Ya habían pasado otro par de horas y habían ordenado un poco la casa. Todos estaban en las habitaciones cambiándose para usar el jacuzzi de la terraza. Tony se puso el bañador de prisa y esperó a que Loki saliera, tenía que contarle ciertas cosas, pero el primero en salir de su habitación fue Bruce y le llamó pidiéndole que lo esperara. Hasta que salía Loki junto con Thor.
-Loki, ven un momento. Puedes esperarlo arriba, Thor. – Lo hizo amablemente a un lado. El mayor le asintió y sin hacer preguntas fue directo a la terraza.
-¿Qué pasa? – Loki le pregunta a la vez que el castaño lo metía a la habitación donde tenía esperando a Bruce y luego cerraba la puerta. Los miró a ambos, y ellos lo miraron curiosos.
-Tony Stark ya se estrenó. – Dijo Tony casi en tono orgulloso pero algo de timidez se alcanzaba a percibir. Loki sonrió asombrado y Bruce quedó confundido.
-¿En qué maldito momento pasó? – Completamente curioso le preguntaba el ojiverde.
-En la madrugada, cuando ya había acabado la fiesta.
-¿Quién te dio el regalote? – Preguntó Loki con una sonrisa maligna, haciendo avergonzar a Bruce como si le preguntasen a él.
-Loki, no hables así. – Bruce trató de reprimir a Loki que le miró con una ceja enarcada. – Tony quiere hablar en serio. – Le aclaró.
-Está bien, ¿no es así? – El pelinegro cuestionó a Tony.
-Sí, descuida. – Animó Tony mirando a Bruce.
-¿Entonces?
-¿Pues con quién crees, tonto? – Tony cuestionaba divertido, pero Loki movió los labios sin soltar sonido, como si estuviesen hablando clandestinamente, pero Stark pudo leer lo que decían los labios y negó rápidamente cuando descubrió que decían Steve. – No, fue con Bucky.
-Era más obvio. – Señaló Bruce.
-¿Y? ¿Te gustó? – Husmeaba más Loki.
-Yo que sé.
-¿Cómo no vas a saber? – Preguntó asombrado Bruce.
-Necesito más práctica para saberlo. Me la pasé concentrando en ignorar el puto dolor.
-Necesitas acostumbrarte. – Le dijo Loki, comprensivo. – ¿Y Steve?
-¿Qué con él?
-No te hagas. Qué pasó que estaban muy abrazaditos cuando los encontré.
-Me dio un obsequio y lo abracé. – Respondió como si nada.
-¿Qué fue?
-Loki, eres un metiche.
-¿Qué? Pero si eres tú quién nos empieza a contar las cosas. – Decía algo indignado. Bruce y Tony rieron. Stark caminó hasta su maleta donde ya había guardado el marco con el dibujo y se los mostró.
-No digan nada. – Fue lo primero que dijo al ver sus expresiones.
-Pero si es muy bonito… – Comenzó a decir Bruce.
-Que no digan nada. – Volvió a pedir, guardando de nuevo el obsequio.
-¿Por qué? ¿Te avergüenza? – Soltó perspicaz y altanero Loki.
-Vamos al jacuzzi. – Ordenó y salió de la habitación dejando a Loki y a Bruce atrás.
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-¿A qué hora nos iremos? – Bruce era quién preguntaba. Tenía unos minutos que habían dejado el jacuzzi para irse a meter a la alberca cuando unos empleados que consiguieron de los alrededores la limpiaron junto con todo el desastre que había quedado en el jardín. Y como todos continuaban muy relajados y sin intenciones de irse de ahí a pesar de que al día siguiente reanudaban las clases, Bruce se preocupó algo.
-Bruce, todavía estamos disfrutando el fin de semana, no pienses en regresar a esa prisión. – Le respondió Steve.
-¿Y si nos tomamos un día más? – Sugería Thor entusiasmado.
-¡Sí! – Secundo la propuesta Clint y Steve.
-Sí, ¿por qué no? – Decía tranquilo Loki. – Aunque depende si Tony quiere, es su casa.
-No hay problema. – Stark les dijo a todos.
-Pero…-
-¡Pero nada!
