Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Stupid youth. por LynValo

[Reviews - 407]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Sólo lean, disfrútenlo, no me odien. Y cuando terminen de leer el capítulo recuerden que aún le queda ricura por pasar, faltan tiempo para que termine. Tampoco olviden que actualizo más rápido si me tienen contenta. Ustedes saben qué tienen que hacer *3*

Un Sol radiante pero el clima era frío, un pretexto perfecto para estar muy pegaditos uno con el otro. Además no había prisa por salir de la cama porque era un sábado por la mañana. Natasha había despertado junto a Bucky, quien todavía dormía tranquilamente. Fue lo primero qué miró y le hizo sonreír al instante. Ella sentía la necesidad de estirar su cuerpo, pero el continuar abrazada a él le parecía más acogedor.  Casi sin resistirlo dejó un pequeño beso en los labios de su novio, y otro… y otro, hasta que Bucky comenzó a desertar.

 

Quiero caminar por encima de tu pelo, hasta llegar al ombligo de tu oreja y recitarte un poquito de cosquillas, y regalarte una sábana de almejas. Darte un beso de desayuno, pa’ irnos volando hasta Neptuno. Si hace frío te caliento con una sopa de amapola y con un fricasé de acerola. — Cantó, acariciándole desde el cabello, pasando por su oreja visible hasta tocar con delicadeza sus labios. Bucky por fin abrió los párpados y le sonrió encantadoramente. — Tú eres un panal de dulces. Fruta fresca. Tú tienes una mirada demasiado pintoresca. Una mirada color infinito. Tú me pones el estómago blandito…

—¿Qué es eso? — Su voz se escuchaba aún adormilada, pero su sonrisa y mirada ya no detonaban sueño.

—Una canción en español. La escuché esa vez entre la música que puso Carlos en la camioneta y la copié. Y ahora que te vi la recordé.

—Entiendo un poco. Imagino que despertaste de buen humor. —Le dejó un beso en los labios sin deshacer por completo la sonrisa.

—Sí. Estoy feliz. Mi novio es increíblemente guapo, tiene unos lindos ojos y una actitud siempre encantadora. Sabes, seguro soy la envidia de muchas chicas.

—¿Eso crees? Yo soy al que más de la mitad del colegio le tiene envidia por tener a mi lado a la chica más hermosa que verán en su vida.

 

Se volvieron a unir en un suave beso, aunque cada vez iba siendo más prolongado y más profundo. Sus manos también tomaron fuerza, estrechando firmemente el cuerpo ajeno. En un momento rompieron el beso sólo para sonreírse con complicidad, entonces volvieron a besarse al mismo tiempo que Natasha iba posicionándose encima de Bucky.

 

—Steve. —Murmuró Bucky y ambos giraron su cabeza a la cama del rubio, pero estaba vacía.

—No te preocupes, nos dejó solos como siempre.

—¿Se fue a tu dormitorio?

—Ajá, desde anoche. —Fue dejando besitos por la barbilla de Bucky.

—¿Entonces tenemos la libertad de comenzar muy bien el día?

—Más que bien, amor.

 

Los besos reanudaron, estrechó más hacia sí la esbelta cintura de su novia y con una mano libre comenzó con caricias suaves. Soltó un suspiro cuando un gemido escapó de la garganta de Natasha, cuando él coló sus dedos fríos bajo el pijama.

Tú eres mi vitamina del pecho, mi fibra.
Tú eres todo lo que me equilibra;
un balance, lo que me complementa,
un masajito con sabor a menta…

Natasha tiene una habilidad para besar que le parece más que perfecta, combinado a su espontaneidad y desinhibición la hacen tremendamente seductora. Eso vuelve loco a Bucky y le encanta cuando ella toma la iniciativa como en ese día. Cada roce es perfecto, cada beso, las miradas y sonrisas que se dirigen en momentos.

Tú eres todo un evento, una pintura en movimiento,
un árbol que respira.
Tú eres una diosa Kalima. Tú rimas.
Conmigo tú combinas…

Las manos de Bucky llegaron a sus muslos, sus caricias seguían siendo suaves pero a la vez determinadas. Ahora Natasha era quien recibía besitos en el cuello. Cerró sus párpados por un momento para concentrarse en disfrutar de la sensación de los labios de su novio sobre su piel, el calor y la ficción entre sus cuerpos.

Y en un momento, con total delicadeza, Bucky deslizó el pantalón de su pijama hacia abajo. Sus piernas temblaron, y no precisamente por sentir casi directamente la temperatura baja del ambiente.

Mis piernas se convirtieron en algodón
porque estar contigo se siente cabrón…

 

*~~*~~*~~*~~*

 

—¿Piensas volver al ataque, Steve?

—¿Humm? No, realmente no. —Respondió con simpleza, sentado en la cama que le correspondía a Natasha en ese dormitorio, mientras se distraía con la cajita llena de lápiz labial y delineadores de ojos; casi todos de la misma marca, diferentes tonos con nombres raros. No parecía que Natasha se maquillase tanto como para tener esa cantidad, de hecho ninguna de sus amigas. Además a todas las ha llegado a ver sin pizca de maquillaje y son igual de lindas. — ¿Y tú? — Volvió su mirada a Maria, sentada de la misma forma en la otra cama.

—No estaría mal. —Se encogió de hombros, no parecía muy convencida.

