Remember When... por LeeJinhyunnie

En el capítulo anterior...

-¿Te arrepientes de amarme?- Pregunté, comenzando a sollozar.
-¡No, eso jamás! ¡No llores! Ven aquí...- Me atrajo en un abrazo en el que yo aproveché para desahogarme.
-Hyung, ¡tengo miedo! ¡Quiero irme de aquí!- Lloraba en su hombro.
-Ya lo sé... Pero aún no puedes... Confías en mí, ¿no?- Asentí. -Pues te prometo que en cuanto pueda, te sacaré de aquí. Solo aguanta un poco más- Me separé unos milímetros y él besó mi frente.
-Vale, aguantaré. Pero no tardes, por favor...- Asintió lentamente mientras me dedicaba una pequeña sonrisa.

El momento fue interrumpido por Jissah, quién nos traía la cena.
No sabía lo que planeaba YongGuk, pero decidí confiar ciegamente en él. Estaba totalmente seguro de que podría sacarme de esa maldita casa; porque creo en sus palabras, y en lo que siente por mí.
La vida no es un cuento de hadas, pero siempre hay una escapatoria.

-Fin Zelo P.O.V-



Capítulo 12: Froot.

-YongGuk P.O.V-

-¿Todo bien chicos?- Nos preguntó Jissah, dejando la cena encima del escritorio de JunHong.
-Más o menos...- Respondió éste mientras se separaba de mí lentamente.
-¿Qué ocurre pequeño?- Se sentó junto a él en la cama y le mostró una cálida sonrisa.
-Que lo sé todo. Absolutamente todo. Desde porqué no recordaba a YongGuk, hasta las razones que habían detrás de todo este lío- Respondió mientras se tumbaba mirando hacia el techo.
-Sabía que este día llegaría tarde o temprano... ¿Qué hareis?- Me preguntó observándome fijamente.
-La verdad es que no lo sé... De momento sólo podemos esperar a que cumpla la mayoría de edad- Respondí seriamente.
-¿Os marchareis?- Frunció el ceño, preocupada.
-No pienso quedarme aquí por mucho más tiempo. Lo siento noona, pero no quiero vivir bajo el mismo techo que esos monstruos a los que les importa más el qué dirán que su propio hijo- Le dijo Jun con algo de ira en su voz.
-¿Y qué hay de tu hermano?- Le volvió a preguntar.
-Como si alguna vez le hubiera importado... Para él sólo soy un estorbo, y lo sabes- Jissah suspiró ante la respuesta.
-Bueno, respetaré tu decisión, pero me da pena que te quieras ir...- Dijo tristemente.
-Estaré bien, mejor que aquí seguro, no te preocupes. Y esté dónde esté, seguro que podrás visitarme- Le sonrió para tranquilizarla, lo cuál parece que funcionó.
-Está bien... Bueno, os dejo cenar, hasta mañana...- Y tras despedirse, sin darnos lugar a más, salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

Me tumbé al lado de JunHong, a lo que él aprovechó para abrazarse a mí; ese acto me sorprendió, pero sabía que necesitaba consuelo, así que comencé a acariciarle el pelo.

-Deberíamos cenar antes de que la comida se enfríe- Le dije con calma.
-Un momento, por favor...- Susurró.
-Como quieras...-

Los minutos pasaron en silencio. JunHong parecía que se había tranquilizado después de saber todo, pero antes de que pudiera siquiera levantarme a por la cena, mi teléfono móvil sonó desde un bolsillo de mi pantalón. Al ver que se trataba de HimChan, respondí sin más preámbulos.

-¿Qué pasa HimChan?- Le pregunté mientras sentía cómo Jun me miraba con curiosidad.
-¿Dónde estás? Uppie y yo estamos frente a la puerta de tu casa, hemos llamado varias veces al timbre pero no contestas- Respondió un tanto preocupado.
-Estoy en casa de JunHong. Ya os dije que tenía que hablar con él... ¿Pero qué haceis ahí?- Volví a preguntar, desconcertado.
-Queríamos cenar contigo, pero ya veo que tienes otros planes- Dijo pícaro. Yo me dediqué a suspirar profundamente.
-No mal pienses...- Le dije con tono cansino, observando como JunHong volvía a acurrucarse en mi pecho.
-Lo que tú digas. Mañana hablamos-
-Sí. Hasta mañana- Colgué y volví a suspirar. -Vamos a cenar anda- Dije, moviéndome un poco.
-Está bien...- Se levantó y caminó hasta su escritorio para coger la bandeja con comida y traerla de vuelta a la cama.


