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Stupid youth. por LynValo

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Notas del capitulo:

I´m here :DDDD

Ojalá disfruten éste capítulo :3 Sino entienden el título… ni modo :3 jajaja Tiene que ver con Bruce y Clint. (Ya saben 1313) jaja

-¿Cuándo volviste? – Thor continuó la conversación a través del teléfono, dejando confundido a Loki que seguía sin entender y a Frigga entre contenta y preocupada. – ¿En serio? Qué bien. – Y también continuaba sonriendo como bobo. – No, perdí el móvil anterior.... Sí, me lo imagino.... Espero que sea pronto.... ¿Eh? Ah, sí. Claro que puedes venir.... ¿Recuerdas cómo llegar? Si no puedo ir por ti.... Ok, te esperaré. – Y cortó la llamada sonriente, dejando el teléfono en su lugar.

-¿Quién era? – Preguntó Frigga con una sonrisa, aunque ya había escuchado nombrar a Thor a la persona al otro lado de la línea.

-Jane. Ya volvió. – Respondió emocionado. – Apenas ayer pero llamó aquí porque a mi antiguo número de celular ya no se pudo comunicar.

-¿Y va a venir?

-Sí, dijo que sí recordaba cómo llegar.

-Me parece bien. – Le dijo sonriendo por la alegría en Thor. – ¿Quieres ver el pastel que compré, Loki? – El pelinegro le asintió. Quería esconder la incomodidad que le producía el no saber de qué hablaban y porqué Thor reaccionaba así.

 

 

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Mientras tanto, en el Campus, Darcy también terminaba de cortar una llamada telefónica, permaneciendo con cara de boba mientras María, a su lado, tampoco entendía.

 

-No, no, no, no. – Repetía Darcy.

-¿Qué te pasa? – Se extrañó Hill.

-Jane regresó. – Informó.

-¿Y eso es malo?

-No, lo que pasa es que me dijo que ya habló con Thor, ¡Y va a ir con él para celebrar su cumpleaños junto con sus padres!

-¿Y?

-Loki está ahí.

-¿Es celoso?

-No lo sé, pero sí está un poco desquiciado...

-¿Entonces suena a problemas?

-Quizás un poco.

 

 

-------------

 

 

-¿Conoces a Jane, Loki? – Cuestiono tranquila Frigga cuando sacaba el pastel del gran refrigerador, sin inmutarle que Thor estaba también acompañándolos en la cocina. Ese era el punto.

-No. – Se limitó a contestar mientras miraba el pastel como si lo demás no le importase.

-Ya no alcanzó a conocerla. Jane se tuvo que ir unos días antes de que iniciara el nuevo curso escolar. – Explicó Thor, con normalidad, mirando el pastel ya con hambre porque lucía delicioso.

-¿Entonces iba en la escuela? – Se animó a preguntar el ojiverde.

-Sí, pero entró al programa de la escuela para ir a estudiar un año a otro país, y le dieron la oportunidad, pero como ya concluyó prácticamente el ciclo, ya regresó. O la regresaron. – Soltó una risita.

-¿Y a dónde había ido?

-A Londres.

-¿Por cierto, cómo terminarás éste ciclo, Thor? – Recordó su madre.

-Bien, mamá. Todas mis calificaciones son buenas. – Dijo satisfecho. – Aunque las de Loki son excelentes. – Sonrió con coquetería a su novio. – Jane era muy amiga de Darcy, ¿ella no la nombró alguna vez? – Volvió al tema anterior, y Loki recordó que María le llegó a mencionar una chica llamada Jane que sí era amiga de Darcy.

-No, creo que no. – Sin embargo negó.

-Bueno, estudiaba junto con nosotros... y volverá a hacerlo. – Sonrió, pero su madre le miraba un tanto insistente y lo entendía pero ¿cómo decirlo?

-Meteré esto de nuevo. – Dijo Frigga refiriéndose al pastel. – ¿Por qué no le muestras la casa a Loki?

 

Así ambos chicos salieron de la cocina y Thor comenzó el tour por su hogar. En la planta baja mostro el mini bar, el comedor, el jardín trasero, una pequeña biblioteca y el cuarto de lavado,  el living y la cocina ya habían sido explorados. Al subir estaban cuatro habitaciones, la de sus padres, la de él y otro par para visitas, y un par de baños en el pasillo. Y sólo faltaba la terraza que también estaba adornada con varias plantas y coloridas flores.
Regresaron a la habitación de Thor para poder hablar.

 

-Loki. – Le llamó tranquilo, sentándose los dos a la orilla de la cama. Los ojos verdes le miraron. – Jane es mi amiga, pero también fue mi novia.

 

¡Y ahí estaba todo, con eso se explicaba!, pensó Loki. Y él se sabía no-celoso, de hecho estaba convencido de ello, porque cuando había visto a Thor coquetear con alguien antes de su noviazgo jamás se sintió mal, ni cuando supo que Thor y Sif habían tenido también un intento de noviazgo, es más, eso le dio risa porque no podía imaginárselos como una pareja seria. Pero esa Jane desde antes de saber quién era ya había sentido una punzada de celos, y ahora cómo no, si ya venía en camino y Thor tan feliz por ello. Pero confiaba todavía en su seguridad, es decir, él es Loki. Thor era un suertudo al tenerlo como novio, ¿ajá? Y también confiaba en su novio, así que seguro todo marcharía bien con Jane, el problema seguía siendo sólo Odín.

