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Sacrificio de sangre por AquaDreams

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Notas del fanfic:

Oneshot taekey.

Notas del capitulo:

Holí, espero les guste. Ah, y a Keep calm and love taekey también XD

El pueblo era tan antiguo que aún existían las carretas tiradas por caballos, calles de tierra y algunas de grandes adoquines decoraban la vista tan victoriana. Era en el siglo XV, no muy lejos de la gran catedral vivía una familia feliz, no eran ricos ni poseían muchas tierras, no eran dueños de minas de oro pero si tenían el respeto por el resto del pueblo. El padre era el pastor de dicha iglesia, la madre era una costurera muy codiciada por ellas, ambos tenían dos niños, El mayor Kim Kibum y el menor Kim Taemin.

Era una mañana común para la familia, despertar muy temprano para ir a sus trabajos y los niños estudiar en casa, porque solo la gente rica tenía la gran posibilidad de poder asistir a los escasos colegios en el lugar.

— Taemin-ah — Murmuró Kibum mientras intentaba despertar a su hermano menor, acostado a su lado— En cual quier momento mamá llegará, no querrás que nos vea así… ¿cierto?

— ¿Hyung? — Se sentó mientras se restregaba el ojo con su mano —.

— Apúrate Taemin-ah — Dijo el mayor mientras le alcanzaba la ropa, aquella que en la noche no había hecho falta.

Luego de ambos vestirse adecuadamente, antes de que su madre subiera a buscarlos, bajaron tranquilamente mientras desayunaban en paz con su padre y madre. Mientras conversaban de diversas cosas sucedidas, anécdotas, curiosidades y más cosas sobre la iglesia.

Su padre se retiró antes para dar la misa de la mañana y demás actividades con los huérfanos que residían en la misma parroquia.

— Bueno niños, debo irme a terminar unos vestidos para el teatro. Se portan bien ¿sí? — La mujer deja un beso en la frente de cada uno de sus hijos mientras camina hasta la puerta y hace un ademán de despedida.

— ¿Cuándo llegará nuestra maestra particular? — Preguntó Taemin.

— Media hora — Dijo Kibum mientras miraba el gran reloj colgado en la pared familiar. — ¿Por qué?

Taemin se abstuvo a decir alguna palabra y se acercó lentamente a su hermano mayor, le acarició el cabello y la mandíbula delicadamente, viendo la perfección en persona. Sonrió de lado, pero con ternura, se acercó lentamente y deposito un dulce beso en los suaves labios ajenos, sellando su amor de esa manera.

No tardaron mucho como para que el beso se hiciera más demandante, la sed que poseerse era demasiado alta como para detenerse, sus labios seguían apresando los del contrario mientras que se acariciaban por encima de la estorbosa tela, aún que la noche anterior se hubieran unido, no tenían suficiente del contrario. No les importo que llegara la maestra, subieron las escaleras y entraron a la primera habitación que encontraron, la de sus padres. Entraron y Taemin tiro a Kibum a la cama, este abrió más sus piernas dejando que el menor se posicionara con más libertad.

— Te amo tanto Kibum… — Musita mientras jadeos salen de su boca, luego de tantos besos su oxigeno escaseaba.

— Yo también Taemin… te amo demasiado — Taemin se tomó el tiempo de desnudar lentamente a su hermano, admirando el cuerpo blanquecino y lechoso, tan similar al suyo pero tan lejano al mismo tiempo. Sentía un gran calor, un fuego que no podías ser apagado muy fácilmente. Añoraba poder ser feliz con esa persona, pero sabía que no lo aceptarían, así que solo disfrutaba hasta que, inevitablemente sus padres le consiguieran con quien casarse.

Llevo sus manos al final de su pantalón quitándoselo de inmediato, una vez ambos en ropa interior se dedicó a delinear y recordar la textura del cuerpo suave y mullido al tacto. Sus largos dedos viajaban por todo el abdomen, mientras le besaba tiernamente el cuello y parte del pecho, aquel recorrido termino en la ingle del mayor, bajando hasta las piernas haciéndose paso entre ellas, el mayor rodeo a Taemin entre sus extremidades hasta dejarlo tan cerca que sabían que se podrían fundir en el infierno tranquilamente.