Cenamos con relativa normalidad, estando alerta por si sus padres se acercaban a la habitación.
Al terminar, me tumbé en la cama dispuesto a dormir mientras Jun se ponía el pijama en el baño; yo me rehusé a usar uno. Cuando volvió se tumbó a mi lado.

-¿Estás seguro que no quieres que te preste un pijama?- Me preguntó.
-Estoy bien así, no te preocupes- Le sonreí y él asintió poco convencido.
-Oye hyung... ¿Puedo hacerte una pregunta?- Se giró, quedando de lado para poder verme.
-Claro, pregunta lo que quieras- Volví a sonreírle.
-¿Incluso si es una pregunta personal?- Preguntó un poco nervioso.
-Eh... Sí, adelante- Reí para que se animara a preguntar.
-Bueno... Tú y yo... Alguna vez... ¿Hemos intimado?- Se sonrojó completamente.
-Pues... Sí, lo hemos echo- Le miré fijamente.
-Oh... O sea que... Mi primera vez fue contigo, ¿no?-
-Sí pequeño. Siento si te he desilusionado- Él negó con la cabeza.
-En parte me alegra saber que fue contigo, pero por otro lado me da pena no recordar nada-
-Si quieres te hago recordar- Levanté las cejas con picardía.
-¡Hyung!- Me lanzó un cojín mientras reía. -Pervertido...- Seguía riendo intentando no hacer mucho ruido.
-Me dices pervertido, pero si recordaras lo que pasó, sabrías que no eres el más indicado para hablar- Reí entre dientes.
-Indirecta muy directa captada- Seguía riendo.
-Mejor vamos a dormir antes de que nos oigan- Me acomodé en la cama mientras hablaba.
-¿Puedo dormir abrazándote cómo antes?- Preguntó, a lo que yo asentí con una sonrisa. -Gracias hyung, eres genial- Dijo para después acomodarse en mi pecho.
-Sabes que no es nada Jun- Le di un beso en la coronilla y él se acurrucó aún más.
-No puedo esperar a que sea mi cumpleaños para irme de casa y poder estar contigo- Susurró.
-¿De verdad es lo que quieres?- Pregunté cerrando los ojos.
-Nunca he querido hacer una cosa tanto como ahora hyung-
-Entiendo... Tengo un plan en mente, así que tan sólo espera y lo verás-
-Está bien, confío en ti- Dijo en un tono adormilado.

A los pocos minutos de observar cómo se había quedado dormido, me dormí yo también, deseando que el tiempo pasara lo más rápido posible.
A la mañana siguiente desperté antes que JunHong, así que aproveché que era temprano para irme sin que lo notara; aunque me costó un poco deshacerme de su fuerte abrazo.
Salí rápidamente de la casa no sin antes asegurarme que sus padres seguían durmiendo, y le envié un mensaje a HimChan para quedar con él en una cafetería cerca de mi apartamento.
Media hora después de que yo llegara a dicho lugar, apareció un cansado HimChan, quién se sentó frente a mí.

-Espero que después de haberme levantado tan temprano me invites a un café- Dijo nada más sentarse.
-Dalo por hecho-
-Bien... ¿Y qué ha pasado?- Preguntó una vez que la camarera nos entregó los pedidos.
-Necesito tu ayuda...-
-¿Mi ayuda? ¿Para qué exactamente?- Le dio un sorbo a su café.
-Para ayudar a JunHong a escapar de su casa- Le di vueltas a mi bebida mirándole fijamente.
-¿QUÉ? ¿TÚ ESTÁS LOCO?- Gritó, llamando la atención de los demás clientes
-Shhhh, no alces la voz que nos van a echar. Y no, no estoy loco-
-No, estás como una puñetera cabra. Que es el siguiente nivel- Dijo susurrando.
-¿Si te cuento la historia comprenderás porqué te pido esto?-
-Soy todo oídos- Se acomodó en su asiento.