 

-¿Te molesta? – Le cuestionó Thor ante el prolongado silencio.

-¿Eh?... No. – Salió de su letargo. – Para nada. ¿Ella fue primero que Sif?

-Sí, casi en seguida de haber entrado a la Universidad, nos conocimos y se dio.

-¿Y cuánto duró?

-Casi un año. – ¡Casi un año! ¡Un maldito año! Eso era demasiado... – No, sólo como ocho meses. – Recordó Thor, pero a Loki le seguía pareciendo demasiado si según Thor tampoco había querido tener nada serio. Eso sonaba a que había sido serio. – Y con Sif fue durante las vacaciones pero sólo fue un desastre. – Dijo riendo.

-Fue... mucho. – Comentó.

-Sí, pero también ya tiene mucho que terminó. – Le aseguró, queriendo trasmitir la confianza, porque Loki se notaba un tanto vacilante.

-Parece que a tu padre ella sí le agradó. – Dijo curioso por saber sí era cierta su suposición.

-¿Por qué lo dices? – Estaba confundido.

-Estaba sonriendo al saber que era ella.

-Oh…, cierto, de hecho le dijo que podía venir. – Thor quedó pensando un momento también y Loki le miró con más curiosidad, ¿qué acaso era raro?

-¿Por qué lo piensas tanto?

-Que yo recuerde no le agradó Jane. – Confesó.

-¿Y entonces…?

-Quizás ahora que ya sólo somos amigos le agrade. – Se encogió de hombros, era lo único que se le ocurría.

 

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

 

Después de haber despertado a lado de Clint y recordar lo sucedido en la noche, Bruce se puso un tanto nervioso y se sintió extraño, algo así como un tonto. Porque recordó el manoseo de Clint y lo que él le dijo, que al parecer Barton se lo tomó como una promesa. Así que con la salida de que tenía que ir a ducharse salió de esa habitación, y luego de ya haberse aseado salió corriendo a esconderse a otro lado en lo que se le pasaba la tontera, según él. Llevaba un par de toquesitos en la puerta de Tony cuando éste le abrió dejándole pasar.

 

-¿Qué pasa, Brucie~? – Saludó cantarín y sonriente Tony.

-Nada. ¿Ya se fue Loki? – Preguntó al no notar su presencia allí.

-Ya tiene como dos horas que se fue. – Empleó un tono divertido. – De hecho quise ir a despertarte para molestar, y no estabas en tu dormitorio. – Le miró malicioso. – ¿Dónde andabas?

-… Con Clint.

-¿Dormiste con él?

-Sí…

-¡Oh por Buda! ¿Ya lo hicieron? – Expresó emocionado.

-¡No! Sólo dormí con él. ¡Dormir! Dor-mir. – Le explicó alterado. Tony comenzó a reír por la exaltación de Bruce.

-Ya entiendo. Tranquilo. No me golpees. – Dramatizó. Y cuando miró más tranquilo a Bruce, soltó otra bomba. – ¿Pero cuándo lo hacen?

-¡Tony! – Regañó, y luego suspiró. – Creo que hoy…

-¿Quééééé? – Se sorprendió en extremo cuando le respondió. Él estaba bromeando al preguntarle pero esa respuesta de Banner no era broma, ¿o sí? – ¿En serio? ¿Ya lo acordaron?

-Ayer le dije que al menos esperara hasta hoy. – Le confesó espantado.

-¿Y cómo porque le dijiste eso?

-No sé, creo que fue…

-El deseo reprimido. – Volvió a sonreír con malicia. Ésta vez Bruce sólo le miró con el ceño levemente fruncido.

-Lo que sea. – Hizo una ademan restándole importancia a esa explicación y se dejó caer pesadamente en la cama de su amigo. – ¿Pero si me lo recuerda cómo me voy a negar?

-En primera, ¿quieres negarte? – Señaló Tony. Miró a Bruce pensarlo.

-Sí pero no. – Respondió ingenuamente. – Estoy como lo estabas tú, ¿recuerdas? Me da un poco de miedo.

-¿Confías en Clint?

-Creo que sí.

-Entonces arriésgate.

-¿Y sí no me gusta también cómo a ti?

-No, no. La primera vez obviamente no me gustó con tanto nerviosismo y dolor, pero ahora sí me gusta. – Hizo muecas graciosas y Bruce sólo sonrió divertido. – Tienes que probar el hacerlo, Bruce. Tarde o temprano. Con Clint o con alguien más, pero va a pasar. – Le dijo con confianza y mirándole con fijeza.

-…Ok…, entonces mejor me dejo de esconder.

-¿Te estabas escondiendo de él?

-No. Bueno, sólo un momento, en lo que lo pensaba y podía hablar contigo. – Se incorporó de la cama.