La mano de Kibum trabajaba lentamente por la gran espalda de Taemin mientras besaba el cuello de este, le encantaba sentir esa piel blanca en sus labios, ese sabor era tan exquisito y único, el perfume le embriagaba más que cualquier caro vino que jamás haya probado.

— Taemin ah, ah… —Gimió cuando sus cuerpos se rozaban en completa desnudes y sintonía, se acoplaban perfectamente ante el ojo del contrario y se sentían tan bien mutuamente que podrían estar así el resto de sus vidas.

Curveo su espalda, reluciendo sus curvas casi innatas, su cabeza se tiró hacía atrás al sentir como los largos y mojados dedos de Taemin se introducían en el muy fácilmente, pues su profesa de amor anterior le había dejado más accesible. No podían parar de tocarse y decirse cuanto se amaban, porque su amor era más allá del amor de hermanos, más allá del amor de un simple amante.

— Voy a entrar — Avisó Taemin recibiendo un asentimiento por parte del opuesto. Le sostuvo suavemente de las caderas mientras perfilaba su miembro en el ano expandido de Kibum y se fue introduciendo lentamente hacía el, suavemente, sumergiéndose en lo más profundo y cálido del interior de su pariente. Sentía su sangre hervir ante la gran muestra de cariño, su corazón estaba latiendo fuertemente, sonrió enternecido y se apegó al cuerpo del más grande, uniendo sus labios en un beso necesitado de amor. Empezó a moverse de adelante hacía atrás mientras seguía besando y acariciando el resto del cuerpo del rubio, quien por su parte, se abrazaba a la espalda del contrario, tirando su cabeza hacía atrás mientras gemía el nombre de su hermano menor.

— Ah, ah… sí, ahh… Tae… — Gemía quedito, procurando de abrir lo suficiente sus piernas como para que el menor pudiera alcanzar más hondo en él. — Te amo… te amo tanto — Soltó un alarido de placer mientras sellaba su confesión con un beso, uno más de los que tenían por delante.

— Yo también te amo… te amo tanto — Jadeo en el oído del rubio, tomándose el tiempo para sentir como el orgasmo se acercaba a él, esa sensación tan fuerte le invadió, relajando sus músculos, haciendo que toda esa tensión huyera dejándole tener una experiencia inolvidable. Antes de darse cuenta había rozado el punto dulce de su hermano, insistiendo siguió tocando en ese punto mientras el otro se rendía a rendir bajo su cuerpo, temblante y sudoroso. El mayor no podía más, su ano se expandía completamente mientras su punto G era tocado con insistencia, su miembro era apretado entre su cuerpo y el de Taemin.

— Ah, Mghh… Tae… — Gimió al sentir su orgasmo latente, su eyaculación fue al mismo tiempo, liberándose y sintiendo esa onda de placer expandirse desde todo su cuerpo, enviándoles descargas eléctricas a su cerebro para destensar sus músculos, estando más relajado. Su momentánea estreches por el orgasmo y la eyección de esperma, hizo que, Taemin se viniera en su interior sellando ese pacto de amor.

*

La mujer de gafas había tocado el timbre de la hogareña casa, pero nadie le atendía, suponía que sus alumnos estarían durmiendo por lo que no los molesto y entro con la llave que le habían dado, en caso de una situación similar.

Camino con sus libros, haciendo resonar sus zapatos, su cabello atado en lo alto y un lunar encima de su labio superior, en el lado derecho. Su mirada era intimidante pero siempre fue dulce en el interior. Subió las escaleras para ir al cuarto de los chicos, pero algo le había llamado la atención, la puerta de la habitación de los padres estaba abierta, suponía que lo más prudente era cerrarla para dejar la privacidad en lo personal. Suspiró un poco y se acercó a la habitación, tomo el pomo de la puerta y antes de cerrar ojeo un poco, era como una atracción magnética que le producía hacer aquello. Miró hacía el gran ventanal, las cortinas moviéndose lentamente por el poco aire que ventilaba el interior y hacía la diestra, la cama matrimonia, se sorprendió, se asustó, le repugno ver aquella escena.