—¿Por qué terminaste con Darcy? —Ladeo la cabeza con curiosidad. —Bueno, “terminar” no es la palabra correcta, ¿cierto? Pero tú entiendes. —Hill le asintió.

—Lo que sucedía es que a veces parecía como si estuviéramos de verdad juntas y de pronto ya no. Eso comenzaría a crearme un conflicto, ¿sabes? Ya no sabía qué esperar, así que mejor ya nada.

—Ya veo. Pero se siguen llevando bien, ¿no?

—Oh, claro. Inclusive quizá vuelva a salir junto con ella y Loki de fiesta, ya sabes,  a ver si conocemos a alguien.

—Genial.

—Ahora puedes unirte, ya que no tienes novia. —Maria le sonrió amistosamente. —Cuatro solteros vagando por las fiestas y pubs de New York. Divertido, como antes, ¿eh?

—Puede ser. —Le devolvió la sonrisa. — Aunque siendo sincero…, ya no he tenido ganas de eso.

—¿De fiesta?

—No, de fiestas sí, es divertido. Me refiero a sólo ir con intenciones de encontrar sexo. —Hizo una mueca, como temiendo ser juzgado por lo que estaba diciendo, sin embargo, Maria le miró comprendiendo.

—Entiendo, a mí me estaba pasando igual. Pero igual podemos salir con ellos, ¿no? A distraernos.

—Claro.

—¿Has llegado a encontrarte a Peggy?

—Sí, nos saludamos cuando eso sucede. Todo está bien entre nosotros.

—Qué bueno.

—¿Sabes que estaría bien? — Hill sólo le miró interrogante, esperando a que continuara. — Ir por un café.

—¿Y por qué no vamos?

—No voy a salir con este pijama. —Estiró ambos brazos, para mostrar muy bien su pijama de barras y estrellas, estilo bandera americana, pero era la única que era calientita para esos días de invierno. — Tengo que cambiarme y lo más seguro es que todavía no pueda acercarme a mi habitación.

—Veré si algo de mi guardarropa te puede quedar. —Bromeó. Se puso delante de su closet mirando algunas prendas.

—¿Qué tal esa chamarra rosa?

—Oh, sí. — La sacó tendiéndosela, luego miró la cajita que había estado jugando Steve. —Y con un lipstick color cereza.

—¿Con una falda blanca?

—Claro. Y te llamaré Stephani. —Ambos comenzaron a reír, parando aquella tontería.

—Estás demente.

—¿Demente yo? — Se fingió indignada. —Tú querías salir con falda y estamos en invierno.

—De acuerdo, fue mala elección. —Sonrió bobamente.

—Te habrías congelado. —Maria tomó esa misma chamarra y se la colocó, tomó su cartera y antes de ponerse en pie miró a Steve. — ¿Sabes qué? Yo iré por esos cafés, quizá un par de rosquillas.

—Espera, puedo acompañarte. —Hizo el ademán de levantarse, pero la pelinegra le negó con la cabeza.

—Si sales sin estar bien abrigado puedes enfermarte, y con ese pijama tan patriótico que traes me avergonzarás, mejor déjalo así. —Sonrió ante el puchero que hizo Rogers. — Además estás pasando por una ruptura, así que sólo acuéstate, cúbrete con el edredón y espérame.

—Realmente no me siento mal por ello como para que te tomes tal molestia. —Sin embargo, hizo un gesto de inocencia mientras se acomodaba debajo del edredón como le ordenó Hill. — Pero siempre es bueno ser consentido. ¿Está bien si voy poniendo una película? —Maria bufó con media sonrisa.

—Sí. Mi cuenta de Netflix está abierta.

—Eres la mejor amiga, Maria. —Le sonrió mostrando los dientes abiertamente como un chiquillo. Hill le devolvió la sonrisa y salió de la habitación.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Loki y Darcy también habían optado por un café, sólo que ellos estaban en la cafetería. Habían tomado una de las mesas que están por fuera del local porque todas las de adentro estaban ocupadas. La mañana era fría como era de esperarse, pero Loki casi ni se inmutaba, en cambio Darcy traía el gorro puesto y una gruesa bufanda

 

—Eres tan exagerada. — Exclamó Loki rodando los ojos y seguidamente bebió de su café.

—¡Hace frío! — Hizo un leve puchero. — Tú eres un maldito que es siempre frío y por eso ya no siente las bajas temperaturas.

—Y como tú siempre andas caliente resientes mucho éste clima, ¿cierto? — Atacó con su sonrisa maliciosa.

—Soy candela. —Loki casi se golpea la frente y Darcy soltó una leve risita.

—Pero entonces deberías derretir todo.

—¿Quieres que te derrita a ti, cubito de hielo? —Movió las cejas en su insinuación. Loki no respondió, sólo le sonrió con su gesto travieso.

—Acaba de pasar Maria. — Señaló. Darcy giró a la puerta de la cafetería pero ya no la alcanzó a mirar.

—¿No nos vio o fingió que no lo hizo?

—No se dio cuenta. —Le miró curioso. — ¿Por qué fingiría no vernos?

—No lo sé. —Se hizo la desentendida llevando la taza de café a sus labios y mirando hacia otro punto que no fuesen los ojos fisgones de Loki.

—¡Ajá! —Exclamó con malicia. —Le guardas cierto resentimiento porque ya no se quiere revolcar contigo y asumes que en todo aspecto querrá evitarte, pero no es así. No te creas tan importante, Lewis. — Se mofó. Recargó más su espalda en el respaldo de la silla y cruzo sus piernas relajadamente.

