Loki le había estado evitando los últimos días después de su discusión tan explosiva. Era cierto que antes ya han tenido algunas peleas, pero ésta última fue peligrosa, porque el pelinegro de verdad que estaba molesto. Thor no sabía bien qué es lo que estaba haciendo mal, a veces sentía que Loki quería hacer más u otra cosa, pero no se lo decía. Otra cosa verdadera; sólo peleaban pero no conversaban antes de explotar. Loki era de carácter fuerte, un tanto agresivo y era por ello que a las primeras peleas Thor no les tomó mucha relevancia, pensando que era por la cuestión de que Loki detona fácilmente. Pero ahora le había dicho directamente que no estaban bien…, su relación no marchaba bien, era cierto. Lo que no era cierto es que era enteramente su culpa, consideraba que Loki también contribuía en ello, claro que sí. Aunque algunas cosas las continuaba considerando, por ejemplo: ¿será cierto que de alguna forma mira a Loki más desprotegido y débil que él? No podía terminar de creérselo, simplemente quería protegerlo como todo lo que quiere. Ya no entendía a Loki. Ya no…, ya no se sentía seguro con él. Cada que estaban solos esperaba algún regaño o una excusa para separarse, y una relación no tiene por qué ser así, ¿cierto? Lo quiere, pero últimamente no le comprende. Y lo único que por ahora se le ocurría a Thor para comenzar a arreglar las cosas con su pareja era cambiar los roles en la cama. Y ni siquiera estaba tan seguro de ello, porque él jamás había sido pasivo, y ni siquiera se le había pasado por la cabeza antes. ¿Sería cobardía? Pero algo debía de hacer, luego de sentir que anteriormente sólo estuvo escuchando los gritos de Loki sin hacer nada más que esperar a que se tranquilizara.
Ya le había estado buscando pero no le encontraba, también intentó llamarle al móvil pero no respondía. Hasta ahora que llegaba un mensaje de texto que decía: “estoy escuchando una conferencia, no puedo contestar”. Ok, al menos le daba una explicación y así no tendría que preocuparse. Por lo menos mientras Loki regresaba a él le daba un poco más de tiempo de pensar en la decisión que había tomado. Quizá si cedía en la cama todos los otros problemas se resolverían más fácilmente. Ojalá al momento no se acobardara. Aunque era fin de semana y esperaba ir a una fiesta y así un poco ebrio se le haría más fácil, ¿no? Ah, se sentía tonto… No, lo mejor era no pensar en ello entonces, así que mientras tanto iba a buscar a Jane para conversar mientras llegara Loki y la hora de ir a la fiesta.
-¡Hola, Thor! – Le saludó efusivamente Darcy cuando entró al dormitorio que esa chica compartía con Jane, luego de estar la puerta abierta. Darcy elegía despreocupadamente algunas prendas de su guarda-ropa, seguramente para esa noche.
-Hola. ¿Alistándote para la fiesta? – Le sonrió mientras se sentaba en la cama de enfrente para mirarle.
-Sí, muchacho. Siempre hay que ir fashion a la party, una nunca sabe cuándo vaya a surgir algo interesante. – Le guiñó un ojo, juguetona. – ¿Vas a ir?
-Eso planeo, pero todavía faltan algunas horas. – Se encogió de hombros y miró alrededor. – ¿Y Jane?
-Fue a una conferencia con Loki. – Le respondió tan casualmente mientras ahora se miraba al espejo sobreponiéndose una blusa para checar cómo le quedaría.
-¿Con… Loki? – Le parecía extrañísimo. Porque, es decir, ellos dos se hablaban pero no miró que habían creado propiamente una amistad como para salir y cosas parecidas.
-Creí que sabías. – Ahora la extrañada era Darcy.
-Loki me dijo dónde estaba pero no sabía que había ido con Jane…
-Vino el embajador de Japón, iba hablar sobre la economía creo. No sé porque no me interesó, pero a ellos sí e hicieron cita para verse e ir. ¡Qué ñoños!
-Oh… Qué raro, ¿no?
-¿Qué cosa?
-Que vayan juntos.
-Ni que se odiaran. – Soltó una risita. – Además han pasado tiempo juntos. Luego llego y Loki está aquí con ella conversando. Se prestan libros, discos y películas. ¡Me vas a decir que no lo habías notado, Thor!
-Es que peleamos y ya sabes…, mantiene distancia. – Explicó para no sentirse tan tonto.
-Ya veo. ¿Y ya lo arreglaron?
-Hoy pienso hablarlo con él.
-Buena suerte con ello.
*~~*~~*~~*~~*
-Mira a esos tarados. – Murmuró Natasha a Bucky.