 

Después de intercambiar otras palabras fue que Bruce salió de la habitación de Tony para ir a vagar por los pasillos esperando encontrarse con Clint de nuevo. Estaba nervioso y eso que aún no sabía qué iba a suceder en realidad. Y cuando miró a Barton cerca fue curioso que se sintiera un poco más relajado, pues pensaba que iba a ser lo contrario. Se acercó hasta él y le rodeo por el cuello para plantarle un suave beso en los labios, a lo cual el otro sonrió.

 

-Ya iba a buscarte. – Le dijo Barton. – ¿Quieres que vayamos a algún lado?

-¿Lo dices por lo de ayer? – Preguntó poco avergonzado.

-No. Me refería a ir al cine, al centro, o a donde quieras. – Aclaró sonriente por la actitud de Bruce.

-Ah… – Se apenado al ser el único que pensaba en eso. (O a creer que lo era). – Vamos al… ¿cine?

-Ok

 

Fueron al cine más cercano en la motocicleta de Clint. En la mayor parte del recorrido Bruce mantuvo su vista fija en la espalda frente a él, de pronto Clint iba muy rápido y le asustaba algo, por lo que se quedaba con la vista fija en un punto. Pero en un semáforo donde tuvo que parar, Bruce ya alzó un poco la cabeza y miró alrededor para distraerse, entonces vio a unos metros el hotel que había mencionado Tony. Era ese mismo porque tenía debajo del anuncio de Hotel el nombre que había dado su amigo. Se mordió los labios, no podía dejar de pensar en eso. Entonces la luz del semáforo cambió y así Barton retomó el camino, provocando que Bruce se volviese a aferrar a su cintura. A un par de minutos más llegaron al cine.

Viendo la cartelera, en la paquetería dejando el par de cascos y en la dulcería, Clint había tenido que repetir cada pregunta que le hacía a Bruce porque éste estaba extrañamente distraído. ¿Cuál quieres ver? ¿Pasamos a la dulcería? ¿Qué compramos, palomitas, dulces o qué? ¿Bruce? ¿Te pasa algo? Y todas esas preguntas eran respondidas a la segunda vez con un ¿Qué?

 

-¿Seguro que estás bien? – Volvía a cuestionar sin estar muy convencido. – ¿Te mareo el viaje? Me hubieses dicho para ir más lento.

-Estoy bien. – Bruce repetía su respuesta. – Sólo estaba pensando en algo, pero ya. – Le restó importancia.

-¿En qué?

-¿Qué?

-¿En qué pensabas? – Curioseo cuando ya estaban entrado a la sala que lucía con pocos asientos ya ocupados, la película aún no comenzaba, así que tenían unos minutos para charlar.

-En que… pronto estaremos de vacaciones. – Improvisó rápidamente su respuesta. Ni modo de decir: estaba pensando en tú y yo en nuestra primera vez juntos. No, sonaba inapropiado y quizá también bobo. Llegaron a sus asientos, sentándose cómodamente.

-Cierto… ¿La pasarás con tus padres? ¿Irás a algún lugar? – Preguntó algo desanimado.

-No lo sé… – Lo pensó un poco. – Tal vez vaya unos días para ver a mi madre… pero no sé si quedarme todo el tiempo con ella. Tampoco sé si ella tenga planes de ir a algún lado. La última vez quería ir a Roma, quizá éste año puede irse.

-¿No vas con ella?

-No me gustan mucho ese tipo de vacaciones. Prefiero que vaya con sus amigas tan sólo. ¿Tú que harás?

-Supongo que también ir a dar señales de vida casa y después… si no tienes algo que hacer… quizá pueda ir a secuestrarte. – Dijo juguetón. Bruce le sonrió con ganas.

-El secuestro no suena divertido, además innecesario. Yo con gusto voy contigo.

 

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Durante toda la película Banner volvió a relajarse y a ser el mismo, al parecer Clint también se tranquilizó totalmente convencido de que Bruce estaba bien. Cuando la película terminó y las luces de la sala volvieron a iluminarla, todos los demás espectadores salieron en seguida, dejando como siempre la basura en los asientos, despreocupados por ello porque el par de personas que hacían el aseo ya estaban entrando con el carrito donde llevaban todo. Bruce bufó al ver la mañana de la gente, pero él como siempre, tomó la basura de ambos, de él y Clint para llevarla hasta el cesto de basura que había. Un detalle simple que caracterizaba a Bruce, él correcto, acomedido y consiente. Lo contrario a Clint, pero que sin embargo apreciaba eso de Banner.
Barton recordó el motivo por el cuál Tony y Loki comenzaron a relacionarse con Bruce. “A Tony a mí nos gustó Bruce.”, había sido la confesión de Loki. Ahora agradecía que ese par no haya logrado su propósito inicial de quedarse alguno de ellos con Banner, porque dios, si Tony lo hubiese conseguido seguro que habría maleado a Bruce por completo, Loki tal vez un poco. Era genial que eso no haya pasado, que así con su agradable forma de ser y su carita linda haya seducido a esos tontos al grado de integrarlo como su amigo y no como carne fresca. Era curioso que a él tampoco le haya dado por malear a Bruce, aunque si lo pensaba bien era por lo mismo; porque Bruce es encantador tal cual es. Sí, un encanto, que se desglosa a un embrujo, y como todo embrujo te pone imbécil. Y Bruce pone imbécil a cualquiera, todos cambian un poco cuando él está para seguir teniéndolo cerca. Pero ese cambio no le venía mal a él, Clint se sentía bien, no era como si algo le faltase, y eso era parte del embrujo de Bruce. ¿Su novio estaría consciente del poder que tenía?