—Agh, cállate. — Volvió a hacer un puchero sin regresar su mirada a él, sin embargo Loki sí le miraba, por lo que pudo notar que de un momento a otro la chica sonreía con malicia. — Mira, es Thor.

—¿Y? — De reojo miró para saber si era cierto que Thor también se acercaba y así era. El rubio estaba cerca, pero no parecía dirigirse hacia allá.

—Hey, muchachote. — Saludó Darcy haciendo ademanes con las manos para que Thor volease a mirarlos. Sus miradas chocaron por un breve segundo antes de que el rubio se acercara por completo.

—Hola. —Tan sólo dijo. Claro, si dejaba un acostumbrado beso en la mejilla a Darcy también tendría que hacer algo similar con Loki, sino lo hacía se vería claramente que no quiere hacer contacto con él. Así que había optado por no hacer nada, al menos eso pensó Loki.

—¿A dónde vas? — Continuó Lewis. 

—Iré a casa por unos días. —Suspiró.

—¿Todo anda bien?

—Sí, es sólo para pasar el rato con mi familia.

—Genial. —Darcy le sonrió abiertamente.

—Sí. Bueno, nos veremos después. — Con un escueto ademán se despidió de ambos. Entre ambos chicos no se habían dirigido palabras, pero sí se miraron en momentos. No había tensión ahí, era como un distanciamiento más complicado.

—Que te vaya bien. —La castaña le dijo por último. Ambos vieron cómo se alejaba. Cuando Loki desviaba la mirada para continuar como si nada, se topó con que Maria venía saliendo ya de la cafetería.

—Oh, hola, chicos. —Les saludó Hill, pues ahora sí se habían visto.

—Hola. —Ambos le respondieron.

—¿Qué hacen?

—Yo me congelo y Loki se burla de mí.

—¿Te unes? —Loki le señaló la silla libre que estaba en su mesa.

—No, tengo que regresar a mi dormitorio. —Se encogió de hombros. El pelinegro y Darcy notaron que aparte de la bolsa con rosquillas que llevaba Maria, también traía en la otra mano una charolita desechable con dos vasos de café.

—Está bien. —Murmuró Darcy.

—Más tarde te mando un texto para ver si salimos, ¿no? — Le dijo Loki.

—Sí amigos. —Con una sonrisa se machó.

—Está con alguien. —Susurró Darcy apenas Maria estuvo lo suficientemente alejada.

—Por Lucifer, qué celosa eres. —Loki rió. — Está con Natasha, comparten dormitorio, ¿lo olvidas?

—¿Y a dónde iremos? —Mejor cambió de tema.

—A donde sea que encuentre a alguien que me ayude a entrar en calor. — Y le guiñó un ojo.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Mesas y sillas baratas, espacio pequeño y la decoración para nada ostentosa. Una banda de chicos anónimos tocaba arriba de un angosto e improvisado escenario. En la barra de “bebidas” la único que servían era cerveza. Era la clase de sitio que casi no acostumbraban a ir, al menos no todos juntos, siempre terminaban en algo más pretencioso. Pero no estaba mal, el ambiente era muy relajado.

Darcy, Loki y Maria se habían separado del resto apenas llegaron, cada uno a un rumbo diferente en aquel sitio. Los otros que habían asistido eran Natasha con Bucky, Clint con Bruce y, Steve y Tony. Habían alcanzado a tomar una mesa y ahí estaban, con una cerveza en mano sin hacer mucho en realidad. Bueno, ambas parejitas parecían en lo suyo, compartiendo palabritas y besos. Era casi incómodo, ahora Steve comprendía por qué tres de sus amigos habían huido, claro independientemente de que los planes de aquel trío eran encontrar un ligue. Pero Tony también se encontraba ahí, así que fue con él con quien intentaba charlar para no sentirse como un tonto. Sólo que en ésta ocasión Stark estaba prestándole más atención a su teléfono celular. Grandioso, pensó con ironía y mejor se concentró en su cerveza.

 

—Amigo, ¿ya has visto alrededor? — Le habló Bucky sin dejar de abrazar a Natasha. — Hay muchas chicas lindas. ¿Qué esperas?

—Paso. — Respondió tajante.

—Si buscas otra cosa, el sujeto que está en la mesa de enfrente no está nada mal. — Ahora intervino Tony, elevando por un momento la vista para señalar a quién se refería. En seguida volvió a su móvil.

—Cierto, es guapo. — Opinó Natasha luego de haber girado a mirar al desconocido. —Me gustan sus tatuajes.

—Tampoco. No vine a follar.

—Ok. Pero al menos quita esa cara de aburrido. —Se quejó Clint.

—Tienen razón. — Tony habló, por fin guardando su móvil y miró a Rogers. —Ven, vamos a bailar.

 

No tuvo tiempo de responderle con palabras porque Stark le jaló primero de la mano para arrastrarlo cerca del escenario donde un grupo de personas bailaban al ritmo de la banda. No conocía ninguna de las canciones a ser propias de aquella banda anónima, pero era rock y el cuerpo se mueve al escucharlo. Son movimientos desordenados, no hay coreografía, es sencillo dejarse llevar. Así que imitó a todos los demás chicos, incluyendo a Tony, que ya bailaban despreocupadamente.

