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Stupid youth. por LynValo

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Notas del capitulo:

Vengo rápido porque es corto, aunque ya ni me pelan.

El título explica el capítulo y mucho de lo que vendrá después.

Han pasado unos días, Tony le sigue dando de vueltas al asunto de irse o quedarse, le quedan dos días para decidirse, después de eso la convocatoria se cierra porque ya iniciará el receso escolar.
Es de noche, está con Loki en la terraza del edificio de los dormitorios. Y aunque Tony está hecho un lío con sus propios pensamientos ha notado perfectamente que su amigo ha estado distraído, no tanto como él mismo, pero igual Loki no es así. No se atreve a hablar de eso con él, porque ya sospecha que es porque Thor ha estado más pegado esos días a Jane Foster desde que llegó. Tampoco se atreve a especular sobre ello, aunque suene extraño porque al final Jane haya decidido quedarse y no volver a irse a Londres y según dijo Thor le ayudó a tomar su decisión. Decisión que a ella le satisfizo por completo. Y él, todavía no sabía ni qué camino elegir, sus pensamientos no estaban para nada esclarecidos.
Miró la hora, eran las nueve de la noche. Lo pensó un instante y se puso de pie, ganándose la atención de Loki.

 

-¿Ya vas a regresar? – Le pregunta el ojiverde. Tony le asiente.

-¿Sabes? Me voy a mi casa. – Le dice lo que acaba de decidir.

-¿Ahora mismo?

-Sí. Voy a hablar con mi padre sobre la convocatoria. Tal vez él me pueda a ayudar a tomar la decisión.

-Suerte. – Le desea Loki, y él se queda más tiempo mirando el oscuro cielo.

 

Tony pasa a su dormitorio por una chaqueta y algo de dinero. Al bajar da una rápida visita al dormitorio de Bruce para avisarle que probablemente regrese el viernes temprano. Ya va rumbo al estacionamiento cunado escucha la risa de Steve e instintivamente le busca con la mirada. Lo encuentra dentro de uno de los jardines en compañía de Peggy y otro par de chicas, al parecer amigas de la castaña. Sin darse cuenta hace una mueca y sigue más pesadamente su camino. Estando frente a la puerta del piloto de su auto se detiene a buscar sus llaves, escucha voces que le parecen familiares pero no logra identificarlas. Vienen de unos autos más allá del suyo, el par de personas se acerca y distingue a Charles, el chico que conoció en la fiesta cuando celebraban el cumpleaños de Thor. Pero Charles viene tomado de la mano con Erik, ambos riendo quién sabe de qué. Encuentra sus llaves, por lo que desvía un instante la mirada, pero cuando la eleva ellos ya están cerca de él, Charles le sonríe amigablemente con un ademan por saludo y Erik desvanece la sonrisa que traía sólo para mirarle de esa forma seria. Tony responde al saludo del ojiazul y comprende porqué Erik se había portado tan mal con él cuando se acercó a Charles con intenciones de ligue. Le desagrada Erik, pero admite que hacen una linda pareja, a pesar de que parecen ser tan distintos.

Sube a su auto, pone algo de David Bowie para el camino de hora y media y arranca el auto. De nuevo Howard se sorprende por la inesperada visita tan tarde, no lo espera quizá hasta la próxima semana cuando sabía que comenzaba el receso escolar. Pero Tony le dice que tiene que hablar con él de algo que no puede resolver solo. Howard cede a pesar de que ya sea tarde y él tiene que dormir para ir al trabajo al día siguiente, pero su hijo luce extraño, y si ahora directamente pide y admite que lo necesita para algo, él no se va a oponer.

 

-Dime, ¿qué pasa? – le anima Howard a que comience a explicarle.

-Papá… – Tony se ve como cuando era pequeño y quería confesarle algo vergonzoso a Howard, luciendo igual de triste y perdido. – Ya está abierta la convocatoria para el estudio en el extranjero. – Se queda en silencio y Howard le sonríe.

-¿Ya te inscribiste? – Pregunta, pues supone que su hijo ya le quiere hacer a la idea de que se va a ir por todo un año, y claro que él lo apoyará. Pero Tony sigue cabizbajo y le niega. – ¿Por qué?

-Ya no sé si quiero irme. – Le confiesa mirándole con desgane. – ¿Tú que dices?

