Capitulo 3: ¿crees en el amor a primera vista?
Habían pasado tres días desde que Hiroki había llegado a la casa de Nowaki, y no se había atrevido a salir de la morada, ni siquiera había abierto la puerta, su exceso de confianza le había jugado una mala pasada, y después de su última aventura por las calles de la ciudad había decidido tomarse un tiempo para pasear de nuevo.
Nowaki, no le había preguntado mucho, solo le gustaba saber cosas triviales del castaño, como su helado favorito, el color que más le gustaba, las flores que prefería…
Para el castaño Nowaki era en su todo un misterio para él, pocas veces lograba escuchar los pensamientos del menor, no había tenido visiones, y nada le había dicho al oído lo que sucedería el día próximo, seguramente gran parte de su repentina “desclarividencia” se debía a que estaba completamente atolondrado con el joven “Kusama Nowaki”
-Hiro-san, ya me voy, hay comida en el frízer y ya sabes el resto ¿puedes cocinar la cena hoy? creo que llegare tarde- Nowaki siempre era así con él, atento, bondadoso, comprensivo.
-Claro, yo cocino no te preocupes- Hiroki estaba tendido en el sofá, llevaba puesta ropa de Nowaki, ya que el solo tenía las pocas prendas que llevaba el día que se perdió.
Hiroki jamás había cocinado pero al llegar a donde Nowaki había notado que tenía esa capacidad de saberlo todo, realmente era molesto, pero en ocasiones como esas las encontraba bastante útiles.
Realmente Hiroki se había ido a encerrar a una nueva jaula, solo que está a pesar de ser más pequeña he incomoda, le parecía mucho mejor que le anterior, aquí tenia más libertad, a pesar de seguir igualmente encerrado.
Las horas se le pasaban encerrado en los libros de Nowaki, siempre leía los mismos una y otra vez, pero no le molestaba, aunque fuera poca, una buena lectura siempre era bienvenida.
Caída la tarde Hiroki se había levantado del sofá, comenzó a hacer un delicioso estofado, tenía los ingredientes precisos, lo hizo con carne a pesar de que a él le gustaba mucho mas de pollo.
Cuando Nowaki llego fue recibido por el delicioso olor que recorría su morada, Hiroki se veía bellísimo, sus prendas le quedan grandes pero eso no hacía más que tórnale exageradamente encantador.
-Qué bueno que llegaste, estaba a punto de apagar el fuego- le comento Hiroki desde la cocina.
-Nowaki ingresaba Feliz hasta la cocina, se aproximó a Hiroki, sus rostro quedaron por un segundo distanciados a un centímetro, Hiroki sintió su corazón palpitar, Nowaki le sonrió, y luego se aproximó a la cuchara que el castaño sostenía en su mano, probando un poco del estofado.
-Te quedo muy bueno- expreso sonriente- cada día pienso que cocinas mejor- Nowaki se retiró de allí, y fue hasta su habitación, se cambió las ropas por unas mas cómodas, y volvió al comedor, para ver la comida perfectamente servida, Hiroki le esperaba sentado.
-¿Por qué no comes?
-Quería esperarte-dijo el mayor dándole la primera probada al humeante platillo.
La comida solía trascurrir en un grato silencio, pero ese día en especial Nowaki estaba muy emocionado.
Apenas le vio Hiroki supo que había renunciado a uno de sus seis trabajos, le habían pagado un buen dinero, pero no lograba descubrir la razón por la que había renunciado, tampoco entendía que esa fuera la razón de la emoción del pelinegro.
-Hiro-san te compre esto- Nowaki sacaba de su bolso un libro, no era nuevo, más bien parecía de segunda mano, pero estaba bien cuidado, sus páginas eran antiguas, y debía tener por lo menos unas seiscientas paginas.
-¡Por Dios Nowaki! no tenías que molestarte- dijo el castaño, tomaba el libro entre sus manos, sintió una extraña calidez al sujetar el objeto, realmente Nowaki se lo había dado con muy buenas intenciones.
-Te la pasas todo el día leyendo los mismos libros, llegue a sentirme culpable de no tener nada mejor que ofrecerte, y cuando vi este en la librería pensé que podría gustarte.
-Me encanto el regalo- dijo Hiroki alegre- es solo que esto es algo vergonzoso, yo no trabajo, no te he dado dinero, como tu comida, utilizo tu ropa, tu ducha, tu cama, incluso cuando tú has tenido que dormir en el sofá, yo realmente no sé cómo agradecerte, eres tan bueno y yo solo soy una carga…
-Hiro-san- cada palabra que el castaño decía pagaban más su luz, Nowaki no sabía que hacer, veía a su ángel deprimido.
-Quizás la mejor forma de ayudarte seria salir de tu casa, y dejar de causarte problemas con mis deseos egoístas- susurro desanimado.