 

-¡Los cascos! – Un pequeño grito le saco de sus pensamientos. Y es que ya habían llegado hasta el estacionamiento del cine y no habían pasado por los cascos que dejaron en la paquetería. Clint por venir pensando en el encanto de novio que tiene y Bruce por simple distraído.

 

Así corrieron de vuelta por los cascos porque el cielo repleto de nubes grises amenazaba con llover, y para tener tiempo de llegar al campus secos y a salvo. Entonces volvieron a pasar cerca de aquel metiche Hotel, y así Bruce recordó las ganas que tenía. Es decir, la situación que tenía que tratar. Sí cómo no… Pero no detuvo a Clint, porque además este ya iba a prisa y no lo detendría para insinuarle ir de una vez a practicar demostraciones de amor (y/o de calentura).

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

Ya llevaba unas horas en esa casa de sus suegros. Frigga seguía tratándolo bien, casi con tanto cariño como trataba a Thor, algo no tan diferente a como cuando eran niños e igual le consentía a él con mimos. Odín a veces aparecía en el living para acompañarlos, más no para formar parte de la charla que Frigga seguía con entusiasmo al platicarle diversas cosas de Thor, o para traer recuerdos. Ellos reían por aquellas memorias, Thor divertido, Frigga enternecida y Loki avergonzado, ¡es que en qué habían terminado Thor y él después de tanta inocencia y hermandad!

Odín no reía, pero ya no se notaba tan serio, sólo permanecía sereno. Su esposa seguía haciendo el intento de integrarlo a la charla, pero éste sólo asentía o negaba si le cuestionaban algo. Miraba de vez en cuando a Loki, le parecía que tenía ya más parecido a Laufey ahora que ya era un joven y no un niño. Pero también le parecía que tenía esa altanería muy característica de Laufey. Una pose soberbia y la altivez. Sí, el chico reía y sonreía tierno a Frigga, pero cuando notaba su mirada le observaba de reojo y a parecer de Odín le miraba con desdén. Bueno, Loki tenía carácter al parecer. Odín no le hablaba, Loki tampoco lo hacía. Odín parecía ignorarlo, Loki hacía lo mismo. Incluso cuando Frigga mencionaba algo relacionado con él, y Thor también le miraba, Loki era el único que desviaba la mirada, pero altiva, como menospreciándolo y luego volvía a la charla cuando ya retiraban la atención de Odín. Al parecer no iba a hacer el ridículo esfuerzo por ganárselo como había creído el padre de Thor, ni querer mostrarle una buena faceta de él, no pretendía un: míreme señor, no soy tan malo. Como la única novia que Thor había llevado a casa, Jane. La chica que siempre se portó en exceso educada y atenta, era agradable sí, pero tampoco Odín toleró tanta dulzura. Por ello Frigga siempre terminaba diciéndole “A ti nadie te da gusto.” Quizá el principal problema con Loki es que era un chico. Junto con que de Thor no había sabido que tenía esos gustos.

El timbre sonó por la casa, cortando la charla de los demás y cortando los pensamientos de Odín. Probablemente ya era Jane. Qué bueno que la chica haya vuelto y sobre todo que esté presente, porque Odín se creía que toleraría más esa dulzura que a un Laufeyson cerca. Sólo esperaba que Thor recapacitara.

 

-¡Thor! – La voz aguda de la chica se escuchó en el momento en que el rubio abrió la puerta. Ambos padres y Loki se giraron a ver la escena de un efusivo abrazo entre ellos dos.

-Jane, que alegría verte de nuevo. – Dijo emocionado Thor, sin soltar todavía el agarre. Frigga se acercó a ellos y cerró la puerta que habían dejado abierta.

-Hola, señora. – Saludo tímida Jane cuando el abrazo se rompió y vio a la madre de Thor frente a ellos.

-Hola, Jane. Pasa. – Le hizo un ademan para que terminasen de entrar.

-Buenas tardes. – Dio un saludo más, en general a ver a alguien más que el padre de Thor en el living.

-Hola, hija. ¿Cómo estás? – Había respondido Odín, mientras que Loki sólo reacciono un leve asentimiento con la cabeza.

-Muy bien, señor, gracias. ¿Cómo han estado ustedes? – Sonrió, aunque apenas procesaba que Odín le haya hablado con una especie de cariño impregnado en la voz.

-De maravilla. – Respondió. Thor tomó la muñeca de Jane para conducirla hasta que ambos estuvieron frente a Loki. Ellos de pie y él todavía sentado.