-Es lo que tú decidas, hijo.

-Pero ya no sé qué decidir. – Le dice algo exasperado. – ¿Recuerdas lo seguro que estaba al irme hace unos meses? Y ahora algo me detiene. – Se muerde el labio ansioso.

-¿Son tus amigos? – Pregunta inseguro, pero puede ser una posibilidad. Cursi posibilidad.

-No lo sé, quizás en parte. – Admite.

-¿Una chica? – Se atreve a suponer. Tony eleva su rostro inmediatamente para mirarle sorprendido. Eso hace pensar a Howard que ha acertado. – Escucha… – Se prepara para lo que va a decir, pero su hijo ya le niega frenéticamente.

-No, no. Eso no es. – Le dice alterado, haciendo ademanes con las manos.

-¿Estás seguro?

-Sí. Ni siquiera me gusta… nadie. – Termina diciéndolo con duda.

-Bueno, quizá puede ser por lo nostálgico que te sentirás al estar solo allá. – Saca otra posibilidad.

-No, papá. He pensado en todo lo posible pero no encuentro nada. – Le dice abatido. – Sólo siento que hay algo que no quiero dejar aquí por nada. Pero no sé qué es. No quiero tomar la decisión equivocada.

-Entonces no entres a la convocatoria. – Le dice serio Howard. No molesto, sólo ya entendiendo un poco. – Dices que no sabes que es lo que te retiene, pero sabes que está aquí. Si te vas a ser un error, te arrepentirás y no será justo que lo abandones si la escuela te da el apoyo y ese lugar queda perdido.

-Pero…

-Pero ya podrás hacerlo para último grado si vuelven tus ganas de ir a estudiar al extranjero. No es tu única oportunidad. No pierdes nada, Tony. Ésta escuela es de las mejores.

-¿Sí? ¿No estás molesto por no irme?

-Claro que no. Molesto estaría si me enterara de que te vas sin estar convencido de ello y sólo irías a desaprovechar la oportunidad. – Le sonríe suavemente para animarle.

-¿En serio? – Pero seguía insistiendo como niño pequeño, inseguro.

-En serio. – Aseguró.

-Gracias. – Y se relajó considerablemente.

-¿Quieres hablar de qué puede ser lo que te hace actuar así?

-No. – Negó rápidamente divirtiendo a su padre. Que ya se creía que si era por cuestiones de amores. – Mejor ya hay que dormir.

-De acuerdo. – Le dijo poniéndose de pie. – Pero, Tony. También quiero que estés completamente convencido de la decisión, no sólo hagas la que yo te dije.

-No, tienes razón.

 

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

En jueves por la mañana Steve va recorriendo el campus en busca de Bucky o cualquiera de su club de bobos, ya los profesores no los retienen en los salones de clase, si quieren perder el tiempo lo pueden hacer. La verdad es que espera encontrarse con Tony, que la suerte le sonría para volver a toparse con él antes que alguien más, pero no es así. Quiere verlo, pasar esos dos días pegado a él, porque probablemente en cuanto las vacaciones inicien el castaño querrá estar sólo con su padre porque después se irá por todo un año. Ese par de días es todo lo que tiene para robarse lo más que pueda de Stark. Y se reprende mentalmente por ese pensamiento cursi que cruzo por sus pensamientos. Pero maldita sea, que todavía quería hacerle de todo, y no sólo en la cama, sino que quería robarse más de esas sonrisas, una mirada ceñuda, unos ojos expresivos. ¿Qué se sentirá estar todo un año sin Tony cerca? No lo sabía, pero seguro pronto sí. Y lo que se imaginaba no le gustaba. Sería aburrido, probablemente. Porque aunque a Bucky pudiese hacerlo enojar no era lo mismo que cuando molestaba a Stark, o cuando hacía reír a Peggy o a María también había una satisfacción diferente al lograrlo, y ni qué decir de cuando lo besaba o terminaban en la cama. Eso sí que lo extrañaría. ¿Extrañar? De acuerdo, ahora sí se abofeteaba mentalmente. Ni quién fuese a extrañar a esa diva, ¿verdad?