Sinceramente se relajó al estar entre esa bola de gente tan despreocupados. Y después de unas cuantas canciones, Tony volvía a prestarle atención, le sonrió y ahora fue arrastrado a la barra, hasta la esquina donde había un par de banquillos desocupados. Ambos se sentaron y con un ademan que hizo el castaño, un chico les entregó un par de cervezas.

 

—Ahora dime, Stevie, ¿qué te sucede? — Preguntó Tony, poniendo ojos fisgones y una leve sonrisita. Una mueca un tanto inocente, aun cuando dio un sorbo a su cerveza.

—No me sucede nada. — Se extrañó. — ¿Por qué lo preguntas?

—Estabas muy serio, no quieres ligar, casi no estás bebiendo. Amigo, algo te pasa. Dime, ¿estás… triste? Ya sabes por tu exnovia.

—¿Hum? No, Tony. Claro que no. —Negó de inmediato, muy seguro. — No hay razón por que estar triste, eso tenía que pasar y ya.

—¿Entonces qué te sucede?

—Lo hablé esta mañana con Maria. Parezco estar en un periodo de calma, ¿sabes? No tengo ganas de ir con alguna persona a hablarle un rato, bailar y luego insinuarle que tengamos sexo. Ya no tengo ese entusiasmo. Sólo es eso.

—¿Entonces te molestó que te sugirieran hacerlo?

—No. Lo que pasa es que estaba incómodo entre aquellos tórtolos.

—Eso tiene sentido. — Tony sonrió. — Apestan a amor.

—Demasiado. Si continúan así me haré alérgico a eso. — Casi aseguró, pero Tony dejó escapar una risita sarcástica.

—Pero sí tu eres cursi. — Se burló. —Apuesto que si consigues otra novia estarás peor que ellos. Iugh, mucha miel.

—Posiblemente. —Aceptó.

—Oye, ¿y hay alguien que te guste ahora? —Le preguntó un tanto travieso. Miró a Steve sonreír mientras le daba un sorbo a su cerveza, luego hacía una mueca de pensarlo.

—Sí. — Sonrió cómplice.

—Oh, con que lo estabas ocultando. — Le miró con los párpados entrecerrados sin desvanecer su sonrisilla. — ¿Y no has hecho nada? ¿Un avance, algo?

—No puedo. —Suspiró. Tony le miró interrogante. —Tiene novio y prometí respetar su relación.

 

Notó perfectamente cuando los ojos de Tony se abrieron un poco más y su sonrisa quedaba congelada mientras un suave rubor se apoderaba de sus mejillas. El castaño trató de ocultarse tras su trago y no hizo más que sonreír a Steve. Claro que Tony lo había entendido y ese había sido el propósito de Steve, sólo que no se esperó aquella expresión hasta cierto punto adorable. Sí que agarró a Tony con la guardia muy abajo.

 

—Vaya, mala suerte, amigo. —Por fin habló Tony, sin mirarlo y todavía notándose sorprendido.

—Lo sé. — Esperó a que los ojos miel estuviesen de nuevo conectados a los suyos. — ¿Debería de hacer algo? ¿Tú que piensas? — Pareció que Tony entró en pánico con ello, lo miró en sus ojos.  Steve ya estaba mordiéndose los labios ante ese momento de tensión. Entonces el fastidioso tono de llama del móvil de Tony comenzó a sonar, éste a prisa lo saó de su bolsillo para responder.

—¿Hola?... Sí, sigo dentro… Ah, en la barra hasta en la esquina… Ok. —Decía por el móvil. Giró y se levantó para mirar hacia todos lados, luego cortó la llamada. — Alfie viene por mí. — Se dirigió de nuevo directamente a él. Steve le asintió, y cuando iba a decir algo más, unos brazos rodeaban a Tony por la espalda.

—Hola, bebé. — Dijo Alfie y después dejaba un beso en el cuello de Stark. — ¿Qué tal, Steve? —Le saludó con una suave sonrisa, sin soltar a Tony.

—Hey. —Apenas murmuró. Reaccionó a levantarse del banco. — Siéntate, les dejaré solos.

—No, está bien. Nosotros somos los que nos vamos, ¿verdad, bebé? — Y de nuevo dejaba un besito en el cuello de Tony.

—Sí. — Miró apenado a Steve, pero éste mejor le sonrió. — Me tengo que ir. Adiós.

—Cuídate, chico. — Finalizó Alfred.

 

La pareja se giró y caminó hasta la salida. Hasta que ya no les miró, Steve quitó la sonrisa boba que había puesto. Volvió a sentarse dispuesto a terminar lo que quedaba de su cerveza y luego a marcharse.

 

—No puedo, Steve. ¡No puedo! — Levantó la vista, Maria se sentaba en el banco en el que estuvo Tony. La chica traía una mueca que denotaba que no la estaba pasando bien.

—¿Qué cosa?

—Coquetearle a alguien con intenciones de llegar a más. — Se pasó una mano por el cabello con frustración. —Ya no se me da. Me siento…, no sé… rara.

—Bueno, yo ni siquiera lo he intentado. —Se encogió de hombros. —Si no quieres hacerlo no lo hagas, amiga.

—Es sólo que es raro…, en nosotros.

—Lo sé.

—¿Qué nos pasa?

—Estamos mutando. —Susurró Steve, como si fuese un secreto. Hill sonrió y pareció relajarse.

—¿Dónde está Tony?

—Se marchó junto a su novio— Dio el último trago a su cerveza. — Y creo que yo también me iré. ¿Vienes?

