03.- Viendo por sus propios ojos…
-Gracias Potter… muchas gracias.
Ambos se miraron unos momentos, el moreno quedando hipnotizados por Malfoy que dejaba caer sus lágrimas una tras otra sin cesar, agradeciéndole constantemente por la ayuda. Un bello rostro no debía ser manchado por nada, y Harry no entendía por que el rubio le llamaba tanto la atención. Para Draco, la ayuda de Potter significaba esperanza, una que hace tanto tiempo le había hecho el quite, que rehuía de él. Faltaba tan poco para que el dolor se fuera de una vez por todas de su vida, tan poco para poder definitivamente… descansar.
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Habían pasado ya 3 meses de investigación, 3 meses viéndose 2 veces a la semana con el rubio. Harry se encontraba en estos momentos en su oficina del ministerio pensando en cierto rubio platinado que lo traía bastante confundido, el moreno lo atribuía a preocupación por el caso, pero en el fondo sabía que había algo más ahí. El punto es que ya se estaba transformando en un grado de obsesión, obviamente no lo demostraba y mucho menos delante de Draco, pero pensaba en Malfoy casi todo el día, hasta soñaba con él, Ron lo molestaba por eso todo el tiempo. Harry nunca había mostrado tener un grado de atracción hacia un hombre, de hecho, había tenido casi puras novias, ósea, mujeres, no hombres, Draco Malfoy era hasta el momento el único que lo llevaba de cabeza y eso en cierto grado lo asustaba. Con respecto a la investigación, habían descubierto gracias a Draco por supuesto, que lo que tenía planeado hacer el ministro con él, era tenderle una emboscada con mortifagos mercenarios, pagados por él, pero gracias a la pronta información del rubio nada había pasado, y tampoco pudieron sacar una información válida de ellos para acusar a Smith, ya que a los mortifagos alguien les lanzo de quien sabe dónde, un “Abada Kadrabra” matándolos en el acto. Harry se lo atribuía a Middleton, según Draco, él estaba a cargo del asalto, ese hombre era de temer, incluso Potter pensaba que era más peligroso que el mismo ministro. También el rubio le había dado un listado de nombres influyentes en el winsengamont que asistían a las extravagantes fiestas de Smith, de hecho, Harry tenía en sus manos una poción multijugos hecha por Hermione, hoy se escabulliría en una de las fiesta, para ver por sus propios ojos los eventos relatados por el rubio.
-¿Estás listo compañero? – Hablo Ron seriamente tomándose muy bien su trabajo de auror, Ron era noble, en el colegio le podía tener mucha mala al rubio, pero ahora todo había cambiado, no era santo de su devoción, pero digamos… que lo aguantaba.
-Sí, vamos – Ambos se tomaron la poción y se dirigieron a la mansión Smith.
Se aparecieron en el lugar, era una casa lujosa y grande, estilo colonial. Harry iba transformado de Tom Droguer un miembro del ministerio rubio de ojos azules y Ron de Cris Tenessis moreno, de ojos cafés. Aprovecharon que estos estaban fuera del país para suplantarlos, digamos que habían planeado una pequeña gira para ellos.
-¡Tom! ¡Cris! Vengan, pasen por acá por favor – Dijo alegremente Smith algo tomado – Ya casi comienza el espectáculo ¿Creí que no vendrían?
-Nos tardamos un poco por el papeleo – Dijo Harry como si nada – Tu sabes lo aburrido que es eso.
-Sí, ni que lo digas – El ministro siempre estaba feliz y despreocupado en sus fiestas, la emoción de ver a los mortifagos humillados y las copas demás lo ponían muy contento y relajado – Bueno, tomen asiento.
Se sentaron en un sillón amplio, un poco el final de sala, Harry y Ron observaron atentamente el lugar y comprobaron que estaban todos los hombres que Draco había descrito en su lista, todos miembros importantes, todos con una intachable reputación en el mundo mágico, todos unos malditos depravados con dobles vidas. Y Harry se enfureció por eso.
Y así pasaron más de 2 horas donde algunos ex mortifagos sobre todos los más jóvenes, hacían de mozos, bailarines y hasta de prostitutos, entreteniendo a los distinguidos invitados.