La pareja estaba acostada en una de las bancas de jardín tranquilamente, entre besitos y conversación cursi, dejando pasar el tiempo sin importarles nada más que estar en su compañía mutua. Hasta que los ojos verdes de Natasha se toparon con la imagen de Tony y Steve a unos metros de ellos, los suficientes para no escucharse ni que el otro par los haya notado aún a ellos.
Aquellos tarados estaban sentados en el césped, separados como a un metro entre ellos. Stark estaba con su atención en su laptop mientras Steve le aventaba pequeñas ramitas u hojitas que hacía bolita. Tony intentaba ignorarle, y eso provocaba risas en el rubio que no desistía de molestarle.
-La cara de bobo de Steve cuando mira a Tony. – Se burló Bucky.
-No es de bobo, es de enamorado. Aunque casi es lo mismo. – Aclaró Natasha, igual de divertida.
-¿Cómo sabes que es de enamorado?
-Porque así me miras tú a mí, honey. – Le miró ingenuamente. Bucky le sonrió y le regaló un pequeño beso en los labios.
-¿Tan tonto me veo?
-Pero también guapo. – Ambos volvieron a sonreír. – Y ellos sólo se ven tontos.
-Necesitan tiempo.
-Lo que necesitan son unos golpes para que despierten. – Opinó ella.
-Oh…, se acarca Peggy. – Señaló Bucky, pues justo cundo Tony comenzaba a reclamarle a Steve, Peggy estaba a unos pasos de ellos. La chica castaña llegó cerca de aquel par, se notó que saludó amigablemente a Tony y luego Steve se ponía de pie para irse con ella, no sin antes soltarle una palmada en la cabeza a Stark, quien gruñó molesto.
-Qué maduros son. – Dijo con algo de sarcasmo la pelirroja.
-Hay que reconocer que al menos perece que manejan bien sus noviazgos. – Trató de defender Bucky.
-¿En serio crees que no se han vuelto a encamar esos dos aun teniendo pareja? – Preguntó curiosa.
-Sí lo creo. – Aseguró. – Steve dijo que quería llevar una buena relación con Peggy y confío en que es en serio. Además si por alguna razón hubiese vuelto a acostarse con Tony, vendría corriendo a contarme porque al pobre se le hace un lío cada que está con Tony. Se confunde, enloquece y busca apoyo.
-Pero se fueron juntos el fin de semana pasado…, es difícil de creer que no pasó nada. Con la ganas que se traen…
-Créeme, amor, que no pasó nada entre ellos. Sino estarían más idiotas de lo normal.
-Hum, ok. – Frunció un poco los labios pensando. – Oye, ¿y no quieres que tú y yo vayamos a idiotizarnos?
-Oh, claro que sí. – Ambos soltaron una risita y con prisa se pusieron de pie para marcharse en busca de alguna habitación con privacidad.
*~~*~~*~~*~~*
De pronto Thor los vio regresar al edificio, les miró porque él estaba cerca de la entrada con un grupo más de amigos. Loki y Jane venían caminando con calma mientras conversaban y de pronto sonreían; se miraban curiosamente a gusto. Jamás se lo imaginó, no creyó que pudiesen forjar una amistad de verdad, quizá también por eso es que no lo notó antes.
Jane fue quien le miró primero y pareció avisarle a Loki, pues el ojiverde giró casi de inmediato a observarle. Le miró todavía algo serio, pero ya más suave, como no teniendo problema por encontrárselo, así que cuando estuvieron mucho más cerca Thor se apartó de aquellos amigos y Jane se despidió de Loki y él para entrar al edificio y dejarles a solas.
-Hola. – Le saludó torpemente y el pelinegro sólo le asintió con una leve sonrisa. – ¿Fue… buena la conferencia?
-Realmente interesante. – Los ojos verdes estaban clavados en las pupilas azules, atentos, acechantes.
-¿Quisieras hablar? – Pregunto algo dubitativo.
-¿Ya estás listo para ello? – Pareció algo consecuente, de alguna forma eso tranquilizó a Thor.
-Un poco. – Confesó. – Quiero arreglar las cosas contigo, quiero escucharte y que lo hablemos. Pero sinceramente sabes que algo tan serio me asusta.
-¿Después de la fiesta? Cuando estés más relajado. – Aunque Loki se mantenía un tanto serio, parecía de buen humor notándose sereno y siendo tan accesible. – Hay que disfrutar la fiesta con nuestros amigos primero para no amargar el momento, ¿te parece?
-Me parece perfecto. – Sonrió relajado y Loki le devolvió la sonrisa un poco más suave.
-Entonces nos vemos en la noche. – Estaba a punto de continuar su camino hacía el edificio, pero Thor le volvió a llamar.
