Ya era de madrugada, todo estaba iluminado por la luz de la luna, no había nadie por los alrededores, aunque ¿porque habría de andar alguien por ahí? Eso sería peligroso, oh ¡sí! muy peligroso, entonces una sonrisa de ironía apareció en el rostro del peliplatinano, siguió caminando por ese parque, podía escuchar el ruido de los árboles moviéndose por el viendo, el ruido que hacia el río que pasaba por un lado suyo, a los insectos, todo era paz.
Intentaba caminar en línea recta pero le era imposible, después de haber bebido tanto, era un misterio incluso para el como es que se encontraba de pie, sin pensarlo mucho camino lo mas rápido que pudo para dejar caer todo su peso sobre una banca blanca, y se empezó a preguntar como es que había terminado así, entonces lo recordó…
Misaki se había ido, y para siempre…
No entendía el porque se había alejado de el y porque se esa manera, pero maldita sea lo extrañaba demasiado, su única razón para vivir se había ido y no regresaría nunca…
Hacia de eso dos meses, entonces recordó lo que había pasado ese día...
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Usami- san había llamado para avisar que esa noche llegaría tarde por una maldita junta que tenia, Misaki dijo que esta bien, pero el tono de la vos de Misaki que algo raro le pasaba, algo le estaba ocultando y no era muy bueno.
Estaciono su coche donde siempre y de dirigió al elevado ya en el una sensación rara lo invadió, era mas bien un presentimiento, algo malo estaba por pasar… el elevador se detuvo y abrió sus puertas, entonces Usagi-san camino con esa sensación de miedo… cuando abrió la puerta de su departamento... sintió un gran vacío, todo estaba en orden, pero algo faltaba…
-Misaki, Ya regrese- dijo al momento que encendía las luces, pero nadie contesto entonces, subió escaleras arriba lo mas rápido que pudo y abrió el cuarto que ocupaba misaki pero no había nadie, abrió desesperadamente el armario y los cajones del mueble y no había nada….
Misaki no estaba y se había llevado todas sus cosas entonces, eso quería decir que… no volvería.
El novelista de dejo caer de rodillas, después empezó a llorar amargamente, su mundo se había venido abajo, ya no tenia esa razón por la cual vivir realmente, seguramente misaki se había ido de su lado por su culpa, pero porque no le dijo nada, el podía cambiar, por el haría lo que fuera, pero ya era demasiado tarde… el ya no estaba…
El escritor lloro toda la noche hasta que sus ojos no pudieron soltar una lagrima mas y su cuerpo se sentía tan cansado que cuando menos pensó se había quedado dormido.
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Para cuando termino de recordar esto, se dio que cuenta de que ya estaba llorado de nuevo, de aquel día hasta hoy eran poco mas de 2 meses… el había intentado buscarlo, lo llamaba, le mandaba mensajes, pero jamás había respuesta, en la escuela había pedido tiempo indefinido para ausentarse, era como si la tierra se lo hubiera tragado al mes dejo de insistir porque ni Takahiro sabia bien donde estaba.
Decidió que era suficiente descanso, así que siguió caminando por el parque sin rumbo, hasta que vio el puente, y una idea Surgió en su cabeza, ahí terminaría su sufrimiento…
Corrió hacia el lo mas rápido que pudo, y en esa carrera visito varias veces el suelo pero eso no importaba mucho, decidió subir a el, decían que el alcohol y la depresión eran malas juntas y en este caso lo era, o ¿no? podía verse como el escritor estaba sobre la barda del pequeño puente era lo suficiente alto como para romperse algo, y con lo borracho que se encontraba podía tal vez con suerte ahogarse, la vida sin Misaki no era vida y sin el no la quería, así de simple.
Estaba a punto de saltar cuando escucho que lo llamaban…
-¿Tan mala es tu vida? No lo creo, ven hablemos, ¿sí?- era una vos tan melodiosa, llena de ternura era como si escuchara a un ángel
Miro hacia la derecha y ahí esta ella con una mano extendida hacia el… con un vestido blanco hermoso, era largo con una caída de cascada y el aire hacia que ondeara un poco era mas pequeña que el, cuerpo delgado buena figura, su cabello era castaño claro largo y un poco ondulado, piel clara y sus ojos eran color esmeralda oscuro… al verla no pudo evitar pensar en Misaki eran tan parecidos, y pensó este es el ángel que me manda dios para llevarme a lo que me espera después de la muerte, y con una sonrisa amarga salto.
Escucho el ruido de su cuerpo al chocar contra el agua, pudo sentir como el aire empezaba a faltarle abrió los ojos y ahí estaba ella frente a el de nuevo, y nadaba hacia el, e intentaba alcanzarlo con una de sus manos, el gran escritor dejo salir su ultimo aliento en medio de la aguas y extendió su mano para tocar por primera vez a ese “ángel” que venia por el, si eso era lo ultimo que miraría en esta vida, valdría la pena por que era una muy buena copia de Misaki en mujer claro esta… entonces todo se volvió de color negro y una paz inmensa lo invadió.