-Yo tengo un proyecto pendiente por entregar mañana a primera hora. – Interrumpía Bucky. Tony casi le mira con un puchero mientras los otros le negaban con la cabeza. – Me apresuré a terminarlo para poder venir aquí, pero en verdad tengo que entregarlo. – Se disculpaba.
-Yo igual. – Les dijo Bruce. – Te lo dije antes de venir, Tony.
-Cierto, cierto. Lo olvidé. – Decía Stark con un suspiro cansado.
-Pero no hay ningún problema, Bruce y yo nos podemos regresar antes en mi auto. – Decía Bucky al ver las caras desanimadas de los demás al pensar que todos se tendrían que regresar pronto.
-Pero esperen otro momento y luego si quieren se van. – Les dijo Loki. Bruce y Bucky asintieron.
Quedaron nadando otro momento en la alberca, para después pasar a la playa cuando a Steve se le ocurrió probar de nuevo suerte con la tabla de surf, así que Thor se le unió una vez más. Los demás les siguieron para verlos fracasar, aunque se divertían más. Quizá podían hacerlo mejor, pero las débiles olas no les hacían ningún apoyo. Así que sólo se quedaron un momento más entre la arena y el agua. Cuando Tony observó un poco lejos a los demás llamó a Bucky, se sentaron sobre las toallas y Stark le miraba todavía con un leve puchero.
-No te vayas. – Le pidió cual niño pequeño.
-Tengo que hacerlo. No sabía que regresaríamos hasta el lunes. – Se disculpó una vez más Bucky.
-¿De verdad tienes que entregar eso?
-Sí, es importante. – Tony suspiro resignado. – Y creo que es mejor que me marche ya. Es tarde. – Le dijo tranquilo. Tony le asintió y se acercaron para darse un par de castos besos para luego ponerse de pie y caminar hasta donde los demás estaban. – Bruce, ¿nos vamos?
-Sí. – Bruce corrió hasta toparse con ellos.
Todos fueron hasta la casa y se cambiaron. Esperaron a Bucky y Bruce que guardaban sus cosas y luego los despidieron a su forma dramática como si no fuesen a verlos por días, cuando en realidad podría decirse que sería cuestión de algunas horas cuando volvería a estar juntos.
Tony los acompañó hasta el auto y se quedó recargado en la pared mientras el auto de Bucky se alejaba, mirándolo solamente con una mueca todavía de puchero. Un sonido parecido al de una cámara fotográfica se escuchó muy cerca de su oído y giró el rostro. Tan distraído estaba que no notó cuando alguien se posó cerca de él y ahora Steve le tomaba una foto con su teléfono celular. Tony sólo le frunció el ceño mientras observaba como el rubio miraba la foto capturada.
-Tienes cara de puchero. – Le dijo divertido. Tony le miró aparentemente más molesto, pero Steve seguía sonriendo. – ¿Qué? Tenía que tomarte una fotografía así. – Dijo encogiéndose de hombros y recargándose en la misma pared junto a él. – Quedaron unas cuantas botellas que Loki alcanzó a guardar. Quieren beber, ¿vamos?
-Está bien. – Entraron a la casa por la puerta trasera para toparse con Clint, Thor y Loki que ya estaban en el living sentados sobre la alfombra y en la mesilla de centro ya tenían las botellas y los vasos. – Son unos alcohólicos, en verdad. – Se mofó Tony.
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Habían pasado un par de horas, eran cerca de las diez de la noche cuando de nuevo se encontraban ebrios, pero aún no tanto como durante la fiesta. Llevaban botella y media de las cuatro que Loki había escondido para ellos si lo demás se terminaba. Sólo habían permanecido tranquilos conversando, luego la música apareció haciendo un poco más de bullicio con sus risas. Después Thor junto con Clint y Steve se habían puesto a discutir quién sabe qué cosa sobre algunos temas importantes según ellos, que no pasaban en realidad de deportes, tonterías sobre las que vieron en la fiesta hasta llegar al calentamiento global y posteriormente a temas religiosos. Es decir; temas de borrachos. Loki había arrastrado a Tony a la cocina ya más borracho y como si fuese algo urgente.
-¿Qué crees que quiere hacer Thor? – Le dijo casi angustiado el pelinegro. Tony enarcó una ceja y se encogió de hombros.