-Jane, él es Loki. – Le dijo mirándola. – Loki, Jane Foster. – Sonrió a ambos.

-Hola…– Jane tendió tímidamente su mano al pelinegro. Éste la tomó para estrecharla un momento. La chica era bajita, demasiado para Thor, también muy delgada. Castaña, con su cabello por debajo de los hombros, grandes ojos miel, nariz afilada y los labios medianamente gruesos. No estaba tan horrorosa, pensó el pelinegro. – Es… Loki… ¿tú amigo de la infancia? – Preguntó curiosa y asombrada unos segundos después, al recordar las menciones de Thor.

-Sí. – Le dijo alegre de que Jane lo recordara. Loki permaneció allí mirándolos con una media sonrisa, pensando en qué momento Thor le diría que son novios.

-Oh, Thor siempre tenía algo que contar de ti. – Le dijo Jane, mirando a los ojos verdes.

-¿En serio? – Se limitó a decir Loki, porque en su mente estaba: curioso que de ti no hablara ni una vez. Pero se dijo que tenía que estar tranquilo si no había nada malo ahí. Foster le asintió con una sonrisa.

-Loki entró a la misma Universidad que nosotros. – Thor continuó contando a la chica mientras se sentaban en el mismo sillón.

-Oh, wow.

-Y bueno… somos pareja. – Confesó. Loki miró atento a Jane, que por un segundo se notó confundida para luego abrir con asombro los párpados, manteniendo un rostro algo serio.

-¿En… en verdad? – Decía incrédula. Thor le asintió y así Jane pretendió sonreír de nuevo aunque seguía luciendo escéptica. – Vaya… qué bien.

-¿Y qué tal estudiar en Londres, Jane? – Cuestionó Frigga.

 

Así el ambiente no se tensó y Jane comenzó una larga charla sobre su experiencia en Londres. Estaba emociona al contarles pero también algo nostálgica porque el año de estadía le pareció que el tiempo corrió muy de prisa. Contó que sus calificaciones seguían impecables y que quizás volvería a solicitar el apoyo de la escuela para que le patrocinaran otro año más estudiando allá, y que por ello los regresaban en cuanto tenían las calificaciones listas para ver lo de papeleos y demás que también tenían que hacer aquí. Loki le informó que ya pronto estaría la nueva convocatoria para entrar a ese programa, él lo sabía porque Tony había estado interesado en meterse y en cierto momento él también lo consideró, pero ahora con Thor ya había desechado la idea de irse por un año a otro país.

Más tarde ya pasaron a la mesa después de ayudarle entre todos a Frigga a terminar los últimos detalles de la comida. Claro, preparando el platillo favorito de Thor. Así Thor y Jane continuaron conversando de cosas que según el rubio, Foster se había perdido. Quedando Odín y Frigga escuchándolos entretenidos como si fuesen unos niñitos chismosos de secundaría, mientras Loki comía en silencio y también se limitaba a escuchar, sintiéndose excluido de su ambiente.
Al momento del pastel todos cantaron Happy Birthday, menos Loki. Está bien que era una pequeña celebración en familia, y pues en familia todo es cursi, como ese momento. Pero ya estaba algo desanimado y aburrido por la falta de atención en él, y sólo empeoraba al ver como Jane Foster sí cantaba alegre para Thor que le sonreía divertido y miraba agradecido a su madre.

 

-Pide un deseo. – Le animó Jane al rubio, que tras pensarlo sopló las velas apagándolas. Frigga comenzó a partir el pastel y así se los repartió.

-¿Qué pediste? – Preguntó Loki con normalidad.

-No se puede decir. – Jane fue la que respondió.

-¿Por qué? – Dijo extrañado.

-Sino no se cumple el deseo. – Le aclaró Frigga con una sonrisa tierna.

-Humm. ¿Y siempre se hace eso? – Continuó Loki. No sabe qué había de malo en lo que dijo, porque todos le miraron con atención y extrañados. – ¿Qué pasa?

-Es una costumbre hacer eso, ¿tú familia no lo hace? – Preguntó Jane. Loki sólo negó, sintiéndose como un bicho raro por las miradas, pero ya ignoró el tema y comenzó a comer su rebanada de pastel, recordando que tenía muchos años que no había comido pastel de cumpleaños.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

-Nos apresuramos por nada. No comenzó a llover. – Expresó Clint como niño pequeño. Ya se encontraba en su dormitorio junto con Bruce.

-Pero quizá más tarde lo haga. Y es mejor así, porque es peligroso conducir con lluvia. – Decía Bruce.

-Es que estar aquí es aburrido. Hubiésemos podido ir a vagar por otros lugares. – Se quejó infantilmente, haciendo una especie de puchero que provoco una leve risa e Bruce.