Dos hombres en la misma cama, y para colmo, dos hermanos haciendo el amor, profesándose amarse eternamente. No cabía en su asombro, quería vomitar, le producía asco aquellas cosas, eso estaba completamente prohibido.

Quiso gritar, quiso releerles los levíticos, tirarles agua bendita a esas acciones del demonio. No iba a permitir, no iba a esconder aquello y corrió de la casa.

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— ¡Acción del demonio! — Gritó la mujer de lentes corriendo por las calles armando un revuelo entre todos los vecinos — Dos hermanos, hombres, en la misma cama ¡INACEPTABLE! — Dijo corriendo hasta la parroquia a buscar al padre de los dos pecadores.

Nadie cabía en su asombro, enterarse que los hijos del pastor y la costurera cometían el pecado de amar al pariente, incesto.

Ningún vecino se quedó con las manos atadas, procedieron a buscar sus antorchas y trincheras lo más rápido, aquello merecía un castigo.

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— ¡Kibum, despierta! — Grito Taemin mientras veía a lo lejos gente ir en la dirección de su hogar gritando cosas como: ¡Pecadores!, Hijos del diablo, morirán en el infierno, malditos.

Sabía que su cuento de hadas se había destruido. Cuando el mayor despertó, algo desorientado, no le explico mucho, solo dijo: Debemos huir Kibummie, nos matarán si seguimos aquí. El mayor vio por el gran ventanal, las antorchas acercarse, gritos desgarradores e insultantes hacía ellos. Sus lágrimas empezaron a brotar mientras tomaban lo necesario y algo de comer. Salieron por una de las puertas del sótano, que daba a un pequeño jardín. Vieron y escucharon los gritos y fuego de las antorchas más cerca, saltaron la valla (la cual estaba casi prohibida salir de ahí) pero lo hicieron, corrieron hasta al bosque escondiéndose y tratando de reguardar sus vidas. Llegaron a una pequeña cueva en la cual se sintieron un poco a salvo, prendieron una antorcha para iluminar el lugar, dejaron sus cosas en un rincón.

— ¡Lo lamento! — Dijo Taemin llorando— Te eh metido en un problema, lo siento. Por mi culpa…

— ¿Tu culpa? — Dijo enfadado Kibum— No digas eso— sus lágrimas no se habían secado— Ellos son quienes no entienden al prójimo, no entienden el amor verdadero, el cual cruza cualquier frontera, puede demoler cualquier muralla y tú lo sabes. — Declaro el mayor— Te amo y soy lo suficientemente feliz de que me correspondas, solo no te alejes— dijo abrazándose al menor mientras este no pudo responder, lloraban en silencio mientras se abrazaban.

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La comida escaseo luego de tres días en esa cueva, se sentían débiles y no podían salir a buscar comida, sabían que aun estarían buscándolos y no podían ir a ningún pueblo cercano porque era seguro que habrían notificado a cualquier lugar de escape posible. Tampoco podían escapar del país, necesitaban pasar por pueblos y uno de ellos era el cual quería la muerte de los pecadores.

— Lo lamento… lo lamento… lo lamento — Murmuraba Taemin, su mirada estaba cada vez más borrosa. Antes de que su vista se hiciera negra por completo, los vio, ahí parados, cerca de ellos, con sus puntiagudas armas, antorchas con fuego, perros furiosos. Vio como tomaban a Kibum, quien había perdido la conciencia unos minutos antes, su mirada se volvió nula al sentir un terrible dolor en su cráneo y al estar débil no ayudaba mucho.

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Su vista se había aclarado, veía un montón de gente enfrente de ellos, quiso moverse pero este acto se vio completamente anulado. Su cuerpo estaba paralizado, supo dónde estaba, era común ver ese artefacto de tortura en el medio de la plaza, en el corazón del pueblo. La picota estaba compuesta por dos placas de metal o madera, tenía 3 orificios pera la cabeza y los dos restantes para las manos. Se encontraba completamente desorientado hasta que los vio, vio la vista de sus padres completamente desaprobatoria, como si hubieran asesinado a alguien, o algo peor.