-¿…Casarse …? – Dijo tratando de adivinar para luego soltar una carcajada que delataba su embriaguez.
-No, imbécil. – Aclaró Loki. – Quiere decirle a sus padres que él y yo… – Loki pretendía completar su frase con señas graciosas y gestos raros que provocaban confusión en Tony que trataba de enfocar bien.
-¿Qué ustedes se la pasan fornicando? – Preguntó algo ingenuo y confundido al interpretar uno de los ademanes de Loki. El ojiverde se palmeó la frente resignado.
-Que él y yo somos pareja. – Aclaró.
-¿Y?
-Su madre es encantadora, pero no sé si sepa que a Thor también le gustan los chicos. Y su padre es más estricto y frío, no creo que acepte que Thor no tiene una novia, sino un novio y ese novio sea yo.
-¿Su padre no te quiere?
-Recuerdo que sí. Pero éramos unos niñitos. Creo que nunca se imaginó que llegaríamos a ser algo así. – Dijo dramático. – Él es el problema. ¿Si le dice algo a Thor? ¿Si terminamos por su culpa?
-No es problema de ese sujeto, sino tuyo y de Thor. – Decía Tony dándole golpecitos con el dedo sobre el pecho. – ¿Y tu padre conoce ese lado gay tuyo? – Le dijo ya con una boba sonrisa para después dar un gran sorbo a su trago.
-Sí. Creo que no hay problema. No le gusta pero no le queda más que aceptarlo. – También bebió de su trago y miró curioso a Tony. – ¿Tu padre sabe de ti?
-Sí.
-¿Y?
-Dice que está bien.
-¿En serio?
-Al principio no estaba para nada de acuerdo. Era cuando se molestaba más conmigo por cualquier cosa, pero después pareció entender que es algo normal. – Decía tranquilo. – Ya no me molesta con eso.
Salieron de la cocina y en ese momento escucharon el sonido de la música disminuir. Los demás estaban de espaldas a ellos. Thor y Clint bebían todavía pausadamente y observaron a Steve hablar por el móvil, pero sin llegar a escuchar algo realmente. Cuando Rogers cortó la llamada volvieron a subir el estruendo de la música. Tony y Loki se sentaron de nuevo con ellos y escucharon algo peculiar.
-¿Qué fue eso? ¿Ahora le avisas dónde estás y cuándo regresarás? – Preguntaba Clint dirigiéndose a Steve. Barton ponía un tono irónico pero con una expresión escéptica. Steve simplemente se encogía de hombros sonriendo para servirse más en su vaso.
-¿De qué hablan? – Indagó Loki al ver la cara de extrema curiosidad en Tony, porque sabía que su amigo aunque quisiera saber no preguntaría para no tomarle importancia a Steve.
-De la novia de Steve. – Le dijo extrañado Thor. Loki enarcó ambas cejas, Tony se llevó el vaso a los labios, Clint permaneció igual y Steve se relajó más.
-¿Con qué… novia? – Continuó Loki, ahora mirando a Steve.
-Sí. – Simplemente respondió sonriéndole.
-¿Es porque estás ebrio de nuevo? – Le dijo Clint. Rogers soltó una leve risa.
-Desde la fiesta lo decidimos. – Le dijo igual de alegre Steve.
-En la fiesta estabas drogado. – Señaló Thor. Loki y Tony seguían sin comprender del todo, por lo que compartían miradas.
-Cuando estabas sobrio no nos dijiste nada. – Recriminó Clint.
-No tengo que contarles. No es mi obligación. – Se defendía.
-Pero es algo extraño en ti, pudiste habernos dicho algo como: ¿Qué creen, chicos? ¿Recuerdan a Peggy? No se acerquen a ella porque si no les saco los ojos. Ah, por cierto, es mi novia ahora. – Reclamaba Clint. – Si es tu chica le guardaré algo de respeto, por eso tenías que decirlo.
-Bueno, ya lo saben. No me molesten con eso. – Pidió Steve y la sonrisa no se iba de su rostro.
-Será el apocalipsis. – Dijo Thor fingiendo angustia. – ¡Tú con novia!