-Antes de eso… – Le tomó delicadamente de un brazo para retenerle y para alejarse un poco de la multitud. – Quiero que sepas que estoy dispuesto a cambiar los roles… – Loki al principió pareció sorprendido, pero al par de segundos le sonrió más notoriamente. Thor volvía a sentirse nervioso ante tal confesión.
-Bueno, quedan pendientes los demás puntos, pero me da mucho gusto saber que puedes ceder. – Se acercó un poco más a él, sólo para soltar sus últimas palabras. – Estoy ansioso. – Casi susurró, directo al rostro de Thor, y despidiéndose con una sonrisa se marchó.
*~~*~~*~~*~~*
La tarea había sido terminada y había podido arreglarse con tiempo para la fiesta. Tony salió antes que el resto de sus amigos para comenzar a vagar un momento y luego ir a embriagarse y bailar, porque desde que tiene novio no puede ocupar las fiestas para ligar. Luego se había encontrado con Sam y ambos quedaron conversando. Ese chico era agradable, siempre lo pensaba cuando se topaba con él. Además Sam no le molestaba con tonterías al igual que los otros del clan bobo, quizá porque pese a convivir muy seguido todavía no se tenían esa confianza excesiva, pero era tiempo de cambiar eso, porque cuando Wilson comentó que actualmente está saliendo con una chica, Tony fue al ataque.
-¿Entonces engañas a mi amigo Steve? – Se fingió escandalizado. Sam por un par de segundos le miró con ojos muy abiertos y luego comenzó a reír.
-De verdad que odio romperles sus ilusiones, a Bucky, a Clint y ahora a ti, pero no estoy interesado en Rogers. – Le siguió el juego.
-Es un buen chico, dale una oportunidad. – Le sonrió cómplice.
-Pero no es mi tipo.
-¿Cómo es tu tipo?
-Sin pene. – Ambos comenzaron a reír. – Pero hablando en serio, me agrada mucho como amigo, e igual todos ustedes. Se quieren mucho, ¿no es cierto?
-Ahm…, sí. Todos somos adorables, ¿cómo no amarnos?
-Hey, Tony, no le quieras bajar el novio a Steve. – Le advertía María que llegaba junto con Natasha y se sentaban a su lado. Stark rió, pero Sam sonrió divertido.
-¿En serio? ¿Ustedes también? – Se quejó Wilson.
-Ya no lo niegues Sam. – Le molestó Natasha.
-Aprenderás a quererlas, pese a lo malvadas que son algunas veces. – Le aseguró Tony con una sonrisa.
-¿Vendrá Alfie? – Le cuestionó despreocupadamente María.
-No, le veré más tarde.
-Olvidaba a tu novio. – Comentó Sam sonriéndole. – Eso significa que también engañas a Steve.
-Joder, ¿Steve es de todos? – Dijo María divertida.
-Es la perra de todos nosotros. – Aseguró Natasha. No pudieron evitar reír.
-Yo paso.
-Sí, cómo no, Anthony. – Rodó los ojos sin creerle nada.
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Esta fiesta no resultaba muy diferente a las anteriores, era casi exactamente igual, pues siempre había las mismas bebidas, sonaban los mismos géneros de música, casi eran las mismas personas fiesteras las que estaban, obviamente. Así que todos parecían divertirse con confianza, con un tanto de rutina. Bailar, beber, reír, hablarle a algún grupo de tipos que quizá no conocían pero ahora sí. Total que las cosas todavía no llegaban al punto donde se volvía un desastre divertido.
Cada quién con su respectiva pareja o entre amigos. Nada fuera de lo común por un momento. Un ambiente agradable, tanto que Loki se atrevía a acercarse a Thor con más soltura pareciendo que ya no estaban molestos. De hecho habían compartido un par de cortos besitos, pero nada más, porque Loki no cedería tan fácil. Todavía podría hacer sufrir un poquito más a Thor hasta que éste ganase su perdón. Pero sobre todo para que siguiera dispuesto a ganárselo con la propuesta de cambiar roles en la cama.
Sí, todo parecía marchar bien hasta que miró que el borracho de Tony conversaba con tres chicas muy cerquita de donde estaba el clan bobo. Cuando Loki las miró se le borró la sonrisa que había estado conservando en el rostro y casi se resbala de las manos la cerveza. ¡Tendría que ser una puta broma! No podía ser que la tipa con la que tuvo un revolcón en el baño de un pub estuviese ahí. Revolcón que contaba como toda una clara infidelidad a Thor.
La chica estaba junto con su amiga que se fue ese día con Tony y otra más que no recordaba si aquel horrible día estuvo presente. Pero no importaban las otras, sino que Tony les estaba hablando tan confianzudamente. ¿Será que el maldito las invitó? No podía ser, si aquella vez no compartieron números telefónicos ni Facebook, pero sí les preguntaron dónde estudiaban. ¡Malditas coincidencias! Necesitaba alejar a todos de ahí y arrastrar a Tony con ellos antes de que se le ocurriese integrar a las chicas con ellos. Se acercó rápidamente a Darcy para señalarle lo que pasaba, y así fue que observó que Lewis se acercaba para jalar a Tony. Alejándose un poco más fue que se reunieron los cuatro que conservaban aquel secreto.
