Lee Taemin es un chico se vuelve un chico tímido, en cuanto a expresar sus sentimientos hacia los demás se trata, tachándolo de una persona un tanto fría.
Pero el simplemente no sabe cómo reaccionar cuando las personas le demostraban su afecto de aquella forma; se sentía incómodo y fuera de lugar.
Y eso era principalmente por lo que sus relaciones amorosas nunca duraban demasiado.
Cuando salía con chicas esta se volvían demasiado empalagosas hasta un punto en que se le hacía insoportable.
Cuando comenzó a salir con chicos, estos le reclamaban por no ser lo suficientemente demostrativo. Aunque el sospechaba que el hecho de que se negara a tener sexo con ellos también tenía mucho que ver. Pero como podría tener sexo cuando un simple beso se le hacía tedioso y asqueroso algunas veces.
Pero las cosas comenzaron a cambiar cuando un tipo alto y ojos gigantes, apareció en su vida.
Choi Minho se había colado en su vida de una forma tranquila y silenciosa. Casi desapercibida.
Para cuando Taemin se dio cuenta, la rana; como lo llamaba su mejor amigo Kibum, ya se le había colado bajo la piel y se había hecho dueño de sus pensamientos.
Cuando el mayor se le declaro, no dudo un solo segundo en decirle que sí. Por primera vez, sentía verdadera emoción al recibir una confesión.
Minho era diferente a todas sus parejas anteriores, llevaba la relación de una forma tranquila, dejando que Taemin se acostumbrara a él y su tierno afecto.
Con Minho la demostración física de su afecto cada vez era más sencilla y natural para el menor
- Taemin, ¿quieres ir a cenar algún lugar en especial o prefieres que te sorprenda? – le Preguntaba Minho mientras lo llevaba a casa después de clases.
- la verdad no quiero ir a ningún lado en especial –
- entonces ¿quieres que hagamos algo diferente?- pregunto el mayor intrigado
- no, quiero que sea viernes de películas en mi casa como todas las semanas – dijo el menor.
- pero Tae, mañana es San Valentín. – le reprocho su novio, quien ya tenía miles de ideas en su cabeza para pasar el día con su novio.
- Por eso mismo Hyung, mañana todo estará lleno de parejitas, saldrán hasta de abajo de las piedras, no quiero que me compres nada, es fomentar esa fea mercadotecnia para vender dulces y objetos caros. – el menor soltó la mano de Minho para abrir el barandal de su casa.
- ¿no quieres hacer nada especial?- le dijo al menor con un puchero.
- Minho, estar contigo para mi es especial y no necesito de un tonto día para saberlo, si – el castaño se puso de puntitas para darle un rápido beso a su novio.
Minho se quedó pasmado con las palabras del menor, Taemin pocas veces hablaba de esa manera y cuando lo hacía se encargaba de que estas le causaran un gran impacto.
Taemin con una sonrisa traviesa, cruzo el barandal para entrar a la casa, pero se regresó en el último momento.
- por cierto hyung, mañana no tengo clase de administración, así que no iré uni, para que no me busque-
Minho salió de su estupor en ese momento.
- ¿y eso porque?-
- solo tengo dos clases mañana y no caso ir solo una hora en donde el maestro ni siquiera se molesta en tomar asistencia, así que te espero aquí a las 6 como todos los viernes, no llegues tarde, he - y sin más el menor se apresuró a entrar a la casa.
- Taemin- lo llamo el moreno.
- si hyung, - se giró antes de cruzar la puerta.
- te amo – Taemin bajo la mirada avergonzado – bien, nos vemos en mañana por la tarde.
- yo… yo tambiénteamohyung- dijo de forma acelerada provocando que sus mejillas se enrojecieran por completo- nos vemos mañana.
Taemin cruzo lo más rápido que pudo el umbral de la puerta y se dispuso a cerrarla de la misma manera. Se recargo tras la puerta y sonrió como tonto.
Sonrió complacido, su hyung había caído completamente es su mentira. Claro que tenía planes especiales para el día de mañana, pero si le contaba todo se vendría abajo.
- De verdad Kibum, te digo que no sospecha nada – el menor hablaba por teléfono mientras se alistaba para irse a dormir.
- minnie eres todo un genio, ese Choi es un maldito suertudo –
- yo soy el suertudo, hyung, es la única persona que me ha aguantado tanto tiempo –
- y yo que estoy pintado o que – el menor soltó una risita ante la actitud de su amigo.