Rieron quedo porque les seguía pareciendo sorprendente. Tony se unió a las risas mientras se ponía de pie y con naturalidad caminaba hacia las escaleras. Les dijo que en seguida bajaba y continuó hasta llegar a su habitación. Cerró la puerta y ¡carajo! ¿Qué carajos había pasado? ¡Rogers con novia! ¡Peggy era la novia de Rogers! Aquella chica que aparte de ser guapísima parecía tan linda y agradable. Tony no pudo sentirse extraño de nuevo. Extraño como la primera vez que se besó con Steve. Le costaba admitirlo, pero lo sentía como reto. ¿Por qué un puto reto? Porque Rogers primero estaba babeando por él, ¿no es cierto? Y ahora resultaba que ya tenía una semana sin una insinuación de parte de Rogers, hasta le trataba bien. Significaba que lo quería tener pero como un amigo ahora. Eso suponía. Pero no podía ser. No, no, no. ¡Mierda, no! Ya lo había dicho desde mucho tiempo atrás: Rogers sólo tenía que babear por él. Y si no podía ser sólo por él por lo menos volvería a tomar su lugar. Por pura arrogancia. Así de simple.
La puerta se abrió y quien pasó fue Loki, mirándole con precaución. Tony se obligó a volver a actuar normal.
-¿Qué pasa, Loki?
-Nada. – Dijo también natural. – … Qué extraño, ¿no? Rogers con novia. Creí que no sucedería jamás. – Decía risueño Loki.
-Yo también lo creí. – Se dijo más a sí mismo. Sí, quizás por eso se había confiado más a que Rogers siempre mantendría elevado su ego.
-¿Está celoso? – Y ahí volvía a ser Loki al ataque, siendo directo.
-¿Qué? – Le había tomado desprevenido la pregunta. – No, ¿por qué debería de estarlo? Así ya me dejará en paz, ¿no?
-Yo creo que sí. – Dijo firme Loki. – Pero… no sé si recuerdas que me dijiste que sí te gustaba Steve. – Volvió a emplear su tono casual.
-También te dije que me desagradaba su actitud. – Se puso a la defensiva.
-Pero que si cambiaba quizá serían diferentes las cosas entre ustedes.
-¿Y?
-Que ha estado comportándose tranquilo contigo. Incluso ese obsequio que te dio…
-Sólo han sido unos pocos días, eso no quiere decir que de verdad cambiará conmigo. Y a mí no se me olvida todo lo que dice o decía de mí. – Aseguró Tony.
Tomó de su maleta una bolsita que tenía tres pastillitas de la noche anterior. Salió de la habitación junto con Loki hasta regresar donde los chicos seguían. Y al parecer se estaban ambientando más de nuevo, ya que se animaban entre ellos con un ¡Fondo, fondo!, a cada trago que se servían.
-Así terminarán mucho peor de borrachos. – Les dijo Loki al ver cómo Steve terminaba de tragarse el contenido de su vaso de un solo trago.
-No importa, estamos entre amigos. – Le animó Steve. – Su turno. – Les dijo sonriendo y sirviéndoles en sus vasos.
-¿Quieres una? – Le dijo Tony a Loki cuando abrió la pequeña bolsita con las pastillas, y aguardaban a que Rogers terminara de servir los tragos. Loki lo pensó pero tomó una de las pastillitas de éxtasis.
-Yo también quiero. – Se inmiscuyó Steve, pero Tony ya se estaba llevando a la boca las otras dos restantes. Loki y Tony tomaron sus tragos y con ellos se tragaron las pastillitas.
-Lo siento, eran las últimas. – Le dijo Tony con una sonrisa ingenua.
-¡Buu! – Abucheo Clint. – Si ya nos vamos a enfiestar hay que ir a un Pub. – Sugirió alegre.
Nadie se negó, sólo tomaron lo necesario y salieron en busca del más cercano para no tener que llevar el auto que luego nadie podría conducir. A unos 10 minutos encontraron uno que por fin llamó su atención. Se adentraron tras convencer con unos cuantos dólares al guardia de dejarlos pasar.
Si normalmente Tony necesitaba de tres a cuatro pastillitas mínimo para comenzar a ambientarse, los tragos que ya traía encima le ayudaban demasiado al sólo par que ya tenía en el cuerpo. Primero pidieron nuevos tragos en la barra y a los pocos sorbos Tony ya se había escabullido hasta la pista a bailar. Al segundo trago los demás ya estaban también en la pista, cada uno por su lado.