Mejor va al edificio donde está su dormitorio y el del club bobo. Va a echar un vistazo a la habitación de Clint y Bucky pero está vacía, así que sigue a la de Loki y Tony, directamente ya, pero tampoco están, pasa a la suya y está vacía. Llega hasta el de Darcy y Sif y tampoco están, sólo le falta buscar en el de María y Tasha que está en ese mismo piso, pero apenas se acerca y la puerta está abierta, mostrando a todo el clan allí dentro, incluido Sam. Por alguna razón es normal que terminen en aquella habitación, ellos dicen que porque es más grande, ellas dicen que todos los dormitorios son del mismo tamaño. Tal vez es porque ellas siempre lo tienen más en orden.

 

-¿Por qué ya no me invitan a sus reuniones? – Les dice al entrar. Los mira acusadoramente, algo indignado. Nadie hace la gran fiesta al verlo ahí, sólo siguen como si nada.

-Porque nunca te encontramos. – Le dice Natasha con algo de reproche, para luego agregar más. – Y ya sabemos que estás ocupado con Peggy. – Si hubiese algo más que amistad allí eso pasaba claramente por celos. Aunque podrían ser celos de amigos, más cuando los demás le dan la razón a Natasha.

-Si me avisaran los preferiría primero a ustedes. – Les dice en el mismo tono de reproche, ya haciendo un leve puchero para suavizarlos.

-Oh, cariño, eso es tan dulce. – Comenta Bucky, fingiendo estar enternecido. Pero ya le sonríe a su amigo abiertamente, como perdonándose sea lo que sea. Steve le devuelve la sonrisa y mira con atención a todos, alguien falta, es obvio.

-¿Y Tony? – Se anima a preguntar cuando ya se sienta a lado de Sam.

-No está. – Le responde Loki. – Fue a su casa.

-Oh.

 

Ya no pregunta más, porque solo comienza a sacar sus conclusiones tontas. Piensa que entonces Tony se fue antes de terminar la última semana y ahora sí ya no lo va a volver a ver. Quiere preguntarle a Loki o a Bruce si es que ya no va a regresar, o si es que sí se inscribió y se irá, pero no lo hace, porque se sigue tratando de convencer que no es realmente importante. Si los demás se notan tan normal y tranquilos, sin hablar al respecto, es porque ni van a extrañar a su amigo, así que él menos tiene que echarlo de menos.

De vez en cuando sigue la charla, todos comentan de sus planes en vacaciones, nadie tiene un plan seguro. Claro que todos irán a casa a pasar unos días, pero las vacaciones son largas y no saben qué hacer con el demás tiempo. Proponen verse, ir a lugares, pero igual nada queda confirmado. Después de varios minutos María ya revisa algo en su notebook, sin preguntar nada la conecta a la televisión que tienen ahí y dice que pondrá una película que Darcy y ella quieren ver. Y es normal que todos se invitan a quedarse y mirarla con ellas. Casi en seguida llega un mensaje al móvil de Darcy y comenta que Jane ya llegó, en pocos segundos Jane Foster ya está con ellos en la habitación donde apenas caben todos. Jane volvió tímida, tal vez por tanto tiempo que estuvo sin verlos, pero al parecer se le va a ir quitando poco a poco hasta que vuelva a ser tan y espontanea como ellos, después de todo siempre fue agradable.

Antes de ponerle play a la película, Thor, Loki y Sif salen para ir a comprar botanas. Cuando regresan con las botanas, también traen consigo a Volstagg, Hogun y Frandal. Ya no caben más, se apachurran, se molestan, se amenazan, se ríen. Como pueden se acomodan en las camas, ocupándolas como asiento, otros más en el suelo. La película comienza y es una de comedia, por lo que las carcajadas no cesan.

Darcy ha escupido la soda un par de veces por la risa que no pudo ahogar, Volstagg ríe más escandalosamente hasta el punto en que su risa causa más gracia en los demás que la misma película, Natasha silencia a los que comenzaban a hablar, como si estuviese en una sala de cine. Steve los miraba entretenido, estaba muy pensativo, y apenas pudo reflexionar que en verdad que esos bobos, todo ellos, eran increíbles personas para él, siempre se la pasaban bien juntos, aunque pelearan en ocasiones. Inclusive si Natasha y Clint tuvieron mucho que ver, y ahora Nat estaba con Bucky con quien estuvo con Tony, y luego los tres se enredaron una noche, y Clint estaba con Bruce, a quien él mismo, Loki y Tony le hayan coqueteado. Y Tony y él mismo también estuvieron enredados. O cuando Steve estuvo un tiempo de rogón con María, ahora ella estaba con Darcy, luego de que Hill también tuvo un enredo con Natasha. Thor estaba con Loki, pero ya estaban en la misma habitación sus dos exnovias; Jane y Sif, que si bien no eran amigas, tampoco enemigas. Y ahí también estaba Frandal, que aunque lo nieguen saben que ya está enredado con Sif. Una enredadera de todos con todos, pero nunca han tenido problemas por ello. Ya eran una familia, disfuncional-incestuosa, pero eran familia. Y no podía dejar de pensar que el imbécil de Stark dejaría todo eso. Él, Steve, no podría.