-¡Ni lo pienses!-grito Nowaki, levantándose, mientras colocaba los puños en la mesa con fuerza, reacción que impresiono a Hiroki- ¿Que estás diciendo? tu no me debes nada.
-No digas eso, sabes que no es verdad, yo te debo hasta la vida- Exclamo Hiroki.
-No, tu no me debes nada, cada cosa que yo he hecho por ti tú me la has recompensado con tus sinceras sonrisas, con estas cenas deliciosas que solo tú sabes hacer, con tu compañía diaria, yo nunca he tenido una familia, pero estar contigo se siente tan reconfortador, tu eres todo lo que tengo ahora, así que no vuelvas a decir eso.
-Nowaki…
-Es probable que en tu casa estuvieras mucho mejor, yo no tengo tanto dinero, estoy consciente de eso, pero…-
-No sigas, el dinero no importa, yo más que nadie se de eso, después de todo no tengo un solo centavo, y aun así estoy viviendo cómodamente gracias a tu caridad.
-Hiro-san, quédate- afirmo el menor.
-Yo, quiero quedarme, pero realmente quisiera recompensarte de alguna manera, con algo más que mis sonrisas, o mi compañía.
-Tu…-Nowaki no sabía que decir, debía encontrar alguna manera de retener a Hiroki a su lado, sabia de su sentimiento egoísta, sin embargo él quería ser el único que hiciera a Hiroki feliz.
El silencio rondo unos segundos, antes de que Nowaki encontrara la forma prefecta de que el castaño le retribuyera.
-Ayúdame a estudiar- Soltó de la nada el menor.
-¿Estudiar?-pregunto consternado, no conseguía comprender lo que su acompañante le decía.
-Tú sabes, quiero entrar en la universidad, y yo no puedo pagar esos cursos de nivelación, el examen de admisión es en unos meses.
-Pero yo…
-He notado-interrumpió- Que eres muy listo, Hiro-san, siempre que tengo un examen me ayudas, todo lo que tu dijiste, me ayudó mucho, y estoy completamente confiado de que gracias a ti me fue muy bien en ese examen.
-Solo te ayude una vez ¿Qué te hace creer que seguirá funcionando?-pregunto Hiroki.
-Tú me haces creer que seguirá funcionando, tú me das esa seguridad, es como si cada vez que dices algo estas completamente seguro de que es así, tus indicaciones son tan acertadas, y sabes tanto.
-Pero…-Nowaki tenía la mala costumbre de interrumpirle.
-Por favor, yo necesito alguien que me enseñe, y tú me quieres ayudar, siempre haces comentarios de historia, y de literatura, sabes mucho, además eres bueno en matemáticas.
-Solo hago sumas y restas- dijo Hiroki.
-Estoy seguro de que no son solo sumas y restas, por favor, inténtalo…
-Nowaki- Hiroki lo estaba pensando.
-Hiro-san, yo deje uno de mis trabajos, de verdad quiero estudiar, y creo que con tu ayuda podría conseguirlo.
Un silencio se hizo entonces, Hiroki iba a aceptar, pero entonces Nowaki cambio brutalmente de tema.
-¿crees en el amor a primera vista?-pregunto de pronto.
-¿Amor a primera vista?- repitió dudoso el castaño- Yo no lo se…
-Yo sí creo, antes tampoco lo sabía, pero cuando te vi en la calle, afiebrado y todo empapado, pensé que quería protegerte, y luego te traje a mi casa, parecías un ángel, incluso cambie tus ropas- bajo ese comentario Hiroki se sintió completamente enrojecido- Tu cuerpo me parece complemente hermoso, yo realmente siento que me enamore de ti, Hiro-san.
Esas palabras le tomaron desprevenido, el corazón de Hiroki comenzó a latir con fiereza, agitado, pero por más sangre que bombera, su mente no conseguía formular una respuesta.
-Hiro-san, yo no solo deje ese trabajo por los estudios, sabía que tú estabas en casa, pero yo necesita más tiempo- Hizo una pausa- Quería estar contigo, aquí, y por eso deje aquel trabajo e incluso te compre un libro con parte de la paga. Claro que quiero estudiar, es mí más grande sueño, pero además de eso, sueño con hacer feliz a un joven y misterioso castaño, que encontré en la calle bajo la lluvia.
-Yo, Nowaki.-no pudo continuar.
-¿Me dejas amarte?- Nowaki se aproximó hasta Hiroki, y por primera vez provo el dulce elixir de sus labios.
Se sentía delicioso, sus labios se unieron en un beso tímido, cuando Nowaki comprobó la correspondencia de Hiroki fu intensificando el tierno beso, para terminar agitados, por la falta de aire.
-¿Eso es un sí?-pregunto el menor con una sonrisa.
Hiroki solo asintió complemente avergonzado.
-¿te quedaras conmigo también?-pregunto con emoción.