- sabes a lo que me refiero, Key,- dijo entre un suspiro mientras miraba verificaba la hora – me tengo que ir hyung, Minho no tarda en llamar.-
- Bueno baby, espero que me llames el sábado y me cuentes todo con lujo de detalles bye bye.
A los pocos minutos su celular sonó de nuevo.
- Minho hyung- contesto con una gran sonrisa.
Faltaba una hora y media para las 6 de la tarde.
Taemin había tenido suerte de tener para el solo la casa ese fin de semana ya que sus padres habían salido aun viaje de negocios. Eso le había facilitado mucho las cosas.
Verificando que todo se estuviera horneando bien, y terminar de poner la mesa, se apresuró a darse un baño y arreglarse, nada ostentos pero si diferente.
Una camisa de azul pálido con unos jeans deslavados pegados al cuerpo estilizaban su figura, el cabello algo un peinado cuidadosamente despeinado y el maquillaje ligero coronaba su look.
Bajo y alisto los últimos detalles de la velada que había planeado con tanto cuidado.
A las seis en punto sonó el timbre de la casa.
- pasa hyung, está abierto – grito desde el comedor, donde tomo su posición según lo había planeado.
A Minho no le pareció extraño que el menor le dijera que se pasara, tomo un respiro y procedió a entrar en la casa. Minho tenía una última esperanza de salir a cenar con el menor, por lo cual se había puesto una camisa de vestir color blanca y unos pantalones grises que le relataban más sus largas piernas.
Un enorme ramo de rosas blancas en sus manos con una carta insertada en ellas. Esperaba sorprender a Taemin, pero él sorprendido al entrar al vestíbulo de la casa.
Una hilera de velas lo guío hasta el comedor.
Hay se encontró una hermosa escena.
El menor le esperaba sentado en la mesa con una hermosa sonrisa, grande y llena de satisfacción al ver la cara de sorpresa del mayor.
La mesa adornada con más velas y pétalos de rosa. Y la comida no solo se veía exquisita, si no también que olía delicioso.
- ¡Feliz día de San Valentín!- le dijo el menor
- Minnie esto es simplemente hermoso – se acercó hasta donde estaba el menor y le dejo un tierno beso en los labios. – esto es para ti.
Le entrego el ramo de flores, se deleitó viendo como el menor sonreía aún más y disfrutaba del delicado aroma de las flores.
- gracias hyung, son preciosas – el menor volvió a oler las flores y no pudo evitar dar un suspiro de placer. – traeré un jarrón para ponerlas, siente en lo que regreso.
Taemin no tardo en regresar con un jarrón trasparente y colocarlo sobre la masa.
La cena transcurrió entre risitas y miradas cómplices, Minho estaba totalmente sorprendido.
Después de que terminaran el postre, fue el turno de Minho de sorprenderlo.
-¿quieres bailar? – le pregunto tendiéndole una mano.
- pero si no hay música hyung – respondió nervioso.
Bailar en pareja era una de las cosas que más se le complicaban al menor, demasiado tiempo pegado a una persona.
- eso se soluciona fácil-
Minho camino hasta la sala y encendió el reproductor de música y buscó una estación que trasmitiera canciones suaves y románticas, no tardó en encontrar una y se apresuró hacia el menor y volvió a hacerle la invitación.
Taemin no pudo negarse y se dejó arrastrar hasta el medio de la sala en donde se balanceaban lentamente al compás de la música.
- relájate, déjate llevar por la música- le dijo el mayor mientras lo pegaba más al cuerpo.
Tenía los nervios de punta al principio, pero se comenzó a dejar llevar por la música y se relajó hasta recargar su cabeza en el hombro del mayor.
Así duraron varios minutos y un sentimiento que Taemin no podía explicar le burbujeaba en el estómago.
Los labios de Minho comenzaron a besar la raíz de su cabello para pasar, a las sienes y seguir el recorrido por toda su mejilla hasta sus labios.
El castaño suspiro cuando sus labios chocaron en un tierno beso, pero algo dentro de él pedía por más. Se separó de los labios del mayor para verlo a los ojos trasmitiéndole todo lo que sentía en ese momento.
- Te amo – dijo el menor antes de lanzarse por un beso más necesitado a los labios de Minho, todo se sentía perfecto y en su lugar.
Las manos de Minho en sus caderas acercándolo más a su cuerpo, mientras él le enredaba los brazos en el cuello y acariciándole los cabellos.
Porque Taemin podía parecer una persona fría pero el entregaba todo a las personas que quería, no sabía cómo demostrar su afecto, pero Minho le enseñaba poco a poco, que era lo que es sentirse amado.