 

-¿Estás bien? – Le preguntó en un muy suave susurro Sam, seguro para que Natasha no lo escuchase y así no se molestara de nuevo.

-Sí, estaba pensando. – Le restó importancia y le sonrió. Sí, incluso Sam ya se había integrado a esa boba familia disfuncional y podía asegurar que ya le tenía el mismo aprecio que a los demás.

En ese momento los demás se sueltan a reír de nuevo por algo que ocurrió en la película.

 

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

Ya casi anochecía, apenas y se habían separado todos. Bueno, los demás yendo a pasar el rato solos con sus parejas. Steve volvía a su dormitorio que se encontraba solo para él, porque Thor se había ido con Loki. Se tumbó en la cama y luego de varios singulares suspiros tomó su cuaderno donde dibujaba, sólo hojeándolo, encontrándose con todos los dibujos que había hecho durante ese ciclo escolar. Dibujos del campus, de sus compañeros (el clan bobo), de perros que se encontraba, del suyo que estaba en casa con su madre, de su madre misma y más cosas. Varios dibujos de María, porque no era secreto que estuvo de aferrado con ella un tiempo, e increíblemente eso nunca afectó en su amistad, era de las mejores amigas que tenía. Otros dibujos de Natahsa, porque la pelirroja era impredecible casi siempre y él trataba de capturar las muecas que más le causaban gracia en ella. Dibujos de Bucky, también, porque es su mejor-amigo-hermano-de-otra-madre, incluso había uno de Bucky junto con Thor con sus uniformes de futbol después de haber gano un partido. En otra hoja se veía a Darcy riendo, luego a Sif concentrada en su entrenamiento de salto con pértiga, a Loki burlándose de Thor, a Bruce molesto con Clint, Clint triste porque Bruce no lo perdonaba. Y Tony; borracho en la cama, durmiendo mal acomodado, riendo, molesto, serio, pero no había ni uno solo de él triste como los demás, porque nunca lo ha visto triste.

Echó el cuaderno a un lado, se sentía cursi al darse cuenta de cómo quería a sus amigos. Así que mejor tomó su móvil, abriéndolo en los mensajes de texto, indeciso a mandarle algo a Tony. ¿Pero qué? No se le ocurría qué ponerle. Mejor volvió al menú yendo a ver los videos, tenía algunos de ellos haciendo idioteces, sobre todo con Bucky y Clint, que eran los que más se prestaban a ello. Pero entre todos los archivos tenía una carpeta bloqueada con contraseña, ahí resguardaba un solo video. Paseo los dedos por la pantalla tentado a abrirla, hasta que puso la contraseña. Después de todo Thor seguro que no regresaría aún. Así se mostró el video de la última vez que intimó con Tony. Sonrió y lo hizo reproducir, bajándole el volumen del sonido, pues ya sabía que se escuchaba un poco fuerte por todo el ruido que habían hecho. Primero Tony haciéndole un oral, luego se cortaba hasta donde ya lo estaba embistiendo y el castaño le gritaba, y después donde ya se acomodaba quedando Tony arriba. Sólo se veía el cuerpo de Stark, no el de él, pero por los gritos que decían su nombre delataban a la otra persona. Volvió a reproducirlo. A la tercera vez ya tenía los pantalones abiertos y una mano muy ocupada acariciando una erección que se había manifestado. No le gustaba mucho masturbarse, pero no habiendo más opción, qué podía hacer. Podría ir como antes a buscarse a alguien para aplacar el deseo, pero ya tampoco le apetecía hacer eso. Y cuando terminó sólo quedó con más ganas de Tony en carne y hueso. Mañana era su cumpleaños y no podría celebrarlo como habría querido.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