 

Clint se dejó caer a un lado de Banner que reposaba en una de las camas y le abrazó todavía haciendo un berrinche. El menor correspondió al abrazo divertido. Pero luego de unos segundos ya se estaban besando con lentitud, con demasiada delicadeza, pareciéndole a Clint extraño viniendo de él mismo, pero se sentía tan bien. Bruce no era tímido en esos momentos como hace mucho había creído, sino que actuaba con soltura con su ternura propia.
Arriesgándose a ser cruelmente rechazado, Clint se incorporó un poco sólo para acorralar por completo a Bruce en la cama. Con la intención de no darle tiempo de pensar volvió rápidamente a besarle y fue correspondido, luego bajó la caricia al cuello sintiendo como se erizaba la piel y escuchando un leve jadeo de parte de Bruce.

 

-Clint. – Le llamó en un susurro cuando ya sintió las manos de éste de nuevo al ataque. Barton suspiró resignado y se dejó caer a un lado de él.

-Entiendo. – Dijo sin quererse notar decepcionado y algo irritado.

-¿Qué entiendes, tonto? – Bruce se incorporó levemente usando sus codos de soporte y lo miró a un lado de él. Se expresó así porque al parecer Clint había sacado una conclusión apresurada.

-Que no quieres. – Respondió.

-¿No quiero qué? – Volvió a cuestionar serio, mirándole como si lo estuviese regañando. Clint hizo una mueca de no saber cómo decirlo. – ¿Sexo contigo? – Bruce si sabía cómo decirlo; como lo que es. Clint se sorprendió por lo directo que era.

-Sí, eso. – Dijo, y sí se sentía como regañado.

-¿Por qué piensas así?

-Ayer me detuviste, hoy también.

-Ayer quería dormir, Clint. – Le recordó algo fastidiado. – Y ahora ni siquiera me dejaste decirte lo que es en realidad. – Miró entusiasmo de nuevo en Barton. – ¿Recuerdas lo que te dije ayer?

-…Que esperar al menos hasta hoy. – Ya se ponía más ansioso. Más cuando Bruce le asintió con una sonrisa tímida. – ¿Entonces…? – Ya estaba a punto de abalanzarse de nuevo pero Bruce le tomó por los hombros.

-No pienses mal de mí, pero… vamos a un hotel. – Pidió Bruce muy naturalmente, haciéndole notar a Clint que él no era completamente tímido. – Hacerlo aquí me pondrá mucho más nervioso. – Confesó.

 

Simplemente Barton no pudo esconder su ansiedad. Sonreía con ganas, queriendo ser disimulado pero eso nunca le quedó. Bruce casi se suelta a reír por ver cómo actuaba, le ayudó y señaló la puerta proponiéndole ya irse. Y así, entre una suave brisa, porque ya habían comenzado las primeras señales de lluvia, volvieron a recorrer el camino que pasaron cuando fueron al cine, desviándose hacía el hotel que había estado dando vueltas en la cabeza de Bruce.

Ya respiraba más acelerado sólo por el nerviosismo y Clint sólo sonreía y le tomaba de la mano mientras iban por el ascensor del lugar, rumbo a la habitación asignada. El lugar sí resultó ser discreto pero lindo, porque de hecho antes de entrar a recepción había una pequeña fuente y varias flores bonitas adornando un jardincito. La habitación no tenía nada de ostentoso tampoco, pero lucía impecable y eso era lo importante. El click de la puerta al cerrarse ocasionó que sus manos temblaran levemente y sonrió a Clint sin terminar de acercarse por completo a la cama.

 

-Estás nervioso. – Clint no preguntó, sino que lo afirmó. Tomó con suavidad la cintura de Bruce, acercándose así a él.

-Sí. – Lo aceptó. – Pero está bien.

 

No era el mismo nerviosismo que sintió cuando fue su primera vez con una chica, ni las veces que le siguieron. Ésta vez era muy diferente, más fuerte. Y sí, seguía temblando y todavía no comenzaban nada. Pero pronto Clint le tomó por el rostro y le besó con dulzura, acariciando sus labios cálidos, apretándolo sólo un poco. El sonido de un trueno hizo que Bruce brincara por el susto y casi mordiendo a Clint, pero sólo los hizo reír a los pocos segundos.

Miraron por la ventana y ya llovía con más fuerza. Barton cerró las cortinas para volver hasta Bruce y conducirlo hasta la cama, acostándolo. Continuó con los besos dulces, pasando por el cuello, por las mejillas, por la barbilla, y luego volver a los labios para ser ahora un beso más húmedo. Se colocó entre las piernas de Bruce, sin parar los mimos con sus labios, su novio le abrazó y así pudo sentir cómo seguía temblando levemente, en conjunto con la respiración ansiosa. Era tan lindo. No le parecía bobo, sino lindo, y por eso mismo estaba actuando con delicadeza.

Cuando Clint creó una leve fricción entre sus caderas, Bruce soltó un jadeo que hizo estremecerlo. Pero tenían que avanzar antes de que le doliera la cabeza de tanto preocuparse. Así que Banner metió sus manos bajo la playera de Clint así la fue subiendo para quitarla, lo que le siguió fue que ambos fueron despojándose de toda prenda con cautela. Ahora Bruce se estremecía, pero por el ambiente frío que había debido a la lluvia que caía con fuerza, así que Barton decidió cubrir sus cuerpos con las suaves sábanas de la cama. Prosiguió acariciando el cuerpo debajo de él, repartiendo besos por el cuello y pasando por el pecho, mientras Bruce abrazaba su espalda y de vez en cuando demandaba que le besara en los labios.

