Illa Illa
by: Kanon Yutaka
"Cuando el cálido y fragante viento pasa por mis mejillas, pienso en tu rostro que solía amar.
Oh, cuando en la naturaleza... desconocidas flores florecen escondidas en las calles,
pienso en ti, a quien escondo en mis recuerdos."
Se encontraba en la tienda de flores de su madre. Estaba armando un hermoso arreglo de flores, cuando de pronto una mano ajena apareció en su campo de visión, levanto la vista y se encontró un niño pelinegro que le sonrió.
— Hola, quisiera comprar flores.
—El menor solo le quedo mirando—
— Oye, dije que quiero flores. —Repitió divertido—
— ¿De que tipo? —Se escucho una voz femenina detrás de él. Ambos miraron a la mujer que acababa de llegar—
— Yo... —El pequeño pelinegro se puso nervioso. No sabia nada de flores. Había entrado allí con la idea de comprar flores sola para poder hablar con es castañito— Yo... quiero... de esas. —Señalo las primeras rosas que vio—
—El castañito miro hacia donde el pelinegro señalaba y luego miro a su madre sorprendido—
— ¿Por qué esas rosas son moradas? Bueno, no importa. Quiero 5 de esas.
— La mujer sonrió y tomo 5 de las rosas para luego dárselas a su hijo y este las envolvió cuidadosamente; tendiéndoselas al pelinegro—
— ¡Gracias! —Sonrió ampliamente y luego se marcho de la tienda—
— Shima por favor trae las cintas rojas — El pequeño de 10 años lo miraba sin comprender lo que decía— ¿Me oyes? —Esta vez solo parpadeo y ladeo un cabeza hacia un lado— ¿No olvidas algo? —Pregunto haciendo movimientos con sus manos—
— Oh. —Sonrío avergonzado y estiro su mano con la palma abierta hacia su mamá, por eso no había oído lo que el pelinegro le decía—
— Ten. —Dejo en sus manos dos aparatos muy pequeños. El niño los tomo y puso cada uno en su oído— ¿Ya me oyes?
— Si, mamá. —Asintió con una amplia sonrisa.
"Mi baby illa illa illa, baby illa illa illa, baby illa illa illa...Never forget love."
Salio de la tienda con una sonrisa. Sonrisa que duro todo el camino hacia su casa. Hace días que pasaba por afuera de esa tienda solo para ver al pequeño castañito ese. Se hacia acercado solo para ver la flores, luego al dirigir su mirada hacia dentro de la tienda, lo vio. Sonría mientras arreglaba las flores, nunca había visto una sonrisa tan hermosa.
A llegar a su casa, dejo las rosas en agua y luego fue hacia el escritorio que había en su habitación. Tomo su lápiz y luego fue hacia el dibujo que estaba sobre tu cama y comenzó a trazar suaves lineas en el papel.
— Verte de cerca me sirvió para ver los detalles de tu rostro. —Hablo para si al recodar el rostro del castañito— Al menos ahora pude avanzar un poco en tu dibujo.
Tenia 14 años y lo que mas le gustaba era dibujar. Todos le decían que lo había bien. Y al ver a chico de la florería no pude evitar dibujarlo. Había avanzado, pero aun te faltaban detalles, por eso había decido entrar por fin a la tienda. ¡Quiero verlo de cerca! Y lo logro.
"Porque el primer amor es hermoso. Un primero amor es como una flor.
Floreciendo extensamente cuando la primavera llega,
oh. deslumbrante como una flor.
Como un niño pequeño, un primer amor no tiene experiencia.
Porque no puedes dar y recibir amor incondicionalmente."
Habían pasado ya un mes desde que aquel pelinegro iba todos los días seguidos a la tienda, siempre compraba las mismas flores y se despedía con una sonrisa del castaño. Ya había terminado el dibujo, pero aun así seguía visitando la tienda. Sin darse cuenta se había enamorado del aquel tímido castaño, del cual aun no sabia su nombre. Ahora que recordaba, tampoco había escuchado su voz.
"Cuando las estrellas dibujadas,
en el cielo nocturno muestran tus recuerdos.
Te saco de mis diarios viejos"
Miro el reloj. iban a ser las 12 de la tarde. Arreglo su cabello y un poco su ropa. ¿Por qué aún no llegaba? Volvió a mirar el reloj, 12:15. Mordió levemente su labio inferior y luego miro hacia la puerta, que justo en aquel momento se abrió dejando ver al pelinegro y sin darse cuenta sonrió. El pelinegro de acerco a él y le sonrió.