—No, me quedaré un rato más. —Miró alrededor. — A hacer amigos, nada más. — Se sonrieron y Rogers se despidió de ella para largarse de ese sitio, sin avisarle al resto de sus ocupados amigos.

 

—————

Tampoco estaban lejos del colegio, así que no tardó en llegar. Ignoró las fiestas que se atravesaban en su camino dentro del campus, de hecho, cuando llegó a su dormitorio de inmediato se puso el pijama y optó por mirar una película boba. Cuando dicha película apenas estaba cargando, su móvil vibró encima del buró. Había recibido un texto de Tony.

 

[[ Tony Enano

>>Trata de pasarla bien, Steve. Tú eres divertido.
    No tienes que acostarte con alguien, haz
    amigos :)

                                            <<Demasiado tarde. Ya estoy en mi dormitorio,
                                                 pero me la pasaré bien mirando una película
                                                 estando solito </3

>>Hahaha. De acuerdo.

                                              <<¿Y tú que tal la estás pasando con tu novio?

>>La verdad me estoy aburriendo. Pero en un
     momento más las cosas mejorarán ;)

                                               <<Ugh >:( Demasiada información…

>>Lo siento XD ]]

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Una semana pasó. Una semana donde las parejitas seguían igual de melosas, Loki y Darcy continuaban loqueando cada que tenían la oportunidad, Steve y Maria permanecían tranquilos y Tony estaba también en calma sin tanta cursilería, pues no había vuelto a verse con Alfie desde aquel fin de semana. Ocasionalmente se mandaban un mensaje de texto porque ya no se llamaban mucho.

Pero ahora Tony se encontraba con las simples ganas de dar un paseo, y por supuesto que su primera opción fue Alfie, así que le mandó un mensaje de texto. “¿A qué hora sales del trabajo?”, le envió, pero no recibía una respuesta. Recordaba la hora que comúnmente le mencionaba Alfie, pero Anthony había querido asegurarse, sin embargo no le pareció mala idea ir a esperarle y darle la sorpresa. Algo improvisado es un lindo detalle, eso creía. Y si Alfred de pronto es algo cursi supuso que le gustaría verlo al salir del trabajo. Entonces Tony tomó su abrigo y salió con aquel propósito.

Fue a pie por lo mismo de que le apetecía caminar, además no estaba muy lejos y llevaba tiempo. Sólo esperaba que Alfie tuviese el mismo horario para ese día. Cuando llegó al lugar esperó por fuera, pues había unas escaleras y un par de jardineras a los costados que bien podían ocuparse de asiento. Al par de minutos una mujer también se detuvo enfrente de ese edificio, pero caminando de un lado a otro, como queriendo tomar calor del movimiento. Sí, estaba frío el clima y había algo de viento, y por lo mismo Tony parecía hacerse bolita entre su abrigo mientras esperaba.

 

—Hola. —Alzó la vista cuando aquella mujer le habló. Era alta, mayor que él, de cabellera larga y rubia, vestida atractivamente pese al clima. — ¿Podrías decirme qué hora es? — Le pidió con una sonrisa tímida.

—3:47 —Respondió con simpleza.

—Gracias. A mí móvil se le terminó la batería. —Le comentó casual y continuó con su caminata de un lado para otro. Seguramente también esperaba a alguien.

 

Pero empezó a hacer una mayor ventisca helada y la mujer se fue a sentar entre la jardinera y las escaleras, mientras que Tony prefirió irse a meter a una cafetería que estaba en la acera de enfrente. De cualquier modo el ventanal enorme del local dejaba a la vista aquel edificio y así sabría cuando saldría Alfie. La calidez de la cafetería fue muy reconfortante y para esperar pidió un café, tomando una de las mesas pegadas al ventanal.

Se quitó los guantes para poder tomar sin problemas la taza de café, dándole pequeños sorbos e intercalando su mirada entre la mesa y la vista de afuera. Pasaron unos cuantos minutos cuando observó cómo comenzaban a salir unas personas del edificio, entonces estuvo atento. No tardó en ver como Alfie salía y bajaba por los pequeños escalones vistiendo también un abrigo y mirando alrededor. Tony estaba por correr para alcanzarle, pero entonces Alfred y la mujer rubia que también había estado esperando se daban un abrazo y seguidamente se besaban. Tony frunció el ceño, ya sin moverse del asiento pero continuó mirando toda la escena. Se seguían besando, de pronto se separaban para sonreírse pero no deshacían el abrazo, luego dieron unos cuantos pasos para ponerse en la orilla de la acera como esperando un taxi. Así que para esconderse un poco, Stark se colocó el gorro del abrigo. Tomó su móvil y marcó el número de su supuesto novio. Lo vio hacerse a un lado, dejando a la rubia en su lugar, separándose lo suficiente para no ser escuchado.

 

—¿Hola? —Le respondió como si no supiera quién le llamaba.

—Hola, amor. — Sonrió socarronamente a sí mismo por su farsa. — ¿Ya saliste trabajar?

Sí, Tony…, pero tengo más trabajo por hacer. — De inmediato se excusó.

—¿Es mucho? Porque tengo un montón de ganas de verte.

Quisiera verte también, pero tengo mucho qué hacer. — Bajó más la voz, quizá porque en ese momento la rubia volteó a mirarle, esperándole.

—Casi no te escucho, ¿puedes hablar más fuerte?