 

Tony había pasado ese día tranquilo en su casa, siendo atendido como siempre resultaba. Cuando su padre había vuelto del trabajo se dispuso a conversar más con él, comieron juntos y ésta vez jugaron juntos un videojuego, luego de que Tony haya delatado a Jarvis quien la última vez le contó que Howard a veces jugaba con eso. Mientras jugaban, su padre comentó algo con respecto a que sería 4 de Julio al día siguiente, Tony recordó que Bucky le había mencionado que Steve curiosamente cumplía años en ese día. Se distrajo y Howard ganó el juego.
Le daban ganas de regalarle algo a Steve, después de todo él había tenido un lindo detalle en su cumpleaños. El dibujo enmarcado que tenía en la cómoda de su dormitorio en el campus, junto a la fotografía de su madre que siempre mostraba. ¿Pero qué le podía dar a Rogers?

 

-¿Ahora en qué piensas? – Le cuestionó Howard luego del silencio. Tony no se inmutó, los padres siempre te descubren después de todo.

-En nada. – Negó, pero tomó su móvil que había dejado junto de él y le mostró a su padre una foto del cuadro que le había dado Steve. Le había tomado la foto con la intención de mostrársela tal vez a su padre. – Mira, me lo regaló… un amigo en mi cumpleaños.

-¿Una fotografía? – Preguntó Howard cuando tomó el móvil entre sus manos para verla mejor.

-Es un dibujo. Está enmarcado.

-Pues es impresionante, entonces. – Admitió asombrado. – Aunque el dibujo es más guapo que tú, en realidad. – Le molestó.

-¡Hey!

-Sólo bromeo. – Se disculpó. – ¿Tú amigo lo hizo?

-Sí.

-¿Quién fue? ¿El… el tal Bucky que me presentaste junto a Bruce?

-No, fue… alguien más.

-…¿Sólo un amigo? – Indagó Howard, guardando su sonrisa para no molestar más a Tony, pero aun así le enarcó na ceja.

-… Sí. Ni siquiera nos llevamos bien. – Bufó.

-¿En serio? ¿Entonces para qué se molestaría en darte un detalle como éste?

-No lo sé.

-Y luego te enojas cuando digo que tú y tus amigos son iguales de necios y torpes. – Howard le sonríe satisfecho y se levanta del sofá para caminar hacía las escaleras.

 

Tony al principio no comprende bien la intención de su padre al decirle eso, luego de unos segundos lo comprende y le quiere gritar que no es nada de lo que se imagina, pero Howard seguro ya llegó a su habitación. Hace un puchero aunque nadie lo ve y después desconecta la consola que estaban ocupando.

Después de pensarlo un momento sale para ir a recorrer plazas en busca de algo. Pasa a tiendas de ropa, gustándole un montón de prendas que seguro sentarían muy bien en el cuerpo de Steve, pero se decide a que eso no es un buen regalo. Se adentra también a los videojuegos pero no sabe cuál llevarle o sí tampoco sería buena opción, ahora va por las tiendas de instrumentos musicales y ni siquiera sabe si Rogers toca alguno, por lo que también lo descarta. Finalmente pasa por todas las tiendas posibles, de deportes, calzado, electrónica, muchas más de ropa, otra de instrumentos, incluso a las dulcerías, y finalmente en la de mascotas, donde sus ojos brillaron como siempre. Siempre quiso una mascota, un perrito, pero Howard siempre dijo que no, porque era seguro que ni siquiera lo cuidaría él y mucho más sermón. Y ahora que lo podría desafiar sabía que de igual forma no se podía, él nunca estaba en casa. Mejor se despegó del cristal que mostraba a diferentes cachorros antes de ponerse berrinchudo como si tuviese seis años. Ya cuando iba a salir de la plaza pensó: ¡un reloj!, y al segundo ya se decía que eso era horrendo. Y en el estacionamiento pensó otra cosa: una moto, ya que la otra al parecer no servía, aunque con una visita al taller seguro quedaba. Además el detalle de la motocicleta era muy ostentoso y para Steve como que no se lo merecía. Así esté partiéndose la cabeza porque no se le ocurrió que obsequiarle. Y finalmente se rinde a no darle nada, ni un felicidades.  