— Quiero 5 rosas moradas, por favor. —Pidió manteniendo su sonrisa—
—Pero no se movió. Solo lo miro preocupado, pues el pelinegro traía la ropa desarreglada y un poco sucia—
— No te preocupes. Me caí mientras venia corriendo hacia aquí... —Admitió avergonzado—
—El castañito sonrió divertido y luego fue por la flores—
"Illa illa illa... Yo era joven en ese entonces. Illa illa illa... Yo no sabía lo que hacía.
Illa illa illa... Adiós amor. Ahora creo que lo sabré.
Te llamo mientras te dibujo. Illa, illa, illa. Illa, illa, illa."
Iban a ser las 6 de la tarde. Estaba en su habitación viendo el dibujo fijamente. Debía decírselo o sino luego no podría. Tomo el dibujo y lo guardo cuidadosamente en su bolso. Salio de su casa con el bolso en manos y fui hacia la tienda de flores. Llego a la tienda luego de unos minutos, puedo ver que aún estaba abierta. Se adentro y no vio a nadie, vio una puerta que daba hacia el jardín abierta y fue hacia allí. Hay estaba él, se encontraba concentrado arreglando las flores. Se acerco un poco y él al sentirse observado levanto la vista.
— Disculpa.Yo... yo mañana... me iré al extranjero.
— El castaño lo miro la mesa en busca de sus prótesis auditivas pero no las encontró—
— Así que... yo en realidad. A mi tú... Me gustas mucho. Quizás... no me iré...
—Siguió observándolo en silencio, no sabia que decir, No había oído nada.—
—El pelinegro al no oír respuesta luego de unos minutos que se le hicieron eternos, suspiro. Había sido un tonto. Sonrió triste y salio del lugar corriendo.—
Y cuando trato de seguirlo, no lo encontró, pero algo en el suelo había llamado tu atención, un bolso. Lo tomo y se volvió adentrar a la tienda. Vio el bolso con curiosidad, lo abrió y encontró un cuaderno algo grande, abrió la primera hoja y se sorprendió. Era un dibujo de él.
"Mi baby illa illa illa, baby illa illa illa, baby illa illa illa... Nunca olvides el amor."
¿Cuanto había pasado? Al parecer 10 años. Aquella vez que salio huyendo... Fue la ultima vez que vio a aquel pelinegro. Luego de eso no había vuelto. Había guardado aquel dibujo como su fuera un tesoro. Volvió a observar el dibujo mientras armaba un arreglo de rosas moradas. Habían hecho un pedido y vendrían por el pronto. Aun ayudaba a su madre en la tienda. Al terminar el arreglo, soltó un suspiro triste, iban a ser las 12. Se puso de pie y dejo el arreglo sobre la mesa que estaba allí. Ya debía ir a clases. La puerta se abrió un joven alto entro.
— Buenas tardes. Vine por el ramo de rosas moradas.
—Se quedo mirando al joven que acababa de entrar. Eran... tan parecidos...—
— Tú te me haces conocido. —Dijo de pronto la dueña— ¿No, Shima?
—El pelinegro rió, fue como un deja vu— Yo... yo venia a comprar rosas moradas cuando era mas pequeño. — "Shima" con que así era su nombre. El castaño lo miro sorprendido— .
— Oh, tu eras aquel pequeñito que siempre venia. Haz crecido bastante. ¿Como era tu nombre?
— Yuu, Yuu Shiroyama.
— Un gusto. Ah, me disculpan, debo retirarme.
—Shima sonrió, al fin sabia su nombre.— Yo soy Takashima Kouyou. —Se presento con una leve sonrisa— Puedes decirme Shima.
— Shima...
— Yo, cuando era pequeño tuve un accidente, el cual me causo problemas de audición... —Hablo luego de unos minutos en silencio.— Yo necesito esto... —Les enseño el pequeño aparato auditivo que le ayudaba— para poder oír bien. —Yuu se sorprendió— Aquella vez... yo... no los tenia y no pude oír lo que dijiste, lo siento.
—Yuu se acerco al menor para abrazarlo— Me gustas mucho.
—Esta vez fue Kouyou quien se sorprendió— Tú... tú también me gustas.
Ambos se separaron y se miraron con una sonrisa en sus rostros. Ese era un nuevo comienzo...
"Viendo como un primer amor es doloroso. Un primer amor es como la fiebre,
porque después estás inconscientemente enfermo. Oh, te conviertes en un adulto.
Porque un primer amor nunca puede ser. Un primer amor es un vínculo persistente,
porque no puedes tenerlo desde que amaste demasiado."
"Mi baby illa illa illa, baby illa illa illa, baby illa illa illa... Nunca olvides el amor."
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