Chicas se le acercaban y sí les hacían un poco de caso, por qué no. Pero tampoco mucho. Se tomaban su tiempo para ir a la barra y pedir algo más, hasta que de nuevo ya estaban a punto de no poder caminar por estar tan borrachos.
Tony ya estaba sobre una mesa bailando sin importarle nada y Loki sólo se burlaba de él. Clint también optó por hacer lo mismo en una mesa, hasta que él cayó por estar ya tan mareado y con nada de equilibrio. Thor le ayudó a pararse y lo sentó en una silla mientras Clint sólo reía muy borracho. Steve caminó hasta Tony cuando lo vio casi igual, tambaleándose demasiado sobre la mesa. Un tipo ya tenía tiempo que se le pegaba mucho y Tony sólo reía borracho y Steve en medio de su embriaguez pudo distinguir las intensiones de aquel sujeto. Se lo mencionó a Loki, pero el pelinegro estaba igual de alegre que le dijo que era normal cuando en realidad ni prestaba atención por estar bailando y concentrado en que su trago no se le cayera.
Rogers llegó a la mesa, llamó a Tony e hizo el tipo a un lado.
-Tony, ya baja de ahí. – Le pedía con su torpe dicción por la embriaguez.
-En otro ratito. – Le respondía perdido.
-No. Baja o te bajo. – Le amenazó, pero el castaño sólo se echó a reír.
-Relájate. – Le dijo como si nada.
-Steve. – Loki había llegado tambaleándose a su lado. – Thor dice que ya nos vayamos porque Clint está mal. ¡Dile que no! A mí no me quiere hacer caso. – Se quejó como niño pequeño. Steve negó y puso un poco de seriedad con su cara de borracho.
-Clint está mal, tú también y Tony igual. Vámonos. – Le dijo Steve y Loki le miró de mala gana.
-¡Tony, hay que escapar! – Le gritó Loki al castaño que pareció reaccionar abruptamente. Tomándoselo muy enserio por su estado. Bajó casi de un brinco de la mesa y se echó a correr junto con Loki por todo el pub. – ¡Nos quieren llevar! – Continuó gritando.
-¡Thor, mierda, ve a esos locos! – Dijo molesto Steve cuando se acercó a Thor donde tenía a Clint todavía en la silla.
-Por lo menos Clint no puede correr. Está tan borracho que no puede caminar. – Le dijo Thor pesadamente.
-¡Oh, mierda! Mira. – Steve le señaló un punto al que Thor miró y observaron a Loki y Tony junto con otros chicos que los habían interceptado. Al parecer los tipos no estaban tan borrachos como los otros y se les acercaban mucho con unas muecas que a los rubios les desagradó.
-Cuida a Clint. – Le pidió Thor al caminar hasta los menores. Steve observó cómo sólo llegó y tomó a Loki por los hombros y a Tony de la muñeca para alejarlos de esos tipos.
-¡Steve, vamos a bailar! – Tony le pedía cuando lo tuvo cerca y le tomaba de las manos para arrastrarlo a la pista, pero no lo lograba.
-Thor… – Loki llamaba a su novio en un tono travieso y cuando el más alto se giró para mirarle se abalanzó hasta sus labios para besarle con ganas. Thor le correspondía a medias porque quería besarlo, claro que sí, pero tenía que estar al pendiente de él y Clint.
-Bailemos en la casa. – Convencía Steve a Tony que todavía intentaba inútilmente jalarlo. – ¿No es mejor, Thor? – Codeaba a su amigo para que le ayudara. Thor se separó de los labios de Loki que gimió disconforme.
-Sí. Loki, amor, en la casa podemos seguir. – Le dijo suavemente y Loki sonrió ya convencido a irse de ahí.
-Agh! Bueno, ustedes váyanse a coger. – Tony les hizo una mueca disconforme. – Tú te quedas con nosotros, ¿verdad, Steve? – Le dijo con sus ojos clavados en el mencionado.
-Pero si Clint ya casi está inconsciente. – Dijo Steve. Ahora Tony le miraba escrutadoramente.
