Capítulo 12: Antes de...
-¡Diablos Miyagi! ¿En qué lio se han metido? ¿No era solo un muchacho desaparecido?- La potente voz de su jefe resonaba en toda la habitación.
-De eso se trataba señor- Indico el menor con voz aparentemente tranquila, a pesar de que internamente era un manojo de nervios.
-Entonces ¡¿Por qué?!- Exclamo nuevamente.
-Por qué el caso se agravo luego de que aceptáramos el trabajo.
-Se acabó Miyagi, explícate, quiero que me informes sobre ese caso con todo detalle- Exigió el mayor con tono de voz gruesa, mientras se acomodaba en su silla con aparente quietud.
-Señor…
-Yo confió mucho en ti- Expuso este interrumpiendo a Miyagi- Tu sabes que confió mucho en tu trabajo, es por eso que jamás te pido informes e incluso encargue en tus manos la instrucción de mi hijo en el negocio, pero esta vez no será así quiero que me expliques en que están metidos tú y Shinobu.-
El menor suspiro era en efecto complicado explicarle a su jefe todo lo que sucedía, y dudaba de que este fuera capaz de creer en sus palabras, incluso a él le costó asumir que Hiroki era vidente que estaban buscando.
-Hiroki Kamijou es el muchacho desaparecido, nos contrató Usami Akihiko.-
-El novelista.- Interrumpió su jefe.
-El mismo- Indico Miyagi sin perder el hilo de la conversación- Los datos que nos entregó de Hiroki fueron su nombre, su aspecto que es cabellos y ojos castaños, estatura media, bastante delgado, entre otras.
-¿No te dio fotografía? esa es una apariencia muy común aquí en Japón, tú lo sabes.
-Si me dios una fotografía, pero es antigua, de hace al menos unos 7 años atrás, aunque según
Usami-san no ha cambiado mucho desde entonces- Explico- Tiene 22 años y lo mas complicado del caso es que el muchacho nunca había salido de su casa, no asistió a la escuela, tampoco a universidad, pero se suponía era talentoso y muy obediente.
-¿Cuál fue la situación en la que desapareció y por qué no han dado informe a la policía?
-Déjeme continuar señor, es probable que usted no quera creerme lo que le diré, a medida que nos internamos en la búsqueda de Hiroki, Shinobu hizo su mayor trabajo como hacker, consiguiendo una amplia información del desaparecido, información que era entregada por otros detectives al señor Fuyuhiko Usami.
La expresión del rostro de su jefe lo decía todo, no hicieron falta las palabras de impresión.
-Eso no es todo, la información de Hiroki Kamijou lo describía como “Clarividente” y al parecer esa era la razón por la que el Fuyuhiko-sama le buscaba.
-Ahora entiendo, el hombre que los atacaron, fueron enviados de Fuyuhiko- Dijo con un tono indescifrable- Tsk, ese maldito, Fuyuhiko me las pagara- Murmuro entre dientes.
-Nos quieren fuera del caso- dijo Miyagi.
-Lo se Miyagi, pero esto es cosa de tira y afloja, ese desgraciado se atrevió a dañar a mi hijo y debe tener su merecido.
-Estas diciendo usted que…
-Continuaras el caso, debes tomar todas la medidas Miyagi, no solo quiero a ese muchacho sano y salvo, quiero que encuentres pruebas contra Fuyuhiko Usami, ese maldito ira a la cárcel, ese es el lugar que se merece- Dijo el con rabia.
-Si señor- No podía decir que no estaba impresionado, generalmente cuando las cosas se volvían complicadas su jefe prefería abandonar el caso y no dejar que nada afectara a la empresa, pero esta vez era todo lo contrario y a decir verdad Miyagi estaba feliz, el deseaba acabar con quien le había hecho daño a su Shinobu.
-Por supuesto Shinobu está fuera del caso, pero pondré dos de mis hombres a tu servicio como apoyo.
-Claro- Miyagi asintió a la palabras de su jefe, todo debía salir bien de allí en adelante- Señor puedo…
-Ve Miyagi, mi hijo se ha vuelto muy cercano a ti, debe desear verte, aprovecha de informarle que esta fuera del caso.
No supo cómo su Jefe le había leído la mente, pero el punto es que estaba feliz de que le permitieran ver a Shinobu, asintió a las palabras del mayor y luego salió de la habitación, seguro debería cargar con el berrinche de Shinobu cuando le dijera que su padre le había excluido del caso.
Estaba en la casa de su jefe, morada que conocía casi tan bien como la palma de su mano, camino sigiloso entre los pasillos y las escaleras, hasta llegar a la única puerta de color negro que había en aquella casa, sin siquiera tocar, giro el pomo de esta, encontrándose con un durmiente Shinobu recostado con calma en su cama.
