Capítulo 13: Injusticia.
-Zelo P.O.V-
Siempre he pensado que la vida es injusta con las personas que menos lo merecen. Y aunque lo he reafirmado miles de veces, uno nunca sabe cuándo puede cambiar su suerte; o si siquiera cambiará.
Querer cerrar los ojos para escabullirte de una realidad que por ley de vida te ha sido asignada.
Creer que al abrirlos algo habrá cambiado para mejor, por mínimo que ese 'algo' sea.
Ver que todo sigue exactamente igual y volver a cerrar los ojos para no ser invadido por la desilusión.
Ver para creer. Creer para querer intentar. E intentar para fracasar.
Así podría resumir mi vida a la perfección.
Injusta, sí, hasta que intenté algo nuevo.
Aquel día dónde JongUp me invitó a saltarme las estrictas reglas de mi padre, ese día, marcó un antes y un después en mi cabeza.
Comencé a darme cuenta de que no podía desperdiciar toda mi vida fingiendo que me gustaba lo que hacía, porque tenía un sueño por delante, y eso es más importante que nada.
Si no te aceptas a ti mismo, ¿cómo pretendes que te acepten los demás?
Por primera vez en mucho tiempo, deseaba no cerrar nunca los ojos para enfrentarme a la realidad que se me presentaba. Quería destruir mis cadenas y empezar a vivir de verdad.
-Ya hemos llegado- Me dijo una voz conocida.
Situé mi vista poco a poco. Me encontraba en un taxi con YongGuk a mi lado. Comprobé que nos habíamos parado frente a una casa.
-¿Me quedé dormido?- Pregunté mientras me incorporaba.
-Sí, pero es normal, es de noche y debes estar cansado después de todo- Dijo mientras salía del coche.
-Aún no amanece. ¿No molestaremos a tus padres?- Pregunté preocupado mientras agradecía al conductor con la cabeza y seguía los pasos de Bang.
-Tengo mis propias llaves, sólo debemos evitar hacer ruido- Asentí mientras él cogía mi maleta de la parte trasera y despedía al taxista.
Nos acercamos a la entrada de la casa y YongGuk abrió la puerta con sigilo. Una vez entramos, cerró con cuidado y me condujo a lo que supuse era su habitación.
-Siento decirte que no hay más habitaciones, así que tendremos que compartir ésta. Lo bueno es que hay dos camas. Una es de mi hermano, y la otra es mía- Dijo poniendo mi maleta en el suelo.
-Pero no quiero incomodar a tu hermano, puedo dormir en el sofá-
-Oh no, mi hermano vive ahora con su novia, así que no te preocupes por eso. Yo duermo en su cama y tú en la mía. ¿Te parece?- Me dedicó una sonrisa.
-Bueno... Sí- Dije poco convencido; más que nada porque no quería dormir solo.
-Bien, pues ya puedes instalarte- Dijo tumbándose en la cama.
Yo me dediqué a coger mi maleta, ponerla encima de la otra cama, sacar toda la ropa, y colocarla en la parte vacía del gran armario.
Mientras acomodaba la ropa, me fijé en que en una de las estanterías había un libro un tanto llamativo. Al verlo bien, me di cuenta de que era un álbum de fotos. Y como la curiosidad mató al gato, lo cogí y observé la portada; éramos Bang y yo, abrazados y sonrientes.
-Me lo regalaste tú- Escuché a mi espalda.
-¿Eh?- Me giré para ver a YongGuk sentado y apoyado sobre el cabecero de la cama.
-El álbum, me lo regalaste tú cuando cumplimos 5 meses juntos- Sonrió con calidez y yo me senté a su lado, álbum en mano.
-Vaya... Qué cursi- Solté una pequeña risa.
-Puede, pero a mí me encanta- Lo cogió y lo abrió despacio. -¿Ves esta foto?- Me señaló la primera foto del álbum, en la cual salían unas manos entrelazadas. Asentí ante su pregunta. -Esas son nuestras manos- Dijo sonriendo.
-¿Quién sacó la foto?- Pregunté, curioso.
-Tú- Rió vagamente antes de continuar. -¿Quieres que te cuente la historia de este álbum?- Asentí con interés. -Bueno, el día de nuestra primera cita te llevé a una feria...- Le interrumpí.
-Espera, ¿una feria?- Ladeé un poco la cabeza.
-Exacto, vendían todo tipo de cosas, y también había atracciones- Explicó.
-No suena muy romántico... Ni íntimo-
-¿Qué pretendías que hiciéramos en nuestra primera cita?- Levantó una ceja.
-Nada nada- Moví las manos para que no me malinterpretara.
-Bueno- Tosió para proseguir. -Mientras caminábamos mirando los diferentes puestecillos, nos paramos en uno dónde vendían una cámara; una polaroid, para ser concretos. Tú te quedaste prendado de ella nada más verla-
-Era de color blanco, ¿cierto?- Asentiste, sorprendido. -Aún conservo esa cámara... Espera- Me levanté de la cama y me acerqué a mi maleta, sacando de uno de los bolsillos delanteros la susodicha cámara. Luego volví a sentarme a su lado. -Es esta, ¿verdad?- Se la mostré.
-Si... En efecto. No puedo creer que aún la tengas, e intacta- Sonrió mientras dejaba el álbum en su regazo y la cogía.
-Siempre me pregunté de dónde había salido. Y sobretodo qué significaba esa fecha que está escrita en la esquina superior derecha- Le señalé dicho lugar y él se limitó a sonreír con nostalgia, asintiendo repetidas veces.