Tengo que colgar, cariño. Yo te hablaré más tarde, ¿está bien? — Le dijo algo apresurado, pues la mujer ya había parado un taxi y Alfie pretendía acercarse.

—¿Y si paso en la noche a tu casa para ayudar a relajarte por tanto trabajo? — Empleó un tono juguetón, sólo para ver qué hacía. Entonces Alfred frenaba su paso y se giraba un momento para responder.

Me parece una excelente idea. Yo te hablaré para confirmarte a qué hora estaré de regreso, ¿está bien, mi amor?

—Claro que sí.

Bye. Te quiero.

 

Cuando la llamada terminó y ellos se marcharon, Tony volvió a quitarse el gorro, dejó su móvil sobre la mesa mientras se disponía a terminar su café con más calma, ahora sin ninguna prisa y mientras tanto pensó qué hacer hasta que llegase la noche. No pretendía ir de verdad con Alfie a cumplir su promesa de “relajarlo”, claro que no. Porque para él Alfred ya se había quedado sin novio, pero pensaba dejárselo claro. En un principio pasó por su cabeza salir y arrojarle el caliente café en la cara y darle una patada en la entrepierna, porque claro que le dio mucho coraje. Pero lo pensó rápido, hacer eso habría sido estúpido y darle a pensar a Alfred que él se sentía tan destrozado. No haría crecer más a Alfred con esa actitud de casanova al demostrarle que le molestaba, porque herirle no. Pero tampoco le dejaría que le viera la cara.

¿Desde cuándo lo engañaba? ¿Con cuántas más? ¿Por qué? Eran algunas preguntitas que sinceramente asustaban a Tony, o bueno, le herían el orgullo. Le molestaba porque él al menos hizo el intento; no le engañó en todo ese tiempo de relación por más que haya querido hacerlo y todo porque pensó que era recíproco. Entonces, ¿por qué saber de esa infidelidad no le sorprendía? ¿Será porque siempre lo sospechó al reconocer que Alfie era tan coqueto como él? ¿O porque sólo estaba esperando una excusa para terminar esa tonta relación?

Pensó muchas más cosas y cuando comenzó a sentirse mal por creerse incapaz de ser irresistible ahora, se recordó que Alfred de cualquier modo jamás pudo complacerlo. El muy tonto se creía todo un Don Juan y en la cama era aburrido, y fuera de ella era pretencioso. Todo de dientes para afuera. Un verdadero pendejazo. Fue como Stark volvió a sonreír al dar el último sorbo a su café, y mientras el móvil que dejó en la mesa vibraba anunciando un mensaje entrante. Lo tomó con curiosidad, pensando que sería Alfie con alguna idiotez, pero se encontró sonriendo cuando miró que se trataba de Steve. Siempre tan oportuno. Con la sonrisa más marcada abrió el mensaje de texto esperando con qué tontería saldría ahora Rogers.

 

[[ Steve Bobo

    >> ¿Dónde estás? Ya te busqué y no hay rastro de ti.
        ¡Si estás con Alfred qué bueno que te interrumpí!
        Hahaha. No es cierto…, bueno sí.  Como sea,
        comunícate porque pensamos ir a una fiesta y sólo
       faltas tú.

                                                      << ¿A dónde? ¿A qué hora?

    >> A las 7pm. Te mando la dirección en un link.
         ¿Dónde estás?

                                                     << Les habló, entonces. Porque quizá los alcance
                                                           después.      

    >> ¿Pero sí vendrás?

                                                      << Sí, es un hecho.

    >> Si quieres, cuando te desocupes me hablas y
         yo paso por ti a dónde estés.

                                                        << Vale, te hablaré.]]

 

Le respondió por último para cortarle la insistencia y antes de que preguntase de nuevo dónde estaba. Quería perder el tiempo un ratito solo después de saberse engañado como si fuese un chico feo sin gracia. ¡Mierda, que sí era el orgullo herido! Pero al seguir mirando los mensajes con Steve volvía a sonreír, y ésta vez no era orgullo al ver que su amigo seguía interesado en él. Sino que se sentía lindo. Ajá, lindo. Luego soltó una risita al imaginarse que al dar la noticia de Alfred a sus amigos, todos ellos iban a estar tristes, a excepción de Steve, ya que siempre le desagrado su jodido novio. Seguro que hasta saltaba de la emoción y de paso se burlaba de él. Tony pensó que soportaría las burlas, porque después de todo no se sentía mal.

Al salir de la cafetería continuó caminando, pero ahora su destino era un cine. Una película de dos horas no sonaba mal si lo que quería era hacer tiempo y estar solo antes de reunirse con sus amigos. Compró su boleto pero faltaban algunos minutos para que comenzara la función, así que mientras tanto se dirigió a la parte de espera, acomodándose en uno de los sillones para comenzar a borrar las pocas fotos que tenía de Alfie. También borró su número y todos los mensajes de texto. Ya no los necesitaría

Cuando la película terminó eran casi las 7pm, no terminaba de salir del cine cuando recibió la llamada de Alfie diciéndole que ya iba rumbo a casa, que lo esperaba para verse. Y mientras iba en el taxi, Steve también le llamó, Tony le explicó que ya no se tardaría mucho y entonces todos decidieron esperarle en el colegio.

 

—Hola, amor. — Le saludó sonriente Alfie cuando le abrió la puerta del departamento. Venía recién salido de la ducha y Tony de inmediato supo que era para ocultar lo que sea que haya hecho con aquella mujer. Alcanzó a desviar el rostro para que aquel beso no llegase a sus labios. — ¿Qué pasa?