Cuando regresa a su casa ya el cielo se tornaba mucho más oscuro. Le informaron que Howard estaba en su estudio y sin más se fue a adentrar con él, sin tocar la puerta ni nada, sólo para decirle que en ese instante se regresaba al campus, para estar el último día antes de vacaciones, donde seguro se haría una gran fiesta. Howard le asintió, le pidió que condujese con precaución y fue todo.

 

 

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Llegó a la escuela, por todo el campus estaban regados diversos alumnos que comentaban entre ellos sus planes de vacaciones, pero él caminó hasta el edificio donde se encontraba su dormitorio. Anunciaría su decisión a Loki y Bruce, quizá a las chicas. Así que primero pasó a asomarse al cuarto de Clint, suponiendo que ahí estaría Bruce, con eso de que se pasan juntos, pensó.

Antes de tocar la puerta – olvidándose que requería de otros modales al abandonar su casa – intentó directamente abrirla, girando la perilla que sí logró abrirla. Eso significaba que alguien sí estaba ahí dentro. Apenas asomaba su cabeza al interior, con un pie dentro también cuando de inmediato distinguió un gran bulto bajo las sábanas en la que correspondía la cama de Clint. Tardó en reaccionar, viendo la cama, mirando las prendas tiradas, luego los ruiditos que se dejaron oír. ¡Oh Dios!

 

-¡Stark! ¡Fuera! – Se escuchó el grito de Clint retumbar por todo el pasillo.

-¡Lo siento! – En verdad se disculpó, cerrando de golpe la puerta con algo de vergüenza. Es que cachar a sus demás amigos en pleno cachondeo es normal y hasta divertido, pero encontrar a Bruce con Clint… ¡ah, carajo! Ojalá no les haya cortado el rollo, sobre todo a Bruce, sino Clint lo mata, seguro. Y ni en cuenta de que los demás chicos que vagaban por el pasillo comenzaron a reír a carcajadas.

 

Subió ahora a su dormitorio compartido con Loki, asegurándose de ahora sí tocar la puerta para no encontrarse con algo similar. Afortunadamente se escuchó la voz serena de Loki que le decía que en seguida abría. Por si las dudas, mejor esperó a lo que le decía su amigo. Así la puerta fue abierta, mostrando a Thor en la cama de Loki, pero sentado, ambos normales.

 

-¡No lo vas a creer! – Exclamó de inmediato, mientras se adentraba al dormitorio y Loki le miraba con confusión. Cerró la puerta.

-Creí que estarías con tu padre. – Dijo Loki, confundido.

-Y ya regresé. – El mismo Stark le restó importancia. – Pero, chicos ¡no adivinarán lo que acabo de ver! – Les miró a ambos con una sonrisa maliciosa, como una adolescente en secundaría que trae un gran chisme.

-¿Qué? – Preguntó extrañado Thor. Aunque para Loki esa actitud en Stark era normal.

-Encontré a Clint y a Bruce cogiendo. – Sonrió divertido.

-¿En serio? – Loki sonrió igual. Tony le asintió. – ¡Qué metiche! ¿Y te vieron?

-Sí, Dios sí. – Recordó Tony, pero ahora riendo.

-Espera, ¿entonces estaban aquí en los dormitorios? – Se sorprendió el pelinegro.

-Ajá. Fue por error que los encontré. – Aclaró. – ¿Crees que Bruce se moleste?

-No lo sé. – Se encogió de hombros y luego pareció pensarlo. – Yo me imaginaba que tardarían más, ya sabes. Además, ¿recuerdas que Bruce dijo que se sentiría incómodo si lo hacían aquí? – Thor se limitó a verlos chismear como niñitas.

-El día que ustedes se fueron Bruce me dijo que ese día era el bueno. – Le guiñó un ojo.

-Oh… Bien por ellos. – Celebró Loki.

-Son unos metiches. – Ahora sí hablaba Thor.

-Un poco. – Admitieron.

-Ahora, Tony, ¿qué pasó con… lo de irte? – Loki se puso algo serio, sentándose frente a él.

-Ah, eso. Ya hablé con mi padre y ambos concluimos en que es mejor que no me vaya si no estoy tan seguro.

-Entonces no te irás.

-No.

