultarse, acurrucarse en una esquina y esperar a que Muriel fuera por él y le rescatara de esa horrible pesadilla. Entonces, como en cualquier extraña situación en la que se había visto envuelto Courage, se irían a casa, como siempre, y Muriel cocinaría algo de su horrible mucho-demasiado-vinagre pastel de carne y pastel de arándanos, pretendiendo que nada fuera de lo común había ocurrido ese mismo día. Eustace estaría leyendo en su sillón las noticias de Ningún Lugar y refunfuñando para sí mismo sobre cómo Courage era mimado más de lo que debería y todo sería igual al día siguiente.


Negó ligeramente con la cabeza, formando una sonrisa triste en su rostro. Esa voz persistente en su cabeza, la que siempre le estaba salvando de muertes seguras, sabía que nada volvería a ser igual.


Y le dolía. Dolía con todo su ser saber que no había una maldita cosa que pudiera hacer, salvo esperar la tormenta.


Una vez más, se acurrucó debajo de las sábanas, con la cabeza apoyada en la mullida almohada. No tenía que estarse preocupando por las cosas del pasado.


Pero la ansiedad acerca de su futuro era harina de otro costal.


Courage apenas había logrado un sueño ligero e inquieto cuando la puerta color caoba se abrió de golpe, despertando al chico. Se incorporó rápidamente, frotándose sus adormilados ojos para enfocar mejor la vista.


—¿Dormiste bien? —Esa suave voz y la sonrisa brillante que le siguió congelaron totalmente a Courage-. Pensé que nunca despertarías.


—Tú... —le dio una mirada dura a su supuesto archienemigo, rechinando los dientes fuertemente y apretando sus manos en puños. A pesar de que probablemente no había ni un solo gramo de violencia en Courage, el estrés emocional combinado con el agotamiento le tenían listo para lastimar a quien fuera en cualquier momento. Katz no era la excepción—. ¿Dó-dónde estoy? ¿A dónde me trajiste?


— ¿No recuerdas nuestro trato, querido muchacho? —Rió de forma oscura, caminando por la habitación hasta detenerse al pie de la cama. Con la débil luz, Courage podía distinguir el rojo del pelo y el traje de Katz, pero su rostro seguía sin poder distinguirlo—. Dejaré con vida al viejo, pero a cambio debes renunciar a tu libertad. Así que aquí estamos, mi muchacho, tu nuevo hogar.


Katz levantó las manos, abarcando toda la habitación, mientras que Courage se quedaba sentado y completamente en shock, asimilando poco a poco toda la situación. Antes de que realmente pudiera plantearse cada pequeño detalle, Courage sintió el golpe de una gran pila de papeles, casi tan grandes como él, ser arrojadas a sus brazos. Katz se puso sobre él con sobriedad y comenzó a revisar los papeles de la parte superior de la pila.


— Estas son las tareas que necesito terminadas para hoy muchacho. Cada cosa en estos documentos tiene que estar hecha para la seis y media, en punto. O sino... —Katz se inclinó, acercándose tanto que él y Courage estuvieron frente a frente—. Tendrás que pagar las consecuencias.


Con una risita más oscura y otro vistazo a Courage, Katz le dejó ir lentamente, pavoneándose por la habitación como si fuera el mandamás. Antes de que la puerta estuviera totalmente cerrada, se detuvo.


—Oh, y por cierto —se burló con un tono agradable y amable, arreglando el dobladillo de su traje-, sé un buen chico y pruébate tu nuevo uniforme.


No miró cuando Katz se despidió, pues su vista se había clavado en el otro extremo de la cama, donde notó un conjunto nuevo de chaqueta, camisa y pantalón, de color rojo intenso, y adornados con una K mayúscula en el bolsillo anterior de la chaqueta y en el bolsillo del pantalón.


Courage tomó las cosas, una lágrima solitaria bajando por su mejilla mientras se ponía la camisa.


Ya no había vuelta atrás.

Notas finales:

Esta historia también la subo en fanfiction.net... que pinche difícil se puso esa página, sinceramente. Como fb, puras mensadas hacen... En fin. Estoy acostumbrada a la simplicidad de A-Y.


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