-¿¡Qué carajos, Tony!? – Reclamó Loki.
-¿Qué?
-¿Cómo les hablas si…? Si ya sabes lo que pasó y aquí está Thor y todos los demás.
-Ellas me vieron primero y me hablaron. No las recordé al instante y por eso me quedé platicando queriendo hacer memoria hasta que una de ellas me preguntó por ti. – Se justificó entrando en pánico.
-¿Y ahora qué? – Preguntó Darcy.
-Pues ya me vieron y tarde o temprano se encontrarán también contigo Loki.
-Maldita sea.
-¿Pero crees que se atreva a mencionar algo de aquella vez? ¿De ustedes?
-Para evitar algo así o cualquier intento de coquetería deberían aclararles que ya tienen pareja. – Sugirió María. – Quizás así ni se les ocurra estar cerca.
-Ok…
-¿Reunión secreta?
-¡Clint! ¡Lárgate! – Gritaron cuando Barton se metió en su círculo.
-Ja-ja. ¿Qué planean?
-Nada.
-Díganme. – Insistió.
-Planeo romperte la cara por ser tan molesto. – Le dijo Loki.
-Carajo, si estabas tan de buenas hace rato. – Se quejó Clint. – Ni Thor te soporta estando así, eh. – Le dijo por último antes de regresar con sus amigos.
-¡Mierda!
-Deja de hacer corajes o te pones feo. – Le advirtió Darcy.
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Y de pronto Loki había vuelto a comportarse algo distante con él, bueno, en realidad con todos y Thor no se explicaba el por qué. Si ya se habían estado acercando más e incluso sonreía relajadamente, y sólo bastó con hablar misteriosamente con Tony, Maria y Darcy, para que regresara con una expresión fastidiad, para después convertirse en preocupada. No quiso preguntarle qué ocurría, porque miró como corrieron a Clint y seguro era cosa de ellos cuatro, así que se había limitado a cuestionarle si se sentía bien, a lo que el pelinegro le haya respondido con un escueto sí.
La fiesta seguía transcurriendo pero el semblante de Loki no parecía mejorar y a Thor ya le estaba resultando raro. Luego llegó el novio de Tony y éste se lo llevó y Loki aprovechó para decir que también se iría. Ésta vez nadie le insistió en que se quedase, pues ya habían notado su actitud. Fue justo cuando Loki había dado un par de pasos dispuesto a marcharse cuando una voz femenina gritó su nombre, aun cuando ya estaban muy cerca de ellos. A Thor le resultó curioso, ya que no conocía a la chica que había llamado a su novio ni a ninguna que la acompañaba, pero no sólo eso, sino que Darcy había hecho una mueca de espanto cuando eso sucedió, y casi podía jurar que miró tensarse a Loki
-¡Hola! ¿Cómo estás? – Le habían saludado efusivamente las chicas, pero sólo una de ellas (quién le llamó), se había pegado lo suficiente para besarle la mejilla y abrazarle. – Hola. – Volvieron a saludar, pero ésta vez a Maria y Darcy que también estaban cerca.
-Cuando llegamos vivos a Tony. – Le informó una de ellas despreocupadamente. – ¿Ya se fue?
-Sí, de hecho yo también tengo que irme. – Por algún motivo, ésta vez Loki no podía actuar como si nada. Sentía que su nerviosismo se estaba notando demasiado, y tener a sus amigos cerca podía ser un problema si no se libraba de ellas antes de que comenzaran a cuestionarle cosas.
-Aw, vamos. Quédate un momento más. Si apenas nos encontramos. – Le decía Melody (Dios, hasta había recordado de golpe ese nombre), junto con un coqueto guiño.
-No en serio que…
-Ash, ¿qué tienes que hacer a ésta hora y en fin de semana? – Se quejó una de las chicas.
-Mejor preséntanos a tus amigos. – Sugirieron. Y Loki entró en conflicto, porque obviamente no quería hacerlo, pero sus amigos ya habían visto todo y seguramente escuchado, entonces si no los presentaba le harían un drama severo.
-¿A nuestros amigos? Ja-ja. – Se acercó Darcy para salvar a Loki. – Mejor vamos a buscar algo mucho mejor.
-Ya estuvimos mirando y no encontramos mucho. – Le respondieron.
-Lo que sucede es que Loki no se siente bien y Tony ya se fue con su novio. – Informó María para hacerlas desistir.
-¿NoviO? – Cuestionó curiosa la chica que aquella vez estuvo con Stark.