Habian sido duros momentos, luego de dejar a Shinobu y salir de baño con calma, corrió casi media cuadra, encontrando al pequeño rubio recostado contra una pared, su respiración era errática y sus ojos brillaban con intensidad hasta verse vidriosos, recordaba a con pesar haberle llamado repetidas veces, pero Shinobu solo logro decirle un agónico “Me cuesta respirar” antes de caer desmayado entre sus brazos.
El pequeño rubio era asmático de nacimiento, sus primeros años fueron complicados, pero con el tratamiento adecuado y los cuidados de su familia se había recuperado y vivía con normalidad, pero como toda persona asmática, nunca se podía confiar en esa “recuperación”, la indicación del médico era siempre llevar a cuestas un sencillo inhalador, con el cual regularía su respiración de ser necesario, pero ese día no había inhalador.
Corrió con Shinobu hasta el hospital, le habían estabilizado, estuvo cerca de una hora con oxígeno y además le habían inyectado algún tipo de medicamente para estabilizarle con mayor velocidad, al cabo de un tiempo despertó y luego le enviaron a casa a descansar, Miyagi agradecía que no hubiera pasado de ser un mal rato, sin embargo en aquel momento sintió que el corazón se le arrancaría del pecho y que el mismo colapsaría en esos momentos de ver a su pequeño terrorista tan enfermo.
Camino hasta la cama de su pequeño amor y le vio “dormir” unos momentos, hasta que un pequeño murmullo le interrumpió.
-¿Por qué no te acuestas conmigo? Me metiste en un terrible lio, me merezco una recompensa- Decía Sinobu con sus ojos aun cerrados.
-Eres un tramposo ¿Desde hace cuánto estas despierto?
- poco antes de que tu entraras, deja de hacer preguntas y acuéstate- Dijo moviéndose a un lado y dejando un espacio para que Miyagi se acostara.
-No lo hare, estamos en tu casa y en cualquier momento entra alguien para ver cómo estas.-
-Cobarde- Espeto el menor haciendo medio berrinche.
-Me alegra que ya estés mejor- Susurro Miyagi, posando sus labios sobre los pequeños labios del menor, quien los fruncía en una ligera mueca de disgusto.
Los ojos del rubiecito se abrieron, pero no tardo en dejar su impresión de lado y aprovechar la oportunidad que le daba Miyagi profundizando el beso he ingresando su lengua en la cavidad del mayor sin un poco de vergüenza.
Usami Akihiko….
El joven de cabellos grisáceos se encontraba desesperado, había volteado su casa entera en un arranque de furia, había pasado mas de una hora y misaki no había llegado, por mas que intentaba contactarlo el celular de Misaki simplemente le enviaba aquel mensaje que indicaba estar apagado y no sabia como actuar ahora que sabia que su amada pareja había sido llevada a las descarriladas garras de su padre.
-MALDICION- Grito cuanto pudo volviendo a golpear las cosas de su casa, esta vez rompiendo un precioso y carísimo jarrón.
Misaki Takahashi
El Lugar era oscuro, a decir verdad tenia algo de frio, parecía ser un sótano con bastante humedad…
Cuando cayo en cuenta de su situación se levantó aterrado, estaba en un lugar oscuro, recostado sobre una cama sumamente antigua, el colchón era sostenido por unos gigantesco resortes que iban de un lugar a otro y toda la constitución de la cama eran unos fierros de color marrón oxidados y saltados por todas partes, observo al otro lado de la habitación una cama idéntica a la suya.
Hacia tanto frio que agradeció al menos que sus captores no fueran unos inhumanos, y la cama estaba cubierta por una gran cantidad de gruesas cobijas en las cuales se recostó, en el borde de la habitación había un pequeño y alargado mueble.
A pesar de toda la curiosidad que le daba saber que es lo que había en ese mueble, no quiso levantarse al fin se encontraba cómodo y recobrando el calor bajo aquellas gruesas cobijas, por lo que no estaba del todo convencido en levantarse, y de hecho no lo hizo.
Nowaki & Hiroki
Por fin aquel ataque había pasado, Nowaki en ese momento se hallaba recostado junto al cuerpo durmiente de Hiroki acariciando con ternura sus castañas hebras.
-Hiro-san ¿Qué voy a hacer contigo?-pregunto de pronto besando los sedosos cabellos del mayor con devoción, en ese momento el joven pelinegro se encontraba desesperado no sabía qué hacer, aun se debatía entre dejar a Hiroki y buscar ayuda fuera de quella casa o por otro lugar quedarse junto a el y cuidarle cuanto pudiese.
Entre más lo meditaba mas crecia el miedo dentro de si, deseaba con fuerza hallar la respuesta, pro no lo hacía solo terminaba por aterrarse mas.
**¡¡¡CRACK!!!**
Fue un sonido estridente y aterrados, el pelinegro se levanto de la cama con el corazón en la garganta y camino hasta la sala de su pequeño hogar con sumo cuidado, allí les vio…