-Ya eres un aburrido. – Le dijo molesto. Steve suspiró. Él quería estar igual que él pero no podía dejar a Thor que cargara con todo. Tony volvió a echarse a correr hasta el otro extremo del pub donde de una mesa tomó un trago sin importarle que el dueño de dicho trago estaba presente y sólo le miraba con curiosidad.
-Yo me llevaré a Clint y a Loki. Trata de convencer a Stark, sino llévalo a la fuerza. – Le dijo Thor a su amigo. Después se giró a Loki. – Amor, ¿me ayudas con Clint? – Ambos se pusieron a cada lado de Clint y le tomaron de la cintura y los brazos como cualquiera carga con un borracho.
Steve caminó hasta Tony persiguiéndolo por todo el pub. Quería hacer que dejara ya de tomar porque apenas y podía caminar. El castaño ya se sostenía de las paredes y fue así como Steve pudo por fin alcanzarle. Pasó el brazo de Tony por sus hombros y le tomó de la cintura para hacerlo caminar tal cual habían hecho la parejita con Clint.
Tony ya balbuceaba y no se le entendía nada prácticamente. Salieron del pub a paso lento porque Steve también estaba borracho y se tambaleaban demasiado. Un par de veces Tony cayó y con esfuerzo lograba ponerlo de pie nuevamente.
-Va-mos, vamos…a la…playa. – Dijo con algo más de coherencia Tony. Ya dejaba casi todo su peso en manos de Steve y casi arrastraba los pies tan solo.
-No. – Se limitó a responderle Steve.
-Síiii…– Dijo de manera berrinchuda. – Y… na-nadamos… desnudos. – Tras terminar la oración se echó a reír recargándose más en el rubio.
-Tal vez luego. – Le dijo para que el otro ya se callara, aunque la propuesta le había sonado interesante. Pero en ese estado Tony se le iba a ahogar.
-Oye… ¿tú lo has… lo has hecho… en la arena? – Preguntó dificultosamente para después reír de nuevo. Steve se mordía los labios para controlarse.
-No, nunca.
-¿Y no quieres… hacerlo ahora?
Y Tony volvió a caer al suelo pero ahora por culpa de Steve que le soltó por escucharlo decir aquello. Stark ya ni siquiera se quejó por el golpe porque ya venía más dormido que despierto. Sí, seguro ni sabía qué decía o a quién se lo decía, pensó Steve. Como pudo acomodó a Tony ahora para cargarlo en su espalda y así ir más rápido.
Llegaron hasta la casa, con dificultad abrió la puerta y así mismo subió las escaleras. Thor se asomó por el ruido y le informó que Clint ya estaba dormido y Loki igual, y que ahora él haría lo mismo así que Steve se tenía que seguir encargando de Stark.
Se adentró a la habitación del castaño, encendió la luz para no tropezar con nada y lo dejó caer a la cama con algo de brusquedad por no saber cómo acomodarlo mejor. Tony rebotó ya en la cama aparentemente dormido soltando un leve gemido. Con una pierna fuera de la cama y el resto del cuerpo casi en la orilla, Steve no sabía si tratar de acomodarlo para no despertarlo al cargarlo. ¿Cargar él a Tony para meterlo en la cama? Le dio un escalofrío agradable con pensarlo. La playera por el movimiento al caer en la cama se había subido un poco, al igual que las holgadas bermudas que traía el castaño. Tony tenía un lindo ombligo, fue lo que pudo notar, y unos muslos que tentaban al menos tocarlos. ¿No lo quería tener así, indefenso y a su entera merced para aplicar algo enteramente inmoral? En lugar de eso cargó a Tony como lo hacían los antiguos recién casado y lo acomodó en el centro de la cama, le quito las sandalias y abrió una de las ventanas. Fue hasta la cocina para después regresar con dos vasos de agua, uno lo dejó en la cómoda a un lado de Tony y del otro bebía él.