-Sí. Niño. – Aclaró Darcy, con algo de malicia.
-Jajaja. Te acostaste con un gay. – Se burló Melody de ella mientras el resto de sus amigas reía.
-Cállate, tonta. ¡Que Loki ya huyó porque no quiere volver a acostarse contigo! – Y lo gritó. Suficientemente alto para que varias personas la escucharan. Así que llegó a oídos de sus amigos.
Ese último comentario bastó para hacerles saber a Maria y Darcy que ya habían valido carajo. Sólo miraron a Thor fruncir más el ceño de lo que ya lo estuvo haciendo desde que Loki estaba con ellas, y después también se iba de la fiesta rapidísimo. Entre tanto, el resto del clan bobo las miraba sin entender muy bien qué sucedía. Sólo Jane reaccionó a ir tras Thor unos segundos después cuando analizó que estaba muy molesto y sería capaz de hacer algo estúpido.
Maria también corrió fuera del bullicio pero solamente para marcar el número de Loki e informarle de lo que había pasado.
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Jane tuvo que correr para alcanzar al furioso Thor. De verdad que no quería que hiciera ninguna tontería, entendía que estuviese molesto, pero le conocía y sabía que sería capaz de hacer un desastre. No sabía si sería justo o no. Porque había entendido qué pasaba, era obvio por la actitud de sus amigas y la de Loki, más lo que dijeron por último aquellas desconocidas. Dios, Thor debe de sentirse fatal. Y ya no sabía qué pensar de Loki.
-Thor…, Thor. – Le tomó del brazo con delicadeza para no hacerle enojar más. – Tranquilízate.
-¡Cómo! Después de… – Exclamó molesto sin terminar su frase. Apretaba los dientes y los puños, pero al menos había parado su andar furioso. – ¿Las escuchaste? ¡Él me engañó!
-¿Cómo puedes estar tan seguro? Quizá pasó antes de su noviazgo.
-No, no. – Negó seguro Thor. – Darcy y María también las conocen, y Loki no comenzó a salir con ellas dos hasta después de que nos hicimos novios.
-… Puede ser un malentendido. – Continuó intentando no hacerle sentir tan mal.
-No lo es, Jane. – Suspiró frustrado. Se dejó caer en la banca a la que habían quedado cerca y se talló el rostro con frustración. – Fue muy claro el cómo lo dijeron. Además todos estos problemas que he tenido con Loki… Él fue capaz…
-Lo… Lo lamento. – No tenía idea ni de qué decirle, porque en realidad no lo podía creer. Sólo se sentó a su lado.
-Y todavía fue tan bastardo para decir que todo era mi culpa. Jodido cínico. – Recordó con coraje. –Yo defendiéndole ante mi padre, metiéndome en problemas con él justo por su culpa y para nada… Debí de hacerle caso.
-Claro que no. Tú no debes de cambiar porque tu padre te lo diga.
-No en ese lado. Sino en haber elegido a alguien mucho mejor. – Y Thor le miraba más tranquilo e incluso con una sonrisa. Pero por alguna razón eso no tranquilizó a Jane como había creído.
-Tú no sabías cómo iban a suceder las cosas con Loki. Te tienes que arriesgar.
-Pero ahora ya lo sé y quiere arriesgarme de nuevo.
Jane le miró confundida ante la sonrisa que permanecía en los labios de Thor, pero con los ojos azules aún decepcionado. Y sus ojos se abrieron enormemente cuando Thor se acercó hasta su rostro y juntó sus labios intentando besarle. Quizá fueron un par de segundos en lo que duró el contactó por lo que le costó alzar sus brazos para empujarle. Ahora estaba molesta. ¡Claro que estaba molesta! ¿Qué le pasaba a ese idiota? Por Dios, que ya no entendía. Primero le sorprendía y decepcionaba por igual enterarse que Loki pudo engañar a su amigo, porque aunque no conociera muy bien al pelinegro, el tiempo que estuvieron conviviendo le pareció que no sería capaz de algo así. Y ahora Thor también le decepcionaba ante tal acción de despecho.
-¿¡Qué demonios te sucede, Thor!? – Exclamó poniéndose de pie. – ¡No vuelvas a hacerlo jamás! – Y se marchó hacia su dormitorio.
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¡Hijo de puta, cabrón! Con que ojo por ojo, eh. Así es, Loki había visto ese beso cuando estúpidamente había querido emprender su regreso a la fiesta para tratar de explicarle a Thor aquello que había escuchado, luego de que Maria le haya avisado qué sucedió. Planeaba mentirle, claro, excusarse. Porque no creía estar listo para mandar al carajo definitivamente a Thor. En realidad si por él fuese borraría ese acostón de su pasado. Pero ahora ya no importaba, es más, le gritaría que sí lo engañó así como él lo estaba haciendo.