 

Y Loki le sonrió, como pocas veces sonreía con cariño, como esas sonrisas que en su tiempo sólo fueron para Thor. Tony sintió un ambiente marica por su decisión, por la reacción de Loki, y la sonrisa que también le dirigía Thor, de gusto. Iba a decir algo estúpido para no verse tan gays los tres, pero en eso tocaron nuevamente la puerta, la cual él fue a abrir.

 

-¡Tony, mi amor, regresaste pronto! – Era Natasha, que le envolvía en un abrazo efusivo. Tony soltó una risita y correspondió al sorpresivo abrazo. Junto con la pelirroja venían María, Darcy y Bucky. Todos entraron.

-¿Qué pasa? – Preguntó Loki.

-¿Qué haremos mañana? – Les cuestionó Hill.

-Irnos de éste Infierno. – Dramatizo Thor.

-Nos referimos al cumpleaños de Steve. – Aclaró Bucky.

-No sé. ¿No han pensado en nada? – Hablo Thor de nuevo.

-Lo único que teníamos era que en la misma fiesta que se hará aquí. La de despedida, ya saben. Se hace más grande y no sé, también para estar en el ambiente cursi. – Dijo Tasha y se encogió de hombros.

-Después de todo hicimos lo mismo en el cumpleaños de Thor. – Señaló Dracy. – Y las fiestas que hacen aquí no son tan malas. Y creo que la última tiene que ser la mejor.

-Entonces que se haga eso. – Opinó Loki.

-De acuerdo. – Y así comenzaron a salir.

-Tony, ¿tienes problema en si Thor se queda aquí? – Le preguntó suave, cerca de él, como para no ser escuchado por el rubio. – Tenemos que hablar de algunas cosas. – Le confesó Loki, Tony sólo le asintió, no bromeo ni se negó.

-Me iré con Steve. Quédense aquí. – Dijo sin más y salió de igual forma.

 

 

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Volvía a tocar una puerta, pero ésta vez era la del dormitorio de Steve. Esperó un rato impaciente e inseguro, pero ya no había nada de extraño en pasar una noche con Steve. Bueno, en realidad dormir-dormir con él nunca lo había hecho, pero qué más daba si ya no tenía que resguardar nada.
La puerta se abrió dejando ver a Rogers sin expresión alguna, para que en seguida de mirarlo se le haya como iluminado el rostro. Tony creía que esas expresiones de ojitos brillante, rostro luminoso, etc., eran puras babosadas e invenciones de gente loca y cursi. Pero ahora lo veía y eran reales esas expresiones, eso significaba que nadie le había visto así, o él no se detuvo a observar. Le sonrió de medio lado y se adentró al dormitorio cuando Steve se hizo a un lado para dejarlo pasar.

 

-¿Qué haces? – Le preguntó casual.

-Sólo estaba… dibujando. – Respondió, señalando el cuadernillo que había dejado abierto en la cama antes de ir a abrirle la puerta. – Pensé que no estabas.

-No, acabo de regresar. – Le informó cuando ya se sentaba en la cama de Thor. – Dormiré aquí hoy. Thor está con Loki.

-Está bien. – Le sonrió, también volviendo a su cama y tomar de nueva cuenta el cuadernillo y el lápiz que ocupaba en ese momento.

-¿Y… qué dibujas? – Tony sentía el ambiente extraño, el mismo se sentía extraño, por lo que no quería silencios incómodos.

-A Sam. – Le dice sin despegar la vista de lo que estaba haciendo. – No lo había dibujado a él.

-Oh. – Se limita a decir para ya no interrumpirle. No lo había dibujado a él, dijo Steve y con eso Tony se da cuenta de que en realidad Steve tiene dibujos de todos ellos, así que el dibujo que le obsequio a él no es tan especial y único. Antes de quitarle valor al obsequio, se recuerda que no ha visto que Steve los regale a sus amigos.

-Es un buen amigo que merece estar en ésta libreta. – Dice Steve luego del silencio, sonriendo divertido, por el valor que él mismo le da a su posesión. Queda más silencio, pero luego el rubio para el trazo con en el papel y mira por unos segundos su obra y finalmente sonríe, dándola por terminado. – Terminé. – Y sin más se lo muestra a Tony.

