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Fuera de la jaula por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola cariños mios, he vuelto con el segundo capitulo de est maravilloso fic, una mezcla entre las historias de junjou romanrica y mi alocada imaginacion, todo es diferentemente igual :3

Nowaki y Hiroki mi parejas favorita <3 pasara de todo tipo de situaciones y yo espero que ustedes gocen de mi historia.

Agradezco como siempre los comentarios del capi anterior y espero que vuelvan a escribirme cuando lean este capitulo.

Capítulo 2: Primer paso afuera.

 

Hiroki camino con calma hasta el final de la calle, allí las intersecciones de varias veredas se encontraban con el paso de los autos, semáforos y transeúntes.

Quiso seguir caminando, sin embargo entre más de adentraban en aquella pequeña multitud su cuerpo se sentía más  pesado.

Varios pensamientos revueltos se arremolinaban en su cabeza, provocando un fuerte dolor en ella, sentía que en cualquier momento su cabeza iba a explotar.

Dio un paso más sintiendo como una lanza atravesaba su frente, provocando un dolor lacerante, se tomó la cabeza y presiono sus manos contra ella, sin embargo el dolor se extendía lentamente por todos sus miembros agarrotando su cuerpo, sus músculos era contraídos por el dolor, mientras presionaba sus dientes con fuerza para soportar la agonia.

La primera gota de agua fue a dar contra el puente de su respingada nariz, y pronto la lluvia se dejó caer sobre su cuerpo.

“¿Qué pasa con esta lluvia?”

“No anunciaron esto en el clima”

“Ah, mierda no tengo un paraguas”

“se mojaran mi botas tengo que ir a refugiarme”

“Lluvia… Clima…¿Qué está pasando?... creo que deje ropa en casa…llevemos esto…algo de…”

Hiroki comenzó a correr, quería gritar sin embargo no era capaz de soltar el fuerte agarre entre sus dientes, se sentía indefenso, estaba mojado, y adolorido.

Corrió cerca de 2 kilómetros sin siquiera notarlo, ya se sentía cansado y somnoliento, aquellos pensamientos que tanto le había agobiado se escuchaban lejanos ahora, a pesar de ver la gente pasaba frente a él, era como si todo el cansancio estuviera alejándole de esa tortura.

Se deslizo lentamente por la pared de un callejón, parecía ser una panadería, podía sentir el delicioso aroma del pan recién horneado…Tenía hambre, tenía frio, estaba perdido y se sentía muy débil.

El tiempo transcurrió lento en su mente, pero rápido en la realidad, solo lograba ver los pies apresurados de la gente por las calles empapadas de agua, todos pasaban de él, en realidad era como si no lo viesen.

¿Hace frio? ya no puedo escuchar a nadie, me siento tan mareado, mis ojos están pesados, y antes de cerrarlos distingo esos bellos ojos azules...

-¿mama, papa, Akihiko?- pregunto confuso.

Entre las oscuras tinieblas de la inconsciencia, lograba sentirse protegido, no sabía quién, ni el porqué, pero aquel fuerte agarre le reconfortaba.

De pronto dejo de sentir frio, en lugar de eso se sintió abrigado por un intenso calor, era consiente del vapor que acariciaba sus mejillas, y del flujo acuoso que recorría su anatomía, reconfortantemente, el dolor se había esfumado, el frio ya no le atormentaba, no sentía miedo, ni hambre, y simplemente se dejó llevar por esa dulce sensación hasta que perdió por completo el conocimiento de su cuerpo.

Finalmente sus castaños ojos se dejaron abrir cuando la mañana se alzaba gloriosa tras la ventana, anunciando el nuevo día, Hiroki miro curioso, casi aterrado el lugar desconocido, era una simple habitación, solo tenía una cama y un escritorio junto a este, era pequeña y de un celeste claro como el mismo cielo.

-¿Dónde estoy?-se preguntó a si mismo, sin obtener mas respuestas que el solemne silencio.

-¡Ya despertaste!-Un joven alto, de cabellos negros como el ébano, piel clara como la nieve y ojos azules como el océano profundo y desconocido.

-¿Nowaki?-susurro el castaño, recordando solo aquellos ojos que le habían cautivado.

-¿Cómo sabes mi nombre?- El joven se encontraba impresionado, le miraba parado desde la puerta, su alegría se había esfumado, el castaño había dormido desde que le encontró tirado en ese callejón, con fiebre y empapado, él no le había mencionado su nombre.

-Yo… estaba soñando con un tornado- soltó el castaño, no creía que realmente fuese a funcionar pero de todos modos lo intento.

-¿un tornado?-pregunto El menor impresionado-Vaya, puede ser que veas el futuro en tu sueños-comento sonriente- yo soy Kusama Nowaki y te traje aquí cuando te encontré ayer bajo la lluvia-Informo.