Es cierto que miró a lo lejos cuando Jane y el rubio conversaban, es cierto también que no escuchó qué decía, pero el beso fue claro. Y eso le hizo arder en cólera, quería ir a golpear a Thor. Escupirles a los dos. ¡Puta mierda! Estaba tan molesto. Pero en lugar de hacer algo en ese instante se marchó de nuevo al edificio para encerrarse en su dormitorio.
Cuando subía las escaleras escuchó voces familiares. Las de Jane y Darcy, y supo que ya le habían visto cuando le llamaron por su nombre. Se detuvo en el pasillo siguiente para esperar y averiguar ahora qué querían.
-¿Estás bien? – Cuestionó Darcy, mientras él miraba a Jane y Jane lo miraba a él.
-¿Por qué no debía de estarlo? Si ya vi que Thor también está perfectamente. – Jane sabía a qué se refería por esa mirada ruda que le dirigía Loki, y ella se sentía tan apenada.
-No te hagas ideas equivocadas, Loki. – Pidió Jane, todavía un tanto serena. Pero también endureció su expresión al ver que Loki le miraba casi despreciable.
-¿No? Si lo vi perfectamente. – Se acercó un poco más para intimidarle. – Quédatelo, me importa una mierda.
-Pues si viste tan bien lo que pasó debiste de notar que fue él quien intentó besarme y yo me negué rotundamente. – Le dijo con autoridad, reteniendo la mirada verdosa y penetrante. – Y si tanto te molesta y quieres ofender, ve con él, porque el problema lo tienes con él, no conmigo. – Foster se dio media vuelta sintiéndose indignada y continuó hasta su piso sin saber nada más de lo que harían esos dos.
-Tiene razón. – Le dijo Darcy cuando Jane desapareció por las escaleras. – Es mejor que hables con Thor lo antes posible para arreglarlo.
-Como si tuviese arreglo.
-Entonces para que se manden a la mierda. – Resolvió como si nada y también se marchó para alcanzar a Jane que estaba totalmente molesta por lo que hizo Thor y seguramente ahora también por culpa de Loki.
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Alfie sólo había pasado por él a la fiesta, porque la verdad al mayor ya le aturdía estar entre sus amigos y por ello le había propuesto algo más interesante como ir a su casa a pasar el rato conversando, o mirando películas mientras lo acompañaban con unos tragos. Pero todo mundo sabe que eso en realidad empieza y termina en sexo. Así que estaban eso…
Tony estaba abrazado a su cuello, a horcajadas sobre él mientras comenzaba a cabalgarle. Ambos completamente desnudos y jadeando, besándose. Tony intercalaba cada vez más seguido las pequeñas mordidas, aumentando la fuerza, hundiendo sus dedos en el cabello rubio un poco más rudo. Comenzaba a aumentar la velocidad de su cadera para ser penetrado velozmente y así calmar la ansiedad, sin embargo no parecía suficiente.
-Muérdeme. – Pidió a Alfie entre los jadeos, apenas separando un poco sus labios. El mayor le dio una leve mordida y continuó besándole. – No…, más fuerte. – Hondeó su cadera sugerentemente y esperó aquel contacto más agresivo. Y Alfie lo intentaba de nuevo. – Mnn… Pégame. – Ahora pidió al ver que las mordidas no funcionaban.
-¿Qué? – Alfie paró, confundido, extrañado. Se miraron por unos segundos con sus respiraciones todavía agitadas.
-Pégame. – Tony ordenó ésta vez, dirigiendo una de las manos de Alfred a sus nalgas. – Duro, anda.
Una palmada llegó a su nalga izquierda, un roce muy suave. Continuó pidiendo intensidad, alentando a Alfie que estaba bien, sin embargo éste le miraba cada vez más raro. Mientras que Tony intentaba continuar con su propio ritmo al subir y bajar por el miembro de su novio, que estaba pese a todo durísimo todavía, contrario al de Tony que ya iba perdiendo dureza. Y todo porque ya le estaba resultando difícil continuar excitado. No estaba muy caliente, la situación no se le hacía cachonda, sino aburrida. Reanudó a ser un poco más brusco, moviéndose más duro, mordiendo los labios de Alfie, jalándole el cabello, hasta que…
-¡Ah! ¡Tony! – Y no fueron gritos de excitación, sino de reclamos y dolor. Los ojos azules de Alfred le miraron severamente y Tony retiró sus manos, los labios y dejó de moverse. – ¿Qué te pasa? Me duele, sabes. Me vas a dejar los labios hinchados, y me duele la cabeza porque tampoco dejas de jalar mi cabello. Y…
-¿Ya se te cortó el rollo? – Le interrumpió antes de que le regañese más en plena situación. Y esperando a que dejasen el intento de sexo de lado.