 

Stark toma por completo la libreta, mira el dibujo del sonriente Sam. Sin pedir permiso hojea el resto del cuadernillo, son varias figuras, más rostros, algunos animalitos. Todos son lindos, bien hechos, pero no tan admirables como el que le entregó a él, porque ese tiene más detalles que lo hace espectacular y los de la libreta no, aunque siguen siendo asombrosos. Se vuelve a sentir algo especial por la dedicación extra que tuvo que poner Rogers en el retrato que le dio a él, seguro no fue de unas cuantas horas como los de la libreta, quizá le tomó días haberlo hecho tan perfecto. O tal vez eran invenciones suyas.
Buscó un dibujo de Peggy, quería ver si Steve ponía la misma dedicación en dibujo de ella, pero no encontró ninguno. Lo que si encontró mucho fue de una mujer madura, donde decía en algunos mamá, sabiendo que era la madre de Steve. Miró también varios de María, pero con la fecha escrita más lejana, los más recientes eran escasos, los que venían siendo más relevantes eran los de donde él, Tony, estaba solo. Con sólo ver cada uno se puso nervioso y mejor cerró el cuaderno para entregarlo de vuelta a Steve, que le miraba con una leve sonrisa sin haberle comentado nada al respecto de que aquello era personal. Steve sin más guardó el cuadernillo en un cajón de la cómoda.

 

-Ven, acá, Tony. – Le dijo estirando su brazo, para alcanzarle sin levantarse de la cama. El castaño dudó pero se acercó, acostándose a un lado de Steve.

-¿Y ahora qué? – Steve le respondió con un beso. Le había tomado de las mejillas para girarle el rostro y así comenzar a besarle, interviniendo de inmediato su lengua. Qué raro, pensó Tony, Steve se delató con eso a que estaba más ansioso ahora, hasta le costaba llevar el ritmo y mejor se separó porque consideró que lo estaba haciendo muy mal. Pero en seguida Steve le quería jalar de nuevo. – No. – Le dijo como niño berrinchudo.

-¿Por qué no?

-No sé, no tengo ganas. – Le respondió mientras se recargaba en él, con la cabeza en su pecho, como si fuesen una linda pareja.

-Pff, sólo te quería besar porque besas rico. – Le dijo Steve, ahora pareciendo él el niño berrinchudo. Y Tony pensó que aun cuando sintió que estaba llevando el ritmo del beso mal, Steve lo seguía considerando rico. Qué raro. – Además, ya no te voy a ver y bueno… creí que podríamos tener una despedida. – A pesar de que lo decía con malicia, Tony distinguió que no le causaba mucha gracia considerar la despedida.

-Ya lo pensé y no me iré. – Le confesó, y como estaba descansando su cabeza sobre el pecho de Rogers, y justo del lado izquierdo, percibió perfectamente como el corazón latió más de prisa. Inesperadamente sonrió por ello.

-Oh…, está bien. – Y esa escueta respuesta camuflada de desinterés ya no le servía al rubio, porque Stark ya había interpretado el latir loco de su corazón. – Pero mañana es mi cumpleaños.

-¿Ah sí? – Esperaba que él si pudiese fingir todavía desinterés.

-Sí. Y si ya no será despedida puedes darme mi obsequio de cumpleaños. – Dijo divertido.

-Pero dijiste que es mañana, no hoy. – Debatió.

-No hay problema, puedes dármelo desde ahora. – Tony soltó una leve risita y se permitió acurrucarse sólo un poco más cuando Rogers le rodeo con sus brazos. Qué raro se sentía estar así.

-¿Qué es lo que quieres? – Le preguntó.

-Ya sabes.

-No, no lo sé.

-Sí sabes. – Insistió.

-Que no sé. Mejor dímelo.

-Quiero hacerte el amor. – Bum- bum. Bum-bum. Y ahora no era en el pecho de Steve, era en el pecho de Tony. Que eso había sonado taaaan cursi a su parecer, pero no le causaba gracias ésta vez, sino esa sensación de estupidizarse. Si las cosas fuesen como antes, querría salir huyendo, inventarse una razón estúpida para correr de esa habitación. Pero ahora, nada quería más que estirar ese rato dulce que lo interpretaban con un abrazo, tumbados en la cama, pareciendo un momento común y simple, sin recordar que ni siquiera se llevan bien.

 

 

 

Notas finales:

Les dije, cortito.
La verdad es que tengo avanzado el fic, pero no sé, lo estoy considerando.
Bueno, no importa. Byebye~


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