-Gracias, Nowaki- las mejillas del mayor se habían encendido, estaba avergonzado, pero mas que aquello, se sentía cautivado por esos ojos azules, tanto asi que no lograba siquiera levantar la vista.

-De nada-comento simpático, acercándose de apoco al desconocido castaño, hasta sentarse en el borde de la cama.

-Yo de verdad quisiera poder agradecerte de alguna manera.

-Dime tu nombre-susurro con su cautivante voz.

Hiroki quedo descolocado, aquella melodiosa y varonil voz, había elevado sus sentidos a un punto que ni él conocía anteriormente.

-¿Cómo?-pregunto embobado, realmente no sabía lo que decía, simplemente hablaba, sonrojado hasta las orejar, cautivado por la voz de aquel tornado.

-que me digas tu nombre, esa sería una buena forma de agradecerme- repuso Nowaki con una carcajada divertida- eres muy tímido- comento de la nada.

-Yo.. lo siento, es que yo de verdad- sinceramente estaba nervioso, no podía ver a ese adonis frente a el y simplemente actuar como si no fuera la misma belleza en persona- Hiroki – soltó de pronto.

-¿Hiroki?-

-Kamijou Hiroki, ese es mi nombre- repuso un tanto mas calmado.

Nowaki volvió a reír cautivadoramente.

-¿De qué te ríes?-pregunto curioso.

-De nada, es solo que pensaba en las casualidades de la vida-dijo entre pequeñas risillas.

-¿Casualidades? ¿Qué casualidades?-pregunto confuso.

-Tu nombre.- dijo Nowaki.

-¿Qué tiene mi nombre?-pregunto asustado el castaño.

-Es un nombre hermoso, para una persona hermosa…-Nowaki tomo la barbilla de Hiroki, alzándola para encontrar sus ojos de frente.

Una pausa tan larga como el tiempo mismo se puso entre ellos, pero fue como si se detuviese el reloj en ese instante, sus ojos encontrados, danzaban en un baile de ardiente deseo, el uno por el otro, sin tocar sus labios, sin unir sus cuerpos, solo el roce sus vistas, encontradas en el espacio.

-¿Te han dicho alguna vez que eres hermoso?-Consulto Nowaki, consiguiendo que Hiroki se pusiera rojo desde el cuello hasta la orejas-Además eres tan tierno.

-Nowaki…-

Aquel nombre también era justo como su acompañante, “Nowaki, como un fuerte tornado, un tifón, poderoso y avasallador, atrapante he imponente” así se había dejado atrapar Hiroki por ese tifón, complemente atrapado entre sus garras, entre sus brazos, entre sus ojos…

-Ven a comer algo, no soy tan bueno cocinando, pero creo que con  hambre todo sabe bien-Nowaki tomo la mano de su ángel castaño y le guio hasta una pequeña mesa.

-¿Qué es esto?-pregunto Hiroki, observando unos humeantes panqueques sobre la mesa.

-son panqueques, estoy seguro de que te gustaran-sonrió mientras le servía un té y lo dejaba frente a él.

Hiroki acostumbraba a comer comida japonesa todo el día, arroz, pescados, algas…

Sin embargo dio la primera mordida a la comida que el menor le ofrecia, eran suaves y dulces, muy dulces, sus ojos se abrieron y mastico rápidamente, deseando comer otro pedazo de aquel dulce manjar.

-Nofaki, estog efta muy rigco.-

De pronto Nowaki comenzó a carcajear, aquel castaño era tan dulce he inocente, tan lindo y tierno, era todo lo que él deseaba y le tenía allí en su casa.

-Por Dios, tu eres imposible-dijo Nowaki- ¿enserio te gustaron?-pregunto alegre.

-Sí, están muy buenos, quisiera comer de estos todos los días-comento desatento mientras servía otro panqueque.

De pronto el ambiente se volvió mínimamente más tenso, Nowaki observaba con seriedad a Hiroki, cosa que logro aterrar al castaño.

-Pequeño-aquel termino logro sorprender al castaño, en cuanto hablo el mas alto-Yo no sé lo que hacías ayer en el callejón, tampoco deseo presionarte a que me lo digas, sin embargo estoy algo preocupado por ti.

Hiroki escucho aquellas palabras, él podía sentirlo, sabía que Nowaki las decía de todo corazón, realmente estaba preocupado.

-Yo, escape de casa- confeso con miedo a ser reprochado, o regañando, pero simplemente la reacción de su acompañante le dejo sorprendido.

Nowaki le estaba abrazando, con fuerza le albergaba entre sus brazos con amor.

-Mi ángel no debes tener miedo, yo te apoyare en lo que tu necesites.

-Nowaki-susurro sorprendido el mayor.

-Yo tengo 18 años, acabo de terminar la escuela, tengo 6 trabajos y soy huérfano, vivo solo, puedes quedarte tanto como quieras aquí en mi casa, para mi seria un gusto tener a alguien tan bello bajo el mismo techo-comento sacando una pequeña sonrisa a Hiroki.