Luego de un momento, fue que Bruce sintió cómo Clint bajaba sus manos hasta tomar entre ellas su miembro para comenzar a masturbarle, haciéndole soltar los primeros jadeos. Dios, era tan vergonzoso, porque Clint no dejaba de mirarle directamente al rostro mientras lo hacía, y podía estar seguro de que ya estaba totalmente ruborizado. Pero cuando sintió sus mejillas, y en realidad todo su cuerpo arder, fue cuando su novio se deslizó mucho más debajo de su cuerpo y en un momento ya sentía algo húmedo y tibio recorrer su erección. Un jadeo más fuerte se le escapó, un espasmo también. Sus piernas eran separadas más de lo que ya estaban y entonces toda la boca de Clint rodeo su sexo, comenzando a subir y bajar, repartiendo succiones a lo largo. Ya gemía y se retorcía. Quería detenerlo y a la vez no, por lo vergonzoso que le parecía pero se sentía tan bien. Entonces Clint se detuvo y se incorporó, dándole un respiro a Bruce.

 

-¿Puedo continuar? – Casi en un susurro fue que le preguntó Barton.

 

Bruce sólo pudo asentirle, sintiendo un pudor impresionante por estar desnudo con las piernas abiertas y Clint en medio de ellas. Casi quería cubrirse el rostro. Su nerviosismo incrementó cuando vio a Barton levantar una pequeña bolsita que había cargado y sacaba algo de ahí. Lo distinguió, un frasquito de lubricante que indicaba que ya estaban en el punto sin retorno. Quería relajarse, trataba de no mirar lo que hacía Clint para no ponerse peor. Segundos después Clint lo aupaba un poco sólo para colocar una almohada bajo su cadera, le separaba más las piernas y entonces sintió un dedo mojado en lubricante presionar contra su entrada. Su temblor regresó cuando el dedo fue hundido, pero su corazón latió más de prisa cuando un segundo dedo también trataba de adentrarse, y cuando lo logró soltó un jadeo. Era extraño e incómodo, así que se mordió lo labios, más cuando ambos dedos comenzaban a moverse. Más gemidos quedos y seguía sin mirar a Clint, incluso cuando éste se inclinó para darle pausado besos, sólo cerro los ojos. Y luego dolió cuando ya eran tres dedos.

Un pequeño remordimiento se instaló en la mente de Clint cuando al escuchar ese gemido doloroso de Bruce se haya calentado más. Es que se escuchó tan encantador y lucía algo inocente que el fuego incrementó en él. Insistió en seguir moviendo los tres dedos dentro de Bruce sólo para verlo moverse con incomodidad y con una mueca de dolor. Escuchó su nombre ser pronunciado con algo de reproche y entonces retiró los dedos, mojo su miembro ahora con el lubricante y se acercó de nuevo a besarle y se acomodó para irle penetrando. Bruce volvió a mirarle con los ojos abiertos al igual que los labios mientras se hundía en él, se aferró a sus hombros y le gimió agudamente. Que increíble. Porque cuando estuvo por completo dentro, Bruce ya temblaba más y gemía casi hasta el sollozo, pero seguía aferrándose a sus hombros.

Maldita sea, con razón no gustaba. Eso dolía hasta el alma. Pero entre todo eso, Bruce también comprendió esa especie rara de placer que se distinguía entre tanta incomodidad y dolor. Así que se planteó de nuevo el tratar de relajarse, mientras Clint le daba ese tiempo y no se movía.

 

-¿Te sientes bien? – Le cuestionaba una vez más.

-Sí… – Respondió Bruce, y al parecer le fue suficiente a Clint para comenzar a moverse. – Aagh. Clint~ – Y de nuevo al mayor le parecía que había sido en forma de reproche. – Ve más lento.

 

Le hizo caso. Daba lentas y suaves embestidas mientras repartía besitos en los labios, la barbilla y el cuello de Bruce, quien poco a poco fue acallando sus lastimosos gemidos. Qué apretado estaba, en realidad muy apretado, pero eso le enloquecía, sentir el lado virgen de alguien como Bruce. Verlo hacer esas expresiones que nadie más había podido apreciar, escucharlo casi sollozar, era un deleite. Y como algo de cabeza hueca quedaba en Clint, por supuesto, se acomodó mejor para comenzar a embestirle con más profundidad y velocidad, dejando de lado el grito que soltó Bruce. Aunque no se asustó tanto porque la mirada que le dirigió no fue de dolor, sino de un me las vas a pagar.
Oh, qué lindo es Bruce siendo sacudido por sus embestidas y gimiendo hasta quedarse sin aire, repitiendo su nombre entre su estrangulada voz.