—Nada. — Le respondió sin mirarle y haciéndole a un lado para entrar al departamento.

—¿Quieres una cerveza, o whiskey, vodka…? — Le sonrió.

—Nada. Sólo vengo a uno cosa. — Aclaró, y ante eso Alfred sonrió traviesamente malinterpretándolo.

—Entonces no será necesario que me vaya a vestir, ¿verdad? —Jugueteó un poco con la toalla que envolvía su cadera.

—No, pero es porque será rápido. — Él mismo le sonrió un poco y se sentó en el sofá frente a Alfred. — Y no vengo a tener sexo contigo. Bueno…, si eso era sexo. — El mayor ya le miró diferente.

—¿De qué hablas?

—He pensado, Alfie… La razón por la que me animé a tener una relación contigo fue porque creí que éramos similares. Y me equivoqué. Es decir, sí eres atractivo, vas a la moda, eres “encantador”, pensé que sabías seducir y también ingenuamente pensé que por tu edad tendrías una experiencia sexual mucho mejor. Pero en realidad hay personas más atractivas que tú que irían mejor conmigo y seductoras en verdad. Agradables sin esfuerzo y que me hagan gritar de placer en lugar de dormirme. — Sonrió sin reparo cuando miró la molestia en el rostro de Alfred. —¿Será que te confiaste, Alfie? ¿Creíste que por ser menor que tú me ibas a poder manejar a tu antojo? Pues te salió mal, cariño, porque aunque seas mayor, yo tengo más pasión, y tipos menores que tú también me han dado más orgasmos de los que me diste. Y sabes, me caes bien, pero no es suficiente. Me agradan más lo que no son pretenciosos y que sean buenos en la cama. Así que termino contigo.

 

No le dio tiempo de hablar, ni de que le respondiera nada. Lo vio con intenciones de hacerlo, pero siguió su camino sin detenerse hasta la puerta, aun cuando Alfred le llamaba molesto. Y al salir sonrió tranquilo. Haberle recalcado su poca destreza en la cama sabía que era lo que más podía haberle jodido a Alfred. Un golpe peor en el orgullo para aquel idiota.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

—Deja de estar de insistente, Steve. —Pedía por tercera vez Natasha, al ver cómo Rogers a cada momento trataba de hablarle a Tony. — Ya te dijo que venía.

—Es que parecía raro. — Insistió, algo preocupado.

—Nada de eso. — Opinó Bucky. —Estaba con Alfie, y seguramente estaban ocupados y tú lo estabas molestando.

—Ya se tardó y dijo que no tardaba. —Todos rodaron los ojos al ver la preocupación en Steve.

—… Hola. — Y ahí en la puerta apareció por fin Tony. Todos le voltearon a ver cuándo se adentró a aquel dormitorio que correspondía al rubio preocupado y Bucky. — Disculpen si me tardé, no llevaba mi auto y caminé desde la entrada donde me dejó el taxi hasta acá.

—No importa, Tony. Ya hicimos cambio de planes. — Informó María. — Iremos aquí cerca a tomar algo, nada más. ¿Te parece?

—Claro. — Les sonrió y ahí todos notaron que en realidad sí había algo raro en él.

—¿Qué tienes? —Le cuestionó Bruce.

—Nada. ¿Por qué?

—Te vez…, distraído. — Atinó a decir Steve. Tony suspiró y les miró con algo de pena.

—Alfie me engaña… O bueno, me engañaba. —Se encogió de hombros mirando la expresión de sorpresa y luego de indignación de sus amigos. —Terminé con él.

—¡Pero cómo! ¡Ese bastardo! — Nat gritó furiosa.

—¡Hijo de puta! —Ahora exclamaba Bucky.

—¿Cómo te enteraste? ¿Desde cuándo? — Quiso saber María.

—Es un infeliz. — Darcy se unió a las maldiciones.

—Lo supe hoy. Fui a esperarle a la salida de su trabajo, no le avise, creí que sería un detalle lindo. – Comenzó a narrarles. — Pero una mujer ya le esperaba también. Los vi besarse y luego irse juntos.

—¿Terminaste ahí mismo con él? — Indagó Clint.

—No, él todavía no me veía así que lo dejé pasar. — Hizo una pequeña pausa, evitando mirarles a la cara. — Le marqué por morbo a lo que me inventaría, luego nos citamos en la noche y fui a su casa para terminar con él.

—¿Y cómo lo tomó? —Loki preguntó.

—Se molestó. — Soltó una leve risita. — Obviamente no le dije que fue porque lo vi engañándome. Pero tampoco fue mentira lo otro que le dije.

—¿Qué fue? — Steve habló.

—Que me aburría en la cama y que hay personas más agradables que él como para que yo siguiera con esa relación.

—Eso estuvo bien. — Chocó palmas con Darcy.

—Sí, amigo. Si no sabe darte un orgasmo no te hará feliz. —Opinó Sam.

—¿Y cómo te sientes? —Le preguntó Bruce.

—Bien.

—¿En serio? — Steve se miró curioso.

—Sí.

—¿Quieres que cobremos venganza? — Proponía malignamente Natasha. Ésta vez Tony rió por las sonrisas malvadas que adornaron los rostros de la pelirroja, María, Bucky y Loki.

—No. Todo está perfecto. —Les aseguró.