-Y bien amigos – Dijo Smith ya bien subido en copas – El último show de la noche. Dejo con ustedes a la peor escoria que ha pisado la tierra ¡Descendiente del más grande hijo de puta de los mortifagos que quedan! Díganme, ¡¿Quién no odia a los Malfoy?! – El público gritaba groserías a los Malfoy, todos ya bastante tomados – Bien, aquí está el único hijo de Lucius Malfoy – Los ojos de odio de parte de Smith impresionaron a Harry – Para hacer con él… lo que queramos.
Y se presentó en escena Malfoy, atado con cadenas en su cuello, manos y tobillos, con la vista fija en nada en especial, pero siempre con su postura altanera, como que nada le afectaba y donde todos estaban por debajo de él. Harry tembló de ira, ver al rubio expuesto de esa manera, como un animal y escuchar cada sarta de insultos era impresionante, Ron tuvo que tomarlo del brazo para que no se levantara y acabara con todos los asistentes del lugar.
-Cálmate o nos descubrirán – Dijo Ron seriamente, el moreno le devolvió la mirada llena de odio, pero se quedó en su lugar, en silencio.
En menos de 10 minutos Malfoy tenía encima suyo, golpeándolo o pateándolo en el suelo a 5 distinguidos nobles, ninguna queja salía de su boca, solo algunos gestos de dolor, pero casi siempre se mantenía inmutable. Incluso uno llego más allá y con la misma cadena lo tenía casi ahorcando, todos le gritaban cosas hirientes, al parecer todos tenían una deuda pendiente con él, más bien con su padre. Draco era la venganza para ellos, mientras más sangrara, era mejor, más placentero. Como si alguna gota de su sangre calmara en algo sus deseos, como si devolviera alguna vida. Pero Draco no cedía, nunca les daría en el gusto de verlo derrotado, nunca.
-¡Demonios! – Dijo Ron con los dientes apretados – Vamos, desmáyate, desmáyate – El pelirrojo también sentía impotencia y pena, este trato no era humano. Y creía que solo al rubio lo dejarían en paz si se desmayaba.
Harry observaba en silencio, conteniéndose, miro a cada uno de ellos y memorizo sus rostros, pagarían, si, pagarían, por cada golpe y cada gota de sangre que derramaran de Draco, uno a uno caerían. De eso se encargaría personalmente. Y se sorprendió también de lo profundo de sus sentimientos, Malfoy estaba siendo demasiado importante en sus emociones, y eso no estaba bien. Cuando estaba focalizando a cada uno de ellos, se centró en Middleton, la mirada de eso hombre no había odio o rencor hacia el rubio, había… deseo, lujuria pura, a Harry le quedo claro que John Middleton quería otra cosa del rubio, no había que ser muy tonto para no notarlo. El único grito que salió esa noche de parte del Draco fue cuando uno de ellos con la cadena le había dislocado el tobillo y si no fuera por la intervención de Middleton lo más probable que le hubiera sacado todo el pie.
-¡Amigos! Vamos, no hay que ser tan agresivos – Dijo John en son de conciliación, parando al hombre que pretendía cercenarle la pierna a Draco.
-¡Vamos John, quítate, queremos que sufra! – Dijo Smith enojado, muchas veces le hartaba ese deseo enfermizo que profesaba Middleton por Malfoy.
-Amigos, si seguimos hoy así, lo más probable que el chico muera y ya no tendremos diversión para otro día… piénsenlo, sería muy aburrido.
El público en parte le daba la razón pero también quería ver más sangre. Y Middleton como buen político que era los convenció, aunque muy a regañadientes.
El cuerpo de Draco casi inconscientes fue arrastrado sin ninguna clase de delicadeza fuera del lugar y posteriormente fue arrojado a su habitación. Solo ahí se permitió de exclamar su dolor, estaba solo, ya no tenía que demostrar nada a nadie, podía llorar si quería. Estaba en eso cuando una mano lo tomo de la pierna sana. Draco salto del susto y temió lo peor.
-Malfoy – El hombre lo miro seriamente, Draco apenas lograba distinguirlo, solo notaba en parte su cabello rubio – Escucha… pronto te sacare de aquí… solo, trata de aguantar – Draco lo miro extrañado ¿Quién diablos era ese hombre? – Toma – Le tendió una moneda – Cuando estés en peligro escribe en ella y yo acudiré a ayudarte.
-¿Quién eres tú? – Hablo con dificultad, tanto por el dolor y por las lágrimas que seguían cayendo de sus ojos, lo único bueno que estaba oscuro y él pensaba que las otra persona no las veía.