Le conté toda la historia; desde que nos conocimos, hasta ahora. Tras narrarle todo, me miró profundamente, analizando su respuesta.

-Sabes que no suelo darte la razón en cuestiones tan drásticas como esta... Pero esta vez es diferente. JunHong necesita salir de ahí lo más rápido posible- Dijo seriamente.
-Entonces... ¿Me ayudarás?-
-Claro que sí. Pero primero debemos pensar dónde llevarlo...-
-Cierto. Estuve pensando en dejar que se quedara en mi apartamento, pero seguramente sus padres lo encontrarían al día siguiente, y eso es lo que menos queremos- Apoyé mi cabeza en la palma de mi mano, pensando en qué hacer.
-Tengo una idea... ¿Por qué no lo llevas a casa de tus padres?- Chasqueó sus dedos como si acabara de resolver un problema de física.
-No sé... Mis padres adoran a JunHong, pero sería demasiada carga para ellos. Además, ¿qué pasa con su instituto? No puede dejar sus estudios así como así. ¿Y el grupo? Te recuerdo que tenemos una presentación poco después de su cumpleaños- Suspiré frustrado.
-No había pensado en eso... Pero espera, ¿tu madre no era profesora antes?- Alzó una ceja.
-Sí, ¿por qué...?- Abrí los ojos de par en par. -Si el instituto lo autoriza y le da el temario, ¡ella puede enseñarle!-
-Exacto. Y en cuanto al grupo no te preocupes, la presentación es en otra ciudad también-
-Tengo que llamar a mis padres para ver si aceptan. Gracias HimChan, de verdad, no sé qué haría sin ti en situaciones como esta. Siempre me salvas-
-Para eso estamos los amigos. Y oye, que no se te olvide comentárselo a JunHong y al resto-
-Por supuesto- Le sonreí, contento. Por primera vez veía una luz al final del túnel en el que nos encontrábamos.


Y así fue cómo el tiempo pasó rápidamente. Mis padres accedieron a ayudarnos, y enseguida llamaron al instituto de Jun para preguntar si había algún problema con que terminara sus estudios en casa. Dada la aprobación de la institución, sólo quedaba la del mismo JunHong, quién emocionado, aceptó nuestro plan. Tras meditarlo un poco, decidimos pasar a la acción el mismo día de su cumpleaños. Mientras tanto, pasábamos los días perfeccionando el plan y practicando para el concurso.

Cuando el día del cumpleaños llegó, Junhong decidió dar una fiesta para celebrarlo y así poder distraer a sus padres. Jissah también estaba enterada, lo cuál nos facilitaba la misión. Todos fueron invitados a la fiesta menos, obviamente, yo. Mientras todos disfrutaban, o fingían hacerlo, decidí pasar a la siguiente fase del plan: cortar la electricidad de la casa.



-Zelo P.O.V-

Me encontraba sentado en un sofá del salón de mi casa, no paraba de mirar el reloj en mi muñeca; pronto sería la hora. Estaba preparado para salir corriendo. Alcé la vista y observé a los demás chicos, quienes me enviaban miradas y asentimientos de cabeza. Quedaba poco.
Cuando todos me estaban entregando sus regalos, las luces se apagaron, esa era la señal.
Me levanté rápidamente mientras todos, sobretodo mis padres, gritaban histéricos. Escuché cómo mi padre nos decía que iría a la entrada de la casa para comprobar los interruptores. Tomé eso como una oportunidad para salir por la puerta que daba al jardín, no sin antes dejar una nota sobre la mesa ratona que había en la sala.
Comencé a correr lo más silencioso que mis pies me permitían. HimChan me dio una palmadita en el hombro y susurró un “buena suerte” que agradecí profundamente.
Salí al jardín y me encontré con YongGuk, quien me entregó una maleta que yo había preparado el día anterior con mis pertenencias.

-Vámonos, he visto a tu padre salir y no debe de tardar en darse cuenta que los interruptores no tienen la culpa de esto- Asentí y salimos por la puerta del jardín sin mirar atrás.