—Ok, pero si algún día lo quieres, pídelo. —Le dijo María.

—Gracias. — Les sonrió agradecido.

—Puedo ir a partirle la cara ahora mismo. — Le dijo muy confiado Steve.

—En serio que no es necesario. Que se vaya al carajo. — Le sonrió a Rogers también. — Y vámonos a beber, ¿o qué?

—¡Sí!

 

Fueron a un pequeño pub detrás del campus, lo que ocasionaba que estuviese realmente lleno de todos sus compañeros. Ni bailar libremente se podía porque eran demasiados, así que ellos optaron por quedarse en la parte dónde sólo había mesas para beber cerveza y conversar. Querían animar a Tony, aunque en realidad se miraba tan contento como siempre, así que no quisieron molestarlo con algún comentario como que ya habían notado que de pronto se tomaba de la mano con Steve y esas cosas.

Aprovechando ese tipo de tema; o sea de rupturas o decepciones amorosas o pleitos de pareja, obviamente no tardaron en aparecer las anécdotas al respecto, sobretodo porque fue cuando ya estaban con unos tragos de más. No precisamente ebrios, pero en la etapa donde se desinhiben más y comienzan a reírse más fácilmente. Pero la verdad no lo tomaron como tema triste, sino como bromas, e incluso Tony aprovechó para balconear más a Alfie.

Después de llevar unas tres horas ahí dentro, Bruce dijo que sentía calor y junto con Clint salieron un momento a tomar aire fresco. En unos segundos Tony también optaba por ir a refrescarse y Steve se ofreció a acompañarle. Pero ellos subieron al auto de Tony, en el asiento trasero sentados uno al lado del otro mirando al techo.

 

—Es un tremendo idiota. —Continuó opinando Steve al respecto.

—Sí, lo es.

—¿Cómo te sientes? Dime la verdad. — Pidió. Ambos giraron sus rostros para poder mirarse.

—Me siento bien, normal. De verdad. —Le aseguraba. — Por supuesto que en el momento me molestó pero… pero ya no.

—¿Por qué dudaste?

—Porque se sintió extraño. — Aceptó —Si vas a engañar a tu “pareja” mejor termina con ella, ¿no? Es lo más lógico si vas a estar con otra persona. Ahora lo entiendo, pues pese a todo y el aburrimiento yo no le fui infiel.

—Tienes razón. — Le sonrió ladinamente. Tony le miró más profundamente.

—Cuando engañaste a Peggy conmigo, la primera vez que fueron novios, ¿pensaste en terminar con ella? – Le preguntó con la voz menos severa.

—Sí, quise hacerlo. En realidad no me parecía justo, pero estaba todavía un poco estúpido y lo bueno fue que ella me mando al diablo. — Se sinceró, y al parecer estuvo bien porque Tony le sonrió.

—Pero yo creo que Alfred es tan imbécil que ni el remordimiento le llega.

—Ya no pienses en eso. —Se acercó más. — Él se lo pierde.

—¿Sí? —Susurró cuando vio aquellos rosados labios acercarse a los suyos, mientras sentía como sus manos se tocaban.

—Por supuesto. — Le tomó delicadamente de la barbilla. —No estés triste. — Le dijo por último antes de besarle.

 

Tony no dudó nada en responder aquel beso, incluso se abrazó a su cuello cuando también giraron sus torsos para quedar más de frente, mientras Steve le abrazaba posesivamente por la cintura. Sus lenguas casi en seguida aparecieron, juntándose en ese húmedo y ahora ansioso beso. Se escuchaban leves jadeos, pesadas respiraciones, succiones obscenas.
Steve tomó una pierna de Tony mientras él se recargaba de nuevo en el respaldo del asiento para jalarle y que el castaño quedase a horcajadas sobre él. No se separaban del beso, y ya había sido muy largo, pero no importaba. Le chupaba los labios, jalaban sus lenguas, se mordían, volvían a besarse decentemente y las manos comenzaron a escurrirse por todas partes.

Todo manifestaba una ansiedad impresionante, como si fuesen animales. Mucha saliva, muchas mordidas, lengua de más, caricias sin pudor. Las manos de Steve en las nalgas de Tony, las manos de Tony bajo la camisa de Steve. Jadeos, chasquidos, gemidos…

 

—Steve… Steve… —Murmuró Tony cuando los labios del rubio bajaron a su cuello. Acto seguido le tomaba del rostro para mirarle y cerciorarse de que sí era él. Porque ahorita al único que quería que le hiciera todo eso era Steve. Le había extrañado mucho en ese ámbito. Y Rogers volvía a lanzarse a sus labios. —Steve…, vámonos. Vamos a otro lugar.

—¿A dónde quieres ir, Tony? —Sus labios detuvieron los besos para poder hablar, pero sus manos seguían juguetonas. —¿Regresamos a nuestros dormitorios?

—No. Vamos a un hotel porque no quiero reprimirme. Porque me harás gritar, ¿no es así? —Movió insinuantemente su cadera sobre la entrepierna del otro, sacándole un gemido.

—Sí, sí. Todo lo que tú quieras. — Embobado, excitado, fascinado.

—Quiero que me folles.

 

 

 

Notas finales:

Stony sexoso viene de regreso, chicos/as *0* Y mucho y con toda la energía y con versatilidad para que nadie se pierda la mitad de la diversión. If you know what I mean ¬u¬


Si no veo sus comentarios me pondré a llorar :’(


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).