-¿En verdad no sabes quién soy? – La mirada confundida de Draco le causa gracia y en cierta manera ternura.
-¿Po…Potter? – Cuando vio que el otro rubio le asintió, quedo descolocado ¿Cómo era posible eso? ¿Acaso Potter lo quería ayudar a el? Era… casi irreal.
-Así es, agradécele a Hermione por la poción multijugos y por colocarme tan rubio como tú, fue la única manera de meterme aquí… y ver esto – La expresión de Harry cambio, mirando alrededor, el lugar era horrible, peor que un alcantarillado, no entendía como Malfoy no se había muerto antes de una infección, con todas las heridas no tratadas que tenía, sería muy fácil contagiarse de algo – ¿Te quedan pociones para el dolor? – El rubio asintió débilmente, el dolor que sentía era fuerte, pero la verdad es que en esos momentos no importaba mucho, tener a Potter en ese lugar y preocupándose por él, era algo… raro y cálido a la vez - Bien, la próxima vez que nos veamos te daré más, ok.
-¿Por qué estás aquí? Digo… ¿Por qué me ayudas a mí? – Draco no pudo dejar de sentir un grado de esperanza en la respuesta.
-Porque… ese fue el trato ¿No? Te necesito vivo para que me des información – Harry cuando vio la mirada de desilusión del rubio, se arrepintió de su estúpida respuesta. Bueno ¿Y que esperaban que dijera? Que lo salvaba por que no toleraba verlo sufrir, que pensaba día y noche con él, absurdo, no podía decir esas cosas tan cursis y tontas, no cuando se trataba de Malfoy, su enemigo del colegio, sencillamente no podía.
-Sí, tienes razón, si no estoy vivo… no sirvo – Draco hablo más para él, pero sus palabras sonaron tan tristes, como auto convenciéndose ¿Qué tonto era? Al final lo que le gritaban los miembros del ministerio tenían razón, no era importante para nadie, solo una escoria de esta sociedad, la única persona que lo quería estaba muriendo por su culpa, era tan lógico y tan doloroso a la vez – Te conseguiré más información, no te preocupes.
Ambos se miraron, Harry prefirió el silencio, sus grandes respuestas no le ayudaban mucho, más bien empeoraban la situación. Y Draco auto insultándose mentalmente.
-Bien, debo irme – Harry se acercó a la puerta, pero se devolvió y le dijo – Cuídate de Middleton – Draco enarco una ceja ante la petición – Él quiere otra cosa de ti – Lo último lo dijo con algo de rabia.
Draco lo miro nuevamente extrañado, pero prefirió no ilusionarse denuebo, para que le iba a contar a Potter lo que Middleton le hacía, de seguro, para Potter eso no era importante.
Salir de la casa no fue tan difícil para estos 2 ya que la mayoría o estaba bastante tomado o discutían con Middleton por cómo se había acabado el show, así que pasaron desapercibidos. Pero no iban con las manos vacías, ambos llevaban pruebas suficientes para acabar con el ministro, solo había que ser cuidadosos en usarlas osino se daría vuelta la torta para el lado equivocado.
Harry también entendió algo, los sentimientos que estaba teniendo con cierto rubio iban cada vez en aumento, tenía 2 opciones, o asumirlos o hacerse el desentendido, pero de algo estaba muy seguro, no soportaba verlo sufrir y mucho menos que alguien lo mirara con deseo, ya no era un niño, ni tampoco inocente, lo más probable que el rubio fuera más inocente que el en el ámbito de pareja. Así que debía poner sus sentimientos en orden luego. Y lo que decidiera hacer con ellos, gatillaría el futuro de ambos.
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Cuando Harry se marchó, solo ahí Draco se permitió tomarse una poción y descansar. Gracias a ellas el dolor menguaba bastante bien y su cara estaba bastante más deshinchada. Pero las pociones no quitaban el dolor más terrible que sentía, que venía específicamente del corazón, que cada día se quebrajaba y agonizaba ¿Qué futuro había para él? Ninguno, y cuando esto terminara, porque sabía que Potter ayudaría solo a su madre, a Draco si se resolvía lo del ministro solo le esperaba Azkaban y si tenía algo de suerte, cosa que dudaba, moriría como lo que era y en el lugar que se merecía, rodeado de frio y soledad.
********** Continuara *********