-HimChan P.O.V-

Vi cómo JunHong se iba con YongGuk y suspiré aliviado, de momento todo iba bien. Nosotros teníamos que mantenernos en la casa para que sus padres no sospecharan nada raro.
El padre volvió con una linterna en la mano y con cara de pocos amigos.

-Un gamberro nos ha cortado la electricidad de la casa- Dijo, bastante enfadado.
-Ah...- Suspiró su madre. -No puede ser. Voy a buscar más linternas, y velas. JunHong, ayúdame... ¿JunHong?- Preguntó tras un momento de silencio, mirando en todas las direcciones, buscando a su hijo en la oscuridad.
-JunHong, deja las bromas y sal de dónde quiera que estés. Esto no tiene ninguna gracia- Habló de nuevo el padre, apuntando a todos lados con la linterna.
-Señor, aquí hay una nota- Dije, cogiendo la nota que JunHong había dejado.
-¿Una nota? Dámela a ver- Dijo un tanto agresivo, arrebatándomela de las manos.
-No lo puedo creer...- Dejó caer la nota una vez la terminó de leer.
-¿Qué pasa cariño? ¿Qué pone?- Preguntó su esposa, recogiendo la nota del suelo.
-Léela en voz alta. Que todos la escuchen- Ordenó.
-”Si pensábais que podíais retenerme toda la vida entre las paredes de esta casa, estábais muy equivocados. Sé todo lo que sucedió hace años atrás, y no quiero saber nada más de ustedes. Me pareceis la peor escoria del mundo. Ahora puedo tomar mis propias decisiones, sin consultaros, así que no me busqueis, porque no os servirá de nada. Haced como si yo nunca hubiera existido, de todas formas, no creo que os cueste demasiado. Y por favor, no echeis la culpa a mis amigos, la decisión de irme fue mía. Por una vez, dejadme vivir la vida como yo quiero. Atte: JunHong”- Terminó de leer con la voz un poco temblorosa.
-¿Y bien? ¿No sabeis a dónde ha podido ir?- Nos preguntó el padre.
-No señor, nosotros no sabíamos nada de esto- Negué con la cabeza, un poco nervioso.
-Entonces os voy a pedir que os marcheis, por favor- Dijo mientras se sentaba en el sofá.
-Claro señor... Vamos chicos- Les dije, ya que veía que no reaccionaban.

Salimos de la casa y andamos una cuadra antes de gritar de puro alivio.

-Menos mal que no descubrieron nada- Dijo DaeHyun.
-¿Creeis que van a buscarle?- Preguntó YoungJae.
-Yo creo que si nos preguntó fue para guardar las apariencias...- Dije.
-En sus caras se veía cómo un peso se les quitaba de encima- Dijo JongUp.
-Son muy hipócritas... Pero bueno, voy a llamar a YongGuk- Dije sacando mi móvil.
-”¿HimChan?”- Preguntó desde la otra línea.
-El mismo. Todo ha salido muy bien, no os preocupeis. ¿Cómo estais?- Puse el teléfono en manos libres.
-”Cansados, pero genial. Hemos tenido que pagar una gran suma de dinero a un taxista para que nos lleve a casa de mis padres”-
-¿Por qué no cogisteis el autobús?-
-”Por las cámaras de seguridad”- Susurró.
-Te acabo de decir que no os preocupeis por eso, sus padres parecen haber comprendido la nota que les dejó-
-”Bien entonces. ¿Nos vemos mañana?”-
-Ahí estaremos todos. Hasta mañana-
-”Adiós”- Colgué la llamada y miré al resto.
-Bueno chicos, no tenemos tiempo que perder. Nos vemos mañana a las 10AM en la puerta de mi casa. Aún debemos hablar sobre cosas del concurso- Todos asintieron y yo acompañé a JongUp hasta su casa.
-En fin Himmie, hasta mañana, que descanses- Dijo una vez llegamos a su edificio.
-Buenas noches, y que descanses tú también Uppie- Le di un dulce beso antes de marcharme a mi apartamento.

Realmente esperaba que los padres de JunHong no lo buscaran. Porque por mucho que les dijera que no se preocuparan, yo mismo tenía mis dudas. Aún así, no podía hacer que vivieran con la incertidumbre.
Mañana sería otro día, uno más resplandeciente.