Se le cortaba la respiración, su corazón latía con mucha fuerza, su sangre hervía y ya no quería detener a Clint. Era un cosquilleo agradable el que ahora sentía y no quería frenarlo. El lado de chico malo de Clint volvía, le miraba con esos ojos acosadores, con esa sonrisa maliciosa y con obscenos sonidos saliendo de su garganta a cada estocada. Joder, que secretamente era una fascinación que tenía por aquel lado de Clint. Las sábanas ya habían sido echadas a un lado, dejándoles descubiertos pero no importaba porque ya no sentían el frío, es más, ahora se estaban sofocando. Barton se inclinó más a él y le besaba como desesperado, se movía más rápido y Bruce no evitó abrazarse a él y así rasguñar la espalda. Porque se sentía bien, era una buena experiencia y ya sentía mucho más placer por la mano que le masturbaba. Estaba a punto de correrse al sentir el golpe de cada embestida dentro de él y entre sus cuerpos, sintiendo los labios de Clint pegados a los suyos y escuchándolo.

Barton ya estaba tan agitado que le costaba respirar y seguirse moviendo a ese ritmo, pero pronto terminaría. Más pronto de lo que planeaba porque el interior de Bruce le apretó mucho más al momento que sintió lo caliente de la corrida de éste en su mano. Ya ni se movió, las contracciones le ayudaron en demasía y terminó corriéndose en el interior de Banner con un ronco gemido.

Había hundido su cara entre el cuello y el hombro de Bruce, queriendo recuperar el aliento, pero cuando sintió que quizá lo estaba aplastando se incorporó y lo miró, o al menos eso intento, porque Bruce ahora sí había cubierto su rostro con ambas manos. Clint sólo sonrió feliz y retiró aquellas manos para mirarle, viendo incluso más sonrojado a Banner y con ojos vidriosos.

 

-¿Qué pasó? – Preguntó sonriendo enternecido.

-… Nada. – Sí, nada. Sólo que no acababa de creerse lo que habían hecho y en la situación en la que seguían. 

    

 

  

*~~*~~*~~*~~*

 

 

Loki se sintió más cómodo cuando llegó la noche y tuvo que irse a la habitación a pretender dormir. Porque después de tan incómoda tarde entre la evasión de Odín y al parecer que Thor de pronto se olvidaba de él por estar conversando entretenidamente con Jane Foster, había deseado buscar un pretexto para irse en seguida, pero Frigga era la única considerada con él y no quería hacerle un gesto grosero a aquella bella mujer. Odín había estado integrado ahora sí al ambiente, hablaba y se reía, pero con Thor y Jane. ¿No le había dicho Thor que su padre tampoco había querido a Jane? Pero seguro la prefería a ella que a él y se lo quería hacer saber de esa forma tan babosa. Incluso el señor había animado a Jane a quedarse un rato más cuando la chica decía que ya se retiraría, y ahora ya hasta había llamado a casa para decir que se quedaría en casa de los Odinson porque ya era muy tarde para regresar.

Sólo dio las buenas noches a Frigga y subió a la habitación, dejando que Thor guiara a su amiga a la habitación de invitados que ya había estado preparada. Se enjuagó el rostro, cepilló sus dientes y volvió a la cama para quitarse la ropa y colocarse sólo una playera holgada con la que dormía junto con su boxer. Apenas desabrochaba su camisa cuando Thor entraba a la habitación todavía con una tonta sonrisa, pero le ignoró y continuó en lo suyo. Miró al rubio también entrar al pequeño baño en la habitación para también cepillarse los dientes y en seguida ir hasta donde él ya cambiado con sus prendas para dormir puestas. Thor tumbó a Loki en la cama, abrazándolo bobamente feliz, el pelinegro sólo le sonrió levemente para después tratar de zafarse del agarre, pero el otro no se lo permitió.

 

-Thor… – Le dijo en tono de reprimenda, intentando incorporarse.

-¿Qué? – Se hizo el ingenuo y lo acorraló por completo en el colchón, posicionándose sobre él. En un segundo ya atacaba con ansias el cuello pálido con insistentes besos. Loki se removió incomodo, no estaban como para hacer algo así…

-Oye, déjame. – Casi le susurró, temiendo ser escuchado, pues los padres del rubio y Foster estaban en las habitaciones contiguas. Pero el mayor no hizo casi, sólo le sonrió y continuó repartiendo besitos y caricias traviesas por el cuerpo del pelinegro. – Thor, ya basta. – Dijo autoritario, pero en ese tono bajo.

-¿Por qué?

-Idiota, estamos en tú casa, con tus padres en la habitación de lado y con tu amiga en la otra.

-¿Y qué tiene? ¿Tú no haces mucho ruido? – Loki le miró incrédulo por no comprender la idiotez de Thor.

-En verdad estás muy idiota hoy, Thor. – Le comentó casi indignado. Volvió a empujarle y ésta vez el rubio si le dejo libre. Loki se acomodó a un lado de la cama dispuesto a dormir. – Sería una falta de respeto hacia tu madre. – Le aclaró más. Y claro que sólo mencionó a Frigga, como si Odín no se mereciera una ofensa.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Pos ahí estuvo :D Sólo diré que no se vayan haciendo ideas apresuradas de Jane c:
Espero les haya agradado aunque sea un poquito y bueno, ojalá nos leamos pronto de nuevo ;D Los/as quiero~


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