-Lo hare-dijo Hiroki.
-¿y me enseñaras para mi examen?-volvió a preguntar.-
-Yo, lo intentare, espero ser un buen profesor.
-Estoy seguro que lo serás- contesto el menor volvió a tomar los labios de SU castaño.
En otro lugar…
-Akihiko ¿has sabido algo de mi bebe?-la madre de Hiroki estaba cada día mas exasperada con su repentina desaparición.
-Lo siento, no he hallado nada.
Lo único que lograba reconfortarlos era que en la noticias no habían anunciado a su hijo, muerto ni herido, quería tener la confianza de que estaba bien en algún lugar aislado.
Para Akihiko la noticia había sido tan fuerte como para los padres.
Flash Back.
-¿Qué haremos ahora?-la mujer se aferraba al cuerpo de su esposo.
Estaban perdidos, no podían dar anuncio a las policías, y no había hallado nada ellos solos.
-Akihiko podría ayudarnos- dijo el padre.
-¿Akihiko-kun?- repitió ella sin entender.
-El, tiene mucho dinero, sé que no es correcto abusar de su gentileza, y de la amistad que forjo con nuestro hijo, pero yo te juro que le pagare cada centavo cuando pueda.
Y así lo había decidido, le pidieron su ayuda al joven ojos violetas.
-¿Hiroki…desapareció?-la noticia le había caído como un balde de agua fría.
-Akihiko-kun, nosotros necesitamos tu ayuda, no podemos dar aviso a la policía, pero si tú, si tu pudiera contratar a alguien, yo te pagaría todo el dinero, por favor, ayúdanos, ayúdanos a encontrar nuestro hijo.
-¿De qué habla señor? el dinero es lo menos importante, ustedes no saben lo mucho que Hiroki ha hecho por mí, yo prácticamente estoy donde estoy gracias a él, y muchas de mis ganancias propias se las debo el, que empezó a leer todas mis novelas cuando éramos pequeños, yo le ayudare en todo lo que pueda…
Fin Flach Back.
Así fue como llego a contratar al detective Miyagi You, estaba bajo el mano de una empresa pequeña, de detectives clandestinos, el hijo de su jefe era su ayudante y un poco más que eso, Shinobu Takatsuki también había sido un joven de gran ayuda, sin embargo aún no lograban encontrar nada.
-Akihiko-sama hay poca información de Hiroki Kamijou en los registros de la ciudad- Anuncio Miyagi con angustia.
-Eso ya lo sé, Hiroki ha estado toda su vida en casa- Confeso Akihiko, la búsqueda de una persona que casi no existe era lo más complicado que le habían pedido hacer, en todos sus años de servicio nunca había fallado en ninguno de sus trabajos… Pero no estaba seguro de conseguir cumplir con lo que ahora le estaban pensando.
Después de una breve discusión sobre sus honorarios ambos hombres se despidieron, esta vez se le ofrecía una gran suma de dinero, el grandioso universitario y novelista Usami Akihiko estaba dispuesto a ofrecer una pequeña fortuna por encontrar a su amigo.
-Cambia esa expresión Miyagi- Le decía sin el más mínimo respeto su pequeño ayudante.
-Cállate mocoso ¿No eras tú el que insistía en ayudarme?- Pregunto casi furico.
Shinobu Takastuki era el hijo de su feje en la pequeña pero fructífera empresa de investigaciones que poseían, Miyagi era 14 años mayor que Shinobu, pero desde la semana pasada el mocoso se había empecinado en acompañarle a todos sus trabajos, apelando a un reciente amor oculto.
-Ya te lo dije yo no te voy a dejar alejarte de mí, Miyagi- declaro con decisión el rubio.
-Justamente por eso me exasperas tanto, eres un niño consentido, estas acostumbrado a que te den el gusto en todo- dijo encendiendo un cigarro- Pero déjame decirte algo niño rico, yo no soy ese tipo persona que anda concediendo todos los deseos de diablillos como tú- Contesto con voz fuerte.
-¡MIYAGI! TU NO ERES UN CAPRICHO- Dijo con las mejillas enrojecidas de rabia, el mayor le tomaba como una vil broma pero él iba enserio.
-Deja de joderm…
El cigarro fue arrebatado y cayó al suelo siendo pisado por los costosos zapatos del joven rubio.
-¿Qué mierda estas haciend…-tampoco le dejaron terminar la frase.
Shinobu alzo su cuerpo lo más que pudo logrando alcanzar los labios del mayor sonde planto un vigoroso beso.
-Shinobu…-susurro el mayor sorprendido, jadeante después de un acalorado beso, hace tiempo que no le sucedía algo como aquello, incluso sintió su virilidad reaccionar ante el candente beso que Shinobu le había dado, ni su propia exesposa lo había conseguido, pero ese maldito niño con un simple beso despertó la bestia…