-No. – Era cierto, él seguía duro, Tony lo sentía en su trasero todavía. Así que antes de que Alfie notase que Stark ya no estaba tan excitado, éste bajó de él y se colocó a cuatro a un costado.
-Ok. Terminemos. – Recargó sus antebrazos y su cabeza en una almohada, dejando sólo su trasero arriba apoyándose en las rodillas.
Mejor que su novio no notase que a él se le había bajado la emoción, sino que feo. Así que comenzó a masturbarse, queriendo ganar la excitación completa de nuevo, pero en realidad no funcionaba e incluso quedó sin la erección. De verdad que ya no estaba caliente. Sin embargo prefirió que Alfie no lo notase y continuó en su posición, esperando a que el otro terminase y fin del asunto. Al final podría correr al baño y así su novio no tendría que notar que de enfrente estaba limpiecito, sin rastro de una corrida. Además, de seguro no era tan malo ser usado si ya estaba dilatado, ¿no? Pero se equivocó. Al principio no sintió nada agradable ni tampoco le molestaba, pero después ya estuvo la molestia, su cuerpo estaba frío. Aguantó un poco, pues notó que el otro estaba cerca de terminar, así que cuando ya le dolió más disfrazó esos quejidos por gemidos y fingió que también había terminado. Apenas aquel pene estuvo fuera de su culo y corrió al baño como se lo propuso. Ya dentro sólo pudo pensar en que eso había estado muy jodido. Definitivamente no se quedaría a dormir.
-¿Te sientes bien? – Fue asaltado con esa pregunta cuando estuvo de nuevo en la habitación y buscaba su ropa.
-Sí. – Respondió con simpleza. Alfie le miró curioso, pues Tony después del sexo prefería quedarse un momento en la cama, ruborizado, relajándose, suspiraba un poco y le sonreía. Pero ahora estaba como si nada, ni ruborizado, ni agitado, y ni le miraba, además de que parecía tener prisa por irse.
-Te molestaste. – Afirmó, sentándose en el borde de la cama para mirarle. Él todavía permaneciendo desnudo mientras Tony ya se colocaba los pantalones.
-Claro que no, pero tengo que irme.
-¿Ah, sí? ¿A dónde? – No le creía un carajo.
-A hacer tarea. – Se colocó los zapatos y continuaba sin mirarle.
-Escucha…, no me gusta hacerlo así. Es salvaje. – Le soltó directo. Ahí fue donde Tony ya le miró.– Mejor quítate esas alocadas ideas.
-¿Y cómo piensas calentarme? No te quieres esforzar pero eres el único que lo disfruta y el jodido termino siendo yo. – Ya le dijo molesto. – No te pido que me muerdas hasta hacerme sangrar, ni que me pegues hasta que a ti te duela la mano, ni que me arranques el cabello. ¿Sabes?, me gusta algo más de pasión.
-¿Vamos a discutir por eso?
-No quiero discutir. – Tomó sus cosas y caminó hasta la puerta. Pero a unos pasos Alfie le dio alcance de nuevo, vistiendo ya una bata.
-Tony, no te marches así. – La mirada azul volvía a suavizarse, al igual que su gesto, fue por ello que Tony también se relajó.
-No te preocupes, estoy bien. – Incluso le sonrió levemente.
-Déjame compensarlo. – Le pidió seductor, tomándole con delicadeza de la mano y volviendo a conducir a la cama.
Y Tony se dejó guiar y ser despojado de nuevo de las prendas inferiores. Fue acostado en la cama y Alfie colocó la cabeza entre sus piernas. Sí, la compensación fue un oral; suave, con calma, pero igual logró que el miembro de Tony se hinchase. De cualquier modo el castaño se concentraba en no volver a quedar mal, y menos mal que no fue así, aunque tardó un poco más de lo normal en venirse. Y así ya se haya corrido y pareciera que ellos volvían a ser felices, Tony terminó yéndose porque simplemente no se le daba la gana quedarse con Alfie esa noche. Eran las 2 de la madrugada, pero no importaba porque llevaba auto, entonces condujo hasta el colegio.
Casi no había ningún alma por los pasillos, apenas se encontró en los otros pisos a un par de borrachos dirigiéndose apenas a sus dormitorios, y luego cuando entró al pasillo que le correspondía se topó con Steve. Pudiéndose encontrar a un fantasma se encuentra con Rogers, e incluso éste parece igual de sorprendido cuando se encuentran. Tony de pronto piensa que siempre es mucha coincidencia. Ambos se sonríen y emparejan su paso para ir a la par a un lado del otro.
-¿Qué haces vagando por aquí a ésta hora? – Pregunta desinteresadamente Tony.