— ¡Ustedes no merecen vivir, pecadores! — Grito un sacerdote tirándoles agua bendita— “Cualquiera que yaciere con la mujer de su propia sangre; ambos, han de ser muertos; su sangre será sobre ellos”  — Dijo tirándoles más agua— “Si un hombre practica a la homosexualidad, al tener relaciones sexuales con otro hombre como su fuera una mujer, ambos han cometido un acto detestable. Ambos serán ejecutados, pues son culpables de un delito de muerte.”

Taemin intento voltear su vista, viendo a Kibum con su mirada baja mientras veía como caía sangre de su cabeza.

— ¡Kibum! — Gritó.

— ¡Callaros! — Grito el sacerdote — No tiene derecho a decir palabra alguna.

Kibum solo volteo un poco, mientras sonreía de lado tristemente.

— Pasaran a la horca — Gritó el alcalde de dicho pueblo, dos hombres con sus caras cubiertas sacaron a los muchachos de la picota para llevarlos a aquella estructura de madera con dos cuerdas gruesas colgada de ahí, dos bancos, los cuales eran retirados para continuar con el ahorcamiento de la víctima. Fueron ajustados a aquella soga.

Lo que ustedes cometieron fue el pecado más grandísimo que hay, la homosexualidad y el incesto es cosa del demonio y ustedes simplemente son seguidores del mal y el inferno. Sus almas se pudrirán en lo más recóndito del orco. Será mejor que se preparen para morir ante las llamas de la perdición, malditos infractores de  dios.

— ¡Alto! — Antes de darse cuenta una anciana con una capucha que cubría todo su rostro se acercó, quedando enfrente de estos chicos— ¡Ustedes cometen un grave error!— Grito la mujer señalando a los pueblerinos, quienes le veían sorprendidos— Se arrepentirán de cometer este sacrificio. — Volvió a gritar. — No importa cuántas veces mueran, reencarnen en esta o en siguientes vidas, su amor seguirá prosperando y no importa cómo, siempre conseguirán profesarse su amor. En un mundo donde la homosexualidad no es un pecado. No serán hermanos, no serán parientes de sangre. Podrán encontrarse tantas veces que nazcan en otra vida, seguirán viviendo pero sin recordar sus vidas pasadas. — La mujer había levantado una gran neblina al decir aquellas palabras, un viento fuerte era el cual movía los furiosos árboles y las aves nocturnas miraban la resplandeciente escena en que una bruja le daba una segunda oportunidad a dos hermanos que se amaban.

Unos pies colgaban, las sillas habían sido retiradas  bruscamente y de improviso. Los muchachos sentían como sus canales de respiración se sellaban lentamente, la soga les apretaba el cogote y sentían como si su cabeza explotaría. No tardaron mucho, más no de unos diez minutos agonizantes, profesándose amor mutuo aun cuando eran sacrificados por ello.

Cuando ambos muchachos dejaron de respirar y con ello de vivir en ese instante el viento se intensifico, la bruja, que aún enojada, tiro un gran hechizo para los pueblerinos.

— Por más que ustedes reencarnen nunca encontraran la felicidad, serán infelices y el dolor les carcomerá, los recuerdos de este día les atormentaran siempre. — Y un humo blanco les invadió. La bruja desapareció entre esa nube. Nadie supo más de ella, nadie la sabía quién era ni mucho menos dónde estaba. Pero estaban seguros de que, ese hechizo se completaría el mismo día que el sacrificio fue completado Un 11 de febrero.

 

Notas finales:

Comentarios constructivos, ideas, errores, si te gusto o no deja tu rw. Si quieres continuación hazlo por igual!!

Bien, como verán -si alguien que me lee desde SooSungkyung- sabrán que amo todo esto de vidas pasadas y futuras, es tan interesante :3 ~

¡¡¡Espero les haya gustado y no se olviden de dejar rw!!!

Shippers de TAEKEY EL 20 DE AGOSTO ES NUESTRO, c: shi 


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