Se sentó en la orilla de la cama todavía mirando los muslos de Tony y pendiente de la respiración al ver su pecho subir y bajar acompasadamente. Bucky, salió de los labios de Tony en un ligero susurro, o eso le pareció escuchar al rubio. Stark se removió un poco y Steve quedó quieto pensando que podía despertar, pero sólo se acomodó y continuó durmiendo. Luego pensó que pudo haber dicho cualquier otra cosa porque no se le entendía muy bien. Lo miró detalladamente de nuevo mientras dormía. Volvió la vista a lo que la desacomodada bermuda seguía ofreciendo de los muslos de Tony. Dirigió su mano hasta estar cerca pretendiendo tocar aquella piel que le tentaba y con delicadeza posó su mano ahí, sintiéndola la piel caliente y suave. Subió más por medio de una caricia, hasta llegar adentrar su mano por debajo de la tela y no sólo lo que alcanzaba a ver. Distinguió un espasmo en el cuerpo dormido y se detuvo, pero al ver que no despertaba continuó el ascenso de su mano. La tela de la ropa interior se sintió y se cuestionó si ya había sido suficiente. Apenas las yemas de sus dedos se habían colocado de bajo se la otra tela cuando otro espasmo se percibió y en seguida un jadeo que le hizo poner los nervios de punta, más cuando el resoplo arrastraba la eme en un sonido muy insinuante. Después ya no fue un simple espasmo, sino que Tony comenzó a removerse hasta colocarse de lado y así Steve tuvo que retirar su mano. Contempló que la respiración del castaño volvía a ser acompasada y se convenció de que seguía igual de perdido en su sueño. Se puso de pie y le cubrió con una fina sábana. Luego salió de la habitación tras apagar las luces luchando por la tención de ese cuerpo que le llamaba.
*~~*~~*~~*~~*
Serían cerca de las diez de la mañana cuando Steve despertaba de haber soñado a Tony desnudo en su cama y ya llevaba un rato atendiendo a mano limpia una erección sin saber qué le motivaba más, el sueño o el recuerdo de los muslos abiertos de Tony al estar tranquilamente dormido y mal acomodado y que luego él acaricio hasta que el castaño soltó un jadeo. En el sueño al tenerlo ahí desnudo en la cama era cuando mandaba al diablo su intento der ser un novio correcto y se había lanzado encima de su amigo que compartía su misma impaciencia y le gemía hasta casi sollozar. Steve rugía, gruñía y gritaba su nombre, siénteme Tony.
Ya después de rememorar el sueño y lo que en verdad ocurrió, tomó uno de los pañuelos desechables y caminó hasta los sanitarios que se encontraban en el pasillo para tomar una ducha. Eran tres repartidos en ese piso y caminó al más lejano al fondo de éste, teniendo que pasar por la puerta de la habitación de Tony donde era la única que tenía baño propio. La puerta de la habitación se abrió cuando él ya había pasado pero continuó su camino.
-Steve. – Sólo el que le nombrara fue lo que provocó que volteara. Se giró y ahí estaba Tony con el cabello desordenado, la misma ropa de ayer como lo había dejado y descalzo, con el vaso en la mano a medio beber y mirándole.
-Hola. – Un saludo soso con una sonrisa.
-¿Tú me trajiste ayer? – La pregunta directa y sin tardar más. – No sé porque siento que tú me ayudaste a llegar hasta aquí y me salvaste de los pervertidos del pub. – Rogers se puso inquieto. ¿Y si el borracho frente a él se había fingido más borracho y todavía dormido y así sabía que Steve le había medio toqueteado y sólo preguntaba para después lanzar el golpe?
-Sí, te traje cargando porque ya estabas más que dormido. – Le respondió tras convencerse de que era cierto que Tony no recordaba bien nada desde que salieron del pub.
-Pff, todo por culpa del alcohol corriente. – Dijo ya relajado y sonriéndole al rubio. – Bueno, gracias.
Tony volvió a meterse a la habitación y Steve llegó hasta el baño. Sentía todavía la cosquilla de la posibilidad de haberse sido descubierto. Se desnudó y se metió bajo el chorro de agua fría. Un gracias de parte de Tony por la buena acción de Steve, éste sonrió porque ya se había cobrado antes el gracias con una masturbada. Segundos después la sonrisa se torció de mala gana. Se masturbó pensando en un tipo mientras ya tenía una linda novia, no debería de hacer eso. No debes de hacer tal. Novia. Qué amargo y aburrido suena eso.