-Se suponía que podía quedarme con Peggy, pero hace un momento regresó su compañera de dormitorio muy borracha y no era propicio que estuviese yo ahí. – Hizo una mueca graciosa. – ¿Y tú? Pensé que te habías ido con tu novio.
-Voy regresando. – Se encogió de hombros.
-¿Por qué no te quedaste con él ahora?
-No me dieron ganas. – Dijo con simpleza. Llegaron a la puerta del dormitorio de Tony y se detuvieron un momento.
-Nos veremos por el día. Duerme bien. – Se despidió, pero para completar su despedida quería darle un besito en la mejilla, sin embargo Tony se apartó con cara de espanto. – ¿Qué? – Cuestionó extrañado.
-Estuviste con Peggy, sé que tu boca estuvo en contacto por lugares recónditos y no quiero que me toques así. – Le decía un tanto escandalizado y otro tanto divertido.
-No te preocupes, ella no siempre deja que mi boca viaje libremente. Me detiene a medio camino. – Señaló su ombligo mientras le contaba como si fuese un tema cotidiano. – Tristemente hoy fue una de esas ocasiones.
-Pobre de ti. – Se mofó Tony.
-Sí. – Se fingió afligido. – Sabes que me gusta el sexo oral.
-¿A quién no? – Le sonrió.
-Seguramente a Alfred, que parece un mojigato pese a su edad. – Intentó molestarle un poco.
-Oh, no lo es. De hecho te puedo decir con regocijo que hoy mi boca está limpia, pero la de él no. – Y le guiñó el ojo con arrogancia. Steve le sonrió.
-Qué envidia le tengo ahora. – Por un instante se miraron con intensidad, y en sus labios se pintaba una sonrisa traviesa. – Bueno…, entonces nos vemos.
-Claro. – Y vio la espalda de Steve cuando éste comenzó a alejarse para continuar su camino a su dormitorio. – Que tengas sueños húmedos.
-Igualmente. – Giró un poco el rostro para responderle, con una sonrisa. Y continuó caminando. Tony por fin entró a su habitación.
No quiso encender la luz para no despertar a Loki, así como también trató de hacer el menor ruido posible al cerrar la puerta y deslizarse por la habitación, sin embargo notó como el pelinegro se movía inquieto en la cama. Tony se sentó en su respectiva cama mirando hacia la de Loki, luego encendió la lamparita de la cómoda y se miraron. Su amigo estaba despierto.
-Tengo una duda, Loki. – Comentó casual mientras se quitaba sus zapatos. – Si alguien deja que un amigo le dé una mamadita sólo para que dicho amigo desahogue su frustración, y ambos tienen pareja, ¿eso es infidelidad? ¿O si se puede aplicar, así como un favor entre amigos?
-Lo que importa es que no se enteren sus parejas. Pueden hacer lo que se les venga en gana. – Le contestó algo agresivo.
-¿Entonces si es infidelidad?
-Hasta un puto beso es infidelidad si lo haces a escondidas. Ocultando el puto deseo que le tienes a otra persona además de tu pareja. – Y volvía la voz molesta.
-¿Qué sucedió con Thor? – Le preguntó con cautela.
-Se dio cuenta de que me metí aquella vez con esa chica, entonces él se fue a besar con Jane. Y terminamos dramáticamente. – Se lo contó fluidamente, sin alterar ésta el tono de su voz y sin muchas expresiones faciales, pero eso mismo era lo que le delataba. Se notaba molesto y triste a la vez.
-Qué mal, Loki. De verdad lo lamento. – Se sinceró Tony.
-Yo no. Ya estaba harto de él y él de mí.
-¿Ahora está con Jane?
-No, ella lo rechazó.
-¿Y tú?
-¿Yo qué? – Tony le hizo unas muecas extrañas pero de cualquier modo Loki las supo interpretar. – A mí no me gustaba Jane en ese sentido. – Aclaró. – Si alguna de sus ex me gusta es Sif.
-Lástima, amigo, recuerda que Sif no sale con alguien menor. – Le recordó con algo de burla.
-Tampoco quise decir que la pretendería. – Sonrió levemente. Pese a la calma que quería aparentar y esa sonrisa, Tony insistía en que se veía decaído. – Lo que quiero es volver a divertirme como antes, sin ningún compromiso. Tengo ganas de eso.
-Diablos, Loki, ahora no podré acompañarte en eso. – Casi le dijo con tristeza.
-Ninguno de ustedes. Ahora soy el único soltero.
-Tal vez puedas volver a salir con Darcy y María en busca de ligues, ya sabes, a ellas les gusta y no están en una relación seria.
-Lo hablaré con ellas.
-¿Y quedaste en buenos términos con Thor?
-No. – Volvió a una expresión seria. – No sé ni cómo lograré verle la cara sin querer golpearlo.