Todo lo que le había dicho Nowaki él ya lo sabía, su madre le había dejado abandonado en medio de un tornado en la puerta de un orfanato, donde había sido criado, y a base de esfuerzo el chico había salido adelante, era muy esforzado y trabajador, muy inteligente también, siempre estudiaba mucho, su gran meta era estudiar, aunque no estaba muy claro, quizás podría estudiar algo de tipo social, sin embargo también le atraía la medicina, y la enfermería…

-No tengo mucho espacio aquí-indico Nowaki, su departamento contaba con una sola habitación, el baño la cocina y una pequeña sala- pero estoy seguro de que nos podremos acomodar, al menos hasta que soluciones tus problemas.

-mis problemas-musito Hiroki, claro solucionar sus problemas significaba simplemente renunciar a su libertad y volver a encerrarse en esa casa.

-Bueno será mejor que limpie estos platos-se levantó Nowaki, intentando cambiar el tema al ver la triste expresión de Hiroki- ¿A qué te dedicas Hiro-san?-pregunto decidido a olvidar el tema anterior.

-Yo… no…esto.- con los nervios a flor de piel se le dificultaba dar una respuesta precisa, sus padres siempre le habían dicho que no debía confiar en los extraños, que ellos querrían aprovecharse de su “don”, sin embargo Nowaki no parecía un aprovechado…

Aun así era muy complicado llegar y decir “no hago nada porque mis padres no me lo permiten, así que soy un desempleado de 22 años que jamás fue a una escuela. ¿Cómo podría decirle eso a Nowaki? el que a sus 18 jóvenes años poseía 6 trabajos, estudios realizados y una caja llena de sueños y metas.

-Si no quieres decírmelo no importa, yo comprenderé, debes estar pasando por un periodo muy complicado.-

-Gracias Nowaki- susurro de pronto.

-¿Gracias por qué?.-

-Tú me comprendes, no me presionan, y soy un desconocido, sin embargo me tratas tan bien, de no ser por ti probablemente ya estaría muerto en ese callejón, prácticamente te debo la vida y aun así no soy capaz de contarte mi verdad.

-¿Tu verdad?- Nowaki quedo intrigado con aquello, sin embargo había decidido darle su tiempo a Hiro-san y no presionarle a nada- Yo no necesito más verdad, yo sé que te encontré ayer, que pareces ser muy tierno y tímido, y sé que eres hermoso, y yo quiero ayudarte, no tienes nada que agradecer…

-Gracias- volvió a murmurar.

-No es nada- Nowaki volvió a encerrarle entre sus fuerte brazos…

Horas antes…

La castaña mujer caminaba tranquilamente de regreso a su hogar, llevaba una bolsa llena de verduras frescas, listas para preparar un delicioso estofado.

-Hiro-chan, ya llegue-anuncio al ingresar en la casa, pero sin obtener respuesta- ¿Hiroki?-

Comenzó a caminar entre los pasillos de la casa, las habitaciones, el jardín trasero, incluso a lo baños, pero no se encontraba en ningún lugar.

Apresurada comenzó a buscar su teléfono, necesitaba contactar a su esposo, el artefacto sonó un par de veces antes de que contestasen la llamada.

-¿Kanade? ¿Sucede algo?-pregunto el hombre extrañado, generalmente su mujer no le llamaba, mucho menos cuando ya era su hora de salida del trabajo.

-Hiro-chan, el… no está, se fue, los busque por todos lados pero no está.

-¿Qué estás diciendo mujer?  Hiroki es muy obediente, el jamás saldría de casa.

-Te juro que no está, le he buscado por todos lados, yo solo fui a comprar unas verduras y cuando regrese el ya no estaba- la madre estaba al borde del colapso, en ese limbo entre las lágrimas y la locura.

-voy a casa- anuncio el hombre.

Mientras ella comenzaba a recorrer la casa, todo estaba tal como lo había dejado, ella no había demorado mucho, y al parecer su hijo tampoco no se había llevado nada más que la ropa puesta, no poseía dinero, ni ropa tampoco… un paraguas.

-¡Por Dios! ¿Mi niño donde has ido? con este mal tiempo seguro tendrás mucho frio-susurro como toda madre, preocupada por la salud de su hijo.

Su esposo llego, y aunque recorrieron las calles en auto en busca de su retoño, no lograron encontrar nada, las horas pasaban y cada segundo era más angustioso que el anterior.

No podían anunciar a la policía, era demasiado peligroso para su hijo, habrían preguntas investigaciones, probablemente se enterarían de la capacidad del castaño, saldría en la prensa, simplemente algo imposible, ellos no permitirían que su hijo fuese expuesto de esa forma, sin embargo ¿Qué más podrían hacer?

Notas finales:

Muchas gracias por leer, y vamos con lo de siempre!

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Espero que me dejen sus comentarios <3 que les hayab gustado mucho este nuevo capitulo y nos vemos la proxima semana byeeeee <3


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