-Es la fecha en la que comenzamos a salir. Esta cámara te la compré yo en aquella feria. Ya dije que te quedaste prendado de ella, así que cuando te despistaste, decidí comprarla. Al día siguiente quedamos y te la regalé, envuelta en un bonito papel. Al principio te mosqueaste conmigo, pero se te pasó con un beso- Rió alegremente, a lo que yo me sonrojé. -Después sacaste esa foto de nuestras manos. Nunca supe qué hiciste con las fotos que sacabas hasta que me regalaste el álbum. Sin duda, el mejor regalo de mi vida- Me miró sonriendo.
-Gracias hyung... Por lo de la cámara- Reí ligeramente. -No la he utilizado mucho por miedo a que se rompiera, pero también es uno de los mejores regalos que alguien pudo haberme dado- Le sonreí de vuelta.
-Sabes que no es nada. ¿Qué te parece si nos hacemos una foto y la colocamos al final del álbum? Dejaste una página vacía para poner más fotos... Yo creo que ya podemos hacerlas, ¿no?- Alzó una ceja.
-Tienes razón, es una gran idea- Cogí la cámara de sus manos y la puse frente a nosotros. -Posa para la foto hyung- Reí y puse una mueca graciosa antes de pulsar el botón para hacerla. Al instante salió la foto y la aireé para poder verla. -Hyung, te dije que posaras, pero no te has movido ni un milímetro. Ahora soy el único que sale haciendo el tonto- Hice un puchero mientras le enseñaba la foto.
-Sales perfecto, como siempre- Dijo cogiendo la foto para analizarla.
-¿Pero tú has visto bien mi cara?- Pregunté señalando la fotografía mientras un ligero rubor teñía mis mejillas.
-Sí que la he visto bien, e insisto en que eres hermoso, hagas lo que hagas. No dejes que nadie te diga lo contrario, porque no lleva razón- Contestó sonriente, colocando la foto al final del álbum.
-Hyung... No me digas esas cosas...- Dije completamente sonrojado.
-Después de todo lo pasado, te mereces que te diga eso y mucho más- Se giró para verme. -Y también insisto en que sonrojado te ves mucho más lindo- Sonrió con calidez y yo bajé la mirada, avergonzado.
-Será mejor que guarde la cámara antes de que se estropee o algo- Cogí la cámara y me dispuse a levantarme de la cama, aún tímido.
-Espera- Me cogió de la muñeca antes de que pudiera siquiera moverme. Entonces giré mi cabeza para mirarle y estampó sus labios sobre los míos. Abrí los ojos como platos, más que nada porque no me esperaba aquello. En cuanto me posicioné cerré los ojos y respondí el beso, abrazándome a su cuello; él se abrazó a mi cintura. Continuamos así hasta que nos hizo falta respirar.
-Me sorprendiste...- Dije intentando recuperar mi respiración normal.
-Lo siento, no pude soportarlo... Por un momento pensé que no me corresponderías- Soltó una pequeña risa.
-Ya dije que fue una sorpresa. De todas formas, no hay razón por la que no fuera a corresponderte-
-¿Ah, no? La última vez que te besé me dijiste que no estaba bien porque sólo somos amigos- Alzó los hombros, sin entender.
-En realidad, si lo piensas... Nunca lo dejamos, nunca cortamos, tan sólo ocurrió una cosa que nos separó, pero no hubieron palabras de por medio-
-¿Qué quieres decir?-
-Qué prácticamente, seguimos siendo pareja- Rasqué mi nuca, nervioso.
-¿Y cuándo llegaste a esa conclusión, ah?- Preguntó con bastante desconcierto.
-En cuanto supe lo que significaba la fecha que está escrita en la cámara- Reí un poco.
-Hm... Nunca lo había pensado... ¿Sigues siendo mi pareja?- Preguntó con cautela, a lo que yo asentí.
-Supongo. A no ser que quieras terminar ahora- Fruncí el entrecejo.
-Claro que no, ni hablar- Negó con la cabeza. -La cuestión es lo que tú quieras- Me miró fijamente.
-Yo quiero continuar contigo hyung- Respondí convencido.
-¿De verdad?- Preguntó entusiasmado. Yo asentí. -Eso es genial, Jun- Me atrajo en un cálido abrazo al cual correspondí con gusto. -¿Qué te parece si compartimos cama?- Preguntó de repente.
-Eso mismo te iba a preguntar más tarde...- Le dije en un susurro.
-Te acostumbraste a dormir conmigo- Rió ligeramente mientras me acariciaba el pelo.
-Pues... Sí- Reí con él, aún abrazados.
-¿Te parece si dormimos un poco? Aún es temprano- Me preguntó pasados unos minutos sin movernos.
-Sí, por favor- Bostecé un poco y él rió ante mi respuesta.
-Bien. Entonces...- Se separó de mí y se levantó de la cama de su hermano para ir hasta la suya y deshacerla. -Ven aquí- Me indicó y yo me acerqué para sentarme a su lado. Ambos nos descalzamos y nos tumbamos en la cama. Yongguk nos tapó y yo me abracé a él. -Pondré una alarma para no quedarnos todo el día durmiendo- Dijo mientras cogía su móvil y ponía la alarma.
-Gracias hyung, por todo- Me acerqué para darle un pequeño beso y volví a acurrucarme en su pecho.
-A ti- Soltó una pequeña risa y apagó la luz antes de abrazarme y cerrar los ojos. Ante eso, no pude evitar sonreír para segundos después cerrar también los ojos.
Por fin me sentía completo.
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